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Elecciones del 18 de octubre. Bolivia y el camino del retorno

Por: Cristóbal León Campos

A unas horas de que el pueblo boliviano retorne a las urnas para elegir cual será el rumbo de su nación en los años venideros este domingo 18 de octubre, la esperanza está puesta en la salida irrevocable de los golpistas del poder de una vez y para siempre. Las movilizaciones que desde meses atrás tienen lugar en Bolivia han dejado en claro que las fuerzas proletarias-campesinas-indígenas-populares reclaman su derecho a retornar al camino de la emancipación iniciado e interrumpido en tantas otras ocasiones.

El Movimiento al Socialismo (MAS) en cierta forma renovado y fortalecido por los procesos álgidos impuestos en la coyuntura del golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales, la brutal represión ejercida por militares traidores y el imperialismo estadounidense avalado y exacerbado por la oligarquía burguesa que añora los tiempos coloniales, junto a la crítica y autocrítica que el MAS ha debido efectuar en su seno y sobre el proyecto defendido, son parte del marco que genera la oportunidad del restablecimiento primero de la democracia y el fin de la dictadura encabezada por Jeanine Áñez (de la cual en realidad ha sido títere y burla), y segundo, la implementación del proyecto político socialista que reoriente las reformas sociales algunas desgastadas ya antes del golpe de Estado y otras destruidas en los meses del gobierno golpista, el triunfo del MAS este domingo 18, sería una nueva oportunidad para retornar el camino y radicalizarlo evitando los errores del pasado y afrontando la embestida imperialista-oligarca que vendrá tras el triunfo. El MAS tiene en su propio nombre la salvación boliviana: el socialismo.

Lo anterior no significa la celebración adelantada ni un pretende ser un triunfalismo ingenuo, nunca el gobierno golpista pretendió la celebración de elecciones realmente democráticas y limpias, su intención fue postergar las votaciones (como hizo dos veces) y perpetuar el régimen dictatorial implantando, por ello la implementación del fraude no se descarta. Se sabe de la represión abierta y selectiva, el bloqueo político al MAS, la guerra mediática, la injerencia imperialista y el silencio cómplice de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que una vez más ha quedado en desprestigió al ser demostrada la mentira sobre el fraude electoral que difundió en las pasadas elecciones como justificantes para el derrocamiento de Evo, la OEA no hizo ningún llamado a Áñez para la celebración de las elecciones en las dos ocasiones cuando las postergó, su complicidad golpista es evidente.

El pueblo boliviano, su voluntad y conciencia en la resistencia y la lucha por la democracia, por sus derechos de soberanía-autodeterminación y en contra de la dictadura neofascista, tendrán una prueba muy dura, desde días atrás imágenes y denuncias sobre la militarización y la organización represiva del régimen de facto para impedir el triunfo en las urnas del MAS se divulgaron. Serán horas y días fundamentales para la justicia, pues si algo ha caracterizado al gobierno de Áñez ha sido la represión, la mentira, el extremismo religioso, el autoritarismo y su sumisión absoluta al imperio estadounidense.

El domingo 18 de octubre es significativo y crucial, para la región Sudamericana tiene además un carácter reivindicativo y de resistencia aún mayor en este 2020, en la misma fecha el pueblo chileno saldrá a las calles conmemorando un año de la rebelión de octubre que los ha llevado a estar próximos de la celebración de un plebiscito el día 25 de este mes, del que se pudiera desprenderse la realización de una constituyente que reformule los resabios de la dictadura de Augusto Pinochet que persiste en la Carta Magna de dicha nación. También es de recordarse que fue en octubre cuando las fuerzas ecuatorianas demostraron su poder ante la continuidad neoliberal. La región latinoamericana sigue en disputa, entre los sectores proletarios-populares frente a los deseos imperialistas y de las burguesías locales sumisas y entreguistas. El triunfo del MAS en Bolivia significaría un freno al avance de la derecha neofascista que en los últimos meses ha reactivado sus andanzas de forma agresiva y descarada por toda nuestra América.

Los deseos puestos desde México se dirigen hacia la esperanza y confianza de que el pueblo boliviano derribará la dictadura y saldrá avante de esta noche que ha significado el golpe de Estado que en noviembre estaría cumpliendo su primer año. Florezca este domingo 18 el camino de retorno a la libertad y soberanía andina y el reinicio más profundo y radical de un nuevo capítulo en la verdadera construcción del socialismo para el bien de Bolivia y de nuestros pueblos latinoamericanos.

