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Cuatro consejos para fomentar la lectura de los más pequeños

Por: ABC

El último informe PIRLS reveló que los alumnos españoles de 4º de Primaria han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora respecto a la de 2016.

A pesar de que la lectura está estrechamente vinculada a numerosos beneficios académicos y sociales como la capacidad de expresarse, la gestión de la información, el pensamiento crítico o el aprendizaje de nuevos conocimientos, el último informe PIRLS 1 reveló que los alumnos españoles han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora. De hecho, este descenso en los resultados está significativamente por debajo de la media de la UE y de la OCDE.

En este contexto, comenzar a leer y tener un hábito de lecturadesde las edades más tempranas es uno de los factores fundamentales para desarrollar la habilidad para extraer el significado de un texto. Por ello, Meira Koponen, desarrolladora de aprendizaje y experta en Pedagogía en Kahoot!, ofrece algunos consejos para fomentar la lectura en la edad en la que los menores pasan de aprender a leer a aprender leyendo.

La nueva ley LOMLOE sigue apostando para que se fomente la lectura en los centros educativos y se desarrollen hábitos que perduren en el tiempo, introduciendo la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. De tal forma, desde las administraciones se invierten grandes esfuerzos en mejorar la capacidad lectora de los alumnos pero, también hay que hacerlo fuera de las escuelas.
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España: El 36% de los jóvenes universitarios padece algún problema de salud mental

El asesor de UNIR y catedrático en Salud Pública, Miguel Ángel Martínez-González, alerta de la incidencia de trastornos mentales entre los universitarios españoles

El asesor de UNIRMiguel Ángel Martínez-González, experto en Salud Pública y Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón, ha afirmado que en España el 36% de los universitarios cumplen criterios para diagnosticarles al menos una enfermedad mental». Asimismo, el 41% de la población universitaria padecerá en algún trastorno a lo largo de toda su vida, según los últimos estudios.

Estos datos revelados por Martínez-González, quien también es el catedrático de las universidades de Harvard y Navarra, ponen en evidencia una «problemática social que podría considerarse análoga al consumo de tabaco, alcohol o drogas y que ahora están ocurriendo en ámbitos relativos a la sexualidad». En esta línea, Martínez-González apuntó que otro dato preocupante aportado por el Colegio de Médicos de Madrid es que «los requerimientos sexuales a los menores durante la pandemia aumentaron un 507%».

Durante la presentación de su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’, en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Martínez-González expuso una visión panorámica de los problemas emergentes de salud pública que afecta a la población general tras la pandemia, con especial atención a la crisis de salud mental entre los jóvenes, las enfermedades de transmisión sexual, la pornografía, el acoso sexual y los efectos nocivos de la tecnología en la salud, temas que aborda en su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’.

«Hay que poner el foco en la crisis de salud mental que está afectando a los jóvenes. En concreto el preocupante aumento de los suicidios, que se ha convertido en la primera causa de muerte», señaló Martínez-González en el encuentro.

Este problema emergente de salud pública se ha visto agravado tras la pandemia, sobre lo que el experto alertó que detrás de ello están «los intereses comerciales a nivel mundial de las plataformas tecnológicas y la omisión de los gobiernos para abordar esta problemática».

Por su parte, Vicente Soriano, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Ciencias de Salud y director del proyecto de Bienestar Emocional de UNIR señaló que «los trastornos de salud mental en la población juvenil suponen un revulsivo para la sociedad del bienestar. El impacto de las redes sociales, la desinformación y la ausencia de educación en valores han contribuido a crear un ambiente individualista y con poco compromiso social».

Mal uso de la tecnología y problemas de salud mental
En su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’, Martínez-González habla sobre los crecientes problemas de salud mental como consecuencia del mal uso de los dispositivos electrónicos con acceso a internet.

