Las desafortunadas consecuencias de la improvisación en la formación de interpretes en Cuba

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Las desafortunadas consecuencias de la improvisación

Cuba/12 de febrero de 2016 08:59 am/   00:02:04/  internet@granma.cu

 

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“Cuando terminé la escuela tenía el promedio suficiente para optar por el preuniversitario, pero siempre me interesaron los idiomas, en especial el Inglés. Enseguida me llamó la atención esta nueva especialidad, la pedí y me fue otorgada”, comenta.

Pocos días después de iniciar el curso escolar, este medio de prensa publicó la nota informativa Incrementan opciones de estudio en la Educación Técnica Profesional, la cual hizo referencia a las oportunidades que estrenaba la enseñanza, entre ellas la destinada a la formación de traductores e intérpretes. Dicha nota agregaba, además, que sería solamente en La Habana, y los alumnos podrían continuar estudios superiores en la materia.

Sin embargo, durante el primer semestre del periodo lectivo, tanto Geidis como sus compañeros de estudio en el IP Pablo de la Torriente Brau recibieron clases de Inglés y Francés de manera intermitente, y se vieron afectados por la nula existencia de profesores en algunas asignaturas de la especialidad. Además, este medio de prensa conoció de la escasez de los recursos mínimos indispensables para el desarrollo del proceso docente-educativo, como los libros de la especialidad, por solo mencionar algunas insuficiencias.

UNA DEMANDA EN LA RAÍZ DEL PROBLEMA

“A mediados del año pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), en su proceso de reordenamiento, organiza una reunión donde el Ministerio de Educación (Mined) es convocado, y manifiesta su preocupación con el déficit de traductores e intérpretes. En ese escenario, planteamos la posición del organismo, que siempre ha sido apoyar la formación de los profesionales que ne­cesita el país”, explica Eugenio González Pé­rez, director de la Enseñanza Técnico Pro­fe­sional (ETP) en el Mined.

“A partir de ese momento, se creó un sistema de trabajo presidido por el Minrex, con reuniones todas las semanas.

Primero, se concibió como un Técnico Medio en Traducción e Interpretación, luego su denominación cambió a Técnico Medio en Lenguas Extranjeras. Nos solicitaron en un momento que fuera graduado de bachiller, le explicamos que lo más factible no era apretar la carga del inglés en el preuniversitario, sino concebirlo como un Técnico Medio, y así se aprobó”.

“La decisión fue hacerlo de manera experimental solo en La Habana, a partir de la demanda que había surgido, y con la expectativa de que otros ministerios se fueran sumando, como el de Turismo, por ejemplo. Incluso, se habló de las posibilidades de la inversión extranjera, de cooperativas que pudieran hacerse para la traducción de documentos, y hasta del propio Mined, por el déficit de profesores de Inglés”, añade.

A pesar de las dificultades actuales, para el próximo curso se aprobó extender el experimento, es decir, “en septiembre la especialidad va a volver a abrir”, según dijo a Granma Gon­zález Pérez. “La intención es que en el proceso de demanda, otros organismos conozcan el perfil ocupacional y la importancia de estos profesionales, para seguir ampliando la formación”.

Otro aspecto anunciado a la prensa por el director de la enseñanza, al momento de dar a conocer el pasado septiembre la apertura de la especialidad, fue la opción de continuar estudios en la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX), en la Universidad de La Habana. Sin embargo, llama la atención que la carrera en la Educación Superior no está concebida para el Curso por Encuentro, lo que imposibilitará, si no se adopta otra decisión, que una vez graduados y trabajando los estudiantes puedan acceder a una carrera universitaria afín.

Interpelado ahora sobre este tema, Gon­zález Pérez comenta que a la FLEX se le planteó la posibilidad de crear las condiciones para que, cuando los alumnos se gradúen, tengan la nueva opción que les permita al mismo tiempo estudiar y trabajar. “La idea es lograr egresados con una vasta preparación en los idiomas, que puedan entrar con mejores condiciones a la universidad, y satisfacer al mismo tiempo las demandas crecientes del sector productivo”.

Sin embargo, lograrlo dependerá de que no queden para luego los análisis pertinentes en la concepción de la carrera en la modalidad de Curso por Encuentro, una salida que deberá ser muy bien analizada, pero que a la postre ayudará también a paliar la necesidad de esos profesionales en la capital del país. La ETP, como diría González Pérez, es un sistema dinamizador de la economía. De nada vale si no se toman las medidas para garantizar la superación de esa fuerza laboral.

¿DÓNDE ESTÁN MIS PROFESORES?

