Reflexiones en torno a la interdisciplinariedad

Por: Adania Guanche Martínez

La interdisciplinariedad, como forma de concebir el conocimiento en la actualidad, es una alternativa para relacionar coherentemente, tanto las disciplinas científicas, como las asignaturas en los currículos escolares. Se impone una síntesis de los diferentes enfoques, a fin de comprender mejor las diferentes aristas de esta filosofía que se ha dado en llamar interdisciplinaria.

La interdisciplinariedad es considerada por muchos especialistas como una forma de pensar y de proceder, a fin de lograr cambios en la forma de ver el mundo en la actualidad, y así lograr que nuestros alumnos también lo vean de esta manera. Si los alumnos no piensan de una forma interdisciplinaria, el cambio en la forma de pensar coherentemente va a tornarse mucho más difícil.

En aras de lograr este cambio en la forma de pensar y hacer, tiene que existir un diseño curricular que refleje esa interdisciplinariedad; de este modo, deben elaborarse programas que reflejen una determinada forma de agrupar contenidos para las diferentes asignaturas.

Sin embargo, estas diferentes asignaturas deben ser coherentes intra-disciplinariamente, antes de serlo interdisciplinariamente, lo cual quiere decir que, si se parte de asignaturas que presenten sus contenidos organizados de manera lógica, teóricamente podrían lograrse integraciones interdisciplinarias de modo más sencillo.

Hay que partir de una reflexión: cada una de las ciencias tiene sus métodos de estudio, sus leyes, su dinámica, sus dimensiones. Por ejemplo, un concepto tratado en química difiere de la forma en que se trata en física o en biología. Las asignaturas, como reflejos que son de esas ciencias, reciben de estas una organización en los conocimientos, así como puntos de vista diferentes al analizar un mismo fenómeno. Pero cada alumno que recibe varias asignaturas es uno solo y por lo tanto, el estudio de esos procesos que se presentan ante él, difieren en la forma de ser abordados por cada profesor desde el ángulo de cada materia curricular.

El lograr que ese currículo esté impregnado de “interdisciplinariedad” para entonces formar a los estudiantes en esa filosofía de trabajo, implica diferentes vías para lograrlo, y requieren del concurso de especialistas que integren coherentemente en el programa de una sola asignatura, esos hechos estudiados por distintas ciencias.

Esa hipotética asignatura de la naturaleza, que podría tomar nombres como Ciencias de la Naturaleza, Estudios Naturales, u otra denominación cualquiera, debe mostrar a los estudiantes ciertos “caminos” para saber más de la forma en que se desarrolla el fenómeno estudiado, sin marcar el campo de estudio de las diferentes ciencias particulares que lo han abordado. Se ha hecho alusión a las ciencias naturales, porque, por ejemplo, en cualquier grado de secundaria básica, es muy difícil integrar una serie de asignaturas de ciencias, sin “amalgamarlas”, lo cual resultaría un programa en que se abordaran temas de física y después otros de química y luego, un pedazo de biología; si se hiciera una asignatura con estas características, y no se lograría el objetivo interdisciplinario que se pretende, porque no se integran coherentemente los contenidos. Por tanto, esto no es interdisciplinariedad.

En Cuba, en la asignatura Ciencias Naturales en quinto y sexto grado, por ejemplo, en la cual el contenido que se trata es menos profundo, por la edad de los escolares, se trató de llegar a un nivel de integración, y se logró en una buena medida, sin que estuviera exento de problemas de interdisciplinariedad, de modo tal que no caben dudas de que ha constituido una asignatura integradora. La asignatura “El Mundo en que vivimos», de primero a cuarto grado, una disciplina antecedente de las ciencias naturales, integra aspectos sociales y naturales, mediante los cuales se trata de acercar al niño a su entorno, desde pequeños, porque lo primero que se enseña es la familia, el abuelo, el papá, quién es mamá… y después se aborda la escuela, su ámbito diario, luego “el barrio”, sus organizaciones, continúan el municipio, la provincia, hasta lograr el conocimiento del país, sus efemérides, su flora, su fauna, su clima, el estado del tiempo cada día, etc.  De modo que la concepción de la asignatura es empezar por el entorno, enseñarle al niño que vaya de lo cercano a lo lejano. Se trata, sin dudas, de un enfoque interdisciplinario, mediante el cual se integran aspectos naturales y sociales, con los enfoques axiológicos correspondientes a las edades.