Basado en la evidencia científica, el reconocido catedrático aportó que «la investigación epidemiológica ha demostrado que las pantallas y las redes sociales, especialmente cuando están relacionados con contenido pornográfico o denotan acoso, afectan a la salud mental, particularmente a la de los adolescentes, contribuyendo al aumento de conductas suicida, trastornos de conducta alimentaria y otros problemas de salud mental».

En este sentido, el autor del libro insta a los padres y profesores a ser empáticos y proactivos ante este problema, «se debe hablar sobre estos temas con los jóvenes, así como a atrasar el uso de dispositivos móviles, regular el acceso a internet y establecer normas para su uso».

Entre los trastornos que ha causado el mal uso de los dispositivos electrónicos el asesor de la UNIR destaca la ‘nomofobia’, esa dependencia psicológica a estar conectado a los teléfonos móviles y la ansiedad que esto genera, o el desprecio a las personas reales que le rodean por la imposibilidad de desconectarse del móvil y estar consultándolo continuamente, conocido como ‘phubbing’. «La continua conexión a las pantallas crea, especialmente en jóvenes, un crecimiento exponencial en actitudes gregarias y despersonalizadas», explicó el investigador.

Martínez-González añadió que «la experiencia de dependencia -paradójicamente ligada a mayor sensación de soledad de los jóvenes- ha crecido en paralelo con el abuso de los dispositivos móviles con acceso a internet, las cuales ofrecen una ficticia sensación de relaciones interpersonales». Las pantallas carecen de calidez y certeza en el trato directo, impidiendo disfrutar de la necesaria proximidad, confianza y apertura de las relaciones cara a cara. Esta situación favorece el aislamiento, ansiedad, tristeza y depresión.

Necesidad de un cambio estructural
Ante el número creciente de enfermedades relacionadas con la salud mental entre los jóvenes, Miguel Ángel Martínez-González insta al sector público a tomar medidas sobre el asunto, como se ha hecho en otras ocasiones con problemas de salud pública como el tabaco, la obesidad o para descender el número de accidentes de tráfico.

Sobre este punto, el experto piensa que «es posible modificar las conductas de los jóvenes. Los cambios requieren de tiempo y educación, pero los gobiernos deben tomar medidas estructurales para fomentar estilos de vida sanos, aunque vayan en contra de intereses comerciales de grandes tecnológicas que buscan conductas compulsivas y generan dependencia».

En la misma línea, Vicente Soriano se ha referido a la necesidad de reinventar la educación en valores y las competencias en relaciones sociales y solidaridad con las personas más próximas, desde la familia al ambiente laboral.

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La regla de las tres ‘ces’ para que padres y maestros detecten un caso de bullying

S. F/Madrid

Acoso escolar, «un enemigo silencioso» que hay que atajar en las primeras fases

Más de la cuarta parte de la población escolarizada sufre habitualmente bullying o acoso escolar. Este «enemigo silencioso», a pesar de las campañas institucionales y de su presencia en los medios de comunicación sobre todo cuando tiene fatales consecuencias, es uno de los más graves problemas sociales en España.

Así lo constató la mesa de expertos que configuró la nueva jornada de Educación al rescate, un proyecto de la Universidad Nebrija que trata de dar respuesta a aquellas cuestiones más controvertidas y relevantes en el terreno de la educación.

La jornada ‘Acoso escolar, un enemigo silencioso’ versó sobre una «cruda» realidad en la que, según el psicólogo Iñaki Piñuel, la víctima «se encuentra aislada cuando el resto la estigmatiza, la hostiga activamente pero también de manera omisiva como cuando le retiran el saludo o no se comunican con ella».
Frente a la dinámica de «mirar a otro lado» de algunos centros, los adultos «tenemos la total responsabilidad» para atajar estos casos. «Los daños manifiestan que estamos llegando tarde. En estos momentos hay niños que están sufriendo bulliyng sin que lo estemos registrando y no podemos ayudarlos. Hay niños acosados que se van a convertir en adultos vulnerables a otras formas de maltrato», precisó Piñuel. Igualmente hay acosadores que «vienen de una escuela de aprendizaje» y la sociedad «pagará» por sus acciones futuras.

