Esfuerzo al límite: Deporte y ciencia se alían para batir récords

Por ESTEVE GIRALT

¿Puede un ser humano recorrer a pie 321 kilómetros en tres días sin apenas descanso, durmiendo en total cuatro horas y media, en 78 horas y 21 minutos de duro ejercicio físico, superando un desnivel acumulado de 18.000 metros? Armand Barnils, corredor catalán de largas distancias afincado en Estados Unidos, acaba de experimentar que sí es posible. “A más distancia se acentúan las sensaciones de sufrimiento y dolor y pesa más el aspecto mental que el físico. Se pasa muy mal, pero engancha mucho. Nunca había disfrutado tanto”, asegura. Barnils ha sido uno de los ochenta atletas que han acabado la Tahoe 200, entre California y Nevada, una de las pruebas de ultrarresistencia en una sola etapa más largas del mundo.

El caso de Armand, ingeniero de 25 años, ejemplifica la voluntad, casi una necesidad vital, de superar contínuamente en el deporte todos los límites y los del propio cuerpo humano. Atletas y entrenadores han encontrado en la ciencia su aliado perfecto, en un laboratorio multidisciplinar donde se cuecen los récords lejos de la mirada de los espectadores. La medicina deportiva, la nutrición, la biomecánica, la fisiología o la tecnología son ya tan trascendentes para un atleta como su propio entrenamiento.

“La medicina permite conocer cada vez más acerca de situaciones de exigencia máxima que pueden convertirse en adaptación o por el contrario en patología”, destaca la doctora María Antonia Lizárraga, especialista en nutrición deportiva. “La evolución seguirá, se seguirán superando marcas. No se tocará techo porque la ciencia no va a detenerse”, sostiene Atilla Ozkan, entrenador de alto rendimiento, experto en biomecánica.

El conocimiento, multidisciplinar, sirve para personalizar la preparación de cada atleta y mejorar los rendimientos hasta registros que se creían hace poco tiempo prácticamente inalcanzables. “La tecnología seguirá mejorando el rendimiento. Hay recursos que se están aplicando que hace cinco años nos habrían parecido una locura. Queda mucho camino por recorrer”, dice Carles Tur, preparador físico de alto rendimiento.

La nutrición, gracias en buena medida a los avances en suplementos energéticos, tiene un papel muy relevante en los entrenamientos y en la competición. “El futuro de la nutrición deportiva para mejorar y optimizar el rendimiento deportivo pasa por combinar la nutrición, los suplementos y la ergonutrición; combinado todo de forma correcta ayuda al atleta incluso a recuperarse de forma más rápida de una lesión”, resume Mireia Porta, profesora asociada de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), nutricionista y tecnóloga.

Una evolución científica en el deporte empujada además por intereses económicos, con las grandes marcas presionando para superar una y otra vez los récords y las gestas, y también políticos. Las grandes potencias se vuelcan para asegurarse el mejor puesto en el medallero. Una carrera imparable que augura grandes éxitos deportivos, pero que entraña también riesgos para la salud. “Las ciencias aplicadas al deporte, como la fisiología, la nutrición, la cardiología o la biomecánica, se han unido para mejorar el rendimiento deportivo y prevenir lesiones. Creo que iremos mejorando el rendimiento en las distintas disciplinas debido a la evolución tecnológica y científica”, destaca el doctor Daniel Brotons, reputado especialista en medicina del deporte.

La tecnología se ha apoderado de los entrenamientos hasta límites insospechados. El rendimiento de cada deportista se sigue al detalle, con la obtención de una enorme cantidad de datos e informaciones que se analizan después de forma multidisciplinar. Todo es susceptible de ser estudiado, desde la sudoración hasta wl consumo calórico, el ritmo cardiaco, la potencia o la fatiga muscular, ya sea en competición o durante el entrenamiento.

Michael Phelps. 
Nadador. Poseedor de varios récords mundiales, el estadounidense se ha colgado 23 oros olímpicos en cinco olimpiadas seguidas. Sus dos especialidades: 200 m mariposa y 200 m estilos
Michael Phelps. Nadador. Poseedor de varios récords mundiales, el estadounidense se ha colgado 23 oros olímpicos en cinco olimpiadas seguidas. Sus dos especialidades: 200 m mariposa y 200 m estilos (Patricio Simón)

Los movimientos de corredores, nadadores o lanzadores se analizan de forma milimétrica para optimizar los esfuerzos, mejorar el rendimiento y prevenir las lesiones. La biomecánica, con la aplicación de las leyes de la mecánica a la estructura y el movimiento de los deportistas, está teniendo un papel muy relevante en todos los centros de alto rendimiento. La precisión en la ejecución es clave para arañar unas centésimas o para mejorar la resistencia y la potencia en una carrera de media distancia. “La biomecánica permite optimizar y buscar la técnica adecuada para que el deportista sea más eficaz; el primer objetivo es su salud, el segundo, la eficacia”, sostiene Ozkan, preparador de triatletas y de nadadores.

