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Habemus Ley General de Educación Superior; pero…. ¿consensos ?

Por: Sylvie Didou Aupetit

Cinvestav

El Diario Oficial de la Federación (D.O.F) publicó, el 29 de diciembre de 1978, la Ley para la Coordinación de la Educación Superior. Este mismo órgano dio a conocer, el 20 de abril de 2021, una Ley General de Educación Superior (LGES), que abrogaba la anterior. Nada más habían transcurrido 43 años, entre uno y otro evento. Durante ese periodo, el sistema nacional de educación superior se había transformado profundamente en cuanto a su conformación segmentada, al tamaño de la matrícula, a los rasgos de la profesión académica, a los soportes de la enseñanza virtual o presencial y al suministro, territorial y por nivel, de los servicios de enseñanza.

Ante la multiplicación de los lugares de aprendizaje y la reconfiguración de los tiempos educativos, contar un nuevo instrumento regulatorio era de hecho indispensable para responder las reestructuraciones contextuales y las inducidas por las políticas públicas de educación superior, durante las pasadas 4 décadas. Era, además un paso esperado, conforme con el activismo legislativo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (auto-denominado Cuarta Transformación – 4T), que se había traducido previamente en la aprobación de una Ley General de Educación, el 30 de septiembre 2019.

Una lectura de la LGES, recientemente promulgada, revela su estrecha conexión con los posicionamientos de la 4T, en términos éticos y de equilibrios entre poderes. No sorprende el énfasis del texto en la inclusión, la no-discriminación y la interculturalidad. Esos valores están en sintonía con los desarrollos recientes de la educación superior, a escala continental, y con la moral pública que esgrime el gobierno. Pero la articulación de la LGES con un proyecto partidista no se agota en una dimensión « moral ». Justifica, sobre todo, un reforzamiento de las atribuciones del gobierno federal, en la supervisión del subsistema de educación particular y en la rectoría del público.

El subsistema particular agrupaba el 36.2% de la matricula inscrita en educación superior, en 2019-2020, antes de la pandemia de Covid-19 y el largo cierre de las instalaciones de educación superior. Representaba, en consecuencia, un actor colectivo importante en el sistema educativo nacional, aunque sus componentes fueran heterogéneos. La LGES propone regular su funcionamiento en forma estricta, mediante la aplicación obligatoria de un procedimiento anterior, el Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE), atribuido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y por otras instancias. Si bien ese afán expresa una preocupación por garantizar la calidad de los programas y de los servicios y estandarizarlos con base en criterios mínimos de desempeño, plantea cuestiones sobre las capacidades instaladas en los organismos habilitados a expedir el RVOE para llevar a cabo expeditamente esos procedimientos y a lo que ocurrirá a los establecimientos, si sus programas no lo consiguen.

En ese mismo tenor, habrá que monitorear cómo las instituciones particulares acogerán una propuesta nueva, la de reconocimiento a la gestión institucional y excelencia educativa para las instituciones particulares, contenida en el artículo 73. Supuestamente, ese dispositivo aligera los requisitos burocráticos hacia el sector para los establecimientos acreditados pero ¿será suficiente esa oferta conciliadora para que las instituciones particulares acepten, sin reparos, nuevas exigencias, por ejemplo las de obtener un aval externo para impartir las carreras de formación para el magisterio o de otorgar becas a sus estudiantes? Aunque varias ya manejaban sus propios programas de apoyos académicos (por desempeño sobresaliente) o económicos (asistenciales), en una coyuntura de tensiones con el gobierno y de supresión del financiamiento indirecto a ciertas funciones, habrá que verificar si esas disposiciones no envenenarán una relación de por sí degradada.

Es sin embargo en el sistema público donde se encienden los focos rojos. Como era previsible, la LGES formula la obligación del Estado de garantizar el ejercicio del derecho a la educación superior (artículo 1) en condiciones de acceso gratuito (artículo 4). Las consecuencias de esas decisiones habían sido previamente discutidas en filtraciones sucesivas de las versiones anteriores del documento. Muchos especialistas habían señalado reiteradamente que acarrearían problemas no sólo financieros, sino pedagógicos, cualitativos y de capacidades institucionales de atención a la diversidad y a los nuevos estudiantes. En cierta forma, afectarían la autonomía de las instituciones para aplicar criterios de ingreso, selectivos o abiertos y definir sus cupos. Contribuirían a disminuir los recursos propios de los establecimientos, esencialmente procedentes de cuotas, derechos de inscripción y venta de servicios.

Ante el revuelo provocado, la LGES indicó que esas medidas tendrán una implementación gradual, a partir del ciclo escolar 2022-2023. Señaló, como apoyo a las instituciones, la apertura de un Fondo Especial Federal, cuyo monto dependería de los recursos disponibles. Dada la magnitud de los retos generados y la espada de Damocles que significa la « ·austeridad republicana » para la educación superior, uno puede interrogarse sobre la suficiencia de una medida de esas características y la certidumbre financiera que brinda a establecimientos ya sumidos en una severa crisis presupuestal.

La LGES, indudablemente, está orientada a regular el sistema de educación superior, en su estado actual. Está destinada, asimismo, a apuntalar, en lo educativo, un proyecto político que reivindica el rol interventor del gobierno, en tanto arbitro y financiador de la res publica y, en particular, de los servicios de bienestar. No se sostiene por ende en un ejercicio de construcción de consensos, destinado a reconstruir pactos sociales extensos, sino que remite a una manifestación de poder.

