La educación y la próxima gestión presidencial

Por: Manuel Álvarez Trongé.

 

¿Hay un reclamo social en Argentina por mejorar la educación pública? ¿Es este un tema prioritario? Parecería que la respuesta para ambas preguntas es negativa. El aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes argentinos, salvo excepciones, no se discute en la campaña electoral. De este tema casi no se habla. ¿Por qué sucede esto?

Es porque la crisis económica ha tapado cualquier otro desafío o es porque la sociedad se auto engaña y cree que la educación pública de nuestros menores no tiene desafíos que resolver? La negación del problema parece ser una característica argentina en muchas áreas. “La educación de mi hijo es buena. La educación argentina es mala”. Distintos informes indican que esta es la postura de una enorme mayoría de padres argentinos. Lo que no logramos ver es la dimensión del riesgo.

Veamos el tema detenidamente.En primer lugar reconozcamos la situación. Si no partimos de la verdad es lógico que discutamos la mentira. Hoy Argentina, pese a enormes esfuerzos, tiene en materia educativa distintos y variados temas muy delicados que enfrentar. Sintetizamos a continuación cuatro de ellos que en términos generales nos dan un panorama del desafío: 1) Un problema grave de educabilidad.

La situación de pobreza que vive nuestro país y que se ha incrementado en los últimos años impacta decididamente en los menores entre 0 y 14 años, afecta su nutrición y deja inmersos a millones y millones de niños en el denominado “estrés de la pobreza”. Este daña el cerebro de los menores y no es solo un tema social o de salud pública: su magnitud (40% de los menores en ese rango de edad según el presidente de la Fundación INECO) lo ha transformado en una cuestión de Estado que no es posible soslayar. 2) Nuestro país tiene deudas mayúsculas en cuanto a metas educativas. Algunas de ellas podemos llamarlas de cantidad. No se cumplen los 180 días de clase fijaros por ley ni tampoco el porcentaje mínimo de escuelas que debería tener jornada extendida.

Pero además de estos incumplimientos hay otro tema de cantidad que preocupa y es clave para el futuro de nuestra Nación: el ciclo lectivo obligatorio según nuestra ley, exige catorce años de trayectoria en el sistema. Esto no se cumple en Argentina. Pese a un crecimiento de la matrícula cerca del 30% no se incorpora al jardín de 4 años de edad y más del 50% de los alumnos que inician el secundario no lo termina en tiempo y forma. Los números hablan por sí mismos. 3) Pero no solo estas dos cuestiones amenazan nuestro futuro. Si analizamos la calidad de los aprendizajes vemos que alguna mejora interesante en primaria no debe esconder los desafíos pendientes del sistema: el 70% de los alumnos que llegan al último año de secundario no puede resolver ejercicios de matemática y muchos de ellos tienen serias dificultades en comprensión lectora.

Esto es muy grave: se trata de millones de alumnos que completan la trayectoria y llegan luego de 14 años al último año de secundario y que no aprenden. Imaginen la frustración que esto supone. 4) Pero el cuarto desafío es quizás el más doloroso que los argentinos debemos encarar: la inequidad educativa es mayúscula ya que las Pruebas Aprender nos muestran que un altísimo porcentaje de los alumnos de familias más vulnerables no logran alcanzar trayectorias completas y su nivel de aprendizaje es muy bajo (el 90% de estos alumnos del final del secundario no pueden resolver cálculos matemáticos y casi el 60% tiene problemas de comprensión lectora).

Pues bien, estos cuatro puntos justifican que el tema educativo debiera ser un eje estratégico de la campaña electoral. Por supuesto esta es una síntesis de la crisis y sería injusto no señalar que pese a esta situación hay muchas iniciativas buenas que se presentan a lo largo y ancho del país y que están arrojando algunos primeros buenos resultados pero lo que tenemos que entender como sociedad es que si no reclamamos que la educación se convierta en una prioridad nacional no habrá desarrollo y no habrá Argentina. Es este el verdadero riesgo país. Que no se hable de educación no es solo una falencia de los candidatos, es una muestra de la falta del reclamo social por la cuestión.

Este 9 de octubre desde Educar 2050 desarrollaremos el XI Foro Anual para hablar de estos temas (http://bit.ly/2mCDJ05). Escucharemos la postura de funcionarios del oficialismo y de la oposición y presentaremos propuestas originadas en Mesas de Diálogo por el Aprendizaje en Argentina (MEDIAR) que llevamos adelante en el primer semestre del año. La consigna es hablar de lo que hay que hablar. No hacerlo en profundidad es un error. Necesitamos comprender la dimensión del desafío y escucharnos.

