Patrimonio y cultura local en la escuela: Guía de experimentación e innovación pedagógica. (PDF)

Colectividad autor: UNESCO Regional Office for Education in Latin America and the Caribbean (Chile)[1433]
Persona autor: Hevia, Ricardo [10], Hirmas R., Carolina [4], Peñafiel, Sergio [1]
Código del documento: OREALC/2002/PI/H/4
Recopilación: 87 p., illus.
Idioma: español
Año de publicación: 2002
Tipo de documento: documento de programa o de reunión
Descargar; 156618spa
Fuente: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000156618
Presentación: 
La diversidad cultural constituye hoy una realidad de enorme trascendencia, por cuanto permite ensanchar el horizonte de la propia cultura y enriquecer los modos de vida cotidianos de la gente. Sin embargo, al mismo tiempo que la globalización ha despertado la conciencia sobre el valor de la diversidad cultural, ella se alza como su amenaza, porque su tendencia natural ha sido homogeneizar los modos de vida de la cultura dominante. La tensión que se observa en el mundo moderno entre, por una parte, la valorización de la diversidad cultural y, por otra, el temor a ella, no es ajena a la cultura escolar.
Por tradición la escuela ha sido un espacio donde se tienden a reproducir los modos de convivencia de la sociedad y donde los estudiantes adquieren las competencias que les serán útiles para desenvolverse en su futura vida de adultos. Ahora bien, la escuela no ha sido una institución que haya valorado suficientemente la diversidad cultural y donde se haya formado a niños y jóvenes en el aprecio a las diferencias. Más bien ha sido un lugar donde se ha impuesto un modo de enseñar homogéneo que no respeta los distintos modos de aprender de los estudiantes y donde se aprende, en consecuencia, el valor de la uniformidad por sobre el de la diversidad. Sin embargo, la escuela está llamada a formar en las competencias que se requieren para vivir en el siglo XXI, una de las cuales es, sin duda, aprender a vivir juntos en un mundo cada vez más plural y diverso. Educar para la tolerancia, aprecio y respeto al diferente debe ser parte constitutiva de cualquier agenda que quiera formar ciudadanos para el mundo globalizado.
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