En ese contexto, es probable que la implementación de la LGES no será tersa sino que avivará las discrepancias preexistentes entre sectores partidarios y opositores al gobierno, en la esfera educativa. Más allá de eso, la Ley pregona ambiciones de transformar la educación superior, alineadas sobre los objetivos de refundación ideológica y social del país, perseguidos por la administración federal. Pero, ¿obtendrá el sistema educativo los recursos y los medios indispensables para concretar esos propósitos?

Fuente e imagen: educacionfutura

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Un rediseño sin rumbo certero, el caso de los libros de texto gratuitos de México

Por: Carolina Crowley

En sus marcas, listos, ¡fuera! El 22 de marzo, el director de Materiales educativos de la SEP, Marx Arriaga, inauguró el proceso para el rediseño de los libros de texto gratuitos (LTG) que, en un hecho insólito, espera concluir el 31 de mayo de 2021.

Durante el primer evento de capacitación para este rediseño, el director de Materiales Educativos mencionó que desde 1959 en México se utilizó la estrategia de conformar pequeños grupos de autores pagados para diseñar los libros de texto gratuitos y que, este modelo se consolidó y llegó casi sin modificaciones al año 2021.  También  señaló,  que a partir de un diagnóstico iniciado el 1º de julio de 2018, sobre cada uno de los libros de la SEP vigentes, se tienen identificados problemas graves como: aprendizajes esperados no desarrollados, censura para abordar los problemas que aquejan a la sociedad, una clara intención por erradicar la diversidad cultural, una simulación que intenta evadir los problemas reales, actividades repetitivas, falta de transversalidad en su diseño, imágenes redundantes, retórica visual simplista, abusos de los espacios en blanco, descansos visuales en la edición, entre otros.

De acuerdo con las autoridades educativas, el modelo para elaborar los libros de texto como un trabajo de autor y los problemas encontrados en el reciente diagnóstico, los llevaron a la conclusión de que no podía corregirse el problema si no se modificaba el modelo. Es decir que, en vez de que un grupo de autores, expertos en diferentes materias (modelo monológico), elaboren, a cambio de una remuneración económica los libros de texto, ahora las autoridades educativas proponen que, 2365 personas (modelo dialógico), seleccionadas a partir de la reciente convocatoria lanzada por la Dirección de Materiales Educativos de la SEP, hagan el rediseño de manera gratuita y en menos de 50 días hábiles. El punto es que no se ha explicado de qué manera este nuevo modelo, podría solucionar los problemas que tienen los libros.

El diagnóstico al que se hace mención no se ha publicado, pero como se aprecia, se trata de problemas que van desde cuestiones técnicas relativamente sencillas, hasta profundidades ideológicas complejas.

La actualización y el mejoramiento de los LTG, es responsabilidad de la Dirección de Materiales Educativos de la SEP. Ambas acciones deben emprenderse de manera sistemática y permanente, no de forma esporádica e irregular. Si ya se detectó que hay imágenes redundantes, abusos de espacios en blanco, repetición de actividades y demás cuestiones que afectan el aprendizaje de los niños ¿por qué no corregir lo corregible ya? Ahora bien, si la discusión gira en torno a qué contendidos poner o quitar, qué intenciones tienen estos y quiénes son los que los proponen, entonces estamos hablando de un asunto imposible de resolver con un rediseño exprés. Las discusiones y propuestas de solución sobre la trascendente tarea de formar a las y los niños de México, van más allá de cambiar una actividad en un libro de la SEP. Habrá que recordar, que la Dirección de Desarrollo Curricular de la Secretaría está obligada a vigilar la articulación curricular y pedagógica para garantizar la continuidad, pertinencia y viabilidad de contenidos, métodos y enfoques. En otras palabras, se trata de una actividad de política educativa en la que va de por medio la construcción del modelo que va a regir la formación de millones de estudiantes; su importancia es enorme. ¿Qué caso tiene rediseñar los libros de texto, sin discutir el modelo educativo al cual se encuentran articulados? El rediseño, ¿se trata solo de revisar, agregar o quitar contenidos?

La capacitación para quienes participan en el rediseño de los LTG también fue exprés. Se organizaron cuatro cursos con duración de dos horas cada uno, en donde se abarcaron las siguientes temáticas: 1) Diseño de material didáctico, 2) La diversidad, la equidad y los valores básicos de México post pandémico 3) ¿Se pueden diseñar materiales didácticos dialógicos? y 4) De los programas y planes vigentes al diseño de materiales didácticos. En serio, ¿las autoridades educativas creen que 4 mini pláticas sobre temáticas tan complejas como las señaladas, son suficientes para que los participantes le entren al rediseño de los libros de texto gratuitos? ¿cuál es la urgencia? ¿cuál es la prisa? No comprendo.

Las autoridades educativas han señalado que quienes rediseñen los libros de texto deben partir de los planes y programas vigentes plasmados en el modelo de Aprendizajes Clave 2017, cuyo enfoque es humanista y competencial. Este modelo no se contrapone con las intenciones del actual rediseño de los LTG que busca “convertirlos en una pieza clave para la solidaridad y la integración del país desde una visión humanista”. Es más, armonizan totalmente. Sin embargo, los discursos del director de Materiales Educativos dan cuenta de que los libros de texto gratuitos, deben ser objeto de una discusión curricular mucho más profunda y compleja, que aquella que podría resolverse en un rediseño veloz.

