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Cambio en la USICAMM ¿De fondo?

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Aparte de la ineptitud, el burocratismo y la opacidad, el corporativismo y el clientelismo serán los sellos de la siguiente administración de la USICAMM…

La experiencia indica que no hay mucho qué cambiar en la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) de la SEP . Del mismo modo como no lo hubo en la Unidad del Servicio Profesional Docente (SPD) del sexenio pasado (2013-2018), porque su problema no es de personas, sino de marco legal y de diseño institucional.

Podrían modificarse algunas actitudes (como el trato discriminatorio), así como los tiempos y los movimientos desfasados, que se han dado en los trámites y procesos administrativos de las convocatorias (admisión y promociones), y que han afectado a docentes, asesores técnicos y directivos escolares. Pero lo de fondo seguirá sin cambiar mientras no se produzcan transformaciones estructurales, legales e institucionales.

Hemos tenido conocimiento de múltiples “rechazos” (desde los trámites iniciales, no en el proceso de evaluación en sí), de docentes, asesores y directivos escolares que tienen décadas de servicio público educativo, pero por el hecho de no ser egresados de las corporaciones aceptadas o “palomeadas” por el gobierno federal, quedan sin oportunidad de participar por las plazas en concurso, en condiciones de igualdad.

Cuando escribo sobre las instituciones aceptadas oficialmente, no me refiero al “Normalismo” en abstracto, sino, en todo caso, a ciertos actos oscuros que se han procesado (como el “favoritismo”) durante los concursos y donde han operado sin claridad tres actores principales: las autoridades educativas (federales y estatales), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE, a nivel de secciones sindicales) y la USICAMM.

Aparte de la ineptitud, el burocratismo y la opacidad, el corporativismo y el clientelismo serán los sellos de la siguiente administración de la USICAMM. El cambio, con la Maestra Adela Piña Bernal, al frente de la Unidad en cuestión, lamentablemente asegurará el continuismo de ese tipo de prácticas. Ojalá me equivoque.

A partir de la toma de posesión (22 de junio, 2021) se iniciará una etapa de prueba sobre los cambios superficiales o de fondo que se producirán en esta dependencia de la SEP (USICAMM). El organismo evaluador de docentes, asesores y directivos escolares será sujeto a un riguroso proceso de evaluación y deliberación públicas.

Dos de diversos casos
Las políticas y los criterios institucionales utilizados por la Unidad mencionada durante los procesos previos a las evaluaciones, y durante las evaluaciones mismas, han tendido a marginar a docentes y directivos escolares, de la escuela pública, que sí cumplen o cumplían con los perfiles académicos correspondientes, sin embargo, el sistema los ha dejado fuera de los concursos debido a argumentos burocráticos absurdos.

Sé sobre el caso de un docente de telesecundaria (y como éste hay muchos), con más de 25 años de servicio, que ha participado en actividades académicas diversas, como coordinador de grupo en los cursos o talleres nacionales de actualización, así como en los cursos intensivos de la SEP (previos al inicio de cada ciclo escolar) que, cuando quiso concursar por una dirección de escuela, fue rechazado porque su licenciatura no corresponde a la que se imparte en una escuela normal superior. Él es licenciado en Psicología de la UNAM.

Conozco otro caso, cercano, de una querida maestra de Educación Preescolar, que tiene más de 20 años de servicio docente en la escuela pública; con más de 6 años de experiencia como directora de Jardín de Niños; que cuenta con títulos de licenciatura (UPN) y maestría en educación (Tec de MTY); y que ha recibido diplomas de reconocimiento al mérito académico (SEP), pero que durante el proceso de promoción (2021) no fue aceptada debido a que su título de Normal Básica es de “Educación Primaria” (en la ciudad donde ella estudió no había en los años 70´s, normal básica para Preescolar); esto aun cuando entregó documentos que acreditan aprobación de un diplomado de nivelación docente para trabajar en Preescolar, expedido por la SEP .

¿La propia SEP no reconoce a las maestras y los maestros que cursaron los programas nacionales de nivelación?

¿Tiene lógica académica esa línea de políticas públicas educativas de exclusión y discriminación profesional?

En una carta pública que escribí en marzo pasado (1), señalé que tristemente están cerradas las puertas para la promoción de las profesoras y profesores que tienen experiencia en el sistema educativo público, como docentes, asesores técnicos o directores escolares, en el nivel de educación básica o media superior, puesto que no han sido aceptados para concursar por una plaza (o incentivo) de promoción (vertical u horizontal), debido a inconsistencias, de procedimiento, creadas por la propia burocracia educativa.

También, he sugerido que, pese a las limitaciones de la propia ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (ley SICAMM, 2019), sí es posible tomar un acuerdo secretarial (si hubiera voluntad política e institucional, y mientras llegan los cambios a la ley), y elaborar un adendum de procedimiento, con la finalidad de que todos aquellos egresados y titulados en instituciones de educación superior distintas a las escuelas normales (sin violentar el catálogo profesional respectivo), y que tienen amplia experiencia en la escuela pública, se les permita concursar en las mismas condiciones que sus pares.

No encuentro razones de rigor académico, es decir, en el plano de la formación profesional y de actualización, ni en el ámbito del desempeño profesional o del servicio público educativo, como para dejar fuera de los concursos a cientos de docentes, directivos y asesores técnicos que desean participar y contribuir en distintas posiciones directivas o de reconocimiento del sistema educativo nacional.

Espero que la nueva administración de la USICAMM se acerque al conocimiento específico, caso por caso, de los “rechazados” en primer trámite, a efecto de que las figuras educativas que fueron víctimas de esos atropellos a sus derechos laborales y humanos, tanto este año como el anterior, puedan nuevamente ingresar sus documentos y se les permita concursar y demostrar sus conocimientos, así como sus experiencias profesionales.

