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Qué es una mesa de luz, el material que permite captar la atención de los niños tanto en clase como en casa

Por: Carlota Fominaya

Cada vez más instituciones educativas «dejan de lado las tablets y se apuntan a estas pedagogías del asombro», sugiere María Regueiro, fundadora de MamaLuz.

Hay otras maneras de aprender y de captar la atención de los niños. Buscar cuáles y traerlas a España fue el impulso que empujó a María Regueiro a fundar MamaLuz, una empresa centrada en el desarrollo de productos para familias y escuelas basada en pedagogías como Montessori, Pikler o Reggio Emilia. La caja de madera que emite luz como superficie de trabajo es una de sus apuestas más llamativas, en un mundo donde es difícil luchar contra el interés que generan en los niños las tablets y las nuevas tecnologías. «No es “caja de luz versus pantalla” pero, al emitir también luz, blanca o de colores, esto les llama mucho la atención y hace que de manera innata se sientan atraídos», apunta Regueiro.

Sobre una caja de luz, explica esta emprendedora, «se pueden desarrollar multitud de actividades, tantas como en cualquier otra superficie. Es un mundo lleno de posibilidades, ya que fomenta el juego libre, la creatividad y, sobre todo, el aprendizaje». «Creemos que este material conduce al niño a mirar la realidad de manera diferente y a interesarse por la escena con curiosidad, con ganas de explorar y de aprender de forma activa, esa es la clave», asegura Reguero. Cuando introduces una caja de luz en el aula, afirma, «algo cambia, y los pequeños son más permeables a investigar y explorar todas sus posibilidades».

De hecho, señala, «tenemos más de 12.000 pedidos en la web, que van desde particulares, escuelas infantiles, colegios de Educación especial, centros de estimulación temprana… Siento que cada vez más instituciones educativas dejan de lado las tablets y se apuntan a estas pedagogías del asombro». Eso sí, admite, «el adulto tiene que hacer el esfuerzo de entrar y conectar con los niños, con la esencia verdadera de la infancia, saber quién es quién, cómo son, qué cosas les interesan…».

Posibilidades de una mesa de luz

En edades tempranas, la caja de luz se utiliza para estimulación sensorial. «Desde experimentar con arena sobre la superficie iluminada, clocar objetiso debajo de pañuelos semitrasnlúcidos, descubrir los pequeños trazos sobre la superficie, hasta ver los cambios de colores que crean las transiciones de color».

Trabajar sobre una caja de luz, explica Marina Casas, profesional terapéutica (PT) especializada en niños con dificultades de aprendizaje, fomenta el las ganas de aprender. «A través del juego los peques van descubriendo los números y las letras, y van investigando de manera casi autónoma toda una serie de relaciones entre los objetos y los números, así como el propio trazo de la letra sobre la superficie».

La caja de luz, prosigue, «permite crear minimundos a través del juego libre o dirigido, siendo una ocasión fantástica para aprender, por ejemplo, las estaciones del año. Podemos también trabajar a través de materiales específicos las emociones y el relato de cuentos, o el teatro de sombras». Y cuando son más mayores, de 7 u 8 años, «se puede utilizar para calcar», añade. «Tanto en el aula como en casa es un gran recurso pedagógico», insiste la fundadora de MamaLuz.

En definitiva, corrobora esta PT, «es una herramienta fantástica que mejora oportunidades de aprendizaje potenciando la motivación, la atención, la concentración, la creatividad e imaginación… y como dice la frase de John Henrik Clarke, un buen maestro, como un buen actor, primero debe captar la atención de su audiencia y entonces puede enseñar su lección».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-mesa-material-permite-captar-atencion-ninos-tanto-clase-como-casa-202206030130_noticia.html

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Cómo conseguir que los niños lean frente a la tiranía de los likes y los seguidores en redes

Por: Carlota Fominaya

Lucía Alonso, coordinadora de Kumon Lectura, ofrece unas pautas para cambiar una dinámica muy extendida entre los menores.

Conseguir que nuestros hijos sean grandes lectores es uno de los principales retos, sin duda, para este 23 de abril, fecha en el que celebramos, un año más, el Día Internacional del Libro. Todos sabemos que leer sigue reportando múltiples beneficios, porque incentiva el aprendizaje autodidacta, estimula la concentración, desarrolla la creatividad, mejora la expresión oral y escrita y ejercita la mente, entre otros muchos, pero también que es innegable que, hoy en día, los libros no son la única vía de acceso a la información. Existen muchas otras vías para aprender sobre algo, por ejemplo, los vídeos, que muchas veces atraen la atención de los menores como si de un embrujo se tratara. Pero por esto mismo, advierte Lucía Alonso, coordinadora de Kumon Lectura«las familias tienen una necesidad imperiosa de cambiar esa dinámica y conseguir que los niños disfruten leyendo y que la lectura se convierta en una actividad de ocio más que añadir a su lista».