Marx Arriaga ha hecho generalizaciones y afirmaciones como las siguientes: “…después de 62 años de sometimiento, asumen que esta invitación, hoy permitió que las voces que se encontraban marginadas tuvieran un espacio horizontal para poder contribuir con un diálogo constructivo, en donde no hubiera segregaciones, abusos o subordinaciones”; “…para las vísceras conservadoras, ello molesta, porque esperaban que actuáramos imitándolos y que propusiéramos un libro de texto redactado por unos cuantos, con una postura afín al colectivo de izquierda que hoy marca el destino de nuestro país…”; “…necesitamos una postura carnavalesca que someta los discursos autoritarios y equilibre a los participantes, lo otro, actuar desde el resentimiento, imitando las prácticas hegemónicas del pasado sería un grave error”; “…hay quienes piensan que fracasaremos, porque aseguran que solo ellos pueden marcar los rumbos de la ciencia y la educación, pero otros son conscientes que México cambió en estos 62 años, y que hoy poseemos un colectivo docente capacitado y ansioso por corregir este ambiente monológico”. Ante tales expresiones, yo quiero enfatizar que no necesitamos seguir señalando problemas del pasado, y menos aquellos que ya se han superado. Requerimos comprender las causas de éstos y mirar hacia delante. No veo de qué manera las pretensiones que escucho, en y detrás de esas expresiones, puedan lograrse en un ejercicio planteado como lo está el actual rediseño de los libros de texto gratuitos. Auguro que el modelo dialógico enfrentará un número mucho mayor de problemas técnicos y metodológicos, propios del campo curricular, que el modelo anterior. Y si este rediseño no logra eficacia, será porque se pretende hacer en menos de 50 días, en un momento nada propicio para ello.

Las autoridades educativas no han hecho explícito hasta dónde se pretende llegar con este rediseño. Nada se ha dicho sobre qué se descarta y qué se busca conservar en los libros de texto. Podemos estar frente a unas mínimas correcciones o bien delante del cambio de todas las actividades de nuestros libros. Los mensajes enviados son confusos y contradictorios. Por un lado, las autoridades educativas proponen un rediseño veloz y por otro, llaman a desentrañar el currículo oculto de los libros de la SEP. Por el tiempo tan limitado asignado a este rediseño considero que lo único que se podrá lograr, será un cambio de forma, pero no de fondo. El amplio espectro de posibilidades que caben en el término “rediseño” sin duda es motivo de incertidumbre.

Ante la mínima explicación sobre el alcance de este rediseño, me surgen más preguntas, algunas de ellas tienen que ver con la participación que jugarán las y los niños de primaria en él. ¿Se les preguntará su opinión sobre sus libros de texto? ¿Dará tiempo de hacer una prueba piloto antes del 31 de mayo, para ver cómo funciona el nuevo rediseño? ¿Capacitarán al magisterio para el uso de los nuevos libros? Son muchas cosas las que implica un rediseño tan importante como el de los libros de la SEP. En estos momentos, en los que debido a la pandemia la educación de México y del mundo en general, ha sido tan duramente golpeada, me pregunto si la SEP tiene la fuerza moral y la aptitud metodológica a punto para pensar en contenidos y currículo oculto?

Estamos frente a un ejercicio con una logística complicada que se está construyendo sobre la marcha, a pasos forzados. No olvidemos que lo que se hace sin tiempo, el tiempo lo cobra. Lo seguro de este rediseño, es que la SEP espera que sea el resultado del pensamiento y trabajo de un grupo de 2365 personas y otros miles más que lo evaluarán e ilustrarán. Por lo tanto, la imaginación queda abierta a cualquier posibilidad, hasta aquella, que nos haga pensar que podemos terminar peor que como estábamos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/un-rediseno-sin-rumbo-certero-el-caso-de-los-libros-de-texto-gratuitos-de-mexico/

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Cambios y retos del CONAFE en la 4T

Por: Diego Juárez Bolaños
Académico del INIDE, Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Responsable Técnico de la Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER)

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.


El pasado 11 de febrero, Gabriel Cámara rindió protesta como nuevo director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Este organismo descentralizado del gobierno federal es el encargado de ofrecer servicios educativos de los niveles inicial, preescolar, primaria y secundaria a los niños, niñas y adolescentes de las localidades rurales más pequeñas y dispersas del país. Precisamente el 11 de septiembre de este año, el Conafe celebrará 50 años de existencia.

El haber existido por casi 50 años es un logro del Conafe, en un país donde son constantes los casos de desaparición de instituciones educativas. Un logro más, es el haber subsistido a una importante cantidad de directores que llegaron al cargo por claros criterios políticos, más que por sus conocimientos y experiencias relativos a la educación rural.

Sin duda, la designación del nuevo director en Conafe es uno de los mayores aciertos en materia educativa del actual gobierno federal. Basta recordar que el Director que antecedió en el cargo al Dr. Cámara fue señalado en diversos medios de comunicación por otorgar contratos millonarios a empresarios cercanos a su persona, por lo que fue denunciado por ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias, peculado y conflicto de interés (El Norte, 2020).