Me pregunto, si no pasa absolutamente nada acerca de este asunto, es decir, si no hay cambios de fondo: ¿Cuál es el valor, el alcance y la concreción de la transformación de la vida pública del país, sobre la que se habla cada mañana en Palacio Nacional?

Fuente consultada:

(1) “Carta a la Maestra Delfina Gómez”, SDPNoticias 15 de marzo, 2021.

Fuente: SDPnoticias

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SEP: La absurda línea de continuidad

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Durante su anuncio como secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, adoptó, extrañamente, dos caras…

La Secretaría de Educación Pública (SEP) que es responsable de la administración federal de la educación en México, por el momento, en la actual gestión (2018-2021), no tiene intención de cambiar el rumbo. Prevalece una absurda línea de continuidad con respecto a lo realizado durante el periodo sexenal anterior (2012-2018). Hay evidencias y rastros que conducen a esa conclusión.

Desde que la Maestra Delfina Gómez asumió el relevo en la titularidad como autoridad educativa federal (en la cima de la burocracia), en febrero de 2021, sólo se ha asomado una sola intención: “hacer el máximo esfuerzo para que nada cambie”.

Durante su anuncio como secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, adoptó, extrañamente, dos caras: 1) Una posición crítica, por una parte, y 2) Una actitud de autocomplacencia, por otra.

En la fase crítica, por ejemplo, destaca lo siguiente como ejemplo: “Agregó que muchos maestros, como ella, vivieron o fueron testigos de abusos, de simulaciones, desvíos y de negligencia, en suma, de la corrupción de la noble Secretaría; se pasó de figuras notables y verdaderos idealistas a simples burócratas, administradores de una institución sin alma, automatizada y utilizada.” (1)

Con otra cara, en la etapa de autocomplacencia, sorprendió a más de una y un observador debido a una de sus primeras declaraciones como secretaria del ramo educativo, pues Delfina mostró identificación con otra línea de trabajo y orientación: el no cambio. La crítica a la institución no se volvió crítica de la gestión de su antecesor: “No vengo a hacer cambios”.

Todo indicaba, por lo tanto y para ella, que todo estaba bien. Que la administración de la “Excelencia Musical” había hecho su trabajo en forma adecuada. “Las cosas públicas de la educación estuvieron en buenas manos”, es algo que se podía interpretar de sus dichos.

Al final, lo que la Maestra Delfina muestra, en lo que va de este relevo (febrero-junio de 2021), es que los impulsos de continuidad de la Reforma 2013 y de devaluación del magisterio, forman parte de la línea de políticas públicas educativas propias del periodo Moctezuma-Gómez en la SEP: (2018-2021). ¿Cuándo y cómo se romperá esta línea? ¿La legislatura federal (Cámara de Diputados) que iniciará su periodo (2021-2024) en septiembre próximo, se hará cargo de lo que se requiere en el contexto legislativo o de diseño de leyes? ¿Esa institución del Estado mexicano será factor de ruptura? Ello implicaría insertar los cambios que sean necesarios en términos de las prioridades educativas nacionales, no corporativos.

Particularmente, el diseño institucional y el marco legal que se eligieron en la coyuntura de cambios de 2019, no permite reivindicar a las y los maestros en servicio: La ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros de la educación obligatoria (Ley SICAMM), no está a la altura ni cerca de la revaloración magisterial que se requiere, puesto que lo que asegura es la conservación de las prácticas corporativistas.

Existen múltiples quejas de las y los profesores, así como de las y los directivos escolares debido a las inconsistencias existentes en su operación e interpretación sesgada, y que perjudican las intenciones de promoción, en lo que toca a los criterios para que las y los candidatos ser aceptados en los procesos de evaluación (me refiero a los trámites previos; ni siquiera se trata de problemas sobre el modelo de la evaluación, aunque ese es otro tema a considerar).

Docentes que cuentan con más de 10 años de servicio y que han realizado estudios de posgrado, han sido sistemáticamente rechazados por la Unidad respectiva que está a cargo de la SEP (USICAMM), durante el proceso de inscripciones para promociones verticales u horizontales, por no contar con un título de Normal Básica (de este modo, se rechazan a titulados con licenciatura o posgrado de instituciones de educación superior diferentes). Hecho que resulta, sin duda, un grave error en términos de la revaloración magisterial basada, principalmente, en la experiencia profesional dentro de la escuela pública; docentes que, además, se han preparado a través de programas de posgrados en educación.

Eso, sin duda, constituye un conjunto de actos de discriminación profesional. Más allá de la ideología de la “meritocracia”, éste es un asunto de consistencia o de congruencia académica y educativa.

Acerca de la USICAMM, las Cartas de Francisco están sobre la mesa (Francisco Cartas es el actual titular de esa Unidad): Que renuncie, de acuerdo, por ineptitud e incapacidad, pero hay que recordar que el problema, además de administrativo y burocrático, es estructural y de diseño institucional.

Sin embargo, los pronunciamientos y omisiones de la actual titular de la SEP, son sintomáticos. En su discurso, en Palacio Nacional, de febrero de 2021, la Maestra Delfina: “Abundó que hace dos años inició el cambio en la Secretaría, su limpieza, su despertar, pero hoy ese cambio, no solo debe continuar, como lo ha hecho efectivamente Esteban Moctezuma Barragán, de manera contundente, sino también deberá adquirir mayor velocidad y profundidad.” (misma fuente)

¿De verdad no se requieren cambios en la operación de las diferentes áreas de la SEP? ¿Todo bien en la USICAMM? ¿Y los programas nacionales como el PETC o el PRONI?
Debido a las inconsistencias mencionadas (desafortunados procesos de promoción), así como los desatinos de parte de la autoridad educativa federal, en lo que concierne a los criterios institucionales que se habrán de adoptar para el regreso a clases presenciales, con el consenso del magisterio en servicio o en activo, da la impresión o queda la percepción de que la SEP y el sistema educativo, todo, es como un gigantesco barco a la deriva… Sin capitán a bordo.

