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Estrategias para la vida: comunidades Indígenas en la Amazonía boliviana luchan contra las sequías e inundaciones

Luis Fernando Pumuy abre la llave del grifo que está fuera de su casa y moja casi todo su cuerpo para refrescarse del tremendo calor que hace en la comunidad indígena de Asunción del Quiquibey, donde confluyen las etnias mosetén y tsiname. El agua sale con buena presión a pesar de que las lluvias en este lugar, hasta diciembre de 2023, fueron solo una alegría pasajera. El agua escaseaba en muchas comunidades indígenas y los pueblos amazónicos sufrían por las sequías. Cuando las lluvias volvían el sufrimiento se debía a las inundaciones. Los pueblos indígenas amazónicos se debaten entre esos dos extremos, en la sequía es difícil encontrar agua para sobrevivir y en la época de fuertes lluvias, las crecidas del río amenazan con destrozar sus humildes casas.

Cuando el agua escasea o está contaminada, o cuando las personas tienen un acceso desigual o nulo, pueden aumentar las tensiones entre comunidades y países. Por eso, el lema que las Naciones Unidas estableció para el Día Mundial del Agua 2024 es “Agua para la paz”.

“Cuando cooperamos en materia de agua, creamos un efecto en cascada positivo, promoviendo la armonía, generando prosperidad y fomentando la resiliencia frente a los desafíos comunes”, argumenta Naciones Unidas en un comunicado.

Eso lo entendió muy bien Asunción del Quiquibey, que durante mucho tiempo sufrió por la falta de adaptación al entorno acuático que la rodea. Tuvo que trasladarse en cuatro ocasiones por las constantes crecidas del río Quiquibey que han azotado al pueblo en los últimos diez años. Esas desgracias dejaron a la comunidad sin escuela, sin posta de salud y sin casas. Hoy se reinventan y esperan no tener que soportar un traslado más. El último que hicieron fue solo hace dos años.

Las 36 familias de esta comunidad se han movido, poco a poco, a la zona más alta de su territorio, llevando en sus hombros sus pocas pertenencias, pero también la esperanza. A pesar de las desgracias, los comuneros no están tristes. El agua no es potable, pero valoran el líquido que llega a los grifos de cada una de sus humildes casas a través de tuberías desde una fuente de agua, localizada a hora y media de camino de esta localidad amazónica, que forma parte del municipio de Rurrenabaque, en el departamento de Beni.

Varios pueblos indígenas de la Amazonía boliviana solo tienen conexión a través de los ríos. Foto: Iván Paredes.
Varios pueblos indígenas de la Amazonía boliviana solo tienen conexión a través de los ríos. Foto: Iván Paredes.

Entre agosto y septiembre la sequía llega a su peor momento: las aguas están bajas y la navegación se hace complicada. Para llegar al lugar se debe abordar una embarcación en el centro poblado de Rurrenabaque y navegar durante tres horas entre remolinos, fuertes corrientes, varias lomas de arena y un paisaje biodiverso.

Alejandro Caimani es el corregidor de la comunidad, su máxima autoridad indígena y habla de los embates del agua en la época de lluvias. Muestra su pequeña casa, dice que es nueva y que es la cuarta vez que traslada sus cosas porque Asunción del Quiquibey estaba ubicada en una zona que no era la adecuada. El líder relata que en dos ocasiones la crecida del río destruyó las canchas de la comunidad y las escuelas. Las desgracias también sucedieron porque, según él, la tierra no perdona y va cayéndose a las aguas tranquilas del río Quiquibey.

“El agua es muy importante para nosotros y tenemos la dicha de poder disfrutarla. La cuidamos porque es parte de nuestra familia. Con el agua cocinamos, nos bañamos, la hacemos hervir para tomarla. Imagínate la vida sin agua, eso no queremos nosotros. El agua es vida y acá hay mucha vida”, dice Caimani sentado en el tinglado donde hacen las reuniones en Asunción del Quiquibey.

Aunque el agua llega en exceso con las lluvias, el acceso al líquido es una de las principales vulnerabilidades que conlleva el cuarto traslado que están haciendo. Es paulatino, ya que algunas familias todavía viven en la zona expuesta a la crecida del Quiquibey. La antigua toma de agua corría riesgo por la erosión del suelo causada por el río. “Cada vez que el río inunda, nos afecta en la pérdida de nuestro territorio. Como comunidad estamos trabajando para mover la comunidad una vez más y ponernos a salvo”, relata Caimani.

En medio de este panorama, la comunidad indígena ha puesto manos a la obra: realizaron mejoras al sistema de agua que tienen, el cual incluye un tanque de 5000 litros de agua, reconstruyeron la toma de agua con una tapa que evita el ingreso de tierra y lodos, mejoraron la red de aducción —con 934 metros lineales de tubería— hasta la nueva comunidad y reforzaron el paso de quebrada de 85 metros con un cable de acero.

Las primeras casas de la comunidad de Asunción del Quiquibey que todavía están a orillas del río Quiquibey. El pueblo decidió trasladarse a un cerro más arriba. Foto: Practical Action.
Las primeras casas de la comunidad de Asunción del Quiquibey que todavía están a orillas del río Quiquibey. El pueblo decidió trasladarse a un cerro más arriba. Foto: Practical Action.
Los expertos de Practical Action y las autoridades del municipio de Rurrenabaque ayudaron en la instalación de tubos y conexiones para que el agua llegue a la comunidad de Asunción del Quiquibey. Foto: Iván Paredes.
Los expertos de Practical Action y las autoridades del municipio de Rurrenabaque ayudaron en la instalación de tubos y conexiones para que el agua llegue a la comunidad de Asunción del Quiquibey. Foto: Iván Paredes.

La secuelas de una inundación

En poco más de dos meses Bolivia pasó de una dura sequía que redujo la superficie de los lagos y el caudal de los ríos, provocando inéditas olas de calor e incendios forestales, a un exceso de lluvias que, en febrero de 2024, superaron los registros normales de varias décadas. Las cifras oficiales dan cuenta de más de 40 fallecidos entre noviembre de 2023 y febrero de 2024, decenas de evacuados, pueblos inundados y cuantiosos daños a la infraestructura.

Ana Mendoza, del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) de Bolivia, atribuye al cambio climático estos factores. La especialista explica que el fenómeno de El Niño normalmente trae sequía al occidente boliviano y parecía que se prolongaba, pero sucedió lo contrario. Es por eso que las lluvias, que generalmente llegan de la Amazonía brasileña, esta vez también llegaron de la Amazonía peruana y ecuatoriana, lo que no es habitual.

La historia de la comunidad Puerto Yumani, de la etnia tacana y que también pertenece al municipio de Rurrenabaque, es similar a la de Asunción del Quiquibey. Esta localidad, después de las inundaciones de 2015, decidió fortalecerse ante los eventos adversos del clima. Cada año sufren por las inundaciones y aunque hasta el momento no han tenido pérdidas humanas, han perdido sus sembradíos y animales. Por eso, en junio de 2023 construyeron un albergue en la altura. Esta localidad está a 274 metros sobre el nivel del mar y la infraestructura construida está cinco metros arriba del suelo.

Practical Action, una organización sin fines de lucro que tejió alianzas con comunidades indígenas de la Amazonía boliviana y la Alcaldía de Rurrenabaque, dieron los recursos para los materiales y la comunidad puso la mano de obra.

La construcción es conocida como el “Arca de Puerto Yumani” y su objetivo es poner a salvo a las 24 familias de la comunidad en caso de una nueva inundación, como la que los golpeó a inicios de 2015. Ese desastre natural los encontró muy vulnerables y les dejó hambre y enfermedades.

Para llegar a la comunidad de Asunción del Quiquibey hay que navegar por el río Beni. Los indígenas son expertos para dirigir sus botes. Foto: Iván Paredes.
Para llegar a la comunidad de Asunción del Quiquibey hay que navegar por el río Beni. Los indígenas son expertos para dirigir sus botes. Foto: Iván Paredes.

Óscar Cabrera, exviceministro de Defensa Civil de Bolivia en 2015, recuerda que en esa época las inundaciones dejaron más de 1 000 familias damnificadas, sobre todo en el área rural de la Amazonía boliviana.

En Puerto Yumani, el agua llega a cada casa, todas construidas con madera del lugar. Oscar Libay Chamairo, perteneciente a la etnia tacana, es el presidente del Comité de Agua de Puerto Yumani y explica cómo todos los habitantes lograron tener acceso al agua.

“Antes nos quitábamos el agua entre las familias. El agua que teníamos era del municipio, nos llegaba en cisternas. Nos la cortaron desde hace dos años y ahora estamos empezando a utilizar el agua que viene de bombeo. Se hizo un pozo para poder sacar agua, aunque no es potable, es agua que nos ayuda mucho para lavar ropa, cocinar o también para asearnos”, relata Libay.

El “Arca del Puerto de Yumani” se convirtió en centro de reunión de la comunidad. Es como un refugio ante cualquier emergencia. Ruti Chao, una anciana del poblado, no se distrae. Anota todo lo que puede. En frente están los expertos que les asesoran en caso de que sufran un nuevo desastre. Ruti está sentada y a su lado está su nieta, quien juega con piedras y tierra. La niña no desconcentra a la anciana. “No queremos sufrir como hace años (en 2014), cuando la inundación nos dejó sin casas, sin nuestras cositas, nos dejó sin nada. Fue un año muy difícil”, dice.

A finales de 2014 e inicios de 2015, Bolivia enfrentó una de las peores inundaciones de su historia reciente, la cual afectó, sobre todo, a las comunidades amazónicas. Muchas localidades quedaron bajo el agua debido a las crecidas de los ríos y los pobladores no tuvieron tiempo para reaccionar. Ahora, Practical Action y otras organizaciones aliadas instalaron alertas en varios de los ríos que llegan a estas comunidades, como Asunción del Quiquibey, Puerto Yumani y Altamarani. Son aparatos tecnológicos que avisan sobre las crecidas de los afluentes.

En la comunidad Puerto Yumani construyeron edificaciones altas para colocar tanques de agua que almacenen el líquido vital. Foto: Iván Paredes.
En la comunidad Puerto Yumani construyeron edificaciones altas para colocar tanques de agua que almacenen el líquido vital. Foto: Iván Paredes.

León Lizón Romano, jefe de Proyectos de Practical Action, le explica a Mongabay Latam que se instalaron pluviómetros en varios puntos de los ríos cercanos a las comunidades, para medir la cantidad de lluvia que cae y así poder advertir si los ríos enfrentarán crecidas o no. El experto detalla que esta es una medida de alerta temprana y que este trabajo también va de la mano con capacitaciones con las comunidades indígenas y varias obras, como el Arca del Puerto Yumani.