Al iniciar el curso escolar, la matrícula de 37 estudiantes se dividió en dos semigrupos para la práctica de los idiomas Inglés (20) y Francés (17), y se realizó un diagnóstico que determinó quiénes darían clases en cada uno de ellos. “No obstante, para las asignaturas de formación general, los alumnos vuelven a unirse en uno solo”, apunta sobre algunos aspectos de la organización escolar Celia Banasco Ca­sa­nova, directora de la escuela y profesora guía del grupo.

Para Geidis Pérez Rosabal, estudiante del semigrupo de Inglés, las cosas no fueron co­mo esperaba. “Cuando entramos nos dijeron que no habían encontrado los profesores, dábamos las asignaturas ‘normales’, pero no las clases de idiomas. Eso duró todo el mes de septiembre. Luego, nos pusieron un profesor para la Práctica Integral del Inglés que me gusta como da las clases; lo que sucede es que también imparte clases en otra escuela y tiene a su mamá enferma, y entonces algunas veces ha tenido que faltar”.

Por su parte, Teddy Richard Herrera, de Francés, argumenta que su profesora “aunque es muy buena”, también ha tenido ausencias por “asuntos personales”. “Nosotros da­mos diez horas clases de las asignaturas de la especialidad cada semana (martes y jueves). A veces nos hemos quedado una semana entera sin recibir esa docencia porque la profesora tiene problemas personales y trabaja en la Alianza Francesa. Tiene su tiempo muy restringido. Por eso necesitamos a otro profesor, y la directora nos dice que lo está buscando, y no lo ha encontrado”.

“Nosotros deberíamos tener una persona que esté en la escuela a tiempo completo. Si tenemos una duda, hay que esperar a que el profesor pueda venir y él tiene su mamá enferma, su otro trabajo… Aprender otro idioma no es algo muy fácil. Necesitamos a alguien que nos vaya explicando poco a poco todas las dudas que tengamos”, sostiene Davis de la Caridad, de Inglés.

Todos coinciden en que, a pesar de la indiscutible calidad de los docentes, los ha afectado la intermitencia con que han recibido la docencia; hecho que comprobó esta reportera en la última visita a la institución, uno de esos días en que los estudiantes, procedentes de diferentes partes de La Habana, se trasladaron a la escuela y no encontraron a su maestro de Práctica Integral del Inglés.

Ante las disímiles interrogantes que surgen, la directora de la institución responde que, al inicio del curso, “solo recibieron las asignaturas de formación general, porque no se contaba con los docentes para la especialidad. Después, fueron apareciendo los profesores: el de Introducción a los Estudios Lin­güís­ticos, que imparte además Panorama de la cultura cubana; el de Panorama de la cultura inglesa (que hoy ya no se encuentra), y se incorporaron los de la Práctica Integral del Inglés (a finales de septiembre) y Francés (a mediados de octubre)”.

 

 

Además, agrega que la gestión para “conseguir” los profesores “partió de todos”. “Al profesor de Panorama de la cultura cubana e Introducción a los estudios lingüísticos lo mandó la directora municipal de Educación. La Dirección Provincial consiguió que la metodóloga que atiende idiomas en la provincia prestara servicios y es la que imparte Práctica Integral del Francés, y así mismo gestionó la contratación de un profesor de la escuela Antonio Guiteras, para dar Práctica Integral del Inglés”.

En entrevista con Eduardo Sosa, profesor de esta última asignatura, se corroboró lo argumentado por los estudiantes sobre las causas de su inasistencia: “Yo doy clases en otra escuela donde tengo nueve grupos. Además, tengo a mi mamá postrada. He hecho mi mayor esfuerzo, incluso, ante la ausencia del profesor de Panorama de la cultura inglesa, he intentado darle salida también a esa asignatura, con la evaluación de determinados ejercicios a los estudiantes”.

Una simple cuenta da como resultado que existe un total de seis asignaturas de la especialidad, y en dos de ellas los alumnos no recibieron ninguna clase por no contar con los docentes (Panorama de la cultura francesa y Técnica de la interpretación); agreguémosle a ello la inestabilidad de los profesores de Práctica Integral del Inglés y la del Francés, y las pocas ocasiones en que se les impartió Panorama de la cultura inglesa; sacaremos entonces como conclusión la cantidad de contenidos de la especialidad destinados al primer semestre del curso, que los alumnos dejaron de recibir.

La alternativa de buscar profesores con una carga docente considerable y serios problemas personales, así como con responsabilidades y cargos (en el caso de la metodóloga de la Dirección Provincial de Educación) propinó una mediana solución al problema, mas acarreó serias consecuencias al proceso docente educativo. “Tapar un hueco para abrir otro”, como sentencia el gracejo popular.

