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Las mentiras de Acuña y la educación pública porteña

En declaraciones a Tiempo Argentino, la ministra de educación porteña defendió su gestión a punta de mentira: negó el problema salarial y la falta de vacantes, confirmó el proyecto UNiCABA, y responsabilizó a la docencia de la no implementación de ESI.

Con la llegada de Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a la Argentina comienza una segunda etapa del plan de guerra contra el pueblo trabajador. A la devaluación de los últimos meses ahora se suma la negociación de presupuestos de ajuste fiscal en todo el país, de esta forma, tanto los empleos públicos cómo los presupuestos de los diferentes servicios sociales están en la mira.

En una entrevista a Martín Suárez de Tiempo Argentino, la ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires respondió a las principales críticas que se hacen de su gestión desde diferentes actores educativos como docentes, estudiantes y familias; habló de salarios, cierre de profesorados, implementación de la ley de educación sexual, falta de vacantes y baja en el presupuesto educativo. Aquí chequearemos cada una de sus principales afirmaciones.

Aumento de salarios: «recién en septiembre»

Sobre la cuestión salarial fue descarnada. La docencia viene reclamando no perder poder adquisitivo, y ha recibido hasta el momento un aumento del 8%, cuando el índice de precios oficial ya confirmó que se superó el 16% y las consultoras proyectan que se superará el 30% durante el 2018. Frente a esto la conducción de UTE anunció un paro de 24 hs al regreso a clases y Ademys uno de 48 hs. 
La ministra afirmó que se sentará a negociar «recién en septiembre», cuando haya depositado las otras dos cuotas ofrecidas y el aumento haya llegado sólo al 15%. Extraoficialmente desde el Gobierno afirman que el aumento en el sector público no superará el 20% para cumplir con las promesas al FMI de ajuste fiscal, es decir un recorte de, por lo menos, un 10% del salario real docente.

«La Ley de ESI es responsabilidad de nuestras maestras y maestros»

Luego de pronunciarse contra la legalización del aborto, y sólo por la despenalización, Acuña señaló que «hay una implementación correcta de la Ley de ESI en todos los niveles», que «la forma de enseñar que piden los pibes es distinta a la que usan los docentes» y que «es un enfoque equivocado buscar, a través del presupuesto, si la ley se está cumpliendo o no». De esta forma se lavó las manos sobre los problemas que vienen denunciando tanto estudiantes como docentes, descargando la responsabilidad de la incorporación de educación sexual sobre la docencia.

El cinismo de estas afirmaciones contrasta fuertemente con la realidad. El ministerio nunca declaró la capacitación en educación sexual como línea prioritaria, como así tampoco garantizó formación en servicio sobre el tema. Es más, el único postítulo en esta temática tuvo que dejar afuera este año a la mitad de los inscriptos por falta de nuevas designaciones, a lo que se suma que las docentes a cargo están precarizadas con contratos a término y aún no han cobrado a esta altura del año.

Asimismo, siguen sin existir espacios curriculares específicos o personal designado para tal tarea en cada escuela, eso sin mencionar que la ley actual no especifica que tenga que darse con una perspectiva de género, lo cual, en los hechos, avala la entrada de ONGs a las escuelas como Protege tu Corazón que promueve la idea cristiana de que la abstinencia es el mejor método anticonceptivo.

«No se cierran profesorados, pero la UniCABA sigue adelante»

El principal conflicto educativo de la primera mitad del año fue provocado por el proyecto de cierre de los profesorados porteños. Contradictoriamente la ministra niega que se vayan a cerrar, pero luego afirma que «hablamos de una transferencia gradual», es decir que no sería un ajuste por shock, sino gradual. Luego, para justificarlo sigue repitiendo afirmaciones falsas como que «hay planes de estudios extensos que están alejados de las prácticas», cuando en realidad los planes tienen menos de 2 años, prácticas desde primer año y fueron aprobados por la gestión actual; o que el cambio de nombre a Universalidad podría resolver por medio de una maniobra semántica la deserción de los estudiantes o la extensión de la carrera por fuera de los tiempos estipulados. Frente a estas problemáticas lo que realmente hace falta son juegotecas para garantizar la cursada de padres y madres, y un sistema de becas integrales que evite la deserción.

Acuña también se refirió a la falta de «vocación» por elegir la docencia entre los jóvenes, lo que se «olvida» es que es una de las tres profesiones peor pagas de la ciudad, claro que ella con un sueldo en bruto de $179.612 por mes no ve problemas para «dedicarse» a la educación.

«No hay falta de vacantes»

No hay peor ciego que el que no quiere ver, o más bien, que el que no le conviene ver. Contradiciendo sus propios datos oficiales afirmó que “en la Ciudad no hay falta de vacantes en la educación obligatoria desde los 4 años”, sin embargo, cuando tuvo que responder al pedido de informes de Patricio del Corro reconoció que dejaron faltaron 11.958 chicos sin asignar vacantes (10.665 de nivel inicial; 439 de primario y 328 del secundario).

Esas cifras luego del amparo presentado por Del Corro y Bregman, las intentan esconder detrás de la no obligatoriedad de parte del nivel inicial, con vacantes en la otra punta de la ciudad de donde viven los chicos o sobrepoblando aulas. Sólo después de una intimación de la jueza a multas por esconder información aceptaron que las y los supervisores fuera citados, quienes fueron contundentes en sus declaraciones: por ejemplo, afirmaron que 52 micros salen de la villa 31 hacia escuelas fuera del barrio, que en la zona de Parque Avellaneda hay 247 familias no les servían las vacantes ofrecidas y que en Lugano salen todos los días micros con 240 chicos para primarias en zonas alejadas.

Todo esto sin contar la sobrepoblación de aulas en zona sur, que sólo en el barrio de Mataderos llega a 527 según declaraciones de la supervisora de primaria de dicha zona. A partir de estos datos calculamos que faltan 9 escuelas primarias más en la zona sur, que no están proyectadas construirse, y entre 30 y 50 jardines en toda la ciudad, dependiendo la cantidad de secciones que alberguen, para cumplir con el derecho a la educación desde los 45 días tal como establece la constitución de la ciudad.

«No dejamos de invertir un peso en educación»

Frente a las críticas por la baja en el peso del presupuesto educativo, que bajó 10 puntos porcentuales en los últimos años, señaló que “no dejamos de invertir un peso en la educación pública por transferir a las privadas”, para luego rematarlo con que “pensar que el problema de la educación tiene que ver con el financiamiento es no entender el problema de fondo”. Precisamente el problema es el Fondo Monetario Internacional que en el acuerdo con el Gobierno fija metas que sólo se pueden cumplir ajustando en la educación pública, mientras chicos se quedan sin vacantes, el estado edilicio de cientos de colegios es deplorable y la docencia no llega a fin de mes. ¿Cuántas escuelas se podrían construir en sólo un año con los $6050 millones de pesos que dedican al sector privado en educación o con los $1200 millones de los colegios católicos que no cumplen con la ley de educación sexual?

