Educar para el emprendimiento no es una opción sino una necesidad

 Por: Marcel Doubront

Vivimos tiempos que, si bien unos pueden llamarlos sociedad de la información, otros sociedad del conocimiento, para este servidor el presente momento histórico debería tener por seudónimo sociedad de la contradicción, consecuencia de lo que llaman algunos “mundo globalizado y cambiante”    donde por un lado se critica a la vieja pero vigente cultura rentista pero por el otro se fomenta el asistencialismo, problema que no queda con una caja de CLAP, con el Bono de la Patria o con alguna otra subvención demagoga, sino en lo que  preocupantemente se está convirtiendo en el  principal  enemigo de la juventud Venezolana y de manera sostenible en el resto de la sociedad.

Quienes trabajamos en el subsistema universitario nos sentimos asombrados cuando el gobierno divulga cifras relacionadas a la calidad educativa, sin embargo, en contraste con esos indicadores gubernamentales se evidencian menos unidades de transporte, una infraestructura en peores condiciones, desinversión en materia cultural, deportiva, científica, niveles históricos de corrupción  y una matrícula que día a día viene decreciendo   producto de que el actual modelo educativo no da respuesta a las expectativas del estudiante, algo que concuerda con una frase que se le atañe a Freire “Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no se han hecho.”

En ese sentido el estado promueve un discurso contra la cultura rentista así como intenta implementar planes  apodándolos como proyectos socio productivos, pero contradictoriamente sigue  graduando para el mercado laboral  con menos empresas  producto del clima de incertidumbre que vive el país y con más profesionales producto de la masificación en matricula, de igual forma si bien  nuestra carta magna en los artículos 102, 103, 104  habla de la educación como derecho humano, la gratuidad de ella, el conjunto de oportunidades a los diversos actores de la sociedad, así como de calidad, terminan siendo premisas insuficientes ante el momento histórico, ya que si bien es pertinente para el desarrollo de los pueblos concebir a la educación como  “un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria” también es cierto que esta debe formar para la producción y no para el consumo en concordancia plantea Gutiérrez (1974) “Es ingenuo y hasta de mala fe, dice R. Hutchins, esperar que un sistema educativo desarrolle seres inteligentes, si todas las fuerzas de la cultura están dirigidas a desarrollar productores y consumidores.”

De igual manera, si bien en la ley de universidades en su Artículo 2. Plantea:  “Las Universidades son Instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales” cabria la pregunta ¿Cuál contribución en el esclarecimiento de los problemas nacionales? tenemos una gran crisis de ciudadanía llenos de desvalores, de  malas costumbres y como aporte del alma mater esta adherirse a la polarización, unos alentando a los jóvenes en los enfrentamientos de guerra urbana el cual dejaron un saldo de mas de 130 muertos y otros en una función más acomodaticia con el gobierno inhibiéndose de hacer una critica ante la poca efectividad del sistema educativo universitario por miedo a perder el cargo. En ese sentido Monge (2013) refiere

se requieren acciones concretas por parte de las instituciones de educación superior, que permitan un replanteamiento de su ser y hacer frente a las demandas y necesidades sociales, donde estos nuevos escenarios requieren la participación de una universidad proactiva, formadora de mentes críticas e innovadoras y capases de visualizar y participar en la construcción del desarrollo con un amplio sentido de solidaridad y equidad.

Es allí donde el “Educar para el emprendimiento” surge como una necesidad ante los tiempos que vive el país, primeramente en los extractos sociales más bajos como en tiempos de la IV republica se evidencia un alto nivel de deserción escolar tanto en la educación media y universitaria, como de igual manera preocupantes indicadores como el de embarazo no planificado en adolescentes y delincuencia juvenil, todo esto no solo por los niveles socio económicos ya conocidos, sino porque la educación no genera ninguna atracción para la juventud ya que no da respuesta a sus expectativas, en ese orden de ideas Pinto y Sanabria (2010) plantean

es necesario que la educación se centre en el desarrollo integral del individuo, ofreciendo un mensaje espiritual de calidad y abierto a una sociedad pluralista, donde se formen seres sociales abiertos a la comunicación, al diálogo, es decir, ciudadanos capaces de asumir responsabilidades en su contexto y a la vez aprendan a mirar la realidad y se apropien de la misma, con el compromiso de contribuir con los otros a mejorarla cada vez más.

Ese espacio es a través del aprender haciendo para poder despertar el interés educativo e investigativo del educando en sinergia con lo que plantea Delors en lo «Los cuatro pilares de la educación» aprendiendo a conocer, hacer, convivir y ser, en aras de que el educando entienda que es un sujeto de cambio y no determinado a lo que la actual coyuntura económica y social le impone por medio de la desesperanza

En este contexto Freire (1969) deduce “Sólo en la medida en que descubran que alojan al opresor podrán contribuir a la construcción de su pedagogía liberadora. Mientras vivan la dualidad en la cual ser es parecer y parecer es parecerse con el opresor, es imposible hacerlo.” Es por ello que como plantea Tedesco (2003) “la educación ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos.”

