El lamento de una madre: «He trabajado en educación toda mi vida pero me cuesta encargarme del aprendizaje de mi hijo»

Por: ABC

Tres retos a los que se están enfrentando los padres de los alumnos en edad escolar durante este tiempo.

Durante los dos últimos meses, miles de estudiantes y profesores han tenido que adaptarse a un nuevo modelo de aprendizaje en casa que les era totalmente desconocido. Y esta es una situación que no va a cambiar a corto plazo, ya que la mayoría de los alumnos no volverán a tener clase, como pronto, hasta el mes de septiembre.

Ante esta situación, Instructure -empresa creadora de Canvas, entorno virtual de aprendizaje- ha podido comprobar cuáles son los tres retos a los que se están enfrentando los padres de los alumnos en edad escolar durante este tiempo:

-Conseguir mantener centrados a los niños

-Compatibilizar las responsabilidades con el trabajo escolar de los niños

-Las dudas surgidas de las instrucciones de los profesores y las escuelas, en ocasiones poco claras.

«He trabajado en educación toda mi vida y a pesar de ello me cuesta encargarme del aprendizaje de mi hijo», afirma Hilary Scharton, de Canvas. «Lo primero que debemos hacer como padres es establecer unas expectativas realistas con nuestros hijos, sus profesores y nosotros mismos. No podemos recrear todos los beneficios de la clase presencial, pero podemos dar a nuestros hijos más libertad para explorar mientras aprenden», declara.

-Los descansos son importantes. Tal y como afirman psicólogos infantiles, los niños pueden concentrarse en una tarea concreta durante un tiempo de entre 2 y 5 minutos por cada año de vida (por ejemplo, 16-40 minutos para un niño de ocho años). De esta manera, los niños más pequeños necesitan saber qué tienen que hacer y realizar períodos de trabajo más cortos.

-Ante la duda, contacta con los profesores (y recuerda darles las gracias). Pregunta a los profesores cuál es el mejor método de comunicación para hablar con los niños y cuáles son las mejores horas según la tarea que tengan que realizar. Aprovecha para hacer todas las preguntas que sean necesarias ya que están ahí para ayudar, y agradéceles su trabajo.

-No te olvides del recreo: Las diferentes tareas del día a día pueden empezar a mezclarse cuando no puedes salir de casa, realizando muchas cosas diferentes en poco tiempo. Aun así, asegúrate de que tus hijos tengan un tiempo de descanso designado, y si es al aire libre y con actividad física, mucho mejor.

-Recuerda a tus hijos que esto es algo temporal: El cambio a estar aprendiendo y estudiando desde casa puede no tener sentido para los niños, sobre todo para los más pequeños. Pero, sea cual sea su edad, es indispensable hablar con ellos y hacerles entender la situación. Y por el otro lado, escucha lo que tienen que decir y empatiza con ellos.

-Indaga en el software de aprendizaje que te proponga tu colegio: es importante que los padres se aprovechen de ello para ver las tareas que tienen que realizar sus hijos, ver vídeos de demostraciones, comprobar las notas y recibir alertas sobre la actividad de los estudiantes.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-lamento-madre-trabajado-educacion-toda-vida-pero-cuesta-encargarme-aprendizaje-hijo-202005050154_noticia.html

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ABC Sociedad

Periodico español

2 comentarios en “El lamento de una madre: «He trabajado en educación toda mi vida pero me cuesta encargarme del aprendizaje de mi hijo»”

  1. He tenido 14 años buscando la felicidad en mi hogar y llevar una buena relación con mi hija. Todo fue sumamente difícil lleno de miedo en cada interacción, de que no se fueran a molestar, herir, etc. y lo logré de la siguiente manera: muy fácil: Aceptar que todo es parte del universo: aceptarlo todo. No indica que está de acuerdo, pero aceptar que cada quien ha de resolver lo que le corresponde resolver. Sin juzgarlos como flojos, indisciplinados y sin suponer nada de que el otro ha de «sabe lo que tiene que hacer».
    Con la sola intención (cara de seriedad) de esperar de ellos «lo mejor». Mi esposa, con sus tres primeras hijas, de su anterior matrimonio, nunca juzgó, nunca incriminó, siempre les dió amor y surgieron muy bien. Y yo, desesperado por ser muy agresivo buscaba esa mujer: el universo me la dió y me costó adecuarme. Y el secreto está en eso: Aceptar, aceptar, aceptar.