“Todo esto es un reto, es difícil, pero no imposible. Hay varios desafíos y los proyectos requieren varios ajustes. Nosotros estamos felices de lograr sinergia entre autoridades, comunidades y nosotros, y eso es un logro, ya que mientras más unión haya, los resultados serán más grandes”, explica Lizón.

Muchos de los comuneros esperaban lo peor para inicios de este 2024, ya que calculan que las inundaciones fuertes vienen cada diez años. Tanto en Asunción del Quiquibey, Altamarani y Puerto Yumani tienen la misma percepción. No quieren predecir el mal, pero siguen los conocimientos de sus ancestros. “Lo más seguro era que a principios de 2024 hubiera muchos problemas por nuevas inundaciones. Nosotros conocemos nuestros territorios, y parece que es el tiempo. Pero ahora estamos más preparados para enfrentar las desgracias que son parte del comportamiento de nuestra Madre Tierra”, dice Libay.

Jesús Rivera, director de la unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Rurrenabaque, también tiene temor por las inundaciones por alertas de organismos especializados porque recuerda la de 2014, cuando en su municipio murieron 11 personas y se desplomaron cerros que están muy cerca de la localidad amazónica.

“Se perdió el sistema de agua potable, que viene de la serranía, por 28 días. La gente tomaba agua de la lluvia, de algunos arroyos y muchas personas se refugiaron en las unidades educativas. Entonces, en esta unidad educativa (Germán Busch) la hemos elegido para que sirva como refugio para que las personas que lleguen puedan utilizar el sistema de cosecha de agua, y por medio del tinglado podamos reutilizar el agua”, destaca Rivera.

La cancha de fútbol y varias casas de la comunidad Asunción del Quiquibey ya se encuentran en terrenos altos debido a las crecidas del río Quiquibey. Foto: Practical Action.
La cancha de fútbol y varias casas de la comunidad Asunción del Quiquibey ya se encuentran en terrenos altos debido a las crecidas del río Quiquibey. Foto: Practical Action.

El Fenómeno de El Niño causó inundaciones en Bolivia pero los indígenas amazónicos de estas comunidades se sienten satisfechos con los resultados de las acciones implementadas, ya que la época de lluvias intensas pasó sin causarles estragos. Esperan seguir teniendo el mismo éxito en el futuro.

El agua llegó a Altamarani

Altamarani también es una comunidad indígena de la Amazonía boliviana. Pertenece a la etnia tacana y al municipio de San Buenaventura del departamento de La Paz. En esta localidad, el agua también es un recurso preciado y cuidado. Norberto Buchapi es el presidente del Comité de Agua de la comunidad y recuerda que en su niñez y adolescencia no tenían acceso al líquido porque no había arroyos cerca. Sólo consumían agua del río Beni.

Hasta el 2005 utilizaron el agua del Beni para todas sus necesidades, a pesar de que estaban contaminadas. Sin embargo, un año después todo cambió: se instaló un tanque de agua elevado y se perforó un pozo de 26 metros de profundidad.

“Al principio el proyecto no funcionó. A los ocho metros de perforación se encontraron con terreno arcilloso. Tuvimos que parar. Pero luego se realizó una nueva perforación y tuvimos que profundizar para sacar buena agua, que no es potable, pero nos ayuda mucho”, relata Buchapi.

En Altamarani también se instalaron dosificadores de cloro para el mejoramiento de la calidad del agua. Además, se hizo seguimiento al trabajo del Comité de Agua, el cual está establecido dentro de la organización comunal y se encarga de la operación, mantenimiento, administración del sistema de agua y el consumo de cada usuario.

Roxana Áñez aprovecha el agua que llega a la comunidad Altamarani para realizar trabajos de producción. Ella produce harina de banano. Foto: Iván Paredes.
Roxana Áñez aprovecha el agua que llega a la comunidad Altamarani para realizar trabajos de producción. Ella produce harina de banano. Foto: Iván Paredes.

En esta comunidad también se instaló un sistema fotovoltaico para el bombeo del líquido y un biodigestor para el tratamiento de aguas negras de los baños de la escuela del pueblo. Practical Action, junto a otras organizaciones, desarrollaron estos proyectos.

“Después de realizar un análisis del agua en esta comunidad, descubrimos que las fuentes de agua contienen niveles altos de hierro y manganeso de origen natural. Esto era problemático para el consumo. Además, dañan los sistemas de distribución, como tuberías y grifos, a mediano y largo plazo”, remarca León Lizón Romano, jefe de Proyectos de Practical Action.

En Altamarani viven 25 familias, la mayoría se dedica a la agricultura y también tienen emprendimientos propios, como la producción de chocolate y harina de plátano. Roxana Áñez abre la llave del grifo que está fuera del centro de producción de harina. Lava su materia prima y también sus manos. Está feliz, es como si estuviera conociendo el agua por primera vez.

“Acá el agua nos sirve para todo. A mí me ayuda mucho para avanzar con el emprendimiento que tenemos con las mujeres de la comunidad. La familia también utiliza mucho el agua. Nos sirve para cocinar, para la higiene, para lavar ropa, la hervimos y sirve para tomar o para hacer una chicha (refresco). Tenemos la dicha de que nos organizamos y ahora podemos tener agua, no como antes, que teníamos que caminar al río Beni para tener un agua sucia y contaminada”, explica Áñez.

Norberto Buchapi es el presidente del Comité de Agua de la comunidad Altamarani, en plena Amazonía boliviana. Foto: Iván Paredes.
Norberto Buchapi es el presidente del Comité de Agua de la comunidad Altamarani, en plena Amazonía boliviana. Foto: Iván Paredes.

En la comunidad, 10 000 litros de agua duran tres días. Buchapi es el encargado de abrir la llave maestra para que el tanque vuelva a llenarse. Ese proceso, que antes duraba tres horas, hoy puede durar hasta cinco horas, lo que demuestra que cada vez es más difícil obtener agua para llenar el tanque. Cada familia de la comunidad paga por el servicio de agua, no más de 21 bolivianos (tres dólares). El dinero recaudado es utilizado para el mantenimiento del tanque y otros servicios que son parte del funcionamiento del sistema hídrico, como el pago de la energía eléctrica para que la bomba funcione.

Resiliencia es la palabra que ahora más se comprende en estos pueblos amazónicos. Las comunidades están superando las circunstancias traumáticas que vivieron debido al cambio climático, principalmente por la sequía y las riadas, fenómenos antagónicos que los han afectado por igual. Crecidas de ríos, desplazamientos, derrumbes, migración e inundaciones, son algunos de los desastres que sufrieron y que, paradójicamente, conllevaron a la escasez de agua. Buchapi recuerda que hace una década la crecida del río Beni dañó los sembradíos que tenían y algunas casas se derrumbaron. Nunca más volvieron a tener ese tipo de sufrimiento.

En la época de sequía la situación empeoraba y esto provocó la migración de muchos de los habitantes de Altamarani. Las familias se dispersaron y muchas decidieron irse a zonas urbanas a buscar una vida mejor. Los comuneros que se quedaron, después de mucho tiempo de esfuerzo, ahora tienen acceso al agua y tienen algunos emprendimientos que administran.

Michelle Vásquez, especialista en medio ambiente del Área de Gestión de Riesgos del Servicio de Hidrología y Meteorología (Senamhi) de Bolivia, explica que la sequía en la Amazonía no era un evento muy recurrente y que las inundaciones sí eran más frecuentes, pero en los últimos años, aproximadamente desde el 2016, las afectaciones por la falta de agua son más fuertes y recurrentes.

El cañón de El Bala en pleno río Beni. En épocas de lluvias estas aguas crecen y es difícil la navegación. Foto: Iván Paredes.
El cañón de El Bala en pleno río Beni. En épocas de lluvias estas aguas crecen y es difícil la navegación. Foto: Iván Paredes.

“En los próximos meses no tenemos un escenario favorable, las proyecciones que se tienen es que habrá menos precipitaciones, por tanto, es muy probable que la sequía continúe”, dice la especialista.

En las tres comunidades pasaron los meses más intensos del fenómeno de El Niño sin sobresaltos, a pesar de que Bolivia atraviesa un duro golpe por las intensas lluvias, lo que provocó desbordes de ríos e inundaciones. Desde Puerto Yumani, Altamarani y Asunción del Quiquibey no se escucharon desgracias, al contrario, midieron la resiliencia y también esperan enfrentar la crisis de la sequía con éxito, y más que con éxito, con agua propia.

*Imagen principal: Un niño de la comunidad Puerto Yumani bebe el agua que sale de un grifo. El recurso llega a los hogares gracias al trabajo de los comuneros. Foto: Iván Paredes.

Fuente de la información e imagen: https://desinformemonos.org

Fotografía: desinformemonos

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México: Asesinan a Palemón Vázquez, maestro de la CNTE y defensor de la educación indígena en Oaxaca

Ciudad de México | Desinformémonos. Palemón Vázquez Cajero, defensor y maestro mixteco de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), fue asesinado este lunes cuando una persona en motocicleta le disparó en su camino a su casa en la comunidad Santa Elena Comaltepec, en el municipio Jamiltepec, informó el Consejo Indígena Popular de Oaxaca Ricardo Flores Magón.

Vázquez Cajero era promotor de la educación indígena en Oaxaca y defensor de la lengua y la cultura mixteca, precisó el Consejo.

Por su parte, la CNTE exigió el “castigo al responsable del asesinato del profesor”, quien perteneció al Nivel de Educación de los Pueblos Originarios y fue un “miembro combativo” de la delegación sindical D-I-285, del Sector 02 de Pinotepa Nacional, en la región Costa.

“Desde la Ciudad de la Resistencia, Oaxaca, y con el puño izquierdo en alto, la Sección XXII expresa a la familia sus condolencias y solidaridad en la exigencia de justicia”, destacó la CNTE en un comunicado.

Vázquez Cajero también era secretario del comisario ejidal de la zona. De acuerdo con el Consejo Indígena Popular, fue asesinado “cuando regresaba a su casa después de haber atendido su cargo comunitario”.

“Nuestros corazones están llenos de rabia y dolor porque nos han arrebatado a nuestro hermano indígena mixteco Palemón Vásquez Cajero”, puntualizó el Consejo.

Fuente de la información:  https://desinformemonos.org

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Autoridades de Guerrero orquestaron “toda una patraña” para criminalizar a normalistas: Vidulfo Rosales

Ciudad de México | Desinformémonos. Las autoridades de seguridad de Guerrero orquestaron “toda una patraña” para inculpar y criminalizar a los normalistas de Ayotzinapa que fueron atacados por la policía de Tixtla el pasado 7 de marzo, cuando los elementos abrieron fuego contra los jóvenes y asesinaron al estudiante Yanqui Kothan Gómez Peralta, aseguró el abogado Vidulfo Rosales.

