¿Consolidar, revisar o cancelar la Reforma Educativa?

México / 1 de febrero de 2018 / Autor: Fidel Quiñones Marín / Fuente: Insurgencia Magisterial

En los mensajes dirigidos a los militantes y simpatizantes de los diferentes partidos políticos, los precandidatos comienzan a perfilar sus propuestas y promesas.  Como se esperaba, la Reforma Educativa es parte de la agenda electoral dirigida a los ciudadanos en general, y al magisterio en particular, con la intención de sumar preferencias de la población, los docentes y sus familias.  A la fecha los representantes de las 3 principales coaliciones se han pronunciado por alguna de las tres posturas: consolidar, revisar o cancelar la reforma educativa.

Consolidar la reforma educativa.

El autodenominado ciudadano Meade, de la recién renombrada coalición “Todos por México”, fiel a la tradición del Pacto con México, considera desde su discurso que mantener la reforma educativa es fundamental para garantizar la educación de los niños y jóvenes y la formación de los maestros del país. Reconoce que en el 2018 la reforma educativa se encuentra “en riesgo” y solamente ganando las elecciones se podrá asegurar una mejor educación. Ha dicho, en el ánimo de agenciarse simpatizantes que “en la reforma educativa vamos para adelante, en la reforma educativa vamos para construir y en la reforma educativa vamos para ganar”.

Revisar la reforma educativa.

Para el ciudadano Anaya, de la coalición “Por México, al frente”, pretendiendo marcar distancia del Pacto por México, que forma parte de su (favorable o no) capital político, recientemente ha anunciado que “La implementación (de la reforma) ha sido muy deficiente por parte del gobierno federal. Nuestra apertura a revisar cualquier pieza legislativa de cualquier ley siempre debe haberla, porque las leyes son siempre perfectibles”. Deslindándose de la participación de su partido en la imposición de la reforma educativa, señala la evaluación como punitiva porque “es inaceptable que se haya puesto todo el acento en la evaluación, sin que se haya hecho un esfuerzo serio en materia de capacitación”

Cancelar la reforma educativa.

Por su parte, el ciudadano López Obrador, de la coalición “Juntos haremos historia”, desde el inicio de la precampaña señaló “Quiero hacer el compromiso con todo el magisterio nacional que al triunfo de nuestro movimiento (en las elecciones de 2018) se va a cancelar la mal llamada reforma educativa”, porque considera que se trata de un mecanismo para humillar y ofender a los maestros. Ha propuesto un nuevo acuerdo con el magisterio y padres de familia para alcanzar una “verdadera reforma” que mejore la calidad de la educación en el país, así como un “Plan educativo para mejorar la calidad de la enseñanza”. Asimismo, dentro del “Proyecto de Nación 2018-2024” se puntualiza que es necesario propiciar el cambio del sistema educativo orientado por “un proceso de formación continua, la participación magisterial en una reforma a fondo de los planes y programas, así como el mejoramiento sustantivo de las condiciones de estudio y de trabajo en las escuelas normales y universidades pedagógicas”. Asegurando que “los maestros del país deben tener la garantía de que será respetado su derecho al trabajo en condiciones dignas, con un salario suficiente y prestaciones de ley”.

Recapitulando.

En este primer acercamiento, se puede señalar que:

  1. Desde la lógica de la consolidación: los problemas, afectaciones y consecuencias de la reforma se solucionarán con más aplicación de la reforma (y sus leyes). El espíritu de la reforma se mantiene y perfecciona.
  2. Desde la lógica de la revisión, los problemas de la reforma educativa sólo son de implementación y se solucionarán revisando la legislación con ajustes a la evaluación.
  3. Desde la lógica de la cancelación, se reconoce la participación del magisterio nacional hacia una verdadera reforma y se recupera el papel de las escuelas normales en la formación docente. El espíritu de la reforma educativa se reorienta hacia la defensa de la escuela pública y el reconocimiento del magisterio nacional.

