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Magisterio, Tensiones y Disyuntivas Electorales

Por: Lev M. Velázquez Barriga

La diversidad de manifestaciones políticas que se expresan entre militantes y simpatizantes de la CNTE siempre trae posiciones diferentes y en ocasiones encontradas cuando se atraviesan las coyunturas electorales. En la actual ruta hacia 2018, estas tensiones ya se viven en los órganos deliberativos y de toma de decisiones de los maestros, porque los principios del movimiento magisterial por un lado orientan hacia la autonomía con respecto de los partidos políticos y por otro reconocen como válidas todas las formas de lucha, incluida la electoral; también porque se trata de enunciaciones que definen el carácter ético del movimiento en general y no de normas que regulen de manera impositiva la vida de cada miembro. Este último, como individuo, ya no en nombre de la organización sindical, decide su simpatía o no con los partidos.

Un ejemplo de estas tensiones se vivió en las pasadas elecciones intermedias, cuando la Coordinadora definió desde sus organismos de representación nacional, que participaría mediante el boicot al proceso electivo; efectivamente, en diferentes modalidades y tiempos del proceso, que no sólo se remite al momento del sufragio en las urnas, se llevó a cabo el boicot en varios estados donde el magisterio disidente tiene presencia, siendo Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán los focos de mayor algidez en la movilización antielectoral.

Paralelamente se desarrollaron formas de influir que convivieron con las reglas del juego electoral; por ejemplo, en Michoacán se buscó el registro de candidaturas ciudadanas emanadas del movimiento popular mediante el Frente Cívico Social; en el caso de Oaxaca, expresiones colectivas de profesores se aliaron a Morena al margen de los acuerdos de la Sección 22 y en Veracruz el Movimiento Magisterial Popular Veracruzano obtuvo varias candidaturas por Morena y de hecho una diputación al congreso local.

Si a la distancia hacemos un balance, encontraremos cosas que la Coordinadora no esperaba con el boicot: los resultados en varias entidades federativas reflejan que se pudo haber inhibido más el voto de la izquierda electoral, mientras el voto de la derecha se mantuvo con cierta estabilidad. Si a lo anterior sumamos que los costos en vidas perdidas, reprimidos y encarcelados fueron muy altos para los maestros y para sus organizaciones populares aliadas, podemos advertir que en el futuro cercano, será muy complicado decidir por la misma experiencia.

Por lo que respecta a las candidaturas ciudadanas, no se ven en los posibles escenarios de la CNTE. Ahora, los acuerdos mutuos de varias secciones sindicales o expresiones al interior de ellas, que se dieron con la izquierda electoral tuvieron lugar en circunstancias muy específicas, de las cuales me gustaría rescatar dos elementos: en primera instancia, siendo la primera elección en la que Morena se presentaba como partido político, no podía ir en coalición con otros partidos, su opción más viable era buscar aliados y compromisos con el movimiento social para conseguir su apoyo; en segunda instancia el compromiso firmado y explícito más importante de estos acuerdos fue que se echaría atrás la reforma educativa.

En la actual coyuntura, me parece que ninguno de estos dos elementos que hicieron factibles aquellas alianzas está presente del todo. La izquierda electoral prioriza vínculos con otros partidos, recicla actores clave de los mismos esperando que atraigan sus seguidores a su fuerza política, muchas veces con criterios tan laxos que se ha permitido el ingreso en sus filas y también en sus órganos de dirección a quienes firmaron y promovieron las 11 reformas del Pacto por México, donde la educativa ha sido parte vertebral de los acuerdos ahí establecidos, además están las observadas relaciones con empresarios y personajes ligados a la derecha en el poder.

Su posicionamiento sobre el destino de la reforma educativa ha sido cada vez más ambiguo conforme se acercan las elecciones del próximo año. Aquél compromiso de las elecciones intermedias para revertirla, se va decolorando en matices cada vez más grises que pasan de un vamos a revisarla a otro donde se considera necesario ponerla a consulta, con el peligro que se corre cuando se pregunta sobre conceptos polisémicos como el de calidad educativa que han sido coptados por el lenguaje de la educación neoliberal y van ganando la batalla a las posturas críticas en el terreno de las ideas pedagógicas.

Podríamos afirmar con cierta seguridad, que en lo nacional la CNTE no se inclinará por ningún partido, pero esa misma afirmación pierde certeza si consideramos las particularidades contextuales en cada sección sindical, y creo con mayor convicción, que aún con un cambio de rumbo favorable a la izquierda electoral en 2018, el factor más decisivo para revertir la reforma educativa seguirá siendo la movilización social, la correlación de fuerzas en el sector magisterial y ante el nuevo gobierno.