Fuente: El autor escribe para OVE

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México: Ayotzinapa seis años

Ayotzinapa seis años

Cristóbal León Campos

Seis años transcurridos desde aquella fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, la búsqueda sigue y el reclamo popular se mantiene, en lo profundo de la nación las venas persiguen abiertas latiendo por la herida constante, los vientos del llamado cambio soplan sin dirección fija, hay avances sí, ciertas nuevas formas ¿pero y el fondo? Apariencias de voluntad mientras la estructura queda intacta, la esperanza de justicia es fuerte, sin importar el cansancio, los tiempos de inmundicia vividos y las puertas cerradas con candados flagelantes del capitalismo y su desdén.

Las familias, los amigos y compañeros, la nación y la solidaridad internacional permanecen, algunas voces ciertamente se acomodan y apartan, pero quienes hacen suyo el dolor ajeno continúan con el clamor por los 43 estudiantes de Ayotzinapa violentados, desaparecidos, seis asesinados y un manto de impunidad que cubre muchas huellas, borra nombres de implicados, libera presos sin ser enjuiciados, simula preocupación ejerciendo la influencia mediática de los intereses ocultos.

Los años pasan y se acumulan, seis se escribe con cuatro letras pero se pronuncia en este contexto como una eternidad, nunca se podrá restituir la musicalidad al número revestido de dolor, incluso cuando los hechos queden todos al descubierto, no se borrará la asociación trágica entre verdad, crimen de Estado, desaparecidos, impunidad, Ayotzinapa y las largas noches reiteradas como un constante malestar, septiembre marcado en nuestra historia mexicana y latinoamericana por tanta carga de inhumanidad, pues no es para menos la cercanía que hay entre Tlatelolco y Ayotzinapa, sin importar los kilómetros de distancia física, en la geografía de impunidad, las palabras guerra sucia, genocidio, represión y lucha popular, se entrelazan en la continuidad cómplice de la bota militar que pisa hasta el fondo en cada una de las venas abiertas de nuestros pueblos lacerados.

La ausencia está presente en cada rincón despojado del ser pero jamás de la esencia, 43 desaparecidos, seis asesinados, cientos y miles a lo largo del continente, tantos y tantas en el México nuestro, en el profundo sentimiento hecho humano que produce la conciencia y la organización proletaria y popular, en Ayotzinapa la principal enseñanza es justamente la solidaridad-pertenecía comunitaria y de clase, el apego a las raíces y la reflexión puesta al servicio de la transformación, los vínculos humanos entre camaradas-compañeros indisolubles por el individualismo burgués y la codicia sistémica del capitalismo.

Ayotzinapa es cuna de compromiso, por eso se atenta contra la vida emanada de sus aulas, no se trata nada más de los efectos del narco-estado implantado décadas atrás, ni de un incidente circunstancial por la conjugación de la mala fortuna, las acciones perpetradas con alevosa organización responden a la planificación perversa de las estructuras sistémicas gobernadas por seres creyentes de su inagotable impunidad, aquellos que forman parte de la “verdad histórica”, ya sea por qué efectuaron los actos o los planearon, ya sea por qué los encubrieron y divulgaron las mentiras convenientes para asegurar el crimen y su olvido, todos esos seres carentes de la mínima peculiaridad humana, serán condenados tarde o temprano por la historia y la verdad que abra de surgir de la misma perseverancia que aún sostiene el grito por la justicia y la aparición de los 43. Sin importar el paso del tiempo, superando los seis años de dolor y ausencia, Ayotzinapa sigue siendo esperanza y ejemplo.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/ayotzinapa-seis-anos/

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México: Ayotzinapa y el fin de la “verdad histórica”

Ayotzinapa y el fin de la “verdad histórica”

Por Cristóbal León Campos | 03/07/2020 | México

La noticia de las nuevas órdenes de aprehensión dirigidas a 46 involucrados con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, genera en el ánimo de miles de mexicanos y seres humanos en el mundo que han se mantenido firmes exigiendo justicia, un aire de esperanza de que al fin el crimen de Estado se aclare a detalle y se conozca el paradero de los desaparecidos. Sin embargo, no es posible elevar las campañas a todo el vuelo y asegurar como lo ha hecho Alejandro Gertz Manero, actual Fiscal General de la República, al declarar “se acabó la verdad histórica”. Realmente, eso únicamente sucederá cuando la justicia se aplique en todo sentido y con todo rigor sobre los involucrados, esto naturalmente, implica la detención y el enjuiciamiento de Enrique Peña Nieto y muchos mandos militares y policiacos que idearon, participaron, conocieron y ocultaron información desde aquella fatídica noche-madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014.

