Fracasos, becas y la educación panameña

Panamá / 25 de enero de 2018 / Autor: Leda Abril Moreno / Fuente: La Prensa

El fracaso del sistema educativo es el fracaso de la sociedad panameña, pues en el sistema educativo participan los educadores, los estudiantes y las familias. Las cifras muestran 41 mil estudiantes fracasados, en su mayoría, de primaria. En el portal Meduca puede leerse que lo causan: pobre comunicación de padres, hijos y docentes, factores económicos o la ausencia de aplicación de técnicas modernas. Muchos intelectuales han opinado que las reformas curriculares realizadas a un sistema anacrónico fueron “parciales” y excluyeron materias humanistas. Fechas como el 9 de enero, la masacre de Albrook, el Viernes Negro, la invasión y la reversión del Canal pasan inadvertidas. Criticamos la falta de ortografía, vocabulario, ética y valores. La apatía estudiantil frente a los problemas de corrupción, ecología y violencia es evidente.

Existe una deficiencia importante de recurso humano relacionada con la globalización y la tecnología. La reforma curricular fue calificada como desarticulada y sin bases filosóficas propias. Parecemos no recordar que la filosofía de la liberación latinoamericana, expuesta por Enrique Dussel en 1975, apunta a una utopía liberadora. Esta liberación plantea una descolonización curricular, pues como está planteada la enseñanza actual y sustentada por organismos tales como Unesco o la OEA, formamos operadores de inventos y conocimientos de los países del primer mundo. Dussel sustenta así que, en los países de América Latina, prácticamente no hay innovadores o inventores. Utilizar las notas como único indicador es minimizar los problemas del estudiante panameño.

La beca universal es una decisión política, no técnica, mucho menos filosófica. A mamá, enfermera jubilada, le enseñaron en el interior a marcar polleras, recitar, historia, ética, matemáticas y ciencias, entre otras; mi hijo, estudiante de escuela primaria privada, usa una maleta dos veces su tamaño y recibe tutorías bilingües por sobrecarga de materias; la nana solo tiene segundo grado; así es Panamá. Yo hice mis primeros tres años (preescolar incluido) en Estados Unidos, regresé aquí a una escuela pública, cursé la secundaria en una privada, medicina en la Universidad de Panamá y un posgrado en Europa; formo médicos, orgullosamente soy producto del sistema educativo panameño.

Hoy coexisten dos Panamá y dos sistemas educativos: el del Panamá profundo y marginal, con deficiencias obvias, y el privado, inflado en materias y en algunos casos, en costos. Como voluntaria de giras al Darién, sé la necesidad de alimentación, calzados y útiles escolares. También tomé la leche CARE en los 70 y como otras panameñas, educo a un hijo siendo madre soltera, pero hasta no hacer una Mesa Nacional por la Educación que incluya Gobierno, educadores, sociedad civil, padres de familia, empresarios y nos planteemos las preguntas filosóficas sobre qué panameño queremos, qué le queremos enseñar, por qué le enseñamos y cómo queremos enseñarle, estos esfuerzos caerán en saco roto.

Solo aprovecharán los esforzados, como siempre ha sucedido, beca o no, tal como hicieron mis ancestros y lograron romper el círculo de pobreza: estudiando.

Fuente del Artículo:

https://www.prensa.com/opinion/Fracasos-becas-educacion-panamena_0_4945755480.html

Fuente de la Imagen:

Firma de convenio con Ministerio de Educación

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