No pretendo negar la creciente simpatía de los maestros disidentes hacia López Obrador, sino colocar algunas valoraciones en su justa dimensión, entre ellas que la idea explícita de echar atrás la reforma educativa proviene más de las esperanzas de cambio de los docentes, que de las definiciones claras y públicas del líder de Morena, quien tampoco lo deja escrito en las escasas líneas que dedica al problema educativo, lo mismo en su libro 2018 La salida. Decadencia y renacimiento de México, que en su autobiografía política Esto soy.

*Fuente: www.jornada.unam.mx/2017/11/02/opinion/017a2pol

Fotografía: netambulo

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Evaluación magisterial y sismos

Por: Lev M. Velázquez Barriga

De manera conjunta, el gobierno gederal, la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación decidieron posponer la evaluación del ­desempeño en Ciudad de México y otras nueve entidades de la República, si los docentes así lo solicitan. El principal motivo es que se trata de zonas afectadas por los sismos; sin embargo, aunque ciertamente lo están, existen otras explicaciones de carácter político que no deben ser desestimadas.

Cuatro de las entidades federativas en cuestión corresponden a lo que se puede nombrar como el territorio histórico de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): Guerrero, Michoacán, Chiapas y Oaxaca; sobra decir que en este corredor geográfico se encuentra el foco rojo de la oposición a la reforma educativa, ahí la participación en los procesos evaluativos es mínima, al grado de que la autoridad ha tenido que violar la legislación para convocar en más de tres oportunidades a los maestros, para intentar obligarlos o convencerlos con prebendas y aun así la asistencia ha sido insignificante, lo demuestra la realidad sin importar las maquilladas cifras oficiales.

La lectura de esta decisión, que particularmente me parece la más engañosa, es que el régimen esté enviando señales para una tregua política de cese al fuego con los maestros disidentes, en la idea de garantizar la estabilidad de todo el proceso electoral; es decir, hasta septiembre de 2018, en los últimos meses del presente gobierno, cuando se reanudaría la evaluación con la que se define la permanencia de los trabajadores de la educación.

Tal medida, también debe ser interpretada como una táctica de aislamiento hacia la CNTE, cuyo objetivo es acordonar el foco rojo de la disidencia magisterial a la evaluación y arrancarle lo que había levantado como estandarte de lucha nacional: que la reforma es de carácter federal y afecta por igual a todos los profesores del país, independientemente de su simpatía con cualquiera de las expresiones gremiales.

Con el aislamiento se busca mediatizar las demandas de la CNTE a la solución de sus problemas regionales o particulares de cada sección sindical; además, con ello se desprotegería a los maestros que están fuera de la franja geográfica en la que se ubica la desobediencia hacia la evaluación y que no han logrado consolidar una organización fuerte para defender por medio de la movilización social su estabilidad laboral.

En el mismo sentido y de manera complementaria a la táctica política del Estado, se puede leer la intención de desarticular las oleadas magisteriales del centro del país, que por su cercanía o pertenencia a Ciudad de México, pueden desplazarse en grupos pequeños, y en ocasiones numerosos, con mayor facilidad a los puntos de concentración, o bien, de dispersión de las movilizaciones callejeras contra la reforma educativa.

Todas estas pretensiones juntas –la supuesta tregua en periodo electoral, aislamiento de la CNTE, descobijo de los sectores educativos con mínima organización, así como la desarticulación de los profesores de las regiones cercanas a Ciudad de México– conforman la estrategia para la desmovilización del magisterio. Intentan recrear el efecto mediático y político presumido por Aurelio Nuño desde el ciclo escolar anterior, cuyo mensaje es que la reforma educativa se estabiliza y en consecuencia avanza sin resistencias ni descontentos y, si acaso hubiera, están focalizados.

La estrategia gubernamental coloca a la capital del país, en el centro neurálgico de los poderes y de la política nacional, fuera del escenario para la lucha de los maestros, pero también de su posible integración en la confrontación contra todo el régimen de corrupción y despojo que está tomando cuerpo en torno de la Asamblea Ciudadana por la Reconstrucción Nacional después de los desastres provocados por los sismos y las lluvias.