Este no es un problema que se deba a un sector. No es culpa del Estado, ni de los sindicatos, ni de los padres, ni de los alumnos. Es un problema de toda la sociedad argentina que debe volver a pensar en una epopeya del tenor que Sarmiento nos legó. Y especialmente esta sociedad debe unirse por la educación de las generaciones futuras. Y escucharse. Sin este espíritu no tomaremos decisiones inteligentes Hagamos que este sea un tema central del debate presidencial. Estamos a tiempo.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-proxima-gestion-presidencial_0_6M6ubXkV.html

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Pruebas Enseñar: es un primer paso, pero muestra datos importantes y preocupantes

Por: Manuel Álvarez Trongé. 

Todas las evaluaciones educativas proporcionan información. Y lo relevante es que las mismas son una herramienta poderosa para la política pública. Las pruebas Enseñar 2017, que evaluaron a un grupo de estudiantes de un 30% de los establecimientos de formación docente del país, constituyen una primerísima muestra no representativa a nivel nacional pero al menos orientativa de la calidad tanto de los institutos como del nivel de la formación inicial de los futuros maestros. Esto es un primer escalón pero sus resultados y conclusiones deben ser analizadas con prudencia y en el marco de toda la información que estas evaluaciones entregan y que todavía no se conocen.

La evaluación Enseñar fue hecha en Octubre de 2017. Se demoró más de un año en difundir la información. Sería importante corregir estos desfasajes de agenda para sacar mayor provecho a los datos en cuestión.

Es preocupante es que el nivel descripto como “promedio” en Lectura muestra tener inconvenientes en extraer información de un texto y en su reflexión y evaluación: y los que están por “debajo del promedio” no reúnen esas capacidades mínimas. Igualmente en Escritura quienes están en “promedio” mostraron dificultades para utilizar la trama argumentativa y los que estuvieron por “debajo del promedio” no pudieron producir textos autónomos coherentes.

Respecto la evaluación en Criterio Pedagógico los estudiantes en “promedio” mostraron inconvenientes en Evaluación de los Aprendizajes y los que calificaron por debajo del promedio no alcanzaron las capacidades requeridas.

También es preocupante que dos tercios de los institutos evaluados obtuvo resultados en la media o debajo de la media en Lectura y Escritura.

En definitiva, estamos frente a un primer paso. Hay datos importantes y preocupantes que deben ser tomados en cuenta. La opinión de los directores y la heterogeneidad de los institutos debe también tenerse muy presente para los cambios futuros del sistema. Lo relevante de la información es conjugarla con la que ya se dispone y tomar decisiones urgentes en el marco de la crisis de aprendizaje de los alumnos del ciclo obligatorio de nuestro país.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/pruebas-ensenar-primer-paso-muestra-datos-importantes-preocupantes_0_2zS0P-Rvz.html

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La educación, ¿prioridad nacional?

Por: Manuel Alvarez Trongé.

El Estado debe convertirla en prioridad. Para ello debe hacer todos los esfuerzos y destinar la inversión que corresponda. La democracia no logra formar cabalmente a los ciudadanos que darán la legitimidad necesaria al sistema que tanto nos costó conseguir en 1983. Y esto es grave.

«A veces los argentinos no queremos escuchar la verdad porque no queremos que nuestras ilusiones se vean destruidas”. Esta es una frase adaptada del genial Friederich Nietzsche, quien no la dirigió a los argentinos, sino a la gente en general que tiene la tendencia aautoengañarse en aras de no destruir sus creencias.

Lamentablemente, hoy nos está sucediendo eso a los ciudadanos de esta República. Pese a que los datos nos indican que más del 60% de aquellos que comenzaron su educación obligatoria no la terminan y que entre aquellos que si la terminan, siete de cada diez no reúnen los conocimientos básicos, nuestra ilusión es que nuestros hijos aprenden y están siendo bien educados o, por lo menos, más del 80% de los padres responde de este modo.