Hay avances sin duda, el hecho de que por fin se habrán expedientes relativos a delitos de desaparición forzada y delincuencia organizada, proporciona una nueva dimensión a las investigaciones judiciales, el envío de nuevas evidencias físicas a la Universidad de Innsbruck para su indagación y la solicitud de colaboración a la Interpol para la detención de Tomás Zerón de Lucio, quien fuera el titular de la Agencia de Investigación Criminal, pueden sentar las bases para ir aclarando los niveles de responsabilidad criminal que llegan a los más altos cargos del poder en México, el mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido la corrupción en las investigaciones anteriores que permitió la construcción de la llamada “verdad histórica” anunciada en 2015 por Jesús Murrilo Karam, extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), con la cual el gobierno de Peña Nieto pretendió dar el carpetazo final y sepultar todo, para escribir una hoja más de la historia tan dolorosa de la guerra sucia que aún continúa en nuestro país, puesto que quiérase o no, las llagas siguen abiertas por tantos crimines de Estado cometidos sobre los movimientos sociales, dirigentes, militantes y opositores al régimen capitalista.

La voluntad real del actual gobierno federal esta puesta en los reflectores, los grados de putrefacción del sistema jurídico mexicano son inimaginables, la muestra reciente de ello, ha sido la liberación de José Ángel Casarrubias Salgado, “El Mochomo”, uno de los líderes del grupo criminal Guerreros Unidos, quienes según diversas investigaciones periodísticas están involucrado en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, aunque eso no signifique que esta agrupación sea la única responsable como se quiso hacer creer, el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es un crimen de Estado del cual no hay que perder la pista. “El Mochomo” fue reaprendido y fincado con nuevos delitos al salir del penal donde estaba preso tras seis años de búsqueda, la evidente complicidad de autoridades para su liberación empaña todo deseo real de justicia para este caso como para miles de otros que aún aguardan en la larga lista de impunidad característica del país. Los golpeteos políticos entre fracciones de diferente color y de intereses anquilosados en el sistema, son una prueba más a superar para alcanzar la verdad.

La esperanza de que se haga justicia sigue firme sin importar el dolor que ha significado este crimen de Estado, los Padres y Familiares de los 43, continúan con en su busque y exigencia de justicia recorriendo la nación, llevando su voz y su causa, construyendo nuevas redes de resistencia ya no sólo para la resolución de su caso, sino para que nunca jamás se repitan estos hechos, para que la sociedad se transforme y con ella el régimen que hizo posible la desaparición de los 43. La nueva dirección en las investigaciones no debe significar el fin de las movilizaciones y del reclamo social, al contrario, deben incrementarse para que la justicia y la verdad llegue hasta Ayotzinapa, una comunidad-escuela siempre golpeada, pero en permanente resistencia y lucha. Tal y como dijera Rosario Castellanos en su poema sobre Tlatelolco, sigamos sin descanso “hasta que la justicia se siente entre nosotros”.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/ayotzinapa-y-el-fin-de-la-verdad-historica/

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Neofascismo y coronavirus en Nuestra América

Por: Cristóbal León Campos

La avanzada de la pandemia del COVID-19 ocultó hasta cierto punto y retrasó una serie de procesos sociales que venían pujando con fuerza por transformaciones sociales urgentes, pero también, dejó a la vista de todos, la razón de muchas de las demandas exigidas en el contexto justo de esos procesos sociales referidos. Para el caso de Chile, la violencia del régimen neofascista de Sebastián Piñera y el proceso constituyente abierto por la fuerza popular prosigue, aunque como es natural, las condiciones del cuidado de la salud han modificado formas de protesta o la magnitud de ellas, pero el pueblo chileno no ha renunciado a la lucha, sigue la demanda por la instauración de una constituyente real que garantice las reformas sociales del pliego petitorio popular. Piñera a su vez, a quedado en evidencia por su incapacidad y desinterés por ejercer medidas reales para combatir la pandemia, siendo precisamente Chile, el país experimental de origen de las políticas neoliberales que desmantelaron en América Latina y el mundo los sistemas de salud pública y los derechos laborales hoy tan abatidos en el marco la de crisis sanitaria que vivimos.