Los reformadores neoliberales no hicieron más que un stop en la dimensión evaluativa de la reforma educacional, donde ya sabían que se iban a encontrar con resistencias que la ponen en riesgo; incluso, ven una oportunidad para borrar las letras en rojo que demeritan los informes oficiales. Paralelamente al aplazamiento focalizado de la evaluación, el gobierno federal se dispone a continuar con el proceso de despojo de los derechos laborales en los otros 22 estados de la República.

En la gran mayoría de las entidades, los profesores no tendrán ni esa miserable opción de posponer para el próximo ciclo escolar la guillotina de su estabilidad en el empleo. No es suficiente la suspensión temporal de la evaluación obligatoria, para que sea un verdadero momento de júbilo tiene que ser una decisión definitiva y además que se aplique para todos sin excepción geográfica; para que eso sea posible, será necesario romper con la estrategia desmovilizadora del régimen que se presenta como acto de voluntad y sensibilidad social.

Fuente del artículo:  http://www.jornada.unam.mx/2017/10/10/opinion/018a2pol

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Rescatar las escuelas públicas, la otra emergencia

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Ante los trágicos acontecimientos, los maestros y maestras de la CNTE irrumpieron el desarrollo de su vida política, que entre los meses de septiembre y noviembre agitaría una jornada nacional de movilizaciones contra las evaluaciones docentes. A partir de la emergencia nacional, la movilización de sus núcleos y estructuras orgánicas, locales y nacionales, grandes o pequeñas, según sea su presencia en cada estado de la República, ha tenido como prioridad la ayuda humanitaria hacia los damnificados por las lluvias y por los sismos.

Con el hostigamiento oficial de la evaluación para el despido encima y sin contar con las cuotas sindicales, secuestradas por el SNTE, la CNTE se ha hecho valer por su capacidad logística, por la solidaridad de sus militantes, así como su gran disposición a la cooperación moral, física y monetaria, con la misma autonomía que solventa cualquiera de sus formas de protesta; pero, mientras los maestros decidieron que no era el momento de la confrontación abierta a la reforma educativa, sino de anteponer la necesidad de atender las labores humanitarias, de sumarse activamente a resolver las secuelas del siniestro, por su parte el gobierno, decidió seguir avanzando en su plan estratégico contra la escuela pública y los derechos laborales de los docentes.

En contextos de tragedia y vulnerabilidad, los neoliberales ven condiciones propicias para imponer sus políticas de saqueo; dice Naomi Klein, que luego del huracán Catrinaen Estados Unidos, el ideólogo del neoliberalismo Milton Friedman, vio en las zonas devastadas la oportunidad para que se privatizara la educación. Así, con el pretexto de la recuperación de los planteles, crecieron las escuelas charter mediante financiamiento público, pero administradas por la iniciativa privada.

Siguiendo el consejo del ideólogo del neoliberalismo, la SEP confirma lo que ya habían denunciado los profesores de la Sección 22 de la CNTE. Para restaurar las escuelas dañadas se necesitarían 13 mil millones de pesos, mil 800 podrían obtenerse de la aseguradoras, otros 700 millones provendrían de la reserva para daños menores, un número no preciso del fondo de desastres que en realidad es mínimo, pero todo indica que la parte sustancial será del programa de bonos de infraestructura conocido como Escuelas al Cien; es decir, del endeudamiento público, de comprometer el futuro de los mexicanos con los usureros de cuello blanco, estamos ante el peligro de perder nuestro patrimonio escolar a manos del capital privado.

Las 12 mil 931 escuelas que Aurelio Nuño reportó como afectadas por los sismos del 7 y el 19 de septiembre, tanto en Ciudad de México como en los demás estados, no reflejan la cifra real, innumerables denuncias muestran que miles de planteles no han sido visitados, otros que presentan severos daños visibles fueron evaluados sin problema por los organismos progubernamentales, pero no así por otros como los colegios de ingenieros o departamentos de universidades locales.

Ocultar el número real de centros académicos afectados tiene como propósito negar toda intervención financiera por parte del Estado; los neoliberales mexicanos están frente al escenario óptimo para acelerar la privatización de la escuela pública mediante lo que denominaron autonomía de gestión; el desastre les ahorra años de abandono a la infraestructura física y obligaría en poco tiempo a los padres de familia a hacerse responsables, por sí mismos, de la reconstrucción de los inmuebles escolares, por eso la SEP presiona para que se inicie a la brevedad la normalidad de las clases en las zonas afectadas.