Los planes del FMI implican un ataque de conjunto sobre el pueblo trabajador que empeora las condiciones de aprendizaje de los estudiantes. En la reunión de la comisión contra la violencia institucional, que preside Myriam Bregman, fueron sistemáticas las denuncias de situaciones de más hambre en las escuelas, en especial las de zona sur. Sólo un necio o cínico negaría que ampliar el presupuesto para dar planes de becas integrales y garantizar un servicio de comedor universal no impactaría en una mejor educación pública.

«No era un protocolo antitomas»

Para responder a las preguntas por los protocolos que criminalizan la protesta estudiantil la ministra eligió los eufemismos “no era un protocolo antitomas sino pautas de acción para las autoridades de las escuelas”, cuando dicha disposición implica, en los hechos, la identificación de los estudiantes que se manifiestan y la intimación, bajo amenaza de iniciar acciones judiciales, a los responsables legales para que retiren a sus hijos de los colegios.

Poner en pie una fuerza que sea capaz de defender la educación pública
Garantizar el derecho a la educación pública, junto a otros como salud, mejora las condiciones de vida del pueblo trabajador y se transfiere, del hogar privado al Estado, una parte de la carga del trabajo reproductivo. Por eso mismo, podemos afirmar que las políticas que impone el FMI de privatización o ajuste en educación pública es un golpe al “bolsillo” de las familias obreras y/o un aumento del trabajo reproductivo en el hogar, es decir, mayoritariamente de las mujeres de la familia. La lucha contra esta ofensiva sobre las masas y por ampliar el acceso a la educación, por ejemplo, con jardines, es también un esfuerzo de la clase por demandar su porción de la civilización.

En este sentido tienen una responsabilidad central las conducciones sindicales, en alianza con el movimiento estudiantil y de mujeres, para desarrollar un plan de lucha no solo por las reivindicaciones inmediatas, sino, especialmente enfocado a derrotar el ajuste que nos quieren imponer el FMI, el Gobierno y los gobernadores con la colaboración de la CGT, e imponer una salida de las y los trabajadores a la crisis.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Las-mentiras-de-Acuna-y-la-educacion-publica-portena

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Ni cierre ni vaciamiento de los profesorados

Por: Hernán Cortiñas

En medio del malestar social por tarifazos, devaluación y techo salarial, y luego de que se rompiera el cerco mediático, el Gobierno prepara el plan B: cierre gradual de los profesorados.

Con el corte en el Obelisco y la intervención en la 44° Feria del Libro, estudiantes y docentes rompieron el cerco mediático que aislaba la lucha por nuestros profesorados. Esto se dio en el marco del hundimiento de la imagen del Gobierno nacional y de Larreta. La bronca por los tarifazos y los techos salariales se agudizó esta semana con la corrida cambiaria que fue detenida momentáneamente mediante más intereses para los especuladores y un ajuste fiscal de 30.000 millones de pesos, mientras la inflación se sigue disparando.

Es así que la ministra Acuña tuvo que aclarar que querían debatir el proyecto y alargaron lo tiempos de tratamiento en la Legislatura. Mientras tanto, el ya “mal” conocido para los docentes Abrevaya, que fue el voto que definió el cierre de las juntas docentes en el 2011, dejó claro en su columna del diario Clarín que podría haber un proyecto “alternativo” para que la UniCABA salga. Al mismo tiempo, y mientras se prepara la movilización del miércoles 9, Eduardo López, secretario general de UTE-CTERA, a quien docentes y estudiantes le exigen un gran paro educativo, salió en declaraciones mediáticas diciendo: «Le decimos a Rodríguez Larreta que abra todas las universidades que quiera”. Al coro de guardavidas del macrismo se sumó Gustavo Zorzoli, rector del Colegio Nacional Buenos Aires, afirmando “apoyo la iniciativa de la creación de una universidad para la formación continua de los docentes, que se articule con los institutos, ofreciendo licenciaturas y postgrados gratuitos”

Ni “reformismo” permanente, ni gradualismo

No es aceptable una universidad creada a la imagen y semejanza del macrismo, en donde el ejecutivo defina a dedo, por medio de un rector interventor, quien trabaja y con qué contenidos. El Gobierno de los CEOs sólo nos traerá más mercantilización de la educación, con programa de precarización como el “Elegí enseñar” o negocios con las plataformas educativas de las multinacionales. No lo queremos para la formación inicial, como así tampoco para la formación continua, eso le debería quedar claro a Abrevaya, Zorzoli y López.

Pero el peligro de estos proyectos “alternativos” es aún mayor. No se trataría de un empate en la lucha, sino de un cierre gradual. Para clarificar, tomemos el caso de la UNIPE, creada por el kirchnerismo con el objetivo inicial de dar formación continua en la provincia de Buenos Aires. Desde este año, no sólo tiene oferta en la ciudad de Buenos Aires, sino que agregó carreras de formación docente inicial. Su cogobierno consiste en un Consejo Superior de 11 miembros en donde sólo 1 es estudiantil y la totalidad de la planta docente fue designada según los “criterios” de los rectores “normalizadores”.

Cuando decimos no a la UniCABA, no a los proyectos alternativos, hablamos de defender la autonomía y cogobierno de nuestros profesorados, no queremos que este, ni ningún Gobierno intervenga despóticamente en la formación docente. Estas propuestas de coexistencia implican por un lado el ahogo presupuestario y por el otro la competencia por la matrícula. Abrevaya en su nota en Clarín dejó claro este objetivo “hay que asumir responsablemente que, si no hay alumnos suficientes, no hay instituto”.

Los problemas reales de la formación docente

Según un informe realizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 78% de las y los estudiantes trabaja, y en condiciones precarias. Con un sueldo que no alcanza, con trabajos precarios de ocho, nueve o más horas. Esta es la realidad a la que se enfrentan muchos estudiantes, dificultades que muchas veces ponen en duda la continuidad de su formación.

Hay otra realidad a la que el macrismo tampoco da respuesta con su proyecto. En los profesorados la composición femenina es mayoritaria, llega hasta el 80% o más para el nivel primario e inicial. Muchas de las estudiantes son madres, algunas, únicos sostenes de hogar, deben hacer malabares para poder estudiar sin abandonar o retrasarse. Es una demanda indispensable que haya juegotecas en todos los institutos, en donde todos esos niños y niñas puedan pasar tiempo ahí de manera didáctica, recreativa y educativa, para que sus madres y padres puedan seguir cursando.

Mientras tanto 31 profesorados privados, en su gran mayoría religiosos, reciben este año más de 340 millones, cuando tienen sólo 590 egresados por año. Es decir que se gasta más de medio millón de pesos por egresado, para una formación que no respeta la ley de educación sexual integral. Es inaceptable que sea el mismo Estado quien promueve y financia la fragmentación del sistema educativo entre estatal y privada, cuestión que ratificó el kirchnerismo con su Ley de Educación Nacional del 2006.

Este año, el presupuesto educativo para la Ciudad de Buenos Aires es el más bajo de la historia, sin embargo, el gasto en deuda pública sigue aumentando. Las jerarquías están claras y es hora de dar vuelta el debate. Quienes, a pesar de mil trabas, sostienen día a día la educación pública y la formación para esa tarea, somos los docentes y estudiantes, justamente quienes no fuimos consultados por el Gobierno para elaborar el proyecto UniCABA, ni tampoco por Abrevaya, Zorzoli ni Eduardo López con sus contrapropuestas.

