Venezuela: Derrotar el golpe antes de que se transforme en invasión o guerra civil!

Por: Guillermo Almeyra.

 

1) El golpista Juan Guaidó se proclamó presidente sin siquiera contar con el acuerdo con los demás opositores. Representa sólo a su grupo creado y protegido por Washington.2) Trump y sus asesores amenazaron reiteradamente con una intervención militar en Venezuela que, dadas las dificultades que encuentra Trump en el Congreso, adoptaría la forma de una invasión de mercenarios desde Colombia con “asesores” estadounidenses y apoyo logístico de Washington.

3) Guaidó, para un golpe militar en Venezuela, cuenta con muy poco pues su capacidad de reclutamiento es escaso incluso debido a la emigración de tres millones de venezolanos jóvenes y activos y que pudieron pagar el exilio y la instalación en países lejanos y que en su mayoría lo habrían apoyado. Por eso pide la intervención de Estados Unidos, con el apoyo de prácticamente toda la prensa latinoamericana en manos de la derecha.

4) La “fuerza” de Guaidó reside en que en las Fuerzas Armadas Bolivarianas hay un sector minoritario importante que no soporta más el desastre económico y social creado por la incapacidad del gobierno, con el cual Guaidó está negociando entre bambalinas para garantizar a esos militares el mantenimiento de sus privilegios (que piensa anular apenas pueda).

5) El objetivo del golpe es un gobierno de “unidad nacional” entre los agentes del imperialismo apoyados militarmente por Estados Unidos y la derecha de los militares, en el cual éstos pesarían muy poco y podrían ser arrojados por la borda en cualquier momento oportuno.

6) Venezuela no tiene un gobierno “socialista”. Es un país con capitalismo de Estado en el cual la boliburguesía en el gobierno tiene los mismos intereses de clase que la gran burguesía transnacional y que la mísera burguesía nacional “compradora” y sus marionetas. Ese es el pegamento para el “gobierno de unidad nacional”.

7) Es cosa de locos decir “No al golpe”. El golpe ya lo dieron y falta aún ver si el mismo puede terminar de modo cruento con una guerra civil y una invasión o si será un golpe de Estado con el apoyo de los militares a quienes Washington quiere comprar. Lo que hay que discutir es cómo derrotar el golpe y limpiar de traidores las Fuerzas Armadas, yendo a los cuarteles para armar batallones obreros como hicieron los españoles en 1936.

8) Los trabajadores no han intervenido espontáneamente ni organizado nada en modo independiente porque están desesperados por las consecuencias de la políticas económicas de Maduro y porque tanto Chávez como sobre todo Maduro reprimieron sus huelgas y manifestaciones de independencia y los sometieron al control del gobierno y del Estado.

9) Chávez y Maduro, mostrando su confianza en el capitalismo y con total ceguera estratégica, hacían refinar el petróleo venezolano en Estados Unidos, tenían en ese país su principal empresa (ahora expropiada por Trump) y sus reservas en oro estaban en países imperialistas. Maduro ha dado amplias concesiones en el Orinoco a empresas petroleras de EE.UU. Ni él ni Chávez tocaron las bases del capitalismo en Venezuela y Chávez murió antes de poder desarrollar su intento de organización de un poder popular paralelo, que fue asfixiado por Maduro. El estatalismo es tal que Chávez expulsó disidentes del PSUV antes mismo de que éste se organizase y tuviese estatutos. El PSUV es una simple máquina electoral ineficiente (Maduro obtuvo en las últimas elecciones presidenciales menos votos que el número de inscriptos que declara el PSUV). El descontento popular y la subordinación al Estado impiden una respuesta independiente de los trabajadores al golpe en curso. Sin embargo, tanto en caso de un golpe de Estado pro Guaidó de un sector de las FAB como en el de una invasión, sectores importantes de los trabajadores se movilizarán pese a todo y resistirán como puedan.

10) ¡Derrotemos el golpe antes de que se transforme en una invasión o en una guerra civil! ¡Impidamos las negociaciones secretas entre Maduro y los golpistas agentes del imperialismo! ¡Cortemos los puentes en la burguesía tradicional y la boliburguesía!¡El fusil en manos de los trabajadores es la garantía de democracia y de una inmediata adopción de medidas anticapitalistas! ¡Los cuarteles son del pueblo y deben armar al pueblo! ¡Suspender el pago de la deuda hasta una auditoría general de la misma, el restablecimiento del abastecimiento popular en productos de primera necesidad y el funcionamiento de un eficaz sistema de salud! ¡Estatización y centralización de los bancos para evitar la fuga de divisas! ¡Expropiación de las palancas de la economía y funcionamiento de las mismas en autogestión obrera dentro de un plan nacional consensuado! ¡No a las vacilaciones de Maduro que alientan a los huelguistas, cárcel para Guaidó, elección bajo control popular de diputados revocables por asambleas para que un Consejo Nacional de Diputados convoque elecciones generales!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente del artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=252391