Los consejos de participación social con los que se opera la autonomía de gestión se inscriben en una lógica opuesta al creciente proceso de empoderamiento ciudadano que se muestra hoy por todo el país. Estos consejos crean las condiciones para el control social, para inhibir la auto organización fuera de los márgenes del sistema, para ejercer y disfrazar la centralidad del poder; en todo caso, servirían de contención ante un posible desencadenamiento y/o despertar político que ponga en riesgo las estructuras de la democracia burguesa, una vez terminada la emergente organización social ante los desastres naturales.

Lo que también está generando desconfianzas, es la inscripción obligada de los trabajadores de la educación para darse de alta en el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone), porque esta medida hacendaria busca recabar el número de alumnos de cada maestro, poniendo en situación de mayor vulnerabilidad a las escuelas de turno vespertino, comunitarias, rurales, indígenas y multigrado donde la matrícula es baja. El temor no es infundado, es ahí donde las reformas educativa y fiscal han dejado más grupos sin docente, donde pesa la amenaza constante por la reconcentración de escuelas.

En esta emergencia nacional, una tarea no menos urgente de los maestros, pero también de la ciudadanía, es la exigencia para la restauración de los inmuebles académicos, sin hipotecar el futuro de los mexicanos; el resguardo de las escuelas públicas y del carácter gratuito de la educación; la vigilancia de los padres de familia para que los buitres empresariales del presupuesto público y la rapiña política, no se robe nuestro patrimonio ni detenga el crecimiento organizativo de la conciencia popular con sus organismos de cooptación para la falsa autonomía.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/rescatar-las-escuelas-publicas-la-otra-emergencia/

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Educación socioemocional: la nueva ruta para la explotación laboral

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

El siglo XXI fue el escenario de una nueva oleada de reformas curriculares neoliberales que secundaron a las de los años 90, cuyo eje articulador continuó siendo el modelo estandarizado basado en competencias; no obstante, éstas hicieron un primer intento de quitarse el estigma empresarial. Fue así que las competencias holísticas y para atender la complejidad entraron en escena con un discurso renovador, para sustentar la invasión mercantilista de la pedagogía; sin embargo, uno a uno de los planteamientos (propiciar el diálogo entre materias, aprendizajes que permitirían seguir obteniendo otros aprendizajes, aprender por proyectos y la movilización amplia de saberes, emociones, valores, aptitudes y no sólo capacidades para el trabajo) fueron sepultados con la perversa reducción del currículo a los contenidos de las pruebas estandarizadas.

Un segundo intento viene con el nuevo modelo educativo del actual sexenio, cuyos planes y programas de estudio tienen ligeros cambios, pero sin modificar la orientación empresarial. De la misma forma engañosa que el proceso anterior, aparenta tener una concepción integradora del alumno, que consiste en incorporar el desarrollo de su dimensión socioemocional; en realidad, mantiene la misma matriz economicista que se propone formar capital humano o, en otras palabras, que la escuela pública siga siendo el espacio gratuito de la iniciativa privada para la capacitación de fuerza física, intelectual y emocional para el trabajo.

El nuevo modelo educativo es el producto de un set renovado de competencias laborales que demandan los procesos reorganizativos de las empresas del capitalismo del siglo XXI, las nuevas formas de consumo personal y online, pero también de control y dominación que han adquirido otras dimensiones relacionadas con los avances científicos y tecnológicos. Por ejemplo, las neurociencias han abierto un nuevo campo de colonización que hasta hoy había sido impenetrable para el sistema de dominación: el cerebro humano, pues han descubierto que es posible la manipulación de sus funciones para hacer más eficientes las dinámicas de producción y consumo de mercancías.

Hace varios años, antes incluso que en el ámbito educativo, el mundo empresarial experimenta la estrecha relación que existe entre el desarrollo emocional de sus empleados y el crecimiento de las ganancias, entre la invención de identidades familiares de los trabajadores con la empresa y el cumplimiento de altas metas de productividad que arrastran hasta niveles inusitados de superexplotación. Un manejo adecuado del estrés en circunstancias de excesiva flexibilidad laboral ha sido esencial para contener disfuncionalidades en estos procesos de precarización del trabajo y esclavización emocional.

Lo que hay detrás de la reforma y su propuesta educativa es el modelo coaching, desarrollado para la esfera de la empresa, pero trasladado al ámbito escolar; en él juega un papel muy importante la ilusión de ser un emprendedor, que tiene como base la programación neurolingüística con el sí se puede. El reforzamiento de la autoestima cotidiana y la actitud de liderazgo autorregulan la condición opresiva en el trabajador explotado, le crean la falsa expectativa de ser ejecutivo o de llegar a serlo; las capacitaciones mediadas por la emocionalidad le impiden reconocer con claridad la sutileza de estos mecanismos de sometimiento, en los que las relaciones de seguridad social y laboral son obviadas tras estas interconexiones emocionales que le hacen sentirse un socio libre y no trabajador explotado.

