Liderazgo y educación.

Por: William Arellano Cartagena.

La escuela de hoy se enfrenta al desafío de asumir nuevas formas de organización y liderazgo. Se le exige aplicar estrategias para cumplir las demandas sociales y mejorar la calidad educativa.

La lista la encabeza el Ministerio de Educación Nacional (MEN), que ha definido políticas de calidad educativa y destinado cuantiosos recursos a construir modelos de gestión para mejorar la calidad en las escuelas oficiales. Los esfuerzos se han dirigido a brindar a directivos docentes capacitación, acompañamiento técnico y entrenamiento.

Las metas han sido ambiciosas: que las escuelas mejoren los resultados en las pruebas Saber con el liderazgo de sus equipos directivos, y definan un proyecto educativo (PEI) con metas claras para avanzar sus ejes de gestión. A éstos, que comprenden lo directivo, académico, administrativo y comunitario, se suman los programas de modernización de las secretarías de educación y el MEN.

Para avanzar el Ministerio convocó iniciativas privadas regionales con modelos de gestión propios y fuerte liderazgo del sector empresarial, como, por ejemplo, Líderes Siglo XXI, Rectores Líderes Transformadores y la Escuela de Alta Dirección Educativa (EADE) en cabeza de la Fundación Mamonal.
La EADE liderada junto a la Tecnológica de Bolívar- ha tenido resultados muy positivos y logró trascender el ámbito local. La Escuela ha llegado a rectores y coordinadores académicos de Cartagena, Barranquilla, Sucre, Córdoba, Santander y Chocó.

Esta iniciativa implementa la Cátedra de Alta Gerencia Educativa, que da a rectores herramientas teóricas y prácticas para fortalecer sus habilidades gerenciales, unido a un acompañamiento que potencia los saberes y aporta a sostener la gestión escolar y transformarla en el ámbito local.
A través del entrenamiento se favorece el desarrollo de competencias de liderazgo personal y trabajo colaborativo. Un espacio de incidencia adicional es la Mesa de Directivos Docentes como estrategia para consolidar la red de liderazgo.

El impacto de estas iniciativas ha repercutido no sólo por la cantidad de directivos fortalecidos en habilidades gerenciales, sino también por el estímulo a continuar su formación avanzada y conformar redes de trabajo para gestionar recursos ante el MEN y las secretarías de educación. Se han compartido experiencias exitosas y diseñado proyectos de incidencia en las comunidades.

En un sector ávido de buenas prácticas, es sin duda una vía para construir un modelo de gestión propio orientado a la cacareada calidad educativa.

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/opinion/columna/liderazgo-y-educacion-11326

Imagen: http://sinergiaformacion.es/wp-content/uploads/2014/10/curso-liderazgo-centro-educativo.jpg

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William Arellano Cartagena

Decano Facultad de Educación-UTB