Crisis del aprendizaje en la educación

México / 22 de octubre de 2017 / Autor: Simón Vargas / Fuente: Eje Central

¿Qué es la educación y qué diferencia hay con el aprendizaje? ¿Por qué ahora tenemos niños escolarizados, pero no con conocimientos sólidos? Según la enciclopedia británica la educación consiste en una “disciplina que se preocupa por los métodos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas o entornos similares a la escuela” por otro lado, el aprendizaje hace referencia a “la alteración del comportamiento como resultado de la experiencia individual, cuando un organismo puede percibir y cambiar su comportamiento”. Son dos temas que suelen tratarse como sinónimos y es aquí en donde quizá radica el principal error, no son iguales; son procesos completamente diferentes.

En una investigación reciente, el Banco Mundial afirma que millones de jóvenes de países con ingresos bajos o medianos podrían enfrentarse a la posibilidad de perder grandes oportunidades, esto debido a que las escuelas no brindan las herramientas y competencias necesarias para hacer frente a los cambios que se viven día con día en un mundo globalizado.

“Esta crisis del aprendizaje es una crisis moral y económica”, declaró el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “En el caso de los jóvenes, la educación, cuando funciona como es debido, fomenta el empleo, incrementa los ingresos, mejora la salud y reduce la pobreza. A nivel social, estimula la innovación, fortalece las instituciones y promueve la cohesión social. Pero estos beneficios dependen del aprendizaje, y la escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desaprovechada. Más aún, es una gran injusticia: los niños con los que la sociedad está más en deuda son aquellos que más necesitan de una buena educación para prosperar en la vida”.  http://bit.ly/2xINVWF

Sorprendentemente, ahora nos enfrentamos a una escolarización básica sin aprendizaje, donde se motiva a los alumnos a repetir planteamientos de los cuales, pasado un tiempo son incapaces de desentrañar conceptos reales. Así como una educación superior en donde existe una desconexión entre la realidad laboral y lo que se enseña, producto de la poca interacción entre el mundo académico y el mundo real.  http://bit.ly/2pIT3bD

Mucho se ha hablado sobre el derecho a la educación, pero no debe limitarse a alumnos sentados en un aula, sino también a fomentar docentes comprometidos; pero no sólo eso, el aprendizaje y la buena educación es una suma de tres partes, el alumno, el catedrático y el sistema educativo; si uno de estos tres muestra deficiencias generalmente el resultado no será favorable para los otros dos.

¿Contar con seis años de escolaridad no es suficiente para que los niños puedan leer una oración y comprenderla? Pues aún con todos los esfuerzos volcados en la educación y a que nuestros niños y niñas reciban clases de calidad, se ha fallado en el proceso. Hay diversos puntos a evaluar, pero considero que uno de los principales es creer que tenemos un tiempo límite para “aprender”, no hay razón científica, detrás de la idea de que los niños deben aprender a leer y escribir en uno o dos años. No obstante, esto es lo que a menudo se da por entendido y generalmente se presiona al alumno para asimilar un proceso que por diversas razones parece no quedarle claro, y derivado de esto el fracaso es aún hoy en día atribuido a los estudiantes, no al sistema, ni a los padres, ni a los docentes; aunque a decir verdad el sano desarrollo de un niño involucra a todos los antes mencionados y no debe recaer la responsabilidad solamente en una parte.

Por otro lado, durante muchos años nos enfrentamos a catedráticos sin vocación, que escogen el oficio urgidos por la supervivencia más que por la pasión de enseñar; para dar un giro radical, se requieren docentes con tiempo y condiciones para prepararse, para enseñar sin apuros, con libertad y autonomía para ensayar, equivocarse, aprender y rectificar, que saben mucho, y que por eso mismo saben que no puede dejar de aprender, que toman decisiones informadas, que leen, escriben e investigan, que alientan al propio descubrimiento; pero que sobre todo facilitan la buena educación.

Aunado a lo anterior deben existir espacios pensados para el aprendizaje donde la infraestructura sea la adecuada, donde se impulse a la imaginación a salir a caminar de la mano del alumno, donde el ruido o falta de aseo no sean impedimento para que el conocimiento les haga cosquillas a los pequeños.

Pero tampoco todo es funesto, se ha avanzado a pasos agigantados en las diversas teorías del aprendizaje desde el conductismo propuesto por John Broadus hasta el actual que expone basarnos en competencias entendiendo los diferentes tipos de aprendizaje, y visualizando que el alumnado no es una masa homogénea de seres humanos sino personas individuales con capacidades propias.

Como ejemplo, recordemos que Corea del Sur a principios de 1950 tenía una tasa de alfabetización extremadamente baja, pero a través de un programa de alta calidad en educación primaria y secundaria creado en 1995 ha logrado que los jóvenes obtengan las mejores calificaciones internacionales en los últimos años. Un cambio estructural no es un trabajo de un par de años, debe ser un esfuerzo comprometido por décadas, el camino es largo pero transitable y más aún, necesario.

No sólo se trata de aprender, también debemos aprender a aprender, pero sobre todo a entender que el aprendizaje no es algo impuesto; porque para la mayoría la experiencia escolar es rígida, tediosa y repetitiva, hay que inculcar en nuestros niños y niñas el amor al conocimiento. Si cimentamos con consciencia del aprendizaje y del hambre de conocer, comenzaremos a ver edificados adultos responsables de sí mismos y de la sociedad, personas que mostrarán habilidades para ayudar a su entorno y al prójimo.

Tenemos que empezar por romper muchos paradigmas y clichés establecidos, atrevernos a confiar en los alumnos, a creer que ellos también pueden enseñarnos, a compartir sin prohibición, pero con respeto. La educación siempre tendrá que ir acompañada de un trabajo constante, de un ímpetu de salir adelante, no es suficiente con una maestría y un doctorado, nuestra sociedad requiere profesionistas incansables, llenos de sueños por cumplir y que no se detendrán al primer tropiezo.

Fuente del Artículo:

http://www.ejecentral.com.mx/inprincipio-crisis-del-aprendizaje-en-la-educacion/

Fuente de la Imagen:

https://www.observatoriodelajuventud.org/el-banco-mundial-alerta-sobre-la-presencia-de-una-crisis-del-aprendizaje-a-nivel-mundial/

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Simón Vargas Aguilar

Lagunero. Consultor en Seguridad, Justicia, Política y Educación. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Coahuila. Cuenta con diplomados en Seguridad Nacional y Análisis Político por la UIA y el ITAM. Es egresado del Programa de Alta Dirección de Empresas AD 2010-11 del IPADE Business School. Columnista en La Jornada, La Silla Rota, Eje Central y +Claro. Twitter: @simonvargasa.