Un perfil totalmente opuesto es el de Gabriel Cámara, quien cuenta con una larga experiencia relacionada con procesos educativos en los territorios rurales. Ha sido Consejero Técnico de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu); colabora en la organización civil Redes de Tutoría, la cual impulsa las estrategias pedagógicas llamadas Comunidades de aprendizaje y redes tutoras; ha fungido como asesor del propio Conafe durante la implementación de los modelos de Posprimaria Comunitaria en la década de 2000 y del actual modelo de educación comunitaria nombrado Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo (ABCD); además de haber colaborado con telesecundarias rurales y de haber participado en procesos de formación a diversos actores educativos, incluyendo funcionarios y académicos.

Sin embargo, el Dr. Cámara llega a una institución debilitada durante la presente administración federal. A pesar de los impactos sociales y educativos que ha tenido Conafe durante varias décadas en las poblaciones que, al menos en el discurso, son el centro de atención de la 4T, su presupuesto ha pasado de poco más de 4 mil 800 millones de pesos en 2019, a alrededor de 3 mil 900 millones en 2021 (SHCP, 2021). De esta manera, los recursos públicos para atender la educación básica de los pobladores de las comunidades rurales más pequeñas y dispersas del país han disminuido casi 20% durante los últimos dos años.

Lo anterior marca el principal reto que Gabriel Cámara y su equipo enfrentarán en Conafe: la falta de recursos económicos para fortalecer las tareas del Consejo. Ya que la disminución presupuestal del Conafe es una acción regresiva, se tendría que dar a conocer tal hecho tanto en el área hacendaria federal, como en el poder Legislativo, además de la opinión pública. Podría desarrollarse una estrategia del Conafe en los ámbitos político y comunicativo para obtener un presupuesto mayor durante 2022. Dispone de abundantes argumentos para intentarlo.

Otro de los retos que enfrenta el Conafe tiene que ver con las figuras educativas que imparten la educación comunitaria. Desde sus inicios, la institución atiende los centros educativos mediante jóvenes que realizan su servicio social en las comunidades rurales. Diversos estudios y evaluaciones (Arteaga, Popoca y Juárez, 2020; RIER/INEE, 2018; Urrutia, 2014; Juárez, 2009; Ezpeleta y Weiss, 2000) han mostrado que la reducida formación didáctica de estos jóvenes servidores sociales es una limitante del funcionamiento del Consejo. A ello habría que sumar el hecho de que muchos de los docentes egresados de Escuelas Normales y UPN’s no están dispuestos a trabajar en las pequeñas y alejadas comunidades rurales que atiende Conafe.

Una alternativa para atender este asunto ha sido el firmar convenios entre Conafe y diversas instituciones formadoras de docentes, a fin de que los estudiantes realicen su servicio social o prácticas profesionales como maestros rurales. Ello permitiría incrementar el perfil educativo de las figuras que atienden las escuelas comunitarias.

Un reto más tiene que ver nuevamente con el tema presupuestal. Durante la llamada 4T se han ampliado para los jóvenes las posibilidades para obtener alguna beca. Y los recursos que otorgan tales becas son muy similares a lo que se paga a los líderes educativos del Conafe. Esta ampliación de oferta de becas ha impactado en la cantidad de jóvenes que desean ser figuras educativas del Conafe, además de que se ha incrementado su tasa de deserción (RIER/ INEE, 2018). Tendría que ser un motivo de vergüenza nacional que el gobierno federal continúe ofreciendo apoyos que apenas rebasan los $3,500 pesos mensuales a las figuras educativas que trabajan en las escuelas de las poblaciones más pequeñas y dispersas del país.

Durante varios ciclos escolares el Conafe creó una figura educativa llamada Asesor Pedagógico Itinerante (API), la cual reforzaba el trabajo pedagógico en ciertas escuelas, donde los alumnos hubiesen obtenido un bajo rendimiento escolar. Los API’s constituían la única figura con estudios profesionales que trabaja en las localidades atendidas por Conafe. Sin embargo, sin alguna explicación pública y sin mostrar razones técnicas que llevasen a tal decisión, el Conafe despareció la figura del API en 2020. Un desafío más del Dr. Cámara y su equipo en el Consejo será dar marcha atrás a tal decisión.

El último reto que deseamos destacar se relaciona con las limitaciones pedagógicas que ha mostrado el modelo educativo ABCD que utiliza el Conafe desde el ciclo escolar 2016-2017. Entre éstas, se encuentra la dificultad para aplicarlo con estudiantes de preescolar y de los primeros grados de primaria, además de que el modelo no considera estrategias para la enseñanza de la lectoescritura, lo que se suma a la necesidad de contar con diversos recursos (libros, recursos tecnológicos) que faciliten procesos investigativos en el alumnado, recursos cuya existencia es muy limitada en las escuelas comunitarias y al preocupante “olvido” que ha tenido la implementación del modelo en poblaciones de estudiantes indígenas y de jornaleros agrícolas migrantes.

Esperamos que éstos y otros temas sean abordados por las nuevas autoridades a cargo del Conafe. Los niños, niñas y adolescentes habitantes del medio rural lo merecen. Mejorar la pertinencia de la educación rural es una exigencia social y moral que ya no debería esperar por más tiempo.