  2. Las ciencias tienen un lenguaje peculiar: el lenguaje deL Logos (o Dios). Y ese lenguaje del universo son las leyes físicas, tanto generales como cuánticas y relativistas. Todas estas leyes están llenas de lógica. Unas difíciles de descubrir y otras más fáciles. Pero ninguna de ellas fue sencilla de encontrar, a no ser por el carácter evolutivo del hombre.

    Ninguna de estas leyes es INACEPTABLE. Todas son válidas y se aplican a todo en el universo.

    ¿Y lo que hacemos en cada aspecto de la vida? Lo más lógico es que así sea, y mi respuesta es Si. En esencia cuando manipulamos cada objeto, ya sea pequeño como una olla, hacer hervir agua en ella, o como manejar un auto, se cumplen estas leyes.

    ¿Y cuando pensamos? Lo más lógico es que también, pero ya estas leyes no son descriptibles directamente por la física, sino por otras leyes encargadas de conocer de sus RESULTADOS. Pero en lo fundamental, básico o elemental, son leyes de la física de lo más profundo: la física cuántica. Está la física de la dualidad, de inteligencia natural, de la memorización, del principio de incertidumbre, del cumplimiento de las restricciones de la leyes de la energía y sus velocidades, etcétera.
    Es decir, el universo, tanto en sus acciones y respuestas está gobernada por leyes de la física.

    ¿Si todo obedece a leyes universales, físicas y sus consecuencias a grosso modo son debido a sus labores (como la física clásica, la psicología, la medicina, etcétera) entonces hay algo que pueda no aceptarse?

    Yo considero que no. Todo es natural y divino. Lean bien: ¡Divino! El problema está, en nuestro libre albedrío, o qué hago con eso.

    El problema está en que, de manera general, puedo «suponer» que algo es correcto cuando no es una ley universal o una ley del amor. En este caso, cuando acciono y me equivoco en aplicar una ley universal, me ofendo, entro en sufrimiento y considero que ésto es normal: sufrir, enojarse (que es lo mismo), guardar rencores,….

    Pues no. No hemos venido a sufrir. Y cuando tu aprendas a que no has venido a sufrir, que nada es juzgable porque cada quien hace lo que le corresponde, y cuando aprendas a que has venido a ser feliz, a amar, compartir, ser amable con todo y con todos, entonces habrás descubierto el paraíso.

    OYE BIEN: HAS VENIDO A SER FELIZ, NO A PARARLE BOLAS (COMENTARIO) A LA GENTE. TU NO VINISTE A ESO. VINISTE A SER FELIZ… Y DEFIENDE TU FELICIDAD A TODA COSTA, ASÍ SE MUERAN LOS OTRO DE BERRINCHE.

    El gran miedo que tú tienes, al igual que yo, es amar incondicionalmente. Estamos entrampados en que esto es mío, aquello es tuyo y si me lo regalan ¡qué divino!, esto está muy caro, si lo comparto me quedo sin nada, y así, pare de contar.

    Lo natural es comprender que la realidad es lo correcto. Que lo que tú consideres que «debería hacer otro» o juzgarlo no son leyes de lo natural, porque el otro eres tú. ¿No te has dado cuenta de que cuando Dios apareció no había cosa distinta de Él y lo que Él creó tampoco podía ser cosa distinta de su esencia. Sería como, poniendo un símil, sacar cemento de un saco de maíz. De un saco de maíz sale solo maíz. De Dios solo sale lo que es Dios.

    ¿Somos nosotros hijos de Dios? No, en lo absoluto. Somos Él. Eres un Ser Divino, y no alguien «normal».

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