IV Resolución del I Congreso Mundial en defensa de la Educación Pública y contra el neoliberalismo educativo 25, 26 y 27 septiembre 2020 Tema: La paz en Colombia es una garantía para la paz en la región

Tema:  La paz en Colombia es una garantía para la paz en la región

 

Sindicatos y gremios de les trabajadores de la educación del sector básico, medio y universitarios, de la ciencia y la cultura, colectivos de investigadoras(es) y educadores(as) populares del mundo, así como actores sociales, reunidos de modo virtual, los días 25, 26 y 27 de septiembre de 2020, en el I Congreso Mundial de Educación: en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo resuelven:

 

Resolución cuarta: aprobar la declaración sobre: La paz en Colombia es una garantía para la paz en la región, por las siguientes circunstancias:

 

  1. Colombia hoy sufre una crisis humanitaria durante, que se expresa en lo ocurrido en el año 2020 en el cual se han perpetrado 63 masacres en las que se han asesinado 252 personas. Se han asesinado 215 líderes y lideresas sociales indígenas, afros, campesinos, juveniles, sindicales y defensores de DDHH y 43 firmantes del acuerdo de paz de La Habana.
  2. Durante el mes de septiembre de 2020 la policía nacional asesino a Javier Ordoñez esto produjo un ola de indignación y levantamiento social el cual fue reprimido dejando 13 personas asesinadas y más de 300 heridos, a partir de esto se ha desatado una campaña de señalamiento, amenazas y persecución a todas las organizaciones sociales, populares y sindicales, entre estas a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación – FECODE, la más grande organización sindical del país, violentando el derecho a la libertad de catedra e investigación.
  3. Por otro lado, ante la falta histórica de justicia, las organizaciones sociales, populares y sindicales han venido entregando sus informes a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, a la Jurisdicción Especial para la Paz, buscando construir memoria y exigir justicia ante los asesinatos, desapariciones forzadas, la tortura, desplazamiento y todas las violaciones de derechos humanas sufridas en el conflicto armado. Pero estos han tenido que construirse en medio de un conflicto armado que se desdobla con más intensidad por la disputa territorial, donde se han intensificado las amenazas, perfilamientos y señalamientos a quienes se expresen contra el gobierno y sus políticas. 
  4. El gobierno nacional de Iván Duque ha concentrado los organismos de control y busca supeditar al poder judicial generando una campaña en su contra por las decisiones tomadas que buscan proteger el Estado social de Derecho. Además, ha permitido este desangre promoviendo el desconocimiento de derechos a la protesta social, respaldando a las Fuerzas Armadas, Ejército, Policía en la agresión contra la población.
  5. Rechazamos la doctrina militar de las fuerzas armadas de Colombia y del tratamiento de guerra que le dan al pueblo colombiano. Nos solidarizamos con el pueblo colombiano en su repudio al actuar criminal de las fuerzas armadas, policía y ejército, que en los últimos días han cobrado la vida de más de una docena de colombianas y colombianos. Los asesinatos, las personas heridas por el uso desproporcionado e indiscriminado de la fuerza en contra del pueblo colombiano.
  6. Rechazamos también los señalamientos, persecución, amenaza y eliminación selectiva de líderes y lideresas sociales en el país que defienden el territorio, el medio ambiente y las comunidades, aumenta las condiciones materiales para la pervivencia del conflicto social y armado. Es claro que esta estrategia de criminalización ha sido liderada por sectores de la política nacional y auspiciada por el gobierno colombiano. Esta política de los gobiernos que asume la protesta social como una situación de guerra se expresa en todo el mundo hoy y por eso corresponde a quienes defendemos el derecho de los pueblos a la educación, rechazarla y denunciarla.
  7. Asimismo, denunciamos y rechazamos la presencia y operación de militares norteamericanos, en bases militares colombianas, generando una presión constante sobre la hermana República de Venezuela. Si Colombia se presta para la arremetida fascista en contra de Venezuela, la guerra que se desate va a tener consecuencias gravísimas sobre toda la región.
  8. Apoyamos los acuerdos de paz firmados entre la ex guerrilla de las FARC, hoy partido político y el gobierno de Colombia y exigimos su cumplimiento cabal, como un elemento que beneficia a la región en su conjunto, pues si bien Colombia ha llevado la peor parte del conflicto armado desarrollado en su territorio, otros países hermanos como Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, han sufrido también consecuencias derivadas del mismo.
  9. Por lo anterior, llamamos al gobierno colombiano, pero principalmente a todas las expresiones de la sociedad civil a que se abra el diálogo con todas las expresiones armadas insurgentes del país. Colombia no puede seguir viviendo la noche interminable de la guerra entre pueblo, la guerra en la que solo salen sacrificados hombres y mujeres, principalmente jóvenes, del pueblo colombiano.
  10. Acompañamos al movimiento nacional de víctimas de los crímenes perpetrados en el marco de la guerra que no acaba y sigue azotando a la población, en su búsqueda por verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición. Solo la verdad y la justicia le abrirán a Colombia los caminos para la reconstrucción del tejido social.
  11. Respaldamos la lucha de los pueblos originarios por su derecho a la tierra, al respeto de sus usos y costumbres, de su sistema de gobierno propio, que hoy se expresa en la descolonización de la historia oficial pero que ha sido parte de la historia de formación de la sociedad colombiana.

Este congreso expresa también su plena solidaridad con el pueblo colombiano que hoy sale a las calles a exigir el respeto por la vida, por la libertad de expresión y por la supervivencia. Nos corresponde a las y los de abajo, juntar fuerzas e iniciativas para superar desde nuestra imaginación, creatividad y resistencia, este momento aciago que vive la humanidad y que no se superará por vía del capitalismo depredador neoliberal

Desde el campo de la educación también denunciamos los fuertes estragos que ha generado en el sistema educativo nacional, la desfinanciación sistemática, enmarcada en la doctrina neoliberal de privatización y recorte de las responsabilidades del Estado. Este elemento es generador de más violencia, de mayor desigualdad entre las colombianas y los colombianos y no permite que por el suelo del país hermano, transite la paz, la vida digna, el respeto por la diferencia.

Respaldamos la lucha de FECODE por hacer de la Escuela Territorio de Paz, para que se garantice una educación con condiciones dignas, donde se garantice la libertad de catedra, de pensamiento e investigación y la justicia social.

No puede haber paz, sin garantías para la vida, sin respeto por la diferencia, sin unas políticas de gobierno que favorezcan a las mayorías empobrecidas, sin verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición de los crímenes en el marco del agudo conflicto social y armado que no cesa; por ello desde el congreso mundial de educación elevamos la alerta sobre la situación de Colombia para que podamos hacer efectiva nuestra solidaridad en estos momentos y en el futuro.

 

Los debates del I Congreso Mundial de educación 2020: en defensa de la Educación Pública y Contra el Neoliberalismo Educativo están disponibles en canal de YouTube de Otras Voces en Educación

 

Comité Organizador

I Congreso Mundial de Educación 2020

En defensa de la Educación Pública y Contra el Neoliberalismo educativo

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