Referencias

Arteaga, P., Popoca, C. y Juárez Bolaños, D. (Coords.). (2020) La Educación Rural en México. Propuestas para una política educativa integral. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana.

El Norte (2020, 4 de julio). “Denuncian peculado en Conafe”. Monterrey. https://www.elnorte.com/denuncian-peculado-en-conafe/

Ezpeleta, J., Weiss, E. et al. (2000). Cambiar la escuela rural. Evaluación cualitativa del Programa para Abatir el Rezago Educativo. 2ª edición revisada. México: Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV.

Juárez Bolaños, D. (2009). “Educación rural en México: el caso de los cursos comunitarios”. En J. B. García Horta, y J. M. Fernández Cárdenas (eds.). Investigación, política y gestión educativa desde Nuevo León: Una aportación joven al debate nacional. México: UNESCO Comité Norte de Cooperación/ Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 263-286.

Red Temática de Investigación de Educación Rural- RIER e Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, INEE (2018). Evaluación de las intervenciones públicas y programa de escuelas multigrado. https://www.inee.edu.mx/portalweb/suplemento12/evaluacion-intervenciones-y-programa-escuelas-multigrado.pdf

Secretaría de Hacienda y Crédito PúblicoSHCP (2021). Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal. Años 2019 y 2021. https://www.ppef.hacienda.gob.mx

Urrutia de la Torre, F. (2014). ¿Por qué los bajos resultados del Conafe en primaria? Restricciones para el buen desempeño del Consejo Nacional de Fomento Educativo. Revista Latinoamericana de Estudios EducativosXLIV(1), 47-70.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/cambios-y-retos-del-conafe-en-la-4t/

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Gestalt y lectura

Por: Eduardo Gurría B.

Sin duda, la lectura representa uno de los aspectos más importantes para el tema de la educación; en México, nos hemos etiquetado como un país de no lectores y, hasta cierto punto, esto es verdad debido a múltiples razones: no hay tiempo, los libros son caros, leer es aburrido, hay mejores cosas qué hacer, etc., sin embargo, estas pueden ser justificaciones fáciles, pero las causas de que no leamos se pueden encontrar en otro lado; se trata de las costumbres y los hábitos que adquirimos desde la formación en casa y de la visión que tengamos acerca de los beneficios de la lectura, no solo como entretenimiento, sino como una manera de desarrollar el potencial de raciocinio, el criterio y el aprendizaje.

La teoría psicológica de la Gestalt (forma, figura, configuración) sobre el aprendizaje y sobre la manera de que percibimos el mundo, fue desarrollada en Alemania a principios del Siglo XX por Max Wertheimer, Wolfang Köler, Kurt Kofka y Kurt Lewin, para explicar cuáles son los factores que intervienen para la comprensión de la realidad; se trata de “un planteamiento cognitivo en el desarrollo del pensamiento holístico y propone que el aprendizaje es un fenómeno cognoscitivo que consiste en organizar las experiencias en distintas percepciones de objetos, personas o eventos”. Kofka (1922), es decir, cada persona transforma la realidad objetiva en eventos mentales organizados como totalidades con significado, como un todo organizado y que se modifica por la experiencia.

La Gestalt propone la organización de los elementos sin que necesariamente tengan que ser memorizados, de ahí, que el aprendizaje consiste en transformar, almacenar, recuperar y utilizar la información, esto es, por discernimiento: lo que sé, lo que necesito saber y la búsqueda de soluciones o pasos para llegar a ello.

Por otro lado, el aprendizaje es el resultado del conocimiento, la relación y la experiencia, bajo el principio de que el todo es más que la suma de sus partes –un libro es mucho más que una serie de palabras o frases-de ahí que la percepción tiene un significado que, en referencia a los libros, el lector asiduo se guía por ciertos principios llamados de organización en sus percepciones (Gestalt).

Estos principios, adecuados a la lectura, podrían adaptarse como sigue:

  • Figura- fondo, que puede encontrarse desde la portada del libro, en la división de sus capítulos o en la estructura general.
  • Proximidad, como sería el caso de la organización y la relación de las ideas expuesta en una obra.
  • Semejanza, que consiste en la agrupación de elementos similares dentro de la temática.
  • Destino común, como la secuencia de la trama hacia un desenlace.
  • Sencillez, como la capacidad de interpretar y sintetizar el argumento.
  • Cierre, como la visión de la obra dirigida hacia un final esperado o no, y en donde el lector es capaz de incorporar los elementos faltantes y emitir juicios.

Entonces, si vemos al estudiante como sujeto activo del aprendizaje, encaminado hacia el pensamiento productivo, la lectura le ayudará a desarrollar un papel activo en la construcción de percepciones para darle sentido a la realidad a través de la edificación de su propio conocimiento, debido a que un libro es un agrupamiento de muchos elementos para formar, no un montón, sino un todo, mediante el conocimiento previo, claro, del lenguaje. Así, su percepción se acomoda a la estructura mediante canales sensoriales y mediante la memoria (anclaje) y sus experiencias previas.