“Es una patraña para criminalizar la lucha de Ayotzinapa”, dijo Rosales, quien representa legalmente a los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y que asumió la defensa de Oziel N, estudiante de la Normal que fue detenido la noche del ataque policial después del asesinato de su compañero Yanqui Kothan, por el cargo de robo de vehículo, “a pesar de que no venía manejando”, dijo el abogado al diario La Jornada.

“Hay varias irregularidades, entre ellas el hecho de que el gobierno asegura que los jóvenes venían armados y dispararon y que al repeler esa agresión fue que privaron de la vida a Yanqui Kothan”, explicó Rosales al desmentir que los disparos salieron de la camioneta donde se trasladaban los normalistas, para llegar a la Normal de Ayotzinapa a los preparativos del 98 aniversario de su fundación.

“El peritaje nos indica que la trayectoria que siguieron las balas fue de afuera hacia adentro, y que de adentro hacia afuera no hubo disparos. En conclusión, fueron los policías los que dispararon”, sentenció el abogado, y precisó que dentro de la camioneta no se encontraron casquillos percutidos, sino que “todos los que se hallaron son de las armas de los policías que dieron positivo”.

Lee “Estamos tristes y con coraje. Nos mataron a otro estudiante”: Cristina Bautista, tras asesinato de normalista de Ayotzinapa

Tras el asesinato de Gómez Peralta en el ataque, explicó Rosales, Oziel N fue detenido por los policías y permaneció 10 horas “retenido e incomunicado”, y fue puesto en libertad cuando “no se pudo acreditar la flagrancia en razón de que la policía estatal lo puso a disposición del Ministerio Público 10 horas tarde, o sea 10 horas después de su detención”.

De acuerdo con el abogado, fueron violados los derechos humanos de Oziel y no se puede descartar que el normalista fuera torturado y golpeado y que “muy probablemente se obtuvieron pruebas físicas en este momento”.

Añadió que otra “ficción de la policía estatal” es que el tercer normalista que viajaba en la camioneta, de sobrenombre El Arenita, llevaban un arma larga y disparó contra los oficiales, “pero esa arma no la consignó la policía estatal”. “Lo que no asientan es que el muchacho se anduvo escondiendo y más tarde fue detenido por la policía estatal, y qué casualidad que no le encontraron el arma. Se escondió en una barranca y fue cuando lo detuvieron los militares, que lo entregaron a la policía estatal; lo tuvieron detenido y torturando más de dos horas”, denunció Rosales.

Los tres jóvenes, Yanqui, Oziel y El Arenita, iban en la camioneta para recoger a tres compañeras en la terminal de autobuses de Chilpancingo y llevarlas al baile del aniversario, pero “al llegar al crucero (de la colonia Indeco) estacionan la camioneta y El Arenita se baja a comprar cigarros. Es cuando llegan tres policías en moto, uno se para delante de la camioneta y el otro atrás, sacan las armas y les dicen que se bajen, y empiezan a golpear la camioneta. Yanqui se espanta, arranca y da vuelta en U para regresarse a Tixtla, es cuando le disparan a las llantas y a los dos muchachos de manera directa, sólo que Oziel N se agachó y el otro huyó”, explicó el abogado.

La versión oficial difundida por la policía y los medios el día del ataque fue que la policía de Tixtla disparó contra los normalistas porque éstos no se detuvieron en el retén cuando se les ordenó, pero Rosales advirtió que “no funcionaba en ese momento el retén, sólo el filtro”.

El abogado aseguró que el proceso seguirá y que lo que ayudaría a esclarecer los hechos son los videos del C4, pero que la Secretaría de Seguridad “se negó a entregarlos”.

El ataque contra los normalistas en Guerrero sucedió en el marco del recrudecimiento de la criminalización de su lucha por las protestas de los familiares de los 43 que exigen al gobierno federal que cumpla con su compromiso de resolver el Caso Ayotzinapa.

Con información de La Jornada

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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Inteligencia Artificial y sociedad disciplinaria

Por: Pablo Dávalos

 

“El individuo es sin duda el átomo ficticio de una representación “ideológica” de la sociedad; pero es también una realidad fabricada por esa tecnología específica de poder que se llama la “disciplina”.

(Foucault, 1978, pág. 198)

Introducción

A fines del año 2022 la startup OpenAI abría el acceso al chatbot GPT, una inteligencia artificial generativa, que se constituyó en la primera en su género, en ser liberada. A partir de entonces, las startup de IA se multiplicaron y las aplicaciones basadas en IA también.

Esto alentó aún más al debate mundial sobre la Inteligencia Artificial que se había dividido, en lo fundamental, entre detractores y apologistas. Hay quienes ven en la IA promesas y desafíos que suponen incluso un nuevo paso en la evolución humana (lo denominan “singularidad”), mientras que otros, más pesimistas, ven en ella amenazas incluso a la supervivencia futura nuestra especie (por ejemplo, la propuesta distópica denominada el basiliscodeRokode algunos integrantes del grupo Less Wrong (Auerbach , 2014)).

Sin embargo y más allá de ese debate, el Chatbot GPT de OpenAI, finalmente, se consolidó y la empresa OpenAI, que tiene el soporte y apoyo de Microsoft, se convirtió en la intersección de todas las discusiones sobre IA, tanto a favor como en contra, lo que, a la larga, fortaleció su posición en el mercado. En efecto, el CEO de OpenAI, Sam Altman, llegó al extremo de suscribir un manifiesto global para pedir, a las industrias y centros de investigación que trabajan en IA, que se ralentice el desarrollo de la IA por las preocupaciones éticas que suscita, cuando su empresa avanzaba hacia versiones más potentes del Chatbot GPT.

Una vez abierto el mercado de la IA, OpenAI articuló un modelo de negocios para una versión más potente del chatbot GPT actualizada y en línea pero esta vez bajo pago, además de otros productos similares. En pocos meses obtuvo recursos considerables que amortizaron las inversiones realizadas. OpenAI y otras empresas de IA reconocen que la próxima frontera a alcanzar es aquello que ellos denominan la Inteligencia Artificial General (IAG). Un nivel que podría superar, según ellos, la inteligencia humana.

En el ámbito de sus incidencias sobre la economía global, el debate de la IA se inscribe, en lo general, sobre dos grandes tendencias: de una parte aquella que considera que la IA cambiará la forma de la producción, distribución y consumo que incidirá en las formas tradicionales del capitalismo, es decir, los mercados y las empresas; y, de otra, aquella que considera que la IA es una tecnología tan disruptiva que puede cambiar al capitalismo en su forma y fondo hacia un nuevo sistema del cual aún desconocemos incluso su nombre.

La primera tiene relación con el efecto desplazamiento en el mercado de trabajo de actividades cognitivas, en las actividades logísticas y en los análisis de mercados de consumo, entre otros, que ahora puede realizarlas la IA a un costo marginal de casi cero, mientras que las segundas intentan comprender de qué forma el capitalismo puede mutar hacia otro sistema económico bajo la presión de la IA.

Es muy temprano aún para hacer una evaluación sobre los impactos de la IA en el capitalismo como sistema económico, pero, no obstante, es necesaria una reflexión sobre los entramados históricos, culturales e institucionales que conforman al capitalismo y sobre los cuales actúa la IA en todas sus formas y en todas sus versiones.

Por lo pronto, la IA representa un conjunto de algoritmos que tienen capacidades heurísticas y probabilísticas. Esas capacidades le permiten, a estos algoritmos, ser autorrecursivos. Sus respuestas se actualizan y se perfeccionan gracias a estas capacidades y permiten superar, de largo además, el denominado Test de Turing, pero están lejos, aún muy lejos, de alcanzar parámetros mínimos que le permitan equipararse a la inteligencia humana.

De todas las industrias las que más han absorbido, desarrollado e incorporado la IA a sus modelos de negocios son aquellas relacionadas con la extracción del “excedente conductual”, de acuerdo al análisis de Zuboff (Zuboff, 2020), como, por ejemplo, Google (Alphabet), Meta, Amazon, o Tesla, entre otras.

Sin embargo, hay algo que quizá tenga que ser considerado al analizar la IA y tiene que ver con el régimen social de acumulación y regulación sobre el cual se inscribe y se despliega. Pero, previamente, hay que definir estos conceptos. Sobre todo aquel de régimen social de acumulación, porque es necesario una especie de “cable a tierra” de la IA y sus desafíos.

La necesidad de otorgar un contexto histórico y social para la IA

La producción capitalista no se realiza en el vacío, hay un contexto histórico y social que le otorga sus condiciones de posibilidad. Si esto es válido para el capitalismo entonces también es válido para la IA. Es decir, no puede desprenderse la IA de la forma social e histórica que le dio origen y de la cual es resultado. Las cuestiones son: ¿cómo analizar esa forma social e histórica en su relacionamiento con la IA? ¿Qué marco teórico puede inscribir un fenómeno tan complejo como la IA en un momento determinado del capitalismo para comprender sus incidencias?

Existen varios marcos teóricos que permiten elaborar hipótesis para responder a estas cuestiones. Uno de ellos es la teoría de la regulación que busca las conexiones de los intercambios y de la producción capitalista con sus condiciones históricas e institucionales concretas y que apela a una comprensión del capitalismo desde la heterogeneidad, la complejidad y la interrelación (Boyer & Saillard, 1995).

De su parte, la teoría económica moderna también ha generado varias explicaciones sobre el entramado social que rodea al capitalismo y que se conoce con el nombre de neoinstitucionalismo económico y que trata de comprender cómo influyen las reglas de juego en el intercambio económico (North, 2006) (Williamson, 2013).

Muchos de los conceptos más modernos de la economía actual le deben a esta escuela de pensamiento su formulación y fundamentación como aquellos de: asimetrías de información, fallas de mercado, costos de transacción, riesgo moral, selección adversa,racionalidad limitada,entre otros (Ayala Espino, 2000).

La referencia a estas escuelas de pensamiento tiene que ver con la necesidad de ubicar un contexto de tipo histórico y social a la IA y los instrumentos teóricos que permitan hacerlo. Ahora bien, si tomamos como contexto, por ejemplo, uno de los conceptos más importantes de la teoría de la regulación aquel de régimen de trabajo, como parte del régimen de producción, podemos relacionar la IA con el régimen de disciplina social asociado al régimen de trabajo y al régimen de acumulación.

El régimen de disciplina del trabajo es uno de los vectores más importantes del capitalismo porque de él depende toda la forma de producción, distribución y consumo. Se han identificado en el capitalismo moderno dos grandes regímenes de disciplina del trabajo: el fordismo de la producción de cadenas de montaje(una visión de la producción desde la oferta) y el toyotismo de la producción justo a tiempo (una visión de la producción desde la demanda)La disciplina del trabajo se refuerza, en ambos regímenes, con una tecnología de control y disciplina a la fuerza de trabajo denominada taylorismo.

