La educación en tiempos del coronavirus

La educación en tiempos del coronavirus

Por: Camilo Camargo

En los últimos meses, millones de estudiantes han entrado en modalidad virtual ante el cierre temporal de colegios por el Covid-19. Esto ha obligado a educadores, estudiantes y padres de familia a cambiar los esquemas a través de los cuales los niños y jóvenes aprenden.

Debido a que esta realidad se está acercando en todo el mundo, quisiera compartir algunos lineamientos para los actores del sector educativo tengamos en cuenta en esta modalidad de aprendizaje y enseñanza.

Para que este tipo de educación funcione deben que existir dos factores principales: El primero es una disposición básica por parte de estudiantes y padres de familia para aprender.  Este es un tema esencial porque se debe dar valor a la oportunidad de aprender y prioridad a que estos procesos se lleven a cabo. Además, es una oportunidad única para lograr desarrollar autonomía en los estudiantes, con un propósito claro.

El segundo factor es una infraestructura básica establecida por las instituciones educativas y los profesores. En este aspecto, los educadores son los que indican qué es lo que se va a aprender, cuándo y de qué manera. Las instrucciones dadas desde las instituciones educativas permitirán a los estudiantes y padres de familia organizarse para lograr tener los espacios apropiados de aprendizaje.

Una vez los dos factores esenciales están definidos, debemos entender que existen dos formas de trabajar de manera virtual: Sincrónico, donde los estudiantes y el profesor están conectados al mismo tiempo, pero en lugares diferentes y asincrónico, donde el profesor establece una rutina de aprendizaje, pero no está conectado simultáneamente con los estudiantes.

Cada institución definirá cómo llevará a cabo el aprendizaje dependiendo de la edad de los estudiantes, el currículo definido y los recursos disponibles. En ese sentido, el trabajo de estudiantes de preescolar puede ser muy diferente al de los de educación media.

Para todos los casos, les presento algunas sugerencias que puedan ayudar en este proceso de planeación y transición:

Educadores

  • Determinen los objetivos del aprendizaje y la forma de trabajarlos: Lo primero es definir que no va a ser posible enseñar lo mismo y de la misma manera a como se hace en el salón de clases. Por esto, debe ser muy intencional cuales son los temas y las habilidades más importantes para desarrollar y cómo se va a trabajar.
  • Establezcan un horario para el aprendizaje: Den directrices claras sobre su expectativas de cuánto tiempo y a qué horas deben trabajar los estudiantes. Recuerden que probablemente los estudiantes se demorarán más tiempo de lo que ustedes creen en hacer el trabajo.
  • Determinen la pedagogía más que la herramienta: Existen múltiples
  • herramientas para trabajar. Como educadores piensen primero en la didáctica y lo que quieren lograr y luego busquen la herramienta apropiada, sea en internet o física.
  • Busquen espacios de interactividad: En este tipo de educación, mantener la conexión del educador con los estudiantes es importante. Busquen maneras de usar internet, teléfonos, etc. para mantener una conexión con los estudiantes.
  • Establezcan las normas, procedimientos y expectativas desde el comienzo: La gestión de clase sigue siendo responsabilidad del profesor. Den sus directrices de manera clara para el trabajo de los estudiantes.
  • Sean flexibles con las condiciones de cada estudiante: La realidad de cada estudiante es diferente. Es posible que algunos estudiantes no tengan acceso a internet, o ni siquiera a un sitio apropiado para sentarse a trabajar. Muestre su apoyo y mantenga la mente abierta a estas realidades.
  • Usen la tecnología en la medida de lo posible: Existen muchas herramientas para producir videos sencillos donde se pueden explicar conceptos y plataformas gratuitas como YouTube, Google Classroom, Hangouts y Docs. Microsoft también tiene varias herramientas al igual que múltiples sitios web que están disponibles. Trate de sacar provecho de estas herramientas para su trabajo virtual.