Por profesorados al servicio de las y los trabajadores

¿No ha demostrado la comunidad de los terciarios que son los que más saben sobre formación docente? ¿Acaso no tienen más de 100 años de experiencia formando talentos de la talla de Julio Cortázar? Es tiempo de reconocerles una autonomía plena, como a las universidades, y profundizar la democratización de sus órganos de cogobierno. Democratizar los órganos de cogobierno con mayoría estudiantil, claustro único docente y participación no docente, estableciendo el voto directo, como mecanismo de elección de autoridades y revocabilidad de los cargos, no es una demanda desligada de que se exprese el avance de un programa transformador, ligado al movimiento obrero y a sus luchas. Dar esta pelea lleva a cuestionar las trabas materiales estructurales que hoy imposibilitan el acceso y permanencia: sin becas integrales para poder estudiar, sin una reducción de la jornada de trabajo para poder trabajar y estudiar, sin salarios iguales a la canasta familiar para docentes y no docentes, no es posible siquiera pensar en el avance de un programa que revolucione la formación docente.

¿Y si en lugar de subsidiar profesorados religiosos con 340 millones por año se la damos a los estatales? ¿No se podría jerarquizar así la carrera docente con mejores edificios, becas integrales y juegotecas? Con ese dinero se podrían dar más de 1800 becas equivalentes al salario inicial de un docente durante los doce meses del año. Sería un gran paso para terminar con la falta de docentes y mejorar en los hechos las condiciones de estudio.

Desde ya que para esto necesitamos más presupuesto educativo, lo que sería posible si dejamos de subsidiar la educación privada y religiosa, de pagar la deuda externa y aplicando impuestos progresivos a las grandes fortunas. Exigirle al Estado que se haga cargo de financiar no significa que tenemos que dejar el control en manos de funcionarios que representan los intereses de la clase dominante, de los empresarios, de las cadenas editoriales, de los organismos financieros internacionales. De Carlos Marx a esta parte sostenemos que “eso de ‘educación popular a cargo del Estado’ es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., y, como se hace en los Estados Unidos, velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado, y otra cosa completamente distinta es nombrar al Estado educador del pueblo! Lo que hay que hacer es más bien substraer la escuela a toda influencia por parte del Gobierno y de la Iglesia”.

Nuestra educación, la de millones de jóvenes, vale más que sus ganancias. Pero los ministros, tecnócratas y burócratas no pueden darle una salida a esta crisis.

Necesitamos un gran Congreso Educativo Nacional, donde docentes, estudiantes y familias podamos definir un programa para salir de la crisis a donde nos llevaron todos estos gobiernos que defienden los intereses del mercado.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Ni-cierre-ni-vaciamiento-de-los-profesorados

 

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Los nuevos documentos de la secundaria “sin” futuro en 6 claves

Por: Hernán Cortiñas

Frente a una treintena de secundarias tomadas y dos movilizaciones de miles de estudiantes, familias y docentes; el Gobierno responde con tres nuevos documentos que analizaremos en la presente nota.

El accionar de Cambiemos para intentar hacer pasar la reforma de la secundaria ‘sin’ futuro parece repetir un manual al que ya nos tienen acostumbrados.

Primero lanzaron informalmente información ‘de máxima’ sobre el contenido de la reforma, luego, intentaron intimidar y dividir a los estudiantes con un instructivo “antitoma” y reducir el conflicto a una polarización con el kirchnerismo. Mientras tanto midieron reacciones y la opinión pública; no por casualidad han llegado a los mails de docentes, estudiantes y familias invitaciones a charlas por barrio sobre este tema. El movimiento estudiantil, rápido de reflejos, reaccionó con dos movilizaciones de miles y más de 30 tomas de colegios.

Agotada la estrategia de máxima del Gobierno por la repercusión conquistada por los estudiantes, ahora abordan una segunda etapa en donde intentarán posar de dialoguistas y utilizar la liviana ‘herencia’ de las leyes educativas del kirchnerismo para avanzar en introducir lógicas privatizadoras y precarizadoras de la educación pública.

Ya con una estrategia de desarmar el conflicto la ministra de educación porteña, Soledad Acuña, lanzó cartas, promesas de tecnología e infraestructura y un nuevo documento provisorio sobre la reforma. Con un lenguaje dialoguista e inclusivo, bajo el amparo normativo de la ley de Educación Nacional (LEN) del kirchnerismo, mantiene de forma encubierta los puntos clave de una reforma al servicio de los intereses del mercado.

1 – Educar para el mercado

Mantiene intacto el perfil funcional a las exigencias empresariales de mano de obra barata: flexible y descartable. El planteo inicial de un 50% del tiempo de 5to (o 6to) año dedicado a pasantías gratuitas en empresas se esconde ahora bajo el nombre de prácticas educativas, que serían negociadas y acordadas a nivel de cada institución, todo bajo el amparo del decreto 1374 sancionado bajo el kirchnerismo para reglamentar lo que ya estaba contemplado en el LEN.

Esto abre una doble estrategia, por un lado, dividir al movimiento estudiantil y docente, ya que la negociación sobre el contenido e injerencia empresarial sería en acuerdos colegio por colegio. La consecuencia de esto es una fragmentación creciente del sistema educativo, en lo que podríamos llamar una educación para los ricos y otra para los pobres. En palabras del propio Esteban Bullrich: «nosotros tenemos que educar a los niños y niñas del sistema educativo argentino para que hagan dos cosas: o sean los que crean esos empleos, (…) o los sean capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla». En esta misma línea no es casualidad que los subsidios a la educación privada hayan crecido escandalosamente, pasando de representar el 14,5 % del presupuesto educativo en el 2012 a ser el 16,2 % este año.

2 – El negocio de la educación

A su vez se mantiene intacto el aumento de la injerencia del sector privado mediante la contratación directa de plataformas y recursos educativos. Esto no sólo implica un negocio al servicio de grandes multinacionales, sino que además estandariza la educación empeorando las condiciones de aprendizaje de los jóvenes, confundiendo el uso de la tecnología digital como herramienta y auxilio de la enseñanza con el reemplazo de la docencia por plataformas digitales prediseñadas.

No es casualidad que este tipo de reformas estén fomentadas por organismos internacionales como la OCDE y grupos empresariales como Pearson, una transnacional que genera contenidos educativos y que es la que diseña las pruebas PISA con las que se estigmatiza a la docencia y se justifican este tipo de políticas.
Cabe señalar que estas plataformas se adquirirán mediante la modalidad menos transparente que posee el Estado, la contratación directa, según se estableció en la Resolución 2376/16 del Ministerio de Educación nacional. A fin de cuentas, buscan desplazar a los docentes que estimulan el pensamiento crítico, por ejemplo, trayendo a las escuelas problemáticas actuales como la desaparición de Santiago Maldonado, con plataformas digitales diseñadas a medida de los CEOS: un negocio redondo.

3 – ¿Tutores o profesores?