Pero, ¿cómo podemos luchar, en concreto, contra el enorme atractivo que suponen las tablets, los móviles, las pantallas en definitiva…?

En primer lugar, es importante que entendamos cómo funcionan las tablets y qué efecto tienen en el cerebro de nuestros hijos. Cuando la pantalla con la que están trabajando o jugando tiene una gran cantidad de estímulos (luces, sonidos, cambios de imagen constantes) su atención permanece secuestrada y la capacidad de concentración no se desarrolla. Por este motivo, los niños que más horas han pasado delante de pantallas con actividades de estas características tienen más dificultades a la hora de concentrarse en una tarea como leer un libro, escuchar a la profesora atentamente en clase o simplemente participar una conversación.

Crear el hábito de la lectura, desde pequeños, puede jugar un papel fundamental reforzando y construyendo esa capacidad de concentración. Leer es una actividad que exige atención plena, por eso es muy importante que sea una actividad diaria. En este sentido, debemos transmitir a nuestros hijos la idea de que leer no son deberes: de la misma forma que escuchar música no son deberes de la asignatura de Música o jugar al fútbol no son deberes de Educación Física, leer no son deberes de la asignatura de Lengua y Literatura. Por eso es importante que en casa vean la lectura como una actividad de ocio más, como puede ser ver una película o salir a montar en bici.

¿Cómo podemos luchar contra los adictivos likes de las redes sociales?

Los likes y la búsqueda de seguidores en redes sociales están llevando a nuestros hijos a necesitar una aprobación externa constante. Debemos educarlos de tal forma que su autoestima no dependa de lo que otros piensan de ellos, sino de su propio autoconcepto. Y este se construye en gran medida en el entorno escolar por el tiempo que pasan en él y el gran impacto que tiene en sus vidas.

Si les ayudamos a desarrollar su capacidad lectora, esto va a repercutir en sus resultados académicos a nivel general. El hecho de que la lectura sea una materia instrumental presente en todas las demás hace que cobre especial importancia el desarrollo de esta capacidad.

Saber leer, comprender los textos en profundidad, no solo va a tener un efecto positivo en sus resultados académicos, también en su autoconcepto. Un niño seguro de sí mismo que no dependa de la aprobación externa será un niño feliz y un adulto dueño de su propia vida.

¿Cómo podemos fomentar el disfrute de la lectura desde niños?

El desarrollo de la motivación por leer, la concentración y la comprensión lectora deben ser graduales para que los niños aprendan a disfrutar del placer de leer y siempre comprendan todo lo que leen. Muchas veces lo que sucede no es que no quieran leer, sino que cuando lo hacen, no viven una experiencia positiva porque no comprenden en profundidad aquello que leen y por tanto, se aburren leyendo. Por eso es fundamental, en primer lugar, ofrecerles libros adecuados a su capacidad actual. Pero teniendo mucho cuidado de no imponer lecturas ni juzgar sus elecciones. Si les obligamos a leer un libro que no les gusta o que no comprenden completamente, estamos perdiendo una oportunidad perfecta de que conecten con esta actividad.

Y en segundo lugar, es importante que sigan desarrollando su comprensión lectora para que puedan disfrutar de libros cada vez más complejos que les ayuden a ampliar su conocimiento del mundo y de sí mismos. Todos llevamos un gran lector dentro: a todos, sin excepción, nos gusta disfrutar de una gran historia o aprender algo nuevo. Pero es fundamental que vivamos experiencias de lecturas positivas, que se ajusten a nuestra capacidad actual y que la eleven manteniendo nuestra motivación por leer.

¿Cuáles son los mayores errores que cometen los padres en este sentido?

Uno de los errores más habituales es ofrecerles libros en función de su edad y no en función de su capacidad lectora. Las indicaciones generales del tipo ‘libros a partir de 6 años’ o ‘libro recomendado para 3º de Primaria’ que aparecen en algunos libros son más una orientación general que una regla cerrada. Es fundamental tener en cuenta cuál es el nivel de comprensión lectora de cada niño y en base a eso y a sus intereses, recomendar el libro más adecuado para cada uno.

Otro de los errores habituales es dar por hecho que leer y comprender son sinónimos. La comprensión lectora es una capacidad que es necesario desarrollar y es importante hacerlo de forma gradual, paso a paso: primero una comprensión de oraciones básicas, con significados muy literales; luego una comprensión de párrafos más largos, con ideas principales y secundarias, relacionándolas y extrayendo significados más implícitos; y finalmente la capacidad de síntesis y la lectura crítica. Hay toda una serie de escalones en el desarrollo de la comprensión lectora que es importante desarrollar gradualmente.

