La dignidad de los niños, niñas y adolescentes trabajadores en tiempos de Pandemias social y biológica.

Por Luis Delgado

Que la pandemia del Covid-19 haya servido para dejar al descubierto el aumento de la depauperación de los sectores populares desprotegidos por un capitalismo neoliberal incapaz de esconder las miserias que destruyen el ambiente, la estructura del empleo digno, la salud, la cultura y educación pública, sin duda, es un hecho que pocos se prestarían a negar.

Propia de esa continua exclusión económica, política social y cultural, expuesta ahora por el covid 19, es la abundancia de diagnósticos, de organismos multilaterales, que demuestran la sostenida demolición de los principios de la  convivencia humana  bajo la  orientación de los derechos humanos, la democracia y la ciudadanía.

Confirmada queda esta realidad cuando un organismo como la Comisión Económica para América Latina CEPAL, señala en el Informe Especial, titulado “El Desafío Social en los Tiempos del COVID-19”, que en el año 2020 la pobreza en Américalatina  alcanzará una estimación total 224,7 millones de personas, ratificando que los más vulnerables a esta crisis serían las mujeres, las personas con ingresos bajos y medios bajos, los ubicados en el trabajo informal, trabajadoras domésticas, niñas, niñas y adolescentes, jóvenes y personas adultas mayores, población rural, pueblos indígenas, afrodescendientes, personas con discapacidad, migrantes y personas en situación de calle.

En la  dinámica de esta realidad tan compleja y ruda para los sectores populares se desenvuelve la Coordinación Regional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores en Venezuela y especialmente en el estado Trujillo, en su decidida intención de favorecer el trabajo digno, asociativo y solidario desarrollando experiencias autoorganizativas centradas en el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes en áreas como la organización de los infantes y adolescentes, el acompañamiento escolar y el proceso de agroproducción.

Comunidades como 7 Colinas –La Marchantica, donde los y las adolescentes, acompañados por Oliver Ramos y Michel Hernández luchan por  mantener en óptimas condiciones la producción la Empresa de Producción Social Comunitaria en el ramo de la serigrafía. Similar situación se plantea en la comunidad de Mesa de los Viejitos en San Luis  parte Alta, donde Oswaldo Ramos y Liliana Laguna  productores de la zona con su experiencia acompañan en la producción de ajonjolí, rubros de ciclo corto y la producción de proteína animal,  impulsado, además, la prosecución escolar de aquellos que no han concluido su sexto grado o el bachillerato, impulsando que tanto la misión Robinsón y el Inces Trujillo con la contribución solidaria de la docente Yorbelis Manzanilla, se concluya estudios de sexto grado, y se  gradúen de 10 personas en bachillerato agrícola.

Semejante iniciativa se desarrolla en Agua Clara parte Alta y Barrio Nuevo del Municipio Valera, donde se comparte iniciativas de acompañamiento escolar y el accionar agroproductivo de las manos solidarias de Fátima Andara, Carmen Andara, Yocasta Ávila, Ulises Balestrini, Marianela Perdomo y Nela Balestrini, Alfonso Araujo quienes junto a los niños, niñas y adolescentes donan lo valioso de su precioso tiempo para acompañarlos en la construcción de esperanzas, allí donde  el pesimismo no ve más que contrariedades.

Por otro lado, en el Pensil, territorio ya Municipio Escuque, de manera similar, jóvenes del movimiento de recreadores como Eliecer y Elimar Quevedo, con la luchadora comunitaria Jenifer López han impulsado el encuentro de niños, niñas y adolescentes para brindarles oportunidades del buen uso del tiempo libre, a través de las actividades recreativas, cultivando además un espacio desde la experiencia intergeneracional con los campesinos del sector, cultivando  rubros de maíz, caraota y otros variados rubros de ciclo corto.

Así mismo, los niños, niñas y adolescentes de la comunidad de Loma Pancha en el Municipio Boconó junto con sus padres desarrollan sus cultivos propios de maíz, caraota, otros rubros de ciclo corto, pero además junto a un grupo de docentes de la zona encabezados por Yelimar Fernández realizan el acompañamiento escolar y los festivos encuentros recreativos creando opciones lúdicas y de conocimiento en este hermoso paraje trujillano.

Culmina nuestro recorrido de acompañamiento de niños, niñas y adolescentes con la experiencia adelantada por promotores comunitarios como Luisana Delgado y Oreste Bastidas en la comunidad Mirabelito. Allí desde el potencial lúdico y educativo de los juguetes tradicionales como las muñecas y muñecos de trapo, acompañan a niños, niñas y adolescentes en la elaboración de obras de teatro facilitando la identidad a través del conocimiento de la historia trujillana, orientan a la producción de proteína animal y formándolos  en el ámbito radiofónico y audiovisual.

Aquí está la obra de Corenats, con sus 17 años en Venezuela y en nuestro terruño trujillano, construyendo desde las bases del conocimiento y la organización popular una alternativa por la dignidad del trabajo de niños, niñas, adolescentes y sus familias, por la equidad,  la simetría y la justicia social, ejemplo de resistencia comunal construida con y desde las bases populares, esas mayorías indómitas donde pervive la conciencia, paz y la alegría del compartir,  sustento inequívoco de la soberanía y el vibrar de la patria.

Artículo enviado a Ediciones OVE

Comparte este contenido: