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Mariana Maggio: Hay que convertir la clase en una serie

La argentina Mariana Maggio propone tomar los elementos narrativos que presentan las series de ficción y pasarlos al aula para generar “una experiencia inolvidable”

Por Leticia Castro en En común

“¿Quién mató a Laura Palmer?”, esa pregunta mantuvo cautivo al público estadounidense a principios de la década del 90 cuando miraba los capítulos de Twin Peaks. “¿Qué va a pasar con los siete reinos de Westeros?”, esa provocó que casi 100 millones de personas en el mundo vieran la última temporada de Games of Thrones. Mariana Maggio, doctora en Educación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se preguntó: “¿Cómo hacemos los docentes para que los estudiantes se enganchen a las clases como lo hacen con las series?”, y la respuesta que encontró fue sencilla: desmenuzar la construcciones narrativas de las ficciones y trasladarlas a la planificación del aula.

“Me volví fanática de ciertas series; empezaron a interesarme tanto que me di cuenta de que dejaba de hacer cosas para verlas, y lo mismo le pasaba a mi hijo adolescente. En ese momento empecé a pensarlo como docente: ¿qué tienen estos fenómenos culturales que nos atrapan tanto?”, comentó en diálogo con la diaria previo a la conferencia que dio sobre el tema en la Fundación Telefónica, el viernes 2. En su libro Reinventar la clase en la universidad (Paidós, 2018) Maggio reconstruye la experiencia de trabajo sobre este enfoque que propone y presenta un marco de base para quienes quieran adentrarse en el tema.

La docente maneja un par de conceptos esenciales. Según ella, el más importante es el de “formas alteradas”. “Mi primera interpretación sobre estos temas tuvo que ver con Lost. Esa serie cuenta una historia a partir de flashbacks, mirando hacia atrás, hasta que en un momento empieza a contar el futuro. Están contando una historia mirando hacia atrás y hacia adelante, y eso puede suceder en una clase. Tenemos que salir de esta restricción de tiempo donde para enseñar una disciplina primero es esto y después lo otro”, enfatizó la argentina.

Comenzó a trabajar las formas alteradas en conjunto con sus colegas de la cátedra de Educación y Tecnología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Le ofreció a sus estudiantes universitarios la opción de elegir qué camino iba a tomar la clase, y según recuerda, la primera reacción fue de curiosidad y miedo: “¿Si elijo un camino me pierdo el otro?”, le preguntaron en su momento y la respuesta de la docente fue: “Todo el tiempo estamos decidiendo, tomamos decisiones cuando nos involucramos en la clase o elegimos ver el celular, entonces, la propuesta es que la clase construya tantos caminos hasta que haya uno donde estemos todos atrapados”.

Didáctica en vivo

Plantear a los estudiantes varias opciones dentro de la planificación de clase puede ser, a primera vista, mucho más trabajo para el docente. Sin embargo, Maggio opinó que esto no tiene por qué ser así: “Cuando esto se asume colectivamente y pregona en las instituciones, no tiene por qué ser más trabajo. Hay que generar condiciones dentro de las instituciones, favorecidas desde las políticas públicas, para que los docentes puedan llevar a cabo esta tarea. El problema de quedarnos con la didáctica clásica, que a veces puede parecer menos trabajo, es que los estudiantes están comprendiendo poco. Si seguimos en esta lógica de la didáctica clásica que propone algo lineal, expositivo, centrado en la verificación a través de la evaluación, vamos a seguir con muchos alumnos que no comprenden, que no aprueban el año, que no cambian de nivel adecuadamente”.

Para avanzar en esta línea de trabajo, Maggio y su equipo tomaron el desafío como colectivo, y eso es lo que proponen que hagan otras redes de docentes. La argentina habló de “expandir los límites de la clase”, para que profesores de distintas disciplinas, distintos grados, incluso distintas instituciones, puedan trabajar juntos. Además, invitó a dar un paso más e incorporar a los estudiantes en la planificación de la clase en un “codiseño”, ya que el colectivo no es sólo de docentes sino de la comunidad educativa.

