La enseñanza problémica de las Ciencias Naturales

Por Adania Guanche Martínez

La idea de desarrollar el pensamiento creador e independiente en los escolares no es nueva en las Ciencias Pedagógicas. En la valiosa tradición pedagógica cubana, siempre ha estado latente esta preocupación, sobre todo en lo que respecta a la eliminación del aprendizaje puramente memorístico. En las últimas décadas, en la bibliografía pedagógica han aparecido numerosos trabajos relacionados con la utilización de los métodos que introducen problemicidad en las tareas que deben desarrollar los alumnos, en su actividad de aprendizaje. Se ha planteado que estos constituyen vías efectivas para lograr la estimulación de la actividad cognoscitiva de los alumnos, además de que educan el pensamiento dialéctico. Se ha logrado en Cuba determinada experiencia en esta dirección, pues se determinó el cuerpo categorial y el sistema de métodos de la denominada enseñanza problémica o enseñanza por medio de contradicciones, como también se le conoce.
En este trabajo se presentan las bases teóricas de esta concepción del proceso docente-educativo, se analizan sus posibilidades en el desarrollo de la asignatura Ciencias Naturales y se aborda la presentación y explicación del sistema metodológico que propone la autora para tales fines.

Artículo completo en formato PDF
Correo electrónico: adania_g@yahoo.es

Fuente: http://rieoei.org/did_mat30.htm

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Reflexiones en torno a la interdisciplinariedad

Por: Adania Guanche Martínez

La interdisciplinariedad, como forma de concebir el conocimiento en la actualidad, es una alternativa para relacionar coherentemente, tanto las disciplinas científicas, como las asignaturas en los currículos escolares. Se impone una síntesis de los diferentes enfoques, a fin de comprender mejor las diferentes aristas de esta filosofía que se ha dado en llamar interdisciplinaria.

La interdisciplinariedad es considerada por muchos especialistas como una forma de pensar y de proceder, a fin de lograr cambios en la forma de ver el mundo en la actualidad, y así lograr que nuestros alumnos también lo vean de esta manera. Si los alumnos no piensan de una forma interdisciplinaria, el cambio en la forma de pensar coherentemente va a tornarse mucho más difícil.

En aras de lograr este cambio en la forma de pensar y hacer, tiene que existir un diseño curricular que refleje esa interdisciplinariedad; de este modo, deben elaborarse programas que reflejen una determinada forma de agrupar contenidos para las diferentes asignaturas.

Sin embargo, estas diferentes asignaturas deben ser coherentes intra-disciplinariamente, antes de serlo interdisciplinariamente, lo cual quiere decir que, si se parte de asignaturas que presenten sus contenidos organizados de manera lógica, teóricamente podrían lograrse integraciones interdisciplinarias de modo más sencillo.

Hay que partir de una reflexión: cada una de las ciencias tiene sus métodos de estudio, sus leyes, su dinámica, sus dimensiones. Por ejemplo, un concepto tratado en química difiere de la forma en que se trata en física o en biología. Las asignaturas, como reflejos que son de esas ciencias, reciben de estas una organización en los conocimientos, así como puntos de vista diferentes al analizar un mismo fenómeno. Pero cada alumno que recibe varias asignaturas es uno solo y por lo tanto, el estudio de esos procesos que se presentan ante él, difieren en la forma de ser abordados por cada profesor desde el ángulo de cada materia curricular.

El lograr que ese currículo esté impregnado de “interdisciplinariedad” para entonces formar a los estudiantes en esa filosofía de trabajo, implica diferentes vías para lograrlo, y requieren del concurso de especialistas que integren coherentemente en el programa de una sola asignatura, esos hechos estudiados por distintas ciencias.

Esa hipotética asignatura de la naturaleza, que podría tomar nombres como Ciencias de la Naturaleza, Estudios Naturales, u otra denominación cualquiera, debe mostrar a los estudiantes ciertos “caminos” para saber más de la forma en que se desarrolla el fenómeno estudiado, sin marcar el campo de estudio de las diferentes ciencias particulares que lo han abordado. Se ha hecho alusión a las ciencias naturales, porque, por ejemplo, en cualquier grado de secundaria básica, es muy difícil integrar una serie de asignaturas de ciencias, sin “amalgamarlas”, lo cual resultaría un programa en que se abordaran temas de física y después otros de química y luego, un pedazo de biología; si se hiciera una asignatura con estas características, y no se lograría el objetivo interdisciplinario que se pretende, porque no se integran coherentemente los contenidos. Por tanto, esto no es interdisciplinariedad.

