Educación sexual a lo panameño.

Por: Noel Augusto Caballero.

En Panamá, como en Latinoamérica, la educación estaba inicialmente en manos de la Iglesia, como una concesión de los partidos políticos, Liberal y Conservador; de ahí el color amarillo de algunas banderas en ciertos países.

Esa influencia en la formación de los futuros gobernantes se vio cuestionada y mermada con el avance de reformas educativas promovidas por ilustres pensadores latinos y la Universidad de Córdoba, en Argentina, que promovían la instrucción laica y científica que ahora se refleja en los textos constitucionales.

Alguien dijo que la educación sexual en Panamá hay que hacerla al “estilo panameño”, para enervar las percepciones del proyecto de ley referente a este tema. La verdad es que esa expresión es un verdadero sofisma, porque hace referencia a una “educación” que, si la sopesamos histórica y literalmente, no existe al tenor de una política de Estado, de un sistema o de programa del Ministerio de Educación. Una vez quemados los proyectos de la reforma educativa, que encabezó Marcos Alarcón, la “educación” panameña ha venido a peor. (¿Pruebas?… sobran).

¿Cuál es ese “estilo panameño”? Aquí entra la educación o instrucción doméstica o de cada hogar. La suma de estas viene a formar la cultura del panameño, la cultura vernacular que está llena de cuentos y leyendas en cada uno de nuestros pueblos.

Esta naturaleza humana del panameño se palpa en los muy populares concubinatos y escándalos, ya sea en la ciudad o en el campo, por parte de algún presidente, alcalde, hacendado, potentado o político y que, sin ningún temor, se afirme que “fulana de tal es la querida o la amante de fulano”.

Hay otros relatos de prácticas de zoofilia, algunos son cuentos o leyendas y otros realidades; también, se habla de relaciones entre clérigos y feligreses (masculinos y femeninos). Entonces, ¿de qué educación sexual al estilo panameño estamos hablando?

Es más, se afirma con muchas consideraciones válidas, que vivimos una crisis moral, social y de valores, que se manifiesta en todo el orden de la vida nacional, social y familiar; crisis esta que ha disparado las alarmantes estadísticas de desenfrenos, abusos y violaciones a menores de ambos sexos, enfermedades de transmisión sexual y embarazos de niñas y adolescentes, entre otros.

¿Cómo llegamos a esta situación? Simplemente, ninguno de los que han tenido en sus manos “la educación” (oficial o particular, incluyendo los centros religiosos) ha cumplido con su papel de rector educativo. Por lo tanto, lo primero por hacer es un acto de contrición o autocrítica, para que cada quien asuma su cuota de responsabilidad en esta tragedia social.

Fuente: 

http://www.prensa.com/opinion/Educacion-panameno-Noel-Augusto-Caballero_0_4590291080.html

Imagen: http://cfvod.kaltura.com/p/1199011/sp/119901100/thumbnail/entry_id/0_l5m53ich/version/100011/acv/162/width/667/height/375

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Noel Augusto Caballero

Escrito del Diario la prensa de panama.