Los padres se maternalizan

Por: Cristina Sen

La paternidad hace años que está cambiando, el modelo de padre ausente en los cuidados de los hijos carece ya de legitimidad y en este proceso de transición los hombres están tomando nota de lo que hacen las mujeres –sus parejas– para incorporarlo a su día a día. La paternidad se está “maternalizando”, está tomando “elementos femeninos” como referencia, explica el sociólogo Tomás Cano, investigador en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Elementos femeninos –entendidos como la construcción social del género que atribuye una serie de roles a la mujer– no sólo en lo que se refiere al cuidado sino también a la realidad que muchas de ellas afrontan cada día: trabajar fuera y no descuidar a los hijos.

El modelo de padre ausente en los cuidados de los hijos carece ya de legitimidad y en este proceso de transición los hombres están tomando nota de lo que hacen las mujeres.

¿Hacia un nuevo modelo de paternidad? es el título del trabajo que Cano y el también sociólogo Marc Barbeta-Viñals (UAB) han publicado este mes en la Revista Española de Investigaciones Sociológicas y que busca indagar en lo que ellos piensan y sienten de su papel de padres.

Para ello se ha entrevistado a fondo a 64 hombres divididos en varios grupos en Barcelona y Madrid. En conversación con este diario, Tomás Cano considera que una de las cuestiones más interesantes que han encontrado es esta “maternalización” de la forma de entender la paternidad que no se da por igual en todos los grupos analizados sino sobre todo en aquellos que tienen un nivel educativo más alto.

Un padre da de cenar a uno de sus hijos mientras el otro hace los deberes

Un padre da de cenar a uno de sus hijos mientras el otro hace los deberes (Archivo / Mané Espinosa)

Aparece así entre estos hombres el interés por aprender, observar y por ver también cómo se puede conllevar el difícil equilibrio entre la vida familiar y laboral. Se tiende así a una difuminación de los roles de género. En esta línea, los sociólogos consideran que se debe llamar de nuevo la atención a las instituciones sobre la necesidad de mejorar las políticas de las empresas, facilitar la flexibilidad laboral, las bajas por paternidad para avanzar en la igualdad y ampliar esta apuesta por una nueva paternidad.

La figura del padre próximo ha sustituido así con más o menos matices en prácticamente todos los grupos a la ya antigua paternidad normativa. Este modelo de padres próximos está muy presente en los grupos con un nivel alto de estudios pero se expande también al resto. La única excepción, señalan los investigadores, es el grupo de hombres en paro y con un bajo nivel educativo, en el que se reclama la necesidad de ­recuperar el “respeto y la auto­ridad”.

Aparece así entre estos hombres el interés por aprender, observar y por ver también cómo se puede conllevar el difícil equilibrio entre la vida familiar y laboral

Las encuestas sobre los usos del tiempo avalan esta línea de nueva paternidad ya que sigue subiendo su implicación en el cuidado de los hijos, aunque lejos aún de la de la mujer. El tiempo que ellos dedican a los hijos sube y paradójicamente el de ellas también, aunque menos. Estos datos indican que hay una tendencia social a dedicar más tiempo al cuidado de los niños, una estrategia que se considera una “inversión” en el bienestar emocional y cognitivo de los pequeños.

De todas maneras, esto no prefigura un mundo de color rosa. Los hombres (y las mujeres) que quieren dedicar más tiempo a los hijos lo hacen en un contexto general en el que la demanda de dedicación laboral crece, por lo que las dificultades y el estrés están garantizados. Y en trabajos más precarios, menor es la posibilidad de controlar los usos del tiempo propio, lo que acaba pasando factura a la dedicación familiar.

En la puerta de los colegios cada vez hay más padres que recogen a sus hijos en lugar de la madre
En la puerta de los colegios cada vez hay más padres que recogen a sus hijos en lugar de la madre (Archivo / Mané Espinosa)

El estudio no se basa en “mediciones” sino en las percepciones y el sentir de los hombres entrevistados, que reflejan este momento de transición de una paternidad homogénea a una más compleja y multidimensional. A modo de resumen se exponen cuatro tipos de paternidad que van desde la más tradicional a la más “moderna” –difuminación del clásico rol masculino-.

Las encuestas sobre los usos del tiempo avalan esta línea de nueva paternidad ya que sigue subiendo su implicación en el cuidado de los hijos, aunque lejos aún de la de la mujer

La paternidad logística sería la más vinculada a la tradicional ya que se basa sobre todo en una concepción instrumental “centrada en la movilización de medios y recursos” vinculados a las rutinas diarias. En la figura del “antiguo proveedor económico”, el hombre asume ahora algunas tareas de “gestión” de los hijos.

En un segundo nivel se habla de “paternidad reconocedora de las necesidades”, donde aparece una toma de conciencia hacia la vulnerabilidad y las necesidades de los hijos. Las atenciones rutinarias, se indica, adquieren un sentido por la forma de abordarlas.