En Cuba, en la asignatura Ciencias Naturales en quinto y sexto grado, por ejemplo, en la cual el contenido que se trata es menos profundo, por la edad de los escolares, se trató de llegar a un nivel de integración, y se logró en una buena medida, sin que estuviera exento de problemas de interdisciplinariedad, de modo tal que no caben dudas de que ha constituido una asignatura integradora. La asignatura “El Mundo en que vivimos», de primero a cuarto grado, una disciplina antecedente de las ciencias naturales, integra aspectos sociales y naturales, mediante los cuales se trata de acercar al niño a su entorno, desde pequeños, porque lo primero que se enseña es la familia, el abuelo, el papá, quién es mamá… y después se aborda la escuela, su ámbito diario, luego “el barrio”, sus organizaciones, continúan el municipio, la provincia, hasta lograr el conocimiento del país, sus efemérides, su flora, su fauna, su clima, el estado del tiempo cada día, etc.  De modo que la concepción de la asignatura es empezar por el entorno, enseñarle al niño que vaya de lo cercano a lo lejano. Se trata, sin dudas, de un enfoque interdisciplinario, mediante el cual se integran aspectos naturales y sociales, con los enfoques axiológicos correspondientes a las edades.

Históricamente analizando, los proyectos más globalizadores que han existido, como los Centros de Interés de Ovidio Declory, (que se aplicaron en primaria), el Método de Proyectos de María Montessori, que se aplicó también en primaria, pero se utilizó también en secundaria, el Proyecto Curricular de Humanidades de Stenhouse en Inglaterra, que era de un nivel superior de enseñanza, la Investigación-Acción, como manera de estructurar un currículo, era de educación superior, es decir que en todos los niveles se pueden citar ejemplos de una lógica del pensamiento, una forma de hacer integraciones, tomando como centro o punto de partida, diferentes conceptos.

En Cuba la utilización de las “Unidades de Trabajo” fue muy dinámica en las décadas del 30 al 40 del pasado siglo en toda la enseñanza primaria, pero en la formación de profesores en las Escuelas Normales de Maestros se trabajaba con proyectos integradores, por ejemplo se trabajaba con Estudios Sociales, no se estudiaba ninguna de las ciencias sociales en particular, desde el punto de vista docente, de modo que si se enfoca de esta manera, o sea, por fenómenos, por problemas, esta puede constituir una línea directriz o un enfoque en el cual es posible “poner a interactuar” disciplinas diferentes, en función de un fenómeno, de un problema. Esta es una manera de lograr interdisciplinariedad.

Sin embargo, actualmente, se aprecia que cuando se disponen los profesores a concebir un programa interdisciplinario, aflora en cada uno de ellos una mentalidad tendiente a sobrevalorar su disciplina o asignatura, y esto les impulsa a considerarla como el punto máximo en el proceso integrador. Aparece así una contradicción, hasta cierto punto inevitable, a favor de que los contenidos sean nucleados alrededor de tal o cual materia. Por ejemplo, hay ocasiones en que, por ejemplo, el profesor de física trata de imponer los problemas de esta asignatura como eje alrededor del cual deben nuclearse otros conocimientos de biología o de geografía.

En estos casos, es menester realizar un razonamiento lógico, y proponer, como una forma de resolver la contradicción, que se priorice la descripción de un determinado fenómeno, se parta de su explicación y después colocar en el programa algún que otro problema donde se involucren fenómenos físicos con otros químicos o biológicos. En estos casos, la enseñanza problémica puede ayudar, porque, por ejemplo, al tratar fenómenos térmicos, después de describirlos y explicarlos, pueden sugerirse problemas como este: “Al salir del agua, después de un agradable baño de mar, en un día soleado de verano, se siente en la piel un frío tremendo, a pesar de que esa persona se encuentre “a pleno sol”. ¿Por qué se siente tanto frío al sol, si no se sentía esa sensación térmica dentro del agua? En este caso podrían hallarse otros casos de problematización si los docentes dominan los contenidos de varias disciplinas, cosa que se impone de antemano, a la hora de trabajar un programa interdisciplinario.

Ahora bien, en el nivel superior de enseñanza, no se debe eliminar la especialización de los profesores, porque estos necesitan dominar la ciencia de la que se deriva la asignatura que explican, aunque deban ser cada vez profesores más integrales

En el nivel teórico subsiste la carencia de una didáctica interdisciplinaria, a pesar de que hay una didáctica general que aborda estos problemas metodológicos, pero debe construirse esta nueva disciplina pedagógica que estudie las funciones de interrelación y cooperación necesarias para que funcione la interdisciplinariedad, además de las formas en que pueden agruparse los conocimientos, cómo pueden lograrse integraciones, los ejes de contradicción como modos de agrupar a su alrededor ciertos contenidos relacionados, entre otras funciones y problemas que podrían constituirse como teoría de la interdisciplinariedad.