Fuente del Artículo:

http://insurgenciamagisterial.com/consolidar-revisar-o-cancelar-la-reforma-educativa/

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Estrés laboral docente. Metáfora 4.

México / 2 de enero de 2018 / Autor: Fidel Quiñónes Marín / Fuente: Insurgencia Magisterial

4.- El Pípila o el estrés laboral del docente mexicano.

En el año 2007, en el documento “Estrés Laboral Docente: representaciones y prácticas” propuse la representación de la labor docente a través de la figura histórica del Pípila.  Personaje de quien, algunos afirman “no existen pruebas sobre su existencia”, pero que “representa a los héroes anónimos sacrificados por la independencia”.

Al respecto, existe una narración, casi romántica, de Carlos María de Bustamante, quien se refiere al Pípila con estas palabras:

“El general Hidalgo, convencido de la necesidad de penetrar en el interior de Granaditas, nada omitía para conseguirlo. Rodeado del torbellino de la plebe, dirigió la voz  un hombre que le regenteaba, y le dijo… Pípila… la Patria necesita tu valor… ¿Te atreves a prender fuego a la puerta de la alhóndiga. La empresa era arriesgada, pues era necesario poner el cuerpo a descubierto a una lluvia de balas… Sin titubear dijo que sí.  Tomo al intento una losa ancha de cuarterón de las muchas que hay en Guanajuato, púsola sobre su cabeza, afianzándola con la mano izquierda, para que le cubriese el cuerpo; tomó con la derecha un ocote encendido, y casi a gatas marchó hasta la puerta de la alhóndiga, burlándose de las balas enemigas… reuniendo la astucia al valor, haciendo uso de su escudo y practicando la evolución llamada de tortuga…”

Jorge Ibargüengoitia señala al Pípila como un héroe perfecto, porque “su origen es oscuro. Como se ignora su apellido, no hay peligro de que sus descendientes vengan a exigir pensiones. Su actuación en la historia es breve, elocuente y decisiva. Sus palabras, ninguna”.

A mi parecer es una buena metáfora a partir de los pasajes de la historia, dado que cada docente debe cumplir con una pesada misión, que asume como necesaria para el logro de un objetivo nacional, pero cuyo esfuerzo no se reconoce, y se reconoce, sólo es parcialmente. Es decir, el maestro soporta en su espalda la carga simbólica de la educación de calidad (una de las nuevas demandas constitucionales), debe mantener encendida la antorcha de las expectativas sociales y aspiraciones personales. Al mismo tiempo, cuidarse del ataque constante de muchos frentes: la sociedad, los medios de comunicación, las autoridades educativas (fuego amigo y enemigo) y finalmente quemar la puerta de la ignorancia de sus alumnos (orientar a los alumnos en el camino del aprendizaje, el conocimiento y el desarrollo de competencias, y aprender a aprender).

Al docente, como al Pípila (a quien se le recuerda esporádicamente en los grandes pasajes nacionales), se le cuestiona sobre la importancia de su labor, y sólo se le incluye en los discursos, cuando hay que asignarle nuevas tareas y responsabilizarle del funcionamiento del sistema,  y se supone que al término de su misión obtendrá la recompensa (en el caso del docente: la jubilación) para regresar a sus actividades cotidianas, alejado de la lucha heroica, el esfuerzo sostenido y del cansancio residual. Y me pregunto: ¿Así como el Pípila, el maestro es un héroe perfecto, sobre todo “si no habla”?, ¿La carga simbólica de la ideoneidad es somatizada en los dolores de cabeza y espalda que aquejan a los docentes?

En síntesis.