Un padre atiende a sus hijos en un parque infantil tras la salida del colegio
Un padre atiende a sus hijos en un parque infantil tras la salida del colegio (Archivo / Mané Espinosa)

En este espacio, señala Tomás Cano, ya se puede hablar de un proceso de “relativa maternalización” por las disposiciones al cuidado y los vínculos emocionales que se construyen. Hay una relación también entre las nuevas formas de masculinidad y paternidad. Pero sigue habiendo momentos de “inhibición emocional”, especialmente cuando el cuidado de los hijos se complica y la carga afectiva y de trabajo se ­sigue dejando en manos de la ­mujer. Se puede hablar también de una “paternidad educativa” entendida como aquella en la que el hombre es el encargado de la socialización de los niños.

Hay una relación también entre las nuevas ­formas de masculinidad y paternidad

Pero sobre todo hay que centrarse en la “paternidad comunicativa” –la cuarta categoría– por su carácter puntero y porque es la que podría generar un efecto contagio. Es la que está en las antípodas del “padre tradicional”. Se busca la implicación emocional con los hijos y se toma a la madre como principal referencia.

La maternalización debe entenderse así como una apuesta por deshacer algunos estereotipos de género con respecto a las relaciones con los hijos. Lo interesante es que esta vez llega de la mano de los hombres; son ellos mismos los que lo expresan. El corsé de la vieja masculinidad queda obsoleto pero esto no significa aún que las políticas públicas y la organización de las empresas faciliten la vida a aquellas parejas en las que ambos quieren mantener una carrera profesional y dedicar también un tiempo adecuado a los pequeños.

Hombres y mujeres quieren dedicar más tiempo a los hijos mientras crece la demanda de dedicación laboral

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170806/43374686077/padres-maternalizan.html

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Intragénero, la violencia oculta

Por: Cristina Sen

Un 30% de gais y lesbianas ha sufrido maltrato dentro de la pareja, según un estudio del Cogam.

La violencia intragénero es una realidad con la que de forma constante nos hemos ido encontrando durante todos estos años. Lala Mujika, directora de Aldarte (Centro de Atención a Gays, Lesbianas y Transexuales en el País Vasco), explica que ya en el 2008 pusieron en marcha una campaña para observar, evaluar y actuar contra esta realidad invisibilizada que percibían, contra la violencia que también existe entre las parejas del mismo sexo pero de la que pocos quieren hablar. Un problema oculto por muchas razones que es necesario, señala, sacar a la luz para combatirlo.

Hasta la fecha hay escasos estudios y datos, y por ello desde Cogam (Colectivo LGTB de Madrid) han puesto en marcha una encuesta con más de 900 personas voluntarias para analizar la situación de la violencia intragénero y los primeros resultados corroboran que es un problema preocupante ya que un 30% de los encuestados reconoce haber sufrido algún tipo de violencia (psicológica o física) por parte de su pareja. “Estamos demandando un protocolo de actuación, un marco legal claro, un teléfono al que llamar, un marco de atención a las víctimas. No hay concienciación suficiente”, indica Isabel González, psicóloga coordinadora de la asesoría de violencia en parejas de Cogam. Por los tipos de encuesta los datos son difícilmente comparables y según el último estudio de la UE el 22% de las mujeres en España ha sido víctima de violencia machista por parte de su pareja hombre, hablando aquí explícitamente de violencia física o sexual.

La violencia intragénero es una realidad con la que de forma constante nos hemos ido encontrando durante todos estos años

La violencia se visualiza cuando hay un asesinato, señala González, y esto es lo que sucedió el pasado 16 de abril en Barcelona, cuando una mujer mató a su novia con un cuchillo. A raíz del trágico suceso, el Observatorio contra la LGTBfobia y otros colectivos hicieron un nuevo llamamiento para que se elabore un marco legal que garantice protección y recursos para las víctimas, para que esta violencia deje de ser considerada de “segunda categoría”. Pero la violencia intragénero no se manifiesta normalmente de una forma tan desgarradora –el asesinato-, explica Lala Mujika, son abusos sobre todo de corte psicológico y de control asfixiante del otro. Quizás por ello -junto a otros muchos factores- no ha recibido la atención debida pero obviamente son violencias que impactan gravemente sobre la vida de las víctimas y donde se añaden una serie de circunstancias que complican aún más romper con la situación.

Pocas personas que sufren violencia intragénero lo dan a conocer ya que, señala Lala Mujika, si en esta sociedad aún hay muchos gais y lesbianas que no se atreven a explicitar públicamente su orientación sexual, más difícil será por tanto explicitar una violencia en pareja. Asimismo, tampoco es extraño que las víctimas no tengan conciencia de que lo son, que no sepan reconocer que están siendo maltratadas.

Pocas personas que sufren violencia intragénero lo dan a conocer

Laten una serie de mitos que también inciden en esta invisibilización como el de que existe una “igualdad inherente” en las relaciones entre parejas de gas y lesbianas por lo que se cree falsamente que no hay violencia sino “agresiones mutuas”. Al igual que puede suceder en las relaciones heterosexuales en casos de violencia de género, el objetivo del que abusa es dominar y controlar a la víctima. “Porque dos personas sean del mismo género no quiere decir que tengan el mismo poder”, se indica desde Cogam. Se trasladan así los roles de control en este caso de hombre a hombre, o de mujer a mujer. Y es lo que sucedió en el asesinato que tuvo lugar en Barcelona el domingo de Pascua donde no se puede hablar de “peleas” sino de un maltrato recurrente a una persona víctima, un maltrato con entidad.