Iñaki Piñuel, psicoterapeuta, escritor, profesor de universidad e investigador especializado en acoso psicológico y relaciones tóxicas, criticó la ausencia de prevención en este asunto: «Somos reactivos y no preventivos ni proactivos. He compadecido en todos los parlamentos para implementar protocolos de actuación y solo empezamos a trabajar cuando ya hay víctimas; en las primeras fases del bulliyng se puede detener el proceso de linchamiento».

A su juicio, si el acoso escolar avanza y no es detectado o incluso ignorado, y cuando el grupo ya ha decidido «eliminar a un garbanzo negro, a un chivo expiatorio», resulta vital sacar al niño de ese entorno «para que sobreviva», aunque el niño o el joven pueda sufrir un estrés postraumático y llegue a otro centro «con miedo y ansiedad». Frente a métodos que «acallan la conciencia» y «políticas de cumplimiento (cumplo y miento)», Iñaki Piñuel defendió las mediciones reales del número de casos para poder actuar y la escucha activa de los expertos por parte de la clase política.

La regla de las tres ‘ces’

¿Qué más está fallando para luchar con efectividad contra el acoso escolar? Carmen Cabestany, profesora y cofundadora de la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), cree que falta mucha formación y divulgación ante esta «grave y oculta» realidad. La responsabilidad de los adultos resulta fundamental para evitar suicidios de niños o jóvenes y también para actuar contra el agresor o los agresores porque «ellos pueden ser también víctimas y requieran una atención y una actuación adecuada».

Convencida de que la lucha contra el acoso escolar compete a toda la sociedad, Cabestany explicó la regla memorística de las tres ces para que padres y maestros puedan detectar un caso de bullying:

La primera `C´ es de «Cambios» – de las notas de clase, de amistades, de itinerarios, de ritmos de sueño, de comidas o de carácter… La segunda `C´ es de «Campana», de «hacer campana» (hacer novillos o pellas) -no quieren ir al colegio y se suelen poner enfermos el domingo por la noche-; la tercera es la `C´ de «Cuerpo», que habla por sí solo: «los hombros hacia dentro, la mirada triste y sin brillo, la cabeza gacha, arrastran los pies, se ocultan tras la ropa…».

Hay otra `C´, de «Costumbres» para los profesores, cuando determinados alumnos piden fuera de horario permiso para ir al baño después del recreo y no coincidir allí con sus acosadores, son reacios a salir a la pizarra porque están expuestos a la burla, llegan tarde sistemáticamente porque no quieren coincidir con sus agresores, o en primaria se acercan mucho y continuamente a la profesora, que cumple la función de «profe paraguas».

Diez medidas de «sentido común»

Carmen Cabestany apuntó el Decálogo para erradicar el acoso escolar elaborado por NACE y que conforma las siguientes «medidas de sentido común»:

1. Visibilizar

Visibilizar el acoso escolar en los centros educativos, porque lo que no se nombra no existe.

2. Documentación

Recoger el tema del bullying en los documentos básicos de cada colegio.

3. Educación emocional

Incorporar la educación emocional desde la etapa de Infantil y trabajar las emociones en situación, y no de forma teórica.

4 Plan de prevención

Velar por que todos los colegios tengan un Plan de Prevención efectivo contra el acoso escolar.

5 Formación

Concienciar y formar al profesorado de manera adecuada y amplia sobre el tema, incluyendo el bullying en los planes de estudios de Magisterio, Pedagogía y Psicología.

6 Detección

Informar a los padres para que sean capaces de detectar un posible caso de maltrato en sus hijos (como víctimas o como victimarios) y para que puedan actuar correctamente y con rapidez.

