La fuerza de la educación: salir juntos de la pandemia

La fuerza de la educación: salir juntos de la pandemia

Por Mariano Jabonero

Todos trabajamos conjuntamente transparentando carencias con voluntad de cambio y mejora.

Mariano Jabonero, Secretario General de la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación

Siempre he defendido que la construcción de políticas de integración regional y subregional en Iberoamérica es posible a través de la educación y de la cultura. Salvo excepciones, otros intentos con una mayor intencionalidad política han tenido una vida breve o sufrido todo tipo de avatares. Así, hoy podemos decir que solo dos organizaciones mantienen una actividad multilateral estable: la Alianza del Pacífico y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA). Por supuesto que sin considerar a la banca multilateral (BID, CAF o el BCIE), cuya actividad financiera e inversiones en toda la región han asegurado su continuidad.

En este sentido, es justo destacar la creciente presencia y actividad de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), quien con 71 años de experiencia es la organización decana del sistema iberoamericano de cooperación. Sus 17 oficinas en otros tantos países aseguran la mayor presencia y actividad cooperadora en Iberoamérica, y ponen de manifiesto que la educación, la cultura y las lenguas son los medios más poderosos para unir intereses, trabajar juntos y apostar por un futuro mejor para todos.

Por todo ello, el pasado 18 de junio ocurrió un hecho muy relevante que demuestra ese potencial antes expuesto: la educación nos une y cuenta con una gran capacidad para hacernos trabajar de la mano y encontrar soluciones compartidas. Ese día, la OEI convocó a una reunión virtual a ministras y ministros de todos los países centroamericanos, e invitó a participar en ese evento al secretario general del SICA, Dr. Vinicio Cerezo. La actividad fue coordinada por el exsecretario de Educación Pública de México y presidente del Consejo Asesor de la OEI, Dr. Otto Granados.

El éxito del evento fue total, con asistencia de todos y cada uno de los máximos responsables educativos de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Después de las intervenciones preliminares de los secretarios generales de la OEI y del SICA, cada responsable ministerial fue exponiendo con detalle la reacción de su gobierno frente al covid-19.

Melania Brenes, viceministra académica de Costa Rica, expuso la estrategia del país que se dirige a cuatro tipos de estudiantes: los que cuentan con conectividad y dispositivos, los que tienen conectividad de baja calidad, los más vulnerables con conectividad pero sin dispositivos y los que no cuentan ni con dispositivos ni conectividad. Para todos ellos están entregando contenidos educativos digitales y otros apoyos.

La ministra salvadoreña, Carla Hananía, nos informó sobre la creación de diferentes grupos de trabajo cuya actividad se programa en cuatro fases: contención de la emergencia, integración de diferentes plataformas, digitalización de la educación y regreso a clase. Han priorizado la capacitación de docentes en habilidades digitales, la revisión de los currículos y la salud mental de los docentes, entre otros aspectos, considerando los efectos negativos añadidos producidos por la tormenta Amanda.

Para la ministra de Guatemala, Claudia Ruiz Casasola, también es importante la adecuación curricular y dar continuidad a la entrega de alimentos a niños y niñas. La situación de conectividad de cada zona ha condicionado los recursos paliativos suministrados, por lo que han hecho especial énfasis en la televisión, los programas radiales y guías didácticas, provisión de un seguro médico escolar y atención telemática en los hospitales.

El ministro Arnaldo Bueso, de Honduras, informó que desde el momento del confinamiento empezaron a servirse de canales de televisión públicos o privados para dar servicio educativo a través de ese medio, así como apoyar a los docentes para que su desempeño sea eficaz en condiciones diferentes y, al igual que expusieron otros colegas suyos, asegurar la entrega de alimentos a los estudiantes.

La ministra de Nicaragua, Miriam Raudez, informó que decidieron no suspender las clases presenciales de manera generalizada y que trabajan intensamente en medidas preventivas, con iniciativas de educación no presencial en algunos municipios, como son los cinco que registran mayor absentismo escolar, a los que ya han empezado a enviar recursos complementarios de apoyo.

Por último, intervino Maruja Gorday, ministra de Panamá, quien informó que ante la pandemia, la reacción fue rápida: apoyarse en los recursos que los organismos internacionales les proporcionamos, como hicimos desde la OEI, junto con la cooperación no reembolsable y definir una estrategia en tres fases: restablecer el año lectivo a distancia, garantizar el derecho a la educación y resaltar y priorizar la acción en los grupos vulnerables, entre ellos los alumnos que se gradúan y pasan a la universidad. Han invertido, entre otros rubros, en la mejora de infraestructura, capacitación de docentes y recursos virtuales.

La OEI decidió desde el primer día de pandemia que no cerraba, que solo cambiaba su forma de trabajar; tampoco los ministerios de Educación centroamericanos cerraron: asumieron con responsabilidad y determinación hacer frente al covid-19 para seguir asegurando el derecho a la educación para todos y todas, aun en las condiciones más difíciles.

Todos, gobiernos, escuelas, docentes, familias y sociedad civil y organizaciones internacionales, como es el caso de la OEI, trabajamos conjuntamente transparentando carencias con voluntad de cambio y mejora, frente a quienes niegan u ocultan los problemas pretendiendo con ello perpetuar desigualdades e injusticias. Tampoco caímos en el retórico e inútil ejercicio de los llamamientos, ni en las estériles y grandilocuentes declaraciones. Juntamos esfuerzos, compartimos información, preocupaciones, estrategias, contenidos digitales y audiovisuales, programas de capacitación de docentes, redes, etc. Y vislumbramos un futuro distinto en cuanto a modelos curriculares, docentes con capacitación más pertinente y un sistema híbrido presencial y en línea que asegure una ventana de innumerables oportunidades educativas para todos y todas en unas nuevas repúblicas digitales.

La educación en Centroamérica no paró y demostramos, una vez más, que la educación nos une y nos fortalece. ¡Gracias a todos!

Fuente de la Información: https://www.laprensagrafica.com/opinion/La-fuerza-de-la-educacion-salir-juntos-de-la-pandemia-20200703-0048.html

 

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Mariano Jabonero Blanco

Director de Educación de la Fundación Santillana.