También pesa en este silencio que envuelve la violencia intragénero la discriminación social de las relaciones LGTB, se señala desde Aldarte, que hace que no se dé importancia a las denuncias. Siguen existiendo prejuicios que “consideran de segunda las relaciones entre personas homosexuales” lo que en casos de violencia aún se aumenta más la soledad y la dificultad de la víctima para abrirse paso.

Hay matices diferentes a la hora de plantear qué tipo de marco legal es necesario para combatir la violencia intragénero y ayudar a las víctimas. Desde Aldarte se aboga por incluirla en la Ley Integral contra la Violencia de Género y se indica que en algunos casos puntuales y sin que la norma lo contemple se han aplicado medidas de protección a mujeres lesbianas o transexuales.

Laten una serie de mitos que también inciden en esta invisibilización como el de que existe una “igualdad inherente” en las relaciones entre parejas de gais y lesbianas por lo que se cree falsamente que no hay violencia sino “agresiones mutuas

En cambio, desde Cogam se apuesta por una ley específica ya que no se trata de crear interferencias, señala Isabel González. Pero sea como sea se alza la voz para tener un marco legal claro, con recursos, apoyo y medios para las víctimas. Ir más allá así de la definición de violencia doméstica y acceder a los protocolos y ayudas que se ofrece a las víctimas de violencia de género –aunque en la práctica son insuficientes– dentro de la Ley como órdenes rápidas de protección, casas de acogida, asesoramiento psicológico y legal o juzgados específicos.

Es necesario así, subraya Mujika, poner en marcha el debate aunque no sea un tema agradable y aunque durante años no haya estado en el centro de las cuestiones que se han abordado desde los colectivos LGTB.

Muchas personas tampoco denuncian ya que temen topar con la incomprensión por desconocimiento de la Policía, el desconocimiento de saber que están frente a casos de violencia intragénero. Para corregir esta situación Cogam trabaja en contacto con LGTBIpol, una asociación de policías –no adscrita al Cuerpo– que se vuelca en defender los derechos del colectivo LGTBI de forma altruista. La agente Begoña Gallego, secretaria de la asociación, explica que se ponen en contacto con las víctimas para ayudarles a acudir a denunciar, acompañarlas y asesorarlas. También hacen cursillos internos para sensibilizar a los agentes y para que no se tome como un delito de lesiones lo que son los casos de violencia intragénero.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170425/422025619181/intragenero-violencia-oculta.html

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Mujeres atrapadas en las redes digitales

Por: Cristina Sen

El ‘sexting’, tipificado como delito en el 2015, será incluido en la nueva ley contra la violencia de género.

Las nuevas tecnologías crean nuevas formas de comunicarse y relacionarse, propagan el mundo, lo bueno y lo malo, reproduciendo por tanto con otras formas pero el mismo fondo el grave problema de la violencia machista. El uso de estos recursos ha ampliado el perímetro en el que se puede producir esta violencia, entendida no como agresión física sino psicológica, como el afán de control o venganza. Por ello, el Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial incluyó el pasado mes de noviembre los nuevos delitos de acoso y sexting en la Guía de Criterios de Actuación Judicial frente a la Violencia de Género.

El objetivo es ampliar el concepto de violencia de género y, por tanto, es un primer paso para actualizar durante esta legislatura la Ley Integral de Violencia de Género. De hecho, la reforma del Código Penal realizada en el 2015 incorporó como nuevos delitos el sexting –envío de mensajes, watsaps, imágenes o videos para dañar la intimidad y la imagen de una persona- y el stalking–el acoso y persecución utilizando las nuevas tecnologías– para dar respuesta a los problemas que se generan en las redes.

La Guía del Observatorio del CGPJ recuerda que el sexting y el stalking deben vincularse también a la violencia de género, entendida como la que se ejerce sobre una persona en función de su sexo o su género que perpetúa roles según estereotipos sexuales que niegan la dignidad humana. En el caso del sexting, o la pornovenganza, la reforma del Código Penal especifica que es delito la difusión de imágenes que aunque fuesen grabadas con consentimiento no cuentan con el permiso de la víctima para ser difundidas. La pena es de tres meses a un año de prisión.

Peritos informáticos señalan que aún hay demasiado desconocimiento sobre los delitos tecnológicos

Encarni Iglesias creó la asociación y la plataforma Stop Violencia de Género Digital después de sufrir ella misma el acoso de su ex pareja en las redes y en el teléfono móvil.

Amenazas constantes, comentarios denigrantes en Facebook visibles para mucha gente que le llegaron a hacer muy difícil salir de casa. Iglesias cuenta que casi por casualidad dio con una asociación de peritos informáticos que le ayudó a hacer frente a este ciberacoso. Poco después, se animó ella misma a estudiar la materia y montó la plataforma de asesoramiento y ayuda.

“Aunque estas violencias estén catalogadas como delito la posibilidad de tener sentencias condenatorias aún depende demasiado del juez que lleva el caso”, señala.