7 Protocolo

Tener un protocolo de intervención ágil y efectivo. Ante un posible caso de acoso escolar, aplicarlo con rigor y transparencia, y con la participación de agentes externos, porque el centro no puede ser juez y parte en el asunto.

8 Campañas institucionales

Promover campañas institucionales para sensibilizar a la sociedad contra el bullying.

9 Implicación

Implicar a todos los agentes sociales (medios de comunicación, judicatura, Administración, asociaciones, clubs, etc…) en la lucha contra el acoso escolar, porque erradicarlo es cosa de todos.

10 Transparencia

Fomentar la transparencia para conocer las cifras reales del acoso escolar (número de víctimas y de protocolos implementados, cifras relativas al suicidio por bullying, incidencia del maltrato entre iguales en las patologías psiquiátricas…).

Identificar la vulneración de derechos desde niños

En la sesión de Educación al rescate, moderada por Marina Vega, delegada de Zona de la Universidad Nebrija, también intervino la psicóloga María José Garrido, comandante de la Guardia Civil y jefa de Área de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. En su opinión, hay que aprender a identificar desde muy pequeños la vulneración de derechos fundamentales. «Los niños son esponjas y hay que potenciar la gestión emocional», adujo.

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Qué son las ‘dificultades específicas de aprendizaje’ que están detrás de la mayor parte del fracaso escolar

Muchas veces están asociadas a otros trastornos del neurodesarrollo como son el autismo y el TDAH

 

Las dificultades específicas del aprendizaje (DEA) son alteraciones neuropsicológicas «que afectan a la lectura, a la escritura o al cálculo« y son »las responsables del 65% de los casos de fracaso escolar», según la directora del ‘Máster en Dificultades del Aprendizaje y Trastornos de la Comunicación en Contextos Socioeducativos’ de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Laura Sánchez.

Sánchez explicó en una entrevista a Servimedia «que las dificultades específicas del aprendizaje, recogidas en el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales’, son trastornos del neurodesarrollo que afectan a entre un 5% y un 10% de la población.

«Tampoco es fácil definir la población afectada porque dentro de los problemas de aprendizaje hay trastornos que están muy bien identificados como, por ejemplo, la dislexia, pero hay otros que no», puntualizó.

En concreto, la Federación Plataforma Dislexia asegura que el 10% de la población mundial tiene dislexia. Este dato, extrapolado a España, supone unos 800.000 niños, de los cuales tan solo el 33% recibe la atención profesionalizada necesaria.

«Ahora, muchas dificultades de aprendizaje y de comunicación no son primarias, es decir, están asociadas a otros trastornos del neurodesarrollo como son el autismo y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)», advirtió.

Sánchez aseguró (parafraseando a unos investigadores norteamericanos) que «es mucho más importante un gramo de prevención que un kilo de diagnóstico e intervención», de manera que «la clave para abordar esta situación es la prevención o la detección temprana de detección de las DEA«.

El aumento de la prevalencia de las dificultades específicas del aprendizaje se debe a que en la actualidad «hay más y mejores herramientas para el diagnóstico». En general no es que haya más, «sino que se diagnostican más», aseveró la experta.

Cómo detectar problemas de aprendizaje

En los últimos años se ha detectado un aumento exponencial de los problemas de aprendizaje, entre los que se encuentran desde distintos trastornos del lenguaje hasta el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro del autismo (TEA), pasando por la dislexia o la discalculia. «Esto supone un reto para los docentes que necesitan herramientas para la detección efectiva de estos fenómenos en las aulas».

La primera señal de alarma suele ser «un bajo rendimiento en tareas de lectura, de escritura o de cálculo». Un segundo criterio, a tener en consideración, es que ese bajo rendimiento persiste en el tiempo. Y en tercer lugar, «hay que descartar problemas sensoriales, es decir que el estudiante no vea o escuche adecuadamente».