Compañero (a) maestro (a) si en este momento, te has identificado con Sísifo (metáfora 1) por sentir que debes reanudar incesantemente el esfuerzo para cumplir el trabajo en las aulas. O sientes, como le sucede al actor de teatro clásico (metáfora 2), que con la reforma impuesta por los políticos y los empresarios cambian el escenario donde tu trabajo se menosprecia y hasta se vuelve “risible” para la sociedad. O tal vez, como el húsar (metáfora 3) que, a pesar de los anuncios del gobierno vives el trabajo escolar con desconcierto, desánimo y frustración por desconocer, “a dónde vamos a parar” con la reforma laboral en educación. O bien, como un moderno Pípila magisterial (metáfora 4) sientes “la carga” de muchas responsabilidades que afectan y deterioran tu salud, pero que debes silenciarlas.

Si te has identificado con al menos 1 de las 4 metáforas: eres candidato idóneo para sufrir Estrés Laboral Docente.

Fuente:

http://insurgenciamagisterial.com/estres-laboral-docente-metafora-4/

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Estrés laboral docente. Metáfora 3.

México / 30 de diciembre de 2017 / Autor: Fidel Quiñónes Marín / Fuente: Insurgencia Magisterial

3.- El húsar.

Nuevamente el profesor José Manuel Esteve en el artículo “Condiciones sociales del trabajo de los docentes” retoma la imagen de la novela “El húsar”  de A. Pérez Reverte, en la que se narran las peripecias de un soldado que:

“sueña con participar en una gran batalla. Sin embargo, cuando llega el gran día, nuestro húsar espera en la reserva, pasa calor mientras oye a lo lejos el fragor de un combate en el que no participa, y cuando finalmente interviene, le pasa por encima una carga de caballería enemiga y, herido, ha de refugiarse a pasar la noche en un bosquecillo, escondido y lleno de miedo hasta el amanecer. Al final, resulta que ha participado en una de las mayores victorias del ejército francés;… pero desde su perspectiva individual, no ha visto más que miserias, penalidades…

Así, lo que desde una perspectiva global se presenta como una victoria histórica, es vivido por sus protagonistas como un absurdo episodio, inconexo y miserable” (Esteve 2000,13).

El autor se interroga ¿para quién, o quiénes, sacan ventaja de esa llamada “victoria histórica”, dado que en el sistema educativo se ha privilegiado el avance en la cobertura y calidad; pero los profesores en muchos casos viven su trabajo cotidiano como una derrota, con desconcierto, desánimo y frustración.

En estos momentos, cuando de la historia de la educación pública en México parece diluirse en el discurso oficial de la calidad y la idoneidad, los docentes en servicio nos sentimos: desanimados, desalentados, desesperanzados y desprotegidos.  Por un lado, para las autoridades somos sujetos de desconfianza porque no “cumplir” con las expectativas de aceptar casi religiosamente, los mandatos oficiales, por otro, somos trabajadores subvalorados y menospreciados en la construcción de la denominada Reforma Educativa (es decir, la reforma laboral en educación).

En el escenario de la realidad mexicana destacó el anuncio televisivo “Mover a México” donde el “maestro” literalmente se voltea de cabeza en el aula, para mostrar a los alumnos la “nueva escuela”. En fechas recientes, los anuncios se renuevan presentando los logros de alumnos “por méritos propios”, soslayando la labor de los maestros (sus maestros), ya que a los alumnos les gusta “aprender a aprender” (y si lo hacen es a pesar de los maestros).  Así de bondadosa es publicitada la Reforma. Sin embargo, las condiciones de precariedad se mantienen y el docente debe “continuar” con su labor (o con su ocupación), ya que para eso se le paga. Condición que recuerda la frase política “Estabamos a un paso del despeñadero y decididos, dimos un paso al frente”. Traducción: como los antiguos ritos aztecas al docente lo colocan en posición de sacrificio y lo debe aceptar con orgullo, porque lo importante es velar por el interés superior de la niñez: “Primero el presente, primero los niños”.