Y por último, otro error común suele ser no reservar un espacio temporal para esta actividad: un momento en el que toda la familia pueda dejar de lado las pantallas, sentarse tranquilamente con sus libros y simplemente disfrutar de las lecturas, que serán las más adecuadas según el grado de comprensión que tenga cada uno en ese momento.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-conseguir-ninos-lean-frente-tirania-likes-y-seguidores-redes-202204230225_noticia.html

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SACO: El colegio donde los niños con Síndrome de Down (u otras discapacidades) son uno más

Por: Carlota Fominaya

Este centro es la ONU de la educación para niños con y sin discapacidad intelectual, porque en él se dan cita todo tipo de situaciones, necesidades y circunstancias en un solo ideal: Educar y formar a las personas del mañana.

En el colegio concertado de educación ordinaria Colegio Sagrado Corazón (SACO) Fundación Educativa Sofía Barat, los niños con Síndrome de Down son «uno más», advierte el orientador del centro, Antonio Nieva. «pero al igual que lo son el resto de alumnos, bien sean niños con altas capacidades, o tengan un trastorno del espectro autista o una enfermedad rara». Ese espíritu de integración de niños de necesidades especiales cobra especial relevancia hoy, en el Día Mundial del Síndrome de Down, quizás la discapacidad intelectual más reconocible y que más simpatía y defensa concita. Sin embargo, advierte Ramón Pinna, padre de una niña con SD escolarizada en el SACO, «se trata también de una discapacidad en vías de extinción, donde según los datos el 98 por ciento de los embarazos no llegan a término».

Escondidos tras los Down y su luz, reflexiona Pinna, «o tras la preciosa iniciativa de los calcetines desparejados que muchos llevarán hoy, conviven con nosotros otras muchas discapacidades invisibles, desconocidas, olvidadas o que impresionan más y que adornan el corazón de decenas de miles de niños en nuestra sociedad, que necesitan de nuestro foco y de nuestra voz». «Podríamos pedirle a la ONU que ya que no puede parar la extinción del Down, que utilice su fuerza para hacer visibles al resto y comience a celebrarse, de una vez, el Día Mundial de la Discapacidad Intelectual», sugiere.

Alumnos del SACO en clase de música
Alumnos del SACO en clase de música – sabel Permuy

El Sagrado Corazón fue uno de los primeros centros en entender esto así. «Fue el primer gran colegio de Madrid que movió su carisma hacia la universalidad de la discapacidad intelectual sin filtros ni accesos. Su valor es que se adaptan a todos y ofrece a cada uno lo que necesitan», asegura Pinna. El SACO, resume, «es la ONU de la educación para niños con y sin discapacidad intelectualporque en él se dan cita todo tipo de situaciones, necesidades y circunstancias en un solo ideal: educar y formar a las personas del mañana». De hecho, continúa Ana Jiménez, coordinadora de pedagogía terapeútica (PT) en Infantil y Primaria, «así se lo explicamos a los padres que se acercan a conocernos: Tenemos todo tipo de estudiantes porque nuestro colegio es un reflejo de la sociedad. Y para ello hay que hacer una gran labor de aceptación, de sensibilización, de concienciación… Para los alumnos escolarizados aquí es algo natural compartir el aula con un niño con Síndrome de Down, por ejemplo».

La orientadora de infantil lleva de la mano a una niña con Síndrome de Down
La orientadora de infantil lleva de la mano a una niña con Síndrome de Down – Isabe Permuy

Pero esa convivencia, reconoce Antonio Nieva, «se trabaja día a día. Porque en nuestro colegio surgen los mismos problemas que se pueden dar en cualquier centro escolar, o en cualquier empresa. Afloran todos los sentimientos de sobreprotección, curiosidad o de rechazo. Por eso hacemos un trabajo constante de concienciación, que les sirva luego para poder salir al paso de cualquier situación que se pueda presentar. Es una labor educativa incansable». Pero es verdad, asegura Elena Salado, coordinadora de PT de Secundaria, «que esa labor realizada desde Infantil en Primaria, cuando estos menores llegan a ciclos superiores, se nota. Intentamos hacer personalidades plásticas, que tienenq ue aprender a convivir en sociedad y actuar dependiendo de la persona que tienen delante. Es curioso, pero pensamos que los adolescentes de hoy en día son muy rígidos, pero con los adultos, no con sus compañeros de pupitre con otras capacidades, a los que sí son capaces de escuchar»

No es fácil, admite Nieva, pero tampoco una quimera. «Es posible, siempre y cuando se den las condiciones adecuadas y sería bueno un acompañamiento de la Administración en medios e inversión porque las situaciones a las que nos enfrentamos son complicadas. Pero en cualquier caso, para lograr una integración real hay que hacer un seguimiento contínuo, realizar intervención si es necesario, y por supuesto mantener una actitud de entendimiento y actitud de escucha hacia quien mantiene esos sentimientos de rechazo. No se trata de ir por la vía de la imposición o de la penalización».