En Brasil, Jair Bolsonaro ha demostrado inutilidad absoluta, burlándose de la magnitud de la pandemia, distorsionando información y quedando relegado de última hora del poder por sectores militares que mediante un golpe blando lo desplazan para entre otras cosas evitar mayores manifestaciones de inconformidad al menos por el momento, aunque se sabe que esos desplazamientos suelen ser antesala de mayores imposiciones y limitaciones en términos democráticos y de las garantías individuales de los pobladores, pues desde los primeros días de la llegada del COVID-19 a Brasil, la sociedad adoptó medidas de cuarentena sin la dirección gubernamental y organizó la resistencia efectuando cacerolazos diarios por la noche, Bolsonaro, más ocupado en servir a los grupos ultraconservadores evangélicos ha declarado sin pena, que es posible equiparar las muertes por el coronavirus con accidentes de autos, a decir del neofascista, son hechos inevitables lavándose las manos del asunto, siendo el primer gran resultado de esa actitud su alejamiento del poder.

En Ecuador, al parecer la situación ha alcanzado niveles realmente trágicos, denuncias por las redes sociales muestran videos de personas muertas en las calles, sumando según algunas fuentes miles de pérdidas humanas, ante lo cual y si bien mediante un video, el presidente Lenin Moreno, pretendió dar la imagen de estar actuando y preocuparse por los hechos sin que nada mejore, ahora, su figura pasa desapercibida en medio de la catástrofe, además, al igual que Bolsonaro, se muestra más preocupado por satisfacer las demandas de la oligarquía ecuatoriana, al procurar que Rafael Correa, sea sentenciado a ocho años de cárcel por presunta vinculación delictiva, queriendo con ello, dejarlo fuera de los comicios que deben celebrarse en el 2021 para la presidencia ecuatoriana.

En Colombia, la situación no es diferente, mientras la pandemia avanza, Iván Duque se presta al juego del imperialismo estadounidense y se convierte en agente abiertamente participe de las agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela, apoyando la llegada de buques militares postrados frente a Venezuela, simulando desconocimiento de que es Colombia el país con mayor tráfico de drogas a los Estados Unidos y no Venezuela como se quiere hacer creer. Duque ha permitido la violación de la soberanía colombiana al dejar sus fronteras como campo estratégico de batalla para la preparación de la agresión militar que están fraguando, ya semanas atrás, Juan Guaidó y otros sátrapas del imperialismo, fuero descubiertos y denunciados por el tráficos de armas con fines golpistas, siendo Colombia su protector y proveedor paramilitar, Duque sometido a Donald Trump, se ocupa más de ser el fiel lacayo imperialista que en salvaguardar la salud de sus pobladores.

En el Salvador una serie de protestas han desnudado el carácter del régimen de Nayib Bukele, quien en un principio, quiso jugar al héroe anunciando la suspensión de pagos de impuestos y otros cobros por tres meses, pero en realidad, buscaba lavar su imagen sobre sus actos en la asamblea salvadoreña a la cual asaltó para lograr sus objetivos económicos y políticos semanas antes de la llegada del coronavirus y, después, en medio de sus anuncios simulados, endeudó a el Salvador con un millonario préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que como sabemos, pasada la cuarentena, se encargará de comenzar a saquear al país centroamericano ante lo que el gobierno actuará como se han hecho otros a lo largo de la historia latinoamericana, permitiendo el robo a su nación y cargando sobre la espalda del pueblo salvadoreño la deuda que no les venefició y por la que tampoco fueron consultados a la hora de ser adquirida, al igual que como pensó Bukele que la entrega de subsidios familiares sería una medida popular y resultó ser la causa desencadénate del malestar social, de la misma forma ocurrirá cuando los efectos del préstamo comiencen a caer sobre los salvadoreños.