Algunos autores, como los doctores en Ciencias Pedagógicas Jorge Fiallo, Fernando Perera, Diana Salazar y Berta Fernández, han ido aportando enfoques, recursos, en fin, partes de una teoría de la interrelación entre disciplinas curriculares. Todos ellos han contribuido a construir esta teoría.

A veces se han producido soluciones que han resultado exitosas. Por ejemplo, el programa de Ciencias Naturales y su Metodología, que se estableció para la Licenciatura en Educación Primaria, con 72 horas/clases, se empleó con mucho provecho en el Plan C para los institutos superiores pedagógicos y estuvo vigente por varios años. En él se concibió un eje de integración que fue “la energía” y así los estudiantes aprendieron a apreciarla desde el Universo, hasta el organismo humano, pasando por el aire, el agua, el suelo, los ecosistemas, los seres vivos, en fin, siempre que se estudiaba un nuevo elemento, se explicaba cómo fluye la energía, sus manifestaciones y consecuencias.

Como los estudiantes tenían como nivel de ingreso un preuniversitario aprobado, ya tenían bastante información sobre muchos de estos procesos y fenómenos naturales. Por eso el enfoque interdisciplinario aludido anteriormente resultaba casi siempre en una organización o sistematización de conocimientos, que contribuyó a su formación como maestros primarios, habida cuenta de que este profesional de la Educación tiene que tener una formación completa en cuestiones que a menudo son motivos de curiosidad por parte de los escolares y hay que tratar de llevarles la cientificidad, como un principio didáctico.

Otro caso en que hay que acudir a la interdisciplinariedad es al concebir el sistema de evaluación integrado para algunas asignaturas del campo de la Pedagogía en la formación de nuevos docentes. La mejor forma de comprobar la aplicación de métodos, el empleo de medios de enseñanza, la manera de desarrollar la secuencia de actividades, y otras concepciones didácticas, es mediante proyectos integradores o demostrando ante un tribunal cómo se puede desarrollar una clase y en esos casos tienen que estar incluidos todos los conocimientos asimilados. Ese es el caso de la sustitución del examen final por el desarrollo de una clase modelo, o la creación de una pequeña investigación o proyecto, que se defienda ante un tribunal. En este momento están coexistiendo la didáctica, la metodología de la investigación y el diseño curricular, entre otras disciplinas pedagógicas. Por eso esta forma de evaluar se erige como un enfoque interdisciplinar.

Otra manera de ver la interdisciplinariedad es a través de los programas directores, pues se trata de que en las asignaturas de la enseñanza general converjan los objetivos formativos generales, que propician el desarrollo de habilidades y la formación en valores. Ejemplos de estos programas directores son los de Lengua Española, Ecología, Educación Laboral, etc. Cada programa director se convierte en una vía de lograr la interdisciplinariedad, porque trata articular los conocimientos, las habilidades y los valores, y se logra ese objetivo común de todas las disciplinas que conforman el plan de estudio de los diferentes niveles de enseñanza.

Estos programas directores tienen semejanza con los denominados ejes transversales, que contribuyen a formar valores, mediante un sistema de influencias desde diferentes asignaturas del currículo.

En Cuba se han desarrollado, en diferentes etapas, los turnos de reflexión, que son momentos de la semana en que el profesor guía se reúne con sus escolares de secundaria o de preuniversitario (de acuerdo con el nivel en cuestión), para tratar problemas de la cotidianidad, como las modas, la cultura, los programas televisivos, las películas, las costumbres de los jóvenes, el comportamiento en el hogar, la escuela, la calle, en fin, fundamentalmente se conversa sobre su formación como ciudadanos, para que se inclinen, adopten o mantengan valores universales, que formen parte de una personalidad solidaria, creativa, laboriosa, altruista. En esos momentos, se escuchan sus opiniones y se les informa, orienta, educa y guía, todo lo cual constituye un momento interdisciplinar.

Otros momentos interdisciplinares se producen cuando el profesor proyecta y desarrolla una excursión docente, que no solamente puede originarse en Ciencias Naturales, que es donde se tienen mayores experiencias, sino mediante las visitas a los museos, al área histórica de su localidad, a un monumento. En esas ocasiones se dan oportunidades enormes para integrar conocimientos de diferentes disciplinas curriculares.

Otro enfoque de la interdisciplinariedad se aparta un tanto del currículo o de la Didáctica en particular. Se hace referencia al hecho de que una disciplina científica se integra con otra, como sucede, por ejemplo, con la Biotecnología. Esta se convierte en una disciplina por sí sola, y adopta sus propios métodos que están en un nivel superior, que diferente cualitativamente a los de la biología y a los de la tecnología en particular. De estos casos, se ven muchos actualmente, por ejemplo, bioenergética, geotérmica, entre otros.