La inteligencia emocional, como la denomina Daniel Goleman en su best seller del mismo nombre, ha sido también adoptada con éxito por la mercadotecnia. Los estudios de las neurociencias aplicadas a los patrones de consumo estiman que 70 por ciento de las razones que motivan una compra están asociadas a cuestiones emocionales y en menor porcentaje porque la gente realmente necesita lo que adquiere, de suerte que la contaminación propagandística empieza a utilizar de manera excesiva la posibilidad de recrear la vivencia socioemocional mediante consumo. El eslogan Destapa la felicidadejemplifica muy bien cómo una marca de bebidas azucaradas utiliza recursos emotivos para incitar a consumir sin culpa ni raciocinio sobre las implicaciones para la salud que tienen sus productos.

En nuestra sociedad, los patrones de consumo en lugares masivos se han ido individualizando paulatinamente; entonces, cada sujeto es visto como portador personal de mercancías que siguen siendo de producción masiva, pero ofertadas de forma directa, por catálogo, desde sus redes sociales y en sus dispositivos personales, por teléfono o sin salir de casa. Por eso el nuevo modelo educativo se propone formar vendedores de mercadurías capaces de conectarse emocionalmente con los deseos, intimidades, empatías, vacíos, estímulos, miedos y necesidades comunicativas y existenciales de los consumidores.

Siguen viendo a los alumnos como potenciales portadores de habilidades para producir, vender y consumir. Educar para el desarrollo socioemocional resulta significativo para su propuesta en la medida en que es parte de las nuevas competencias que las empresas ya han incorporado a sus lógicas de producción y consumo, de superexplotación y precarización laboral, de biopoder y colonización sobre la mente humana. El humanismo que profesan es sólo una máscara y detrás de ella se esconde el rostro demacrado del mercado, la ganancia para los de arriba como fin superior de la educación neoliberal.

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/08/05/opinion/014a1pol

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Inglés, el corazón del cambio educativo en las normales.

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Tras el show mediático montado por el candidato Aurelio Nuño para presentar públicamente la Estrategia de Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales, el presidente del INEE, Eduardo Backhoff, en una clara muestra de descoordinación entre el instituto que preside y la SEP, dijo desconocer en qué consiste la propuesta completa y si ésta recupera las recomendaciones que habían realizado desde 2015. La misma desinformación ha prevalecido desde que se impuso esta reforma constitucional en el ámbito de las escuelas formadoras de docentes, pero que hoy son sujeto pasivo de cambios anunciados de manera vertical.

Lo que sí pudo identificar Backhoff entre los planteamientos todavía parciales e inconclusos de la propuesta oficial, es que el inglés no había sido parte de sus directrices; quizá, el INEE debería consultar no a la SEP, sino a las fuentes directas, a los autores intelectuales de lo que se dio a conocer como el corazón del cambio educativo y echar una mirada al estudio Sorri(y). El aprendizaje del inglés en México, de los empresarios Mexicanos Primero.

De entre las opacidades de la Estrategia de Fortalecimiento, las tesis repetidas y las ínfimas distracciones monetarias para llevarla a cabo, es inevitable percibir que se coloca a la enseñanza del idioma inglés como el verdadero núcleo transformador de las escuelas normales y de la educación básica por consecuencia, según se desprende de su propia lógica. Nada más descorazonador que la pobreza educativa y cultural de ese discurso pedagógico, en un país caracterizado tanto por su riqueza plurilinguística como por su multiculturalismo.

En Sorri(y), aprender en inglés y no sólo aprender inglés aparece como un derecho humano que abre la puerta de acceso al conocimiento universal. La premisa sería convincente si la analizamos de forma ahistórica, pero no podemos olvidar que ya vivimos un primer proceso epistemicida que impostó el monolingüismo como instrumento para la sumisión de los saberes y conocimientos de los pueblos no occidentales, cada nación invasora europea colonizó con su propia lengua civilizaciones ancestrales, nombró desde su mirada eurocéntrica lo que se propuso como el único modo de pensar y de ser en el mundo.