Históricamente analizando, los proyectos más globalizadores que han existido, como los Centros de Interés de Ovidio Declory, (que se aplicaron en primaria), el Método de Proyectos de María Montessori, que se aplicó también en primaria, pero se utilizó también en secundaria, el Proyecto Curricular de Humanidades de Stenhouse en Inglaterra, que era de un nivel superior de enseñanza, la Investigación-Acción, como manera de estructurar un currículo, era de educación superior, es decir que en todos los niveles se pueden citar ejemplos de una lógica del pensamiento, una forma de hacer integraciones, tomando como centro o punto de partida, diferentes conceptos.

En Cuba la utilización de las “Unidades de Trabajo” fue muy dinámica en las décadas del 30 al 40 del pasado siglo en toda la enseñanza primaria, pero en la formación de profesores en las Escuelas Normales de Maestros se trabajaba con proyectos integradores, por ejemplo se trabajaba con Estudios Sociales, no se estudiaba ninguna de las ciencias sociales en particular, desde el punto de vista docente, de modo que si se enfoca de esta manera, o sea, por fenómenos, por problemas, esta puede constituir una línea directriz o un enfoque en el cual es posible “poner a interactuar” disciplinas diferentes, en función de un fenómeno, de un problema. Esta es una manera de lograr interdisciplinariedad.

Sin embargo, actualmente, se aprecia que cuando se disponen los profesores a concebir un programa interdisciplinario, aflora en cada uno de ellos una mentalidad tendiente a sobrevalorar su disciplina o asignatura, y esto les impulsa a considerarla como el punto máximo en el proceso integrador. Aparece así una contradicción, hasta cierto punto inevitable, a favor de que los contenidos sean nucleados alrededor de tal o cual materia. Por ejemplo, hay ocasiones en que, por ejemplo, el profesor de física trata de imponer los problemas de esta asignatura como eje alrededor del cual deben nuclearse otros conocimientos de biología o de geografía.

En estos casos, es menester realizar un razonamiento lógico, y proponer, como una forma de resolver la contradicción, que se priorice la descripción de un determinado fenómeno, se parta de su explicación y después colocar en el programa algún que otro problema donde se involucren fenómenos físicos con otros químicos o biológicos. En estos casos, la enseñanza problémica puede ayudar, porque, por ejemplo, al tratar fenómenos térmicos, después de describirlos y explicarlos, pueden sugerirse problemas como este: “Al salir del agua, después de un agradable baño de mar, en un día soleado de verano, se siente en la piel un frío tremendo, a pesar de que esa persona se encuentre “a pleno sol”. ¿Por qué se siente tanto frío al sol, si no se sentía esa sensación térmica dentro del agua? En este caso podrían hallarse otros casos de problematización si los docentes dominan los contenidos de varias disciplinas, cosa que se impone de antemano, a la hora de trabajar un programa interdisciplinario.

Ahora bien, en el nivel superior de enseñanza, no se debe eliminar la especialización de los profesores, porque estos necesitan dominar la ciencia de la que se deriva la asignatura que explican, aunque deban ser cada vez profesores más integrales

En el nivel teórico subsiste la carencia de una didáctica interdisciplinaria, a pesar de que hay una didáctica general que aborda estos problemas metodológicos, pero debe construirse esta nueva disciplina pedagógica que estudie las funciones de interrelación y cooperación necesarias para que funcione la interdisciplinariedad, además de las formas en que pueden agruparse los conocimientos, cómo pueden lograrse integraciones, los ejes de contradicción como modos de agrupar a su alrededor ciertos contenidos relacionados, entre otras funciones y problemas que podrían constituirse como teoría de la interdisciplinariedad.

Algunos autores, como los doctores en Ciencias Pedagógicas Jorge Fiallo, Fernando Perera, Diana Salazar y Berta Fernández, han ido aportando enfoques, recursos, en fin, partes de una teoría de la interrelación entre disciplinas curriculares. Todos ellos han contribuido a construir esta teoría.

A veces se han producido soluciones que han resultado exitosas. Por ejemplo, el programa de Ciencias Naturales y su Metodología, que se estableció para la Licenciatura en Educación Primaria, con 72 horas/clases, se empleó con mucho provecho en el Plan C para los institutos superiores pedagógicos y estuvo vigente por varios años. En él se concibió un eje de integración que fue “la energía” y así los estudiantes aprendieron a apreciarla desde el Universo, hasta el organismo humano, pasando por el aire, el agua, el suelo, los ecosistemas, los seres vivos, en fin, siempre que se estudiaba un nuevo elemento, se explicaba cómo fluye la energía, sus manifestaciones y consecuencias.