El proyecto de reforma desarma la centralidad de los profesores en el sostenimiento de la escuela secundaria y la pasa a la figura de tutores. El documento en elaboración si bien deja de hablar de un 70% de tiempo de acompañamiento sigue siendo ambiguo sobre quiénes desempeñarán ese rol y en qué condiciones.

No es menor el antecedente del Plan FinEs I y II en donde, bajo la excusa de implementar nuevas modalidades pedagógicas, el gobierno anterior contrató profesores bajo la figura de tutores, argucia legal que les permitió evadir los derechos establecidos en el estatuto docente. De esta forma aún hoy este sector de la docencia es contratado a término, no cobra vacaciones, tiene salarios inferiores al resto, entre otros derechos violentados.

4 – Educación sexual integral, el gran ausente

En un país con cifras alarmantes, en donde una mujer muere cada 18 horas a causa de femicidios, desaparecen chicas en manos de redes de trata y 300 mujeres mueren al año por abortos clandestinos; la reforma que pretende preparar a las nuevas generaciones para el futuro no dedica ni una línea sobre Educación Sexual Integral.

El Gobierno porteño habla de diálogo, pero se niega sistemáticamente a escuchar y dar respuesta a los reclamos estudiantiles, e incluso los menosprecia por medio de sus lacayos en los medios, como Lanata.

5 – La eficiencia en educación

Con un discurso progresista, “se propician espacios de recuperación y acompañamiento”, se encubre un objetivo mercantil (eficiencia) de ajuste, “en el sector educativo la repetición genera sobrecostos”. Bajo el manto de un debate pedagógico, más que válido si fuese abierto al interior de las instituciones educativas para mejorar las prácticas actuales, se intenta implementar un recorte de “costos” educativos, en detrimento de la formación de los estudiantes y de las condiciones de trabajo de la docencia.

De esta forma abre el camino a transformar la secundaria en un simple transcurrir de cinco años, y se descarga en la docencia la responsabilidad del seguimiento individualizado de sus estudiantes sin garantizar el tiempo rentado necesario para ello.

El nuevo documento ya no habla de créditos, sino de consejos ad hoc de tres profesores para definir la promoción. La cuestión es que taxativamente descarga la responsabilidad sobre la repitencia o no en la docencia: “El acompañamiento a las trayectorias escolares es una responsabilidad de toda la escuela secundaria y una tarea colaborativa entre docentes, tutores, preceptores, equipos de conducción y DOE”.

¿Dónde queda la responsabilidad del Estado en garantizar condiciones de aprendizaje y de enseñanza? ¿En qué tiempos se realizarán todas estas nuevas tareas? ¿Implicará una sobrecarga de trabajo para los profesores? ¿Por qué no se garantizan mejores condiciones de jornada laboral docente? Si se crean nuevos cargos u horas ¿serán bajo estatuto? De todos estos interrogantes que implicarían mayores recursos para mejorar la secundaria, ni una palabra.

6 – ¿Recursos para la secundaria o prebendas?

Junto al nuevo documento de la reforma difundieron dos cartas con promesas de material tecnológico y mejoramiento de las aulas donde se aplique la reforma. Se limitan a prometer proyectores, netbooks, cortinas y pizarras blancas para las aulas de primer año de las 19 escuelas “piloto”, y nuevas computadoras para el gabinete de informática.

¿Por qué atan estos recursos a la implementación de la reforma? ¿Por qué los jóvenes de otros años y otras escuelas no van a tener derecho a esos recursos que son básicos para dar y recibir clases hoy en día? ¿Por qué luego de 10 años de gobernar en la ciudad más rica de Latinoamérica en el SXXI no es algo común contar con proyectores, computadoras, servicio técnico y un buen servicio de Internet y es condiciones de aceptar una reforma precarizadora a medida de los intereses del mercado?

Fuente: http://laizquierdadiario.com/Los-nuevos-documentos-de-la-secundaria-sin-futuro-en-6-claves

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Vos, docente, ¿cuántas horas trabajás por día?

Por: Hernán Cortiñas

Cuando la docencia reclama mejoras salariales, desde los Gobiernos, ya sean macristas o kirchneristas, salen al cruce afirmando que trabajan 4 horas por día, ¿eso es cierto?.

Despertar a los chicos, preparar el desayuno y asegurarse que lleguen a la escuela. Viajar más de media hora en colectivo y llegar sobre la hora. En caso de trabajar por hora cátedra, el timbre avisará otro destino con otros estudiantes, otros contenidos, incluso en la otra punta de la ciudad, destinando aún más tiempo en trasladarse.

Si se trata de un docente de grado, habrá que llegar 20 minutos antes de la hora laboral para recibir a los chicos, comer en el bondi entre las dos jornadas simples y quedarse esperando a las familias que, por inconvenientes relacionados con sus propias jornadas laborales extensas, a veces llegan tarde a buscar a sus hijos.

Cada vez que se desata una lucha por los derechos de la docencia y en defensa de la educación pública, los Gobiernos repiten el libreto de que las maestras trabajan sólo cuatro horas. Ellos mienten, y saben que lo hacen. Según los datos oficiales del Censo Docente del 2004, sólo el 7 % de trabaja un solo cargo, mientras que el 16 % trabaja más de dos cargos o su equivalente en horas cátedra (más de 37).

Las jornadas laborales docentes son realmente extenuantes. Veamos por ejemplo el caso de una maestra de grado que trabaja sólo dos cargos de una escuela de jornada simple. Empezando el día tiene por lo menos media hora de viaje, veinte minutos antes de su horario laboral se debe presentar para recibir a los chicos, 4 horas y cuarto de una escuela, media hora de viaje hasta la siguiente escuela, 4 horas y cuarto de la escuela de la tarde y por lo menos unos 15 minutos esperando que retiren a todos los chicos. Media hora de viaje de vuelta a la casa.

Una vez en el hogar, sigue el trabajo ya sea planificando, pensando en cómo resolver los conflictos que surgieron en el día, corrigiendo, haciendo boletines o yendo a una capacitación para, algún día, lograr titularizar y tener estabilidad laboral. Todo este trabajo extra, suma todos los días, por lo menos una hora más, totalizando unas 11 horas dedicadas al trabajo cada día.

Según el censo ya mencionado, incluso un 16 % de la docencia trabaja más de esas 11 horas diarias ya que tienen tres cargos (o su equivalente en horas), y todo esto sin contar el trabajo hogareño. Sobre esto último cabe señalar que el 78 % de la docencia (724.801) son mujeres, a lo que tenemos que agregar que en su mayoría son, además, sostenes de hogar.

Justificando el ajuste

Las estadísticas son claras, sin embargo, el ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, en declaraciones a radio Mitre, en medio de la lucha docente, se quejó de que “la mayoría de las escuelas trabajan solo cuatro horas, eso impide que los docentes no tengan un salario alto”.

Cada vez que un gobierno decide ajustar la educación pública, y en ese sentido reducir los salarios de la docencia, se repiten las mismas mentiras. No por casualidad las palabras del ministro de Cambiemos parecen calcadas del discurso de Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de las sesiones del Congreso Nacional del 2012, “con trabajadores que gozan de estabilidad frente al resto de los trabajadores, con jornadas laborales de 4 horas y 3 meses de vacaciones, cómo es posible que sólo tengamos que hablar de salarios y no hablemos de los pibes que no tienen clases”.