«Esperar es una mala acción ante los indicadores de las dificultades del aprendizaje porque la brecha entre los ‘normolectores’ (los niños que están aprendiendo de forma normalizada) empieza en primero de Primaria y cuanto antes se actúe mejor». De hecho, apunta la profesora, «si se retrasa en el tiempo la intervención empiezan a ampliarse las diferencias entre unos y otros».

Postergar la actuación del profesorado también es desaconsejable porque la respuesta educativa pierde eficacia con el paso del tiempo, ya que «el cerebro de los niños más pequeños tiene una mayor plasticidad y será más eficaz el abordaje cuanto antes empiece».

Esta académica de la VIU apuesta por una educación inclusiva y de calidad porque «la educación inclusiva no gira en torno a la discapacidad, sino que se sustenta en la individualización de cada alumno». «Cada uno de ellos aprende de una manera diferente y tiene una manera única de procesar la información».

Laura Sánchez defendió la coexistencia de los dos modelos de educación: «Confío en la convivencia entre Educación Ordinaria con apoyos y profesorado especializado y la Educación Especial, siempre y cuando se respete la situación personal y de discapacidad de cada estudiante y la voluntad de la familia a la hora de hacer el dictamen para la escolarización del alumno», matizó.

Por último, recordó que lo más importante es «un cambio de actitud» del profesorado e hizo mención al cambio que se ha producido ya que «hasta hace relativamente poco (año 1995) no se incluía ninguna asignatura sobre educación especial en los estudios universitarios de magisterio», concluyó.

Ahora, esta profesional dirige un máster que forma a los maestros y profesores del futuro en materias como ‘Educación Inclusiva y Emocional’, ‘Discapacidades y Altas capacidades’ o ‘Evaluación e Intervención psicopedagógica’.

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Adolescentes: «Los adultos nos acusan de falta de esfuerzo en los estudios, el trabajo y en la vida»

El 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad se siente frustrado por no llevar la vida que quiere, según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», de la Fundación SM

Según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», realizado por la Fundación SM a través del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica, uno de cada dos jóvenes piensa que «generación de cristal» es un término adecuado para explicar su postura crítica ante las injusticias del mundo y aplicable al conjunto de la sociedad. Sin embargo, 2 de cada 3 lo interpretan desde una perspectiva más negativa, como una crítica hacia ellos.

Este término fue acuñado por Montserrat Nebrera como una metáfora para describir la fragilidad emocional de los adolescentes y jóvenes de hoy. Frente a esta postura, otros interpretan la aparente fragilidad de esta generación como una fortaleza, por su sensibilidad hacia los problemas sociales y aquellos relacionados con la salud mental y emocional.

Los atributos unidos a este calificativo, que más los identifican a sí mismos y a su generación, son el reconocimiento de la importancia de la salud mental, la sensibilidad hacia los problemas sociales, la baja autoestima y la defensa de la diversidad.

Más facilidades para progresar

El 62% de los y las jóvenes opina que las generaciones anteriores tuvieron más facilidades para progresar socialmente que los jóvenes de ahora, percepción que se incrementa a partir de los 21 años. Sin embargo, casi en la misma proporción afirman que la mayoría de los jóvenes tendrían que esforzarse más.

El concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud española. Así, el 64% de los y las jóvenes opina que esforzarse (en los estudios o el trabajo) es una garantía para lograr tus objetivos en la vida.

Los jóvenes de 18 a 20 años son los que menos confían en que esforzarse es una garantía para el éxito. Sin embargo, también son los que en mayor grado opinan que los jóvenes deberían esforzarse más.

Frente a esto, el 74% de ellos afirma que los adultos los acusan de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general y el 58% que se sienten con el derecho de criticarlos por el mero hecho de ser jóvenes, pero no al revés, 3 de cada 4 consideran que no toleran que los critiquen su forma de pensar.

En este aspecto, al 64% les molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 75% en el caso de las chicas.