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Barcelona: la piedra y la mano

Por: Guillermo Almeyra

Detrás de los fanáticos asesinos de la yihad o de los asesinos nazis y del Ku Klux Klan en Estados Unidos hay fuerzas que los reclutan, envenenan sus mentes, atizan sus miedos y odios, arman sus manos, financian sus atentados y sus organizaciones.

Antes de lanzar a una guerra a un país cuyos habitantes no la quieren o la temen, esas fuerzas intoxican la opinión pública, adormecen y desarman las oposiciones éticas o morales, siembran odio contra el “enemigo” que fabrican para combatirlo con el fin de lograr sus objetivos (eliminación de una competencia, conquista de territorios y riquezas, monopolio de materias primas escasas).

Entonces las provocaciones mortíferas están en el orden del día y se multiplican: el presidente Franklin Delano Roosevelt tenía información de que el alto mando japonés iba a atacar Pearl Harbour y dejó conscientemente que hundiesen la flota estadounidense con alto costo en vidas humanas; para invadir Afghanistán fue necesario el atentado del 11 de noviembre de 2001 contra las Torres Gemelas perpetrado por gente formada y fomentada por la CIA y George W. Bush inventó en 2003 y declaró tener pruebas de que Irak tenía armas de destrucción masiva para destruirlo, conquistarlo y apoderarse de su petróleo; por último, en la actual guerra en Siria e Irak, los terroristas del Estado islámico son armados y financiados por Estados Unidos, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, que además vende el petróleo iraquí robado por ellos.

Ante la ola de atentados en Inglaterra, Alemania, Francia, España… hay que preguntarse pues a quién sirven, por qué su simultaneidad y la elección de ciudades con gran turismo y qué están preparando.

La respuesta es simple y apunta a Estados Unidos que declara abiertamente sus intenciones de provocar conflictos bélicos (con Corea del Norte, China o Venezuela) que sabe muy bien que serían nucleares, abarcarían Europa y llegarían al territorio de Estados Unidos y por eso mismo son mucho más impopulares que la guerra de Vietnam. No hay ninguna otra potencia mundial interesada en la preparación de una guerra general que pondría en peligro la existencia misma de la civilización e implicaría también terribles desastres sociales y ecológicos.

Trump es el aliado de las monarquías árabes que fomentan la yihad y sostiene a los supremacistas blancos y a los nazis estadounidenses. Sus amenazas bélicas responden al hecho de que intenta mantener mientras todavía puede una supremacía económica y militar que se está deshaciendo. No puede esperar que una sinergía ruso-china supere a Estados Unidos en esos campos. Por eso los atentados en países que rechazan su política, como los europeos y los ataques contra Venezuela y Cuba, que deben ser eliminados como focos de resistencia antes mismo de un conflicto generalizado.

La lucha contra el peligro de guerra es urgente y exige rechazar la islamofobia (el Islam como religión no tiene nada que ver con estos atentados), la xenofobia (los inmigrantes son un aporte, no un peligro) y al capital financiero que persigue sus objetivos aunque para alcanzarlos deba pasar por sobre millones de cadáveres.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230522&titular=barcelona:-la-piedra-y-la-mano-

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Las curiosas teorías de Álvaro García Linera

Por: Guillermo Almeyra

Álvaro García Linera (AGL) publicó un largo artículo en Rebelión bajo el título de “¿Fin de ciclo progresista o proceso por oleadas revolucionarias?”. Dado que el autor es vicepresidente de Bolivia, ex miembro del grupo Comuna y téorico del gobierno de Evo Morales, no se puede dejar pasar muchas de las cosas que escribe sin hacer algunas aclaraciones.

AGL durante varios años propuso para Bolivia un “capitalismo andino” con una burguesía aymara creada y fomentada desde el Estado (capitalista) arrancado a la oligarquía por las movilizaciones populares pero rápidamente identificado con el Movimiento al Socialismo (MAS).