Pero que en el camino las soluciones emergentes encontradas no fueran las mejores, sino las que en ese momento estuvieron al alcance de la mano, no es ni siquiera lo peor; lo que nunca debió suceder fue que el Ministerio de Educación iniciara una especialidad sin tener bien asegurados a todos los especialistas, incluso, aquellos que por la importancia de sus asignaturas estuvieran a tiempo completo en la institución.

SI DE ¿ALTERNATIVAS? SE TRATA

Al no contar con los docentes empezamos a bloquear asignaturas de dos horas clases para el segundo semestre, comenta Yoania Falcón Suárez, subdirectora provincial de educación que atiende la ETP, y agrega que los estudiantes “no se verán afectados”, pues en el primer semestre, ante la ausencia de esos profesores, se sumaron más turnos de clases de Panorama de la cultura y Práctica integral en ambos idiomas, así como de las asignaturas de formación general, “de manera que se permitiera avanzar en estas materias”.

Sin embargo, ante el atraso acumulado y la complejidad de las materias que deberán en­frentar los estudiantes, es difícil calcular el avance o la afectación. En algo sí acierta Ba­nasco Casanova: “Eso exige más estudio, más preparación. Una asignatura que se debió dar en todo un curso, ahora se va a recibir en solo un semestre”.

Aunque en ello no coincide González Pé­rez, al referir que puede recuperarse el tiem­po perdido “sin agobiar a los muchachos, porque en la concepción de los programas de estudio existen las horas clases de reserva y el profesor elabora su propio currículo”, solo con una distribución inteligente de la carga docente, y el trabajo con las individualidades de los educandos, podrá dar resultado positivo esa ecuación en la cual los alumnos “no se verán afectados”.

Pese a que a esta altura del partido la única solución que se vislumbrara fuera duplicar la carga para el segundo semestre; algo diferente es la calidad con que se concrete, y ello dependerá del compromiso que asuma cada parte, desde el profesor que empeña su palabra en la formación de las nuevas generaciones, el estudiante del que demandará mayor esfuerzo y atención, así como de los encargados en buscar una ágil alternativa ante el imprevisto.

¿Y existen los profesores?, indaga esta reportera ante la inminencia del segundo semestre y la duda de los estudiantes que la miran con intranquilidad, y admiten el desconocimiento de las soluciones que ha buscado el Mined: “Estas asignaturas las impartirán dos profesores de las Escuelas de Idiomas de Playa y Plaza de la Revolución. Ya nos reunimos la semana pasada con ellos”, explica Falcón Suárez, en entrevista realizada el 16 de enero.

Al parecer, la lección quedó grabada para próximas experiencias, que ojalá no se repitan: “El Inglés es una asignatura que en La Habana, en materia de cobertura, está afectada. En el municipio hay déficit de profesores y eso no lo tuvimos en cuenta cuando conformamos el grupo, esa es una deficiencia nuestra. Pensamos en la calidad de la escuela, la experiencia de su directora, en que es un centro que tiene especialidades únicas; pero no pensamos en cómo sería más fácil buscar los profesores, en caso de una emergencia”, confirma Falcón Suárez.

EN EL MAR DE LOS OLVIDOS

La práctica de llegar cada primero de septiembre al aula con una mochila vacía, y salir con otra llena, sin desembolsar un centavo por ello, no es para los estudiantes cubanos un lujo; por el contrario, se ha convertido en el acto más preclaro y conciso del derecho conquistado a una educación gratuita, que se expresa en el artículo 51 de la Constitución.

Y aunque las carencias económicas en los últimos años también se han reflejado, de alguna manera, en el pupitre de los alumnos, todavía continúa siendo una prioridad la gestión de los implementos necesarios para asegurar el proceso educativo, así sea con la búsqueda de alternativas ante las dificultades que impone la realidad económica.

“Al inicio del curso contábamos con las dos aulas, a los estudiantes se le entregó su base material de estudio, las libretas, los lápices, los libros de las asignaturas de formación general”, argumenta Banasco Casanova.

Pero quizá, para haber matriculado en un técnico medio destinado al estudio de los idiomas, los jóvenes alumnos no imaginaron que en su mochila faltarían todos los libros de la especialidad.

“En la medida que pasaron los días se hicieron gestiones por parte de la metodóloga del Mined, para resolver la bibliografía de la especialidad. En el Instituto Superior de Relaciones Internacionales nos resolvieron los “Spec­trum 1, 2, 3 y 4. En estos momentos, cada estudiante de Inglés tiene su “Spectrum” 1 con su cuaderno de actividades”.