Más preguntas: ¿Dónde están los demás actores de la escena educativa nacional? ¿Dónde están las representaciones sindicales (oficialistas y disidentes) para luchar por la marginación que han sufrido muchas y muchos agremiados? ¿Qué opinan las y los especialistas en educación sobre estos actos de discriminación profesional?

En la base, es decir, en las escuelas, las y los docentes no están de acuerdo con la línea del “no cambio” en la SEP, sobre todo cuando se tienen evidencias de la inoperancia, la soberbia y la improvisación de la USICAMM. ¿Qué tendrá que suceder para que inicien los cambios y se subsanen las fallas institucionales? ¿Cuándo y cómo se impulsarán nuevos vientos de cambio en la estructura y los procedimientos para la promoción de docentes y directivos? ¿La próxima legislatura se abrirá a la sociedad para rediscutir los destinos de la educación pública en México o se mantendrá la absurda línea de continuidad, también, desde ahí?

La Maestra Delfina habrá de operar una doble ruptura: Con la Reforma de 2013, cuyos resabios continúan, y con las/los funcionarios y las orientaciones que dejó Esteban Moctezuma durante su paso por la dependencia.

Fuente consultada:

(1) Boletín SEP no. 31. Asume Delfina Gómez Álvarez como titular de la Secretaría de Educación Pública.

jcmqro3@yahyoo.com

@jcma23

Fuente: https://profelandia.com/sep-la-absurda-linea-de-continuidad/

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México: Formación Ética, Cívica y Política

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

A pesar de que en nuestro país existe una intensa actividad política (en lo cotidiano y en lo no cotidiano), aún existen enormes vacíos en el ejercicio de los derechos políticos.

En ese terreno, una de las cuestiones que se preguntan las y los docentes, así como las y los especialistas y diseñadores de planes y programas de estudio, es: ¿Por qué no existe una asignatura o materia que se denomine: “Formación Ética, Cívica y Política”, desde la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, es decir, desde la Educación Básica?

La pertinencia de un campo de formación con tales contenidos, estaría justificada al contestar algunas preguntas como las siguientes: ¿Nuestros jóvenes de 18 años entienden la diferencia entre elecciones federales y locales? ¿Cuáles son nuestros derechos y obligaciones políticos? ¿Identifican en qué consiste una curul ganada por medio del voto directo o de mayoría (simple) relativa y en qué una diputación obtenida por el procedimiento de representación proporcional?

El próximo domingo se llevarán a cabo elecciones constitucionales para elegir a los y las legisladores de la Cámara de Diputados Federal para el periodo 2021-2024. Además, en 15 entidades se elegirán a gobernadoras y gobernadores, también, diputadas y diputados de los congresos locales y presidentes municipales o titulares de las alcaldías. ¿Saben nuestr@s niñas, niños y jóvenes cómo está integrada la Cámara de Diputados federal? ¿O cómo se integra el congreso local en su estado o municipio (alcaldía), que son los órganos de representación política más cercanos a sus comunidades?

Las y los estudiantes de educación básica deben saber, a estas alturas, que este 6 de junio, 2021, se renovarán (o ratificarán, por vía de la reelección), a las y los 500 legisladores de la Cámara Baja (300 por votación directa o de mayoría relativa, y 200 por el criterio de representación proporcional o de partidos). Y que a partir del 1 de septiembre del 2021, estos representantes populares integrarán la LXV Legislatura del Congreso de la Unión de México. También habrán de estar enterados de que, durante esa jornada electoral, se elegirán a las y los diversos candidatos a ocupar los puestos de elección locales ya mencionados. Y si no lo saben o no lo manejan ¿de quién sería la responsabilidad de esta insuficiente educación política?

¿Saben nuestras y nuestros estudiantes que el padrón electoral del país (ciudadanos que se registraron ante el Instituto Nacional Electoral o INE) consta de poco más de 93 (casi 94) millones de mexicanas y mexicanos? ¿O conocen cuál fue el porcentaje de ciudadanas y ciudadanos que ejerció sus derechos políticos en 2018? ¿Cuál será el porcentaje estimado de participantes para la elección de este 2021?

Las movilizaciones de la sociedad civil y de las instituciones del Estado antes, durante y después de la jornada electoral, son y serán extraordinarias, en términos de la participación tanto en la organización como en la participación de votantes, pero no alcanzarán la magnitud de la participación cívica en las elecciones de 2018, en que se eligió, además de senadoras y senadores, al presidente de la República. Este año, sin embargo, se espera que en los estados del país donde haya contienda por la gubernatura, la participación se dé en forma numerosa (más del 50 por ciento del padrón electoral). Lamentablemente, en los estados donde no estará en juego esa posición política, el porcentaje de votantes será menor. Un tanto ello se debe al bajo atractivo que representan las elecciones intermedias, y otro tanto a las crisis sanitaria y económica que vivimos.

¿Por qué nuestras niñas, niños y jóvenes no alcanzan a distinguir, por ejemplo, entre un “voto útil” (o inútil) y la anulación del voto? ¿Saben los futuros ciudadanas y ciudadanos que las elecciones “intermedias” se llevan a cabo al tercer año del período sexenal, en funciones, del Poder Ejecutivo Federal?

Para much@s observadores y analistas del entorno político nacional, ésta será una especie de evaluación del ejercicio, como cabeza del poder público en el gobierno federal, del presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Acaso no sería un termómetro social interesante observar, con esa mirada, los resultados de las elecciones del próximo domingo? ¿Qué opinan las comunidades educativas al respecto?

