Endogamia en la universidad europea: el 70% de los profesores obtuvo el doctorado en la misma universidad en la que trabaja

Redacción: El Mundo

El 68,8% de los profesores obtuvo el doctorado en la misma universidad en la que trabaja. El dato es una muestra de la endogamia que existe en la educación superior española, en donde se contrata antes a los de dentro que a los que vienen de fuera, aunque sean mejores y tengan más méritos. En otros países, los docentes tienen que pasar un tiempo en otros campus antes de ser contratados en el de origen.

Lo denuncia la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), un think tank que tiene como misión a promover la contribución de la universidad al desarrollo de España y que tiene en el patronato a los responsable de las principales empresas. Advierte que la mayor endogamia se produce en Canarias y en el País Vasco, donde más del 90% de los profesores que impartían docencia en las universidades públicas presenciales había leído la tesis doctoral en la misma universidad donde trabaja. Por el contrario, el porcentaje era inferior al 50% en Navarra y Castilla-La Mancha.

La Fundación CYD ha presentado este lunes su radiografía sobre el sistema universitario español, un compendio de datos que profundizan en sus principales males. La endogamia es uno de ellos, según este informe, que advierte que el porcentaje alcanzado en 2017-2018 es «solamente una décima inferior al del curso precedente, siguiendo con la muy lenta tendencia hacia el descenso que se observa en el último lustro».

«Un año más, se constata que dicha endogamia es fundamentalmente alta en los centros propios de las universidades públicas (el 74,3% en los funcionarios y el 75,1% en los contratados), mientras que en los centros adscritos y en las universidades privadas los porcentajes respectivos eran del 47,7% y del 32,9%«, advierte el informe, que ha sido presentado por Ana Patricia Botín.

Martí Parellada, catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Barcelona y coordinador del informe, ha explicado que la endogamia «es un problema de la cultura de cada universidad». «Hay universidades donde está extendida y en otras no. No hay nada que prohíba a una universidad contratar a personas que cumplan la condición de estar un periodo de tiempo fuera, es algo que se hace en otros países como principio y ya hay agencias de acreditación regionales que lo acreditan en España. Si se quisiera hacer, se haría», ha manifestado.

Estos son otros «desafíos» que tiene la universidad española, según el informe de la Fundación CYD:

1. SOBRECUALIFICACIÓN

Los universitarios españoles se ven sometidos a una contradicción: por un lado ir a la universidad les proporciona ventajas innegables (más del doble de ingresos, más trabajo, mejores contratos), pero, al mismo tiempo, el sistema produce «una oferta de titulados muy superior a la demanda que requieren los empleadores». Esto tiene como consecuencia una sobrecualificación: España tiene la cifra de graduados universitarios que trabajan por debajo de su cualificación -el 37%- más alta de toda la UE.

Las empresas se encuentran con dificultades para cubrir determinados perfiles profesionales y, a cambio, hay overbooking en algunas titulaciones, lo que provoca que la tasa de paro de los universitarios españoles doble la media de la OCDE.

¿Hay muchos universitarios? El informe señala que hay un 37% de titulados entre la población de 25 a 64 años, cinco puntos superior al conjunto de la UE. En España, la proporción de titulados entre 24 y 35 años duplica la de los que tienen entre 55 y 64 años. «Es el mayor porcentaje de titulados superiores de la historia en la población activa (y, por tanto, un capital humano preparado), si bien certifica un desajuste importante entre la demanda y la oferta tanto en cantidad como en calidad», avisa el trabajo.

2. FALTA DE CALIDAD

El informe advierte que continúa la tendencia en relación a producir más cantidad de investigación, pero de menos calidad, «ya que, si bien el volumen de producción científica crece, su crecimiento convive con el descenso del liderazgo y la excelencia científica de España, que, además, registra un declive en la colaboración internacional».

Las cifras constatan que el 21% de los funcionarios no tiene reconocido ningún sexenio de investigación. Este dato ha mejorado en relación a los últimos cursos, a razón de más de un punto porcentual por curso en promedio, pero «el porcentaje es aún elevado, e indica que más de uno de cada cinco no ha conseguido ver reconocida la investigación que realiza, esto es, ser evaluado positivamente y conseguir una retribución adicional».

Otro indicador de calidad, esta vez en relación a los propios estudiantes: sólo el 34% de los alumnos de grado finaliza esta carrera en los cuatro años previstos. El resto, se demora o abandona los estudios.

