Entrevista Daniel Libreros: «Necesitamos un diálogo intergeneracional muy fuerte»

Entrevista a Daniel Libreros

16-05-2014/La Otra Mirada

Continuando con las entrevistas realizadas por Luis Bonilla (LB) en su programa «La otra Mirada» a propósito de la consulta internacional sobre la Calidad de la Educación realizada en Venezuela, durante el 2014, a continuación la reseña del encuentro con Daniel Libreros (DL), Académico de la Universidad Nacional de Colombia, además de un estudioso de las transformaciones de los sistemas educativos de la región y, de su país: Colombia. ¡Bienvenido Daniel a esta cita con el movimiento pedagógico venezolano!

daniel_librerosD.L. Gracias Luis por la invitación.

L.B. Para comenzar, queremos formularte un conjunto de preguntas en la orientación de conocer tu opinión sobre temas asociados a la consulta sobre la calidad de la educación. La primera de las interrogantes está referida al tema de la calidad, este es un tema sensible para la población de nuestros países. Nuestros sistemas educativos han sido profundamente golpeados en las últimas décadas por las políticas neoliberales. Los organismos internacionales, especialmente el Banco de Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, han resemantizado lo que eran nuestras consignas, incluido el tema de la Calidad Educativa, esto lo han hecho para darle viabilidad a buena parte de la contra-reformas que afectan o golpean hoy a la educación como un derecho humano fundamental. Daniel: ¿Cuál es el estado del arte del debate la Calidad Educativa hoy en Colombia?

D.L. Mira, Colombia tiene una de las reformas institucionales educativas más avanzadas desde el punto de vista del neoliberalismo y, acá todo el concepto de calidad ya ha sido, reglamentado, normatizado e integrado en lo que puede conocerse como política pública desde una mirada neoliberal, que es básicamente asociarlo a eficiencia, a competitividad, a competencia, bajo el criterio de Banco Mundial, en la que las competencias son básicamente para formar para el trabajo, y que en nuestras regiones ese trabajo se trata de un trabajo precario, un trabajo asociado al atraso de la economía y al atraso de la población. Luego, creo que esa resemantización del término de la calidad obliga que desde la resistencia, lo utilicemos de una manera diferente y lo coloquemos en la defensa de la educación pública.

L.B. Daniel, sin embargo, se requiere un conjunto de cambios profundos en áreas como la formación docente. En esta materia ¿Cuál es tu opinión?, ¿Cuáles son los cambios fundamentales que no solo en tu país, no solo en Venezuela, sino en la región, se deben emprender en materia de formación docente?

D.L. Lo primero tiene que ver con el tema presupuestario, acá en Colombia hay un ajuste fiscal muy fuerte que pasa por el sector educativo y que hace que, a pesar que las necesidades de la población en materia educativa son cada vez mayores, porque cada vez más niños y niñas están accediendo al servicio educativo y cada vez más jóvenes están necesitando educación superior, a pesar de ello, las plantas de docentes se mantienen o se recortan, lo cual hace que los docentes tengan que enfrentar coberturas cada vez más grandes, con más estudiantes, lo que a su vez incide también en recortar el tiempo de preparación de clase. Ahí hay un punto que obliga, como lo ha dicho incluso recientemente UNESCO, a mejorar los presupuestos educativos, pero por otro lado creo que también tenemos la tarea de sacar la educación que es el centro neoliberal de un criterio absolutamente instrumental y competitivo, y recuperar la educación como historia, como pedagogía, como mirada global de la sociedad, como algo integrado no solo al tema del trabajo, sino una interpretación holística, cultural, amplia, creo que también es un debate de la resistencia.

L.B. Evidentemente, cuando hablamos de calidad de la educación, es obligatorio referirnos a la necesidad de repensar el diálogo intergeneracional. Hoy, la revolución científico, tecnológica y del conocimiento están tan aceleradas que podemos hablar de cambios y de ciclos de transformación en períodos de cada cuatro o seis años. Esto tiene profundas repercusiones en la docencia y por supuesto en diálogo intergeneracional. En ese sentido: ¿Cuál es tu opinión, cuáles son los desafíos de los docentes para permitir un reencuentro de generaciones, de los chamos, de los jóvenes, de los adolescentes de hoy que estudian en las escuelas y los docentes que fueron formados hace quince o veinte años con otros modos de pensar la educación?

D.L. Creo que efectivamente necesitamos un diálogo intergeneracional muy fuerte; creo que efectivamente necesitamos un docente que esté adecuándose permanentemente a los cambios científicos, a las modificaciones, a las nuevas formas de lenguaje, e incluso a las nuevas formas de interpretación de los jóvenes, sobre todo de signos, de símbolos culturales y de la forma como interpretan su realidad. Ello no significa que se quede exclusivamente en lo meramente técnico instrumental, acá por ejemplo, el neoliberalismo, los discursos neoliberales usan ese argumento pero para terminar diciendo que simplemente los docentes tiene que convertirse en unos mejores procesadores de información, y que utilicen mejor la tecnología, lo virtual, un lenguaje, fundamentalmente el inglés, y creo que eso es simplemente instrumental, eso no consulta la preocupación que tú me estas preguntando, es decir una mirada interpretadora que coloque al docente en las transformaciones sociales y científicas que se están produciendo en estos momentos.

L.B. A partir de un conjunto de videos de un profesor colombiano, cuyo nombre prefiero omitir en este momento, el Banco Interamericano de Desarrollo se viene planteando la necesidad, para ellos, o la posibilidad de invertir la pirámide de la enseñanza. Esta concepción del Banco Interamericano de Desarrollo consiste en aprovechar el uso de las nuevas tecnologías que están haciendo los jóvenes y los niños y las niñas para que aprendan en sus casas con el acompañamiento de los padres y que la escuela se convierta en el espacio donde se evalúa, eso implica un profundo cambio del rol del docente, cuidado sino el riesgo de la desaparición de la profesión docente, ¿Cuál es tu opinión al respecto?