En países como Haití que han entrado a la fase de transmisión comunitaria, las medidas tratan de ser reforzadas, enfrentándose a la cruda realidad de que el desmantelamiento continuo de los servicios de salud pública, junto a la grave crisis social y económica que vive desde hace muchos años, y que de manera particular en el último año y medio ha mantenido protestas regulares contra el gobierno, crean un panorama un difícil por vencer. En Bolivia, las imágenes hablan del incremento de la represión militar golpista para tratar de calmar los reclamos socuelas de apoyo económico por la aguda situación de pobreza que ha regresado justamente desde que aconteció el golpe neofascista contra Evo Morales, además, hay que recordar que estaban programadas para mayo las elecciones presidenciales cuya tendencia electoral encabeza el Movimientos al Socialismo (MAS). Por su parte en México, el gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha ido implementando las medidas conforme los resultados van avanzando, apunto de entrar a la tercera etapa de la pandémica según los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), parece es posible evitar una catástrofe como ha ocurrido en países europeos, pero, lamentablemente, sabiendo la difícil situación por la que se pasa, grupos ultraconservadores con rasgos neofascistas, se lanzan con ataques y descalificaciones, generando desinformación con el fin de manipular la opinión pública y así buscar mermar la imagen gubernamental. Estos grupos herederos de las formas del viejo régimen, desearían que el gobierno federal endeudase a la nación con un nuevo préstamo al FMI como lo hicieron los anteriores gobiernos, y frente a la negativa de endeudar al país, se muestran hambrientos de tragedia sin importarles realmente el bienestar colectivo y social, quieren a todas luces utilizar los acontecimientos de la pandemia para desestabilizar y dar un golpe neofascista.

Es de notarse que en los países cuyos gobiernos se han mostrado tendientes al neofascismo la pandemia de COVI-19 causa mayor daño a la población y sus regímenes son repudiados por la sociedad, ese es el caso de Brasil, Ecuador, Bolivia, Chile y Colombia, tendiendo estos gobiernos a la militarización, la represión, el endeudamiento y el apoyo a las agresiones imperialistas sobre países como Cuba y Venezuela, quienes por su parte, ponen el ejemplo de humanismo en la región y el mundo controlando la pandemia al interior de sus naciones, brindando apoyo a otros países con brigadas médicas, recursos económicos y resistiendo la continua agresión imperialista a través de los bloqueos económicos que les han impuesto, la guerra mediática incesante y las amenazas y agresiones militares con cercos e invasiones perpetradas con la ayuda de las oligarquías neofascistas de la región.

Los neofascistas fieles al imperialismo estadounidense, quieren aprovechar el contexto de la pandemia del coronavirus para avanzar estratégicamente e imponer con mayor fuerza su brutalidad, pero los pueblos latinoamericanos reconocen en el ejemplo de Cuba y Venezuela el verdadero rostro del humanismo, de la solidaridad internacionalista, la defensa de la soberanía y autodeterminación, la resistencia popular y proletaria sigue su curso, aunque por ahora no sea posible ocupar las calles en su totalidad, la conciencia no disminuye, muy al contrario, la cara neofascista y proimperialista de los regímenes mencionados queda desnuda y será combatida con la organización y la fuerza popular de Nuestra América.

Fuente: https://rebelion.org/neofascismo-y-coronavirus-en-nuestra-america/

Imagen: https://pixabay.com/vectors/nazism-fascism-discrimination-144975/

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Haití y la crisis sistémica

Por: Cristóbal León Campos.

 

La vuelta de hoja lleva otra vez a la urgencia de reconocer y difundir la extrema situación que se vive en Haití, meses de protestas y represión, años de manifestaciones cíclicas, siglos de olvido y negación. Haití es en América la crisis total del sistema capitalista y de la hegemonía imperialista de los Estados Unidos, es también, la crisis de la humanidad puesta en escena, es un grito cuyo eco no hemos alcanzado a escuchar y comprender por la ocupación en otros frentes de lucha y también por la ponderación de otras naciones como si fueran más relevantes, pero en Haití, se ponen de manifiesto no únicamente el real carácter del capitalismo por las condiciones de suprema de explotación, marginación, racismo y represión, se evidencia de igual forma, la aguda urgencia de la conformación de una alternativa de izquierda que alcance a aglutinar la esperanza en un sólo camino para dar salida a esta situación, las alianzas temporales que suelen presentarse en coyunturas particulares, en muchas ocasiones así como surgen se diluyen, dejando debilitado al movimiento o la implementación de las demandas, la insurrección tiene a los barrios populares organizándose, tomando las calles, montando barricadas, organizando marchas e incluso milicias, el pueblo está discutiendo las estrategias posibles para desafiar al régimen de Jovenel Moïse, presidente repudiado y cuya salida encabeza las demanda social. Los obreros, campesinos, estudiantes y demás sectores no han cesado en la resistencia, la profundidad de las heridas es equivalente al deseo de cambio y a la generación de conciencia proletaria que poco a poco va tomando mayor forma en el país caribeño.El actual ciclo de protestas comenzó el mes de julio de 2018, cuando el presidente, Jovenel Moïse, aumentó el costo de los productos petroleros siguiendo las indicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el descontento se incrementó al vincularse al presidente con actos de corrupción al malversar fondos por más de dos mil millones de dólares provenientes del programa Petrocaribe y por el consecuente desabasto de combustible causado por la crisis arrastrada. Altos precios, sub-ejecuciones, contratos yuxtapuestos, obras fantasmas, liquidación precoz de fondos, evasión fiscal, nepotismo y otras acusaciones caen sobre el gobierno, temas de los que países como México saben mucho. Haití presenta movilizaciones recurrentes, la dura realidad muestra el alza de la pobreza así como de la violencia de Estado, más de cuarenta personas han sido asesinadas por el terrorismo del poder, cientos encarcelas y torturadas, junto a esto, la ocupación imperialista y neocolonial que está presente desde años atrás, impide la generación de vías alternas democráticas para el pueblo, el manto de silencio que cubre lo referente a Haití, es la cúpula de una permanente agresión por varias vías. La inflación, el desempleo y la precariedad crecen abismalmente con gran rapidez, las fuerzas productivas en lucha resisten para superar la mayor de la crisis y poner abajo al gobierno “neoliberal, antipopular, ilegítimo y antidemocrático”, tal y como lo definen los haitianos.