 El modelo educativo de unos y otros se basa en la explotación docente, obligando a tomar cada vez más cargos u horas para poder llegar con lo mínimo a fin de mes. Luego se quejan de las enfermedades que estas condiciones de enseñanza causan. De forma cínica, el ministro Bullrich aseguró sobre el ausentismo docente que “es un abuso” del sistema de licencias, y entre risas agregó “entonces pagamos más de un salario por cargo docente”.

Jornada docente de 6 horas, 4 frente a curso y 2 para otras tareas pedagógicas

Desde el PTS y el Frente de Izquierda, con Nicolás del Caño y Myriam Bregman, junto a la Agrupación 9 de Abril – Marrón de docentes, proponemos cuestionar esta forma de trabajar en las escuelas, transformándola desde la raíz. Los Gobiernos quieren acostumbrar a la docencia a trabajar entre dos y tres turnos para llegar a un salario que permita pagar el alquiler, la comida hasta poder salir, ir al cine o a cenar, comprar libros o viajar. ¿Acaso es un “pecado” que un trabajador tenga vida social o cultural? ¿El desarrollo de la práctica pedagógica de un docente no sería mejor con una jornada diferente y con más tiempo libre?

Los que sostenemos la educación pública todos los días sabemos que mejorar las condiciones de enseñanza reduciendo la jornada laboral e incorporando las tareas pedagógicas extra clase implicaría un impacto muy positivo en las propuestas educativas y el seguimiento de nuestros estudiantes.

Porque queremos una mejor educación pública, planteamos que es necesario una jornada docente de 6 horas, donde 4 horas sean frente al curso y otras dos que, según los días, se utilicen en capacitaciones gratuitas en servicio, planificación, corrección, tareas administrativas, reuniones de equipo, etc. Todo esto cobrando un salario mínimo igual a la canasta familiar, que hoy en día está en más de $ 23.000. En el caso de niveles y provincias en donde hay muchos docentes sin cargo, incluso se podrían repartir las horas para que todos puedan trabajar.

Nuestra educación vale más que sus ganancias

Con una jornada de este tipo y un presupuesto acorde, en base al quite de los subsidios a las privadas y el quite de los beneficios a las patronales financieras, del agro y mineras, se podría realizar también una jornada extendida en todo el país. Las familias de los chicos podrían elegir si quieren estar desde la mañana hasta la tarde en la escuela, con dos docentes diferentes en dos turnos de 4 horas. Un turno destinado a materias como prácticas del lenguaje, matemáticas y ciencias. En el otro turno podrían hacer deportes, laboratorio, música, plástica o la orientación que cada chico elija. En escuelas nuevas, más grandes y acordes a las necesidades de los estudiantes. Además, estarían a cargo de docentes que, por su jornada, formación y desarrollo, serían los mejores para desarrollar esta tarea.

También es necesario sumar gabinetes psicopedagógicos por escuela, psicólogos y profesionales que puedan ayudar a combatir las problemáticas sociales que se expresan en la escuela y en las que el 95 % de los casos es el propio docente quien se hace cargo sin tener las herramientas necesarias. Esta naturalizado que el docente sea enfermero, psicólogo, nutricionista, entre otras cosas.

Sólo la lucha por cuestionar este sistema de raíz, con la perspectiva de modificar las condiciones de trabajo, en una pelea de conjunto para mejorar las condiciones de las millones de familias que envían sus hijos a la escuela, podrá conquistar una mejor educación al servicio de las y los trabajadores. Desde el PTS y el Frente de Izquierda nos organizamos con delegados por escuela para recuperar los sindicatos por todas estas demandas y por un gobierno de los propios trabajadores, para cambiar de raíz este sistema que nos explota cada día.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Vos-docente-cuantas-horas-trabajas-por-dia

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El plan educativo de Trump: “Un masivo mercado”

Por: Hernan Cortiñas

El presidente electo de Estados Unidos prometió la descentralización absoluta de la educación e impulsar la privatización educativa por medio de “escuelas charter”.

El triunfo de Trump implicó un cimbronazo político, que incluso traspasa fronteras. En el ámbito educativo, su programa de gobierno también augura una mayor polarización social y política.

El magnate devenido en presidente de Estados Unidos no escatimó en fuertes simbolismos para dar a conocer sus propuestas educativas. El lugar elegido para hacerlo, la Cleveland Arts and Social Sciences Academy, es una escuela chárter con fines de lucro de Cleveland. Allí aseguró «no hay política fallida que necesite un cambio más urgente en este país que el monopolio del gobierno en educación».

Allí anunció una descentralización absoluta del sistema educativo, al punto de plantear cerrar el Departamento Federal de Educación para ajustar la inversión pública en educación e invertir ese dinero en la modalidad charter. De este modo, señaló que transferirá los 20.000 millones de dólares de los programas federales educativos a los diferentes estados para que los conviertan en vales escolares, y así cada familia pueda usarlos en cualquiera de las ofertas educativas (pública, privada, chárter o homeschooling -escuela hogareña-).

En este sentido, el presidente electo de Estados Unidos señaló, «si a cada estudiante le diéramos una beca por 12.500 dólares, no solo le daríamos poder a las familias, también se crearía un masivo mercado de educación competitivo». Una verdadera oda a la privatización de la educación.

Mauricio Macri quien ayer se comunicó con Trump, “para felicitarlo por su triunfo electoral” y comprometerse “a trabajar en una agenda común para el crecimiento de los dos países”, posee un prontuario acorde a su reciente giro en apoyo al candidato ganador. Fue precisamente Carlos Pirovano, subsecretario de Inversiones durante su gobierno en la ciudad, quien afirmó por Twitter “¿Y si asumimos que la educación pública está muerta y con esa plata pagamos a los chicos una escuela privada?” y luego aclaró “Les regalamos las escuelas públicas a los maestros, que dejarían de ser empleados públicos y podrían ser empresarios».

Las propuestas: más privatización y desigualdad educativa

Tras la reciente victoria, las escuelas «chárter» cotizan en alza. Es una modalidad que comenzó a aplicarse hace 25 años en Minnesota y ya se expandió a 43 estados. Su financiación proviene del presupuesto público, sin embargo la gestión es plenamente privada: a cargo de fundaciones, empresas, universidades y particulares. Incluso muchas de ellas tienen «fines de lucro», es decir que recaudan un arancel agregado al cheque estatal. De este modo se configura un sistema educativo en donde la privatización y el lucro avanzan incluso sobre los fondos de origen estatal.

Del otro lado del muro, y al sur de América Latina, en Argentina Cambiemos quiere extender su política de Centros de Primera Infancia (CPIs) a todo el país, alcanzando los 3000 establecimientos. Son jardines bajo modalidad charter, en donde lo que prima es la precarización de la educación.