Parafraseando al profesor José Manuel Esteve, habrá que interrogarse ¿para quién, o quiénes, las autoridades sacan ventaja con la llamada “Reforma Educativa”?, dado que se ha privilegiado la desvalorización docente sobre la actualización y la profesionalización, el sometimiento de los docentes sobre la participación voluntaria, la evaluación unilateral sobre la evaluación general del sistema educativo.  La victoria histórica sexenal de las autoridades mexicanas, no es la misma que diariamente viven los protagonistas docentes: incertidumbre, desconcierto, desánimo, frustración y estrés.

Fuente del Artículo:

http://insurgenciamagisterial.com/estres-laboral-docente-metafora-3/

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Estrés laboral docente. Metáfora 2

Por: Fidel Quiñones Marín

2.- El actor de teatro clásico.

El profesor español José Manuel Esteve (1987) en su obra “El malestar docente”  empleo la imagen de un actor de teatro para explicar los primeros síntomas de la crisis internacional de los sistemas educativos que se había gestado a finales de la década de 1970.  Describiendo una escena en penumbra, donde el actor

“…vestido con ropajes de época, recita un monólogo en versos de rima consonante, cuando, sin previo aviso, los encargados del decorado dejan caer a su espalda un telón de fondo con la imagen del pato Donald y sus tres sobrinos, los encargados de la iluminación encienden tres rayos láser que cruzan el escenario, y los responsables de la tramoya sitúan en el escenario un maniquí vestido con una minifalda de cuero y el pelo teñido de naranja y verde. Nuestro actor, que aún no se ha dado cuenta de los cambios, continúa recitando en verso, y lo único que advierte es que el público se ríe de él; su primera reacción es de desconcierto: ¿por qué se ríen? La obra de teatro es buena, él es un gran actor, hasta ayer había obtenido siempre éxitos clamorosos, el público debería estar en silencio sobrecogido con la intensidad del drama; pero mira hacia el patio de butacas y lo único que ve es un barullo de comentarios diversos y grupos de espectadores que se ríen abiertamente” (Esteve 1987).

La metáfora advierte que el cambio social ha transformado profundamente el trabajo de los profesores, su imagen social y la valoración que la sociedad hace de los sistemas educativos.  El autor señala la necesidad de la formación de docentes para enfrentar el cambio, y convocar al análisis del cambio social y educativo como la primera tarea que deben asumir para desempeñar un trabajo educativo de calidad.

En el escenario actual, los medios de comunicación, no sólo compiten por la atención del alumno, además introducen nuevas informaciones y escenarios que los alumnos absorben indiscriminadamente si no cuentan con la guía  y la vigilancia adecuadas. Los medios de comunicación desde el inicio del sexenio actual han contribuido a deteriorar la imagen social de los docentes con el beneplácito del sector empresarial, de las autoridades de gobierno y educativas, y la contemplación de quienes deberían defender los derechos laborales (las organizaciones sindicales).

Es la “guerra del gobierno contra los docentes”, de la que nos han alertado diversos estudiosos de la Reforma Laboral en Educación. Es decir, han cambiado el escenario de trabajo para los maestros. Primero, desprofesionalizando su tarea, convirtiéndola en una “ocupación”, reduciéndolos a sujetos de evaluación y agentes operacionalizadores de lo que promocionan como nuevo  modelo educativo. Posteriormente, volviéndolos víctimas de su propia actuación, ya que el reglamento de condiciones de trabajo los obliga a “abstenerse de denigrar los actos del gobierno o fomentar por cualquier medio la desobediencia a su autoridad”. Como lo ha referido el Dr. Manuel Gil Antón: esta reforma asume al maestro como un infante (sin voz) y ha convertido al magisterio en infantería (que sólo debe obedecer órdenes).

