Calidad educativa, en los pueblos también.

El IES Fuentesaúco, uno de los institutos rurales valorados en el informe PISA con el de Villalpando, recibe un premio por la implantación de un programa de recuperación de materias pendientes.

Por: Irene Gómez.

Cuando la provincia de Zamora aún saborea las mieles de los fenomenales resultados del informe PISA, el IES Fuentesaúco -uno de los dos institutos rurales, junto al de Villalpando, evaluados para el estudio educativo- refuerza la buena nota con un premio a la «mejor experiencia de calidad». La Consejería de Educación ha valorado el «plan de recuperación de (materias) pendientes» implantado en el curso 2014/205 con resultados «excelentes» precisa el director del IES Fuentesaúco, Ángel Rodríguez. Se ha conseguido una mayor titulación, más promoción y menos alumnos repetidores.

El reconocimiento llega pocos días después de que la OCDE situara a Castilla y León, y por ende a Zamora, a la altura de Finlandia o Canadá en nivel educativo. «Estamos orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena a tan buenos resultados» confiesa Ángel Rodríguez.

Con 162 alumnos y 28 profesores, el director del centro saucano apunta a la «buena ratio» como una de las claves de la calidad porque «nos permite llevar a cabo una intervención educativa mucho más personalizada». Y demuestra que «la mejor inversión que puede tener un centro es en personal docente. Zamora es una provincia muy rural, hay que responder a esta realidad, me consta que desde la Dirección Provincial son conscientes y procuran cuidar a los centros rurales» explica el docente.

Con alumnos de 14 municipios, a diferencia de los centros urbanos, el IES Fuentesaúco es muy heterogéneo, tanto desde el punto de vista de los alumnos como de sus capacidades o las propias familias. Por ello se cuida sumamente la comunicación fluida con los padres y no menos la transparencia informativa.

En este contexto, el éxito conseguido con el «plan de pendientes» adquiere especial valor como ejemplo de que «cada centro debe aportar su receta particular, dando la respuesta adecuada a un reto educativo que en la mayoría de los casos sólo funciona si hay un compromiso» reflexiona el director de este instituto rural.

El llamado «plan de pendientes» se planteó en el IES Fuentesaúco ante la constatación de «un problema educativo serio» como era un elevado número de alumnos con materias pendientes de otros cursos y un gran número de asignaturas suspensas. «Se había producido un tapón que estaba dificultando la promoción del curso y, lo más grave, había alumnos que se podían juntar con 5 ó 6 pendientes porque habían pasado por imperativo legal».

El equipo docente constató que el sistema de recuperación planteado por cada departamento no estaba funcionando. Algo no iba bien cuando «había chavales que, literalmente, en abril iban a preguntar qué materias suspensas tenían. No se acordaban y las familias tampoco estaban suficientemente informadas» argumenta el director del IES Fuentesaúco. «No era normal que se acumularan tantas materias y fue cuando se nos ocurrió un plan de intervención que pretendía implicar al profesorado, por supuesto a los alumnos y a las familias». Una actuación integral que no dejaba resquicio ni excusa para alumnos y padres a la hora de «atacar» el problema de las pendientes.

«Queríamos que las familias visualizaran que los profesores teníamos una preocupación». Y lo primero fue explicar el plan a las partes, comprobar el grado de compromiso que adquirían y además se reforzó la figura del tutor de materias pendientes. También se estableció un calendario asumible para la recuperación de las materias que no entrara en colisión con la evaluación ordinaria» explica el director. «La idea era no agobiar al alumno; no le puedes poner por delante una tarea inasumible porque está condenado al fracaso».

Además, para que los padres estén informados, tanto el calendario como los criterios de evaluación de cada una de las materias pendientes se publican en la página web del centro. Y hay otro factor «fundamental», la motivación. Para ello se reunió a los casi 60 alumnos con los que se puso en marcha el plan. «Les pareció bien la idea de examinarse por partes, les insistimos en que se puede hacer. En Educación el docente no debe derrotarse ante un problema, sino plantear una solución».

La mejor noticia es que en la primera evaluación de diciembre el plan «ya tuvo resultados; todos los alumnos acudieron a las pruebas y la gran mayoría los superaron». Quedaba un curso por delante y de nuevo el factor motivación fue clave. «Los alumnos tenían una parte hecha, los resultados se fueron consolidando y al final vimos que eran excelentes. Es verdad que cada curso es un mundo pero aquel año, que en el caso de 4º de ESO estaba abocado a un desastre académico, conseguimos un nivel de titulación sorprendente, en torno al 90%. La motivación es muy importante» incide el profesor Ángel Rodríguez.

También el estímulo por el reconocimiento al trabajo bien hecho, en este caso a un instituto de un pueblo. «No hay que tener complejos, los centros rurales ofrecemos educación de calidad para que los chavales salgan bien formados académicamente y estén preparados para enfrentarse al mundo real».

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2016/12/18/calidad-educativa-pueblos/972583.html

Imagen: http://fotos02.laopiniondezamora.es/2016/12/18/690×278/calidad-educativa-1.jpg

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Irene Gómez

Escritora española