En definitiva, la interdisciplinariedad, sea de un modo u otro, constituye un reto muy grande para los educadores en nuestras instituciones escolares, porque hay que aumentar los conocimientos, para que se pueda enfrentar en el currículo, así como hay que convencer a los directivos, en las instituciones, para que contribuyan con ideas y hechos, de modo que se logre el desarrollo de los escolares, que es la máxima aspiración de todos los que somos maestros verdaderos.

Fuente: http://redesib.formacionib.org/blog/reflexiones-en-torno-a-la-interdisciplinariedad-dra-c-adania-guan

 

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Una importante dimensión de la interdisciplinariedad en la Escuela Primaria: La Educación para la Salud

17 de abril de 2016

Dra. C. Adania Guanche Martínez. La Habana, Cuba.
Comunidad de Educadores para la Cultura Científica

En la labor diaria en la Escuela Primaria, la Educación para la Salud constituye una dimensión del trabajo educativo, que junto a otras, puede agruparse bajo la denominación de Educación para el Desarrollo Sostenible, aunque esta, a veces, no es reconocida por muchos como expresión de la interdisciplinariedad.

La Educación para un Desarrollo Sostenible, en opinión de la autora, comprende la Educación Sexual, la Energética, la Ambiental, la Vial, y todas ellas, integradas con la Educación para la Salud, orientan hacia el desarrollo de actitudes que a los seres humanos les permiten asumir conductas responsables y consecuentes hacia el entorno y hacia sí mismos, como forma de garantizar un sistema de relaciones que aseguran la salud individual y colectiva, y que son premisas para el logro de un desarrollo de la sociedad a largo plazo, sin afectar el entorno y sin degradar la naturaleza. Por ello, la Educación para un Desarrollo Sostenible es un buen ejemplo de interdisciplinaridad.

La Educación Sexual muestra a los estudiantes cómo debe ser una conducta responsable con respecto a su vida sexual, entre otros aspectos; la Educación Energética instruye y educa para aprovechar estos recursos que mueven la vida de la sociedad actualmente; la Educación Ambiental ofrece conocimientos variados para que todos cuidemos del entorno natural y aprovechemos los recursos de forma responsable, sin agotarlos; la Educación Vial se propone hacer de nuestros estudiantes, personas respetuosas y corteses en las calles, al tiempo que aprenden a orientarse con seguridad en ciudades llenas de tránsito.

Detengámonos en la Educación para la Salud, que al abordarla como sistema, debe asegurarse una adecuada preparación del maestro en su rol de orientador cotidiano de sus escolares, en problemas que atañen a su bienestar personal.

Existen múltiples ejemplos de actividades que pueden desarrollarse en la escuela, y que estén dirigidas a la conservación de la salud y la del medio ambiente, y hacia la formación de una conciencia en este sentido. El objetivo máximo, por tanto, es que cada uno de nuestros alumnos sepa cuidar de su salud y de su higiene personal y evitar los contagios con enfermedades peligrosas. De esta manera, la Escuela no solamente da instrucción, sino que se preocupa de garantizar el futuro de cada estudiante y de su comunidad.

En este sentido, se comprende la amplitud de conocimientos que debe tener cada maestro, pues es en la etapa de la niñez y la adolescencia cuando los escolares que están bajo su cuidado y educación, son más vulnerables y cuando hay que formar y desarrollar en ellos cada hábito que resulte beneficioso.

Sencillamente, cada concepto que el maestro pueda llevar al niño de manera práctica, será mejor comprendido por este, y también debe lograrse que aprenda a observarlo todo, a analizarlo todo y a sacar conclusiones de sus observaciones.

En este sentido, el maestro señala y demuestra cómo lograr el equilibrio salud-enfermedad, y, junto al médico, es el profesional que vela porque sus alumnos se concentren mejor, aprendan más y se desarrollen armónicamente.

El concepto de salud humana ha cambiado en los últimos años, pues una persona puede estar padeciendo de una enfermedad transitoria y ser considerada una persona saludable; por el contrario, alguien aparentemente sano, puede estar padeciendo de un desajuste psicológico, o de otra índole, lo cual constituye un problema de salud.

De esta manera, el maestro, al realizar el diagnóstico integral de sus alumnos, debe analizar, no sólo los conocimientos que estos poseen, sino que también puede y debe percatarse de desajustes, tanto físicos, como mentales, en cuyo caso, debe tomar como medida inmediata, la conversación con los padres y su orientación acerca de los derroteros a seguir.