Los estudiantes registran la clase en el cuaderno, pero van más allá: utilizan sus celulares para sacar fotos, grabar, incluso hacen streaming “y hay docentes que ni siquiera advierten que eso sucede”, comentó Maggio. Para ella “eso es una actividad tremenda desde lo pedagógico, porque estudiantes con las tecnologías a disposición empiezan a construir formas de registro mucho más complejas”. En esta línea, propuso pensar que “si hay caminos alternativos en la clase, todos podrían estar siendo registrados por los estudiantes, que además podrían elegir al cabo de un día de trabajo cuál fue el mejor momento que quieren compartir en las redes; así como lo hacen con las series, podrían hacer un meme del mejor momento del día en la escuela. Sólo hay que imaginar la fuerza que tendría eso para lograr una educación que nos emocione, que nos atrape”.

Otro concepto clave para Maggio es pasar de una didáctica clásica a “una didáctica en vivo”: “Una didáctica que reconozca las tendencias culturales, que las traiga a la clase y que colectivamente rediseñe las prácticas para que la experiencia sea más potente, para que los estudiantes comprendan mejor, sepan más y puedan constituirse en sujetos culturales contemporáneos, que aprendan a construir conocimiento. Lograr eso –en buenas condiciones– no es necesariamente más trabajo, es un trabajo distinto”, subrayó.

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“No los entiendo”

Además de generar un cambio en la rutina que motive tanto a estudiantes como a docentes, esta metodología de trabajo impulsa un puente intergeneracional. Para Maggio, trabajar con elementos de las series que están viendo los estudiantes permite construir un diálogo más interesante. La académica encontró en esta dinámica “una oportunidad de acercarnos, de reconocer a los estudiantes como sujetos culturales. Hacer el ejercicio a la inversa, no intentar que ellos nos entiendan a nosotros, sino ver las series que ellos ven y entenderlos, no solamente centrarnos en los elementos que podemos traer para trabajar desde lo curricular”.

“Si quiero que mis clases sean momentos de inspiración para los estudiantes, tengo que estar inspirada yo”, sostuvo Maggio. “Nos tenemos que ver a nosotros mismos como sujetos críticos y activos en la cultura en la que nos toca vivir, entonces no es solamente mirar series, es estar al tanto de lo que está pasando, conocer las últimas novelas, ver cuáles son las películas, qué está pasando en los museos. La inspiración en este momento es un tema de estudio, porque hay que poder recuperarla”.

Esta forma de trabajo apunta a que el docente pueda construir mejores prácticas de enseñanza, pero también a que pueda trabajar “sobre el otro lado del docente”, que es acompañar a los jóvenes durante esa etapa de la vida. “Saber cuáles son las series que los estudiantes están mirando y saber que no necesariamente son las que estamos mirando nosotros, nos permite entrar en fenómenos de la cultura muy controvertidos, como es el tema del suicido”. La argentina trajo a colación la polémica serie estadounidense 13 Reason Why, que muestra el suicidio de una joven y cómo afectó a todas las personas a su alrededor. Trabajar esa serie en clase, en el momento en que todos los estudiantes la estaban viendo, permitió “construir en conjunto un encuadre, porque para un adolescente ver el suicidio de otro es fuerte, hay que analizarlo rigurosamente y hay que poner en juego contenidos curriculares para el análisis. Lo que no podemos hacer es dejar de reconocer como fenómeno lo que están viendo los jóvenes”, determinó.

De la pantalla a la clase

“Imaginate tu serie favorita, esa que te dan ganas de ver todos los capítulos seguidos. Ahora pensá: ¿Cómo te imaginás una clase inspirada en esa estructura? Puede ser que tu primera respuesta sea: ‘Esa serie no tiene nada que ver con lo que yo enseño’, pero no, porque esto no sólo es sobre contenidos, esto es la búsqueda de una nueva forma”. De esa forma, Maggio invita a los profesores a probar un cambio.

“Hay muchos modos de inspirarse, lo importante es que los docentes sepan que sus clases pueden atrapar a los estudiantes en niveles impensados. Hay que tomar un pequeño riesgo para ver cómo se construyen historias diferentes inspirándonos en cosas que nos interesan, como puede ser Lost o como puede ser Rayuela, no importa, lo que tenemos que hacer es buscar motores de interés. Tal vez la primera clase no sale tan genial como nos encantaría, pero en ese caso hay que documentarla y analizarla, hay que seguir construyendo propuestas que empiecen a reconocer que las clases también tienen que repensarse”, agregó.