Otra de las propuestas de Trump consiste en imponer «incentivos para docentes a cambio de méritos». Lo justificó afirmando que busca «recompensar a los buenos maestros, en vez del fracasado sistema de antigüedad». Anticipándose a la resistencia docente, el republicano cargó contra los sindicatos docentes «nuestras escuelas públicas han crecido en una zona libre de competencia, rodeada por un muro de sindicatos muy alto. ¿Por qué nos sorprendemos por los malos resultados educativos sí después de todo los maestros están motivados por esos sindicatos?». En sintonía con la línea editorial de Clarín, la responsabilidad de la crisis educativa se la intenta descargar sobre los docentes.

Los ecos de Trump en Argentina

Ni lento ni perezoso, La Nación se posicionó frente a las propuestas educativas que vienen del norte. En una nota firmada por Daniel Santa Cruz, levantan la posibilidad de seguir ese camino, “con un sistema educativo que financia la oferta e incluye todos los bemoles para garantizar la inclusión masiva, nos hace pensar que estamos en las antípodas de las propuestas del electo presidente republicano. Sin embargo, los bajos resultados en términos de calidad educativa y terminalidad de la escuela media, podrían hacer dudar a más de una familia”.

Ya sin matices Gustavo Iaies, asesor de Cambiemos en Mendoza, afirmó que “si el Estado les diera, como promete Trump, el gasto público educativo en cheques individuales para buscar una escuela para sus hijos, en la que se dictaran clases todos los días, muchos de los padres de la provincia de Buenos Aires hoy lo hubieran apoyado».

Cabe recordar que a principios de este año Macri se reunió con Sunny Varkey, fundador de Gems Education, una de las redes privadas de educación más importantes del mundo. Es conocida la línea educativa de estas empresas transnacionales, que consideran a las escuelas privadas de “bajo coste” como un campo de lucro en expansión. En los debates educativos están incidiendo para que el concepto de gratuidad sea sustituido por ‘affordable’, o pagable. Esta idea es la base para entender las escuelas privadas de bajo coste, como lo son las charter, como una oportunidad de negocios con garantías estatales.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-plan-educativo-de-Trump-Un-masivo-mercado

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¿Por qué dicen que el Banco Mundial está detrás del Operativo Aprender?

Por: Hernan Cortiñas

El jueves 15 de septiembre el ministro Esteban Bullrich participó de una de las conferencias para inversionistas extranjeros realizada en el llamado “mini” Davos. Allí afirmó que “no importan cuánto se invierta sino en qué se invierte”, muy a tono con su rechazo, de hace un par de semanas, a reabrir paritarias.

Hablar de mejorar los resultados sin aumentar la inversión implica, pensando la educación desde su punto de vista empresarial, aumentar la “productividad” de docentes y estudiantes. Con este objetivo e ideología es que están planificando el Operativo Aprender 2016 a realizarse el 18 y 19 de octubre en todas las escuelas primarias y secundarias del país.

Este tipo de reformas basadas en evaluaciones censales, externas y estandarizadas vienen siendo impulsadas y aplicadas desde hace más de 10 años en gran parte de América Latina. El Banco Mundial es su principal impulsor e ideólogo. Esto se puede apreciar claramente en la publicación que hicieron hace dos años titulada “Profesores excelentes, cómo mejorar el aprendizaje en América Latina”. Allí el Banco Mundial analiza la implementación de reformas educativas durante la primera década de este siglo y saca conclusiones para imponerlas con la “menor resistencia posible”.

Un manual del Banco Mundial para reformas educativas neoliberales en Latinoamérica

Centrado en la experiencia de la región, la receta desarrollada en “Profesores Excelentes” se podría resumir en tres pasos. “El primer paso son las pruebas a los estudiantes, con una divulgación transparente de los resultados”; “el segundo paso ha sido la adopción del pago de bonificaciones a nivel de las escuelas, mediante el cual se establece el concepto de pago por desempeño y las escuelas se centran en el progreso del aprendizaje del alumno” y el tercero, la evaluación de los docentes “en forma individual y de manera voluntaria, con el atractivo de recompensas financieras para los profesores que asuman el riesgo de ser evaluados y demuestren un buen desempeño”. El trabajo no olvida a los sindicatos y la resistencia docentes: “Por lo general, los sindicatos se han opuesto a esto, pero con programas voluntarios se puede evitar la confrontación”.

Cabe señalar que es el propio Banco Mundial quien confirma que este tipo de evaluaciones censales a estudiantes, como la que se propone ahora para Argentina, fueron el primer paso de la reforma privatista chilena, “esta secuencia de reformas se implementó en Chile entre 1995 y 2004, más recientemente en el estado de São Paulo”.

Preocupados por la previsible resistencia, el documento recomienda una campaña mediática como la que viene desarrollando Clarín con su “periodismo de guerra contra la educación pública”: “los líderes políticos pueden establecer alianzas eficaces a favor de la reforma entre directivos de empresas y la sociedad civil mediante campañas de comunicación”.

Pero esto es sólo el principio. Una segunda tanda de campaña por una reforma neoliberal es recomendada con la publicación de los resultados de la primera evaluación censal, ya anunciada por el PRO para principios del 2017, ¡junto cuando se estén discutiendo las paritarias! En palabras del Banco Mundial, “contar con datos duros sobre los resultados del sistema educativo es una herramienta política clave. El uso de estos datos por parte de los líderes políticos para justificar las reformas ha sido un factor clave de todas las estrategias que han tenido éxito hasta la fecha”.

Premios y castigos según resultados

Bullrich intenta atenerse al libreto y negar el carácter punitivo de la evaluación, ya que lo recomendado por los organismos de crédito para esta etapa es crear una cultura de la evaluación y concientizar a la sociedad. En otras palabras, naturalizar que vienen operativos ajenos a las escuelas a evaluar a todos los estudiantes de un año y utilizar los datos para convencer a la sociedad de la necesidad de reformas neoliberales.

Sin embargo, el archivo lo delata a Bullrich. En mayo del 2013, en declaraciones para La Nación, afirmó: “si la escuela mejora un 10% con respecto al año anterior podemos darle una nueva biblioteca. Si mejora un 20%, los chicos del séptimo grado podrían viajar a Bariloche. Lo que queremos es que se comprometa toda la comunidad en la mejora de la calidad”. A confesión de parte, relevo de pruebas.

Ahora bien, ¿en qué consisten esto premios y castigos? Según el documento analizado el objetivo es “lograr que los docentes rindan cuentas por su desempeño”.

En este sentido señalan que “los aumentos salariales generales son ineficientes” y que “los buenos sistemas garantizan que los resultados de las evaluaciones tengan consecuencias —tanto positivas como negativas— para los profesores (…) en Chile y Ecuador, los profesores que obtienen puntajes sobresalientes en las evaluaciones pueden recibir una bonificación”. Por todo esto recomiendan “el indicador compuesto utilizado en Brasil, que es un producto de las calificaciones de las pruebas y los porcentajes de alumnos aprobados, es un modelo interesante para que consideren los países”. Esto es toda una provocación cuando los salarios docentes no están alcanzando para llegar a fin de mes y hace falta tomar más cargos u horas para pagar las cuentas del tarifazo.