Nos enfrentamos a la configuración de un escenario que actúa como caldo de cultivo para sobredeterminar el estrés laboral docente en las instituciones escolares, para lograr más (aprendizajes) con menos (recursos), asumiendo la rentabilidad de una labor donde los maestros producen más, si trabajan bajo presión y la amenaza.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/estres-laboral-docente-metafora-2/

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Estres Laboral Docente Metáfora 1

Por: Fidel Quiñones Marín. 

 Uno de los impactos silenciados de la reforma laboral en educación en la vida cotidiana de los maestros de educación básica, lo constituye el Estrés Laboral Docente. Riesgo psicosocial no catalogado como enfermedad profesional que origina graves repercusiones en la vida personal, social y laboral de los maestros en servicio.

El primer acercamiento que deseo proponer en este ejercicio intelectual es el análisis de cuatro metáforas que ayudarán a entender cómo se viven (¿se padecen?) y se configuran las algunas situaciones de estrés que son propias del trabajo docente, por tratarse de una actividad que se desarrolla directamente con otros, por tanto obliga al involucramiento personal e implica responsabilidades laborales (reales, simbólicas e imaginarias) con su correspondiente desgaste físico, emocional e intelectual que repercuten en la salud del docente.

1.- Sísifo.

El autor austriaco Siegfried Bernfeld (1925), nos alertaba en su libro “Sísifo o los límites de la educación” acerca de los limitantes (¿barreras?) que el ambiente escolar y social impone a la labor educativa,  y señalaba que era necesario analizar la educabilidad del alumno, la educabilidad del maestro y la educabilidad de la sociedad a través de los sistemas educativos.  Al retomar el mito narraba que Sísifo fue condenado por Zeus a un castigo cruel por toda la eternidad: debía subir una gran piedra hasta una cumbre del inframundo. Pero cada vez que llegaba a la cima, la roca se le escapaba de las manos y rodaba por la ladera hasta abajo. No le quedaba otro remedio que descender y recomenzar su esfuerzo. Esfuerzo nunca vería recompensado. Por su parte, Albert Camus en su ensayo “El mito de Sísifo” lo presenta como la metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre

En la actualidad, equiparando la labor del maestro con el mito de Sísifo, queda representado de la siguiente manera: se realiza una actividad que debe reiniciarse de manera continua, retroceder en los aparentes logros de periodos anteriores (en ocasiones incluso de un día a otro), realizar el esfuerzo por “avanzar” y lograr los aprendizajes esperados, competencias o aprendizajes clave (subir la cuesta), ser supervisados con “los rasgos de la normalidad mínima” y ser sospechosos de no cumplir “éticamente” la labor docente dado que es sujeto de desconfianza por el designio de las propias autoridades educativas (situación que literalmente “se escapa de nuestras manos”, es decir escapa de su control).

En palabras coloquiales el docente, como se relataría en algunos cuentos de la tradición popular mexicana, “carga la peña”, y además se cuestiona ¿por qué ese maestro sigue ahí estancado en ese círculo vicioso? La patria necesita un docente idóneo evaluable en periodos de 4 años, para no embromar el aprendizaje de los ciudadanos del siglo XXI. El maestro mexicano como una versión actual de Sísifo, representa el “eterno trabajador” castigado por desobedecer.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/estres-laboral-docente-metafora-1/

Imagen:

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Minority report: ¿Por qué hablar del estrés laboral docente?

Por: Fidel Quiñones Marín

“Enseñar es una carrera fascinante que permite seguir estudiando los temas que a uno le interesan, ayudar a los niños a aprender y desarrollarse, y a disfrutar del trabajo en equipo.  Pero también es un oficio muy exigente y, de hecho, todos los profesores acaban sufriendo estrés tarde o temprano” Chris Kyriacou.

 Asistir a la escuela primaria, tanto para maestros y alumnos, es una situación cotidiana.  El escenario escolar dispuesto para el aprendizaje es una condición socialmente deseable para el logro de la normalidad mínima escolar, del funcionamiento del sistema educativo nacional y la consolidación de la educación de calidad.   En la escuela se condensan las expectativas de formación humana, de desarrollo de la personalidad, de construcción de los conocimientos para la vida en sociedad y de la preparación para el trabajo, en otras palabras: el logro de aprendizajes esperados y del perfil de egreso, el desarrollo de competencias para la vida.