Como los estudiantes tenían como nivel de ingreso un preuniversitario aprobado, ya tenían bastante información sobre muchos de estos procesos y fenómenos naturales. Por eso el enfoque interdisciplinario aludido anteriormente resultaba casi siempre en una organización o sistematización de conocimientos, que contribuyó a su formación como maestros primarios, habida cuenta de que este profesional de la Educación tiene que tener una formación completa en cuestiones que a menudo son motivos de curiosidad por parte de los escolares y hay que tratar de llevarles la cientificidad, como un principio didáctico.

Otro caso en que hay que acudir a la interdisciplinariedad es al concebir el sistema de evaluación integrado para algunas asignaturas del campo de la Pedagogía en la formación de nuevos docentes. La mejor forma de comprobar la aplicación de métodos, el empleo de medios de enseñanza, la manera de desarrollar la secuencia de actividades, y otras concepciones didácticas, es mediante proyectos integradores o demostrando ante un tribunal cómo se puede desarrollar una clase y en esos casos tienen que estar incluidos todos los conocimientos asimilados. Ese es el caso de la sustitución del examen final por el desarrollo de una clase modelo, o la creación de una pequeña investigación o proyecto, que se defienda ante un tribunal. En este momento están coexistiendo la didáctica, la metodología de la investigación y el diseño curricular, entre otras disciplinas pedagógicas. Por eso esta forma de evaluar se erige como un enfoque interdisciplinar.

Otra manera de ver la interdisciplinariedad es a través de los programas directores, pues se trata de que en las asignaturas de la enseñanza general converjan los objetivos formativos generales, que propician el desarrollo de habilidades y la formación en valores. Ejemplos de estos programas directores son los de Lengua Española, Ecología, Educación Laboral, etc. Cada programa director se convierte en una vía de lograr la interdisciplinariedad, porque trata articular los conocimientos, las habilidades y los valores, y se logra ese objetivo común de todas las disciplinas que conforman el plan de estudio de los diferentes niveles de enseñanza.

Estos programas directores tienen semejanza con los denominados ejes transversales, que contribuyen a formar valores, mediante un sistema de influencias desde diferentes asignaturas del currículo.

En Cuba se han desarrollado, en diferentes etapas, los turnos de reflexión, que son momentos de la semana en que el profesor guía se reúne con sus escolares de secundaria o de preuniversitario (de acuerdo con el nivel en cuestión), para tratar problemas de la cotidianidad, como las modas, la cultura, los programas televisivos, las películas, las costumbres de los jóvenes, el comportamiento en el hogar, la escuela, la calle, en fin, fundamentalmente se conversa sobre su formación como ciudadanos, para que se inclinen, adopten o mantengan valores universales, que formen parte de una personalidad solidaria, creativa, laboriosa, altruista. En esos momentos, se escuchan sus opiniones y se les informa, orienta, educa y guía, todo lo cual constituye un momento interdisciplinar.

Otros momentos interdisciplinares se producen cuando el profesor proyecta y desarrolla una excursión docente, que no solamente puede originarse en Ciencias Naturales, que es donde se tienen mayores experiencias, sino mediante las visitas a los museos, al área histórica de su localidad, a un monumento. En esas ocasiones se dan oportunidades enormes para integrar conocimientos de diferentes disciplinas curriculares.

Otro enfoque de la interdisciplinariedad se aparta un tanto del currículo o de la Didáctica en particular. Se hace referencia al hecho de que una disciplina científica se integra con otra, como sucede, por ejemplo, con la Biotecnología. Esta se convierte en una disciplina por sí sola, y adopta sus propios métodos que están en un nivel superior, que diferente cualitativamente a los de la biología y a los de la tecnología en particular. De estos casos, se ven muchos actualmente, por ejemplo, bioenergética, geotérmica, entre otros.

En definitiva, la interdisciplinariedad, sea de un modo u otro, constituye un reto muy grande para los educadores en nuestras instituciones escolares, porque hay que aumentar los conocimientos, para que se pueda enfrentar en el currículo, así como hay que convencer a los directivos, en las instituciones, para que contribuyan con ideas y hechos, de modo que se logre el desarrollo de los escolares, que es la máxima aspiración de todos los que somos maestros verdaderos.

Fuente: http://redesib.formacionib.org/blog/reflexiones-en-torno-a-la-interdisciplinariedad-dra-c-adania-guan

 

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Adania Guanche Martínez

Doctora en Ciencias Pedagógicas, Máster en Ciencias de la Educación Primaria, Secretaria de la Cátedra Especializada para la Educación de la Inteligencia, la Creatividad y el Talento, Profesora de la Facultad de Educación Infantil del Instituto Superior Pedagógico "Enrique José Varona" y asesora de programas de la Televisión Educativa, Cuba.

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