Implicación de todo el profesorado

Es verdad, corrobora este orientador, «que gracias a nuestro espíritu fundacional llevábamos ya mucho ganado. Es decir, mucho antes incluso de que se conocieran las instrucciones del Ministerio la inclusión estaba en nuestro ideario». Pero también es verdad que para mantener este trabajo, añade este profesional, son necesarias varias cosas. Una de ellas, apunta, es la implicación de todos los profesionales del centro: «No existe inclusión sin la implicación de los docentes de área. Se suele decir que muchas veces son los profesores de Pedagogía Terapéutica (PT) los que lo hacen posible y en parte es verdad, pero la realidad es que es el trabajo de todo el equipo del colegio hace que sea posible atender a estos niños». «Todos hablamos el mismo idioma», concluye Teresa Fernández Morodo, también orientadora del Sagrado Corazón.

Un alula del colegio Sagrado Corazón de Chamartín
Un alula del colegio Sagrado Corazón de Chamartín – Isabel Permuy

Este proyecto educativo es el mayor desafío de adaptación de una educación ordinaria a las necesidades de la discapacidad por toda la diversidad que atesoran sus alumnos y, recalca Jiménez, «por poner a la persona en el centro». «La pelea es diaria mientras son niños pero tenemos muchos ejemplos de alumnos que han terminado la escolaridad a los que hemos preguntado y que afirman que una de las cosas que más valoran es la convivencia con alumnos de todo tipo. Esa es nuestra apuesta: formar a personas que van a tener un determinado talante en la sociedad», finaliza Antonio Nieva.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-saco-colegio-donde-ninos-sindrome-down-otras-discapacidades-mas-202203210018_noticia.html#ancla_comentarios

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Alfredo Sánchez: «Estamos perdiendo el norte. A los cuatro años es imposible aprender a programar»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Alfredo Sánchez, profesor, divulgador y autor del blog Serhumanodigital.com.

Campamentos y extraescolares de robótica y programación, términos como «scratch», robots «WeDo» de LEGO o «BeeBot» (robots-abeja)… La oferta tanto desde el colegio como fuera es enorme y, lo que es más llamativo, para alumnos cada vez más pequeños, incluso para niños a partir de los dos años. Pero para Alfredo Sánchez, ingeniero, profesor de la Escuela Libre Micael y divulgador, «estamos perdiendo un poco el norte. Más importante que aprender a programar es saber qué programar, o qué estructura necesitas para saber programar. Y la respuesta es sencilla: requiere de un procesamiento cerebral muy complejo, para el cual los más pequeños no están preparados». Pese a todo, el autor del blog serhumanodigital.com cree también que es «importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar»

¿No está de acuerdo con acercar la programación a niños tan pequeños?

Es que el sector educativo está transmitiendo mucho ese mensaje de «aprender a programar, cuanto antes mejor». No comparto esa visión. Hay que centrarse en qué necesitas para saber programar, qué tipo de estructura cerebral necesitas. Hay una diferencia entre aprender programación como algo que te lleva a conseguir objetivos, a utilizar la programación como instrumento dinamizador en el aula. Así sí puede ser interesante. La programación como juego a lo mejor sí que se puede introducir antes, si te ayuda a dinamizar estructuras de aprendizaje más tradicionales… Pero lo que es programar, requiere de un procesamiento cerebral muy complejo.

Ese procesamiento cerebral necesario para programar, ¿a qué edad se produce? ¿Cuál es la mejor edad para introducir esta materia?

En el colegio donde doy clases se introduce a los 14, los 15 años. En ese momento es súper fluido. Lo entienden, cogen la estructura, prueban, a nadie le desagrada… Tienen otra capacidad para enfrentarse con voluntad a las cosas, no desde la postura del «me tiene que divertir». En un tercero o cuarto de la ESO ya tienen un pensamiento más crítico y desarrollado. Les muestras cómo funcionan los algoritmos de Google y enseguida detectan por qué el buscador les enseña unos vídeos concretos y no otros. Tienen un acercamiento a su día a día y, aunque sea intuitivamente, lo comprenden.

Creo que es importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar. Es muy importante y se debería meter obligatoriamente la asignatura de programación, pero en la ESO y no para que se conviertan en programadores. Deben salir con unas nociones a este mundo, porque al final son usuarios de tecnología y han de saber cómo funciona para manejarla adecuadamente. Pero eso no es adelantarla a Educación Infantil.

Lo que argumentan es, precisamente, que acercan la programación jugando.

Si la estructura de acercamiento es realmente a través del juego, y muy adecuada, creo que es una buena herramienta a través de la cual se pueden aprender muchas cosas. Pero estoy en contra de aprender a programar desde los cuatro años. Un niño tiene que jugar, más que programar.

Usted dice que deben aprender otros aspectos antes de aprender a programar. ¿Cuáles?