Para ello, el docente debe conocer los parámetros normales de desarrollo de los niños en cada edad o etapa de su vida infantil. Al mismo tiempo, debe tener una idea de las enfermedades más comunes que pueden padecer los escolares, y esto es lo ideal en países cuyos climas propicien la existencia de infecciones producidas por microorganismos, ya sean bacterias, hongos, protistas, helmintos u otros tipos de endoparásitos o ectoparásitos.

Consecuentemente, algunos conocimientos que antes eran del dominio exclusivo del pediatra, tienen hoy día que estar al alcance del maestro o la maestra, lo que es imprescindible, por ser este profesional el que a menudo detecta que algo no anda bien en el desenvolvimiento de alguno de sus alumnos, debido a problemas de salud.

Un análisis elemental de la cuestión nos debe rememorar que la unidad indivisible del hombre está integrada por tres esferas: la esfera psicológica, compuesta por los sentimientos, el intelecto y las emociones, entre otros aspectos; la esfera biológica comprende los sistemas que componen el organismo y la esfera social demuestra la relación con los demás sujetos. Cualquier alteración en alguna de estas esferas puede destruir rápidamente la armonía de las otras dos, perjudicar la salud, e impedir un normal desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Carta Magna de 1946 definió la salud como “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” . La importancia de la salud se manifiesta en el empeño sostenido por lograr un estado satisfactorio en cada persona o colectivo.

La Educación para la Salud es, pues, un campo especial de las ciencias médicas y de la salud pública, pero lo es también de la Educación y su objetivo es la transmisión de conocimientos y el desarrollo de una conducta encaminada a la conservación de la salud del individuo, del colectivo y de la sociedad. El propósito es desarrollar generaciones de hombres y mujeres sanos, aptos para transformar positivamente su entorno, y por lo tanto, se puede asumir también la Educación para la Salud como la actividad formativa y educativa, dirigida al desarrollo de una actitud consciente y responsable por parte del ser humano ante el fomento, la conservación y el restablecimiento de la salud y su capacidad de rendimiento.

En la salud influyen muchos factores, como son la vivienda, la alimentación y el desarrollo económico; los alimentos constituyen componentes de gran importancia dentro de este grupo. Los componentes naturales comprenden el clima y los agentes físicos, entre otros. Los factores biológicos comprenden el sexo, la edad, la herencia y los agentes biológicos, los cuales, en algunos casos, son portadores o transmisores de severas enfermedades.

En diversos países se desarrollan cursos para la prevención de enfermedades, o campañas, como las que se sostienen contra el tabaquismo y las drogas; en Cuba, participamos todos en la erradicación del mosquito Aedes aegypti (agente transmisor del dengue, el chikungunya, y el zika).

Ciertos aspectos relacionados con la higiene escolar merecen un tratamiento particular, pues a veces no se enfrentan debidamente por el maestro algunas enfermedades causadas por ectoparásitos. Se conocen con este nombre a los agentes parasitarios que actúan en la parte externa del organismo, aunque también existen endoparásitos, o sea, los que parasitan en el interior del cuerpo de otros animales o de plantas.

A los primeros pertenecen ciertos insectos denominados Pediculus humanus que abundan en determinada época del año, que se alojan en el cabello, causan una afección que se ha denominado pediculosis, y son vulgarmente denominados piojos. El maestro debe orientar a los padres acerca de las medidas higiénicas que deben ser mantenidas por la familia y remitir al escolar al médico de forma inmediata, si se detectan estos ectoparásitos.

Menos frecuente son los casos de escabiosis, enfermedad producida por un ácaro que habita en el interior de la piel. Los ácaros son artrópodos, o sea, organismos de patas articuladas, que pertenecen al grupo de los arácnidos. Los ácaros de la sarna son los que producen la escabiosis, enfermedad que causa picazón intensa en la piel, pues el parásito penetra debajo de la epidermis y abre surcos por los que se traslada y pone sus huevos. Las medidas a tomar son similares que en el caso anterior, mucha higiene, consejos a los padres y aislamiento de los menores que pueden contagiar a otros niños.

Muchos escolares se infestan con organismos del grupo de los nemátodos. Estos sí son endoparásitos. Entre los más conocidos se encuentran el Enterobius vermicularis, vulgarmente denominados oxiuros, y el Ascaris lumbricoides o lombriz intestinal.

El primero de los mencionados es más común entre los niños y niñas, por ser difíciles de erradicar, ya que las hembras fértiles descienden hasta el ano por las noches y depositan sus huevos, por lo que causan gran escozor. Los niños se reinfectan, al llevarse las manos a la boca, después de rascarse las lesiones producidas en esa zona de su cuerpo. El maestro puede detectar algunas de estas maniobras realizadas por los menores y esto los alerta para efectuar la pertinente comunicación con las madres y su orientación precisa.