La delicada situación que vivimos no conoce de diferencias sociales, afecta a todos: en los niveles socioeconómicos más bajos la debacle es más notoria, seis de cada diez no comprenden lo que leen pero los niveles más altos tienen también un problema mayúsculo ya que los resultados de las escuelas de mayor calidad del país se ubican por debajo de las peores escuelas del mundo desarrollado (un alumno de las escuelas de elite argentinas está en el nivel de las peores de Europa y muy por debajo de las escuelas de peores resultados de Finlandia o Corea).

Además de estos resultados tan penosos, no se cumple en Argentina con la Ley de días mínimos de clase ni tampoco con la norma que exigió jornada extendida.

Estos datos, vergonzosos por la violación al derecho constitucional de aprender y al derecho humano de educar, serían demoledores en cualquier país del mundo, pero en la Argentina no hacen mella: la gente no reacciona y se engaña pensando que el problema es del otro. El Gobierno, a su vez, no hace el foco especial que debiera y el tiempo continúa pasando sin que notemos el deterioro. Lo peligroso es que este deterioro se disfraza de enemigo invisible y persevera en la destrucción de nuestro capital humano sin que lo veamos, dándole la razón a Jacinto Benavente, quien decía que la única palabra que podía armarse con las letras de “argentino” era “ignorante”.

La escuela secundaria, en Santa Teresa, cambió su modelo educativo y consiguió mejoras en todos sus resultados. (Foto: gentileza Prensa Bolsa de Comercio de Rosario) Santa Fe Santa Teresa la escuela que se animo al cambio y logro mejorar en todos sus resultados escuela secundaria ISPI 9073

La escuela secundaria, en Santa Teresa, cambió su modelo educativo y consiguió mejoras en todos sus resultados. (Foto: gentileza Prensa Bolsa de Comercio de Rosario) Santa Fe Santa Teresa la escuela que se animo al cambio y logro mejorar en todos sus resultados escuela secundaria ISPI 9073

Lo más grave, quizás, es que nuestra sociedad no pueda comprender lo que significa esta grave situación por el nivel educativo descripto. Esta hipótesis es alarmante.

Para explicarlo quiero detenerme en un aspecto. Que más del 60 % de los alumnos que inician su educación obligatoria no termine el secundariosignifica que esos jóvenes no están habilitados para “el ejercicio pleno de la ciudadanía” como dice expresamente la Ley de Educación Nacional (LEN art.30).

¿Qué quiere decir esto? Que la democracia argentina no está logrando formar cabalmente a los ciudadanos que darán la legitimidad necesaria al sistema que tanto nos costó conseguir en 1983. Y esto es grave.

Lo que pareciera no entenderse es que el aprendizaje garantizado por nuestras normas a todos los argentinos no es una alternativa. No estamos frente a una opción, estamos frente a una obligación pública de las autoridades que deben cumplir integralmente para asegurar la viabilidad de la Nación, su democracia y las libertades de absolutamente todos los ciudadanos del país.

No hacerlo es un ataque suicida al futuro de la República. Si el abandono, la mala calidad y la tremenda inequidad educativa están amenazando nuestro futuro, es urgente que reaccionemos. A esto se le llama actuar en defensa propia.

Pero más allá del reclamo ciudadano, es el Gobierno Nacional quien está obligado a liderar un cambio copernicano y hacerlo con todo el poder del que dispone. No se trata de proponer planes y dejarlos morir en el intento. Se trata de cumplir la ley. Y para esta tarea que, vale la pena reiterarlo, es obligatoria, el Gobierno nacional y los gobiernos provinciales deben comenzar por colocar la Educación como el principal desafío de la Argentina.

El artículo 3 de la LEN establece con claridad que “La educación es una prioridad nacional …”. Pues bien, el Estado debe convertirla en prioridad absoluta y para ello debe hacer todos los esfuerzos posibles y destinar la inversión que corresponda.

Esta obligación se agiganta en época de crisis puesto que se trata de cumplir un mandato que es nada menos que prioridad nacional y las prioridades mandan. Deberá realizar campañas, fijar metas, hacer seguimiento (cumplir con el artículo 120 LEN) e informar a los ciudadanos periódicamente sobre el cumplimiento de su obligación.

Pero esta tarea no depende solamente del Estado. Convertir a la Educación en prioridad requiere de un cambio de mentalidad en los medios de comunicación, en el empresariado local, en los sindicatos, en las agrupaciones de padres, en los partidos políticos y en el mundo académico.