Día tras día, semana con semana, mes con mes y año con año, la institución escolar está ahí, al servicio de la sociedad, para recibir a los alumnos en edad escolar (sujetos de la educación) que asisten a “su segundo hogar”, atendidos por un maestro (a) cuyas características como modelo social le ayudará a socializarse y crecer como una persona útil a la sociedad y a la patria. Un maestro idóneo, producido por el sometimiento a la evaluación del desempeño docente que realizan diversas instituciones, dependencias y organismos en conjunto: llámese SEP, INEE, SPD, bajo la supervisión de los órganos empresariales y los medios de comunicación televisivos, resguardados por las fuerzas de seguridad pública.

Noble es el trabajo de enseñanza que el maestro realiza diariamente… una ocupación que lo dignifica como persona y lo cristifica: un buen pastor social, un buen sacerdote civil, un segundo padre para los pequeños, un idóneo y eficaz trabajador de la educación de calidad.  Sin embargo, el docente percibe y siente que en las condiciones actuales, la que asume como su función principal: la enseñanza, es desplazada por otras actividades que le asignan otros agentes, como las autoridades (civiles y educativas), la escuela como institución de servicio, bajo el escrutinio de los padres de familia, los medios de comunicación y la sociedad.  De igual forma las tareas administrativas y los requerimientos de la Reforma Educativa y el Nuevo Modelo Educativo  2017, que se insertan en la dinámica laboral de la escuela que complican, dificultan y tensionan las actividades pedagógicas y didácticas de los maestros frente a grupo.

Mucho se habla desde el discurso oficial de las necesidades del servicio: la planificación del tiempo y de la enseñanza, la actualización permanente y el desarrollo de las competencias docentes para enfrentar los cambios, la obligatoria evaluación del desempeño docente (“Evaluar es para mejorar”); pero en las condiciones actuales, los docentes de educación primaria son rebasados por las múltiples exigencias que ponen en jaque el trabajo educativo escolar (a pesar de las múltiples señalamientos de descarga administrativa para favorecer el tiempo real de aprendizaje).

La nueva escuela primaria ¿pública? que se propone desde la política educativa (desde la reforma laboral en educación) consolidada en los rasgos de la normalidad mínima, es una institución que funciona regularmente, donde los docentes deben asistir puntualmente, capacitarse, diversificar las fuentes de información, trabajar colectivamente y hacer uso de nuevas tecnologías didácticas. Aprovechar compulsivamente al 100% cada minuto y cada segundo de la jornada escolar en el aprendizaje, de lo contrario es sospechoso de incumplir ética y responsablemente con su “trabajo” lo que le impedirá lograr el mínimo necesario para ser valorado como idóneo

Las políticas de calidad, eficiencia, productividad e idoneidad que se implantan en la escuela como institución de servicio ponen énfasis en el presentismo, que aunado al imaginario magisterial del compromiso mesiánico, colocan al docente en estado de vulnerabilidad de su salud.  Mala combinación, que llevada al extremo obliga al docente a asistir enfermo a las aulas (porque “de una gripe nadie se muere”), trabajar con malestar (porque un buen docente no debe quejarse de su trabajo: “ya muchos quisieran un trabajo así”, o en el caso de la compañeras docentes: “no es la primera ni la última maestra que tiene un cólico durante su trabajo”) y vivir laboralmente estresados por las incertidumbres, conflictos y contradicciones que les produce el trabajo en condiciones de adversidad (aunado al estado de indefensión por abandono de las organizaciones propias para a defensa del trabajador, que en la actualidad funcionan como portavoces del discurso oficial)

