¡Va por nosotras, cuando se es Mala Mujer!

Por: Rose Mary Hernández
El feminismo  como concepto social se refiere a los movimientos de liberación de la mujer y que históricamente han ido adquiriendo diversas proyecciones favorables. Igual que otras expresiones, ha
generado actitud rebelde para constituir teoría.  Es una forma de revolución colectiva no efímera, con la cual  se recurre a acciones a fin de impulsar o impedir ciertos cambios dec pensamiento este género.
Se trata de una filosofía de vida que abraza un sistema de ideas abiertas, basadas en amor propio,  justicia, igualdad, respeto, inclusión, equidad, y que rompe posturas patriarcales que han invisibilizado la condición fémina en todos los órdenes: personales, familiares, sexuales, educativos, políticos, laborales, entre otros, logrando su
emancipación y autonomía.
La opresión y dominación de la mujer es un asunto muy común en cada tejido epocal y contextual. La forma en que  se manifiesta la hemos apreciado muy de cerca, en experiencias propias o ajenas, mediante la ficción y el arte literario, los sucesos, reproduciendo las circunstancias de humillación y desprecio hacia nuestra identidad, considerada por el hombre en primera concepción como simple y únicamente objeto de procreación. Otras categorías despectivas han sido como: intolerancia, violencia, inferiorización, resentimiento, sadismo, manipulación, sujeción, mutilación, desprecio, dogmatismo, crueldad, autoritarismo.
Sin embargo, en los actuales tiempos las mujeres hemos demostrado grandes virtudes y talentos, así como saber  empoderarnos y posicionarnos en  campos científicos, tecnológicos, políticos, artísticos,  profesionales y sociales, sin dejar de cumplir al mismo tiempo con  la responsabilidad del hogar, de pareja, llenado de ternura a los hijos e hijas que hemos parido, pudiendo decir también que, somos las abuelas cómplices de juegos, fantasías y travesuras de esa otra generación a la que igual nos debemos, ese pedacito de amor llamado  nietxs o sobrinxs que la vida nos ha confiado para impregnar cada momento de sensibilidad  y  emociones en lo cotidiano.
Hoy debemos reconocer con mérito que, en muchos espacios, pasamos de la sepultura  y del mero conformismo a convertirnos en voces vivas, abnegadas y con tenacidad ante circunstancias adversas que nos han enseñado a ser fuertes.
Más sinembargo, hay quienes nos llaman “Mala Mujer”.
Si, somos Mala Mujer porque ante la aberración a la que en la historia y a la que opresores nos ha sometido, muchas hemos decidido alzarnos,    a no admitir guión en nuestras vidas, porque nos ponemos en primer lugar de la lista, porque no somos hipócritas o porque somos distintas, porque no aguantamos que alguien nos ponga una mano encima, porque ya no nos prestamos a interpretar papeles, porque no toleramos injusticias, porque no callamos, porque confrontamos, enfrentamos y afrontamos.
Es por esto que este escrito ¡Va por nosotras, luchadoras! Y sobretodo, nos queremos vivas, alegres, felices, dándole sentido a nuestras vidas, y que aun llegándonos la vejez estaremos ahí, firmes, luchando por nuestros derechos de mujer.
Poema: Esclava – @Galilea
Pesan tus pestañas cubiertas
por escarcha de lágrimas heladas.
Mujer esclava, usada y mancillada.
Mujer que sufres la ignominia
de una sociedad que calla…
y acepta… y consiente…
Trafican con tu cuerpo
arrancando dignidad y esperanza.
Y se te hielan las lágrimas entre surcos
de maquillaje rancio y cuarteado.
Herida en tu fortaleza y sometida,
un pozo negro e infame quiere anularte.
Y el cuerpo se quiebra y el Alma agoniza…
pero tú te levantas y gritas;
aúllas dolorida reclamando justicia.
Ave Fénix que renaces
desde la inmensidad del sufrimiento,
delatando en tus ojos
la hipocresía de quien calla…
y acepta… y consiente…
sin transparencia ni sonrojo.
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Rose Mary Hernández Román

Venezolana. Docente-Investigadora de la Universidad "Rómulo Gallegos"- Venezuela.