España: Vuelta al cole sin mamá porque fue asesinada

Vuelta al cole sin mamá porque fue asesinada

Ana Bernal-Triviño

>>Quizás nos empeñamos en que toda la solución es un tema de presupuesto, obviando que matan por sus ideas, ideas reforzadas por parte de una sociedad aún negacionista, que envalentonan a estos tipos.
>> Igualdad pide que las víctimas de la violencia machista vayan acompañadas a recoger sus cosas a su casa aun sin denuncia.
>> Un agosto negro en violencia machista obliga a convocar un nuevo comité de crisis.


Francy no recogerá más a su hijo de siete años a la puerta del colegio. El hijo de Vanesa, de Móstoles, no podrá contar a su madre cómo será el primer día de cole. La hija pequeña de Zhen Jiang no podrá explicar a su madre qué aprenderá el lunes. Las dos hijas y el hijo de Salma no podrán contar a sus amigos sus vacaciones de verano, sino que su padre intentó matarlos en el río Ebro. El hijo mayor de Zhour no podrá preguntar a su mamá cómo cuidar de sus hermanos de ocho años y cinco meses. La hija pequeña de Juani, de tres años, irá al cole de la mano de sus dos hermanas menores, con el eco del horror que presenció en la casa. Las dos hijas de Encarnación, de 15 y 12 años, no podrán preguntar a su madre dudas de clases o personales porque su padre falseó un accidente de tráfico para ocultar que la asesinó.

Esta es la vuelta al colegio que espera a estos niños y niñas porque sus padres, o las parejas de su madres, las mataron. No han sido las únicas. Hay más mujeres, con hijos adultos o que no eran madres, cuyas familias han pasado este verano en su habitación vacía, oliendo la ropa que ellas nunca más usarán y cargados de preguntas. Rompe pensar en tanto dolor. Y da rabia pensar que habrá quien diga, incluso mirando a los ojos de esos menores, que la violencia de género no existe o que sus madres no merecen ni un minuto de silencio.

42 mujeres asesinadas este año. 45 huérfanos y huérfanas. Hay a quienes se les llena la boca solo con el presupuesto del Ministerio. Dinero que va en gran mayoría a las comunidades autónomas. Estaría bien fiscalizarlas. Que, donde se denunció, los errores no se repitan. Si el verano es peligroso, reforcemos las valoraciones de riesgo. Si hay casos que se detectan en los centros de salud estaría bien que, en lugar de dar cita a las dos semanas por la falta de personal, se refuercen esas plantillas. Eso es prevención.

Sí, hubo mujeres que no pudieron denunciar, como siempre. ¿Pero y su entorno? ¿Hubo falta de confianza en las instituciones? ¿Quizás la mala prensa que algunos hicieron de las asociaciones feministas las alejaron de acudir para pedir ayuda? ¿Nadie de los conocidos de esos asesinos escuchó nada? Como ciudadana, me lo pensaría dos veces antes de decir que se criminaliza a los hombres, cuando ellos las están matando. O decir que la violencia de género no existe por si les da argumentos. Dudaría por si, sin pretenderlo, ese mensaje refuerza su idea. Me pensaría dos veces hablar de denuncias falsas por si desanima a ellas a hacerlo. Ojalá esas niñas y niños en sus colegios no tengan que escuchar estos bulos que señalan a sus madres.

Quizás nos empeñamos en que toda la solución es un tema de presupuesto,obviando que matan por sus ideas, ideas reforzadas por parte de una sociedad aún negacionista, que envalentonan a estos tipos. Y hasta que no asumamos esto, y lleguemos a esa raíz, habrá niños y niñas que volverán al colegio sin sus madres. Porque ellos seguirán pensando que esa violencia es un invento y que las tienen que matar por encima de todo.


Fuente: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20230909/vuelta-cole-mama-asesinada-violencia-de-genero-articulo-ana-bernal-trivino-91865106

Fuente de la Información: https://rebelion.org/vuelta-al-cole-sin-mama-porque-fue-asesinada/

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El horror de la esclavitud infantil en el siglo XXI: así explota el mundo a 152 millones de niños

Por: Ana I. Bernal Triviño

La trata infantil y la explotación sexual, el trabajo forzoso por endeudamiento, en la mina o en la agricultura, los niños soldados o el matrimonio infantil forzoso son las diferentes caras de una misma realidad.

“El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral”.

Principio 9, de la Declaración de los Derechos del Niño

Su explotación está en nuestro día a día, desde nuestra ropa, hasta los minerales de nuestro teléfono móvil. Los derechos de las niñas y niños quedan en papel mojado cuando se ven las estadísticas. Hoy es el Día de la Esclavitud Infantil, que se manifiesta bajo diferentes formas pero que, en todos los casos, destruye su infancia.

La trata infantil y la explotación sexual, el trabajo forzoso por endeudamiento, en la mina o en la agricultura, los niños soldados o el matrimonio infantil forzoso son las diferentes caras de una misma realidad.

Las cifras varían dependiendo de la asociación u ONG que los calcule, porque no es fácil contabilizar un problema que se oculta bajo mafias y corrupción en la gran mayoría de los casos. Un conjunto de cifras que se teme que solo sean la punta del iceberg, y que desvelan otra realidad: en algunos casos las niñas son las más afectadas.

Víctimas de trata y de explotación sexual

La ONU estima que la trata de personas mueve anualmente entre 5 y 7 billones de dólares, y unos 4 millones de personas se ven desplazadas de un país a otro. Según Save The Children, cada año 1,2 millones de menores son víctimas del tráfico infantil, un negocio que mueve al año 23.500 millones de euros.