La evaluación externa: más sobrecarga para la docencia y un adiestramiento para los estudiantes

Otro aspecto muy criticado en los países en donde ha avanzado este tipo de evaluaciones es la sobrecarga del trabajo de los docentes y desviación del estudio de los estudiantes. Incluso Diane Ravitch, una de las responsables de implementar las evaluaciones externas en EEUU durante las presidencias de Bush y Clinton, considera que el sistema de evaluaciones externas fracasó: “observando los efectos concretos de estas políticas, cambié de opinión: ahora considero que la calidad de la enseñanza que reciben los niños es más importante que los problemas de gestión, de organización o de evaluación”.

Diane Ravitch en “Multiple choice: Charter School performance in 16 states” describe el impacto de estas evaluaciones en Estados Unidos, “en muchas escuelas, la enseñanza común se interrumpe varios meses antes de la fecha de los exámenes para dar lugar a la preparación intensiva que se les dedica a estos últimos. Muchos especialistas han determinado que este trabajo no beneficia a los niños, quienes aprenden a dominar las pruebas más que las materias correspondientes”. Además, alerta sobre un vaciamiento de contenidos que implica este tipo de evaluaciones, “la lectura y el cálculo se volvieron prioritarios (para aprobar). Los docentes, conscientes de que estas dos materias deciden el futuro de su escuela y por lo tanto de su empleo, descuidan las otras. La historia, la literatura, la geografía, las ciencias, el arte, las lenguas extranjeras y la educación cívica son relegadas al rango de materias secundarias”.

Otro aspecto a tener en cuenta es la sobrecarga del trabajo docente, que a las obligaciones actuales se les suman las relacionadas con la evaluación. Por ejemplo, en Chile la evaluación integral combina la observación de las prácticas de los profesores en el aula, la producción de un portafolio con la planificación de clases, una autoevaluación, una entrevista con un colega, y una evaluación realizada por el director de la escuela y el supervisor pedagógico. Todo al módico precio de querer el bono para llegar a fin de mes.

Una puerta para los despidos masivos en educación

Sin ningún tipo de tapujos lo explican en “Profesores excelentes”, “las evaluaciones docentes generan datos que permiten a los sistemas escolares lidiar de manera directa y transparente con quienes muestran repetidamente un desempeño bajo. En Chile, Ecuador y Colombia, y en las nuevas iniciativas propuestas en Perú y México, los profesores que en las sucesivas evaluaciones obtienen puntajes en las categorías más bajas del desempeño son despedidos”.

En Chile incluso se fortaleció el proceso de selección, se incrementó la autonomía de los directores y se les exigió una mayor rendición de cuentas: pueden despedir por año hasta el 5% de los profesores de su escuela por mal desempeño.

Lamentablemente no se trata de elucubraciones. En marzo de este año en México, durante la presentación de los resultados de la evaluación 2015-2016, el secretario de educación Aurelio Nuño anunció el despido de 3360 docentes, que generó revueltas en el magisterio mexicano.

Una puerta a la privatización de la educación estatal

En este caso no se trata de la problemática del aumento de la matrícula privada, que también va a ser incentivada por este tipo de medidas, sino del ingreso directo del sector privado en la educación estatal.

Los ejemplos sobran. En 2008, la revista Time citó que Susan Neuman, subsecretaria de George W. Bush y promotora de la ley de evaluaciones norteamericana, señaló que algunos de sus colegas en el gobierno veían esa ley como un caballo de Troya para promover su agenda de privatización, demostrar el fracaso de la educación pública y así hacerla estallar un poco.

Por su parte Diane Ravitch señala que “la profesión magisterial está bajo ataque de aquellos que culpan a los maestros por condiciones más allá de su control”. También advirtió que “si logran quitar a los maestros el derecho de negociar el contrato colectivo, silencian sus voces, con ello eliminan la única fuerza que puede detenerlos. Eso deja el camino abierto para recortar fondos y para entregar más escuelas públicas a las cadenas de escuelas chárter. No permitan que lo hagan”. Asimismo, Ravitch, en un artículo en The Daily Beast, pronosticó que “en los próximos años, los alumnos estadunidenses serán sometidos a más y más exámenes, la industria de los exámenes engordará”. Un negocio redondo, a costa del derecho a la educación.
Que el rechazo a la evaluación se transforme en lucha por la educación pública
Este ataque a la educación pública por medio de evaluaciones censales, externas, estandarizadas y punitivas que se propone llevar adelante el gobierno de Macri plantea la posibilidad no solo de tener una posición de rechazo, sino de repensar los objetivos de la educación pública, los planes de estudio y la relación de sus contenidos con la sociedad. Es decir, tener una política ofensiva de pelear por una educación pública que esté realmente al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.

En este sentido, se hace necesario fortalecer la lucha por una mejor educación pública, partiendo del reclamo de un aumento inmediato del presupuesto educativo al 10% del PBI, para implementar un plan de construcción de escuelas que garanticen el derecho a la educación desde los 45 días y reformar la jornada laboral docente a 6 horas, con un salario mínimo igual a la canasta familiar y un tope de 4hs frente al curso, destinando el resto del tiempo a tareas de corrección, preparación de clases y capacitación en servicio. Sólo así podremos garantizar las condiciones de enseñanza y de aprendizaje necesarias.

Por todo lo planteado, es imperioso rechazar el Operativo “Aprender 2016” parando masivamente y movilizando este 27 de septiembre, para fortalecer éste y el resto de los reclamos. Al mismo tiempo, es necesario tomar el plan de lucha en nuestras manos, desarrollando un fuerte y profundo debate y exigir desde cada asamblea de escuela, distrital o provincial a la conducción de Ctera un paro nacional de 48 hs. el próximo 18 y 19 de octubre para derrotar de una vez las reformas neoliberales de Macri y el Banco Mundial.

Fuente: http://laizquierdadiario.com/Por-que-dicen-que-el-Banco-Mundial-esta-detras-del-Operativo-Aprender

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¿Es posible desarrollar una pedagogía liberadora en la escuela actual?

Por. Hernán Cortiñas

A partir de notas sobre pedagogía en la sección de Tribuna Abierta, como “Momo, una niña en resistencia”, queremos seguir el debate sobre los límites y potencialidades de las prácticas educativas.

La escuela es, sin lugar a dudas, una gran caja de resonancia de lo que pasa en la sociedad. Sus crisis, miserias y conquistas entran sin pedir permiso en nuestras aulas. Son nuestras estudiantes las chicas que desaparecen, los hijos de los desocupados que ya no saben cómo mantener a su familia, pero también aquellos que dicen basta, se organizan y salen a luchar por lo que les corresponde.

La neutralidad educativa, mandato histórico de las clases dominantes, choca con la realidad cotidiana de escuelas públicas superpobladas con problemas de infraestructura, docentes con bajos salarios y presidentes que bastardean los reclamos educativos. Eso además acelera la experiencia de la docencia con los sucesivos gobiernos que, ante las crisis fiscales, descargan el ajuste sobre la educación pública.

Es la realidad la que nos interpela como trabajadores de la educación y nos desafía a no ser indiferentes ante las miserias de esta sociedad y tomar un rol activo en su transformación.

¿Es posible entonces transformar la sociedad desde nuestro rol como educadores? Asignar esta responsabilidad a la docencia, ¿no implica negar su condición de trabajadores explotados?