Quizá en un primer lugar se puedan aprender habilidades muy necesarias para el aprendizaje de la programación a posteriori, como el ‘aprender a aprender’, tener pensamiento crítico o estratégico, juegos de mesa… La programación tiene más que ver con las matemáticas, para lo cual hay que saber descomponer problemas y acometerlos por etapas y, como digo, eso se da más tarde.

En conclusión…

Mi mensaje es: desde luego que la programación es una herramienta potentísima, y en Ciencias -o incluso en otras asignaturas como la Filosofía- ayudará mucho a fortalecer otros conceptos. Pero a la edad adecuada. Iniciarlo antes… No. Habrá gente que en clase consiga hacer cosas muy potentes, pero se suele perder el objetivo de solo enseñar a programar y acabar convirtiéndolo solo en un juego. «Jugando» a lo mejor enseñas Biología, Sociales…

A los dos años es imposible aprender a programar. Los programadores de hoy a lo mejor fueron precoces, pero seguro que no aprendieron a esa edad. Como tampoco se puede aprender en teoría a montar en moto, y hay gente que compite a los 10 o a los 12. Cada persona es un mundo pero, como principio general, el pensamiento de programación es abstracto, y hasta los 11 años no se empieza a desarrollar bien la estructura mental del pensamiento abstracto, aunque depende mucho del niño a la niña.

Se puede ver en la asignatura de Matemáticas. Hasta los 12 años se hace cálculo numérico, pero el álgebra, que es abstracto, no se explica hasta ese momento porque antes no lo cogen. Y la programación tiene mucho de álgebra.

¿Por qué cree hay tanta presión social a la hora de incluir el aprendizaje de programación cuanto antes?

Esa imperiosa necesidad creo que responde, de alguna forma, al déficit de mano de obra técnica. Las empresas intentan cubrir esos puestos, y son perfiles muy caros o que, directamente, no encuentran cómo cubrirlos. Fruto de esta situación, muchas compañías están destinando energías y recursos a crear programas que incitan a la sociedad a aprender programación. Al final si seguimos por esta senda, a medio plazo habrá más perfiles con conocimientos de programación y la inversión media que una empresa deba asumir será menor. Es muy lógico que hagan esa apuesta pero al final hace que perdamos un poco el norte. En el futuro, si no está ocurriendo ya, los programadores sean una especie de peones. Eso no quiere decir que no haya gente que disfrute con ese puesto. Programar es una habilidad muy buena, pero por sí sola tiene poco valor. Más importante que saber programar es saber qué programar.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-estamos-perdiendo-norte-cuatro-anos-imposible-aprender-programar-202202090010_noticia.html

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Alimentos que cuidan la microbiota y fomentan la concentración de tu hijo

Por: Carlota Fominaya

Así afecta una mala alimentación al rendimiento de nuestros hijos en plena edad escolar.

En septiembre, las casas vuelven a ser una auténtica revolución y las idas y venidas al colegio o las extraescolares se convierten de nuevo en una carrera contrarreloj. La vuelta al cole de los más pequeños de la casa marcan los ritmos de toda la familia y los preparativos para llevar todo a punto pueden suponer un quebradero de cabeza para muchos padres y madres que van con el tiempo justo. Muchas veces, en esas situaciones, se dejan de lado los hábitos saludables. Por falta de tiempo o de organización, las bolsas del desayuno de media mañana o la merienda de la tarde de muchos escolares llevan bollería, los clásicos bocadillos de pan con embutido o, en el peor de los casos, en vez de llevar algo preparado de casa, se opta por comprar algún tipo de ultraprocesado en la cafetería del trabajo.

¿Afecta esto al rendimiento de nuestros hijos? Pues la respuesta es «rotundamente sí», porque todo está relacionado con el impacto que ese mal hábito tiene en nuestra microbiota. Según explica la bióloga experta en microbiota y miembro del equipo científico de Nutribiótica, la doctora Olalla Otero, «cuidar lo que comen nuestros hijos es esencial en todo momento, pero más en época escolar, cuando los requerimientos de energía y concentración son mayores y su cerebro está en pleno desarrollo».

La experta explica que un estado de disbiosis, «es decir, de desequilibrio de la microbiota, a veces provocado en los inicios de la vida por un parto por cesárea, una crianza con leche artificial y un abuso de antibióticos puede suponer problemas en la edad escolar, no solo intestinales, sino también de fatiga, niebla mental o falta de energía, y eso es algo que los peques no se pueden permitir mientras están en pleno proceso de crecimiento».

Además, el tipo de alimentación que se sigue en muchos hogares, centrada en alimentos inflamatorios y precocinados, ahonda en el desequilibrio de la ratio entre el omega-6 y el omega-3. «Antes estos dos niveles estaban más equilibrados pero en nuestra sociedad -explica la doctora Otero- es común que haya un exceso de omega-6 respecto al omega-3 y esto se traduce en un problema, porque necesitamos que este último ácido graso esencial esté en cantidades óptimas para poder garantizar un correcto neurodesarrollo, entre otras cosas».

