España: La universidad está adaptada al mercado laboral, pero queda mucho camino por recorrer

España/02 de septiembre de 2016/revista.consumer.es/

En época de crisis se mira a la universidad. Miles de estudiantes se licencian cada año y, pese a contar con un título, y en apariencia con mejores expectativas de futuro, muchos se ven abocados a las listas del paro. Hasta un millón aguarda ya en sus casas la llamada de una empresa. La pregunta está en el aire: ¿qué hace la universidad? Laureano González Vega, miembro de ANECA y licenciado en matemáticas, se atreve a responder: «Un esfuerzo cada vez más grande por adaptarse al mercado laboral».

¿La universidad en España está adaptada al mercado laboral?

Está adaptada y hace un esfuerzo cada vez más grande por adaptarse, pero queda mucho camino por recorrer. No obstante, la universidad no puede responder solo a las exigencias del momento porque estas son cambiantes.

¿El Proceso de Bolonia la ha acercado al mercado laboral?

La gran ventaja del Proceso de Bolonia es que nos ha hecho priorizar el objetivo de la empleabilidad en un futuro a medio o largo plazo. Persigue que los estudiantes encuentren un trabajo acorde a la formación recibida, aunque no se puede pensar que todos lo conseguirán. Por ello la formación ha de ser generalista, útil a corto, medio y largo plazo.

En cuanto al modelo de universidad, ¿se debe tender hacia centros especializados?

Hemos tenido tendencia a que cada universidad acumule todos los grados posibles, pero no tiene sentido que repitamos la oferta. Tenemos que discernir dónde somos buenos o podemos hacerlo mejor y, en momentos de escasez de recursos, concentrarlos ahí para sobresalir e impartir una formación excelente.

¿Qué función cumple ANECA en este sentido?

ANECA es una herramienta de nuestra ordenación universitaria, como consecuencia de que somos partícipes del Proceso de Bolonia. Este parte de tres ejes en los que cumplimos un papel importante. Somos garantes de la calidad en la universidad; a grandes rasgos, evaluamos las enseñanzas, títulos de grado, máster y doctorado en función de parámetros europeos y de la legislación española; y, algo especial de ANECA, es que tenemos encomendada la evaluación de los profesores que quieren presentarse a una oposición, a un puesto estable, etc.

¿Cuál es el nivel del profesorado?

Hemos dado un salto cualitativo en investigación en los últimos 20 años. Ahora se investiga muchísimo más. Pero aún nos falta ir hacia un componente de investigacion que dé valor añadido.

¿Cuál es el nivel de los estudiantes respecto a Europa?

El punto débil son todavía los idiomas. No obstante, los estudiantes salen de la universidad muy bien formados y, en caso de irse al extranjero a trabajar, tienen muy buenas oportunidades. Quien da el paso y se arriesga tiene pocas dificultades para encontrar un trabajo, siempre que sea capaz de solventar la barrera del idioma.

Esto sucede sobre todo entre quienes realizan la tesis.

En España, los doctores tienen una dificultad adicional para encontrar trabajo fuera de la universidad o del ámbito de la investigación, ya que las empresas no ven la necesidad de contratarles, algo que no ocurre en otros países. Además, el sector de la industria se basa en la pyme y la contratación de doctores no está normalizada. Por otro lado, buena parte de los doctores solo quieren trabajar en el ámbito de la investigación y este no puede absorberles a todos.

¿Es necesaria la colaboración de la universidad con instituciones públicas y empresas privadas para impulsar la colocación de los jóvenes?

El cambio de orientación de las universidades apostó por las prácticas en empresas. Algunas comunidades han obligado a implantarlas en todos los grados, algo fundamental porque el estudiante conoce el mundo exterior y la universidad se retroalimenta. Pero algunos grados han convertido las prácticas en optativas porque no encuentran empresas suficientes. Por ello, hace falta más colaboración, que las universidades insistan en ese tipo de contactos y se fomente la cultura emprendedora.

Se destacan carreras con más posiblidades de acceso a un empleo. ¿Se anima a estudiar en función de las estadísticas?

Encapsular en un ranking lo bueno o malo no es conveniente. Ligar la definición de un plan de estudios a las demandas del mercado laboral en un momento determinado es un error porque es posible que, al licenciarse, el mercado laboral pida otras cosas. Al definir un plan de estudios no hay que perder la perspectiva del empleo, pero el estudiante debe recibir una formación que le dé herramientas para adaptarse al futuro, que nadie sabe qué puede ser. Si se guía por los rankings, el estudiante puede elegir una carrera que no le motive y, o bien no la termine, o dedique su vida profesional a una actividad que incluso le disgusta.

Se cumple el 25 aniversario del Programa Erasmus, ¿cuál ha sido su principal ventaja?

Todas. Debería ser obligatorio estudiar un año fuera de España. El Programa Erasmus ha sido un éxito del que ni siquiera quienes lo crearon eran conscientes. No le encuentro ninguna pega y, si tuviera que decir una, es que no esté generalizado.

Tomado de: http://revista.consumer.es/web/es/20120901/entrevista/76634.php#sthash.kHis9pzV.dpuf

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