Los sectores sociales en resistencia han firmado un acuerdo político para sentar las bases de un gobierno de transición una vez se logre la renuncia del presidente Jovenel Moise, el pasado 9 de noviembre, se congregaron con la mira común de salir de una vez y para siempre del pesado lastre que significa cargar sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras la crisis económica más larga de la historia latinoamericana, sin embargo, el presidente como es común, se aferra al poder y agudiza la represión, actitud compartida por ejemplo, con Sebastián Piñera, presidente de Chile. El acuerdo es en sí, una posible hoja de ruta, un camino que en realidad tendrá que buscar las diferentes veredas por las cuales andar, sin perder el rumbo pactado, en este proceso largo y complejo aún deben fijarse los tiempos de la transición, las estructuras y formas del gobierno futuro. Todo sin bajar la guardia en la lucha, sin dar oportunidad a qué el actual gobierno, las potencias que mantienen ocupación e intereses económicos, puedan desvirtuar el carácter emancipador de los acuerdos, la independencia de la resistencia como de la sociedad a construir es indispensable para garantizar que sean los haitianos quienes reciban los beneficios de cada uno de los logros consumados, como puede deducirse, la desconfianza de la población a las organizaciones tradicionales es alta, por ello, la independencia proletaria es indispensable para realmente hablar un nuevo gobierno y del establecimiento de las bases para reconstruir la nación.

La solidaridad internacional debe expresarse a favor del pueblo haitiano, por la salida del gobierno corrupto y opresor, por la unidad latinoamericana, en un contexto tan particular como el actual. Las luchas presentes no pueden entenderse en un contexto únicamente local o regional, la mirada global permite comprender que lo que se vive en Nuestra América y en todas las zonas en resistencia a nivel mundial, es sin dudas, la crisis final del capitalismo y del imperialismo estadounidense. La resistencia haitiana es síntoma y reflejo del nuevo mundo que habremos de crear, el proyecto socialista tiene que ponderarse como bandera, los pueblos latinoamericanos integrados deben contribuir a la reconfiguración de toda la humanidad.

Fuente del artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262524

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Nuestra América, tiempos de esperanza

 

La rebeldía que recorre Nuestra América dignifica el sentido pleno del sueño unitario e integrador de los próceres fundadores de las naciones hoy en disputa, los tiempos esperanzadores vuelven con la brisa enfurecida que derriba la injuria pedante del opresor, las cordilleras ven pasar a sus pueblos enardecidos de orgullo y valentía dirigiéndose a los centros del desprecio para tender la mano incluso a quienes por siglos los ignoraron, pueblos originarios, mestizos, campesinos, obreros, mujeres y hombres, proletarios todos en el sentido emancipador, Nuestra América despierta y entre piedras y palos clama por su liberación. Tiemblan los poderes sostenidos por las capillas y capellanes de la explotación, caen las rejas, muros y ballestas, en su lugar nacerán las flores primaverales que tanto cantara Pablo Neruda, pues nos han robado todo menos la dignidad.Terremoto profundo en el neurálgico centro de lo convencional, grietas de nuevo siglo, singular muestra antiortodoxa de las variables palpables de la verdad, el subterráneo malestar que aflora es producto del desprecio acumulado, gota por gota rebosa la inoperancia de un mundo regido por la idea y el deseo de poseer mucho antes de ser, por la imaginaria felicidad construida por la valoración material de la esencia habiendo relegado la única e innegable necesidad; el ser humano es en sí mismo la razón de su existencia, todas las determinaciones impuestas por normas codificadoras y enajenadoras no son más que meras distracciones de la dominación, lo que hoy vivimos va mucho más allá de una simple reivindicación de los oprimidos, vivimos la expresión de la crisis capitalista y todo el mundo que creó, los tiempos que nos asisten traen como reto la responsabilidad de asumir el rol correspondiente para contribuir a la nueva era que nos llama.

