Por los derechos de los escolares quetzaltecos

Por Luis Morales Chúa

Cuando el rey de España, Felipe VI, se preparaba para asistir a los actos conmemorativos en homenaje a las víctimas de los atentados terroristas que en agosto del año pasado causaron en Barcelona y Cambrils 16 muertos y 131 heridos, un independentista colgó en la parte alta de su edificio, en Barcelona, una pancarta con la fotografía del rey de cabeza y un letrero que decía “El rey de España no es bienvenido en los pueblos catalanes”.

Varios policías subieron a la azotea a quitarla, pero, antes de que terminaran recibieron contraorden porque el edificio es de propiedad privada. Horas después, en solidaridad con el independentista, en dos edificios más aparecieron mantas iguales a la primera.

Pues bien, las autoridades españolas no hicieron nada contra los que colocaron las pancartas por cuanto reconocieron que estos procedían en el ejercicio de la libertad de expresión.

«Todo funcionario está obligado a respetar la libertad de expresión de los niños».

En Guatemala, en cambio, en la inauguración de las fiestas de la independencia, en Quetzaltengo, unos niños y niñas de varias escuelas participaron en un desfile público y quienes lo encabezaban sostenían una pancarta con la foto del presidente de la República y en el pecho la frase “No grato”. Pero, a diferencia de la actitud de las autoridades españolas, el Ministerio de Educación de Guatemala inició una terrorífica investigación para determinar quiénes fueron los responsables de la exhibición pública de esas dos palabras contra el presidente guatemalteco. Y el ministro de Educación declaró en un programa de televisión, que ya estaban investigando a los escolares, a sus padres, al inspector departamental de Educación, a directores de las escuelas de las que son alumnos los niños manifestantes; a los maestros y, finalmente, en respuesta a una pregunta del entrevistador, dijo que también se establecerá si hay responsabilidad por parte de la Municipalidad de Quetzaltenango, entidad organizadora de las fiestas patrias.

El presidente había sido invitado a cortar la cinta simbólica en la inauguración de esas fiestas, que son las de mayor lucimiento en el país cada 15 de septiembre; pero, ya no llegó.

Esa investigación constituye, ¡qué duda cabe!, una violación a la integridad moral de los niños. Una de las consecuencias puede ser intimidarlos, al igual que a sus padres, a los maestros y a los organizadores del desfile.

En otras palabras, anular el espíritu rebelde de los niños, silenciarlos, en lugar de fomentar en ellos la idea de que un espíritu nacido libre no debe crecer ni vivir como esclavo.

Guatemala, al firmar la Convención sobre los derechos del niño, prometió solemnemente a los niños guatemaltecos hacer todo lo que esté a su alcance para protegerles y promover su derecho a sobrevivir, a prosperar en la vida y a aprender y crecer, así como hacer oír sus voces y ayudarles a desarrollar plenamente todo su potencial. También se comprometió a tomar todas las medidas apropiadas para garantizar que todo niño guatemalteco se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de su condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares. Y resulta entonces inexplicable lo que la autoridad hace hoy contra los niños quetzaltecos por externar sus opiniones acerca de un funcionario. Y, como se sabe, a otros niños se les impidió el acceso a la Plaza de la Constitución, no obstante que ese lugar es un bien público de uso común, especialmente para los niños. Y todo sucedió en el considerado, irónicamente, mes de la libertad. Claro, así es el rostro de la tiranía.

Fuente del artículo: https://www.prensalibre.com/opinion/opinion/por-los-derechos-de-los-escolares-quetzaltecos
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La formación de maestros es rescatada por la justicia.

Por: Luis Morales Chúa.

La sustitución de la carrera magisterial  impartida en las Escuelas Normales de Guatemala, por un bachillerato con orientación educativa, no solo   perjudica a miles de  estudiantes normalistas y al gremio de educadores sino, en general,  al país, porque constituye un indirecto abandono del  interés oficial por educar a millones de personas hundidas en el analfabetismo,  uno de los grandes baches de la problemática nacional.  Pero, la supresión del magisterio es ilegal. “El Estado —dice el artículo 78 de la Constitución— promoverá la superación económica, social y cultural del magisterio, incluyendo el derecho a la jubilación que haga posible  su dignificación efectiva.  Los derechos del magisterio nacional tienen carácter mínimo e irrenunciables”.  Y el Gobierno no cumple esa obligación suprimiendo las Escuelas Normales y la autonomía de los estudios de pedagogía, para sustituirlos por centros formadores de bachilleres cuyos conocimientos van dirigidos a servir en las esferas de los negocios privados.

Por eso son bienvenidas dos resoluciones judiciales recientes. Una se origina en la Corte de Constitucionalidad con la del 20 de marzo de 2017, que ampara a la Escuela Normal Bilingüe Intercultural, del Cantón Xolacul, de Santa María Nebaj, municipio del departamento del Quiché, y deja sin efecto el acuerdo ministerial por el que se suprimía la carrera de maestros de educación primaria. La otra resolución corresponde a la Corte Suprema de Justicia que estos días amparó provisionalmente a varios legisladores quienes actúan en nombre de 116 Escuelas Normales.

Desde luego no han tardado en salir al aire personas interesadas en desacreditar la resolución de la Corte Suprema diciendo, entre otras cosas, que los magistrados “debieron consultar antes” de resolver a expertos en la problemática educativa.