Este es el camino. Cuando las prioridades están claras las decisiones se hacen más fáciles. Aprender es un derecho. Hagámoslo realidad.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-prioridad-nacional_0_HNQc9bhmT.html

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Educación: cuánto y cómo conviene usar computadoras en el aula

Chile / 14 de octubre de 2018 / Autor: Manuel Alvarez-Trongé / Fuente: Elige Educar

Un estudio prueba la total inutilidad de las nuevas tecnologías en el aprendizaje de los chicos, si su aplicación es inadecuada. En cambio, funcionan los programas de inteligencia artificial que amoldan los contenidos según los conocimientos del alumno.

La evolución de la tecnología, internet y las comunicaciones han cambiado el mundo. La velocidad que dicho proceso ha tomado es vertiginosa.

Las computadoras, laptops, tablets, celulares y aplicaciones cambian a un ritmo espeluznante y han modificado el día a día de sus usuarios. La revolución silenciosa detrás de esta evolución ha sido la distribución del conocimiento.

Así como en el 1600 la invención de la imprenta revolucionó las formas de adquirirlo, a partir del año 2000 la tecnología vuelve a producir un cambio copernicano pero mucho más acelerado.

Por eso es que en esta nueva instancia debe pensarse el futuro de la educación y analizar con rigurosidad cómo pueden mejorarse los aprendizajes de los alumnos.

Educar 2050 y J-PAL Latinoamérica organizaron recientemente en Buenos Aires un foro para analizar en profundidad las lecciones aprendidas en la materia. J-PAL (Jameel Poverty Action Lab) es una organización fundada por académicos del MIT de Boston cuyo foco es la superación de la pobreza a través de proyectos evaluados con investigación rigurosa que sustenten el diseño de políticas públicas.

Los disertantes del foro fueron especialistas internacionales y contó también con una mesa conformada por dos ministras de Educación (la de Salta, Analía Berruezo; y la de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña) y la Sub Secretaria de la Provincia de de Buenos Aires, Florencia Castro, que respondieron preguntas sobre sus jurisdicciones.

La actividad hizo hincapié en la importancia de tener evidencia fundamentada para la toma de decisiones de política educativa en esta materia e hizo especial foco en tres lecciones aprendidas (en América Latina y en el mundo):

1) La provisión de hardware no ha mejorado el aprendizaje de los estudiantes, ya sea porque los docentes no utilizaron las computadoras en sus clases o porque fueron usadas improductivamente para actividades sin incidencia; o también, porque el uso de las computadoras ha distraído a los alumnos en actividades que les quitaron tiempo de aprendizaje).

2) El uso de software (programas para repasar y reforzar la enseñanza en clase) ha producido mejoras (pequeñas a medianas) en el desempeño de los alumnos;

3) Los programas que ajustan el material a las necesidades de cada estudiante tienen mayor potencial para la mejora. Se presentaron ejemplos de mejoras sustanciales en programas que ajustan las actividades en forma dinámica en base a las respuestas de los alumnos, requiriendo que completen una unidad satisfactoriamente antes de progresar a la siguiente, y presentando problemas más complejos a quienes se desempeñan mejor, y más ajustados para los que no lo logran.

Estos últimos programas son los que presentan una de las mayores ventajas comparativas ya que realizan este ajuste en forma instantánea (cosa que para un docente es prácticamente imposible, dada la heterogeneidad en los aprendizajes de sus estudiantes).

En definitiva, es indiscutible la relevancia de la tecnología para el logro de mejores aprendizajes, pero no cualquier tecnología ni tampoco cualquier uso. El rol del docente será fundamental en esta cuestión, así como comprender que las redes sociales y la innovación que suponen han creado y seguirán creando nuevos entornos de aprendizaje.

De allí la importancia de evaluar las decisiones de política educativa con evidencia rigurosa. No todo es igual en educación y tecnología y un análisis serio es crucial para un sistema como el argentino, con baja calidad educativa y enorme inequidad.

Fuente del Artículo:

http://www.eligeeducar.cl/educacion-cuanto-conviene-usar-computadoras-aula

ove/mahv

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Para mejorar la educación, debemos levantar la voz

Por: Manuel Alvarez Trongé

“Lo más absurdo del ser humano es querer que una cosa cambie y seguir haciendo lo mismo”. Albert Einstein

Todos los años, llegado esta altura del verano, sobreviene la duda sobre el inicio de clases. Gobierno y gremios son los protagonistas esenciales de esta incertidumbre. Los resultados de estas tensas negociaciones a lo largo de nuestro extenso territorio los conocemos todos: las conversaciones se demoran, el conflicto escala, se pierden días de clase y los más perjudicados son los alumnos más vulnerables.