Sin un régimen de disciplina para la fuerza de trabajo, es imposible la producción capitalista porque la disciplina implica la racionalización del tiempo de producción a la fuerza de trabajo humana. En el capitalismo el tiempo valoriza la producción de ahí la lucha incesante por reducir el tiempo de trabajo. La forma por la cual la fuerza de trabajo termina acoplándose al ritmo de la máquina supone un régimen de disciplina para esa fuerza de trabajo y, por extensión, a esa sociedad.

En el taylorismo,en referencia al ingeniero industrial Frederick W. Taylor que, cronómetro en mano, medía los tiempos de los trabajadores en las cadenas de montaje e, incluso, en sus necesidades fisiológicas, como el tiempo que se pierde en ir al baño, la disciplina a la fuerza de trabajo es de tal forma que, incluso en el siglo XXI, en varias industrias o comercios, los patronos obligan a sus empleados a usar pañales de adultos para evitar cualquier pérdida de tiempo en su jornada laboral. Así de puntual y excesivo es el régimen de disciplina del tiempo en el capitalismo.

La sociedad disciplinaria y la IA

Para que una persona dedique la mayor parte de su vida en una actividad que, en general, no le parece placentera o, en todo caso, no consta dentro de sus prioridades más existenciales, se necesita que esa persona no tenga otra opción que dedicar su tiempo y su vida a esa actividad aunque la considere odiosa o extremadamente aburrida, porque se establece desde una obligación ineludible y una necesidad impostergable. Así, las personas lo hacen porque implica la fuente de su sustento para sí mismos y su familia. Siempre es preferible esa actividad por odiosa que sea que estar sin trabajo y, por tanto, sin ingresos. Esas personas, quizá sin advertirlo, están prisioneras de condicionamientos sociales que han estructurado, definido y establecido su tiempo de vida dentro de coordenadas precisas de producción y empleo, y de las cuales no puede escapar.

El concepto que puede discernir de mejor manera esta situación es aquel de sociedad disciplinaria. Es un concepto que nace desde la reflexión del filósofo francés Michel Foucault (Foucault, 2013).En la sociedad disciplinaria los seres humanos están inscritos

dentro de una red invisible para ellos de restricciones, constricciones y obligaciones que los integran, de grado o por fuerza a un sistema determinado de relaciones de poder y los condicionan y refieren a esas relaciones de poder. A esa red que atraviesa las sociedades y define sus relaciones de poder, Foucault lo denomina régimen de gubernamentalidad.

Estos regímenes de gobierno se instilan incluso dentro de la subjetividad de las personas para inducirlas a tener comportamientos previamente establecidos. A esas conductas que relevan de una régimen de administración de la vida dentro de un campo de relaciones de poder, Foucault lo denominaba biopolítica y a su incorporación como parte de la vida cotidiana de las personas, lo llamaba tecnologías del yo. Se tratan de regímenes de gubernamentalidad dentro de esas relaciones de poder que necesitan tanto de un régimen de verdad cuanto de un régimen de vigilancia permanente. Para Foucalt no hay un régimen de disciplina sin su correlato de verdad y vigilancia.

La sociedad disciplinaria es la condición de posibilidad para el régimen disciplinario del trabajo. Ahora bien, entre las personas que están obligadas a trabajar sin que se sientan plenamente identificadas con lo que hacen pero que están forzadas a hacerlo y, de otra parte, las personas que, en cambio, ponen toda su vida sin mediación alguna en cualquiera de las redes sociales hay, aunque no sea evidente para ellas, un determinado régimen de gubernamentalidad, es decir, un sistema disciplinario que supone un régimen de verdad y un sistema de vigilancia.

En efecto, para que una persona cualquiera utilice las redes sociales y traslade hacia ellas prácticamente su vida y sin establecer resguardos y precauciones, es preciso que esa persona esté inscrita dentro de una estructura social que pueda estimularla a hacerlo. Quizá esa estructura no sea evidente, pero, en cambio, sí es real la presión que esa persona siente cuando ha colocado algo en las redes sociales y espera obtener un determinado número de likes o de visualizaciones o comentarios. De no obtener los resultados previstos o que satisfagan aunque sea de forma mínima sus expectativas, esa persona siente una presión que no puede definirla con exactitud pero que forma parte de su relación con esas redes sociales. Esa presión que sienten esas personas, en realidad, expresa la estructura disciplinaria de estas redes y plataformas sociales.

Esta estructura disciplinaria no puede existir sin algo que le otorgue condiciones de validez y, al mismo tiempo, condiciones de posibilidad. Aquello que le otorga sentido a esta estructura disciplinaria de las redes sociales es, justamente, la sociedad disciplinaria que emerge con y desde la sociedad de la información o la sociedad en red pero que es diferente, en cierta medida, con las sociedades disciplinarias del capitalismo industrial.

Esto lleva a preguntarnos: ¿Existe una sociedad disciplinaria en el contexto de la IA? Si es así, entonces, ¿cómo es la sociedad disciplinaria en la trama de la IA? ¿En qué se diferencia de la sociedad disciplinaria del capitalismo industrial? Para responder a esa cuestión necesitamos de conceptos más pertinentes, uno de ellos es aquel de la matrix. Pero antes necesitamos una reflexión previa sobre el concepto de información.

¿Qué es información en la textura de la IA?

Hay una importante literatura sobre la denominada sociedad de la información, y la forma por la cual las sociedades empiezan a conectarse en red y llevar hacia la red la definición de sus desafíos más importantes, sobre todo desde el aparecimiento del internet (Castells, 2000), (Van Dijck, 2016). Por lo pronto se puede dejar entre paréntesis el concepto de sociedad del conocimientopara resaltar el concepto de información.

Sin embargo, y en concordancia con el concepto de sociedad en red,aquello que, por el momento, conviene distinguir es la multiplicación de plataformas en internet a través de las denominadas redes sociales que permiten capturar información de las personas para someterlas a un proceso de tamiz, filtrado y sistematización, para extraer de ellas aquello que una determinada corporación o industria considera vital o relevante para su propio modelo de negocios. Es un fenómeno que aparece y se consolida en el siglo XXI.

Las empresas que procesan la información que las personas colocan en las plataformas y redes sociales, despojan a esa información de su contexto y de su entramado más vital del cual son origen y, una vez realizado este proceso, los transforman en datos.

Puede apreciarse, por tanto, que hay un matiz en aquello que la sociedad considera o cree que es información y lo que las industrias del big-data o el machine learning consideran información.

Para la sociedad y para casi todas las personas, información es un conjunto de referencias sobre las cuales pueden situar criterios de posicionamiento, respuesta, contexto y ubicación en el mundo. En ese sentido, la información está relacionada entre sí e imbricada a un vasto conjunto de universos simbólicos y marcos culturales de referencia que les otorgan validez y capacidad de interpretación. Es decir, forma parte de su ser-en-el-mundo.

La información con la que toman decisiones las personas y, por tanto, las sociedades, de una manera u otra, apela a un horizonte más complejo de referencia y que es, precisamente, esa sociedad en tanto totalidad social en donde “la existencia humana es una existencia de varios”, es una existencia en plural (Castoriadis, 2010, pág. 171). Es una totalidad porque se trata de información que tiene como telón de fondo la vida social y sus múltiples determinaciones e interconexiones.

Es una información que está imbricada con hechos que siempre tienen como referencia marcos culturales, simbólicos y civilizatorios que les otorgan complejidad, interrelación, conexión y causalidad. Es una vasta red de vínculos que las sociedades crean y recrean de forma permanente y cuyas ramificaciones van del pasado hacia el presente y se proyectan al futuro y, a partir de ahí, adquieren historicidad: “Lo histórico-social es lo colectivo anónimo, lo humano-impersonal que llena toda formación social dada, pero que también la engloba, que ciñe cada sociedad entre las demás y las inscribe a todas en una continuidad en la que de alguna manera están presentes los que ya no son, los que quedan fuera e incluso los que están por nacer” (Castoriadis, 2010, pág. 172).

En la vida humana, el hecho más banal puede devenir histórico. Quizá se trate, en efecto, solamente de un hecho fortuito y casual pero, en la trama de la vida social-histórica, hay veces que ese hecho casual adquiere significaciones importantes y decisorias que solo se aprecian en su justa medida con el paso del tiempo. Esos hechos suponen información y esa información es, precisamente, la que las personas trasladan hacia las redes y plataformas sociales.

Para las industrias que trabajan en el big data, en cambio, su primera tarea es separar esa información, ese hecho, que colocan las personas de la trana que le da referencia y contexto y, por tanto, de todos los entramados simbólicos, imaginarios y culturales que le dan sentido y coherencia, para, simplemente, convertirlos en insumos y registrarlos convenientemente dentro de su modelo de negocios; es decir, la información se transforma en dato y, en tanto datos, desaparecen los hechos y toda su historicidad, interrelación y complejidad. A la agregación de ese volumen colosal de datos y su tratamiento más primario lo denominan big-data.

La lógica totalitaria del dato transforma también a la compleja trama cultural, histórica y simbólica que aloja a la información que colocan las personas y que provienen de hechos sociales, para que puedan convertirse en datos sin relación alguna con esa trama que les dio origenHay un proceso de eliminación o depuración, por expresarlo de alguna manera, de impurezas culturales o simbólicas a la información que existe en las redes para que pueda ser tratada específicamente como dato puro. Es un proceso industrial necesario para que la información pierda su carácter de irreductibilidad y se transforme justo en dato.Al proceso en virtud del cual se elimina de la información toda referencia a lo humano-social, en tanto complejidad irreductible, se le denomina minería de datos.

Así, la minería de datos extrae de la información que las personas en sociedad ponen en las diferentes plataformas de redes sociales, aquellos datos que solo pueden servir para determinados modelos de negocios y se considera a la cultura y sus universos simbólicos o como lastre que debe ser purificado de la información, o como información que debe también sufrir un proceso de transformación en la industria del big data. En consecuencia, el concepto que la sociedad tiene sobre la información no es el mismo con el cual trabaja la industria del big data.

Esto nos lleva a otra consideración. En toda sociedad, la información es un hecho complejo porque implica relación, correlación, contradicción y totalidad. Porque todo ser humano es una totalidad que imbrica razón y afectividad en un solo proceso. Hay afectos y sentimientos, además de racionalidad e intención, en cada información que ponen las personas en las redes sociales y es información irreductible a una sola interpretación. Porque invariablemente hay, detrás de ellas, emociones. Porque, en toda información en tanto vivencia humana, hay un pathos. Hay en esa información colocada en redes sociales, en efecto, un ser humano que, en un bello verso de Mayakovsky, siempre se pregunta a sí mismo: “¿Qué hacer con el infierno que uno esconde en sí?” (Mayakovsky, 1982, pág. 39).