Padres de familia:

  • Explíqueles a sus hijos lo que está pasando: En estos momentos, sus hijos pueden no entender exactamente lo que está pasando en el mundo. Dedíqueles un rato importante para explicar toda la situación y cómo, al quedarnos en casa, podemos empezar a prevenir la dispersión del virus.
  • Establezca un lugar apropiado para trabajar: Busque un sitio y adecúelo para que sus hijos puedan estudiar de manera cómoda. Esto puede ser un escritorio o la mesa donde comen, lo importante es que sea un sitio que tenga buena luz y que sea lo más agradable posible.
  • Mantenga las rutinas: Es importante diferenciar que esta no es una época de vacaciones y que el aprendizaje continúa. Por esto, mantenga la rutinas de los niños y jóvenes lo que más pueda. Esto quiere decir que ellos se deben levantar, vestir y estar listos para el aprendizaje al igual que si estuvieran asistiendo de manera presencial. Las rutinas ayudarán a los estudiantes a estar más dispuestos a aprender.
  • Empodere a sus hijos: tenga conversaciones profundas de por qué aprendemos. Promueva que ellos sean los dueños de su aprendizaje y que realmente reconozcan la importancia de mantenerse activos en su aprendizaje.
  • Establezca reglas para mantenerlos seguros si están trabajando en internet: como se ha mencionado en esta columna en otros momentos, internet tiene grandes ventajas y algunos retos. Para esto trabaje con sus hijos en establecer muy claramente qué pueden y qué no pueden hacer en internet y haga monitoreo de que esos acuerdos se estén cumpliendo.
  • Involúcrese en el aprendizaje de su hijo: si bien sus hijos son los responsables de su aprendizaje, pregunte con frecuencia qué tipo de cosas están haciendo, cómo lo están haciendo y si necesitan alguna ayuda. Recuerde que las instituciones educativas están para ayudar tanto a los estudiantes como a los padres de familia.

Estudiantes:

  • Valore el aprendizaje: Aprender es maravilloso y tenemos que valorar la oportunidad de hacerlo tanto presencial, como virtualmente.
  • Mantenga las rutinas: Prepárese para aprender como si fuera a ir a su institución educativa.
  • Haga ejercicio en lo posible: Busque tener pausas activas y encuentre momentos para moverse y hacer ejercicio durante el día.
  • Trate de mantener contacto directo con profesores y compañeros.
  • Disfrute de esta nueva forma de aprendizaje.

Esta es una oportunidad única para que ensayemos, innovemos y aprendamos a trabajar de manera virtual. Más allá del aprendizaje académico, no olvidemos la importancia del vínculo entre las personas. La tecnología nos puede ayudar en que nos mantengamos conectados para que entre todos nos cuidemos física y emocionalmente en estos periodos de incertidumbre.

Fuentes y recursos:

5 Recomendaciones para el Estudiante Virtual

10 plataformas educativas online para aprender jugando

Talking to Children About COVID-19 (Coronavirus): A Parent Resource

Harvard University Best Practices: Online Pedagogies

CNG Distance Learning Hub

 

Autor: Camilo Camargo

Fuente de la Información: https://www.elespectador.com/opinion/la-educacion-en-tiempos-del-coronavirus-columna-909439

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Tender puentes para la educación

Por: Camilo Camargo. 

En los últimos años, la educación ha venido ganando por fin un papel protagónico en nuestro país. El presupuesto para educación, en ciudades como Bogotá, es el rubro más importante y el asignado para todo el país a partir de 2020 es el más alto en la historia de Colombia. La sociedad espera que esa inversión se vea traducida, no solo en experiencias de buena calidad para los estudiantes, sino también en oportunidades tangibles a futuro.

Hace unas semanas, visité el Colegio Rogelio Salmona, ubicado en Ciudad Bolívar, uno de los 11 colegios nuevos que entregó la administración Peñalosa que brindarán espacios de educación para los habitantes de lugares donde la educación ha estado en deuda con la población. La infraestructura es impactante y no tiene nada que envidiarle a ningún colegio privado de Bogotá. ¿Con el tema de la infraestructura resuelto en muchos lugares, ahora qué sigue para mejorar la calidad de la educación y las oportunidades?