Hay un desconocimiento de los temas tecnológicos, subraya, y también hay cuestiones difíciles de probar ya que las evidencias digitales pueden ser manipuladas. Pero, sobre todo, recuerda que internet y las redes sociales han entrado en todas las casas sin que la gente sea consciente de las repercusiones de un mal uso.

“En estos momentos estamos ayudando a una mujer que durante siete años ha sido acosada en WhatsApp y Facebook y no era consciente”. Llegan casos de todo tipo, hombres que cuelgan las fotos de sus ex parejas con el número de teléfono en páginas de contacto, explica a modo de ejemplo.

En su informe del 2015, la ONU alertó de la ciberviolencia contra mujeres y niñas al señalar que el 73% de las mujeres han estado expuestas o han experimentado violencia machista en las redes. Un tipo de violencia que aún amplia más las fronteras de las agresiones ya que trascienden la esfera de lo privado, mensajes que se multiplican amparados en el anonimato y se perpetúan. “La violencia en línea ha subvertido la promesa positiva original de libertad en internet y, en demasiadas ocasiones la ha convertido en un lugar escalofriante que permite la crueldad anónima y facilita actos perniciosos contra mujeres y niños”, advierte ONU Mujeres.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170413/421660064458/sexting-acoso-delito-ley-violencia-genero.html

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La hipersexualización de la sociedad: niñas sexis, infancia frágil

Por: Cristina Sen

Los expertos aseguran que la falsa madurez y el hecho de vivir rodeado de mensajes sexuales afecta a la autoestima.

Suena a hipocresía que la sociedad se lleve las manos a la cabeza cuando se plantea el debate de la sexualización cada vez más temprana de la infancia, sobre todo de las niñas. Una sociedad que dice que observa pasmada las fotos que las adolescentes y preadolescentes cuelgan en sus redes sociales, la ropa que visten, el maquillaje que aparece cada vez más pronto. Sólo con observar alrededor queda claro que los más jóvenes beben de un mundo en el que se ha producido una hipersexualización generalizada, donde la sexualidad se ha puesto en el centro con unas connotaciones muy concretas.

En los vídeos musicales, la publicidad, las series o la moda aparece en muchísimas ocasiones este telón de fondo de la hipersexualización (sobre todo de la mujer), los cuerpos como reclamo y como mercancía. En este contexto, en una cultura también muy visual, señala Begonya Enguix, antropóloga y profesora de la UOC, se añaden las redes sociales y el uso que hacen de ellas los chicos y chicas cada vez más jóvenes. Una redes sociales mediatizadas, indica, por la imagen, ya que es la imagen que se proyecta en ellas la que estructura las relaciones y la convierte en una medida del éxito.

Desde edades muy tempranas (que puede empezar incluso antes de los diez años) se atisba el peligro de crecer bajo la falsa creencia de que el éxito social está vinculado a la imagen, explica Amàlia Gordóvil, profesora de Psicología y Ciencias de la Educación (UOC), y se corre el riesgo en estas edades de perder una serie de valores fundamentales como la espontaneidad, el disfrute o la creatividad. En los niños se percibe menos porque en este mundo de la infancia se trasladan también los roles de género de los adultos, pero las niñas sí que pueden acabar a la larga actuando como objetos sexuales. Es decir, indica Begonya Enguix, asumir un sistema de relaciones de género en el que ellas están para agradar al chico, al hombre.

La traslación al mundo de los más jóvenes de esta sociedad hipersexualizada afecta al desarrollo natural de las etapas de la vida, altera el crecimiento durante la infancia, indican los expertos. Las niñas sobre todo aparecen situadas en una falsa madurez que no entienden, rodeadas de mensajes de contenido sexy que puede desembocar en una falta de seguridad, en la construcción de jóvenes frágiles que se sentirán obligadas a librar una batalla con su cuerpo en busca de un ideal inexistente. La vida centrada en la mirada del otro resta autonomía personal y quemar etapas vitales para niños y niñas, recuerda Gordòvil, psicóloga en el centro GRAT, afecta a la autoestima. Y la separación entre la conducta sexual y la afectiva puede plantear en el futuro problemas relacionales.

Hablar de una sociedad hipersexualizada no es hacerlo desde la mojigatería. Se entiende que la sexualidad es libertad y es necesaria también una información sexual adecuada para los más jóvenes. Asimismo, la adolescencia tiene un pulso reivindicativo que se expresa también en las formas de vestir, un momento en el que se producen cambios físicos, la propia imagen cobra importancia y es lógico querer gustar. Pero esto no es sexualización.

La sexualización consiste, según un informe del Parlamento Europeo, en un enfoque instrumental de la persona mediante la percepción de la misma como objeto sexual al margen de su dignidad y sus aspectos personales. “La sexualización supone también la imposición de una sexualidad adulta a las niñas y los niños, que no están ni emocional, ni psicológica, ni físicamente preparados para ello”, se indica.