La información del big-data, en cambio, no tiene nada de eso. Todo el pathos que hay en cada ser humano y que transmite a su información como si fuese un código que solo puede interpretarse de forma hermenéutica, en la industria del big-data desaparece, por eso, justamente, es una industria sin pathos,vale decir, apática (Han, 2021, pág. 56).

Cada ser humano es insondable. Es un universo en sí mismo. Es una contradicción permanente que suscita aporías hasta para él mismo. Si algo caracteriza la condición humana es su carácter de irreductibilidad, por ello, la misma información puede tener matices contradictorios para diferentes personas o para la misma persona en diferentes momentos.

Cuando los seres humanos tienen a su disposición la tecnología de las redes sociales y transfieren a esas tecnologías aspectos de la comunicación humana, integran, inscriben y asimilan a su red cultural de significación e interpretación esas tecnologías, y justo por ello trasladan parte de sus vidas hacia esas redes sociales que, en cambio, para esta industria del big data, se transforma en mecanismos que atrapan, como si fuese una red real, no virtual, esa praxis humana-social.

Puede advertirse que la complejidad del hecho humano o, si se quiere, la irreductibilidad de la condición humana se puede convertir en un obstáculo para la industria de los datos. Si la información, en el sentido antes indicado, siempre es irreductible, esto hace imposible cualquier posibilidad de industrializarla.

Para la industria del bigdata,sin embargo, toda información tiene la misma contextura, significado y estructura. No hay diferencias entre ellas. Por ello, toda esa ingente cantidad de información debe ser homogenizada y tratada siempre bajo los mismos parámetros. Es decir, si la misma información puede ser interpretada de maneras diferentes por diferentes personas o en diferentes momentos, la industria que convierte la información en dato, debe eliminar esa posibilidad, caso contrario sería imposible su industrialización.

La industria del big data crea algoritmos que procesan datos en función de instrucciones precisas. Nace, así, el machine learning, es decir, la industrialización de los datos de forma sistemática y en función de modelo de negocios estructurados aprenden a depurar esa enorme cantidad de información. Estos algoritmos del machine learning son el antecedente más inmediato o, si se quiere, la referencia más puntual, de la IA.

Esta reflexión ayuda a prevenirnos sobre la IA, al menos en sus características más inmediatas. Es una tecnología que trabaja con datos. Su capacidad de elaborar respuestas heurísticas con métodos probabilísticos está hecha para hacerlo a partir de los datos. Su nacimiento, por el momento, está vinculada a la industria del big data. Si la IA trabaja con datos es imposible que pueda comprender la complejidad de la información y, menos aún, la historicidad del hecho;es decir, la IA no tiene y, al parecer, nunca tendrá, posibilidades hermenéuticas y, por ello, nunca alcanzará la inteligencia humana, a condición, por supuesto, que tengamos un concepto complejo de la inteligencia humana.

La industria que transforma la información en datos procede como cualquier otra industria: busca bajar los costos marginales para incrementar las tasas de rentabilidad. Una forma de hacerlo es a través del control del mercado y del consumidor.

Es una industria que necesita que el consumidor coloque información que pueda convertirse en datos a un costo marginal cero. Esta asimetría es el quid de su modelo de negocios. Necesitan que las personas coloquen de manera gratuita su información para luego procesarla y venderla. Así, la materia prima con la que trabaja esta industria, prácticamente es gratuita.

Pero solo puede crear esas condiciones de posibilidad desde una transformación a su conveniencia de la estructura disciplinaria de la sociedad. Es decir, la industria del big- data apela y se aferra a la sociedad disciplinaria para crear su propia estructura disciplinaria porque solo de esta manera puede sostener esa asimetría entre un costo marginal cero para la información que recibe y una facturación importante para la información que procesa y vende. Es una apuesta a aquella metáfora de la matrixcomo expresión práctica y concreta de la sociedad disciplinaria de la IA.

Trabajo y régimen disciplinario: La Matrix

¿Qué es la matrix? Evidentemente es una metáfora que permite condensar y sintetizar la complejidad del capitalismo de la información y la sociedad disciplinaria de la IA. Esto pone, frente a frente, dos determinaciones que, en conjunto, generan un significado necesario para comprender la IA.

En primer lugar está la referencia al capitalismo como el sistema económico que se sustenta en la tasa de ganancia que puede ser extraída desde cualquier circunstancia que permita hacerlo y que necesita condiciones concretas para su producción y reproducción. Estas condiciones generan un proceso de acumulación que no tiene límite alguno.

En consecuencia, si aquello que define al capitalismo es la búsqueda de una tasa de ganancia para cualquier circunstancia o situación que permita hacerlo, entonces toda actividad dentro del capitalismo es instrumental y estratégica, y la tasa de ganancia adquiere la forma de una finalidad. Los griegos clásicos a la finalidad de algo la denominaban télos. La ganancia, en el capitalismo, se convierte en un télos.

La información, como se ha indicado, es el resultado de la industria del big data, pero que se integra a un modelo de negocios en donde la información primigenia tiene un coste marginal cero. Por lo tanto, el capitalismo de la información, es el momento del capitalismo en el cual los datos se convierten en circunstancias, históricamente determinadas, desde los cuales se puede extraer ganancia a partir de esa asimetría entre usuarios que no cobran nada para colocar todo tipo de información e industrias que utilizan esa información gratuita como insumo de su modelo de negocios. Para extraer ganancia de la información, previamente, debe conformarse un modelo de negocios. El desafío, por tanto, es: ¿cómo extraer ganancia de la información? Y ¿cómo crear un modelo de negocios que le sea correlativo? ¿Cómo evitar pagar por esa información que se obtiene de forma masiva desde las personas?

Como se había visto, las sociedades integran a su trama cultural las tecnologías de la información y las ponen en perspectiva de sus propias posibilidades de comunicación con el mundo porque necesitan intensificar y ampliar su esfera de relación con los demás y lo hacen porque forma parte de su trama cultural e histórica. Ese proceso de antropología cultural y semiótica, se transforma, en la industria del big data, en la oportunidad de obtener información a un coste marginal nulo (es decir, gratuita), que puede generar rentabilidad si se la utiliza de manera estratégica.

Y es eso justamente lo que emerge en el capitalismo. La industria del big data es un nicho de mercado o, en términos de economía política, es un polo de acumulación de capital, que se apalanca en una asimetría antropológica y ontológica para generar rentabilidad: aquella de la necesidad de crear lazos de comunicación con los demás y, a través de ellos, referentes de ser-en-el-mundo, con aquella instrumental y estratégica que convierte a esa praxis de la comunicación humana y social en un modelo de negocios. Pero solo puede suturar esas dos dinámicas a través de su correspondiente régimen disciplinario. Es este régimen disciplinario el fulcrum de su modelo de negocios.

En efecto, para articular un modelo de negocios con la información y los hechos sociales es necesario que la sociedad se articule en red y que, en esa red, las plataformas y redes sociales se establezcan como mecanismos de captura de la comunicación humana para integrarlas a un esquema de negocios en el cual la comunicación emitida por las personas se individualice y se integre dentro de una estructura panóptica de control que solo puede ser consistente y solo puede desplegarse desde un determinado régimen de disciplina y control social. Sin ese régimen de disciplina sería imposible la industria del big-data.

Si en el capitalismo industrial la forma del régimen disciplinario, sea en el fordismo o en toyotismo, era la empresa y la figura prometeica de la ideología del capitalismo industrial era el empresario, de tal manera que la empresa y el empresario se convertían en los héroes de la acumulación del capital, en la estructura disciplinaria de la sociedad de la información, aparece un nuevo tipo de empresa y de empresario. Son las start up y sus correlativos CEOs.

A diferencia de las empresas del capitalismo industrial las start up son más flexibles, más lúdicas, más, por decirlo de alguna forma, leves. Sus espacios son más transparentes. Sus horarios de trabajo son más flexibles. Sus entornos laborales son más amigables. Por ello los entornos fabriles de la IA son diferentes a cualquier otra empresa, parecen más íntimos, más lúdicos, más conviviales, más tecnológicos, pero en realidad obedecen a un criterio de disciplina, orden, control y sometimiento. Son espacios que formalmente no se parecen a las industrias, porque aquello que se disciplina en esos espacios es la imaginación, es la creatividad, es la innovación.

Así, se convierten en fábricas que extraen aquello que, antes del siglo XXI, solo era una abstracción: extraen intelecto general y eso tiene que ver con la estructura de esas nuevas industrias y marca una diferencia de fondo con el entramado industrial del capitalismo del siglo XX. Las industrias de la IA extraen conocimiento, extraen inteligencia, extraen creatividad, imaginación. Son industrias en donde sus trabajadores requieren un máximo de atención a lo que hacen porque un mínimo cambio en una línea de código tiene consecuencias importantes. Son el núcleo de la Matrix. Ahí radica el centro desde el cual se va a irradiar la nueva sociedad disciplinaria de la IA y del capitalismo de la información.

A esta forma social que trata de incluir a todos los seres humanos dentro de una sola red que extrae información, modifica patrones de conducta, coloniza la subjetividad, controla y vigila, construye sentidos, crea un régimen de verdad y en la cual emerge y se constituye el fenómeno de la IA, para el presente ensayo se denomina matrix en referencia a la saga fílmica de las hermanas Wachovsky.

La matrixes disciplinaria por definición. Es el mundo en el cual los seres humanos creen vivir en libertad y no son conscientes que las coordenadas ontológicas que ellos visualizan sobre esa realidad son pura apariencia, puro simulacro. La trilogía de Matrix de las hermanas Wachovsky empieza, simbólicamente, con una toma en primer plano a un libro del filósofo francés Jean Baudrillard: Simulacro y Simulación. Porque esas son, justamente, las coordenadas del régimen disciplinario que emerge en el siglo XXI: la realidad como simulacro y el simulacro como estructura disciplinaria.

Los simulacros de la Matrix

El primer simulacro de la Matrix es el desvanecimiento de la sociedad disciplinaria en contextos de IA y redes sociales. Las personas, cuando entran a las redes sociales y a la sociedad de la información, no advierten que entran dentro de una estructura disciplinaria que los integrará a una red de vigilancia, control y conducción. Cada acto dentro de ese laberinto fortalece a esta estructura disciplinaria y convoca a un mayor control panóptico. La Matrix tiene un conocimiento exhaustivo de aquellos que entran en su red. Es por eso que los usuarios de las redes sociales sienten presión dentro de ellas e intentan salir de ese laberinto hundiéndose más en él. Curiosamente, existe una sensación de libertad absoluta dentro de la Matrix,por eso conviene preguntarse: ¿qué es la libertad en la Matrix?

