Los feminicidios, parte de la cuarta guerra mundial

Por: Raul Zibechi

El 14 de agosto la páginadesinformemonos.orgadvertía sobre los 31 feminicidios registrados en Querétaro desde enero de 2015, con un breve y estremecedor relato.

«Los juegos, los sueños, la escuela, los amigos, la familia, los cumpleaños, los viajes, la seguridad, la libertad, la dignidad y la vida han dejado de ser derechos para convertirse, vergonzosa, intolerable y lamentablemente en beneficios que se adquieren cuando ‘moderas’ tu manera de hablar, cuando ‘cuidas’ la manera en que vistes, los horarios en que sales, lugares que frecuentas, cuando dejas de confiar en las personas y cuando tu vida deja de ser tu vida.»

El artículo destaca que los feminicidios son a todas luces violencia de Estado; denuncia la impunidad que los arropa y propicia la repetición del daño, y destaca que la mayoría de las víctimas suelen ser mujeres indígenas y pobres.

La información remite directamente al libro de Silvia Federici, Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria(Traficantes de Sueños, 2010). Un trabajo de duradera influencia, que contribuye a iluminar la realidad permitiendo una mejor comprensión de un conflicto social. Analiza la caza de brujas en la sociedad medieval, y a la vez contribuye a la comprensión de lo que sucede en este periodo de la historia.

Federici sostiene que el feudalismo fue erosionado por el poder y la autonomía conseguidas por las clases populares, y que la respuesta de las clases dominantes fue una violenta ofensiva que sentó las bases del capitalismo. La esclavitud y el colonialismo, el sometimiento de los trabajadores en la producción y el confinamiento de las mujeres en la reproducción, la creación de jerarquías de raza, género y edad, formaron parte de esta nueva dominación.

El capitalismo no sólo llegó chorreando sangre y lodo desde los pies a la cabeza (Marx), sino creandoun inmenso campo de concentración, donde la esclavitud en las plantaciones y la mita en las minas impulsaron la acumulación de capital (Federici, p. 91). El poder de las mujeres fue destruido con la caza de brujas, y los varones (y las mujeres, niños y niñas) fueron sometidos mediante la esclavitud asalariada y la esclavitud, para apropiarse de los bienes comunes.

Hoy atravesamos la crisis del capitalismo y la clase dominante vuelve a utilizar la violencia para perpetuarse. En la base de esta crisis está el poder adquirido por los sectores populares organizados en movimientos, en particular desde la década de 1960, cuando obreros fabriles desarticularon el poder patronal al desbordar la disciplina fordista.

La ofensiva en curso del capital busca destruir esa capacidad de organización y de lucha de los de abajo. Pero el mundo popular es hoy bien diferente al de antaño, en particular por la crisis del viejo patriarcado. Cualquiera que conozca los movimientos antisistémicos sabe que las mujeres juegan un papel central, aun cuando no sean tan visibles como los varones. Ellas son la argamasa de la vida colectiva, son las encargadas de la reproducción de la vida y de los movimientos. Además de cocinar, tejer y cuidar los animales en sus hogares, se juntan con otras mujeres para hacer lo mismo, pero en colectivo. Son las guardianas de los bienes comunes, materiales e inmateriales.

Fuerte: http://www.jornada.unam.mx/2016/08/19/opinion/021a1pol

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Rabbi Uri Regev

Líder reconocido internacionalmente y defensor de la libertad religiosa y los movimientos liberales del judaísmo en su Israel natal y en todo el mundo.