Su recomendación en este sentido es «intentar comer más alimentos y menos productos procesados y hacer más hincahpie en alimentos de origen marino, que es de donde podemos obtener más Omega-3, como son en los pescados azules y sobre todo aquellos de tamaño más pequeño, porque el grande puede contener más metales pesados (atún rojo no se recomienda en niños pequeños y embarazadas)».

Si sumamos un déficit de omega-3 y el desequilibrio de la microbiota, «tenemos el cóctel perfecto para que nuestro peque no rinda lo suficiente y no esté al cien por cien en una etapa de la vida en la que necesita aprovechar cada día».

Por eso, la doctora Otero considera que puede ser interesante en esta época del año hacer una pauta de suplementación dirigida, a base de probióticos humanos de IV Generación y de omega-3 de alta biodisponibilidad, que pueda ayudar a los más pequeños de la casa a reequilibrar sus «bichos» intestinales y a garantizar los niveles de este ácido graso esencial, « que solo podemos conseguir a través de la dieta, ya que nuestro cuerpo no lo fabrica por sí mismo».

Por eso, insiste, «los padres deben saber que desde la alimentación, se puede mejorar mucho el estado de la microbiota. Si partimos de un desequilibrio, por nuestras circunstancias, ahí es donde entra esa suplementación, digamos, de esas cepas o bacterias específicas, que nos pueden ayudar a modificar la microbiota. Hay muchos profesionales que trabajan con sintomatología, por ejemplo, de un niño que se hincha, que tiene parásitos…, etc».

En general, concluye, « estamos hablando de hábitos de vida, como cuidar las rutinas, el descanso, la actividad física y por supuesto, la alimentación, que es fundamental para nuestra microbiota y nuestra salud en general. Y todos estos alimentos o compuestos que van a nutrir y alimentar nuestra microbiota los podemos encontrar en frutas y verduras. A la hora de merendar es muy sencillo: mete en la mochila esa manzana, unas fresas, peras o plátanos que se puede llevar el niño al recreo. Además de fibra, un montón de vitaminas van a ser muy bien aprovechadas por nuestra microbiota», recomienda.

Pero, como el «snack» del recreo suele ser el gran enemigo de la alimentación sana, la doctora Otero nos propone una serie de nutrientes que le encantan a nuestra microbiota y que son una alternativa perfecta a la bollería y los sandwiches:

1.- Almidón resistente. «Este tipo de almidón es capaz de resistir la digestión y favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta, por parte de la microbiota, que son esenciales para nuestra salud intestinal», explica la experta. Lo podemos encontrar en el boniato, la yuca, la fécula de patata, el plátano poco maduro y el plátano macho, en las castañas, las lentejas, los guisantes o el trigo sarraceno. «Cualquier alimento que tenga almidón cuando se enfría parte de ese almidón deja de ser fácilmente convertirlo en azúcar. De hecho, se puede cocinar y dejar enfriar, y luego volver a calentar y seguiría el proceso correcto», explica.

2.- Betaglucanos. Estos micronutrientes, que se pueden encontrar en las setas, las algas y en la avena, «tienen una gran actividad inmunomoduladora», esencial sobre todo en esta época de cambio estacional, en la que tener bien despierto a nuestro. El sistema inmune es importantísimo. «En vez de comprar galletas, puede ser tan sencillo coger avena y un plátano, quizá un huevo y hacer galletas caseras», sugiere la doctora Otero.

3.- FOS e inulina. Se pueden encontrar en el ajo, la cebolla, los espárragos y los plátanos. «Los fructooligosacáridos y la inulina son un tipo de fibra muy soluble y fermentable. Forman parte de lo que conocemos como MACs (Carbohidratos Accesibles a la Microbiota), de los que se nutren nuestras bacterias para estar en plena forma».

4.- Mucílagos. «En este caso», relata la doctora Otero, «hablamos de un tipo de azúcar que fabrican las plantas cuando sufren una lesión». Es común encontrarlos en algas como el agar-agar, las semillas de chía o de lino y en los tomates, pero también en los higos chumbos o en las judías verdes.

5.- Pectina. Se trata de otro tipo de fibra con las mismas propiedades que los FOS y la inulina y que está presente en gran cantidad en las manzanas, los limones, las naranjas, las mandarinas, los arándanos, las grosellas o las uvas.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-alimentos-cuidan-microbiota-y-fomentan-concentracion-hijo-202109130027_noticia.html

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Lo que hay detrás de los regalos de fin de curso a los profesores

Por: Carlota Fominaya

Esto es lo que según los expertos implica hacer un presente a los docentes de tu hijo.