Sin embargo, el grupo de Francés no corrió con la misma suerte. “Aunque se hicieron las gestiones en la Alianza Francesa, y nos dieron diccionarios, un libro de gramática, algunos textos del “Tout va bien”, del número 1 solo conseguimos un solo ejemplar, y es el que utilizan para desarrollar su clase práctica. El resto de la bibliografía la tenemos en soporte digital”, admite la directora.

Resulta difícil comprender que no se tuviera en cuenta algo tan indispensable como la carencia de los libros y los cuadernos de trabajo antes de iniciar el curso escolar; y tampoco se entiende que, en todo un semestre, no se hubieran podido gestionar algunos ejemplares —en el caso del Francés—, lo que hubiera permitido repartir, al menos, uno cada dos estudiantes.

Además, la bibliografía digital, aunque es una opción, no resuelve el problema, sobre todo si tenemos en cuenta que no todos los estudiantes cuentan con computadoras personales, como aseguró a Granma la directora de la institución.

Aun cuando en el aula cuentan con un televisor y una computadora, utilizados para apoyar el proceso docente-educativo, otra de las deudas pendientes con la especialidad es la presencia de un laboratorio de audición. Sobre este aspecto, González Pérez comenta que se incluyó su compra en el plan de la economía de este año, e incluso “será más moderno que los que tenemos hoy en las escuelas pedagógicas, con un software para seis idiomas”.

Sin embargo, con una adecuada planificación hubiera sido plausible el uso de los laboratorios con que cuentan las escuelas pedagógicas de la provincia. “Se pudieran hacer nexos para usarlos hasta tanto tengamos el de ellos”, reconoció González Pérez; y a la misma alternativa hizo referencia Falcón Suárez, como una solución para este semestre.

¿Por qué razón no haber adoptado esa medida, mucho tiempo antes?

CADA CAUSA CON SU EFECTO

A pesar de no contar con algunos profesores, parte de los libros de la especialidad ni una alternativa que permitiera la utilización de los laboratorios existentes en la provincia, hasta tanto llegara el suyo, los estudiantes del Técnico Medio en Lenguas Extranjeras continúan muy motivados por la carrera elegida. “Nos gustan los idiomas, y la mayoría queremos continuar estudios en la universidad”, apunta uno de ellos que no alcanzamos a distinguir. (En la medida que fueron llegando, los estudiantes se sumaron a la entrevista, en el patio de la escuela)

Al preguntarles cómo han logrado apuntalar los conocimientos que por una u otra causa no han recibido en la escuela, casi al unísono responden: “Con los repasadores particulares”. De igual forma contestan cuando indagamos el precio de esas clases, un dinero que obviamente sale del bolsillo de sus padres, y se escucha indistintamente: “diez CUC mensuales”, “un dólar por clases”, “dos dólares al mes”.

Las consecuencias de la improvisación resultan siempre demasiado caras. El Mined no debió fallar en la garantía de los profesores y los materiales de estudio, recursos mínimos para asegurar con calidad el proceso docente educativo. Las enseñanzas de esta historia deberían servir para no equivocar el rumbo en el periodo venidero, máxime cuando este segundo semestre será decisivo en la preparación de estos estudiantes, y es preciso tomar las medidas para no replicar los mismos errores en el próximo curso.

Además, deberían estrecharse los vínculos entre el Mined y el Minrex, pues quizá con esa alianza podrían concretarse acciones en beneficio de los estudiantes, más allá de que el primero sea el responsable directo en la formación de un profesional competente.

Cuando está en juego la preparación de nuestros jóvenes, no se justifica la falta de visión y demora en la búsqueda de soluciones. Todavía al momento de una de las visitas de este medio de prensa a la institución (finales de enero), había inquietudes entre los alumnos sobre las medidas para sortear las vicisitudes de la enseñanza, lo que demuestra las deudas que quedan en la comunicación.

Mientras, seguimos abogando por la calidad de la educación. Pero eso se traduce en aprender de cada lección y sentirnos responsables por el futuro, que se halla innegablemente en las manos de nuestros jóvenes; se traduce en no cejar en el empeño de brindarles una formación que se revierta en beneficios de toda índole, tanto personales, como de bienes y servicios para el país.

 
Fuente  http://www.granma.cu/cuba/2016-02-15/las-desafortunadas-consecuencias-de-la-improvisacion-12-02-2016-00-02-04

 

 

Editado por: Rose Mary Hernández Román

Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”-Venezuela

Investigadora del Centro Internacional Miranda

PEII-A1

 

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