La musicoterapia aplicada a la educación

30 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.isep.es/

La musicoterapia “se refiere al uso de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía, armonía) realizada por un musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso creado para facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes para, así, satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. Tiene como fin desarrollar potencialidades y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento” (Comité de Práctica Clínica de la Federación Mundial de Musicoterapia, 1996).

A través de programas formativos como el Máster en Musicoterapia de ISEP, se aprende que existe una conexión clara entre la música y funciones cerebrales tales como la memoria, la orientación, el equilibro, la movilidad y la coordinación. También conecta directamente con las emociones, las provoca, las evoca y al mismo tiempo ayuda a expresarlas. Por este motivo, constituye una herramienta útil para la educación.

La música en el aula se puede utilizar:

– Como complemento o elemento de fondo, que contribuye a crear un ambiente agradable en el aula, cuando se imparte cualquier asignatura o se desarrolla alguna actividad práctica. En este caso, el alumno la escucha de manera pasiva, algo inconsciente, pero repercute de forma directa en su bienestar, en su modo de estar y actuar en el entorno educativo.

– Como herramienta directa de trabajo, bien para aprender música o bien para potenciar habilidades motoras y comunicativas. En este caso, el alumno participa activamente al crearla con instrumentos, moverse a su ritmo o realizar una escucha atenta que despierta sus emociones de manera consciente.

Delgado (2015) indica que la musicoterapia favorece en varios aspectos:

1. Potencia las funciones cognitivas: se ha demostrado que la musicoterapia mejora la atención y la concentración de los niños, a la vez que estimula la fijación de los nuevos contenidos. Además, es una herramienta para fomentar su imaginación, creatividad, formación de conceptos y agilidad mental. Asimismo, contribuye a fomentar el aprendizaje y la resolución de problemas.

2. Mejora los problemas emocionales: la musicoterapia contribuye a fortalecer la autoestimadel niño, haciendo que se sienta más seguro y confiado de sí mismo. De hecho, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Queen de Belfast, en el Reino Unido, ha encontrado que este tipo de terapia puede reducir los síntomas de depresión en niños con problemas de conducta.

3. Fortalece la expresión corporal: a través de la musicoterapia los niños adquieren y desarrollan sus habilidades de expresión corporal, agudizan su discriminación auditiva y refinan su coordinación motora. Además, aprenden a vocalizar y consiguen liberar la energía reprimida. Si se conjuga con el baile, puede ser una excelente terapia para tratar los problemas musculares y óseos.

4. Fomenta la socialización: la música ayuda a los niños a expresarse, es una manera para motivarlos a salir de su zona de confort e interactuar con el resto de las personas mostrando su verdadero ‘yo’. De hecho, se ha convertido en una de las terapias alternativas más utilizadas por los psicólogos y psiquiatras para mejorar las habilidades comunicativas en los niños con autismo.

5. Estimula la maduración cerebral: la musicoterapia es una estrategia estupenda para estimular el desarrollo cerebral infantil. La música es capaz de estimular la liberación de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo. Además, un estudio realizado en la Universidad de Florida ha comprobado que cuando los niños escuchan música se activan numerosas áreas cerebrales como la corteza prefrontal, el área de Broca y de Wernicke, el cerebelo, el lóbulo temporal y la corteza motora.

Existen diferentes técnicas que se pueden adaptar a las características y necesidades de cada niño (Delgado, 2015):

Canto: entonar canciones ayuda a que los niños aprendan la estructura correcta de las palabras y las frases, por lo que es una excelente herramienta para potenciar el lenguaje. Además, estimula el aparato fonatorio, a la vez que mejora la memoria y la asociación neural.

Audición musical: este tipo de terapia es perfecta para fomentar la atención y el reconocimiento de sonidos, a la vez que ayuda a relajar o activar a los pequeños, en función del tipo de música. También sirve para estimular el lenguaje y desarrollar la memoria de asociación.

Juegos musicales: se trata de actividades basadas en un instrumento o una acción musical, en las que se siguen determinadas normas. Lo mejor es que se pueden aplicar en cualquier tratamiento pues favorecen el desarrollo del pensamiento, la creatividad, la concentración y la memoria. También estimulan la coordinación motora, por lo que son perfectas para los niños que tienen problemas motrices.

Composición de canciones: esta técnica fomenta la creatividad y la imaginación infantil. También estimula la asociación de palabras, el desarrollo del lenguaje y la memoria de evocación. Básicamente, el niño debe componer una canción cambiando una letra que ya conozca o creando una nueva melodía.

Tocar instrumentos: tocar un instrumento musical no solo requiere conocimiento sino también habilidades motoras, por lo que es un buen ejercicio para los niños que tienen alguna discapacidad física o problemas de coordinación. También es una excelente herramienta para desarrollar la capacidad auditiva y la memoria de fijación.

La formación en musicoterapia está popularizándose entre los profesionales de la educación por su efectividad como herramienta de aprendizaje y crecimiento personal, y por adaptarse perfectamente al desarrollo madurativo de cada niño.

Fuente artículo: http://www.isep.es/actualidad-educacion/la-musicoterapia-aplicada-a-la-educacion/

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Maribí Pereira

Psicóloga, docente del Máster en Psicoterapia del Bienestar Emocional. Antigua alumna del Máster en Psicología Clínica y de la Salud.