¡Vaya ocurrencia! La única fuente que los magistrados deben consultar es el ordenamiento jurídico, y no tienen obligación de salir a las calles a preguntar cómo la Corte debe resolver los amparos. ¡Solo eso faltaba!

Lo que deberían recordar los defensores de la política del Gobierno del general Pérez Molina y de los acuerdos del Ministerio de Educación es que estos fueron impuestos a sangre y fuego contra normalistas, maestros, padres de familia y otras personas. Y nunca se vio a esos profetas de la destrucción del magisterio salir en defensa de los adolescentes agredidos y de quienes los apoyaban. A propósito de lo cual se debe recordar que una de las peticiones de los indígenas que se reunieron a protestar en el kilómetro 170 de la carretera Interamericana, en el lugar conocido como Alaska, era la suspensión de los acuerdos que ponían fin a la carrera de magisterio.

El Gobierno ordenó disolver a como diera lugar esa manifestación y causó 7 muertos y 35 heridos de bala, en lo que se ha conocido como la primera masacre oficial en tiempos de paz. Tampoco se ha visto a esos defensores de la imposición forzosa del bachillerato, hablar de los dos millones quinientos mil niños en edad escolar que no pueden asistir a escuelas, porque estos centros educativos son insuficientes; ni dicen nada de las instalaciones escolares que están siempre en muy malas condiciones; ni de los hechos probados de que todo mejoramiento en la formación de los maestros puede intentarse sin suprimir la carrera de magisterio y sin cerrar las Escuelas Normales, como se hace en países europeos donde nacieron las Escuelas Normales y son sostenidas por el Estado, hasta la fecha.

Fuente: http://www.prensalibre.com/opinion/opinion/la-formacion-de-maestroses-rescatada-por-la-justicia

Imagen: http://mw2.google.com/mw-panoramio/photos/medium/28576961.jpg

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Privatización encubierta de la educación pública.

Por: Luis Morales Chúa.

Funciona desde hace varios años una entidad denominada Internacional de la Educación (IE), cuyas oficinas centrales están en Bruselas, Bélgica, dedicada a estudiar en profundidad, entre otras muchas cosas acerca de profesores y alumnos, las distintas formas de que se valen personas y empresas para privatizar la educación pública y convertirla en fuente de negocios parecidos a las carnicerías, como lo estima Patricio Meller, chileno, en su libro titulado Universitarios, el problema no es el lucro, es el mercado!

En noviembre de 2006 la IE encomendó un estudio sobre la educación en países en desarrollo —se denomina así a países como Guatemala, atrasados en casi todos los órdenes de la vida nacional— a los especialistas ingleses Stephen Ball y Deborah Youdell, ambos del Instituto de Educación, de la Universidad de Londres. Esta universidad es una de las más antiguas de Inglaterra y entre sus graduados se cuentan 29 científicos que han sido galardonados con el Premio Nobel.

Cito esta fuente lejana, para ilustrar un poco a quienes en nuestro país todavía no se han enterado de los avances en la privatización de la educación pública.

Los profesores Ball y Youdell presentaron el informe de sus investigaciones en el V Congreso Mundial de Educación, celebrado en Berlín, Alemania, en julio de 2007. Está fundamentado en documentos gubernativos, agencias oficiales, instituciones de estudios superiores de varios países y materiales impresos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

El informe puede ser consultado en Internet, de donde tomo parte de los datos aquí expuestos.

Ese informe explica que las políticas educativas de gobiernos nacionales, bajo los dictados que generalmente emanan del Banco Mundial, de organismos internacionales, o por cuenta propia, adoptan tendencias que pueden ser consideradas “formas de privatización de la educación pública”. Algunas se denominan abiertamente políticas de privatización; en otros casos la privatización camina “encubierta” bajo el nombre de reforma educativa. Esto último es lo que sucede en Guatemala.

Hay casos en que se alcanza la privatización con resoluciones oficiales sobre “elección escolar, “responsabilidad”, “mejorar las escuelas”, “descentralización”, “competencia” o “eficacia”, etc.

El ardid en Guatemala ha sido “el mejoramiento en la calidad de la educación” adoptando esquemas que, en el fondo, están encaminados a convertir la educación oficial, gratuita y obligatoria, en una gran empresa de propiedad privada. Y no solo es privatizada la educación sino que también se privatiza la política pública relacionada con la educación.

En pocas palabras la llamada reforma educativa es actualmente una forma encubierta del propósito privatizador, y esto explica el porqué de que fuera uno de los gobiernos guatemaltecos más corruptos en toda la historia nacional, el que emitió un acuerdo ministerial por el que suprimió la carrera de magisterio y la sustituyó por un bachillerato con orientación en educación.

La reforma educativa en Guatemala casi siempre es adornada con literatura artificiosa como esa de que el fin general “es mejorar y elevar los niveles académico y de desempeño del personal docente, técnico, y técnico administrativo, como respuesta a las necesidades y aspiraciones de un país multicultural, pluriétnico, plurilingüe, con desarrollo humano saludable, con paz y democracia”.

¡Y al mismo tiempo es suprimida la formación de maestros de educación primaria y se atenta contra escuelas destinadas a la población maya!
Fuente: http://www.prensalibre.com/opinion/opinion/privatizacion-encubierta-de-la-educacion-publica
Imagen: https://hansmejiaguerrero.files.wordpress.com/2016/03/ara-3xilos-2.jpg
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