Si bien hay estadísticas muy positivas para los estudiantes en Bogotá —como la disminución de la deserción escolar, que pasó del 3,6% en 2015 al 1,65% en 2018 o la disminución de más del 30% en embarazos adolescentes—, la ciudad todavía tiene un camino largo por recorrer para que todos los estudiantes puedan recibir una educación de alta calidad.

Los cambios en la educación son posibles, como lo demuestra una variedad de experiencias positivas. Los colegios públicos en concesión o en administración por parte de instituciones privadas llevan ya 20 años operando en la capital del país y son claro ejemplo de cómo se pueden transformar los procesos educativos. Ya son 35 los colegios que gracias a esta figura han implementado programas de alta calidad permitiéndoles a sus estudiantes mayores opciones una vez graduados. Funcionan de acuerdo con el siguiente esquema: la concesión recibe de la Alcaldía un monto por estudiante que es menor del que recibe un colegio oficial; con este dinero, la concesión —de la mano de la experiencia de colegios privados de alto nivel académico— forma a los maestros y diseña currículos estructurados para así organizar y ofrecer programas académicos sólidos y de alta calidad. En estos colegios se ha logrado hacer una transformación de realidades y su impacto para la sociedad es invaluable.

Otra experiencia muy positiva a este respecto ha sido la del Chocó. En este momento 19 colegios privados de Bogotá, de la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli), están trabajando en un proyecto con el Ministerio de Educación Nacional llamado Aulas sin Fronteras, el cual busca que docentes de estos colegios elaboren material de trabajo para profesores y alumnos del Chocó en áreas de lenguaje, matemáticas, ciencias y sociales. También se ha trabajado en capacitación a docentes y en trabajo en conjunto entre los maestros. El material producido está en uso desde hace tres años en séptimo, octavo y noveno, y ha permitido que profesores de 55 sedes educativas del Chocó trabajen de la mano con profesores de Bogotá, usando las buenas prácticas en sus clases y en su día a día.

Estos dos ejemplos demuestran como las prácticas exitosas pueden ser adaptadas a otras instituciones con resultados muy positivos. Pero lo importante para tener en cuenta es que no hace falta ser un colegio en concesión o un colegio de Aula Sin Fronteras para lograrlo. El conocer y usar las buenas prácticas en educación es una de las formas como los colegios pueden avanzar en su desarrollo. Lo común debería ser que, entre colegios, tanto públicos como privados, se visiten y se usen ideas y conceptos para mejorar cada institución. Esto no solo a nivel nacional; algunos colegios han buscado hacer este mismo ejercicio con instituciones internacionales, lo cual enriquece el proceso educativo.

Y muchas de esas prácticas van a lo esencial de la educación: lo que ocurre en el salón de clase. Más allá de infraestructura, de alimentación y de transporte, donde se ve el impacto en procesos educativos es en cada aula. Y allí es donde podemos trabajar en conjunto para que existan más puentes entre las instituciones, que permitan ver cómo trabajamos entre colegas y cómo podemos ajustar las prácticas en el salón de clase, independientemente de si pertenecemos a un esquema público, privado, nacional, internacional o en concesión.

Es hora de que los distintos colegios abran sus puertas y los que ya lo están haciendo las abran aún más. Grabar una buena clase y compartirla o invitar a otros docentes a sus clases ayuda a generar conversaciones pedagógicas que pueden tener un impacto a largo plazo.

Ojalá más colegios privados estén dispuestos a tender puentes, especialmente con el sector público que es el que más los necesita, y trabajar en conjunto para que el fin común de una buena educación permita continuar con la formación de ciudadanos que aporten para mejorar a nuestro país.

Fuente de la noticia: https://www.elespectador.com/opinion/tender-puentes-para-la-educacion-columna-900499

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Todos somos responsables de educar en valores

Por: Camilo Camargo.

