Ecoeducación Contrahegemónica

   Al hablar de educación ambiental nos quedamos cortos. Porque ya no es suficiente celebrar el día del árbol y luego dejar que la planta se seque o celebrar el día de la alimentación y luego salir a comer comida chatarra. El detalle es que el asunto del cambio climático va mucho más allá de nosotros y si bien es cierto que debemos cuidar nuestro entorno y nuestro medio interno, esto no es suficiente. En otras palabras, por más papelitos que evitemos lanzar a la calle, no evitaremos el derretimiento de los polos y el calentamiento global. El fenómeno climático del Niño que hoy día nos afecta en Venezuela con una gran sequía, no es responsabilidad primaria de los venezolanos. Lo es, de los mal llamados países desarrollados. Y si bien nosotros hacemos un gran esfuerzo por preservar nuestros recursos y administrarlos eficientemente, aún convirtiéndonos todos los venezolanos en superecologistas, no salvaremos al planeta si los países que más contaminan no cambian sus prácticas de consumo y de producción. Al final de esto no bastará decir; pero yo si me porté bien, yo hice lo correcto.

El afán depredador y egoísta del capitalismo no se detiene ni se detendrá porque nosotros reciclemos únicamente. Ellos acaban de firmar un acuerdo de reducción de emisiones de gas invernadero. Las preguntas son: ¿Lo harán realmente? Y si lo hacen ¿Será suficiente? Y ¿Lo harán a tiempo para salvar al planeta? No podemos ser más ingenuos, porque si seguimos así creyendo que sólo cuidando la matica salvaremos al planeta lo que más haremos será cuidarle la matica al enemigo que luego vendrá a quitárnosla.

Pero aparte de esto es importante decir que la matica se nos está secando, es decir; ese cuidado que acabamos de decir que no es suficiente para salvar al planeta, ni siquiera lo estamos haciendo bien. En consecuencia ni en lo local, lo regional, lo nacional ni en lo internacional estamos haciendo las cosas bien. Y es que los niveles de consciencia están aún muy bajos en la población. Acabo de escuchar a un señor decir que iba a dejar de fumar porque un cigarro cuesta ahora 70 bolívares y no que lo hacía porque éste da cáncer. Si no nos cuidamos a nosotros mismos ¿cómo haremos lo propio con el planeta? Tenemos una población que no come por vanidad o come demasiado por gula, que hace largas colas para adquirir productos que no necesitan en lo inmediato y que revenden a latos precios o que los acumulan por temor, generando todo un sistema de desabastecimiento, y si sumamos a esto el acaparamiento, la escases inducida y la corrupción de toda la población, veremos un grave problema ecourbano que afecta no sólo física sino síquicamente a la colectividad.

Desde el estrés hasta las patologías que éste puede inducir, observamos toda una dinámica de contaminación social que se propaga cual virus. Y es que nuestro comportamiento enfermizo genera por una parte las condiciones para que los virus y bacterias proliferen y por otra parte la gran industria de la enfermedad trabaja para inocularnos los gérmenes a los cuales luego ofrece sus antídotos milagrosos. La ciencia médica es y será desde esta perspectiva una oficina de promoción de medicamentos, los cuales no son más que los generadores de falsa sensaciones de mejoría.
Es más fácil fumar y luego culpar al cigarrillo por el cáncer, comer como loco y luego culpar a la comida, ser sedentario y luego lamentarse de las dolencias y su mala suerte, ser irreflexivo e iracundo y luego culpar al corazón y no saber trabajar con sus emociones. En fin somos tremendamente estúpidos y aún así creemos que vamos a salvar al planeta sembrando una matica que luego ni siquiera regamos. Eso de tener un hijo, escribir un libro y sembrar un árbol no es suficiente. Tal vez nunca lo fue, sobre todo si tomamos en cuenta que tal vez estemos haciendo el libro con el árbol que sembramos y el libro quizá trate sobre como consumir más.

Oscar Fernández Galindez Educador e Investigador

osfernandezve@hotmail.com

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