La Educación para la Salud es una disciplina formadora de valores, porque su objetivo esencial es el de desarrollar las potencialidades individuales, familiares y grupales, dentro de un conjunto social, para el logro de actitudes y conductas positivas, tendientes a una mejor calidad de vida. En cada una de nuestras escuelas, nuestras aulas, o en cualquier lugar donde se encuentre un maestro o maestra, pueden abrirse un espacio distinto, alternativo, estructurado en el diálogo, la cooperación, la comunicación y la solidaridad.

Por supuesto, el maestro primario debe incluir en los temas que trate en todas las asignaturas, elementos que vinculen estos conceptos de la salud, con los objetivos de esas materias. Pero es necesario tener conocimientos profundos acerca de estos y otros elementos que deben buscar en la bibliografía especializada o al asesorarse con un facultativo.

La educación para la salud es un elemento muy valioso para fomentar estilos de vida sanos en las nuevas generaciones y propiciar procesos de enseñanza-aprendizaje más desarrolladores. El maestro o maestra organiza la vida de sus alumnos, de tal modo que estos aprenden en la escuela a comer, a comunicarse, a participar, a amar, a vivir en general, y como resultado, se obtienen formas de conducta que, por su repetición involuntaria, se transforman en hábitos pero que se iniciaron en algún momento y fueron encauzadas también, bien o mal, en algún sitio preciso de la intimidad familiar o comunitaria en nuestra más tierna infancia o juventud.

Dentro de los hábitos que se pueden formar para orientar la Educación para la Salud se encuentran el de realizar ejercicios físicos, tomar el Sol de forma moderada y en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde, el de ingerir todo tipo de alimentos y el de sentarse y ponerse de pie correctamente.

Es importante que tratemos sobre otros aspectos acerca de la higiene personal, que se define como el conjunto de medidas y normas que deben cumplirse individualmente para lograr y mantener una presencia física aceptable, un óptimo desarrollo físico y un adecuado estado de salud. Por eso, la higiene personal no significa solamente la práctica del baño diario; es mucho más que eso, pues también significa la higiene de las axilas, el lavado del cabello, la higiene de las manos, de las fosas nasales, los ojos, los oídos, la higiene buco-dental, la del vestuario y la higiene mental y de los procesos biológicos.

Es conocido por los maestros y maestras de primaria, que algunos niños, en las edades comprendidas entre 10 y 12 años, son remisos a mantener una higiene adecuada. El educador debe tener tacto al tratar con ellos acerca de este problema y dar la recomendación indirectamente, es decir, mostrando fotografías, ilustraciones, carteles, en los que se pondere la buena presencia de los escolares, su limpieza, el uso adecuado del uniforme y se promuevan concursos para estimular a los alumnos más limpios, a los que mantienen la mayor higiene posible, entre otras acciones que entusiasman a los menores.

El sueño forma parte de la higiene mental y de los procesos biológicos. La importancia que se le atribuye radica en que el sueño posibilita el restablecimiento de la energía gastada en el momento de la vigilia. Durante el sueño, se produce una disminución de la intensidad de las funciones orgánicas, por lo cual este constituye un excelente reparador de energía, con la consiguiente elevación de la capacidad de trabajo. Un déficit en el sueño repercute negativamente en el estado de salud y ocasiona fatiga, disminución de la capacidad de trabajo, apatía y hasta puede provocar amnesia parcial. Hay niños que no duermen bien y el maestro, en el aula, lo reconoce por la forma de conducirse este menor, que bosteza con frecuencia, se queda dormido sobre el pupitre o pierde momentáneamente la facilidad para prestar atención.

La promoción de la salud es un concepto que alude a la ganancia de bienestar como un todo; es un concepto positivo e integral que no se relaciona con la evitación de una enfermedad específica, sino más bien con la convicción de “ganar en salud o conservarla”, independientemente de que ya se esté sano. Ejemplos de promoción de la salud están en la educación entendida como formación integral, los ejercicios físicos, la recreación, las mejoras de las condiciones de vida de la gente, que impactan su salud como un todo.

En la escuela primaria frecuentemente se olvidan un tanto los problemas que afectan o que atañen a la salud de los escolares que tenemos a nuestro cargo. Y esto no ocurre por descuido de los docentes y a veces por no querer afrontarlos. Sencillamente se produce porque vivimos inmersos en un ámbito en el que priman otras preocupaciones y a veces el maestro o maestra insisten mucho más en el desarrollo de sus lecciones, que en el estado de salud de los niños y niñas a los cuales estas van dirigidas. La Educación para la Salud no es una asignatura independiente; se integra coherentemente al currículo.