El alto grado de exigencia al que se está sometiendo a los mejores deportistas para lograr mejorar sus marcas está provocando la aparición de nuevas patologías. “Estamos observando lesiones articulares en deportistas de 35 a 40 años que antes podías esperar en personas activas de 70 años. Sí, mejoremos el rendimiento, pero hagamos prevención de las lesiones debidas al mayor impacto articular”, destaca el doctor Brotons. El auge de pruebas de larga distancia someten el organismo de los corredores a cargas de entrenamiento sin precedentes.

“Las estrategias de entrenamiento y la búsqueda de la mejora suponen trabajar en los límites, ya que es la propia situación de límite la que si está bien pautada provoca la mejora en forma de adaptación. Pequeñas dosis de estímulos estresantes de diversos tipos pueden tener un efecto beneficioso, pero respresentan un riesgo si no se han pautado o dosificado adecuadamente”, alerta la doctora Lizárraga.

Nunca antes se había controlado con tanta precisión el estado del atleta y su evolución, con un alud de datos e información a tiempo real. Pero la exploración de los límites del deportista entraña nuevos peligros. “El alto rendimiento deportivo no es salud, por eso los médicos estamos detrás, junto a otros expertos, para minimizar los efectos en teoría no saludables; hay lesiones articulares, bajadas de defensas importantes, anemias o problemas psicológicos”, advierte Brotons.

Una de las últimas amenazas es el dopaje genético, una forma de burlar los controles que compromete la salud del atleta y de sus descendientes. Bien utilizada, no obstante, la genética contribuirá también a mejorar el rendimiento. “Nos va a permitir focalizar esfuerzos de todo tipo, en el control personalizado de aquellos aspectos metabólicos, nutricionales o de rendimiento que van a ser claves”, adelanta Lizarraga.

Armand Barnils explica que después de completar su carrera de 200 millas se ha encontrado en buen estado de salud. “Los días posteriores a la prueba tenía mucho sueño y mucha más hambre de lo habitual, pero mis piernas y mi cuerpo estaban bien”, destaca. Este joven corredor relata con sorpresa como reaccionó su organismo a las escasas horas de sueño, durmiendo en el suelo, y cómo se adaptó su cuerpo a una distancia que jamás había completado, equivalente a correr siete maratones seguidos. El chico asegura que no toma suplementos nutricionales, que hasta hace un mes era vegetariano y que un preparador le marca la pauta en los entrenamientos, que adapta a su trabajo diario como jefe de planta de una compañía de automoción. “No entreno a la semana más que un corredor de maratones, pero voy añadiendo cada mes una prueba de 100 kilómetros”, comenta, como si nada.

Más rápidos, más resistentes y más fuertes

Aunque la progresión no va a detenerse, cada vez será más complicado superar los récords de pruebas atléticas, de natación u otras muchas disciplinas, advierten los expertos. “No será una evolución sostenida, lineal ni exponencial, habrá evolución pero también estancamientos; la tendencia es a mejorar de forma micro el rendimiento; las generaciones posteriores a la nuestra estarán más bien preparadas genéticamente para la práctica del deporte”, sostiene el doctor Daniel Brotons.

“Cada vez seremos mejores; se quiere bajar de las dos horas en el maratón y creo que se llegará a alcanzar”, vaticina la nutricionista Sandra Sardina, especializada en dirigir la alimentación de deportistas de alto rendimiento. “Es cierto que en algunas disciplinas parece que se ha tocado techo, pero también lo es que de vez en cuando la ciencia y la naturaleza nos sorprenden“, augura la doctora Maria Antonia Lizarraga. “No sabemos dónde están los límites, hay muchos factores que van a ayudarnos a seguir batiendo récords”, añade Mireia Porta, experta en nutrición deportiva. El tiempo dirá si el ser humano encuentra en la ciencia un aliado permanente para lograr correr o nadar distancias cada año más largas y en menos tiempo; saltando más lejos y más alto; lanzando con más potencia, para ir superando, sin límites, récords y registros.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20160925/41552846560/ciencia-deporte-maximo-rendimiento-deportistas-elite.html

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Esteve Giralt

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Estudió en la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista independiente. Colaborador de la Vanguardia desde enero 2003.