 

En un país como Colombia, la educación en valores debe permear todas las esferas de la sociedad. No es responsabilidad únicamente de las familias, ni de los colegios, sino de todos los miembros de la sociedad. La sociedad debe buscar la manera de asegurar que los ciudadanos del presente y del futuro estén sólidamente formados en valores, para que ellos a su vez transmitan esto a las generaciones futuras.

Hace un par de semanas, uno de los expertos a nivel mundial en educación en valores y formación del carácter, el Dr. Marvin Berkowitz, profesor de la Universidad de Missouri, lideró en Colombia un taller con cuatro colegios que trabajan este tema de manera explícita, siguiendo un marco al que llama PRIMED.

El significado de la sigla no solo aplica a instituciones educativas, sino que también constituye una guía para padres de familia, adultos que trabajan con jóvenes o cualquier miembro de la sociedad que quiera aportar para construir un país donde los valores cobren mayor importancia.

La letra P hace referencia a que la educación en valores tiene que ser una Prioridad. Nuestra responsabilidad en dar esa formación ética y en valores debe ser lo más importante que hacemos, el centro de la formación de los niños y jóvenes. Debemos aprovechar todas las oportunidades que tenemos para reforzar los valores y poner en contexto situaciones de nuestra cotidianeidad que los ejemplifican. Desde la familia y las instituciones educativas, el tema de valores debe ser visible y vivencial.

La letra R habla de Relaciones. ¿Cómo establecemos relaciones en nuestra vida diaria? ¿Qué tipo de relaciones estamos generando? El estudio longitudinal más largo de la historia —que siguió a varios hombres por más de 50 años y que midió la felicidad— concluyó que las personas más felices tienen una red muy sólida de amistades. Este componente de relaciones se refiere a esa conformación de amistades, a qué tipo de relaciones promovemos en los jóvenes y a cuáles son las bases de esas relaciones.

La letra I se refiere a la motivación Intrínseca y a cómo motivamos a los jóvenes a querer aprender y a participar en su comunidad. Las investigaciones indican que las personas desarrollan su motivación de manera sostenida cuando los incentivos no son simplemente externos. Incentivos como el postre, si se comen toda la comida, o el premio, si sacan buenas calificaciones, no contribuyen en el desarrollo de valores en el largo plazo. En lugar de esto, la motivación se promueve con retos interesantes y brindando diversas oportunidades de aportar soluciones a problemas reales.

La M está relacionada con el Modelaje, es decir, con la manera como podemos exponer a los jóvenes a modelos de valores, tanto en adultos con los que interactúan como en líderes y personalidades que muestran esas fortalezas. Acá las familias son clave para que las bases en valores estén respaldadas en el ejemplo que ven todos los días, pues como adultos debemos ser coherentes con los valores que predicamos y las acciones que hacemos. Por lo general el ejemplo tiene mucha más fuerza que el discurso.

La E habla de Empoderamiento y de dar oportunidades a los miembros de la comunidad para construir los esquemas de educación en valores ¿Cómo participan los jóvenes en su familia, en su colegio? Allí debemos buscar estrategias para que cada joven descubra que tiene posibilidades e injerencia en su entorno cercano. Por medio de estas oportunidades estamos fomentando los agentes de cambio que queremos tener en el futuro.

Pero ¿cómo ayudamos a los jóvenes a tener experiencias significativas de vida, tanto en el colegio como fuera de este, en las que puedan poner en práctica habilidades de liderazgo, empatía, servicio y acción? ¿Cómo se concreta este trabajo? La D en PRIMED hace alusión a los programas que de manera explícita e intencional están dirigidos al Desarrollo de valores y habilidades, es decir, al desarrollo del carácter.

En conclusión, el modelo PRIMED nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como adultos en la educación de los niños y jóvenes. Si logramos priorizar el tema, fomentar relaciones saludables, motivar a los jóvenes para que sean agentes de cambio y brindarles oportunidades para que lo sean, vamos a lograr consolidar una nueva generación de líderes, con una base ética y moral sólida que ayudará a formar el país que todos queremos.

Fuente del artículo: https://www.elespectador.com/opinion/todos-somos-responsables-de-educar-en-valores-columna-883474

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