La pobreza, la globalización y la consiguiente demanda de mercancías y mano de obra baratas han provocado un aumento sin precedentes de menores trabajadores. África, Asia y el Pacífico y las Américas son quienes más lo registran, y por ello una tercera parte de esta infancia queda fuera del sistema escolar. Estos menores adquieren, muchas veces, una deuda con su patrón y tienen que trabajar hasta que esa deuda quede pagada.

La mayoría de víctimas de trata con fines de explotación sexual son adultas, pero también las hay menores de edad

Otra cara de la trata es la explotación sexual, donde se destina a los menores, en muchos casos, a la industria pornográfica o al turismo sexual. Según Naciones Unidas, España está entre los principales países de destino de víctimas de trata con fines de explotación sexual.

La asociación Apramp, en España, conoce de cerca este problema. Su trabajo se centra en la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituida. Desde Apramp, recuerdan que España está en el punto de mira del comercio con fines de explotación sexual de mujeres. La mayoría son adultas, pero también las hay menores de edad. Se calcula que entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas son víctimas de la trata de seres humanos. La propia asociación hizo un informe centrado en menores en España. La mejor forma de identificar esta realidad fue preguntar a mujeres adultas cuándo empezaron a ser víctimas de trata. De 772 mujeres encuestadas, 498 reconocían haber sido iniciadas en la explotación sexual siendo menores. Representaban el 64,5% del total.

Hay que dejar claro que la explotación sexual de menores es una violación de los derechos de la infancia siempre. El Protocolo de Palermo reconoce que no hay consentimiento cuando la víctima es menor de 18 años.

Apramp recuerda que esta prostitución se produce en la misma calle, en bares de karaoke, discotecas, clubes nocturnos o pisos privados.

Niños soldado

Unicef calcula que hay unos 300.000 niños y niñas soldado en conflictos armados de todo el mundo. Los reclutan en las escuelas y pueblos. No sólo los usan para primera línea de combate, matando a personas, sino también para ataques suicidas, violaciones o como esclavas sexuales.

Acnur recuerda que los traumas que estos menores soportan dejan secuelas difíciles de superar. “Algunos son secuestrados; a otros, la pobreza, los malos tratos, la presión de la sociedad o el deseo de vengarse de la violencia contra ellos o sus familias les llevan a unirse a grupos armados y empuñar un arma. Son víctimas inocentes de las atrocidades de la guerra. Para ellos, el regreso a su vida y la recuperación de su infancia es tan difícil que puede parecer casi imposible”, menciona Unicef en uno de sus informes.

Sufren secuelas físicas, producto de las torturas, abusos, mutilaciones, desnutrición o enfermedad sexual. A ello se suman los traumas emocionales. Quedan atrapados en una tela de araña de la que no saben cómo salir porque normalizan la violencia, o ni siquiera saben dónde está su familia. A veces, cuando eso sí ocurre, son rechazados por sus padres, sobre todo cuando las niñas soldados regresan con sus bebés en brazos.

Ante cada conflicto armado, crece su presencia. Y aún más en las guerras largas, como el caso de Siria. Otras permanecen prácticamente invisibles, como Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur o Nigeria.

Matrimonio forzoso

Según la OIT, hay unas 15,4 millones víctimas de un matrimonio forzado a cualquier edad y, de ellas, más de una tercera parte eran en su mayoría niñas.

Se ha alertado de los riesgos que conlleva para la salud y la educación el hecho de casarse a edades tempranas. Sin embargo, durante la próxima década, 100 millones de niñas contraerán matrimonio antes de cumplir los 18 años, según Save The Children. Muchas menores son obligadas a casarse con adultos por sus propios padres, según Acnur.

Save The Children arroja más cifras. Unas 15 millones de niñas y adolescentes están casadas o viven ya en pareja. Cuatro millones lo hacen antes de los 15 años. Lo que representa que cada siete segundos una menor de quince años se casa en alguna parte del mundo, desde Oriente Próximo hasta Europa o Norteamérica. Quizás ello está relacionado con las cifras de maternidad tan altas entre menores: cada dos segundos, una niña da a luz.

Trabajo en minas, canteras y agrícolas

Según Save The Children, un millón de menores trabajan actualmente en minas y canteras en más de 50 países de Asia y Sudamérica. Se trata de uno de los trabajos más peligrosos que puede tener un menor y que solo en África occidental ocupa a 200.000 niños y niñas, más de un tercio del total de la mano de obra. Los trabajos más peligrosos van desde el servicio doméstico, el servicio militar, la pesca en aguas profundas o la agricultura, hasta la construcción y la búsqueda en vertederos.

El trabajo agrícola es una realidad diaria para 132 millones de niños y niñas menores de 15 años en todo el mundo. Casi el 70% de todos los menores trabajadores lo hacen en granjas y plantaciones, algunos de ellos en condiciones de esclavitud peligrosas.

Más de 40 millones de niños y niñas en todo el mundo trabajan como empleados domésticos, 10 millones permanecen ocultos tras las puertas de los hogares donde trabajan. Los menores, en su mayoría niñas, sufren castigos extremos como golpes con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo en sus cuerpos.

Fuente: http://kaosenlared.net/el-horror-de-la-esclavitud-infantil-en-el-siglo-xxi-asi-explota-el-mundo-a-152-millones-de-ninos/

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