Sin duda, antes de que los balazos le sigan ganando la partida a los abrazos; y antes de que tengamos ejércitos de sicarios que ocupen el lugar de millones de jóvenes becarias y becarios, será conveniente para el país que la sociedad involucrada en los asuntos educativos y las autoridades correspondientes, se pongan (nos pongamos) a trabajar sobre el diseño y operación de una materia o asignatura (o campo de formación) donde se revisen, estudien y confronten las ideas de las ciencias políticas (el Estado y sus múltiples ángulos de complejidad), así como de la sociología, la psicología y la antropología políticas, para que se reflexione y se pongan en práctica ejercicios didácticos que permitan a nuestra niñez y juventud crecer, desarrollarse y formarse como ciudadanos participativos, responsables y críticos.

Es increíble ver que, si nos observáramos en un espejo como sociedad, existen profundas carencias en nuestra cultura política y democrática; hay una especie de “analfabetismo político” en la sociedad, que se refleja desde las relaciones entre vecinos en nuestras colonias, barrios, unidades habitaciones o fraccionamientos, hasta la organización en las redes sociales más cercana o lejanas, es decir, familiares, de trabajo, en la escuela o en las organizaciones o asociaciones civiles de diversa naturaleza.

Los impulsos autoritarios, centralistas, antidemocráticos se disparan con suma facilidad en los diferentes círculos sociales o ámbitos de organización de la sociedad civil. La deplorable actitud de la mayoría de los partidos políticos (recordemos cómo son elegidas –antidemocráticamente- sus dirigencias), y la selección y actuación lamentable, pobre (política y culturalmente hablando) de las y los candidatos a puestos de elección, parecen estar diseñados para que la ciudadanía se desmotive, se vea desencantada y pierda simplemente el interés por la vida pública y política.

La elección de gobernantes o legisladores es un derecho de todas y todos los mexicanos, el cual se encuentra establecido en nuestro marco constitucional ¿Por qué habría de negarse el ejercicio de este derecho fundamental (y su estudio elemental o durante los primeros años de vida) desde la educación básica?

Fuente e imagen: www.sdpnoticias.com

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1968, el mayo francés y la Educación, hoy

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Así, el poder cuestionado, por sus autoritarismos, no pudo contener ni controlar la fuerza rebelde y contestataria de las y los estudiantes…

Con la firma de David Dusster, el sitio en internet del diario La Vanguardia publicó, en diciembre de 2020, un texto que lleva por título: “El mayo de 1968 en diez claves” (1), en el cual presenta una síntesis de la revuelta social escenificada en la capital parisina, que este mes cumple 53 años. Se trata de hechos, ideas, debates, movilizaciones y resistencias de hace más de medio siglo, y que hoy en día se mantienen vigentes.

Dusster describe a la revuelta estudiantil y de trabajadores en mayo de 1968, así: “El 3 de mayo los estudiantes de la Universidad de Nanterre, que acababa de ser clausurada, se trasladaron a la Sorbona (una protesta contra la guerra del Vietnam fue el detonante. La detención de un universitario espoleó la revuelta. Empezaron las reivindicaciones y las ocupaciones del centro docente). La policía intervino. Hubo 600 detenidos. Se levantaron barricadas. Dos semanas después había diez millones de obreros que secundaban la huelga general convocada por los sindicatos en una paralización sin precedentes en la Francia de las postguerras. La República francesa temblaba. No funcionaban los trenes, ni las fábricas, ni los aeropuertos. Prácticamente ningún coche circulaba en París. La televisión y la radio públicas secundaban la huelga. Hasta el Festival de Cannes de cine se interrumpió. Pese a que la calma regresó en junio, nada volvería a ser igual.”

Hace tres años, el 23 de mayo de 2018, escribí lo siguiente en este generoso espacio a propósito de la conmemoración de estas fechas: Me pregunto, después de 50 años de revueltas callejeras, de consignas ingeniosas e irreverentes, de construcciones y “deconstrucciones”, (como diría Jacques Derrida); de rupturas y quiebres protagonizados por estudiantes y trabajadores:

¿Qué hemos aprendido, como sociedad, durante estas cinco décadas de lucha, resistencias y generación de conciencias críticas desde los espacios educativos?

¿Cómo se han transformado las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales durante este lapso? ¿Cuál es el estado de cuenta o cómo se encuentra la factura del “autoritarismo” ejercido por los gobiernos y padecido por las y los gobernados? ¿Qué avances se han logrado en materia de educación cívica y ética al paso de este tiempo y el transcurrir de esas historias? ¿Cómo se han “normalizado” o “institucionalizado” los movimientos sociales durante estas cinco décadas? ¿Los estudiantes de educación media y superior, hoy, están de “Vuelta a la normalidad” en México y en el mundo?

Así, entre 1967 y 1968 (las movilizaciones más potentes se llevaron a cabo en mayo de este último año), los estudiantes de las escuelas superiores francesas (Nanterre, Nantes y la Sorbona), registraron protestas en las calles de París contra los actos de represión de las autoridades, contra el “estado de cosas” y para cambiar las “rigideces del poder”.

Fueron movimientos sociales de raíz antiautoritaria, en un inicio, que marcaron la pauta, no de manera lineal, a otras expresiones sociales durante ese mismo año en diferentes ciudades del mundo. Expresiones vivas de una sociedad que mostraba sus contradicciones y decadencia debido a los usos y abusos del poder político; así como a los usos y conflictos del poder que se producían en diversos ámbitos de la vida pública, no solamente en las relaciones interpersonales. Así, el poder cuestionado, por sus autoritarismos, no pudo contener ni controlar la fuerza rebelde y contestataria de las y los estudiantes, y trabajadores urbanos, tanto en escuelas como en fábricas e instituciones del Estado.

“El ensayo general revolucionario más influyente y menos exitoso ocurrió en Francia, y sobre todo en París, entre mayo y junio de 1968. Una revuelta que no perseguía llegar al poder sino cambiar a la sociedad, un movimiento para reivindicar más libertades en la esfera privada que cuestionó la esfera pública. Nadie lo intuyó, nadie pudo detenerlo.”, señala Dusster.