Tomado de la Carta Magna de la OMS. 1946.
Fuente de la imagen destacada:
http://www.odonto.unam.mx/index.phpIDPagina=Educaci%C3%B3n%20para%20la%20Salud%20p%C3%A1gina
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Cuarenta consejos a los maestros y profesores que quieran potenciar la creatividad

Dra. C. P. Adania Guanche Martínez. La Habana, Cuba.
IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Red Iberoamericana de comunicación y divulgación científica OEI

Estimado maestro:

Para todos los docentes que estén, como tú, convencidos de la importancia que tiene potenciar las capacidades creativas de tus estudiantes, me permito aconsejar algunas acciones, actividades, o como prefieras denominarlas, que te transformarán, poco a poco, en un verdadero creador de personalidades con elevados niveles de creatividad: esos serán tus alumnos, pero estos se irán alcanzando en la medida en que transcurra el curso escolar. Trata de seguir mis consejos, no creas que son muchos, son un poco más de 40, algunos de los cuales te parecerán repetidos, pero analízalos para que veas que se refieren a diferentes aspectos. De mis recomendaciones, estas que siempre hago a todos los docentes que vienen a solicitarlas, he seleccionado y comentado, para ti, las siguientes:

  1. Integra en el contenido científico que desarrollas en tus asignaturas, todas las aristas posibles de la formación de valores en tus alumnos.
  2. Propicia el protagonismo de tus alumnos como agentes de su propio aprendizaje, mediante su estimulación constante.
  3. Atiende adecuadamente y valora las necesidades de tus alumnos, dadas por sus diferencias individuales.
  4. Realiza diagnósticos frecuentes de tu grupo, atendiendo a los problemas psicológicos y pedagógicos que cada alumno pueda presentar y a sus potencialidades para superarlos.
  5. Atiende el desarrollo de las potencialidades de cada uno de tus alumnos, al impartir tus clases. Haz que responda cada uno, al menos una pregunta diaria.
  6. Sé capaz de pronosticar el desarrollo de cada uno de tus alumnos, a partir de las actividades que planificas para ellos, y de lo que fueron capaces de lograr cada día.
  7. Promueve la independencia cognoscitiva en tus alumnos por medio de actividades de investigación que ellos puedan desarrollar. Comienza siempre por estimularlos para que investiguen lo que ellos quieran y prepárate, que ya vendrán las preguntas.
  8. Trabaja a favor de que tus alumnos desarrollen motivos e intereses estables para el aprendizaje. Que no se aprendan las cosas para ahora mismo, de memoria, que así no es el conocimiento duradero ni estable.
  9. Brinda una base orientadora para la acción comprensible para todos tus alumnos durante las clases, con preferencia, al inicio de estas. Repíteles las orientaciones si lo necesitan. No te pongas bravo(a) por ello.
  10. Asegúrate de que todos tus alumnos asimilen los fundamentos científicos del contenido de enseñanza, en cada una de las clases que desarrollas. La cientificidad es importante, es un principio didáctico.
  11. Asegúrate de constituir un ejemplo y un modelo positivo a imitar por tus alumnos, atendiendo a los rasgos de su personalidad, que tú sabes que es diferente en cada uno de ellos.
  12. Posee autoridad ante tus alumnos y sus padres, por tu experiencia, ejemplo y calidad de la docencia que impartes.
  13. Sé persistente en tus propósitos de enseñar a todos tus alumnos y lograr el desarrollo de todas sus potencialidades. Me refiero a que no te des por vencido con alguno o con alguna de tus chicos.
  14. Exprésate con sencillez, sin sacrificar la cientificidad, pero no digas disparates, si no estás seguro de algo, estúdiatelo bien, antes de llevarlo al aula.
  15. Sé disciplinado ante tus dirigentes, al tiempo que ético y respetuoso. Así darás a todos un ejemplo de lo que es un maestro en toda la extensión de la palabra.
  16. Manifiéstate con honestidad ante alguna pregunta inesperada de tus alumnos, cuya respuesta desconozcas; diles que te propones investigar la respuesta junto a ellos o ellas.
  17. Acepta analizar los criterios de tus colegas, aunque al inicio no los compartas totalmente. Siempre alguien tiene razón en algo de lo que plantea.
  18. Actúa con justicia ante los conflictos de tus alumnos entre sí, o con sus padres. Reclama siempre lo justo y lo correcto cuando se trate de corregir la conducta de un educando.
  19. Domina profundamente el contenido científico de las materias que desarrollas. Solo así podrán encontrar las contradicciones del contenido y revelarlas a tus estudiantes, lo cual es muy importante, porque promueve motivaciones, al crear situaciones problémicas.