Precisamente el Parlamento Europeo abordó este debate hace cuatro años cuando constató con alarma el aumento del número de imágenes de niños con enfoque sexual. Los puntos trabajados en la comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad planteaban algunas reflexiones sobre las consecuencias de esta erotización, en un trabajo que abarcaba de los seis hasta los trece años. La influencia negativa de la sexualización en la autoestima, se señalaba, puede llevar a trastornos de alimentación de base psíquica. Y se alertaba, sobre todo, de que este peligro de autoobjetualización “incrementa la posibilidad de conductas agresivas hacia las niñas”. Degradar el valor de la mujer, se subrayaba, contribuye a un incremento de la violencia contra las mujeres y al refuerzo de ac­titudes y opiniones sexistas que a la larga acaban derivando en discriminación laboral, acoso ­sexual e infravaloración de sus logros.

Asimismo, se ponía el acento en el creciente número de niños y niñas que acceden a internet a edades cada vez más tempranas, lo que supone también avanzar el primer contacto con la pornografía.

En el libro American girls (2016), su autora Nancy Jo Sales explica a través del testimonio de decenas de chicas estadounidenses una sociedad en la que todas (pequeñas, jóvenes, mayores) quieren parecer hot. Y donde los sexting rings –en los que fotografías de adolescentes desnudos se comparten en amplios grupos– existen en la mayoría de institutos. Entre otras cuestiones, la autora indica que los niños estadounidenses empiezan a ver pornografía en internet a los seis años, y que la gran mayoría lo han hecho antes de cumplir los dieciocho.

La hipersexualización de la sociedad es un hecho, señala la profesora Begonya Enguix, pero también se debe remarcar que a la par crece la conciencia crítica y la denuncia. Tuvieron repercusión internacional las críticas a Vogue cuando utilizó en el 2011 a una modelo de diez años con ropa y poses de mujer adulta. Desde entonces, la publicación se comprometió a no utilizar modelos menores de dieciséis. En una escala muy distinta, hace unos días las redes reaccionaban contra un disfraz infantil de enfermera sexy que se vendió el año pasado en San Blas (Madrid).

Es evidente que no toda la sociedad compra esta hipersexualización, pero también es obvio que los mensajes se encuentran por todas partes y, por tanto, se filtran en todas las edades. En su estudio El cuerpo de las mujeres y la sobrecarga de sexualidad, la profesora de Sociología del Género (Universidad de A Coruña), Rosa Cobo Bedia, indica que el contexto en el que se produce esta hipersexualización es un “mercado libre y sin límites que ha entendido que los cuerpos de las mujeres son una mercancía de la que se extraen plusvalías necesarias para la reproducción social de los patriarcados y el capitalismo neoliberal”.

Entre otras cuestiones, Cobo indica que tras el éxito del feminismo radical en EE.UU. llegó una dura campaña antifeminista que cuajó en los años noventa con una alianza entre la reacción patriarcal y el neoliberalismo que tuvo “graves consecuencias para las mujeres” en términos de subordinación y explotación económica. Pero este discurso patriarcal, explica, no sólo reclama la vuelta de las mujeres a la vida doméstica y la exaltación de la maternidad, sino que apela también a la sexualidad femenina. Se apropia de la libertad sexual de los años 60 y 70, pero vista como un “derecho natural” de los varones. Y se rediseña así el ideal de feminidad incorporando elementos explícitos de sexualidad. Bajo el paradigma de la libertad sexual lo que se produce es una ampliación del “marco de derechos masculino”.

Cobo considera que el atractivo sexual se ha convertido en parte fundamental del nuevo modelo que se exige a adolescentes y mujeres adultas, imágenes sexualizadas que eclipsan otros tipos de representación femenina. Esta presión para que las mujeres hagan de su cuerpo y de su sexualidad el centro de su existencia se manifiesta en una cultura de la exaltación de la sexualidad, en la pornografía y en la prostitución, señala la profesora. La mujer, de nuevo, despersonalizada bajo el discurso de que la sexualización forma parte de la naturaleza femenina.

Pero esto ya no es suficiente. El dominio masculino y el neoliberalismo, indican las expertas, han puesto en el mercado los cuerpos de las niñas. Sólo cabe por tanto la reacción crítica.

La edad y las pasarelas de moda

El debate sobre la edad en la que las chicas modelos pueden subir a las pasarelas ha prendido también en el mundo de la moda y ha llevado en los últimos años a elaborar distintas recomendaciones. El CFDA (Consejo de Diseñadores Americano) aconsejó en el 2012 que la edad mínima para desfilar fuese de 16 años, un consejo que surgió después del estudio realizado por The Model Alliance. Esta plataforma surgida para reivindicar y vigilar los derechos de las jóvenes que trabajan en el mundo de la moda realizó una encuesta entre 240 modelos. Los resultados indicaron que la mayoría (un 54,7%) empezaron entre los 13 y los 16 años, mientras que un 37,3% lo hicieron entre los 17 y los 20 años. La encuesta también reveló que una mayoría de las chicas menores de 18 años nunca o casi nunca están acompañadas por los padres o algún tutor durante su trabajo.