En otras palabras, la lectura es esencial para el desarrollo de la capacidad de síntesis y de organización en función de darle sentido al mundo a través de una totalidad significativa y no como algo aislado, algo que se conoce como “insight” o comprensión del fenómeno; el estudiante que lee ve el todo de un conocimiento determinado, es decir, comprende, y es capaz de realizar conexiones interdisciplinarias con más facilidad que aquel que no lo hace

Por otro lado, dentro de las ventajas que aporta la lectura, encontramos diversas y múltiples capacidades y mejoras en lo que concierne al raciocinio y al proceso del pensamiento crítico, objetivo y significativo, ya que la interacción de múltiples estructuras cerebrales y conexiones sinápticas se aprecia con claridad en el aprendizaje del lenguaje y especialmente en la lectura, por lo que, al leer, desarrollamos funciones cerebrales que de otra manera permanecen dormidas, es decir, no solo se trata de percepción, sino también de potenciar el proceso neuronal, físico de las funciones cerebrales, aspectos de suma importancia para todo aquello que significa razonar, como el razonamiento lógico matemático y el razonamiento verbal, ejes primordiales del aprendizaje escolar (PISA).

La psicomotricidad, el uso correcto de la lengua, el conocimiento de la gramática, la sintaxis y la ortografía, además del incremento del vocabulario y la capacidad de expresar las ideas de forma correcta y clara, además de la cultura general, están íntimamente relacionados con la lectura, pero si no se promueve en la educación de forma sistemática, constante y adecuada, estaremos produciendo generaciones de analfabetas funcionales o simples repetidores de conceptos al más radical y puro estilo conductista, lo que derivará en una rampante ignorancia generacional, tal y como ya se está percibiendo cada vez más a partir de los primeros años de formación y hasta los niveles universitarios y de posgrado.

Queda el uso del tiempo de calidad, ya que la lectura debe de ser vista, también, y tal vez en primer lugar, como diversión, como algo placentero, de ahí que el lector, el buen lector, va desarrollando sus gustos y preferencias acerca de los temas, los autores, los géneros, etc., lo que le ayudará a potenciar su capacidad para elegir de forma inteligente y libre.

Los video juegos, las redes sociales, los “influencers” y todo aquello que representa el uso de pantallas y dispositivos han socavado la disposición hacia la lectura que, sobre todo para las nuevas generaciones, es vista como una pérdida de tiempo, aburrida y sin sentido… y van ganando la batalla.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/gestalt-y-lectura/

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Jóvenes construyendo el futuro. ¿Realmente mejora las experiencias educativas?

Por: Educación Futura

Dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, es notorio que el proyecto educativo se centra en ofrecer programas para la juventud. Lo anterior, no resulta extraño, porque el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha subrayado en reiteradas ocasiones la necesidad de contar con programas que faciliten a los jóvenes el acceso a la vida laboral y fortalecer las condiciones para la continuidad de su trayecto educativo porque en un futuro serán quienes tomen las decisiones del país. Así también, destacar que algunos jóvenes al ser padres y e incorporarse al programa se ambiciona que mejoren su compromiso para educar a sus hijos. Hay buenos propósitos en los programas de inserción al mercado laboral para la juventud, entendido como la incorporación de los jóvenes a la actividad económica y productiva del país e incluso para algunas sociedades occidentales representa la forma de medir el nivel de bienestar social de su población.

Sin duda, son escenarios optimistas con la expectativa de que se generen incrementos en los indicadores de ocupación, de empleo, de economía, de educación, de desarrollo sostenible, de calidad de vida, entre otros. Y naturalmente, tener presente que los programas buscan disminuir y prevenir problemáticas. Concretamente, “jóvenes construyendo el futuro” es un programa del PND 2019-2024, creado en el marco de la política social para el desarrollo sostenible y la educación y que se ofrece a mexicanos y mexicanas, con edades que van de entre los 18 a los 29 años de edad que se encuentran sin empleo o que se les ha dificultado encontrar trabajo.

Los jóvenes una vez que se inscriban a través de una plataforma, una vez aceptados por las empresas, las instituciones públicas y las organizaciones, recibirán por parte del gobierno federal la cantidad mensual de 3 mil 600 pesos, a la par de resultados de parte de sus empleadores en torno a su desempeño laboral. Pero, en particular, tratándose de jóvenes egresados de media superior o con avances de estudios en licenciatura, la pretensión es que se motiven a continuar con sus estudios de nivel superior y a cambio reciban un apoyo económico, desarrollar experiencia laboral e inserción al trabajo.

Es así, que el gobierno de México implementa estrategias en materia de política laboral y con vinculación al sector productivo de nuestro país ya que se ofrece a los jóvenes que al ingresar al programa “el 70% de los inscritos colaborarán en el sector privado, el 20% en el sector público y el 10% en organizaciones sin ánimo de lucro” (Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo, 2018, p. 1).

Sin embargo, es necesario analizar el impacto estratégico del programa jóvenes construyendo el futuro, porque en las propias voces de las personas que se han incorporado al programa manifiestan que lo menos que planean es permanecer en los programas laborales, porque no se apegan a sus aspiraciones o porque las funciones que realizan, en nada, se vinculan con lo que estudiaron, ni siquiera consideran que impactan para mejorar sus experiencias laborales.

Los protagonistas tienen las claves de lo que se puede mejorar, porque la realidad es que el programa fue creado con propósitos que no están ni cerca de cumplirse. Por su parte, el reto de un programa, no solo reside en la disyuntiva de ofrecer empleo o de considerar que se solucionan algunas variables porque entonces estaremos resolviendo otro tipo de problemas.