Un segundo simulacro de la Matrix tiene que ver con la libertad de elección personal. Las personas piensan y creen que son libres para elegir pero en el mundo de la información convertida en dato, en donde opera el télos de la rentabilidad corporativa, esa libertad de elección es pura ilusión. En realidad, sus decisiones ya han sido definidas previamente. Desde sus opiniones políticas hasta sus opciones de consumo (lo que la teoría económica denomina preferencias reveladas), todas ellas han sido anticipadamente diseñadas, establecidas, articuladas y conformadas de manera independiente de su voluntad.

Hay un régimen de verdad al respecto que se denomina: teorías del comportamiento, y modelos de intervención sustentados analíticamente en la neuroeconomía. Cada like, cada comentario, cada post, cada réel, cada intervención humana en la Matrix es cuidadosamente procesada para construir un régimen de intervención sobre la conducta de las personas. De esta manera, las personas creen tener opiniones sobre el mundo y la vida, pero no advierten el sesgo de sus propios criterios. Hay una especie de poder pastoral en las redes que hace imposible escapar de ellas. En la Matrix no hay posibilidad alguna de ser libre. Como Virgilio que encontró una inscripción en la puerta del infierno, así, en la Matrix hay otra inscripción parecida: cuando se entra en ella, hay que perder no solo la esperanza, sino la libertad. Si la libertad de elección es un simulacro, ¿qué es la sociedad en la Matrix?

Un tercer simulacro de la Matrix es aquel del vínculo social. A medida que las personas se integran a las redes sociales menos vínculos sociales pueden crear, sostener y fortalecer. Puede ser que las personas en sus redes sociales, aparentemente, tengan muchos vínculos pero, a la hora de la verdad, están casi solos. Los pocos vínculos sociales que existían fueron rotos, precisamente, por las redes sociales. En ese sentido, las redes sociales actúan como una especie de agujeros negros que utilizan el narcisismo ingenuo de las personas para generar la fuerza de gravedad suficiente para replegarlas sobre sí mismas y, de esta forma, evitar el vínculo social.

Las plataformas y redes sociales destruyen los vínculos sociales porque eso, precisamente, forma parte de su modelo de negocios y de su estructura disciplinaria. No podrían generar modelos de negocios en sociedades en los cuales los vínculos sociales están aún vigentes. Necesitan que, incluso cuando las personas están reunidas, ninguna de ellas pueda crear vínculos sociales. Pueden estar juntos, pero cada uno de ellos deberá estar inmerso en su propio mundo a través de la interfaz de las redes sociales y sus dispositivos.

Esto nos lleva a un cuarto simulacro de la Matrix,y se trata de la complejidad de lo real. La Matrix crea su propia estructura ontológica de lo Real y sumerge a las personas en ese mundo. Es una de las dimensiones más panópticas y más disciplinarias de la Matrix.Para el efecto ha creado su propio concepto, aquel de realidad inmersiva.La experiencia inmersiva hace que las personas trasladen hacia esa realidad virtual más consistencia ontológica que aquella de su propia realidad histórica. Las personas ya no viven en su realidad histórica y social sino que empiezan a vivir en un mundo paralelo de realidad inmersiva diseñado desde la Matrix.

La interfaz requiere ahora de una separación radical de las personas con su propia sociedad y su tiempo. Es tan radical esa separación que ahora las corporaciones del big- data y la IA han creado dispositivos que ciegan de manera literal a las personas de su realidad humano-social para sumergirlos en una realidad paralela y controlada desde esas industrias (las gafas Google, o Apple, por ejemplo).

La distopía total de la Matrix es que las personas tengan una doble vida: en la cual lo virtual es espejo de lo real pero, de a poco, como Alicia en el país de las maravillas, el usuario transita hacia el interior del espejo y lo confunde con lo real. La Matrix apuesta al esquizo. La Matrix empuja a que las personas asuman el trastorno de identidad asociativo como algo común y normal. Esta apuesta por el esquizo es fundamental para su modelo de negocios y su estructura disciplinaria, porque solo desde el esquizo se puede comprender que las personas confundan la estructura ontológica de lo real. Solo desde el esquizo se puede romper su autoestima y repararla en la Matrix. Alguna vez, los filósofos F. Guattari y G. Deleuze escribían que el capitalismo es esquizofrénico (Deleuze & Guattari, 2004)La Matrix, al provenir del capitalismo no hace sino revelar su origen.Lo que nos lleva a otro de los simulacros de la Matrix:¿qué es la realidad?

La Matrix opera desde el principio del exceso de realidad. Hay tal profusión de información en las redes y plataformas virtuales que todos los usuarios que entran a la Matrix sienten que hay demasiada información; hay “demasiada realidad” y este “exceso de realidad pone fin a la realidad”, es una especie de “asesinato de la realidad” (Baudrillard, 2002, pág. 57); sin embargo, es solo un simulacro. El quinto simulacro tiene que ver, precisamente, con el uso de la información para evitar que las personas puedan estar informadas y puedan comprometerse con el mundo. Por ello, hay tal profusión de información sobre el mundo que la contextura ontológica del mundo se hace difusa y las fronteras de lo real se hacen ambiguas.

En esa frontera está el fake como disimulación y ocultación, como manipulación y falsa verdad. El problema del fake es que empieza a desplazar a lo real y a asumir su rol como único régimen de verdad ¿Cómo distinguir a lo verdaderamente real en esa proliferación de datos e información? Gracias a la IA el fake empieza a obtener todas las características de verdad del mundo. Es necesario un ejercicio de suspicacia y una separación de la Matrix para poder discriminar la ontología de lo real. Pero son pocas las personas que pueden hacerlo. La mayoría sucumben y llega un momento de tal confusión que toman el fake como dato cierto y, sobre eso, construyen su doxa del mundo. Esto nos lleva al siguiente simulacro: ¿qué es el mundo?

Un sexto simulacro de la Matrix es la banalización del mundo. En la vida de las personas un evento banal no deja de ser precisamente eso: banal, trivial, intrascendente. Quizá provoque hilaridad o asombro en ese instante pero luego desaparece porque la estructura ontológica de lo real lo devora, y tiene que hacerlo para dar paso a aspectos considerados más importantes o trascendentes para las personas; después de todo, las personas tienen que resolver su vida diaria y confrontarla desde la pre-ocupación.

Sin embargo, en la Matrix la estructura ontológica de la realidad es incapaz de procesar lo banal e inscribirlo dentro de lo efímero del mundo. En la Matrix es la realidad misma la que adquiere el sustrato de lo banal. Así, una situación banal, en la Matrix, se convierte en viral. Algo que por sí mismo y en otras circunstancias no ameritaría sino una atención de pocos segundos, se convierte en un fenómeno de masas. Millones de personas se adhieren a él. Su heurística se convierte en patrón de comportamiento. Así, millones de personas compiten por ser más banales aún.

La Matrix es el reino de la banalidad. Todo lo que toca la Matrix deviene trivial, insignificante, independientemente de su importancia real. Esos hechos banales capturan la atención y el tiempo de las personas que suscriben de forma incondicional la forma espectáculo de lo real. Esa es la textura de la ontología de la Matrix: la trivialidad del mundo y su conversión en espectáculo permanente. Así, el mundo se fragmenta y es imposible comprenderlo en su unidad y, al mismo tiempo, adquiere una consistencia de banalidad.

El problema es que se sabe, desde Hannah Arendt, que la banalidad del mundo es también la banalidad del mal (Arendt, 2000). Es por eso que en esa espesura de banalidad, las tragedias humanas, el dolor humano, la guerra y sus víctimas, las agresiones y su dolor, también devienen banales y, en consecuencia, no suscitan solidaridad ni compromiso. No hay atención ni compasión ante los desgarres del mundo. Las aristas de la historia y su violencia se transforman en asuntos triviales. Un genocidio, como aquel que sufre el pueblo de Palestina, suscita menos preocupación en la Matrix que un gatito en una situación de apuro. La Matrix opera desde un principio del mal: aquel de la banalidad del mundo.

Finalmente, está el simulacro de las denominadas tecnologías de la información y comunicación (Tics). Se supone que las sociedades interiorizan las Tics para convertirlas en instrumentos que posibiliten la comunicación social. Pero en la Matrix se invierten los términos. Las Tics convierten a las sociedades en sus propios instrumentos. Las Tics dejan de ser objetos para devenir sujetos y, en ese proceso, transforman a las sociedades en objetos. No son las sociedades quienes manejan las Tics, en la Matrix es al revés. Las personas se convierten en apéndices de estas tecnologías en un proceso que replica, desde otras perspectivas, la crítica a la alienación del trabajo que hacía Marx, en los Manuscritos de 1848. Marx decía que el trabajador alienado realmente es libre fuera del trabajo, porque solo fuera de la fábrica siente que ha recuperado su propio tiempo y su propia esencia humana. Así, para recuperarse de la alienación de la información, las sociedades necesitan salir de la Matrix,pero eso, en el siglo XXI, aún es imposible.

Todos estos simulacros sobre la libertad, la sociedad, la realidad, el poder, la banalidad del mal, entre otros, son la expresión de la estructura disciplinaria de la sociedad de la información o de la sociedad en red; pero esta estructura disciplinaria sería imposible sin la IA.

La IA es algo más que una tecnología con capacidades autorrecursivas. Es el vector que atraviesa la Matrix y le otorga condiciones de posibilidad. Sin la IA la Matrix sería imposible. La IA, en efecto, es la tecnología que permite la construcción de la estructura disciplinaria de la Matrix.

Los simulacros de la Matrix generan contradicciones porque tienen que imponerse sobre la vida real y sobre las estructuras de dominación del capitalismo. De ahí, de esas contradicciones, nacen dos de las figuras más emblemáticas de la Matrix: el influencer y el hacker.

El momento de la norma y el pliegue infinito: el influencer

El influencer expresa el régimen disciplinario de las sociedades de la información en su forma más pura mientras que, en el otro extremo, está el hacker que expresa la ruptura y que abre una puerta de escape a ese régimen disciplinario. ¿Por qué el influencer representa la forma más pura del régimen disciplinario de la sociedad de la IA?

Porque su autoridad y dominio sobre sus seguidores depende de su grado de conexión y convergencia con la Matrix. El influencer no puede desconectarse de la Matrix literalmente en ningún momento. Todo lo que hace, todo lo que piensa, todo lo que siente, tiene que estar en función de la Matrix. Se transforman de objeto en interfaz y, de esta forma, lleva la cosificación a un siguiente nivel. De hecho, están más allá de la cosificación. Son una especie de cosificación elevada a la potencia.