La fundadora de The Model Alliance es la exmodelo Sara Ziff, quien conociendo por dentro la profesión decidió dar un paso al frente para denunciar una industria desregulada en la que no se tiene en cuenta el bienestar emocional de las jóvenes. Y donde, a su entender, las lucrativas carreras de unas pocas supermodelos esconde las duras condiciones económicas de las demás. Ziff denuncia que el acuerdo sobre los 16 años se rompe en muchas ocasiones.

La reflexión del Europarlamento

1. Contexto. El Parlamento Europeo abordó el debate sobre la sexualización de la infancia (sobre todo de las niñas) en el 2012. Cinco años antes lo hizo en Estados Unidos la Academia Americana de Psicología por lo que se considera un problema social que sigue vivo.

2. Violencia. Entre sus advertencias, el Parlamento indica que las manifestaciones de sexualización de las niñas, que pueden llevar a la autoobjetualización incrementan la posibilidad de conductas agresivas hacia ellas. Degradar el valor de la mujer contribuye al aumento de la violencia.

3. Definición. La sexualización no es sinónimo de sexualidad sino que debe entenderse como un enfoque instrumental de la persona mediante la percepción de la misma como objeto sexual, siendo valorada en función de su atractivo personal, Supone también la imposición de una sexualidad adulta a los niños, sobre todo a las niñas, que no están preparados ni emocional, ni psicológica ni físicamente para ello. La sexualización choca con el desarrollo natural y saludable de la sexualidad.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170219/42143989742/hipersexualizacion-ninas-infancia-autoestima.html

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Feminismos para todas

Por: Cristina Sen

Los movimientos feministas se unen ante la amenaza de involución.

No es país para coños es el recién estrenado libro y obra de teatro de Diana López Varela, guionista periodista y feminista gallega nacida en 1986. El ejemplar, acompañado con el subtítulo “Sobre la necesidad de una sociedad feminista” bien podría haber circulado como pancarta el fin de semana pasado en la Marcha de Mujeres de Washington. Más de medio millón de personas en la capital estadounidense, y tres millones en todo el mundo salieron el 21 enero a la calle para protestar contra el machismo y la misoginia de Donald Trump, para advertir de que van a dar batalla ante los retrocesos en los derechos y las políticas de igualdad. Trump ( y no sólo él) como amenaza, pero también como aglutinador de todos los feminismos.

El país del que se habla al principio es España, mientras que miles de mujeres se cubrían el sábado en Estados Unidos con un gorro rosa con orejas de gato, un pussyhat que juega con el doble sentido de pussy (coño) y la misoginia de Trump. Se teje así un hilo conductor con un lenguaje mordaz, desenfadado, y festivo, una expresión clara de que el feminismo está más vivo que nunca y que dialoga entre sus diferentes expresiones.

La amenza de retroceso en las políticas básicas de igualdad tiene ahora su epicentro en la Casa Blanca, acompañada de un presidente que normaliza un modelo de masculinidad muy agresiva y misógina, señala Lidia Arroyo, socióloga investigadora de la UOC. Pero también la situación en España, con los recortes vinculados a la crisis económica de la mano del PP que han frenado las políticas de igualdad, ha unido a los diferentes movimientos feministas.

Durante las décadas de socialdemocracia, señala Sara Berbel, doctora en Psicología Social y y directora de Barcelona Activa, se avanzó mucho en políticas de igualdad, unos avances que se van segando en los últimos años. Ha habido recortes para las casas de acogida para las mujeres víctimas de violencia machista, se ha ampliado la brecha salarial, se acaban de suprimir las subvenciones para los estudios de género en las universidades, y a las pymes indican Berbel y Arroyo.

Los movimientos feministas se unen ante la amenaza de involución
Los movimientos feministas se unen ante la amenaza de involución (Mario Tama / AFP)

Un escenario que tuvo como momento clave de encuentro la decisión del Gobierno (y del entonces ministro Alberto Ruíz Gallardón) de modificar la Ley del Aborto. El feminismo unió sus voces en la iniciativa El tren de la libertad, que confluyó en Madrid con una gran movilización en el 2014. El PP retiró la reforma. Fue también, explica Montserrat Boix, periodista fundadora de Mujeres en Red, el momento en el que el feminismo pudo probar la fuerza de las redes sociales.

Y es en las redes donde hoy tiene la expresión más viva , con enfoques muy diversos pero que practican la sororidad (fraternidad entre las mujeres para lograr objetivos comunes). La Tribu de Frida (club de lectura feminista), Pikara Magazine (periodismo con perspectiva de género y voluntad transgresora), el activismo de @Barbijaputa (que ya avisa de que el exceso de observación hacia Trump no haga olvidar lo que sucede en la UE), el éxito del Club de las Malas Madres, o el feminismo pro sex (centrado en la libertad sexual de las mujeres) de @Doctora Glas, son solo algunos de los cientos de activismos en las redes que abarcan todo tipo de temáticas. En una década, las redes han propiciado una nueva forma de comunicación del feminismo directa, divertida, sarcástica menos académica.

Se señalaba la actual confluencia de fuerzas, pero también de la diversidad y de sus puntos de vista diferentes . Hace pocos años, explica Lidia Arroyo, se podía hablar por un lado de un feminismo hecho desde las instituciones, y por otro un movimiento social muy crítico contra lo que se consideraba unas “administraciones androcéntricas y patriarcales, con poca capacidad transformadora por parte de quienes estaban dentro”.