  20. Aplica métodos novedosos, aunque tengas poca experiencia en su correcto desarrollo. Si no comienzas, no podrás seguir, y mucho menos, asimilarlos como estilo de trabajo.
  21. Establece una adecuada comunicación con tus alumnos, sus padres y con los compañeros docentes. Ya esto está dicho anteriormente, pero de otra manera: ahora hago referencia a decirlo todo con sencillez y al mismo tiempo, autoridad.
  22. Mantén una auto-superación permanente en las cuestiones pedagógicas, pero no te dejes deslumbrar por los súper-métodos que no sabes si podrán ajustarse a las características de tus educandos, los cuales tú has de conocer bien.
  23. Estimula en tus alumnos la defensa de puntos de vista personales, pero que cambien sus criterios al darse cuenta de su error anterior. Solo así serán aceptados por todos sus coetáneos y admirados por los adultos.
  24. Destaca, como cuestión positiva, la originalidad de los criterios de tus alumnos, sin crear en ellos esa autosuficiencia pedante que muchos poseen.
  25. Promueve en tus alumnos la contraposición de opiniones y criterios ejercidos mediante el debate. Enséñalos a discutir en las propias clases, sin faltarse al respeto como buenos camaradas.
  26. Promueve en tus alumnos la posibilidad de que contrasten los avances obtenidos. Haz que se comparen con ellos mismos en un momento dado del curso escolar.
  27. Demuestra originalidad e imaginación en el cumplimiento de los programas de tus asignaturas. Todo nueva técnica que inventes, propónsela a tus colegas, para contrastar opiniones.
  28. Muestra libertad de acción y flexibilidad en el desarrollo de tus actividades docentes y no repitas la misma clase que diste el curso pasado a otro grupo diferente.
  29. Estimula el surgimiento de ideas originales en tus alumnos.
  30. Indica actividades científico-investigativas para tus alumnos, en aras de mejorar el proceso de su aprendizaje desarrollador.
  31. Establece adecuadas valoraciones y autovaloraciones de la actividad pedagógica desarrollada en la escuela.
  32. Organiza adecuadamente la actividad educativa, a partir de las tareas docentes, extra docentes y extraescolares.
  33. Enséñales las palabras “mágicas”, (con permiso; disculpe; gracias; ¿me permite?); que no crean merecerlo todo.
  34. Selecciona o crea actividades que promuevan el desarrollo del pensamiento creador en tus alumnos.
  35. Manifiéstate con dinamismo en tu actividad pedagógica profesional. Que tus alumnos noten tu energía y que no te vean cansado o aburrido. Tampoco manifiestes ante ellos nada que pueda denotar falta de principios por tu parte.
  36. Mantén un ambiente de alegría y optimismo en tus clases. El maestro ejerce la docencia con arte, técnica y amor.
  37. Actúa con modestia ante tus compañeros noveles, al tiempo que te mantengas en disposición de enseñar a los demás docentes que tienen menos experiencia.
  38. Sé honesto, desde el punto de vista científico, al tratar de algún aspecto pedagógico ante el colectivo de tu escuela. No creas que te las sabes todas.
  39. Analiza cada clase que impartas para cerciorarte de que pudiste haberla desarrollado mejor.
    Sostén puntos de vista objetivos y realistas al valorar casos de alumnos tuyos, en cuestiones cotidianas que se presenten.
  40. Apóyate en la enseñanza problémica o en otras estrategias que contribuyan a estimular la participación de tus alumnos en el proceso de su aprendizaje.

Aunque muchas de las recomendaciones que te hago, pienses que no tienen que ver con la concepción que tú tienes de CREATIVIDAD, te aseguro que de la forma en que te aconsejo, lo que hago es seguir la máxima martiana: “…Y se hizo maestro, que es hacerse creador”, con lo que el Apóstol de la independencia de Cuba quiso expresar todas las cualidades positivas de la personalidad del educador-creador.

Te auguro, desde ahora, el éxito que te mereces, pues solamente con la voluntad que manifestaste al leer y asimilar estas recomendaciones sé que llegarás a donde te has propuesto.

No dudes en escribirme para manifestarme lo que has avanzado en tu voluntad firme de hacerte un maestro-creador de personalidades felices, porque “SER BUENO ES EL ÚNICO MODO DE SER DICHOSO; SER CULTO ES EL ÚNICO MODO DE SER LIBRE”. José Martí Pérez (La Habana,1853- Dos Ríos,1895).

Fuente: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Cuarenta-consejos-a-los-maestros-y-profesores-que-quieran-potenciar-la

Fuente de la Imagen:

http://docenciaydidactica.ecobachillerato.com/2014/04/la-creatividad-en-el-aula-recursos.html

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