El influencer ha suscrito un pacto mefistotélico con la Matrix en el que acepta entregar su vida a cambio de convertirse en interfaz continua de la Matrix. Por supuesto que la Matrix lo va a recompensar y lo va a convertir en referente si cumple con lo pactado. Así, los influencers se transforman en escaparates de la Matrix que invitan a todos a sumergirse en sus laberintos, a que suscriban su universo panóptico y de control y que acepten, sin mediación alguna, sus simulacros.

La Matrix no se hace problema si el influencer es, incluso, crítico a la Matrix eso, en realidad, refuerza su capacidad inmunitariaAquello que la Matrix quiere del influenceres su capacidad de adscribir dentro de la Matrix al mayor número de personas posibles y que, en tanto interfaz, puedan ayudar a construir su estructura disciplinaria. Actúan como los nuevos sacerdotes de una nueva religión. Como los portadores de la verdad del mundo nuevo. Como representantes de un universo del cual ellos poseen los códigos de acceso.

Para ser creíbles deben sacrificar su vida, su tiempo, su creatividad, sus sueños, incluso hasta sus horas de descanso, en función de la Matrix. Los influencers llegan a tal extremo de alienación que incluso sus necesidades fisiológicas más básicas son parte de la Matrix. No pueden ser por fuera de la Matrix. Su existencia vital y su consistencia ontológica han sido transferidas a la Matrix.

Sus seguidores se cuentan por millones. Sus horas en la red exceden a cualquier horario laboral. Como se trata de un mercado altamente competitivo, deben ser cada vez más audaces, más creativos, más innovadores. Todo el tiempo están en permanente desafío contra sí mismos.

Así, representan casi en grado puro la estructura disciplinaria de la Matrix. Para ellos, lo real ha perdido toda consistencia ontológica y se convierte en simulacro. Los influencers ya no son-en-el-mundo ni tampoco están-en-el-mundo, porque han decidido separarse del mundo para entrar de lleno en el simulacro de la Matrix. Son otro simulacro más de la Matrix.

Para ello, su nivel de cosificación debe ser total. Se transforman en el espejo en el cual se mirarán millones de personas que querrán ser como ellos. Ese espejo devuelve el reflejo mimético de la Matrix que lo devuelve como deseo mimético: todos quieren ser o quieren imitar al influencer. Todos empiezan a ver al mundo a través de los ojos del influencer.

El influencer conecta las tecnologías del yo con los modelos de neuro-comportamiento que diseña la Matrix y que permiten el control, la vigilancia, la manipulación y la generación de patrones de conducta. Es el interfaz clave de esa nueva estructura disciplinaria de la Matrix.

El influencer le evita a las personas el duro trabajo de interpretar el mundo para ser en el mundo. Desde la cocina, el turismo, las teorías de la conspiración, la música, las noticias de actualidad, los deportes, la computación, los juegos en línea, las criptomonedas, la IA, el diseño gráfico, la moda, los libros de literatura, el erotismo, el porno y el sexo, la salud, en fin, desde todas las esferas de la vida, es decir, desde la ontología de lo real, el influencer se convierte en mediación entre las personas y el mundo. En la interfaz que les permite a las personas comprender, interpretar y ser en el mundo desde el diseño previamente creado desde la Matrix y puesto a punto por la IA. Por ello, la Matrix puede orientar los comportamientos de millones de personas en función de la industria de la publicidad y el marketing

Así, expresan una patología social y ratifican el régimen disciplinario de las sociedades de la IA y de las redes sociales. Los influencers no pueden romper con la Matrix porque son la creación más aberrante de este nuevo régimen disciplinario. Son su patología más evidente. Son seres humanos que se han cosificado de tal manera que devienen en pura extensión de la Matrix.

El momento disruptivo de la IA: el hacker

Al otro lado del influencer está el hacker. ¿Qué es el hacker? Es la persona que conoce las fallas y debilidades de las líneas de los códigos de programación y las aprovecha en benenficio propio. Se instila por esas brechas. Abre puertas y candados prohibidos y tiene acceso a información que no debería ser pública. Ellos tienen su propio territorio. Está en los subterráneos de la red. La llaman, de hecho, la red obscura, la dark net.

Mientras el influencer busca ser más conocido, el hacker busca ser reconocido. Por eso no sabemos, por regla general, quiénes son. Los hacker han desarrollado sus propios símbolos y códigos. Provienen, muchos de ellos, de la misma industria de la información, aunque también de la academia o de institutos de investigación, aunque hay casos de programadores adolescentes que devinieron en hackers por pura aventura.

¿Qué los lleva a ser hackers? ¿Qué implicaciones tiene su posición dentro de la matrix? Una primera constatación de su rol es que apelan a la ruptura. El hacker es la ruptura del código. Es el desciframiento de ese código pero por fuera de la Matrix. Al situarse por fuera de la Matrix suponen una amenaza. El sistema los considera ya no disidentes sino delincuentes. Alterar el código de la Matrix es un delito.

El hacker es la demostración que la Matrix es vulnerable y eso aterra a la Matrix que se pretende omnipotente y omnisapiente. Puede encontrar los puntos de falla y aquellas líneas de programación en donde unos leves toques por ahí y otros por acá, cambian por completo el sentido del programa. Curiosamente, el hacker es un invento de la misma Matrix.Nacieron desde la programación de virusinformáticos que fueron creados por la propia industria de la programación y la informática para asegurar el modelo de negocios de los anti-virus.

De ahí al hacker solo había un paso. Toda la industria de la programación tiene abiertas puertas y ventanas en sus códigos para que puedan ingresar los virus informáticos y fortalecer un modelo de negocios al que ahora denominan criptoseguridad. Precisamente, por esas puertas y ventanas entraron los hackers. De ingenieros y técnicos expertos en ciberseguridad o criptoseguridad, devinieron, por conveniencia o por cualquier otro motivo, en hackers. Detectar esas puertas y ventanas requería un poco de habilidad, paciencia y conocimiento.

De la misma manera que se crearon los virus informáticos la Matrix ahora ha podido domesticar a los hackers. Los ha integrado a su industria de ciberseguridad. Cuando aparece un hacker con potencialidades importantes en la dark web(o dark net), inmediatamente la Matrix lo coopta y lo integra a su plantilla. Así, el hacker deviene en un hacker white hat(de sombrero blanco), gracias a esa lógica inmunitaria de la Matrix.

De amenaza, el hacker se transforma en guardián de último recurso de la Matrix. Claro que están los black-hat (sombreros negros), aquellos irreductibles a la seducción de la Matrix y que persisten, sea por sus propios intereses o por cualquier otra razón, en permanecer por fuera de la Matrix. Sin embargo, los black-hat cumplen, para la Matrix, un rol de heurística: indican aquellos puntos débiles que deben protegerse.

Como puede apreciarse, la Matrix es panóptica, casi invulnerable, cada vez más potente y su apalancamiento en la IA la hace más totalitaria. Quizá se trate de una visión pesimista pero que trata de describir de la manera más objetiva posible la forma por la cual la IA se convierte en una tecnología clave para una nueva estructura disciplinaria.

Conclusiones

La IA es una herramienta. No sabemos aún si provocará una “singularidad” o tal vez, como en los filmes distópicos, sea la responsable del “fin del mundo”, al menos del mundo tal como lo conocemos, pero sí sabemos que está plenamente integrada, de diferentes formas, al capitalismo. También es cierto que, para la inmensa mayoría de personas, la IA es aún asumida como “algo más” que solo una tecnología. El hecho que la IA trabaje con algo parecido al pensamiento humano hace que las fronteras de su comprensión sean más difusas y ambiguas con respecto a otros fenómenos sociales y que las personas lo vean con temor y recelo pero que, algunas de ellas, con entusiasmo.

Pocas personas apostaban a que la IA surja en el tercer decenio del siglo XXI. La mayoría la veían como una tecnología más del futuro que del presente. Pero ahora está ahí y hay que comprenderla. Apenas surge la IA en los chatbots de inteligencia artificial generativa, apela a los límites y a las posibilidades de la IA: ¿qué más podemos hacer con la IA? ¿hacia dónde nos conduce la IA? Y los temores: ¿me quitará el trabajo la IA?

¿Podré utilizarla para cumplir con mis tareas escolares y tener más tiempo? Si esto es así, ¿qué rol para la escuela y los educadores? Si pierdo mi trabajo por la IA ¿qué pasará conmigo, cómo y dónde podré volver a trabajar? Ello justifica a los nuevos ludditas. Personas que creen que la IA destruirá sus fuentes de trabajo y que, por tanto, la IA debe ser destruida, ralentizada, controlada o lo que se quiera que se haga pero con tal de detenerla.

Pero una vez que hemos enunciado esas aprehensiones regresamos a ver al mundo y podemos constatarlo en sus límites más estrechos: la precarización, la concentración del ingreso, la xenofobia, la guerra, las víctimas del fentanilo, la pobreza, la obscena riqueza de los más ricos, la violencia en todas sus formas. Esto obliga a cambiar de perspectiva y preguntarnos: ¿Puede la IA ayudarnos a cambiar este mundo?

Si la IA puede ayudar a cambiar el mundo, ello nos obliga a establecer un “cable a tierra” para la IA. En efecto, la IA no puede estar ni más allá ni más acá de nuestras propias sociedades. Somos nosotros quienes la hemos creado y somos nosotros quienes definimos sus límites y posibilidades. En ese sentido, la IA es aún una tecnología que recién empieza su despliegue y su orientación futura dependerá de nosotros como sociedad.

Podemos utilizarla para humanizar al mundo, por supuesto. Pero también podemos utilizarla como arma de guerra, como en efecto ya sucede. Como toda tecnología que irrumpe es disruptiva. Pero hay un riesgo que ya podemos constatarlo. La IA empieza a converger hacia la industria de la extracción del excedente conductual de las industrias de la información y de las redes y plataformas sociales que la utilizan para crear una nueva estructura disciplinaria de control, dominación, vigilancia y generación de patrones de conducta.

La sociedad disciplinaria del capitalismo no desaparece con la IA sino que muta y se produce un pliegue en esa estructura disciplinaria. La IA es una tecnología que permite un régimen disciplinario de nuevo tipo que se sustenta en simulacros. La IA tiene la capacidad de construir, replicar, extender y consolidar esos simulacros. No existe otra tecnología con esa capacidad, de ahí que su utilización intensiva por parte de las corporaciones que extraen “execedente conductual” (Zuboff, 2020), convierta a la IA en una tecnología puesta en contra de las sociedades. De ese pliegue surgen dos figuras que solo pueden explicarse y comprenderse desde el mundo que emerge desde las redes sociales y la IA: el influencer y el hacker.