3. DESMESURADA OFERTA

Actualmente hay 8.526 titulaciones oficiales: 2.920 grados, 3.567 másteres, 1.137 doctorados, 810 dobles grados y 92 dobles másteres. Los autores se preguntan si tanta oferta es sostenible. Y pintan un panorama en el que ha cambiado el perfil del «cliente» universitario: «De un estudiante tradicional de 18 a 22 años que se matricula en un grado pasamos a estudiantes de más edad que hacen un máster».

El curso 2017/2018 es el sexto consecutivo en el que descienden las matrículas en los grados al tiempo que suben en los másteres. Mientras los estudiantes matriculados en grados en las universidades públicas descienden, aumentan en las privadas más de un 15%. ¿Por qué?

«Las universidades privadas dedican más esfuerzo a la empleabilidad y las públicas, a la investigación», explica Parellada. Francesc Solé, catedrático de la Universidad Politècnica de Catalunya y vicepresidente de la Fundación, apunta razones demográficas, pues hay cada vez menos jóvenes en España, así como al incremento de las matrículas de las carreras públicas.

Lo que se observa, en cualquier caso, es que hay un nuevo desafío en la coexistencia de lo público y lo privado. De las 88 universidades autorizadas actualmente, 50 son públicas y 38 privadas. Desde la creación de la última universidad pública, en 1998 (la Universidad Politécnica de Cartagena), se han autorizado más de 20 privadas, a razón de una por año. «Todo esto hay que encajarlo en el sistema público», alerta Parellada.

4. LA ELECCIÓN DEL RECTOR

Los autores recalcan que la elección del rector por sufragio universal ponderado ha producido «resultados muy dispares». «En un porcentaje no menor de casos el rector es escogido por el peso de los estudiantes y del personal de administración y servicios, en contra de la opinión del profesorado», explica Parellada. ¿Qué consecuencias tiene esto? «Que las propuestas electorales de los candidatos a rector están condicionadas por el perfil que tiene la masa electoral y por la capacidad de conseguir el apoyo de determinados colectivos universitarios», responde. Y recuerda que en casi ningún país de la UE se elige de esta forma al rector. «El sufragio universal es un sistema excéntrico».

Apunta que, en los países europeos, se crea un consejo de gobierno en el que están presentes profesores, estudiantes, trabajadores y representantes externos de la sociedad y otras personas de reconocido prestigio y es este consejo de gobierno quien nombra al rector, que tiene que rendirle cuentas. «Son personas responsables que garantizan que el gerente sigue un plan estratégico», indica Solé.

5. PROFESORES ENVEJECIDOS

La congelación de la tasa de reposición ha envejecido las plantillas del profesorado: más del 16% es mayor de 60 años. Entre los catedráticos, el 50% supera esta edad. No hay relevo generacional ni relevo de talento.

6. POCA INTERNACIONALIZACIÓN

La universidad cada vez está cada vez más internacionalizada, pero en España hay todavía un «mundo cerrado» en los campos, poco abierto al exterior, que nos lleva a tener sólo un 0,9% de alumnos extranjeros, frente al 4,3% de la media de la OCDE y al 6,5% de la UE. El porcentaje español es el tercero más bajo de todos los países analizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. La ratio de profesores venidos de fuera tampoco es muy alta.

Parellada: «crear networks de universidades europeas en las que puede haber reconocimiento de títulos y créditos va a poner en tensión el marco legal, sobre todo en España». En esto, la universidad española «va rezagada».

7. FALTA DE FLEXIBILIDAD EN EL MARCO NORMATIVO

Los autores señalan que, desde 1983, cuando se aprobó la Ley de Reforma Universitaria, prácticamente «no se ha hecho nada». «La LOU de 2001 pone en acento en cómo el profesor realiza la carrera académica, algo que también modifica la ley de 2007, pero no ha habido cambios sustanciales. Las posibilidades que permite el marco legal a las universidades no han sido atendidas», dice Parellada. Así que «el marco legal no es el más adecuado para hacer frente a los desafíos y el comportamiento de las universidades no parece el más adecuado para hacer posible aquello que le ofrece la ley». La norma debe cambiar y no aplazar la reforma más tiempo. Lo reconocen los rectores y también lo quiere hacer el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2019/09/16/5d7f42a5fc6c83a57a8b459f.html

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