Tres de cada 5 jóvenes afirman haber sufrido emocionalmente por haber recibido comentarios sobre su aspecto físico, forma de ser o de pensar. Sin embargo, opinan que vivimos en una sociedad demasiado sensible donde la gente se molesta por cualquier cosa.

Mayor sentimiento de frustración

En el actual contexto, el 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad sentirse frustrado por no llevar la vida que quiere, un sentimiento que está más presente entre los mayores de 21 años.

El temor a no cumplir las expectativas de su familia o amigos representa un 56%. Este sentimiento se eleva hasta el 61% en el caso de los jóvenes de clase media baja/baja respecto a la clase media (49%), que parece sentirse menos preocupada por defraudar a su entorno más cercano.

El 56% de los jóvenes en España reconoce que sus padres han sido demasiado protectores con ellos, especialmente en el caso de las chicas (62% frente al 50% de los chicos). Los jóvenes de clase alta/media alta son los que, en menor medida, se han sentido sobreprotegidos por su familia y los que, en mayor grado, consideran que sus padres han contribuido al desarrollo de una autoestima fuerte.

Por contraste, el 59% afirma que sus padres han contribuido a que desarrollen una autoestima fuerte, resultado que entra en contradicción con su autoidentificación (personal y generacional) con la «baja autoestima o inseguridad en relación con las capacidades personales».

El 75% de los jóvenes opina que las crisis económicas, sanitarias y sociales dificultan más las posibilidades de elección de los jóvenes que de las de generaciones más adultas, sentimiento que está especialmente presente entre los mayores de 21 años.

Tres de cada 4 jóvenes afirman que vivimos en sociedades en las que todo el mundo espera que le digan qué hacer y cómo hacerlo y la mitad evita tomar decisiones por miedo a equivocarse.

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¿Por qué los niños aprenden más rápido que los adultos?

Los científicos descubren la razón por la que en los menores el aprendizaje es más eficaz

Un nuevo estudio sugiere que los niños son capaces de captar nueva información y habilidades más rápidamente que los adultos y que la razón de ello es que los niños y los adultos muestran diferencias en un mensajero cerebral conocido como GABA, que estabiliza el material recién aprendido, según publican en la revista ‘Current Biology‘.

«Nuestros resultados demuestran que los niños en edad escolar pueden aprender más cosas en un periodo de tiempo determinado que los adultos, lo que hace que el aprendizaje sea más eficaz en los niños», afirma Takeo Watanabe, de la Universidad de Brown, en Estados Unidos.

Sus resultados mostraron que los niños tienen un rápido impulso de GABA durante el entrenamiento visual que dura después de que el entrenamiento termina. Esto contrasta notablemente con las concentraciones de GABA en los adultos, que se mantienen constantes. Los resultados sugieren que los cerebros de los niños responden al entrenamiento de una manera que les permite estabilizar más rápida y eficazmente el nuevo aprendizaje.

«Se suele suponer que los niños aprenden de forma más eficaz que los adultos, aunque el apoyo científico a esta suposición ha sido, en el mejor de los casos, escaso, y, si es cierto, los mecanismos neuronales responsables de un aprendizaje más eficaz en los niños no están claros», afirma Watanabe.

Proceso de aprendizaje

Las diferencias en el GABA eran un lugar obvio para buscar respuestas. Aunque estudios anteriores ya lo habían hecho, los investigadores observaron que el GABA en los niños sólo se había medido en un punto temporal. Tampoco se midió en un momento que tuviera una importancia especial en términos de aprendizaje.

Por ello, en el nuevo estudio se propusieron ver cómo cambian los niveles de GABA antes, durante y después del aprendizaje. También querían ver las diferencias entre niños y adultos.

El estudio examinó el aprendizaje visual en niños en edad escolar y en adultos utilizando técnicas de comportamiento y de neuroimagen de última generación. Descubrieron que el aprendizaje visual provocaba un aumento del GABA en la corteza visual de los niños, el área del cerebro que procesa la información visual. Ese aumento del GABA también persistió durante varios minutos después de terminar el entrenamiento.