El principal caballo de batalla de este feminismo que representa a una nueva generación es la defensa de la diversidad de las mujeres. Movimientos dirigidos a las mujeres en condiciones de precariedad, a las mujeres inmigrantes, a visualizar a los colectivos LGTBI dentro del feminismo, dar voz a las minorías como las personas transgénero. Y donde late, señala Arroyo, la apuesta por romper con el binarismo de género, que bebe del feminismo queer. Hay un debate en este nuevo feminismo en cómo acabar con el binarismo hombre/mujer, cómo considerar el género como un continuo y cómo hacerlo desde las políticas públicas ya que estos colectivos han entrado en las instituciones de la mano de los partidos alternativos de izquierdas. Colectivos para los que el 15-M fue su punto de encuentro..

Una participante en la Marcha de las Mujeres de Los Angeles

Una participante en la Marcha de las Mujeres de Los Angeles (Mike Nelson / EFE)

Hace unos años, señala Sara Berbel, se analizaba el tema del género desde una perspectiva intelectual, mientras que hoy hay un tipo de feminismo joven que rompe con el género del propio cuerpo. De todas maneras, otros acentos se han ido incorporando a la vindicación feminista ya que si hasta hace poco el debate se centraba en el poder entre hombres y mujeres, ahora se enfatiza en cómo ellas pueden acceder al Poder en mayúsculas. Por ello, indica Berbel, están muy visibles en las redes sociales y luchan por apropiarse del espacio.

El feminismo joven, explica Asunción Bernárdez Rodal, directora del Instituto de Investigaciones Feministas (UCM), es muy activo y difícil de sistematizar porque son grupos pequeños y porque el feminismo nunca ha sido un movimiento uniforme, como tampoco hay un único socialismo. Y redunda en la tesis de que la crisis económica ha hecho que el feminismo haya vuelto a pensar en lo colectivo, en la lucha contra las grandes estructuras de Estado. Con la ideología neoliberal, señala Bernárdez, se regresó a lo personal, se centró la reflexión en el propio cuerpo y en la sexualidad como construcción social,

Como se observa el feminismo es diverso porque su lucha puede encararse desde muchos ángulos, pero siempre debe de tenerse en cuenta que se trata de la vindicación de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la lucha contra la construcción social del patriarcado que mantiene una posición de dominio . No hay que olvidar tampoco, como señala Montserrat Boix, que no surge por generación espontánea sino que tiene detrás un potente marco teórico, un pensamiento riguroso. Y muchas causas pendientes para lograr la igualdad, con la lucha contra la violencia machista como gran objetivo común.

Se ha señalado que el activismo en internet está dando entrada a una nueva ola del feminismo pero, según Berbel, aún no hay suficientes elementos diferenciadores de fondo para hablar de un cambio de etapa.

Mujeres jóvenes, mayores, niñas, blancas, negras, hispanas… se manifestaron el pasado sábado en todo el mundo con sus pussyhats rosas como bandera, un feminismo internacional y transversal harto del eterno manoseo de los derechos de las mujeres.

DEBATES La prostitución
Legalizar la violencia frente a dar derechos

El debate sobre la prostitución es una de las cuestiones en las que el feminismo no tiene una posición común. Si bien se parte evidentemente del punto común de la necesidad de evitar cualquier explotación sexual de las mujeres, desde algunos se está en contra de cualquier tipo de regulación al entender que sería dar carta de naturaleza a lo que se considera una violencia del patriarcado contra las mujeres, a la posibilidad de dar dinero a cambio de acceder a ratos o a trozos del cuerpo de una mujer. Reglamentarla, se señala, es integrarla a la economía de mercado aceptando que es una alternativa laboral para las mujeres . Asimismo, se considera que si hay trata de mujeres es porque hay prostitución, igual que hubo trata de esclavos porque había esclavitud. Estos colectivos están a favor de multar a los hombres que van de putas. Otros colectivos, en cambio, están a favor de reconocer los derechos sociales y laborales de las mujeres que ejercen la prostitución y asegurarse de que lo hacen voluntariamente (apelando así a la libertad de elección sobre el propio cuerpo). En esta línea está el Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau, y ha tenido las críticas de varios consistorios del área metropolitana.

DEBATES Maternidad subrogada
Mercantilización del cuerpo o libertad

Con el lema “No somos vasijas”, colectivos feministas lanzaron hace dos años en España una campaña en la que mostraban su preocupación ante la posibilidad de que se decidiese regular sobre la maternidad subrogada. Estas tesis, que tienen una línea de reflexión similar a los argumentos en contra de la legalización de la prostitución, sostienen que se inscribe en un tipo de práctica que implica el control sexual de las mujeres, se indica que el “altruismo” al que aluden algunas mujeres gestantes no evita la mercantilización, el tráfico y las granjas de mujeres comprando embarazos a la carta. Asimismo, y entre otras cuestiones, se considera que no se puede aceptar la lógica neoliberal de introducir en el mercado los “vientres de alquiler” -el alquiler “a trozos” del cuerpo de la mujer–ya que se utiliza de nuevo su desigualdad. Frente a estas tesis, se subraya en cambio la libertad de las mujeres para decidir qué hacen con su cuerpo, y se señala que al igual que venden su fuerza de trabajo también es lícito vender la capacidad reproductora. Asimismo, defienden que estas mujeres ayudan al deseo de ser padres de personas que no pueden por diversos motivos, como por ejemplo las parejas entre hombres homosexuales.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170129/413802393158/feminismos-para-todas.html