En ese contexto, la resistencia a la Matrix aparece casi imposible. Porque, ¿cómo asumir la realidad de un simulacro para cambiarlo? Los simulacros no se cambian. Mutan. Es imposible hacer revoluciones y protestas a un simulacro. Por eso, la estructura disciplinaria de la Matrix deviene en estructura disciplinaria de la dominación política en el capitalismo tardío.

Pero ello no significa que aquello que hemos denominado la Matrix tenga asegurado su dominio. En absoluto. Las sociedades, cuando comprenden sus desafíos, terminan por asumirlos, y uno de ellos será liberar la IA de la Matrix para ponerla al servicio de la humanidad. ¿Podremos hacerlo?

Bibliografía

Arendt, H. (2000). Eichman en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal. Barcelona: Lumen.

Auerbach , D. (17 de July de 2014). The Most Terrifying Thought Experiment of All Time Why are techno-futurists so freaked out by Roko’s Basilisk? Obtenido de https://slate.com: https://slate.com/technology/2014/07/rokos-basilisk-the-most-terrifying-thought- experiment-of-all-time.html

Ayala Espino, J. (2000). Instituciones y Economía. Una introducción al neoinstitucionalismo económico. México D.F.: FCE.

Baudrillard, J. (2002). La Ilusión Vital. Argentina: Siglo XXI Argentina.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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El Ciudadano King, un documental sobre Martin Luther King, ícono de la lucha por la discriminación racial, por TV UNAM

POR: TV UNAM

Martin Luther King (Atlanta, Georgia,15 de enero de 1929-Memphis, Tennessee, 4 de abril de 1968), fue un destacado líder del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, conocido por su lucha incansable contra la discriminación racial y por promover la igualdad para todos los ciudadanos. Para conocer más de este activista, TV UNAM transmite el documental de dos partes Ciudadano King (Estados Unidos, 2004), de Orlando Bagwell y Noland Walker, producido por la PBS, la red de televisión pública de los Estados Unidos, los viernes 16 y 23 de febrero, a las 19:30 horas, con retransmisión los sábados 17 y 24 de febrero, a las 16:00 horas.

A partir de imágenes periodísticas, fotografías de archivo y recreaciones de la vida de King, a manera de película casera, el documental traza un relato sobre el líder de la lucha por los derechos civiles. Asimismo, incluye los testimonios, tanto de personas que fueron cercanas al activista como de sus detractores, para poner en contexto algunos de los acontecimientos de esos años.

Ciudadano King empieza una tarde de agosto de 1963, cuando Martin Luther King, un ministro de 34 años, pronunció un discurso que cautivó a una multitud de más de doscientas mil personas reunidas en el Monumento a Lincoln de Washington, y a millones más en todo el país que lo siguieron por televisión. Con pasión y precisión, proclamó su visión de una nación libre de racismo y declaró: «Ahora es el momento de hacer que la justicia sea una realidad para todos los hijos de Dios».

Lo que llegó a conocerse como el discurso «Tengo un sueño» fue un punto culminante en la carrera pública de Martin Luther King, pero también fue un punto de inflexión en su vida personal, ya que se embarcó en una controvertida y solitaria carrera para luchar por redefinir y redirigir el movimiento que había ayudado a liderar. La búsqueda no terminaría hasta su prematura muerte cinco años después.

Fue asesinado el 4 de abril de 1968, en Memphis, Tennessee, a la edad de 39 años, mientras se encontraba en el balcón del Lorraine Motel, tras pronunciar su último discurso «I’ve Been to the Mountaintop», en apoyo a los trabajadores afroamericanos de saneamiento, que estaban en huelga para lograr mejores condiciones laborales y salarios justos.

No te pierdas la transmisión por la señal de TV UNAM del documental Ciudadano King, los viernes 16 y 23 de febrero, a las 19:30 horas, con retransmisión los sábados 17 y 24 de febrero, a las 16:00 horas.

Puedes seguir toda la programación de TV UNAM por 20.1 TV abierta / 20 Izzi y Totalplay 120 Axtel TV, Dish, Sky y Megacable y a través de cualquier dispositivo móvil por tv.unam.mx. Síguenos en Facebook: TVUNAMoficial, Instagram: TVUNAMoficial, Twitter: @tvunam y Tik Tok: @tvunam

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Con trabajo científico rescatan patrimonio musical de México

Por: Laura Lucía Romero Mireles

 

Foto: La Cantoría, de la comunidad de Santa María Ostula, durante la grabación.

En documentos resguardados en archivos históricos desconocidos para la mayoría de las personas, algunos en catedrales, se hallan obras inéditas que forman parte del patrimonio musical de México, que se suman a otras de tradición oral, varias de las cuales se encuentran al borde de la extinción.

Por ello, señaló Lucero Enríquez Rubio, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, es importante registrarlas; difundirlas es la mejor forma de preservarlas y evitar que mueran.

Gracias al proyecto “El pasado que suena y resuena”, del Seminario de Música de la Nueva España y el México Independiente (Musicat), con sede en esa entidad universitaria, y con apoyo de la Fundación Cultural Grammy Latin, fue posible grabar 22 piezas de diferentes géneros y épocas –la más antigua data del año 1660, aproximadamente– en diversos lugares del territorio nacional.

La investigadora recordó que al inicio del trabajo se planteó rescatar 10 obras musicales y grabarlas en tres videos con una duración aproximada de seis minutos. El resultado fue un micrositio, disponible en la página del Seminario (http://www.musicat.unam.mx/), el cual contiene una sonoteca que incluye las pistas originales de los géneros: alabado, canción cardenche, credo, cuadrillas, oficio de difuntos, salmo y vals.

También se elaboró un video que lleva el título del proyecto, en el que se muestra el rescate de tres géneros: credo, alabado y vals. El primero, se explica, es una declaración de fe; se reza o se canta por los fieles, el sacerdote o los cantores, y no puede faltar en misa y otros actos del culto católico.

Coro del género alabado, dirigido por Víctor Cisneros.

Tradición oral en Michoacán

En Santa María Ostula, en la costa-sierra de Michoacán, los cantores de la comunidad son quienes conducen los actos devocionales con sus cantos litúrgicos y rezos en latín, como hace siglos se hacía en el entorno de las catedrales. Se trata de una tradición oral transmitida por generaciones; sin embargo, este saber está en peligro de desaparecer, a menos que los jóvenes hagan suyo ese patrimonio musical.

Se indica en el video que los alabados surgieron dedicados al Santísimo Sacramento y a la Inmaculada Concepción; constituyen un género devocional importante, difundido en el sur de lo que hoy es Estados Unidos y por América Latina.

Algunos más a la pasión y muerte de Cristo, razón por la cual se entonan en Semana Santa y también en velorios. Actualmente los ejecutan los cardencheros (intérpretes a capela del llamado canto cardenche) de Sapioriz, Durango, en ocasiones como la procesión del silencio o en sepelios.

En el archivo de la Catedral de esa entidad hay documentos del género que en el pasado se interpretaba dentro de recintos religiosos y fuera de ellos, como en procesiones, por ejemplo de Corpus Christi.

Para el proyecto del IIE, se entonó, por primera vez en siglos, el alabado del compositor italiano del siglo XVIII, Santiago Billoni, a cargo de un coro que se formó únicamente para la investigación, así como la única obra en español de Francisco López Capillas (1608-1674), cuya partitura está dañada y tuvo que ser transcrita.

Los Cardencheros de Sapioriz, Museo Ex-hacienda La Loma, Durango.

En el material audiovisual además se aborda el vals, del cual se resguarda más de un centenar de partituras en el archivo de música de la Catedral de México, casi todas para piano solo, y algunas para orquesta. Los investigadores encontraron también dos para guitarra.

Ese género tuvo gran difusión en México, donde ha sido apropiado de diferentes formas: en Teotitlán del Valle, Oaxaca, por ejemplo, es parte de la Danza de la Pluma, de gran valor ritual, y es interpretado por las bandas de aliento en diferentes regiones del estado.

La grabación se hizo con una metodología transdisciplinar, en la que participaron músicos, escritores, cineastas, videoastas, historiadores, archivistas y fotógrafos, como ocurre en Musicat. “Nos importaba probar cómo la música del pasado pudo tener reverberación y seguirse escuchando en la actualidad”, mencionó Enríquez Rubio.

¿Cómo en una comunidad alejada de Michoacán siguen cantando en latín, tal y como los frailes hicieron después de la Conquista? “Con este proyecto quisimos dar a conocer y hacer conciencia de que nuestro pasado está presente en la vida cotidiana a través de la música, que ha tenido diferentes manifestaciones”, reflexionó.

Con la producción del video, que para el espectador es un viaje musical, geográfico e histórico, “queremos que el público se emocione y entienda que esto forma parte del patrimonio cultural de México y que hay que cuidarlo, difundirlo y conservarlo”, expresó la experta.

El tráiler (https://youtu.be/mJUmiOy3OZY?si=mKxu9ZPiUmo7F9tR) está disponible en la página del Seminario, y ahí mismo se podrá apreciar el video completo después de su estreno en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario, a finales de enero de 2024, por lo que la investigadora pidió al público estar pendiente.

Fotos: Francisco Parra.

Sólo una muestra

La clavecinista y especialista en música del periodo barroco detalló que en la sonoteca se pueden apreciar las grabaciones logradas y también una ficha con datos de la obra (título, autor, año e intérpretes), así como fuentes y producción.

De ser el caso, también se vincula con más proyectos de Musicat: catálogos de música, base de datos de actas de cabildo y otros ramos, libros de coro, la partitura o el manuscrito. “Es todo un paquete de información disponible para su consulta”.

En Musicat, indicó Enríquez Rubio, están publicados cuatro catálogos (en línea y de libre acceso) de los papeles y libros de música del archivo del Cabildo Catedral Metropolitana de Ciudad de México. “Los 2,463 registros contenidos en el catálogo electrónico dan una visión inédita de este acervo en tanto que abarca desde repertorio litúrgico polifónico hasta bailes de salón, escenas de ópera y métodos de estudio”, se menciona en la presentación del documento electrónico.

Son resultado de la dedicación y una labor meticulosa y profesional. El primer volumen está dedicado a villancicos y cantadas; el segundo a las vísperas, antífonas, salmos, cánticos y versos instrumentales; el tercero a maitines, oficios de difuntos, series de responsorios, invitatorios, lecciones y responsorios individuales; y el cuarto a himnos, versículos y motetes. “También estamos haciendo el catálogo de los libros de coro, que son 134, y que estará a disposición del público en el curso de este año”, anunció la especialista.

Estimó que en dos años se concluirán los volúmenes, a los cuales se sumarán los correspondientes a las misas, música vocal, canciones devocionales y ópera, música instrumental e incluso un colofón.

Namibia Rivera, coordinadora de la Biblioteca Beatriz de la Fuente, en Oaxaca.

Fuente de la información e imagen:  Gaceta UNAM

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