Además, en el denominado “siglo del estrés”, la sociedad contemporánea parece tener todas las soluciones médicas a los padecimientos del ser humano.  Se supone que desde los servicios de salud se cuenta con la estructura y los recursos para reducir los efectos de las experiencias estresantes a nivel individual (y hasta los anuncios comerciales te invitan a tomar “Dalai”).  Sin embargo, no es ni suficiente, ni justo, ya que los docentes padecen un proceso sistemático de desgaste de su salud, debido a que se han naturalizado los riesgos psicosociales de la enseñanza.  Es decir, en la actualidad se obvian las condiciones reales de trabajo, se silencian las repercusiones a la salud docente y se estigmatiza a quienes señalan los malestares, preocupaciones y conflictos que les genera el quehacer educativo.

Considerando que las respuestas al estrés laboral docente son respuestas culturales por estar configuradas en una institución (la institución escolar) y que la desatención del proceso salud-enfermedad docente es un problema colectivo, silenciado en la implementación de la reforma laboral en educación, es necesario analizar cómo se construyen socialmente los significados del estrés laboral docente, cómo esta situación de conflicto -entre la representación y la realidad- afecta las prácticas de enseñanza-aprendizaje, y valorar las estrategias docentes para sobrevivir al estrés laboral.

En síntesis, es necesario estudiar el estrés laboral docente de los maestros en servicio, porque es una situación que afecta directamente al colectivo docente y en consecuencia, al proceso de aprendizaje. Aunque existe una tendencia a considerar que el estrés se da principalmente en el personal de nuevo ingreso y que poco a poco la experiencia va  fortaleciendo al docente, la realidad es que las tensiones se mantienen, las exigencias sociales y administrativas están a la orden del día, la preocupación por una evaluación impuesta al trabajo docente genera incertidumbre, desmotivación e inseguridad.

Estudiar el estrés laboral del colectivo docente es una necesidad en el ambiente educativo actual para establecer medidas preventivas (y paralelamente, medidas de defensa y afrontamiento) ante los conflictos que nos genera el mundo laboral, configurado e inserto en un proceso sistemático de desgaste de la salud, enfrentado a condiciones laborales de riesgo psicosocial, que limitan el logro de la educación de calidad y de la eficiencia social que se espera de los trabajadores de las instituciones escolares de educación básica.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/minority-report-por-que-hablar-del-estres-laboral-docente/

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Se prepara ofensiva oficial para evaluación masiva del magisterio.

Por: Fidel Quiñones Marín.

La aparente tranquilidad que acompaña a la denominada “Etapa voluntaria de evaluación del desempeño docente 2016” es sólo el preámbulo de una nueva embestida contra el magisterio mexicano. Desde las instancias oficiales y sindicales se preparan discursiva, técnica y operativamente, las nuevas estrategias para evaluar masivamente al magisterio faltante en  los años 2017 y 2018,  y cumplir con las expectativas de los empresarios y de los organismos internacionales.

En el escenario que comienza a perfilarse, cada actor hace su parte, tal como lo sugiere el INEE en su anuncio televisivo. Por un lado, el presidente de la República asegura en Colombia, ante representantes internacionales que participan en el Foro Empresarial Iberoamericano, que a pesar de enfrentar resistencias en su implementación la reforma educativa ‘va’, ya que el 90% de los profesores del país han sido sometidos a la evaluación magisterial, de acuerdo  “al plan gradual que está previsto para hacer evaluación a maestros y maestras” (Milenio. 28/10/2016).  Por su parte, el Secretario de Educación anuncia que “oponerse a la reforma educativa es robar el futuro a los niños” (El Universal.  28/10/2016), sostiene que “La derogación de la reforma educativa o cambios a la reforma, eso no va a suceder, no estamos de acuerdo con ello, creemos que es una gran reforma y lo que tenemos que hacer es implementarla y sacarla adelante” (La Jornada. 25/10/2016) y enfatiza que: “el objetivo es que en 2018 el presidente Enrique Peña Nieto termine de implementar la reforma y el nuevo sistema educativo que permita a México competir a nivel internacional.