Llega el fin de curso, y empiezan a arder los grupos de WhatsApps. La propuesta de regalar un detalle (y por qué importe) al profesor centran el tema, junto con la búsqueda también del padre o madre voluntario que se va a encargar de ir y escoger el presente. De hecho, tal y como reconoce Verónica Rodríguez Orellana, psicóloga y directora en Coaching Club, «a estas alturas del año el regalo a los profesores es un tema que, en muchas ocasiones, se trae a sesión de terapia».

Ella misma trata a una paciente con una niña de 11 años que se cuestiona el hecho de tener que hacerle un regalo a los maestros que ha tenido su hija a lo largo del año lectivo. «¿Por qué tengo que escoger algo, ponerme de acuerdo con el resto de los padres, entrar en un tira y afloja para luego pagar por algo que en el fondo ni siquiera estoy de acuerdo con ello? Se cuestiona la mujer en nuestras charlas», asegura Rodríguez Orellana.

A la pregunta de esta experta sobre qué le parece a esta madre que sería más interesante hacer, ella propone que sean los propios niños que valoren, que sean a ellos a los que se les enseñe a dar lo que ellos, tienen ganas de ofrecer realmente. «Es una propuesta que está empezando a circular entre algunos progenitores. Reúnen a sus niños y salen cosas muy interesantes como por ejemplo: dibujos, pasteles que luego reparten y comen todos juntos, cuentos, cartas colectivas, collages, videos, canciones. Todas producciones realizadas por los propios interesados, los niños, que han tenido al docente a lo largo del año. De esta forma ellos aprender el valor de dar algo que no tiene que ver ni con el dinero, ni la clase social, solo tiene que ver con el agradecimiento que cada uno pueda sentir».

Cuando finalmente se regala…

La realidad es que finalmente la mayoría de las familias participan en el regalo material que han consensuado vía WhatsApp y, tal y como indica la psicóloga Sheila Alcaraz, directora y Psicóloga de Instituto Alcaraz, con hechos como este «nos olvidamos de dar ejemplo». «Si a un profesor por terminar un curso le regalamos un objeto, ¿qué podemos esperar que nos pidan nuestros hijos? En este caso, podríamos actuar en consecuencia y una opción podría ser que los alumnos participaran en alguna dinámica en el aula para cuidar, acoger y mimar al profesor, tal como él ha hecho durante el curso, o bien preparar alguna clase con un tema de interés del mismo. La enseñanza en este caso es la consecuencia a su conducta “tú me cuidas y yo te cuido”», razona Alcaraz.

De hecho, tal y como recuerda la psicóloga Úrsula Perona, autora de Hijos de Alta Demanda (Ed. Toromítico), «hay un dicho que sugiere: ‘Lo que se paga no se agradece’». Sin embargo, Perona también cree que esto tiene matices. «Cuando uno hace lo esperado en su trabajo, es cierto que su sueldo cubre esto. Pero y el ¿sobreesfuerzo? ¿Y lo que se sale de los mínimos? Es una cuestión muy personal, y cada madre o padre debe sentirse en la libertad de poder elegir si quiere o no participar de este detalle. Y en ambos casos estará bien». Recordemos, añade Perona, «que en el acto de regalar hay afecto, hay respeto, hay cariño y muchas otras emociones. Eso es lo que encierra un regalo. Y no tiene nada de malo si nos nace y nos apetece tener un detalle con el profe de nuestro hijo».

Así lo corrobora Maribel Martínez, psicóloga, directora del Centro Terapia Breve y autora de «¿Cuántas veces te lo tengo que decir?» (Ed. Arpa), para quien el objetivo de este regalo «no es otro que el agradecimiento, no la coacción». «Y este es un gran valor que todos deberíamos tener. Educar a los hijos en los valores es una de nuestras misiones como padres. Hacer partícipes a los hijos del regalo al profesor es ser un ejemplo de agradecimiento. La imitación es uno de los mecanismos de aprendizaje básicos. Los padres somos un modelo para los hijos. Así que, en este sentido, propongo que ese agradecimiento sea compartido por padres e hijos. Aunque se pueda comprar algún detalle, el mejor regalo para elprofesor no se puede comprar, porque es el que proviene de sus alumnos: un dibujo, una carta o una manualidad son un tesoro».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-detras-regalos-curso-profesores-202106210057_noticia.html

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Perros de terapia para mejorar las relaciones entre menores tutelados y sus familias

Por: Carlota Fominaya

El programa de Fundación Affinity busca mejorar el vínculo entre los menores y sus padres, así como las habilidades educativas de los progenitores o adultos de referencia.

El simple hecho de que el animal esté en la sala hace que las familias se sientan seguras y arropadas y, lo más importante: que no se sientan juzgadas. Tal y como explica Maribel Vila, responsable de terapias de Fundación Affinity, «los animales crean un ambiente seguro, hacen que el niño o el adolescente con mucha carga emocional se tranquilice. Hay veces que entra el perro en la sala y es como una catársis. ¡Cuántas veces los menores nos explican cosas mientras acarician el perro…! Es una manera de sentirse protegido».