Efectivamente, las familias más necesitadas de nuestra Argentina sufren en primera línea las consecuencias de este círculo vicioso. Es que este daño no se negocia, ocurre siempre. Esto de por si es muy grave, pero más grave es el contexto general de la educación en que se dan estas negociaciones. Hace muchos años que lo sabemos pero lo negamos: la mayoría de los alumnos argentinos están mal educados. Tenemos información contundente (de pruebas e investigaciones nacionales e internacionales) que nos informa que más del 50 % no termina la educación obligatoria; que, de la masa de alumnos que sí la terminan, el cincuenta por ciento no puede leer un texto sencillo, ni resolver un ejercicio simple de ciencia ni de matemática y que la desigualdad e inequidad educativa en el territorio es mayúscula, es decir, que los más pobres reciben la peor educación y que, dependiendo de la jurisdicción donde el alumno estudie, su aprendizaje puede ser peor o mejor (es decir, no hay igualdad educativa). Pero esto no es todo.

El problema no repara en clases sociales: las escuelas de mejor nivel de Argentina (según surge de PISA) están al nivel de las peores escuelas del mundo desarrollado. Es en este contexto de mala educación donde el Gobierno y los Gremios se reúnen a discutir. Es importante tomar conciencia del contexto para comprender la trascendencia de sus consecuencias.¿Qué hacer frente a esta emergencia?

En primer lugar, todos como ciudadanos responsables, debiéramos tomar conciencia, informarnos de la educación de nuestros seres queridos y estar atentos. No podemos permanecer indiferentes. Se juega aquí el futuro de nuestro país. En segundo término, tenemos también que entender que como miembros de la sociedad civil debemos participar. Ni el Estado, ni los Maestros solos tienen la potencia suficiente para resolver esta crisis. El filósofo español José Antonio Marina sostiene: “Para educar al niño hace falta la tribu entera”. Obviamente la responsabilidad educativa es un deber de los padres y no puede tercerizarse en ninguna escuela ni en ningún docente, pero con el concepto de “tribu”, Marina apunta a la relevancia de la participación de cada uno de nosotros en su barrio, en su comunidad.

Todos educamos. Y en tercer lugar, reclamemos. Si no hay demanda por mejor educación no habrá cambios. Pidamos al Presidente y al Ministro nacional que la educación sea verdadera “prioridad nacional” como la ley lo exige. Reclamemos a los Ministros de Educación de cada jurisdicción y a los sindicatos que hagan todos los esfuerzos que correspondan para que la educación mejore y que por tanto la pérdida de días de clase no sea una alternativa más. En el estado de situación de la educación argentina antes referido, la confrontación y la escalada del conflicto causaría un daño muy difícil de remediar. Se debe discutir el fondo del problema educativo argentino, no la superficie.

Todos los años “chocamos frente a masas de hielo” que flotan por el mar. Pues es hora que entendamos que la grave crisis educativa argentina es un “enorme témpano” que merece una discusión seria y profunda para arribar a consensos con todos los sectores implicados. Todo está cambiando en la educación mundial. Defendamos el derecho constitucional y humano de aprender. Hagamos algo distinto por la educación de nuestro país: levantemos la voz.

Fuente del Artículo:

https://www.clarin.com/opinion/mejorar-educacion-debemos-levantar-voz_0_BkkGkXGPf.html

 

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Más educación, menos pobreza.

Por: Manuel Alvarez Trongé.

El 48% de los niños y niñas argentinas en edad escolar son pobres (el 48,8% de 0-14 años y el 39,7% de 15-29). Esta información, de por si tremendamente dolorosa, se conjuga con otras dos que integran el panorama de la realidad de los argentinos más necesitados: 1) según surge del Observatorio de la Deuda Social Argentina alrededor de 1.400.000 personas cayeron debajo de la línea de pobreza en el año 2016 y 400.000 se sumaron a la indigencia; 2) luego de años sin estadísticas serias, el Indec reveló que el 32,2% de los argentinos es pobre y el 6,3% es indigente. Los números citados parecen no indignar lo suficiente.