Las grandes movilizaciones de Haití, Ecuador, Chile, Costa Rica, Brasil, Argentina, Perú, Guatemala, Honduras, Colombia contra el neoliberalismo y la resistencia heroica de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia frente a los intentos de golpes de estado imperialistas, exigen el resurgimiento del pensamiento crítico libertario reformulando cada una de sus concepciones de la realidad concreta, la puesta en juicio de los conceptos elementales, generales y específicos se mezcla con la necesaria revisión táctica y estratégica para la resistencia y el proyecto emancipador, cuestionar todo fue la premisa siempre de Carlos Marx, incluso lo planteado por él mismo, cuestionarnos todo el presente no es ir en contra de esa gran enseñanza, es justamente ponerla en práctica reconociendo la vigencia del marxismo y el pensamiento latinoamericano (antiimperialista y anticolonial) para dar su lugar al planteamiento revolucionario que agrupe una y otra herencia con el fin de servir a la humanidad, las voces que claman por la libertad nos conducen al ejercicio pleno del compromiso y del pensamiento.

La ejemplar hazaña revolucionaria de Cuba tras sesenta años, sigue brillando como la estrella suprema en el cielo rebelde de nuestros pueblos, su grandeza va más lejos que el hecho de vencer a la potencia imperialista en el sentido de la guerra, su ejemplo se funda en la moral y la ética de transformación, en el compromiso y el estudio objetivo de las condiciones de lucha, en el continuo análisis de los avances y los retrocesos, en el hacer y el revisar, en el rectificar si es necesario, pero nunca jamás en traicionar, desertar o rendirse, el ejemplo revolucionario cubano ha hecho importantes aportaciones al pensamiento revolucionario latinoamericano y mundial, las ideas y análisis de José Martí, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Roberto Fernández Retamar y otros pensadores y pensadoras muestran ese paradigma vigente que se debe asumir, que sumado al de Simón Bolívar, Augusto Sandino, José Carlos Mariátegui y tanto más, acrecienta la luz del saber nuestro. El socialismo sigue vigente y su construcción es necesaria: la fuerza viva transformadora que recorre nuevamente Nuestra América habrá de nutrirse de la herencia para superarla cambiando el mundo.

Los tiempos de esperanza regresan como brisa y como anhelo, Nuestra América se renueva dejando a un lado al fin heridas palpitantes, las huellas de las dictaduras que tan obstinadamente la ultraderecha quiere revivir, son aplastadas los pueblos retomando la memoria robada y exigiendo constituyentes que borren toda ley dictatorial, los sujetos revolucionarios siguen multiplicándose, con su diversidad agrietan la profundidad de la opresión, hacen complejo el entramado del acontecer pero lo enriquecen para la formulación de naciones realmente integradoras de toda su necesidad, la belleza que cubre la rebeldía tiene su poética propia, son los pueblos los que hacen la historia, Nuestra América escribe ahora una página nueva de libertad.

Fuente del artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262086

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Superar las sombras para emancipar los pueblos

Por: Cristobal León Campos 

El socialismo es la opción real para superar los males del capitalismo, no para moldearlos o maquillarnos, es el proyecto liberador que requerimos con urgencia..