Lo que vieron en los adultos a los que se les ofreció el mismo entrenamiento visual fue notablemente diferente. En los adultos, no hubo ningún cambio en el GABA.

El descubrimiento predice que el entrenamiento con elementos nuevos aumenta rápidamente la concentración de GABA en los niños y permite que el aprendizaje se estabilice rápidamente. Otros experimentos también lo corroboraron.

«En experimentos conductuales posteriores, descubrimos que, efectivamente, los niños estabilizaban los nuevos aprendizajes mucho más rápidamente que los adultos, lo que concuerda con la creencia común de que los niños superan a los adultos en su capacidad de aprendizaje -explica Sebastian M. Frank, ahora en la Universidad de Ratisbona (Alemania)-. Nuestros resultados apuntan, por tanto, a que el GABA es un elemento clave para que el aprendizaje sea eficiente en los niños«.

Función cerebral

Los resultados sugieren que los niños pueden adquirir nuevos conocimientos y habilidades más rápidamente que los adultos, dicen. Esto debería animar aún más a profesores y padres a dar a los niños muchas oportunidades de adquirir nuevas habilidades, ya sea aprender las tablas de multiplicar o montar en bicicleta.

Los resultados también pueden cambiar la concepción de los neurocientíficos sobre la madurez del cerebro de los niños.

«Nuestros resultados implican que los niños muestran un procesamiento inhibitorio y GABAérgico muy eficiente a pesar de los fallos inhibitorios que se han observado en otros ámbitos como el control cognitivo o la atención –afirma Frank-. Esto implica que el procesamiento GABAérgico implicado en diferentes aspectos de la función cognitiva podría madurar a diferentes velocidades».

«Aunque los cerebros de los niños aún no han madurado del todo y muchas de sus funciones conductuales y cognitivas no son tan eficientes como en los adultos, los niños no son, en general, superados en sus capacidades por los adultos -añade Watanabe-. Al contrario, los niños son, al menos en algunos ámbitos como el aprendizaje visual, superiores en sus capacidades a los adultos».

Los investigadores dicen que estas diferencias en los ritmos de maduración entre regiones y funciones cerebrales deberían examinarse en detalle en futuros estudios. También quieren explorar las respuestas del GABA en otros tipos de aprendizaje, como la lectura y la escritura.

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Entrevista a Koncha Pinós: «Los niños son buenos por naturaleza pero la bondad, que es una inteligencia superior, está denostada»

Entrevista con Koncha Pinós, autora de ‘La belleza de ser bueno’ (Neurociencia de la bondad para padres)

En su libro ‘La belleza de ser bueno’ (Sinequanon) Koncha PInós ha puesto negro sobre blanco las intensas inquietudes de su infancia. «Esta obra nace después de ver tanto sufrimiento en el mundo, deshumanización y horror por todas partes. Trabajar muchos años en zonas de conflicto y vulneraciones de derechos humanos me llevó hasta esas preguntas que no podían esperar más: por qué existe gente tan mala, capaz de hacer tanto daño a los demás, y qué ha sido de la bondad».

-Lo bondadoso, lo bellamente generoso, no está de moda.

-Lo primero quisiera decir es que las personas confunden el término de bondad. Cuando nos planteamos hacer el libro lo primero era definir qué es la bondad desde distintas miradas: desde la filosofía, la ciencia, la educación… Y poder comprender así para poder llegar a un punto en común. La bondad está en todas las tradiciones y en todas las religiones, pero nos hemos olvidado de tenerla presente. Ahora de hecho somos una sociedad con alergia a la bondad.

-En efecto. La bondad está incluso denostada.

-Por eso me pregunté, ¿por qué no la valoramos? ¿Cómo podríamos valorar la bondad de una forma nueva e incluso medirla? El libro pretende eso en cuatro partes, la primera parte te plantea un marco sobre qué es la bondad y cómo se puede medir.

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