En nuestro tiempo, ya no son naciones las que buscan nombrar el mundo, sino las corporaciones económicas que trascienden las fronteras nacionales y que necesitan globalizar el lenguaje de la cultura mundo basada en el consumo. Estas corporaciones no ven ciudadanos ni seres humanos con derechos, sino capital cognitivo, el inglés como valor agregado a la fuerza de trabajo; tal como lo dicen en Sorri(y): Las empresas mexicanas no crecen lo suficiente y se diversifican, entre otras cosas, por su incapacidad de participar en el contexto global como opción competitiva de mercado abierto, sino como nicho de materias baratas o de manufactura con mano de obra de bajo costo, precisamente por no tener dirigentes con dominio fluido del inglés.

La necesidad imperiosa del capitalismo para mundializar el inglés no es porque se le conciba como una puerta de acceso a la interculturalidad, sino como la única posible y entonces lo convierte en el vehículo por excelencia para la recolonización de la humanidad. La premisa de Mexicanos Primero, en tanto que con esta medida se rompe con el monolingüismo, ya sea del español o de cualquiera de los muchos idiomas que se hablan en el país es equívoca; por el contrario, lo fomenta, sólo que ahora coloca al inglés como la lengua dominante a escala planetaria.

Aprender en inglés trasciende los límites de la convivencia entre idiomas, implicar pensar y codificar los aprendizajes en inglés, no mientras te lo apropias o lo practicas, eso sería lo más lógico, sino algunas jornadas enteras, como dos o tres, o algunas asignaturas del plan de estudios, como ciencia o matemáticas. Pasar del incremento de horas de una lengua extranjera a suplantar las cosmovisiones es una amenaza de epistemicidio que no se le puede tomar por inocente; los idiomas no son sólo expresiones orales y escritas en estricto sentido, son sistemas de pensamiento, que también expresan formas de vida, cuando éstos mueren se llevan a la tumba saberes, conocimientos y maneras de construirlos que sólo podían manifestarse y vivirse dentro de sus dinámicas lingüísticas.

En este sentido, la estrategia debilita la fuerza de las normales y sus posibilidades transformadoras de la sociedad a través de la educación, porque está dejando fuera del currículo las cosmovisiones que han hecho posible la irrupción del proceso involutivo de la modernización capitalista, reproduce los mismos patrones de colonialidad de aquellos saberes que fueron castellanizados, pero que hoy emergen desde sus raíces ancestrales para abrir nuevas rutas de vida viables y urgentes frente a la crisis civilizatoria.

La intención reformista de las normales que se propone reclutar un ejército de maestros de inglés, no contempla la misma cruzada para cumplir con la Educación Indígena e Intercultural que enuncia como uno de sus cinco ejes; podemos deducir con toda certeza que la correlación entre la formación normalista y la inclusividad que se presume para la educación obligatoria, es una falsedad. La de Nuño y los empresarios no es una estrategia de fortalecimiento nueva, sino la misma que se propone exterminar al normalismo y su proyecto cultural que se mantiene vivo, aún en medio de todas estas tácticas de ataque a fuego abierto, represión física y de recolonización cultural.

*Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/07/18/politica/014a2pol
*Fotografía:eldebate
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La Reforma patas arriba y la escuela al revés

Por: Lev M. Velázquez Barriga.

En el libro de Eduardo Galeano Patas arriba: la escuela del mundo al revés se describe un modelo de sociedad y de escuela que rompe con la lógica del sentido común, lleno de antivalores y prácticas opuestas al humanismo, la democracia y la justicia social. Mostrar de manera inversa una realidad cosificada, inhumana, carente de ética, deshonesta, en la que lo más importante no son los seres humanos, sino la ganancia, es tan sólo un recurso didáctico que nos ilustra lo cruda que es la educación en y para el mundo del capitalismo.

Cuando se consulta la versión acabada del Modelo educativo para la educación obligatoria, cuyos planes y programas fueron presentados por Aurelio Nuño hace unos días y publicados en el Diario Oficial de la Federación el pasado 28 de junio, nos recuerda la paradoja que evoca Galeano y pareciera que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está planteando la reforma educativa al revés. El esquema contiene una serie de contradicciones que pueden ser leídas de forma opuesta a lo que discursa; de esa manera es posible develar su verdadera esencia.

En el modelo educativo al revés, el gobierno mexicano se propone educar para la libertad, pero impulsa una estrategia de censura propia de las dictaduras políticas, en la que se asesina a los periodistas que luchan por ella; balea y reprime a los estudiantes que la ejercen; encarcela, desaparece y persigue a quienes la buscan; espía a la ciudadanía y a sus opositores; además, amenaza a quienes denuncian las violaciones a la privacidad.