Cada docente tiene su anecdotario de batallas ganadas, situaciones gratificantes con sus estudiantes que lo inflan de orgullo. Pero también nos pesa ir a la escuela y, como a los pibes, por momentos no le encontramos sentido. Por más buena voluntad que se ponga, miles de situaciones nos desbordan: chicos que van sin comer, sin dormir bien, sin los materiales, maltratados, que faltaron el día anterior para laburar o cuidar hermanos, y tantos otros problemas más.

Asignar un mandato liberador a la docencia desconoce el hecho de que las y los trabajadores de la educación nos vemos obligados tener dos o tres cargos a cambio de un salario que no alcanza. La explotación que esto implica se combina con la enajenación determinada por el limitado poder de decisión sobre el funcionamiento del sistema educativo. Los tiempos del trabajo escolar están pensados para limitar el rol docente a la esfera de un curso o grado y a ser a mero aplicador de teorías y diseños curriculares elaborados por técnicos ministeriales o reproducir contenidos y actividades propuestos por los textos disponibles en el mercado editorial.

A esto hay que sumarle el hecho de que el sistema educativo, como señala Bourdieu, está organizado con circuitos educativos diferenciales, escuelas para ricos y otras para pobres, que terminan funcionando como legitimadores de las desigualdades económicas y sociales.

¿Esto implica que la docencia y el sistema educativo son meros reproductores del sistema social existente?

De ninguna forma. El movimiento estudiantil y la docencia son sujetos políticos. En tanto parte de la clase trabajadora cuentan con su potencial transformador a partir de su intervención en la lucha de clases. Nos resulta, por lo tanto, una necesidad imperativa la defensa de la escuela pública. Defenderla como conquista de la lucha obrera y popular, contra los ataques del capitalismo, los recortes presupuestarios, la injerencia de la Iglesia o las empresas y las reformas de planes de estudio que buscan amoldar las prácticas educativas a los intereses del mercado.

La conquista a principios del SXIX de una educación pública masiva implicó no solo el acceso de las y los hijos de los trabajadores y el pueblo pobre, sino también la proletarización de los encargados de llevarla adelante todos los días. El sistema educativo, uno de los denominados aparatos ideológicos del Estado, queda entonces en el campo de la lucha de clases. Esta contradicción, “grieta”, es la que abre las condiciones de posibilidad para desarrollar prácticas educativas que, en interacción dialéctica con la realidad, cuestionen el sistema capitalista.

Entonces, ¿es posible desarrollar una pedagogía liberadora en la escuela actual?

Con frecuencia suele pensarse que la educación puede cambiarse en sí misma como sistema aparte, o bien que su transformación conllevará un cambio en la sociedad, o que para lograr revolucionar la sociedad es necesario una transformación en el modelo educacional, esto último sostenido muchas veces por corrientes políticas que militan por una ‘educación popular’.

El marxismo ha abordado profundamente la relación entre pensamiento, Estado y revolución. En palabras del propio Marx, en ‘La Ideología Alemana’, “todas las luchas que se libran dentro del Estado (…) no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las diversas clases”. Luego aclara, “todas las formas y todos los productos de la conciencia no pueden ser destruidos por obra de la crítica espiritual, mediante la reducción a la ‘autoconciencia’ (…), sino que sólo pueden disolverse por el derrocamiento práctico de las relaciones sociales reales, de las que emanan estas quimeras idealistas”.

Esta cuestión también ha sido abordada por pedagogos soviéticos como Vigotsky quien, en el mismo sentido, afirma que “la educación siempre y en todas partes tuvo un carácter clasista, tuvieran o no consciencia de ello sus apologistas y apóstoles (…) la libertad e independencia del pequeño medio educativo artificial respecto del gran medio social son, en realidad, una libertad y una independencia muy relativas y condicionales, convencionales, dentro de fronteras y límites estrechos”. Incluso el propio Freire, quien fue funcionario de educación del PT brasilero, tuvo que reconocer explícitamente los límites de la educación en ‘La alfabetización como elemento de formación de la ciudadanía’: “La comprensión de los límites de la práctica educativa requiere indiscutiblemente la claridad política de los educadores en relación a su proyecto. Requiere que el educador asuma la politicidad de su práctica (…) No puedo pensarme progresista si entiendo el espacio de la escuela como un medio neutro, que tiene poco o casi nada que ver con la lucha de clases, donde los alumnos son vistos sólo como aprendices de ciertos objetos de conocimiento a los que prestó un poder mágico. No puedo reconocer los límites de la práctica educativo-política en que tomo parte, si no sé, si no tengo claro contra quién y a favor de quién práctico. A favor de quién practico me sitúa en cierto ángulo, que es de clase, en que diviso contra quien practico, y, necesariamente, por qué practico, es decir el sueño mismo, el tipo de sociedad en cuya invención me gustaría participar”.

Para ahondar en el tema resulta interesante también la lectura de Peter McLaren, reconocido fundador de la pedagogía crítica, quien afirma que los estudios actuales sobre los trabajos de Freire “han exagerado su invención para transformar las prácticas en el aula, pero devaluado su potencial para el cambio social revolucionario fuera del aula en la sociedad extensa (…) tales debates ignoran con esmero las contradicciones claves que hace surgir la historia, aquellas entre trabajo y capital”.

Entendemos, por todo esto, que el sistema educativo no puede ser pensado como una esfera aparte del Estado -que a su vez responde a los intereses de una determinada clase-, como así tampoco por fuera de la lucha de clases. Si bien las escuelas son un lugar de disputa política e ideológica, la educación por sí sola resulta insuficiente para lograr una transformación revolucionaria de la sociedad. Por lo tanto, cualquier pedagogía, por más emancipadora que llegue a ser, debe estar íntimamente ligada a una estrategia política que se demuestre eficaz para derrotar a este sistema de miseria y explotación. Al desligarse el método de Freire de una estrategia de independencia de clase, termina adaptado a un proyecto de conciliación, bajo la excusa de lo meramente posible dentro de este sistema opresor.

A su vez, contra todo escepticismo, retomamos la tercera Tesis sobre Feuerbach de Marx en donde explica que “la teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado (…) La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”.

Como trabajadores de la educación, que sostenemos una perspectiva revolucionaria, peleamos por una educación al servicio de los intereses de la clase obrera y los sectores populares. Entendemos que sólo podrá darse íntegramente en los marcos de una sociedad gobernada por la clase trabajadora y donde los medios de producción estén en manos de quienes son los creadores de la riqueza social.

Queremos cambiar de verdad el mundo, expropiando a los expropiadores y rompiendo las cadenas del capital. Esta pelea no puede darse sino a través del mismo proceso mediante el cual la clase obrera se organiza y toma conciencia: la construcción de su propio partido político en alianza con los otros sectores oprimidos. Por ello, la lucha por la transformación de la educación es al mismo tiempo la lucha de la clase trabajadora por su emancipación. Queremos otra sociedad para otra escuela y luchamos por otra escuela, hacia la conquista de otra sociedad.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Es-posible-desarrollar-una-pedagogia-liberadora-en-la-escuela-actual

Imagen: http://www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH368/arton49362-92ad7.jpg?1471146025

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