Mejorar las relaciones paternofiliales de los menores tutelados y sus familias es el objetivo del programa de terapia asistida por animales de compañía de la Fundación Affinity y la Generalitat de Catalunya, a través de la DGAIA ( Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia). En esta propuesta educativa o taller de competencias parentales participan actualmente 12 adultos y 10 niños de entre 6 y 16 años, que residen en el CRAE Llar Les Vinyes, situado en Cerdanyola del Vallés (Barcelona). Los niños que viven en este Centro Residencial de Acción Educativa están tutelados por la Generalitat debido a una situación de desamparo familiar por diversas circunstancias.

El objetivo de este programa, apunta Vila, que empezó siendo adiestradora canina hace diecisiete años, «es mejorar el vínculo entre los menores y sus familias, así como las habilidades educativas de los progenitores o familiares, siempre atendiendo a sus necesidades y preocupaciones y siempre desde sus capacidades y fortalezas». De esta manera, prosigue, «se consigue que los menores puedan pasar más tiempo de calidad con sus familias y que en caso de que se recupere la tutela haya una mejor convivencia familiar».

Cómo se trabaja con los animales

A partir de la interacción con los perros de terapia, se trabaja en la calidad de las relaciones pero, ¿cómo? «A través de perro creamos diferentes actividades donde el usuario debe comunicarse y guiar al animal, utilizando siempre métodos positivos y de colaboración. Los animales hacen de espejo de cómo se comunican tanto padres como hijos y da la posibilidad de ver realmente cómo somos y reconducir conductas», explica Vila.

Es decir, aclara esta experta de la Fundación Affinity, «si trabajamos en positivo o no, cómo nos relacionamos… Los perros, en este caso, hacen que los menores y los adultos de referencia puedan hablar en tercera persona de aquello que están haciendo bien, o mal. Pongo por ejemplo: si le pido algo al perro y no me obedece, puedo intentarlo por las buenas, o ser persistente y subir un poco el tono de voz, o incluso presionar físicamente. A través de cómo se relacionan con el animal, podemos trabajar cómo se abordan las relaciones familiares, si a través de una orden, o del diálago».

De esta forma, a través del adiestramiento en positivo y la organización de diversas actividades y dinámicas, se trabajan aspectos tan importantes como la comunicación, el sentido de la responsabilidad, los hábitos, las rutinas de su vida cotidiana, los deberes escolares, la toma de decisiones, la organización y el cuidado personal y a terceros. «Trabajamos cómo se organizan ellos cuando tienen a los niños, si prevén realizar actividades cuando les tienen con ellos, cómo se organizann, si se planifican… El perro es siempre un facilitador que nos ayuda a enseñar el cuidado, el respeto… Se pueden enseñar muchos valores», afirma Vila.

Los beneficios de trabajar con animales de terapia

Los beneficios que aporta trabajar con perros, recuerda Vila, son múltiples: «Desde los fisiológicos, como la relajación y la disminución de la presión arterial, hasta los cognitivos, favoreciendo todos los procesos de aprendizaje, la atención y la concentración; emocionales, mejorando su expresión verbal y no verbal, la empatía y su implicación y, por último, beneficios relacionales, mejorando la comunicación, la capacidad de escuchar al otro y de trabajar en equipo, entre otros».

El programa ha obtenido excelentes resultados, y avala el trabajo de la Fundación en este ámbito. Los Investigadores de la Cátedra han demostrado que las terapias asistidas con animales de compañía colaboran a mejorar el estado físico, emocional y mental de los menores, contribuyendo a incrementar su autoestima, su confianza y la expresión de sus sentimientos, al sentirse más seguros con los perros.

«Diversos estudios han demostrado ya que las terapias asistidas con animales son efectivas como parte de un tratamiento y que están al nivel de otras terapias para tratar aspectos emocionales y de conducta. Pero con un factor diferencial: sin duda, la motivación por colaborar con el perro es mayor», afirma Vila. «Para la Fundación es muy satisfactorio colaborar con la DGAIA para mejorar la calidad de vida de los menores tutelados, y ahora también para ayudar a sus familiares y mejorar su relación», explica Isabel Buil, directora de Fundación Affinity.

«Estamos muy orgullosos de formar parte de un proyecto tan pionero y que está teniendo una gran acogida por parte de los menores y sus familias. Los familiares que participan en el programa están muy volcados en él, y los niños están felices de poder compartir más tiempo de calidad con ellos y participar en diversas actividades con los perros. Estamos viendo cambios muy significativos y positivos. Este programa nos está permitiendo mejorar la relación de los menores con sus familias, un punto que resulta clave de cara a recuperar su tutela en un futuro», concluye Laura Pascual, educadora social en el centro CRAE Llar Les Vinyes.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-perros-terapia-para-mejorar-relaciones-entre-menores-tutelados-y-familias-202105070112_noticia.html

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