Joaquín Estefanía, citado por Dusster, en su libro Revoluciones. Cincuenta años de rebeldía, afirma sobre el 68 francés lo siguiente: “Mayo del 68 acuñó muchas causas diferentes como el ecologismo, la libertad sexual, la educación igualitaria o el feminismo; y todas fueron impulsadas como nunca antes. El mayo francés transformó ideas y valores morales, no cambió el poder ni el sistema. Fue una eclosión de libertades y causas. Los derechos civiles, el antinuclearismo, la revolución sexual, el antibelicismo tuvieron cobijo bajo un paraguas que reclamaba una nueva moral y una nueva sexualidad.”

Dusster escribió: “El espíritu de Mayo del 68 servía contra todas las discriminaciones. El historiador Pascal Ory lo describe en el semanario L’Express como el acontecimiento que hizo que se pasara de una izquierda generalista a unos izquierdismos especializados.”

¿Qué podemos recuperar de las lecciones del mayo francés y de los movimientos estudiantiles más allá de las reivindicaciones antiautoritarias?

¿Cuáles son las fibras ideológicas y programáticas que en política hoy tienen vigencia? ¿Cómo se reciclan, hoy, estos movimientos sociales? ¿Las consignas irreverentes, subversivas y de resistencia ante los abusos del poder siguen presentes? ¿De qué manera se han alimentado los movimientos sociales, reivindicatorios e independientes de los partidos políticos en México, a partir de las enseñanzas de los movimientos estudiantiles de 1968 y de las revueltas que les sucedieron?

Son algunas de las preguntas que me planteo y que sugiero echar a andar o reanudar, en estos tiempos de pandemia y post pandemia, cuando las demandas sociales por una educación pública podrían dirigirse hacia el cambio (equidad, derecho a la educación, inclusión, gratuidad, respeto a los derechos humanos y al entorno natural, diversidad, enfoque de género, no a la criminalización del aborto, acceso a la justicia sin impunidad, etc.); y cuando dichas demandas se convierten en ejes posibles para la discusión pública, con sentido crítico, durante esta tercera década del siglo XXI.

Fuente consultada:

(1) David Dusster, “El mayo de 1968 en diez claves”. Diario La Vanguardia, diciembre de 2020.

https://www.lavanguardia.com/internacional/20180506/443237104279/mayo-68-francia-revolucion.html

Fuente: 1968, el mayo francés y la Educación, hoy | Profelandia

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La Fractura Educativa

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo 

En una época de emergencia sanitaria como la que vivimos, y aun cuando “venga a la baja” la enfermedad, la docencia todavía está partida en pedazos…

Cada quien se rasca con sus propias uñas para solventar las necesidades pedagógico-didácticas

Debido a la campaña emergente de vacunación para prevenir Covid-19 y a la disminución de casos confirmados de esa enfermedad, el avance que en México se ha producido en materia de salud pública genera altas probabilidades de regresar a clases, en el formato presencial, por fortuna.

Pero el retorno a clases presenciales, sobre todo en la educación básica, habrá de llevarse a cabo de manera gradual, escalonada y con medidas sanitarias que aseguren, en lo posible, que no se registren rebrotes de la inaudita enfermedad que ha azotado al mundo (2020 y lo que va de 2021).

Se sabe, según datos preliminares, que en México la población más afectada por la condición que nos trajo la pandemia, por el hecho de haber cerrado los centros educativos, es la de las y los estudiantes de educación básica matriculados en la escuela pública. Por ello, es importante y prioritario tomar las medidas concretas y pertinentes, en materia de políticas públicas educativas, específicas, para crear condiciones adecuadas en el regreso a las clases presenciales, y dar continuidad al avance de los aprendizajes escolares de niñas, niños y jóvenes (NNyJ).

La docencia todavía está partida en pedazos

¿Cuáles son las condiciones y elementos adecuados que permitan la puesta en operación de protocolos sanitarios, por niveles-modalidades educativos, para regresar a clases? ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la escuela pública ante la inminencia del retorno a la escuela presencial? ¿Cómo se organizan o se organizarán, o no, las comunidades educativas en este escenario inminente de postpandemia?

En una época de emergencia sanitaria como la que vivimos, y aun cuando “venga a la baja” la enfermedad, la docencia todavía está partida en pedazos. Hoy, como es evidente, el contacto con las y los estudiantes es remoto, irregular, distante, complicado, cuando lo hay, o nulo cuando no hay conectividad ni estudiantes. Justo por ello, me parece que el problema más grave es la cantidad de estudiantes que no regresó a las clases mediadas por tecnologías electrónicas o materiales impresos, durante el presente ciclo escolar (2020-2021).

Desde hace más de un año, estamos frente a un fenómeno social y educativo caracterizado por cambios sin precedentes en el ámbito específico de las relaciones entre la enseñanza y los aprendizajes, donde la sensación de avance (para ambos actores sociales: docentes y estudiantes), en realidad, se ha vuelto una percepción de retroceso.

El 20% de las y los estudiantes que concluyeron el ciclo escolar anterior, no se han reportado durante el presente año escolar.

Las y los docentes, así como las y los directivos escolares vivimos una coyuntura de adaptaciones vertiginosas, individuales y sociales, tanto en el uso de métodos como en la profundidad y extensión de los contenidos educativos. Hay una sensación “objetiva” y “subjetiva” de frustración en el trabajo docente y de gestión educativa-escolar que se ha realizado en situación de confinamiento, sobre todo porque no existen los apoyos ni el acompañamiento profesional que requieren estas labores.