La sombra que dibuja el pasado suele pesar mucho más de lo que se quisiera o reconoce, esto en la vida cotidiana de un individuo como en los proyectos colectivos que buscan fomentar cambios trascendentales en la estructura social, viejas formas se repiten creyendo que traerán el resultado deseado ¿pero cómo han de funcionar las cosas de antaño en un presente ajeno a muchos de los aspectos que dieron lugar al origen de las ideas propuestas? La renovación del análisis de la realidad, la mirada puesta en lo concreto del cotidiano devenir de la sociedad tiene que repensarse a cada instante, sea para reafirmar postulados interpretativos o para desplazarlos y permitir la reformulación de los proyectos sociales que busquen transformar las condiciones de vida desde la realidad objetiva, el estudio de las estructuras que dan sustento a la sociedad en cuestión es irremplazable, lo profundo de la médula central que sustenta al capitalismo hay que rastrearla en los orígenes mismos del postulado inicial que diera lugar al sueño del socialismo; la lucha de clases sigue siendo el motor de la historia. Hay que volver a mirar la teoría de la acumulación originaria donde se explica la naturaleza depredadora del capitalismo, hoy la utopía socialista sigue vigente porque se sustenta en esa misma contradicción del sistema al que cuestiona, pero también sobre el socialismo pesan lozas ideológicas, ya sea que fueron formuladas por los ideólogos e intelectuales del capitalismo para desprestigiarlo o ya sea que fueron creadas en la práctica misma de quien dijo estar cambiando hacia la construcción de una sociedad superior.

La batalla venidera, la que dará luz al socialismo en el mundo, tiene que partir de cuestionar el mismo proyecto, repensarlo, replantearlo, reformularlo, criticarlo como si se fuera el peor enemigo y, a la vez, ir en ese ejercicio de auto-conciencia consolidando cada una de las partes actuales, cada una de las interpretaciones y conceptos que tiene aún más razón de ser en esta sociedad del siglo XXI, nuevamente amenazada por la voracidad neocolonialista de las potencias imperialista del mundo y por el incremento de la inhumana lógica de reproducción del capital. Fue el propio Carlos Marx quien planteó la necesidad de dudar de todo para generar el avance del conocimiento y de las sociedades. El pasado con toda su sombra tendrá que dar paso a la luz de la urgencia y la necesidad que se encarna en el único camino para superar el apocalipsis humano que vivimos: el socialismo resurgirá como siempre lo ha hecho.

Replantearnos el proyecto socialista no es para abrir viejos debates o rencores sobre revisionismo y ortodoxia, todo aquello que aletargó el avance en la construcción de sociedades más justa debe ser erradicado de las prácticas de la izquierda socialista, aún hoy, adoradores de la ortodoxia siguen emulando la imagen del estalinismo que en muchos casos ni vivieron, copian fórmulas o repiten recetas, pero olvidan lo concreto de la realidad, lo complejo del entramado social y más en sociedades como las presentes en donde la misma palabra socialista es asociada a regímenes contrarios al ideal propuesto, el replanteamiento del socialismo requiere una doble o triple disputa, necesita superar esa imagen que desprestigia con el solo nombre al proyecto y poder ponerlo de nuevo como una opción deseable por los oprimidos del mundo, necesita un debate que abierto, libre, emancipador y desde luego proyectivo que cimente el resurgimiento del movimiento anticapitalista y revolucionario.

Las actuales experiencias de lucha dan luz en esta noche larga en la que muchos siguen buscando su rumbo por haberse alejado de la realidad, los sujetos sociales levantan las manos en el pase de lista de la historia y hay que estar ahí para tomar la nota de sus enseñanzas, el socialismo es la opción real para superar los males del capitalismo, no para moldearlos o maquillarnos, es el proyecto liberador que requerimos con urgencia, pero no podemos seguir pensándolo como hace décadas o siglos, muchos de los partidos comunistas aletargados en sus juicios siguen hablando de formulas de otros tiempos, la vanguardia está en lo cotidiano: en la mujer que destruye al patriarcado; en los trabajadores y las trabajadoras que organizan piquetes y cooperativas o toman los centros de producción para exigir sus derechos; en los campesinos y las campesinas que defienden sus tierras y rechazan la expropiación genocida de la modernidad; en los estudiantes que se atreven a soñar con países libres, democráticos, justos y soberanos; en los pueblos originarios que defienden su cultura y su presente puesto en juego en esta compleja y contradictoria realidad reafirmando su autodeterminación y construyendo la autonomía. La vanguardia está reformulando las demandas y las prácticas concretas de la resistencia, el socialismo para reconvertirse nuevamente en la opción real de los pueblos oprimidos tiene que reformularse, pero todo ello requiere del ejercicio crítico de nuestra misma utopía, la superación de las sombras del pasado y la abolición de los temores que detienen la marcha de nuestros esfuerzos por la liberación definitiva. El socialismo es vigente y es el camino emancipador: construyámoslo reformulando o reafirmando desde la raíz sus fundamentos de análisis social y libertad humana.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/superar-las-sombras-para-emancipar-los-pueblos/

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