El modelo educativo al revés dice que los alumnos tendrán una formación integral, es decir, el desarrollo pleno de todas sus facultades, por eso propone enseñar menos para aprender más, reduciendo los aprendizajes a las competencias laborales para la sociedad del siglo XXI. Su pedagogía de la rentabilidad concibe al estudiante como capital humano, es decir, en su única dimensión económica y no en la complejidad ecobiosicosocial que lo define. Aun el desarrollo socioemocional está ligado a la transferencia de inteligencias, valores y habilidades de la escuela a los nuevos patrones organizativos empresariales del estilo Oxxo, que para seguir garantizando el éxito demandan empleados con mayor flexibilidad, capacidad para la autorregulación de las relaciones personales en el trabajo y manejo del estrés grupal.

Para ser inclusiva, la escuela al revés tiene que ser excluyente: sólo así niega a los alumnos con discapacidades el derecho a recibir educación y atención especial, confunde terriblemente integración con inclusión. La escuela de la diversidad está patas arriba, reconoce las diferencias, pero fomenta la evaluación estandarizada, de modo que para atender las muchas formas de aprender y de enseñar tiene una sola pedagogía universal que elimina a todas las demás, el enfoque por competencias.

Está tan de cabeza que por poner la escuela al centro deja a los alumnos fuera. El cierre masivo de escuelas multigrado o reconcentración escolar, que ya está en marcha, dejaría sin educación a millones de alumnos de comunidades rurales e indígenas, y a otros tantos los desplazaría de sus lugares de origen. Para crear oportunidades para los más vulnerables oferta becas en vez de escuelas y cierra las que están más cercanas, para que puedan ir a las más lejanas.

Fortalece la educación pública privatizándola; para garantizar que la educación sea gratuita, pide aportaciones económicas a los padres. El presidente de la República dio un gran discurso ejemplificando los beneficios de la autonomía de gestión: cuando falte algún vidrio o haya que arreglar alguna puerta, ya no tendrán que hacer engorrosos trámites burocráticos para que la SEP se haga cargo: ahora tendrán toda la facultad para hacer las cosas por sí mismos y pagar de su bolsillo lo que se necesite. La más innovadora de las propuestas trae dinero del futuro para invertir en el presente, dejando muy claro que eso no es deuda pública, pero hay que pagar intereses a 25 años.

En la reforma educativa al revés los profesores no son profesores, pues no hace falta estudiar esa profesión. Para fortalecer la formación inicial de los maestros se exterminan las normales y se contrata a quienes no tienen formación inicial docente. La escuela al revés profesionaliza al maestro desprofesionalizándolo, premia el individualismo y castiga su antigüedad con la evaluación para el despido, desconoce su experiencia y no le importa su preparación académica. Quizá lo que más puede presumirse en este tema es que busca la calidad de la enseñanza con la precariedad en el trabajo.

En el gobierno también se actúa al revés: el modelo educativo se anuncia al principio y se hace al final; el secretario de Educación cobra como funcionario, pero actúa como candidato; uno de los grandes estatistas de la reforma educativa no supo escribir su propia tesis y el otro no sabe hablar. Los planes y programas de estudio no serán para llevarse a cabo en este sexenio, sino en el otro; no obstante, dejan márgenes estrechos para enderezar la reforma patas arriba durante los próximos 12 años, de suerte que la solución no vendrá desde arriba ni con el cambio de gobierno; sólo será posible si los maestros son capaces de consolidar en cada escuela las contrapropuestas pedagógicas que ya se practican y construyen en varios estados.

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/07/05/opinion/014a1pol?partner=rss
Fotografía: revistacapital
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La defensa pedagógica del normalismo

Lev M. Velázquez Barriga*

El internado de Tiripetío es una de las 15 normales rurales mexicanas con esta modalidad que han sobrevivido al cierre violento o velado de más de una veintena de ellas, desde los años sesentas. Es el pilar que ha sostenido y articulado la defensa del normalismo en Michoacán; la solidaridad y el compromiso político de sus estudiantes es tan alto, que son incontables las veces en que han cobijado otros movimientos estudiantiles que luchan por el derecho a la educación pública, justamente como sucedió recientemente en Cañada Honda o meses antes, cuando apoyaron a cientos de jóvenes rechazados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que estaban siendo hostigados por el gobierno de Silvano Aureoles, al exigir un lugar en la universidad pública.

