Segregación educativa.

Por: Antonio Galván González.

Por cosas del azar, me enteraba el otro día de que la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura publicaba, vía DOE, una nueva orden para regular los programas de las secciones bilingües en los centros educativos extremeños.

Según dicha reglamentación, los alumnos que hubieran cursado estudios primarios en centros educativos con secciones bilingües tendrían prioridad, sobre aquellos que no hubieran disfrutado de esta posibilidad, a la hora de cursar estudios secundarios en una sección bilingüe. ¿Y qué supone esto? Pues, sencillamente, que los niños que hayan tenido la suerte de cursar estudios en centros de educación primaria con secciones bilingües podrán continuar su educación bilingüe en la etapa de la educación secundaria, y que los que tuvieron la mala fortuna de no poder estudiar en colegios con sección bilingüe continuarán, mayoritariamente, sin poder hacerlo en la secundaria. Y, claro, en esas estábamos cuando la Secretaría General de Educación, ante los primeros conatos de protesta de padres y madres de niños de centros de primaria sin sección bilingüe, emite una circular para tratar de endosarle «el muerto» a los centros de Educación Secundaria, apuntando que «los centros […] podrán formar tantos grupos para la impartición en el idioma de la sección de las áreas no lingüísticas como sus recursos propios le permitan». Y resulta que los centros tienen los recursos que tienen, y no pueden permitirse la creación de más grupos por la limitación del personal docente, habilitado para la impartición de clases bilingües, que les asigna (¡oh, casualidad!) la propia Junta de Extremadura. En conclusión: que la Consejería de Educación ha impulsado una orden que, a todas luces, fomenta la discriminación entre alumnos, y que relega a gran parte del alumnado a un vagón de cola que los mantendrá, por siempre jamás, alejados de la oportunidad de aprender idiomas. Y que, por si fuera poco, ha publicado una circular vergonzante, a través de la que se pretende trasladar «la patata caliente» a unos centros escolares que se limitan a trabajar con las herramientas que la propia Administración les proporciona.

Y, claro, ante todo esto, uno no puede por menos que preguntarse: ¿Es este el mejor modo de fomentar una educación de calidad y en igualdad de oportunidades? Aún están a tiempo de rectificar…

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/segregacion-educativa_1020519.html

Imagen: https://gcdn.emol.cl/adolescencia/files/2016/02/segregaci%C3%B3n-escolar.jpg

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Antonio Galván González

Investigador Educativo