La buena noticia es que es en torno a los resultados de las detecciones es posible mejorar la aproximación y conexión entre empleadores, académicos, representantes de la iniciativa programa “jóvenes construyendo el futuro” y beneficiarios del programa para que sea más satisfactoria la experiencia laboral y formativa para todos y menos asociada a un ámbito de conveniencia, o vacío por falta de realización personal, social, laboral y entonces ¿a que le llamamos progreso o avances de bienestar?. Son tensiones de la sociedad que tienen que ver con la complejidad de los contextos donde se mueve. Sin duda, es necesario crear puentes y no muros, revisar los programas e implementar nuevos filtros o criterios para mejorar el impacto de los proyectos que se ofrecen a los jóvenes a mediano y largo plazo.

También, sin duda, hay que dar más tiempo porque son propuestas que están iniciando en el sexenio de Obrador como mandatario y hay buenos propósitos, pero también es necesario aportar mejoras en torno al impacto de los programas que se ofertan a la juventud, porque sus escenarios no solo radican en el valor social, sino económico, educativo, de bienestar y de ética. Además los programas una vez creados no se trata de presentarlos y luego, hecho lo anterior no se vuelve a tocar el tema, es necesario el análisis de una mejora continua. Sin duda, es necesario discutir a profundidad estas propuestas.  Insertarse al mercado laboral, no es sólo una forma de ganarse la vida económica,. Es, sobre todo, una forma realizarse y aportar mejoras en beneficio de la vida de los otros.

Referencias:

Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (11 de diciembre de 2018). Programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, oportunidad educativa y laboral. [Mensaje en un blog]. Recuperado de: https://www.gob.mx/profedet/es/articulos/programa-jovenes-construyendo-el-futuro-oportunidad-educativa-y-laboral-184843?idiom=es

 

 

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La carta presidencial a la CNTE

Por: Jorge Javier Romero/Educación Futura

Si algo se le debe reconocer al Presidente López Obrador es que ha cumplido puntualmente con algunos de sus compromisos más importantes de campaña. No importa que se trate de disparates, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, o que, como en el caso que aquí me ocupa, su tesón se traduzca en un retroceso a un arreglo que ha llevado a que en México tengamos un sistema educativo oneroso e ineficaz, que da pésimos resultados, ha condenado ya a generaciones enteras, desde hace medio siglo, al analfabetismo funcional y ha impedido que el país forme el capital humano necesario para poder competir en las condiciones de la economía global, que para bien y para mal impera en el mundo.

El candidato López Obrador ofreció cancelar la “mal llamada Reforma Educativa” como base de la alianza electoral que estableció con distintas facciones del sindicalismo magisterial, principalmente con la radical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); ahora, el Presidente López Obrador está cumpliendo con su promesa. Su objetivo es reducir el conflicto magisterial recurrente planteado por la organización gremial que domina en los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y parte de Ciudad de México con un discurso cuasi insurreccional, pero que en realidad busca mantener los privilegios ganados por el magisterio como parte del arreglo corporativo de la época clásica del PRI. Para el Presidente de la República es mucho más relevante mantener la gobernabilidad entre el magisterio que mejorar el desempeño del sistema educativo y la calidad de la enseñanza.

Los sujetos de la acción justiciera presidencial son los profesores, a los que considera agredidos por la reforma neoliberal, no los niños condenados a una formación extremadamente deficiente. Es una cuestión de enfoque: en la medida en la que ni los padres ni los propios alumnos demandan una mayor calidad educativa, lo racional para este Gobierno es desarticular la protesta en el sector que sí se moviliza con estruendo, que paraliza ciudades enteras y deja sin clase a miles de estudiantes en las regiones más pobres del país. Una organización que se aferra a los privilegios heredados y que desde hace décadas se ha apropiado de una buena tajada de rentas estatales, de la cual dispone discrecionalmente para mantener la lealtad y la disciplina de sus agremiados.

La carta de López Obrador a la CNTE es transparente: las leyes secundarias derivadas de la reforma constitucional reciente, la cual fue facilitada por los partidos que impulsaron los cambios de hace seis años, diseñados precisamente para quitarle al sindicalismo magisterial el control del sistema educativo que el régimen corporativo le había escriturado, serán escritas de consuno con los sindicatos y en ellas se reestablecerá el otorgamiento automático de plazas a todos los egresados de las normales públicas, los ascensos no serán más definidos por concursos de méritos, sino con base en la antigüedad, experiencia y tiempo de trabajo, además del reconocimiento del buen desempeño medido no por evaluaciones diseñadas con criterios técnicos, sino por el mucho más amable método de consulta a los compañeros de trabajo, padres y alumnos. Además, promete “federalizar” (léase en realidad “centralizar”) todas las plazas magisteriales.

El proyecto de López Obrador busca un retorno no a la situación previa a 2013, sino al arreglo que prevalecía antes de la fallida reforma descentralizadora de 1992. De hecho, busca recuperar la situación de la década de 1970, cuando en tiempos de expansión demográfica las plazas magisteriales se repartían entre todos los egresados de las normales públicas. Nada le importa al Presidente toda la evidencia de los males que aquel arreglo provocó en el sistema educativo. Los resultados de México en la prueba PISA seguro le parecen sesgados por el neoliberalismo y de nuevo, como en los buenos tiempos del monopolio del PRI, parece querer volver a un sistema educativo cuyo objetivo central era formar capital político, no mexicanos con la formación necesaria para conseguir empleos de calidad.