Adicionalmente y por si fuera poco, la sociedad se pregunta ¿qué tan esenciales son las actividades educativas (y la escuela como institución) frente a una cruda realidad que pone en primer término tanto a la crisis económica como la de salud pública? Apenas se recopila información sobre las dimensiones de esta fractura educativa, que ha implicado el no retorno a clases por parte de cientos de miles de estudiantes. La estadística y el registro puntual, todavía incierto y confuso, acerca de cuántos estudiantes no han regresado a las clases “a distancia” del ciclo escolar en curso, da cuenta de esta tragedia (se calcula que aproximadamente el 20 por ciento de las y los estudiantes que concluyeron el ciclo escolar anterior, no se han reportado durante el presente año escolar, en educación básica pública).

Falta de capacitación a docentes

En medio de todo, y a falta de apoyos institucionales en materia educativa, los duros procesos de adaptación social y pedagógica, por parte de las figuras educativas, siguen su marcha. La realidad indica que cada quien se rasca con sus propias uñas para solventar las necesidades pedagógico-didácticas y de recursos tecnológicos. No hay un acompañamiento institucional ni una atención en infraestructura tecnológica del tamaño de la emergencia sanitaria que se ha vivido durante más de un año. Las autoridades educativas sólo desentonan al decir: “reconocemos el trabajo de las y los maestros”.

Durante este ciclo escolar hemos observado que las acciones de capacitación y actualización (formación continua), en materia de trabajo y prácticas docentes o directivas escolares, dirigidas hacia las principales figuras educativas, son inexistentes, nulas o superfluas. Dar a conocer cómo funciona una plataforma para realizar video-conferencias, no es una capacitación seria, profesional. O dar al docente los procedimientos para crear una cuenta de correo electrónico, con el membrete de “capacitación o actualización”, es simulación.

Paradas en zona de incongruencia, sin embargo, las autoridades educativas federales y estatales señalan que hay, hoy, una revaloración social del magisterio. Que la sociedad reconoce, por fin, la importancia del trabajo docente y directivo. Pero esto sólo se da en las palabras, no en los hechos. Lejos de alabar el trabajo que han realizado las maestras y los maestros en estas condiciones adversas, la actuación de las autoridades educativas sería más congruente si se centrara en dar apoyos al magisterio en recursos didácticos y de infraestructura, y opciones “profesionalizantes” serias, de fondo, en términos de adecuaciones curriculares, de mediano y largo plazos.

La fractura educativa durante el periodo de pandemia, en México, tiene en resumen dos traumatismos: uno, en la desafiliación parcial de cientos de miles de estudiantes NNyJ del país y, dos, el abandono y las anulaciones tácitas e implícitas de las que han sido objeto las figuras educativas, es decir, las y los docentes, las y los directivos escolares y demás profesionales de la educación.

Fuente: SDPnoticias

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Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Lo que debe suceder en el futuro, es la revisión final sobre los avances o retrocesos que se registren como producto de la evaluación internacional.

La semana pasada, durante el revuelo que causó un comunicado del Departamento o área de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que diseña las pruebas del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA por sus siglas en inglés), en el sentido de que el gobierno mexicano no aplicaría la prueba en su versión o edición más reciente, varios observadoras y observadores nos dimos a la tarea de revisar la información disponible al respecto.

El desmentido: Según el boletín de prensa No. 88 de la SEP: “La secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, informó que no será suspendida la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), y que para el próximo año está programada la aplicación internacional, con una fase piloto que sirva de antecedente, para ser aplicada este año.” Por lo tanto, el rumor de la no aplicación de la evaluación internacional de estudiantes (de 15 años de edad) en México, quedó despejado.

La Mtra. Delfina “Puntualizó que es voluntad de la dependencia a su cargo continuar con la aplicación de la prueba PISA, y reconoció la importancia que tiene la evaluación para las maestras y maestros como un diagnóstico para detectar las fortalezas y debilidades que contribuyan a un plan de trabajo con base en los resultados que se obtengan.”

La ficha técnica de la evaluación PISA (1) indica que ésta: “… evalúa hasta qué punto los estudiantes, que están a punto de concluir su educación obligatoria, han adquirido los conocimientos y habilidades fundamentales para una participación plena en las sociedades modernas. La evaluación se centra en las materias escolares básicas de Ciencia, Lectura y Matemáticas. También se evalúan las capacidades de los alumnos en un ámbito innovador (en 2015, ese ámbito fue la resolución colaborativa de problemas).”

“La evaluación no determina únicamente si los estudiantes pueden reproducir lo que han aprendido, sino que también examina cómo pueden extrapolar lo que han aprendido y aplicar ese conocimiento en circunstancias desconocidas, tanto dentro como fuera de la escuela. Este enfoque refleja el hecho de que las economías modernas recompensan a los individuos no por lo que saben, sino por lo que pueden hacer con lo que saben”. (Tomado del Informe 2015, p. 3, versión digital)

La visión “economicista” de la Prueba PISA es quizá uno de sus inconvenientes principales, que han sido señalados por los especialistas, porque ésta no evalúa otro tipo de habilidades distintas de aquellas que son identificadas como del tipo “llave” (key skills), en términos de las llamadas “competencias educativas” (que puedan ser evaluadas por su desempeño).

¿Acaso no hay otros procesos de aprendizaje escolar que, hasta el momento, no han sido evaluados por esos proyectos internacionales y nacionales, tales como son los casos de los aprendizajes generados a través de la educación artística, la educación física, la formación cívica y ética, o la formación en ciencias sociales y humanas? Más que pensar en las evaluaciones educativas de las y los jóvenes para el mundo del trabajo y los círculos de la mercancía (con visión instrumental) ¿no sería conveniente evaluar los procesos educativos y aprendizajes que están implicados a lo largo de la vida?

Por otra parte, el contexto social e institucional en que se llevan a efecto dichos procesos de aprendizaje y las oportunidades para transferirlo a distintos escenarios (laborales o no laborales), son aspectos aparte que habrán de tomarse en cuenta, para arribar a conclusiones más completas sobre el estado en que se encuentran los sistemas educativos nacionales.