Tiripetío es la voz más crítica entre las normales michoacanas. Desde ahí se ha convocado a diversos investigadores que destacan entre las instituciones de mayor prestigio del país, a los representantes e intelectuales de la izquierda pedagógica latinoamericana, a la comunidad académica nacional de sus escuelas hermanas, urbanas y beneméritas, para debatir a conciencia la situación actual, así como los horizontes del normalismo mexicano que con la reforma educativa se quiere llevar hasta la tumba, provocando la muerte pedagógica de la profesión docente.

Contra el currículo oficial, los alumnos y los maestros mantienen vivo el espíritu original del normalismo rural, el currículo real del internado sigue contemplando los ejes: académico, deportivo, cultural, político y productivo, estos últimos sin ningún apoyo económico o institucional y bajo la autorganización del estudiantado que observa en la dimensión económica agropecuaria un vínculo con las comunidades rurales y en la formación política la continuidad del compromiso ético en favor de los sectores sociales populares.

Ciertamente, la defensa del normalismo desarrollado por los jóvenes de Tiripetío los ha orillado a escenarios de confrontación en los que exponen su integridad física, ante la constante amenaza del Estado que mantiene de manera permanente un dispositivo policiaco que ha intentado en varias ocasiones invadir el espacio físico de la normal para desalojarlos; que vigila y persigue la movilidad de los estudiantes a cualquiera de sus actividades, que realiza acciones de vandalismo para después culpar a los jóvenes y justificar su represión ante la opinión de la ciudadanía.

A falta de un proyecto oficial que fortalezca la formación inicial de los profesores, hasta hoy desconocido por la propia comunidad educativa de las escuelas normales, el Estado mexicano optó por exterminarlas. Esta guerra abierta contra ellas tiene una faceta de violencia simbólica, que alienta el desprestigio académico, el odio racial, clasista y patriarcal contra la condición humilde e indígena de sus estudiantes y aviva las posiciones ultraderechistas que claman por su cierre inmediato.

Otra de sus dimensiones es la provocación sistemática de ambientes de violencia física que aterrorizan a la sociedad, que buscan inhibir el deseo de los jóvenes por ingresar a estas escuelas o los orillan a desertar si ya forman parte de ellas. Antes de la reforma de 2013, Tiripetío tenía una demanda anual de más de mil aspirantes, en 2015 disminuyó a 400, en 2016 a 200 y en 2017, en medio del clima represivo que se vivió, prácticamente a la par de su convocatoria de nuevo ingreso, sólo llegaron 159 solicitudes. La eficiencia terminal era de 99 por ciento, pero ahora vemos deserciones desde los primeros años de la carrera, que antes eran atípicas.

El aumento al presupuesto 2017 de 2 mil 829 millones de pesos para seguridad pública en Michoacán, contrasta con las constantes retenciones de los subsidios estatales a las normales, pero dan cuenta de que el objetivo subyacente es la criminalización estudiantil y la muerte del normalismo por inanición. Precisamente el detonante del conflicto en Tiripetío fue la exigencia del pago atrasado de becas para garantizar la alimentación de los moradores del internado, cuyas condiciones sociales son precarias; el mismo Gael Solorio, joven que recibió un disparo con arma de fuego en la cara, es originario de una comunidad rural que pertenece al municipio de Turicato, región de la Tierra Caliente cuya actividad económica está asolada por el narcotráfico y no tuvo más opción que buscar superar las pocas expectativas que había en su contexto, ingresando a la normal.

Esta política de exterminio, más aguda contra la normal rural, se evidenció de nueva cuenta en la represión del 21 de junio en Michoacán. Tiene que ver con la desruralización de la escuela, de su identidad campesina e indígena, con desabastecerla de maestros y acelerar el cierre de las escuelas comunitarias (ya iniciaron en Conafe) y el desplazamiento de la población explotable a zonas de concentración que vulneran aún más las condiciones sociales de las personas y las vuelven presa fácil de la esclavitud moderna.

En este contexto, me parece necesario, que junto a la creciente defensa política de las normales, en la movilización, la denuncia pública y la observancia ciudadana, habrá que fortalecer su defensa pedagógica, hacer más visibles y más ricas las resistencias educativas que se desarrollan en escuelas como Tiripetío, porque ahí radica en gran medida la relevancia de que sigan existiendo, además reivindica la capacidad propositiva de los alumnos, de los profesores y contrarresta la propaganda de odio que impulsa el Estado.

*Doctor en pedagogía

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/28/politica/017a2pol

Imagen tomada de archivo OVE

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