Éste consiste en un semipartido sin vida, ni democracia interna y con política capitalista nacionalista – reformista y es en realidad un pool de direcciones sindicales obreras y campesinas burocratizadas que aspiran a ocupar los puestos principales en las instituciones del Estado. Ahora bien, desde la vicepresidencia del gobierno de ese Estado, AGL impulsa una política neodesarrollista – extractivista y una concepción “jacobina” – centralizadora que privilegia las necesidades del capitalismo de Estado (gasolinazo, carretera por el TIPNIS violando la Constitución que garantiza la autonomía indígena y propone la descentralización).

Según AGL, existió una “Internacional progresista y revolucionaria a nivel continental” y “Lula, Kirchner, Correa, Evo, Chávez y Ortega (¡!) habrían constituido su Comité Central.

Para AGL, los explotados con “las clases menesterosas” y el ataque brutal del capitalismo no es contra las conquistas de los trabajadores, su nivel de vida y de cultura y sus ingresos directos e indirectos sino que es contra los Estados mediante la caída de los precios de las materias primas… (el cual depende de la crisis capitalista de la demanda aunque no sólo de eso).

AGL mide “el poderoso ascenso político de las clases sociales (sic) y fuerzas políticas de izquierda que asumen el control del poder del Estado” por la incorporación masiva de “diputados, asambleístas y senadores” a las instituciones del Estado capitalista, sin pensar que un policía socialista es un policía del Estado capitalista y un diputado o senador “socialista”, un engranaje menor del capitalismo de Estado.

Para él, el gobierno es “la clase dirigente”, cuando el gobierno “progresista” es sólo un ocupante extraño de un aparato estatal capitalista que trata de sustituir en las instituciones de éste a la clase dirigente, que seguirá siendo capitalista mientras nadie la liquide.

Para AGL, los gobiernos “progresistas” efectuaron una “extraordinaria redistribución de la riqueza social” y “cerraron las tijeras” de las desigualdades sociales cuando la realidad es que Cristina Fernández dejó una cifra de pobres (que Macri multiplicó después) apenas diferente de la que existía a fines de los noventa con el neoliberalismo y el coeficiente de Gini, que refleja las desigualdades sociales, prácticamente no se modificó.

AGL, justificando el intento de reelección indefinida de Evo (y suyo mismo), por ejemplo, dice “cuando la subjetividad de las personas (sic) y la fuerza de las personalidades es la (sic) que deciden el destino de un país, estamos frente a verdaderos procesos de revolución”, sin pensar que podría estar ante procesos de contrarrevolución (Napoleón, Hitler).

A los que se oponen al desarrollo del consumismo y del mercado CAPITALISTA que impulsan los gobiernos “progresistas” les responde, simulando confusión, que no es posible suprimir el mercado porque se reproducirá el mercado PRECAPITALISTA, que se basa no en el consumismo sino en el trueque o el intercambio comercial.

Para combatir contra la izquierda revolucionaria que critica el extractivismo, el desarrollismo, a sustitución de los trabajadores, AGL inventa una izquierda inexistente que, según él, dice que “los gobiernos progresistas no están tomando medidas más duras de socialismo que acaben con el mercado mundial (sic), la división internacional del trabajo (sic) e instauren inmediatamente medidas comunistas de propiedad y producción (sic)”, cuando el socialismo sólo puede ser mundial, con un solo mercado y una división voluntaria del trabajo y el comunismo presupone la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y la reducción extrema de la propiedad misma, salvo la de los objetos de uso elementales.

“La revolución es mundial y continental (sic) o es una caricatura de revolución” dice AGL sin demasiada precisión y elegancia, pero con razón. Eso lo opone al stalinismo, pero su prédica sobre la necesidad de un bloque –no de alianzas puntuales- con las burguesías nacionales, que comparte con todos los defensores de los gobiernos progresistas y su desprecio por el análisis clasista lo colocan entre los neostalinistas.

Dice por último que las revoluciones forman parte de una sucesión de oleadas que para él parece infinita e in crescendo. No es así: el capitalismo está acabando rápidamente con las bases de la civilización y de muchas especies, entre ellas, la nuestra. Un triunfalismo fatalista no puede esconder el peligro de una catástrofe ecológica y/o nuclear que los gobiernos “progresistas” no hacen nada por conjurar (Cristina Fernández inauguró una central eléctrica carbón y usinas nucleares en plena conferencia mundial sobre el cambio climático).

No es cierto tampoco que “el tiempo histórico está de nuestro lado”, no sólo porque tal tiempo histórico no existe sino que lo construyen los seres humanos con sus luchas y no tiene fines determinados sino también porque los plazos son cortos. Habría mucho más que decir, pero también es corta la paciencia de los lectores.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228363&titular=las-curiosas-teor%EDas-de-%E1lvaro-garc%EDa-linera-

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