Educación negativa o culpar al otro

Por: Camilo Perdomo

«La eticidad de una forma de vida se acredita, pues, en procesos de formación y tipos de relación que hacen que el individuo cobre conciencia de sus deberes concretos y que a la vez lo motivan para actuar conforme a ellos.» J. Habermas. Escritos sobre moralidad y eticidad. 1991: 76.

 

Continuando con los Tópicos referidos al Ocaso de la educación, me referiré hoy a la educación negativa infiltrada en nosotros con la finalidad de paralizar decisiones altruistas y proactivas. Los datos de esa educación, junto a su pedagogía son numerosos si nos comparamos con naciones que no teniendo recursos y riquezas naturales como nosotros en Venezuela son al contrario ricas. Caso Japón, Finlandia, Holanda. Una clave a recordar es la educación de su gente, sus datos de vida, sus experiencias frente a fenómenos de la naturaleza que provocaron tragedias. Otra clave es la respuesta a su existencia frente a esta pregunta: ¿Qué debo hacer? Y en consecuencia: ¿Cuál decisión tiene menos riesgos? Entre nosotros hay pueblos marcados por claves existenciales negativas fijadas desde la familia y la escuela: <La culpa del otro>. Desde esa señal lo que hacemos no implica responsabilidad y no hay que andar mucho para confirmarlo: maternidad y paternidad, políticas públicas, visión del comercio al lado de la estafa, discurso político fundado en chismes. Esa educación negativa enseña cosas, desde la modalidad inicial, pasando por la básica hasta la universidad.

Esa cosificación de la existencia ignora enseñar a comportarse en la calle, actuar frente a los otros responsablemente y frente a la sociedad. El producto escolar de esa educación es mucho más dañino cuando va al gobierno o ejerce el poder en cualquier lugar de la sociedad. Allí es donde mejor muestra su materia prima negativa y por qué siempre culpa al otro u a otros modelos de su incapacidad y negatividad. Hoy traigo para mis lectores un relato anónimo que viene a justificar el título del Tópico. Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito esto: <“Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en esta empresa. Está invitado al velorio, en el área de deportes” Al principio, entre los empleados, había tristeza por la muerte de uno de sus compañeros, pero luego sintieron curiosidad por saber quién era el que impedía el crecimiento de los trabajadores y la empresa.

Se fueron al área de deportes con cierta agitación e hicieron la fila para acercarse al ataúd. Algunos hasta comentaban: ¡Qué bueno que quien impedía mi crecimiento muriera! Así, al acercarse e ir mirando manifestaban un cambio en sus rostros y luego se retiraban al satisfacer su curiosidad. Pues bien, en el ataúd había un espejo y junto al mismo un letrero que decía: “Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡tú mismo!”> Rompamos la culpa y nuestra educación será otra. ¿Por qué en Trujillo con más de cinco universidades no hay debate sobre sus problemáticas? Digo debate y no declaradera y gritería como: “Somos pobres, la culpa es de ellos” Saque sus conclusiones.

Fuente: https://diariodelosandes.com/site/topicos-educacion-negativa-o-culpar-al-otro/
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Camilo Perdomo

Catedrático universitario