Innovación educativa e inclusión social: dos gemelas

Por. XAVIER ARAGAY

Tres son los elementos clave: vínculo alumno-profesor, trabajo con la familia e integración del tiempo escolar con el dedicado al ocio.

Concibo la innovación educativa como un intento organizado y colectivo de transformar el proceso de aprendizaje de los alumnos (en una escuela o red de escuelas) para conseguir una educación integral (valores, competencias y habilidades y contenidos curriculares) que les permita desarrollarse como personas(proyecto vital) en el siglo que les toca vivir. Realizar este proceso (que no consiste solo en introducir algún pequeño cambio) es muy complejo, y requiere intervenir en todos los elementos del proceso educativo y con todos los actores de la comunidad educativa.

Y para impulsar este cambio es imprescindible tener una necesidad clara que apremie. Y en mi experiencia directa basada en la transformación desarrollada, o indirecta, sustentada en las visitas a escuelas y organizaciones en más de diez países del mundo, la necesidad de dar respuesta a la mejora de los resultados educativos en entornos socioeconómicos difíciles y complejos ha sido, es y será un motor de innovación transformadora que busca la inclusión social.

MEJORAR LOS RESULTADOS

La investigación y la experiencia muestran que se pueden mejorar mucho los resultados educativos, y por tanto avanzar en la inclusión social, introduciendo innovaciones disruptivas en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Porque los alumnos de menor nivel socioeconómico son los que más problemas tienen para adaptarse a un modelo de educación caduco que se diseñó en el siglo XIX para una minoría de nivel socioeconómico alto y que, sin cambios sustanciales, hemos extendido, afortunadamente, a toda la población y a todos los niveles sociales.

Poner al alumno en el centro del proceso, asegurar que aprende haciendo mediante trabajo colaborativo desarrollando proyectos interdisciplinares que integran conocimientos, valores y competencias y habilidades, incluyendo todos los elementos específicos personales y sociales que les permitan una vida plena para integrarse en la sociedad y transformar el mundo que viven, es la mejor manera de realizar la inclusión social que queremos y deseamos.

Y para ello es imprescindible una innovación profunda que transforme la escuela y el aula. Asegurar una educación plena y la inclusión social incluye innovar también en tres elementos clave del cambio educativo: establecimiento de vínculo con los alumnos,trabajo directo con las familias e integración de la educación formal con el tiempo libre.

El vínculo con el profesor (más allá de la mera transmisión de contenidos) refuerza y empodera. Incorporar a las familias en el aprendizaje con nuevas estrategias asegura el impacto educativo. Tener una visión integrada y operativa en el proceso de la educación formal y no formal es garantía de éxito en entornos socioeconómicos bajos.

Nos queda camino por recorrer, pero inclusión social e innovación educativa son inseparables. No concibo la una sin la otra, y en mi experiencia de transformación profunda de la educación en el marco del Horizonte 2020 de ‘Jesuïtes Educació’ así ha sido también. Como dos hermanas gemelas que no pierden nunca el contacto y se miran siempre de reojo para enfocar juntas el futuro de la educación.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/innovacion-educativa-inclusion-social-dos-gemelas-5645365

Imagen: staticos.elperiodico.com/resources/jpg/8/2/alumnos-sexto-primaria-del-colegio-joaquim-ruyra-lhospitalet-una-actividad-geometria-1479635309928.jpg

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Xavier Aragay

Experto en la transformación de la educación y la gestión del cambio educativo.