El panorama se complica cuando se lee con detenimiento publicaciones anteriores en la prensa nacional e internacional: “El INEE quita lo obligatorio a las evaluaciones de maestros este año” (El Financiero. 28/08/2016), seguida de la aclaración de los consejeros: “esta determinación no implica modificaciones a la ley y… los exámenes se realizarán en noviembre de este año, como se tenía previsto”.  Al tiempo que la presidenta del INEE precisa que “los que no se apunten a los exámenes no serán sancionados, pero a partir del inicio del ciclo escolar 2017, a todos se les irá evaluando obligatoriamente” (El País. 28/08/2016)

Entonces, cómo se concretará la pretensión de evaluar a todo el magisterio nacional.  Las pistas las encontramos de inicio en el comunicado 47 del INEE: “El replanteamiento del modelo que presenta el Instituto se implementará a partir del inicio del ciclo escolar 2017-2018“. Dicho replanteamiento: “considera tres etapas en vez de las cuatro del modelo 2015: 1) Informe de responsabilidades profesionales; 2) Proyecto de enseñanza; y 3) Examen de conocimientos curriculares o disciplinares y pedagógicos”. Aunado a ello, la explicación de la propia Silvia Schmelkes sobre la forma de implementación: en el 2017 ya no se harán los exámenes en una sede y una fecha únicas.  Así las cosas “En el ciclo escolar 2017-2018 se evaluará a maestros que trabajan en escuelas regulares de organización completa, pero será hasta el curso 2018-2019, cuando se evalúe a los profesores de escuelas indígenas y multigrado, que son 44% de las que hay en el país, según cifras oficiales” (La Jornada. 28/08/2016). Asimismo el replanteamiento a la evaluación que se implementará a partir de 2017 contempla una reducción en los tiempos de las pruebas, en su extensión, y un aumento en los plazos para su realización. Lo que implica la posibilidad de evaluar a más docentes. Esta es la razón de las Jornadas sobre evaluación educativa en Morelos y Nuevo León, de los acuerdos con el gobierno de Baja California Sur para fortalecer los procesos de evaluación educativa. (Página oficial del INEE).

Finalmente, la reunión de representantes SNTE-OCDE para implementar estrategias que permitan “convencer” al magisterio de las “bondades de las evaluaciones”, porque al decir de Juan Díaz de la Torre: los maestros se van a volcar por cientos de miles a la evaluación, como nos pasó con Carrera Magisterial en el 92” (Educación Futura. 12/10/2016). Respuesta de obediencia incondicional, si consideramos que la SEP entregó $650 millones al SNTE para la promoción de la reforma educativa (La Jornada. 02/11/2016), con lo cual pone en marcha una aplicación para capacitar a maestros que “responde exitosamente a los retos de los nuevos tiempos, que van  más allá de la coyuntura de la evaluación” (Excélsior, 01/11/2016)

Sin embargo, no podemos soslayar que la Ley General del Servicio Profesional Docente establece que: “Será separado del servicio público sin responsabilidad para la Autoridad Educativa o el Organismo Descentralizado, según sea el caso, el personal que: I. Se niegue a participar en los procesos de evaluación”, y que la evaluación del desempeño docente continúa como una evaluación de alto impacto “porque sus resultados tienen consecuencias directas para quienes participan en la evaluación”. En este caso, la permanencia en el servicio. es decir no se trata de una evaluación formativa.

En síntesis, desde mi consideración, el escenario general apunta a una nueva ofensiva oficial para una evaluación masiva del magisterio, en los años siguientes (2017 y 2018). Espero equivocarme.

Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/se-prepara-ofensiva-oficial-para-evaluacion-masiva-del-magisterio/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/pe%C3%B1alajornada.jpg

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