Casitas de Escucha: una esperanza para reducir tasa de suicidios entre adolescentes indígenas en Costa Rica

Redacción: El Observador

El suicidio es la tercera causa de muerte entre adolescentes costarricenses de 15 a 19 años, según el informe anual 2018 del Fondo para la Niñez de las Naciones Unidas (Unicef, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, entre jóvenes que pertenecen a comunidades indígenas la tasa es cuatro veces más alta. A nivel nacional, el promedio se registra en 3.48 por cada 100.000 habitantes, pero en estas sociedades aumenta a 13.92.

La situación ha obligado a las instituciones involucradas a desarrollar políticas focalizadas en función de las particularidades de los adolescentes que pertenecen a estas comunidades. Un ejemplo de esto es el proyecto Casitas de Escucha.

Desde mayo del 2017, este plan desarrollado por la fundación Fundamentes, el Hospital Nacional Psiquiátrico, el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) ofrece un espacio a niños y jóvenes “que están en riesgo psicosocial”.

Una de las estrategias para ayudar a fomentar la inclusión social es por medio de los deportes. (cortesía Fundamentes y del TC-709 de la UCR)

El proyecto

La psicóloga Helga Arroyo, coordinadora del programa, explicó a El Observador que la idea nació como una respuesta preventiva ante los altos niveles de incidencia de suicidio con jóvenes.

“El suicidio es multicausal y es un pasaje al acto que no busca acabar con la vida, sino con un profundo sufrimiento que me es insoportable. Es un grito que busca ser escuchado y cuando logramos escuchar y construir vías singulares para darle otros significados al sufrimiento, podemos mirar a la vida”, añadió.

De momento, son seis Casitas las que operan; cuatro de ellas se ubican en el cantón de Talamanca. Estas se encuentran en los poblados de Sepeque, Shiroles, Sixaola y Puerto Viejo.

Las otras dos están en las comunidades de Corales y Cieneguita, las cuales pertenecen al cantón central de Limón. En total, el programa ayuda a más de 600 menores de edad.

La expresión artística es vista como una alternativa a la comunicación normal y algo que ayuda a los jóvenes a ser más abiertos. (cortesía Fundamentes y del TC-709 de la UCR)

Ejes fundamentales

Arroyo explicó que el programa se basa en un modelo integral de tres ejes: el clínico, el educativo y el creativo.

En el eje clínico se ofrece acompañamiento clínico terapéutico, por medio de talleres de prevención y sesiones terapéuticas individuales, grupales y familiares.

En el educativo, a través de tutoría personalizadas, se acompaña a los jóvenes con las materias que les cuesta para que se mantengan estudiando, “porque estamos convencidos que la educación es la vía para construir un proyecto de vida”, aseguró.

Por último está el eje creativo, el cual, por medio de talleres creativos, busca generar espacios que incentiven la imaginación y formas alternativas de comunicación, a través de la expresión artística.

 

Informe Anual 2018 | Resultados en protección

INFORME ANUAL 2018 | En este video se destaca el trabajo realizado por el área de Protección de las niñas, niños, adolescents y jóvenes de UNICEF, durante el año 2018, en conjunto con el Ministerio de Educación Pública MEP, Caja Costarricense de Seguro Social, Fundacion Fundamentes, Hands For Health Costa Rica y Costa Rica Indígena.UNICEF contribuye para que Costa Rica avace en el cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para no dejar a nadie atrás.Lea la presentación del informe aquí: bit.ly/UNICEF18CRAgradecemos al Museo de Arte y Diseño Contemporáneo – MADC, por facilitarnos sus hermosas instalaciones.

Posted by UNICEF Costa Rica on Friday, July 19, 2019

Para Gordon Jonathan Lewis, representante de Unicef en Costa Rica, este tipo de proyectos son vitales para revertir la preocupante tendencia ya que también ayudan a potenciar elementos positivos de la cultura indígena.

“Los adolescentes que se desarrollan en comunidades indígenas, están clamando por diferentes espacios de interacción positiva. Estos centros tienen la bondad de que pueden operar aisladamente, pero también articular con la propia familia”.

Según Arroyo, el trabajo en conjunto del programa con las comunidades ha permitido la disminución de los índices de suicidio.

Destacó que el año pasado, el cantón de Talamanca recibió el Premio Nacional por el Mejoramiento de la Calidad de Vida, el cual es otorgado por la Defensoría de los Habitantes.

Urge financiamiento

A pesar de esto, la coordinadora externó a este medio su preocupación, ya que el programa solo tiene asegurado su financiamiento hasta diciembre de este año y “necesitamos que el Gobierno se siga comprometiendo en su sostenibilidad”.

Además de recibir fondos del PANI, el plan obtiene financiamiento del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD). A raíz de la duda, la Municipalidad de Talamanca declaró el proyecto de interés público, la semana pasada, explicó Arroyo.

“En Talamanca persisten condiciones de vulnerabilidad, violencia y exclusión social. Las áreas de salud no cuentan con profesionales en psicología para garantizar la atención de una población en riesgo.

“En este momento, es el único dispositivo comunitario que se cuenta como factor de protección ante el suicidio”, añadió.

Las Casitas de Escucha son espacios de interacción positiva para los menores de edad que los atienden. (cortesía Fundamentes y del TC-709 de la UCR)

Emergencia cantonal

Esas condiciones mencionadas por Arroyo son las que obligaron a la Municipalidad de Talamanca a declarar una emergencia cantonal, en el 2014, a raíz de un alarmante crecimiento en el número de suicidios.

Según números del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el 2013 se reportaron seis casos y cuatro intentos. Al año siguiente este número subió a 11 y 47, respectivamente, de las 11 muertes, tres fueron menores de 18 años.

Esto es más alarmante tomando en cuenta que la población de este cantón representa sólamente el 0,66% del país.

A raíz de esto, la Universidad de Costa Rica (UCR) llevó a cabo una investigación liderada por la misma Arroyo y Damián Herrera para comprender cuáles eran los factores incidentes de suicidio, particularmente en población joven indígena Bribri.

Los hallazgos concluyeron que, el suicidio en este territorio, tiene que ver con un trauma psicosocial. “Cuando la herida es psicosocial, esto significa que es un dolor que está situado en nuestras relaciones”, afirmó Arroyo.

“Los territorios indígenas han vivido procesos históricos de mucha violencia, desigualdad e injusticia social, que han provocado daño en sus identidades, en sus formas de ser, en sus manifestaciones culturales, en su Cosmovisión y en sus vínculos”, añadió.

(cortesía Fundamentes y del TC-709 de la UCR)

Fuente: https://elobservadorcr.com/inicio/blog/2019/08/04/casitas-de-escucha-una-esperanza-para-reducir-tasa-de-suicidios-entre-adolescentes-indigenas/

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