Educación de futuro

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia.

Abro este espacio de participación ubicándome en el contexto de la educación de futuro. Analizaré, desde varias perspectivas y en varias entregas, lo que ello significa y sobre todo lo que eso implica, esperando que sea un aporte significativo en la transformación de lo que hasta ahora hemos construido.

1. Los trasfondos paradigmáticos

Empezaré mi reflexión desde un espacio de recuperación conceptual, con el fin de poner en contexto, es decir, darle sentido, a los planteamientos que quiero compartir.

Los necesarios reposicionamientos y adecuaciones de la educación tradicional en los contextos diversos en los cuales ha surgido, hasta llegar a la sociedad del conocimiento y la información, debería dar como resultado un giro bastante pronunciado que obligue, a los distintos sectores, a la elaboración de nuevos enfoques teóricos que puedan soportar nuevas visiones y reconfiguraciones de lo que antes se denominaba educación, escuela, conocimientos, ciencia, enseñanza, docencia, escolarización, investigación, etc., pues estamos definitivamente en otros contextos.

Son muchos los aportes que durante estos últimos años se han venido produciendo al respecto[1]. Unos referidos a la natural tendencia a la inercia y la  continuidad y su reforzamiento, ocasionando con ello un grave retraso en su desarrollo  y otros, los mas interesantes, que se han ubicado correctamente en las fronteras del futuro y abren caminos hacia nuevos horizontes. Ya veremos cuales son, pues ellos son los que deben convertirse en el  fundamento conceptual-formativo de quienes quieran encargarse de la formación de las nuevas generaciones.

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia. La educación tradicional con sus anclajes lineales, evidenciado en su explicita fragmentación en asignaturas y énfasis en lo escolarizante, ha hecho que poco a poco haya demostrando su ineficiencia y su ineficacia y ninguna ley  de educación, ni ningún acto administrativo que  le haga el juego a esta continuidad, podrá solucionar los problemas formativos que se plantean desde los nuevos contextos.[2]

La aparición de un nuevo modo en la producción de conocimientos,  ( ciencia modo dos), surgido de una dinámica de tipo holístico, como la cuántica, unido a un fenómeno económico denominado la “nueva economía”, entendida esta como el resultado de un conjunto de relaciones económicas glocales, de tipo contradictorio  y desigual a nivel internacional, así como en las diversas nuevas ciencias como la bioética, las neurociencias, las innovaciones disruptivas[3], etc., determinarán  un nuevo panorama en los procesos formativos del futuro.

Ahora bien, es preciso comprender y entender[4] que este tipo de procesos que llevan de un paradigma a otros mas poderosos, que generan nuevas estructuras y nuevos modelos de desarrollo, influyen y deben transformar las viejas instituciones reproductoras de conocimientos caducos como las escuelas, los colegios y demás instancias en donde se desarrollan procesos educativos, para que de verdad sean formativos.

Seguir considerando estos procesos tan importantes como simples servicios públicos, es desconocer su trascendencia y su significado en el mundo moderno. La formación de las nuevas generaciones debe constituirse como una empresa, como un proyecto vital de Estado y por lo tanto debe ser una empresa común y de todos. No de sectores privilegiados. En este sentido no puede haber ni privilegiados, ni excluidos, ni marginados.  El modelo anterior sí lo permitía y hasta lo fomentaba. Educación de cierto tipo para unos y de otro tipo para los demás y muchos se quedaron sin ninguna de las dos.

Los viejos  enfoques y los ya caducos modelos, fundamentados en viejas concepciones, deben ser muy rápidamente reemplazos por otros, pues se corre el peligroso riesgo de que al seguir insistiendo y fortaleciendo las viejas concepciones se le este haciendo un daño irreparable a los niños y jóvenes, pues se les estará educando para un mundo que ya no existe y se les dejara de formar para el que ellos deberán  comprometerse a seguir construyendo[5].

Un diseño radical de formación de  los nuevos maestros formadores es una necesidad urgente y este salto paradigmático bien podría darse bajo la figura de una innovación disruptiva, puesto que es muy difícil que las actuales universidades en donde se educan los licenciados, puedan romper sus rígidos esquemas. No es lo mismo señalar caminos[6] que recorrerlos.

De otra parte, es necesario que haya definitivamente una voluntad política que se convierta en actos administrativos inteligentes y de gran trascendencia para avalar, desde esas instancias, todos los intentos de transformación de lo que existe hoy.

[1] Generalmente llamadas innovaciones que no son más que cambios cosméticos o de fortalecimiento de algo que ya no funciona.

[2] Contexto, concepto fundamental referido mas bien a los contextos de diferente nivel que merece desde ahora un cuidadoso y muy “fino” tratamiento ya que todo lo que se diga, se haga, se planee,  se diseñe, se investigue etc, tiene sentido en el contexto, en estos nuevos contextos.

[3] Me referiré a cada una de ellas en las siguientes entregas.

[4] Comprender es contextualizar y Entender es establecer relaciones entre variables.

[5] Es conveniente reflexionar el paso de las diferentes generaciones, como la de los millennials a la nueva generación Z que rompe definitivamente con los paradigmas anteriores.

[6] Sobre todo caminos ya caducos que van a ninguna parte. Matrix.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-futuro

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Germán Pilonieta

Maestro formador. Filósofo. Magister en investigación educativa, evaluación y análisis curricular. Gestión educativa y tecnología de la educación. Formador certificado en Modificabilidad estructural cognitiva. Doctor en educación. Ph. en educación. Miembro de número de la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación. Director Equipo Cisne de investigación. Miembro del comité científico de la revista internacional Magisterio. Línea de investigación: educación de futuro.