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El discurso del odio se normaliza a través de internet

España/ Julio de 2016/La Vanguardia

Por: Cristina Sen

El discurso del odio se extiende por toda la sociedad europea. Los mensajes contra las personas inmigrantes y refugiadas se están utilizando por determinados partidos políticos para acceder al poder. En este contexto, internet está permitiendo que el racismo y la xenofobia se difundan fácilmente y que se empiece a considerar “normal” que en las redes y en los comentarios anónimos en los medios de comunicación digital se insulte llegando en muchos casos al delito pero quedando impune. Así lo atestigua el estudio “Contextos, experiencias y respuestas al discurso del odio en internet” realizado por la Universidad de Barcelona en colaboración con diez entidades de investigación en el ámbito social de España, Italia, Francia, Rumanía y el Reino Unido.

El trabajo se centra en analizar el racismo y la xenofobia, y en los países estudiados el principal grupo que es objeto de este discurso del odio son los musulmanes. “Ha aumentado la islamofobia en este contexto de racismo creciente en Europa”, se indica. Un discurso que ha saltado, según explica la profesora Olga Jubany, de las plataformas radicalizadas de extrema derecha a otros lugares de internet sin esta carga xenófoba provocando “una normalización”. Se generan comentarios a las noticias, se salta después a Facebook, los “memes” racistas corren por whatsapp, sólo por citar algunos ejemplos de esta normalización o banalización de un discurso peligroso y delictivo.

Los investigadores presentaron 100 denuncias a Facebook por delitos de discurso del odio (…) Y sólo el 9% de los mensajes fueron retirados

Los investigadores alertan de la necesidad de reaccionar ante esta rápida extensión del racismo en internet porque para empezar los administradores de las redes sociales tienen “una actitud pasiva” a la hora de responder a las denuncias. Durante la elaboración del estudio, los investigadores presentaron 100 denuncias a Facebook por delitos de discurso del odio, denuncias que consideraban de gravedad. Y sólo el 9% de los mensajes fueron retirados.

Falta de reacción

El trabajo se basa en entrevistas en profundidad a 150 jóvenes usuarios de las redes sociales y a profesionales del ámbito de la justicia, las fuerzas de seguridad y la educación. No se trata de un informe cuantitativo sino que se quiere radiografiar un problema que crece para buscar soluciones. La realidad es que la mayoría de personas objeto de racismo en las redes no es consciente de que puede denunciar y en muchos casos no se sabe que el discurso del odio es un delito. No hay confianza en la policía y tampoco en el mecanismo para hacer detener o corregir el funcionamiento de lo que sucede en internet. En este sentido se aplaude que precisamente en España haya fiscalías especializadas en el odio y la discriminación en todas las provincias, que trabajan de la mano de la policía.

El hecho de que sean las minorías las que son atacadas con estos insultos también agrava la falta de reacción de toda la sociedad y la falta de denuncias hace pensar que hay pocos casos, cuando lo que existe es el silencio del no saber qué hacer. Y hay hechos que provocan que el discurso del odio se multiplique como sucede con los atentados de EI y, en un plano diferente, con el debate que ha acompañado el Brexit.

La islamofobia en el discurso político ha aumentado desde que se inició la crisis
INFORME “CONTEXTOS, EXPERIENCIAS Y RESPUESTAS AL DISCURSO DEL ODIO EN INTERNET”

En España, el aumento del racismo se vincula también al impacto de la crisis económica, al aumento de desempleo que afectó a muchos ciudadanos nativos y a personas inmigrantes. Se señala que las comunidades musulmanas y los gitanos son las que están sometidas a una mayor discriminación. Aunque en este país se condena el racismo directo, el informe subraya que se cuela en los discursos sobre la “inmigración ilegal” y se permite en muchas ocasiones en el ámbito privado. “La islamofobia en el discurso político ha aumentado desde que se inició la crisis –se señala–, y algunos informes indican que el aumento de esta islamofobia es mucho mayor en los nuevos medios y redes sociales que en los medios tradicionales”.

El informe ha estudiado los mensajes de cinco grupos: Plataforma per Catalunya, Democracia Nacional, España 2000, Alianza Nacional y Movimiento Social Republicano. Pero como se decía, el problema no está sólo en las plataformas radicales sino en su extensión a otros ámbitos, en su “normalización”. Los expertos consultados también han citado a VOX, algunas intervenciones de C’s, y algunos advierten sobre el nacionalismo del PP. Y se denuncia también los gritos racistas de grupos radicales en el Nou Camp y en el Santiago Bernabéu.

Fuentge: http://www.lavanguardia.com/vida/20160722/403399577291/estudio-racismo-espana-islamofobia.html

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