Por eso, cada día se habla con más frecuencia sobre la pertinencia de diseñar y llevar a cabo evaluaciones situadas. Para ello, los expertos en evaluación educativa consideran que será importante revisar tanto las aplicaciones de las pruebas como los resultados de manera estratificada: ¿Los jóvenes evaluados están matriculados en la escuela pública o privada? ¿Cuál es el grado de escolaridad de los padres? ¿En qué condiciones sociales, económicas y culturales viven estos jóvenes? Al respecto, tengo entendido que en las versiones 2012 y 2015 de PISA se trabajaron estos aspectos contextuales durante la evaluación.

Aun cuando se ha dado y existe un amplio debate científico técnico sobre esta evaluación estandarizada, tanto en lo que concierne a los aspectos macro sociales como en la consistencia interna de la prueba referida, uno de los textos, con visión crítica, que encontré en internet para identificar las fortalezas y áreas de oportunidad metodológicas de la prueba en cuestión, es el que lleva por título: “Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA”, escrito por Antonio Fernandez-Cano, de la Universidad de Granada, España.

Fernández-Cano escribe en el resumen general del artículo científico lo siguiente: “En este trabajo realizamos una evaluación metodológica de las evaluaciones internacionales PISA, presentando un análisis crítico de sus deficiencias y limitaciones.”

“Presentamos una revisión metodológica o meta-evaluación de los múltiples informes PISA, en un intento de demostrar la validez plausible de las inferencias que PISA mantiene, teniendo en cuenta una serie de limitaciones metodológicas tales como: una lógica incoherente, toma de muestras opacas, diseño evaluativo inestable, instrumentos de medición de validez cuestionables, el uso oportunista de las puntuaciones transformadas por la normalización, la confianza reverencial en la significación estadística, la ausencia de estadísticas sustantivamente importantes centradas en las magnitudes de los efectos, una presentación problemática de los hallazgos e implicaciones cuestionables extraídas de los resultados para las prácticas y las legislaciones educativas.

“Recae sobre PISA la responsabilidad de proporcionar y demostrar mayor rigor metodológico en los futuros informes técnicos y la consiguiente necesidad de ser cuidadosos para no mostrar inferencias sin fundamento a partir de sus hallazgos.” (2)

“Los factores explicativos que PISA propone como relevantes son de naturaleza correlacional y no causal; en consecuencia, ninguna decisión causal puede generalizarse como subrepticiamente hace PISA utilizando modelos de regresión múltiple o modelo de multinivel.”

“Estos modelos son estadísticos y no admiten relaciones causales por mucho que los hallazgos de PISA obtenidos y expuestos en los propios informes sean erradamente interpretados como inferencias causales ad nauseam; una relación sobre advertencias acerca de inferencias en PISA 2009 puede leerse en Ercikan, Roth y Asil (2015). Concretamente su inferencias sobre los que hace que las escuelas sean exitosas (OECD, 2015b; Vol. IV); la relación entre alumnos y dinero-gasto (OECD, 2015b; Vol. VI); la causación espuria por única y lineal de que la predisposición para el aprendizaje es condicionada por el compromiso, dirección y auto-creencias del alumno (OECD, 2015b; Vol. III)”

“El contenido de la pruebas PISA se define antes bien por el juicio de expertos nacionales (un supervisor por país) que por una derivación de los contenidos curriculares nacionales; aunque PISA se sustente sobre un marco curricular (una teoría del currículo) funcional no siempre coincidente plenamente con los currículos convencionales, centrados en el logro de conocimientos más académicos.

La consecuencia de tan emergente y sutil currículo para las políticas educativas nacionales es clara: adaptemos los currículos a las demandas de PISA; la evidencia de cambios curriculares auspiciados por PISA es abundante: Chisholm (2015) en Alemania y Sudáfrica; Dolin y Krogh (2010) in el contexto danés, y especialmente en Turquía (Gur, Celik & Ozoglu, 2012) donde las autoridades educativas ya decidieron realizar reformas del viejo currículo mucho antes de antes de que saliesen los resultados de PISA 2003, y que después utilizaron para justificar tales reformas. Debe entonces comprenderse que, aunque PISA es una encuesta intencional a gran escala, es difícil pero no imposible y quizás necesario conectarla con los currículos nacionales.”

En fin, sería interesante ir a la lectura completa de este reporte de investigación (ver liga al final de este comentario) con la intención de contar con más elementos de juicio para opinar, de manera informada, sobre las ventajas y las desventajas que tiene tanto el diseño como la aplicación de la prueba (PISA).

Por último, considero que en el futuro, sin duda, será necesario realizar revisiones finas sobre los avances o retrocesos que se registren como producto de la evaluación internacional motivo de este comentario. Me refiero específicamente al análisis de los valores o puntuaciones, “del desempeño o de logro, en términos competenciales”, que se obtengan por entidades federativas, para el caso de México, y qué medidas se habrán de poner en práctica tanto por parte del gobierno federal como por los gobiernos estatales, como políticas públicas educativas específicas, siempre en colaboración con las maestras, los maestros y directivos escolares.

Fuente consultada:

(1) OCDE (OECD, por sus siglas en inglés). PISA. Informe 2015. Paris.

(2) Fernandez-Cano, Antonio (2016). Una crítica metodológica de las evaluaciones PISA. RELIEVE, 22(1), art. M15. DOI:

http://dx.doi.org/10.7203/relieve.22.1.8806

Fuente e imagen: sdpnoticias.com

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SEP: Adopta criterios burocráticos, no académicos

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Los criterios que toman las autoridades educativas y el personal de las mesas de “ayuda” son lamentables y escandalosos…

“Reforma Educativa” de la “4T”

Hoy ratifico lo que había manifestado días antes cuando envié, por este medio, una carta pública a la Mtra. Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública:

Me parece que están cerradas las puertas para las profesoras y profesores que tienen experiencia en el sistema educativo público, como docentes, asesores técnicos o directores escolares, en el nivel de educación básica o media superior, ya que no han sido aceptados para concursar por una plaza de ascenso o promoción, dentro del marco legal y reglamentario establecidos desde 2019, debido a inconsistencias, de procedimiento, creadas por la propia burocracia educativa.

