Mindfulness en la escuela

Dejemos a los niños ser. Mindfulness en la escuela es la nueva y poderosa herramienta para cultivar su inteligencia emocional y lograr el cambio que necesitamos en educación.

POR: Enver Torregroza

Los niños viven estresados. No es solo la presión del colegio, o la habitual presión de la casa. No es solo el bulling o acoso o las redes sociales y los smartphones lo que los agobia. También es porque ahora los niños andan tan ocupados como sus padres. No tienen tiempo para ser libres. No tienen tiempo para simplemente ser niños.
La infancia debería ser un tiempo para la libertad, el juego y el aprendizaje espontáneo.
Pero los miedos de los adultos han convertido la infancia en un entrenamiento continuo para todo, abusando de la indefensión de los pequeños que no saben porque hacen tanta cosa.
«Los preparamos para el futuro» dicen los papás. ¿Pero a qué costo? Sacrificando el presente. Que es lo único que hay.
Dudo mucho que eso sea una verdadera preparación para el futuro, benéfica y efectiva.
Los niños ocupados y estresados que asisten a mil clases muy poco se están preparando para disfrutar la vida, con consciencia del presente y atentos a sus emociones y a su cuerpo.
El mundo adulto contemporáneo está proyectando en los niños sus afanes y ansiedad y su sistemática tendencia a evadir el encuentro consigo mismo mediante las ocupaciones.
¿Cómo permitirle a los niños disfrutar de su infancia?
En Colombia existe la práctica inhumana de enviar a los niños al colegio en la madrugada, cuando la escuela debería comenzar a las 9:00.
A eso hay que sumarle que muchos padres no tienen tiempo para cuidar a sus hijos y por eso delegan la tarea en otros: niñeras, jardines infantiles desde que salen de la clínica, miles de clases, cursos y actividades para mantenerlos ocupados y «aprendiendo algo para su futuro».
Pero todo lo que necesitan los niños es que los amen y los dejen ser (que es lo que necesita todo ser humano a cualquier edad).
Lorena Santos, autora de «Respirando juntos: Mindfulness para niños» (Intermedio editores, 2018), propone que padres y maestros enseñemos a los niños a cultivar su inteligencia emocional y les ayudemos a reducir el estrés.
Pero sin clases, ni teorías. Solo con la práctica de la respiración consciente y la atención plena o «mindfulness».
Los niños necesitan herramientas para enfrentar la sobrecarga diaria de actividades e información a la que se ven sometidos y nada mejor que la atención plena, el vivir el presente de la práctica de mindfulness.
¿Qué es mindfulness?
No es nada nuevo. En esencia sol ejercicios de meditación y respiración originarios de la India y que tienen cientos o miles de años. Sabiduría de vida, pura y ancestral, probada y condensada.
Jon Kabat Zinn popularizó su práctica en EEUU en la década de los 70 porque logró introducirlos en la medicina occidental.
Andrés Martín lo introdujo en España y hoy en casi todo el mundo se practica.
En años recientes varios gobiernos has estado impulsando la introducción de mindfulness en la escuela. El Reino Unido tiene un programa piloto muy completo y algunos gobiernos locales en España y EEUU lo están aplicando para mejorar la vida escolar y el desempeño de los niños.
La principal impulsora de mindfulness para niños en Colombia es Lorena Santos, quien diseñó un programa único para que los padres lo apliquen en casa con sus hijos a través del juego y para que los maestros en jardines, escuelas y colegios lo introduzcan en clase.
Las ventajas de la meditación y la respiración atenta son numerosas: cultiva la inteligencia emocional, reduce el estrés y mejora el desempeño escolar en todos los campos. Ayuda a los niños a desconectarse de los aparatos y a disfrutar más de todo; del juego y la comida, de las clases y de la vida familiar.
Después de todo los niños tienen una capacidad natural para estar en modo mindful que solo hay que saber cuidar y cultivar.
Cómo afirma Lorena Santos, quien además es politóloga, «los gobiernos deberán esforzarse de ahora en adelante en introducir herramientas como la práctica de mindfulness en la educación básica para formar niños y niñas más felices e inteligentes emocionalmente, verdaderamente preparados para el siglo XXI… una herramienta para toda la vida.»
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Enver Torregroza

Profesor de la Universidad del Rosario