La barbarie pedagógica en el siglo XXI

Por: José de Jesús Reveles

“Todos hablan de paz, pero nadie educa para la paz. Hoy en día se educa para la competencia y la competencia es el principio de cualquier guerra”.  (Lipnizka, 2012)

El conductismo es una corriente que se desprende de la psicología, su referente teórico es John B. Watson (1913), quien se basó en los estudios de Pavlov. El conductismo en la educación toma al alumno como si éste fuese una tabula rasa, es decir, que los alumnos vienen sin conocimientos previos al aula y que el docente es quien posee ese conocimiento y debe transmitírselo, por lo tanto, el rol del docente suele distorsionarse, en lugar de establecer un vínculo positivo con el alumno.

Según Los Santos (2004) el profesor debe dejar de ser un transmisor de información para convertirse en un facilitador del aprendizaje, debe dejar de ser el único portador de verdades inamovibles, haciendo del alumno un protagonista de su propio aprendizaje. Es decir que el ambiente de la clase debe ser un proceso de relaciones y vínculos, que encuentre un equilibro dinámico permanente.

Pero en los últimos años la relación entre alumnos y docentes ha tomado un rumbo que no favorece a la educación, ya que quienes tienen el control de la clase resultan ser los alumnos y no necesariamente la conducción paradigmática de los profesores.

Por lo tanto, hoy en día la incógnita que se presenta dentro de lo aquí explicado es; qué rol debe cumplir el docente frente al alumno, si teniendo una relación simétrica, donde existe un vínculo entre el estudiante y el profesor, los alumnos en la actualidad actúan de manera agresiva y no es privativo de un lugar en específico en el mundo, es una situación globalizada.

Por ejemplo, en la película “La educación prohibida”, uno de los docentes entrevistados expone que, en teoría todas las leyes nos hablan de objetivo de desarrollo humano, profundo: tales como cooperación, comunidad, solidaridad, libertad, paz, felicidad y se llenan de palabras hermosas.

La realidad es que cada vez más se tienen ejemplos en los que la estructura básica del sistema promueve justamente los valores opuestos: la competencia, el individualismo, la discriminación, el condicionamiento, la violencia emocional, el materialismo, cualquier idea que se promueve del discurso es incoherente con la estructura que se sostiene.

Por lo tanto, existe un doble discurso pedagógico, ya que genera una controversia que resulta visible no sólo en la relación alumno-profesor, sino también en la relación alumno-alumno.

Actualmente es fundamental preguntarse si estas actitudes son producto de la competencia que se genera dentro del aula mediante el proceso de la evaluación del conocimiento, si son producto de la teoría conductistas donde el alumno no es un individuo, sino como se suele entender en muchos de los casos, es sólo un número que asiste a clase, adquiere conocimiento y luego se enfrenta a un conjunto de profesores donde será evaluado.

Es decir que el alumno no importa cómo sea, sino que es solamente una esponja que debe absorber lo que se enseña en clase y ese conocimiento será extraído al momento de la evaluación, tal como lo explica Freire en su concepto de pedagogía bancaria.

En este contexto surge la necesidad de preguntarse si el constructivismo o la cognición serán capaces de resolver los problemas planteados anteriormente, generando así un discurso único e indiscutible basado en la paz y el compañerismo.

Pero para que este ideal de educación se construya y sea ejercido en su totalidad, tanto alumnos como profesores deberán provocar un cambio que tendrá resultados fructíferos a largo a plazo, con el fin de generar un discurso único donde la violencia y la competencia estén suprimidas.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente y espero que haya sido de su interés… y como siempre y para siempre ¡VIVA LA VIDA!

Fuente noticia: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/columna/la-barbarie-pedagogica-en-el-siglo-xxi

Fuente imagen: http://1.bp.blogspot.com/-CmTLEfZFp1o/Uo_pNteLK_I/AAAAAAAAABM/iKTCoWZzKqM/s1600/Cultura1.jpeg

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