Asimismo, Maggio puntualizó que esta forma de trabajo se puede aplicar en cualquier nivel, incluso en educación inicial. Intensamente, Buscando a Dory o Coco, son algunos de los ejemplos que se pueden tomar de películas pensadas para el público infantil que traen varios planos narrativos e invitan a trabajar en clase temas complejos.

La inspiración desde el mundo de las series puede venir por la forma en que se presentan los temas o por los propios contenidos. Cualquiera sea el camino que los docentes elijan transitar, Maggio aseguró que dará resultados, aunque aclaró que “implica tener condiciones más flexibles de las que tienen los docentes en las escuelas hoy; requiere trabajar con otros y otras, tener apoyo institucional, revisar el espacio y el tiempo. Estos son algunos de los temas que tenemos que empezar a discutir”.

Pedagogía y streaming

Twin Peaks (1990-1991) | “Esa serie tenía una pregunta central: ‘¿Quién mató a Laura Palmer?’. Todos los que la vieron se siguen acordando de la pregunta y eso me parece genial. Tenemos que lograr grandes preguntas que nos llevemos cuando terminamos de ver la serie y cuando nos vamos de la escuela”.

Lost (2004-2010) | “Todo el tema de las alteraciones de tiempo: se puede volver atrás, se puede ir para adelante, podemos pararnos a ver dónde estamos en el tiempo. Lost también trabaja con series de números, con interpretaciones; imaginate poder trabajar los números de la misma manera que lo hacen en la serie”. Lost mantuvo a la comunidad mundial activa y se creó un Lostpidia, una construcción colectiva de conocimiento sobre el mismo tema.

Mad Men (2007-2015) | “Nos permite comprender el campo profesional de la publicidad y de la comunicación en general, pero sobre todo nos permite comprender una época, nos da una mejor comprensión de cosas amplias, como el machismo, y de hechos puntuales, como el asesinato de [el ex presidente de Estados Unidos, John] Kennedy; hay momentos de la historia que se reconstruyen de forma fabulosa”. En esta línea de reconstrucción histórica Maggio también recomendó la serie inglesa Downton Abbey (2010-2015).

Breaking Bad (2008-2013) | “Me interesa el tema del dilema moral, el personaje principal es totalmente controvertido: creemos que tiene que ser atrapado y al mismo tiempo queremos que se salve. Eso es parte de la construcción narrativa que podemos tomar para reflexionar en clase sobre nuestras prácticas y sus connotaciones morales o sobre temas relevantes de la sociedad actual”.

Game of Thrones (2011-2019) | “Trabajé mucho este año con Games of Thrones. Hay muchos análisis muy interesantes con respecto a temas de género en el rol de Khaleesi; la dejaron como una villana y eso me tomó por sorpresa, toda esa discusión se puede llevar a la clase”.

Dark (2017-) | “Es una construcción muy compleja, con muchos saltos en el tiempo, prácticamente la única manera de entenderlo es ir a la web y mirar todas las construcciones colectivas, que tienen que ver con gráficos que mejoran la comprensión, con interpretaciones, con resúmenes, todos formatos de producción que podemos llevar a la clase. También hay una construcción de diferentes épocas que es muy buena: hay un momento en el que un personaje pregunta en qué año está, pero ya hay un montón de indicios que le permiten al espectador suponer en qué año se desarrolla. Ese es un ejercicio interpretativo genial, para pensar en términos de la historia cómo comprendemos la época a partir de estas pequeñas pistas”.

Westworld (2016-) | “Me parece fabulosa, instala el tema de la inteligencia artificial, que tenemos que empezar a conocer. Genera una suerte de ciclo que se repite con pequeñas alteraciones que tiene que ver con la visita a este parque de diversiones donde los anfitriones son robots; ahí hay una trama bien interesante que permite traer temas complejos de la actualidad actual, al mismo tiempo que presenta una construcción narrativa que hay que tener en cuenta”.

Black Mirror: Bandersnatch (2018) | “Tiene esta lógica de ´elige tu propia aventura´. ¿Qué pasa si en una clase te proponés hacer un diseño donde cada estudiante pueda elegir su propia aventura? Esa clase se vuelve inolvidable”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/8/convertir-la-clase-en-una-serie/
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