Por otro lado se presenta el caso de los centenares de miles de jóvenes profesionales que cruzaron las fronteras de nuestro país al ver sus sueños frustrados muchos al no poder ejercer la  carrera que se le fue conferida a través de sus estudios,  otros aunque si pudieron ejercerla no se les puede calificar como afortunados ya que también abandonaron sus familias, amigos, hogar por un nuevo destino, entiendo que el gobierno entre sus limitaciones políticas, económicas, estructurales intente hacer esfuerzos con programas sociales, no se trata de una misión Chamba como se puede combatir el viejo modelo que no termina de morir, en tal sentido Sanoja (2008) deduce

La manera de permitir que la gente salga de la pobreza no es simplemente regalándole dinero; la mejor manera es crear una mejor cultura laboral, enseñarle a trabajar como parte de un colectivo social, estimulando el desarrollo de una cultura laboral proactiva, darle al mismo tiempo las herramientas económicas para que dichos colectivos puedan crear su propio medio de sustento.

Ahora bien esto se aborda de manera planificada y no improvisada y mucho menos fragmentada, el plan no puede ir por un extremo y la educación por otro, Ander Egg  (1979) refiere “el problema de la educación no puede ser considerado aisladamente del contexto político, social, económico y cultural en que se da”  lo que demuestra es que como plantea el autor la educación no debe estar descontextualizada de la realidad social y viceversa por lo que el plan de una educación emprendedora o productiva debe ser multidisciplinaria para poder transcender en las soluciones que amerita la sociedad en ese contexto Martínez (2011)

la característica esencial del mundo que nos ha tocado vivir: el cambio acelerado y constante. Dicho cambio no se reduce al ámbito informativo, sino que toca prácticamente todos los órdenes: económico, político, religioso, social y cultural. De esta manera, la educación en general y los distintos niveles en particular, también se han visto en la necesidad de repensar su misión y visión, al replantear los objetivos que se han fijado para ajustarse a los nuevos reclamos que emergen de sociedades cada vez más complejas.

En conclusión, la educación se puede concebir como un proceso de concienciación y su incidencia en la sociedad, sin embargo también esta tiene que ser vista como un semiento de libertad, no basta con aprender a leer y escribir, mucho menos conocer y analizar un objeto de estudio cuando la necesidad histórica exige que este debe ser transformado para el bien común, en ese orden de ideas Morín (1999) refiere

a ese problema universal está enfrentada la educación del futro porque hay una inadecuación cada vez más amplia, profunda y grave por un lado entre nuestros saberes desunidos, divididos, compartimentados y por otro lado, realidades o problemas cada vez más poli disciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales y planetarios.

Lo que sin duda convoca a la educación a deslastrarse de su papel de observador de la realidad y tome un rol protagónico en los cambios que esta grita, Zemelman (2006) dice que “no hay un espacio privilegiado para construir la historia, la historia se construye desde cualquier espacio todos los días, y si no, la construyen otros” la educación para el emprendimiento es uno de ellos.

 “Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar del humanismo y negar a los hombres es una mentira.” Freire (1969)

Referencias

Ander Egg (1979) Hacia una pedagogía autogestionaria, el Cid Editor Buenos Aires Argentina.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) N.° 5.908 Extraordinario del 19-02-2009.

Freire Paolo (1969) Pedagogía del Oprimido http://www.psuv.org.ve/wp-content/uploads/2013/05/FreirePedagogiadelOprimido.pdf

Gutiérrez Francisco (1974) Pedagogía de la Comunicación Editorial Costa Rica, San José de Costa Rica

Ley de Universidades (1970) Gaceta Oficial N° 1.429 Extraordinario de fecha 8 de septiembre de 1970 Caracas Venezuela

Martínez Germán Iván (2011) Educar en la Era Planetaria Revista Al Pie de la Letra.  Revista de la Escuela Normal de Tenancingo  Año 5 Núm. 8 Mexico.

Monge Ana (2003) Liderazgo educativo y retos de la educación superior en el siglo XXI: Hacia la Visión y a Acción.  Revista Educare N° IV  www.revistas.una.ac.cr/index.php/EDUCARE/article/download/1019/943

Morin Edgar (1999) 7 saberes necesarios para la educación del futuro  Publicado en octubre de 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – 7 place de Fontenoy – 75352 París 07 SP – Francia

 Pinto M. Nilsa E.; Sanabria S. Marisol; (2010)  La Investigación Educativa en la Formación Integral del Futuro Educador. Revista Ciencia de la Educación Segunda Etapa Vol. 20 / Nº 36 / Valencia, Julio – Diciembre http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/n36/art10.pdf

Sanoja Mario (2007) El humanismo socialista Venezolano del siglo XXI, Monte Ávila Editores Latinoamericana C.A. Caracas Venezuela

TEDESCO, Juan Carlos (2003). «Los pilares de la educación del futuro». En: Debates de educación (2003: Barcelona) [ponencia en línea]. Fundación Jaume Bofill; UOC. [Fecha de consulta: dd/mm/aa]. http://www.uoc.edu/dt/20367/index.html

Zemelman Hugo (2006) El conocimiento como desafío posible Instituto Politécnico Nacional México DF.

Comparte este contenido:

Marcel Alejandro Doubront Guerrero

Licenciado en Educación Integral Egresado UNESR. Con estudios de Especialización en Planificación y Evaluación de la Educación en el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela- Maturín. Cursante de la Maestría en Gerencia Educacional UPEL Bolívar. marceldoubront@gmail.com