Me imagino que ahora se estarán llevando un gran chasco quienes vieron en la reforma constitucional de hace unas semanas un éxito que salvaba al menos en parte lo avanzado en 2013, al tiempo que eliminaba los puntos más conflictivos de la fallida reforma, aquellos que hicieron que nunca fuera bien vista por los profesores. Los resquicios abiertos por los cambios constitucionales recién promulgados serán suficientes para que, de nuevo, las plazas y la carrera de los docentes esté controlada por los sindicatos, pues el SNTE no tardará en hacer lo que siempre hace: aprovechar los embates de la CNTE para sacar raja. Las profesoras y los profesores, mientras tanto, seguirán siendo clientelas cautivas de estos sindicatos verticales y nada democráticos, en la medida que sus incentivos seguirán siendo sindicales y políticos, no académicos y profesionales.

Lo paradójico es que la reforma de 2013 contó en su día con un amplio apoyo social y político. Ahora casi nadie ha salido a romper una lanza por lo que entonces se consideró un paso relevante para desmontar el poder corrupto de una de las organizaciones gremiales más poderosas del país, que dispone, tanto en su vertiente tradicionalmente oficialista como en la radical, de manera discrecional de cantidades ingentes de recurso sobre los que no rinde cuentas a nadie y que ha sido el principal obstáculo para que México cuente con un magisterio profesional, bien capacitado y comprometido con la formación de la niñez y la juventud.

La decisión de López Obrador de pactar con el sindicalismo magisterial en términos casi idénticos a los que caracterizaron al arreglo autoritario es tremendamente injusta, porque condena a las generaciones en formación a una educación de mala calidad y porque impide que el sistema educativo sea una palanca para atemperar la desigualdad brutal que define al país. No veo cómo puede ser considerado progresista un proyecto que lo que hace es mirar al pasado con nostalgia y que quiere volver a una arcadia falsa, donde los profesores eran vistos solo como clientelas políticas a las cuales controlar para mantener el poder y no como profesionales especializados de importancia estratégica para el desarrollo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-carta-presidencial-a-la-cnte/

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México: El 77% de deserción escolar está en bachillerato

México / 10 de febrero de 2019 / Autor: Mariana Jaime / Fuente: Educación Futura

Del millón 100 alumnos que abandonaron la educación obligatoria en el ciclo escolar 2015-2016 en México, el 76.9% pertenecían al nivel Medio Superior, de acuerdo con el Informe 2018. La Educación obligatoria en México, elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Según el documento, dicho nivel educativo avanzó únicamente 2.3 puntos porcentuales en la eficiencia terminal, desde que se estableció su obligatoriedad en 2012, siendo la causa principal de la deserción los factores económicos, debido a que los estudiantes se ven en la necesidad de trabajar para contribuir a la economía familiar.

Otras debilidades registradas en el informe son las carencias persistentes en primarias y preescolares indígenas y comunitarios, así como telesecundarias, secundarias comunitarias y telebachilleratos, que aún no disponen de aulas, biblioteca, salón de cómputo, canchas deportivas o áreas de juegos infantiles.

Incluso señala la carencia de sanitarios en 11% de los preescolares, 9% de las primarias, 6% de las secundarias y 3% de los planteles de Educación Media Superior, en el medio urbano, aunque el porcentaje es mayor en los planteles y escuelas del medio rural.

Sin embargo, el análisis reporta que en los últimos 15 años la educación en México ha logrado una disminución del analfabetismo, el incremento de la escolaridad promedio de la población a poco más de la secundaria y la expansión de todos los niveles educativos, salvo la primaria, que virtualmente ya logró la universalización.

Todos estos datos son parte del trabajo de investigación que realiza el INEE, al igual que la documentación de los indicadores del Sistema Educativo Nacional, que se difunden en el anuario Panorama Educativo de México.

En su publicación más reciente se da a conocer que en los últimos 15 años la matrícula de la educación obligatoria se incrementó de 26.8 millones de alumnos a cerca de 30.9 millones, que se traduce en un crecimiento anual promedio de 0.9% de los ciclos escolares 2001-2002 a 2016-2017.

El INEE tiene entre sus atribuciones fungir como autoridad en materia de evaluación educativa a nivel nacional; diseñar, implementar y mantener actualizado un sistema de indicadores educativos y de información de resultados de las evaluaciones; generar, recopilar, analizar y difundir información que sirva de base para la evaluación del Sistema Educativo Nacional y, con base en ella, emitir directrices que aporten a la mejora de la calidad educativa y su equidad; y diseñar e implementar evaluaciones que contribuyan a mejorar la calidad de los aprendizajes de los alumnos, con especial atención en grupos regionales, minorías culturales y lingüísticas y con algún tipo de discapacidad.

Es por ello que a través de la campaña En Educación, #AOscurasNo #AutonomíaSí enfatiza la necesidad de seguir contando con una instancia independiente del poder Ejecutivo, que genere información y ofrezca recomendaciones de política para mejorar el acceso y la permanencia de los estudiantes de las poblaciones más desprotegidas.

Fuente del Artículo:

El 77% de deserción escolar está en bachillerato

ove/mahv

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