Hace ya diez años los títulos de diarios extranjeros informaban una noticia escalofriante sobre Argentina: “Hambre en el país de la carne”. Una década después continua habiendo hambre en diversos lugares de país y el ataque al flagelo de la pobreza, más allá de muy buenas iniciativas nacionales y provinciales, no puede decirse que sea prioridad de sus ciudadanos. Los argentinos reclamamos más por los medios (trabajo, salarios, seguridad) que por el fin. Y es en ese fin donde la Educación, como objetivo popular, no logra ocupar el lugar trascendente que debiera. El ciudadano común, y especialmente el segmento más vulnerable, no percibe al aprendizaje como su verdadera vía de acceso a un futuro mejor. Y es allí donde se requieren políticas públicas de Estado (no de gobierno) que definan un plan estratégico de país para atacar esta vergüenza nacional donde la buena educación pública debiera ser un eje estratégico que permita integrar diferentes asistencias sociales. Tres ideas para la acción:1) Declaración de emergencia educativa: el artículo 115 de nuestra Ley de Educación Nacional otorga esta facultad al Poder Ejecutivo (Ministerio de Educación), con acuerdo de la jurisdicción en cuestión y el Consejo Federal, cuando se encuentre en “riesgo el derecho a la educación de los alumnos que cursan los ciclos obligatorios”. Este riesgo es absolutamente indudable en distintas jurisdicciones vulnerables del país donde los alumnos no sólo no aprenden lo que corresponde sino que no terminan el ciclo obligatorio (las pruebas nacionales e internacionales indican que dos tercios no alcanza las habilidades mínimas para la vida adulta y más del 50% no termina el Secundario). Declarar la emergencia es una herramienta de política pública. Se la ha usado para declarar la emergencia económica, agropecuaria o social pero no lo hemos hecho en Educación.

Su declaración permitiría asignar recursos extraordinarios para las jurisdicciones que más están sufriendo la combinación de miseria y aprendizaje deficiente. Porqué no usarla para la Educación que es la madre de todas las batallas que debe dar un país contra la pobreza? 2) Las mejores escuelas entre los más necesitados: la declaración de emergencia educativa antes descripta no es una herramienta autónoma. Debe estar acompañada de asistencia Social y de Salud y de una mirada integral desde otras áreas del Estado que permita un plan integral contra la pobreza.

Y es con ese eje que se debe utilizar a las Escuelas públicas de los lugares más vulnerables del país, seleccionados con mediciones objetivas y fundadas, como integradoras de un decidido ataque al flagelo que la pobreza supone. Chile y Brasil, por citar experiencias en Latinoamérica, han llevado adelante planes similares como el Mil Escuelas chileno o las Escuelas del Mañana en Brasil, llevando las mejor infraestructura y los mejores profesores a las Fabelas y/o jurisdicciones mas necesitadas. Por qué no hacerlo en Argentina? Nuestra Ley de Educación, en su artículo 80 establece la obligación y la garantía de recursos para las escuelas más desfavorables y en el 83 que los docentes más calificados deben desempeñarse en dichas escuelas.

Esto sería usar esta institución, la Escuela Pública, como un centro de reconstrucción de la Argentina y de puesta en jerarquía de su función. 3) Tecnología y educación: no es posible seguir educando con un Maestro al frente, un pizarrón y pupitres en la era de las computadoras en un celular, que permiten el acceso a todo el conocimiento a solo un click de distancia. Inclusive para los alumnos de zonas más desfavorables el teléfono inteligente es una herramienta conocida. La revolución educativa para los más necesitados debe venir de la mano de las novedades tecnológicas para hacerla más eficiente e impactante, donde el Docente entusiasme y sea facilitador y enseñe a aprender utilizando internet y los nuevos medios de comunicación como usaron la tiza o los manuales los maestros del siglo XX. En definitiva, la buena educación es el mejor camino para erradicar la pobreza si se hace planificada e integralmente con otras asistencias como la social, de salud y de empleo joven. La Escuela pública de los lugares más pobres y en emergencia puede ser la plataforma ideal para una experiencia concreta que sirva como ejemplo multiplicador utilizando la tecnología para llegar a las decenas de miles de escuelas del país. Se puede y se debe hacer. La pobreza no espera.

Fuente: http://www.clarin.com/opinion/educacion-pobreza_0_ByBpzocPg.html

Imagen: http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/05/salarios.jpg

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