¿Cómo es posible que estas políticas, de “cierre de puertas” burocráticas, esté dirigido a las maestras y los maestros que cuentan con más de 15 o 20 años de experiencia docente o directiva en la escuela pública? Que, además, se han preparado académicamente (con la realización de estudios de licenciatura y posgrado en educación), pero que la normatividad de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) no les ha permitido concursar por detalles de tipo burocrático (de forma) y sin aplicar criterios académicos o de responsabilidad dentro del sistema educativo (de fondo).

Hay docentes y directivas o directivos escolares que tienen más de 20 años de servicio docente en la escuela pública; o con más de 6, 8 o 10 años de experiencia como directoras o directores, quienes cuentan además con títulos de licenciatura (en instituciones de educación superior reconocidas por la propia SEP) y maestría en educación, o en disciplinas o campos de conocimientos afines, y que han recibido diplomas o constancias de reconocimiento al mérito académico (SEP), pero que durante el actual proceso de promoción (2021) no fueron aceptados debido a detalles de forma (falta de alguna fotografía o de algún sello); esto aun cuando han entregado documentos expedidos por la SEP.

Vuelve el cántaro al agua

Los criterios que toman las autoridades educativas y el personal de las mesas de “ayuda” son lamentables y escandalosos: ¿Por qué la propia SEP no reconoce a las maestras y los maestros que cursaron los programas nacionales de nivelación, actualización o regularización organizados en otros tiempos por la misma dependencia del gobierno federal? ¿Tiene lógica académica esa línea de políticas públicas educativas de exclusión? ¿O más bien lo que prevalece, una vez más, es la racionalidad (irracionalidad) burocrática?

Como se puede apreciar, estos procesos o trámites burocráticos, donde se deja fuera de los concursos a personas que han desarrollado una trayectoria académica decorosa, son injustos y contradictorios. Y no se trata de que a las y los docentes, en cientos de casos que hay como éste en México, se les otorguen plaza de directores o de supervisores escolares a través del nefasto “dedazo”, sino que se les permita concursar y demostrar sus capacidades académicas, docentes, directivas y profesionales en igualdad de condiciones.

Me pregunto una vez más: ¿Es intencional, por parte de la SEP, que se pongan en práctica este tipo de políticas inflexibles y de puertas cerradas? ¿Acaso las plazas ya están pactadas con las cúpulas sindicales nacionales y locales? Si eso es así ¿Entonces para qué se publican las convocatorias?

Más preguntas ¿Lo que buscan las autoridades educativas, federales y estatales, es contratar o promover sólo a quienes cuentan con estudios de normal básica, sin que hayan tenido el compromiso de prepararse más allá de esa formación elemental? Por lo que veo, todo parece indicar que, con estas políticas educativas y administrativas (con énfasis en decisiones burocráticas, no académicas), se busca premiar al “mínimo esfuerzo” académico y las más cortas trayectorias o experiencias profesionales.

Es lamentable, con este cuadro de hechos, el rumbo que toma, hoy, la “Reforma Educativa” de la “4T” (desde 2019), pues se cierran las puertas de las oportunidades para todas y todos aquellos trabajadores de la educación que han participado en los diferentes esquemas de “nivelación”, de “actualización” o de “superación profesionales”, que la propia SEP puso en marcha durante las últimas tres-cuatro décadas en todo el país, tanto para la educación básica como media superior.

¿Dónde están los dirigentes altos y medios del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para defender a sus agremiados? ¿Dónde quedaron las figuras educativas y académicas previstas en la ley (Comisiones Tripartitas) para salvaguardar el sentido académico (no burocrático) de los concursos de admisión y promoción? ¿Dónde quedan los principios de transparencia y de rendición de cuentas ante este tamaño de atropellos?

Cabe resaltar que este tipo de atropellos y violaciones a los derechos de las y los trabajadores de la educación no sólo se han presentado en docentes y directivos de educación básica sino también en media superior; ello ha sucedido en estados como Querétaro, Estado de México, Tamaulipas, Chiapas, Quintana Roo y Jalisco, pero no dudo que hoy en día también se presentan, lamentablemente, en otras entidades del país. ¿Éste será el sello de la revaloración o revalorización del magisterio durante la gestión de la SEP en el marco de la “4T”?

Desde marzo pasado y hasta el momento en que escribo este texto (16 de abril), me han reportado, vía correo-e, diferentes casos donde la autoridad y las burocracias locales han actuado en contra de distintas figuras educativas, todas ellas y ellos aspirantes a una promoción (movilidad vertical) o al reconocimiento institucional, a través de incentivos económicos (movilidad horizontal), quienes han sido mal atendidos y pésimamente auxiliados, con actitudes de puertas cerradas.

Como parte de las inconformidades que, adicionalmente, se han cometido en contra de las y los aspirantes a ingresar al servicio público docente, mediante concursos de admisión, el próximo lunes 19 de abril se llevará a cabo una concentración frente a Palacio Nacional, para expresar de manera pacífica el malestar de las y los docentes ante este proceder de las burocracias educativas.

Hago un atento llamado para que la misma SEP, la Subsecretaría de Educación Básica, las autoridades educativas locales (en las entidades federativas) y USICAMM revisen de inmediato estos casos de bloqueo, abuso y maltrato a las y los maestros durante los procesos de admisión y promoción, a efecto que los resuelvan a favor de los participantes que lo ameriten o que reúnan los requisitos establecidos en la normatividad, porque sin ello se tenderán a bajar los niveles de valor académico que requiere la educación pública en México.

Fuente: SDPnoticias.

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