D.L. Estoy totalmente en contra de ese concepto de la educación instrumental, e incluso, acá en el servicio nacional de aprendizaje que es donde se hace la formación técnica laboral,  ya se hacen cursos hasta por celular, lo cual significa una caricatura de una interpretación que pasa por la idea de que informar ya es educar y, abandona por completo la importancia de la pedagogía, la importancia del intercambio humano, de lo que va construyendo el docente en su ejercicio, de la interpretación del mundo y de la sociedad que solo se puede dar en el intercambio grupal y en las experiencias que se hacen personal y socialmente con los estudiantes.

Creo que ahí hay una política del Banco Mundial que lo que persigue es reducir el número de docentes bajo el argumento de que tan solo con la información, con la imagen, con el computador, con el internet, ya es suficiente en el mundo contemporáneo y que la pedagogía debe pasar a un plano secundario o ser relegada a un tercer plano. Esto también está asociado a un concepto de reducir los tiempos de formación en la escuela, entre menos tengamos tiempo de formación en la escuela, pues necesitamos menos docentes, eso justifica el recorte presupuestal, el recorte fiscal y deja la pedagogía de lado, es algo así como asimilar el tiempo empresarial al tiempo docente, lo cual no se articula con las necesidades de la educación ni de la pedagogía.

L.B. Entiendo por tu intervención que estas planteando la necesidad de recuperar la centralidad pedagógica, y allí coincidimos plenamente. Una de las tareas que han desarrollado los organismos internacionales, nuevamente, especialmente el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo es romper el criterio de totalidad del fenómeno pedagógico y concentrarnos en el estudio de modas. Pasamos de una moda del didactismo a la moda de la planeación escolar, luego, la moda de las evaluaciones y finalmente las diferentes modas del currículo: currículo por objetivos, currículo por contenidos, currículo globalizado, currículo por competencias. Todas estas iniciativas han logrado romper la unidad de la pedagogía como posibilidad científica de abordar el encuentro pedagógico. Desde tu universidad y desde tú propio ejercicio de docencia ¿Cómo ves la posibilidad de recuperar la centralidad pedagógica en cualquier proceso que trabaje la calidad educativa?
D.L. Primero, estoy de acuerdo en tu interpretación totalmente. En, segundo, creo que hay que crear nuevamente movimientos pedagógicos, movimientos de defensa de la pedagogía en su sentido integral, holístico, es decir, recuperar la historia de la pedagogía, recuperar las disciplinas asociadas a la pedagogía que te pueden dar una interpretación integral de la sociedad, sociología, filosofía, epistemología, es muy importante recuperar todas esas disciplinas y formar un docente que tenga esa visión, porque lo otro es condenarlo simplemente a ser una agente instrumental repetitivo y acrítico, y el docente no puede perder el espíritu crítico. Eso que quede bien.

Esta situación en el caso de Colombia, es absolutamente claro con el tema de los tratados de libre comercio, porque para que haya inversión extranjera en el marco de los tratados de libres comercios en el sector educativo pues ya tienen programados los softwares y lo único que hacen las transnacionales de la educación, los inversionistas, es repetir un software donde obviamente desaparece cualquier huella crítica o cualquier huella interpretativa diferente a lo que le interesa instrumentalmente en el negocio educativo: agregar como si fuera conocimiento cuando realmente, simplemente, son compromisos instrumentales en el marco de una política ya definida que impide, vuelvo a insistir en ello, la crítica del proceso.

L.B. Daniel, para finalizar este primer encuentro te voy a pedir que envíes un mensaje a los docentes venezolanos, a los maestros, las maestras, a los profesores, que de manera muy emotiva, muy comprometida, están participando hoy en la consulta por la Calidad Educativa que en Venezuela se realiza.

D.L. Bueno, un saludo a los docentes venezolanos, a todo lo que de alguna manera expresa el sistema educativo venezolano. Acá en Colombia y en la región en general estamos muy esperanzados en las evoluciones de lo que ocurre en Venezuela. Sabemos el barco enorme de dificultades que actualmente están viviendo, acá hay una ofensiva mediática de la derecha y de sectores del bipartidismo abiertamente en contra del proceso bolivariano, todos sabemos lo que significa el unidismo no solo en Colombia, sino para toda la región, luego, la forma como resistan los educadores, la forma como Venezuela logre salir de este impase que le han colocado a nivel internacional y la oposición interna es muy importante para nosotros, abriga muchas esperanzas, da la posibilidad de que la región entre en un camino de esperanza, y por consiguiente acá desde Colombia les damos un gran abrazo, un abrazo fraterno y a la espera de que podamos seguir unificando esfuerzos cada vez de manera más fuerte.

L.B. Gracias Daniel por este primer encuentro, por darnos a conocer de manera franca tu opinión sobre la transformación educativa, sobre los desafíos que tienen nuestros sistemas educativos en la región para garantizar la educación como un derecho humano fundamental que incluya a todos con la educación de calidad.

D.L. Gracias Lucho y abrazos a todos por allá.

L.B. Gracias Daniel.

Para ver y oir la entrevista:

Producción de la Otra Mirada: Luis Bonilla Molina

Equipo de producción y post producción digital: Dilanci May Sierra

Transcripción de la entrevista: Rose Hernández y Jesús Conteras

Edición: Rose Hernández y Jesús Conteras

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