Cristo, el Universitario

Por: Myriam Anzola

La palabra de Cristo dirigida a sus discípulos en uno de los tantos documentales sobre la pasión, me reavivó mis intensas convicciones sobre la manera genuina de enseñar.

Los apóstoles unos humildes pescadores sin ninguna formación, se acercaron a Él subyugados por un discurso pletórico de verdad, de entrega a los más necesitados. Un discurso acompañado de ejemplo, de honestidad. Virtud particular del  verdadero Maestro. No había manera de que aquellos hombres pudieran comprender a cabalidad aquel lenguaje literario, lleno de erudición, de metáforas, de una semántica basada en presupuestos profundamente filosóficos. Fueron sin duda seducidos por otras cosas: por la vehemencia del relato, por la convicción de la palabra sincera, por la acción traducida en compenetración con los más pobres. Pero a la vez Jesús se esmeraba por transmitir las ideas más complejas haciendo alusión a la más sencilla cotidianidad.

En pocos años se convirtieron en virtuosos oradores, en líderes inconfundibles de la Buena Nueva; lograron construir sentido desde su práctica y el conocimiento emergió de la verdad. Esa es la mejor manera de aprender. No hay praxis docente más incuestionable que la de Jesús. Si no hubiera sido así, su palabra no hubiera perdurado durante estos dos mil y tantos años.

La analogía es aplicable al aprendizaje humano en cualquier circunstancia. Se aprende escuchando y buscando dentro de sí mismo un enclave para entender lo que se escucha. Se aprende del ejemplo y de la coherencia de aquellos que, sin poses, están destinados a  entregarnos todo cuanto saben, se aprende de los ejemplos que nos demuestran en su praxis de honestidad, se aprende a partir de las querencias, a partir de lo que tiene significado real para el que aprende.

En los últimos años han nacido formas de “hacer universidad” basadas en estos mismos postulados. CEPAP de la UNESR diseñó un modo de reconocer lo aprendido a través de la autobiografía del participante, el IALA “Paulo Freire” basa sus enseñanzas en la práctica con y desde la tierra, en la Universidad Bolivariana de los Trabajadores “Jesús Rivero” los trabajadores se forman desde su quehacer y en su experiencia, la nueva Universidad Campesina “Argimiro Gabaldón” configura un espacio de producción simultáneo a la siembra del conocimiento, el Programa de Estudios Abiertos de la UPTM “Kléber Ramírez”, reconoce los saberes de sus participantes para configurar un currículo particular pertinente para cada Comunidad de Aprendizaje o para cada Comunidad de Investigación.

Todas estas experiencias de “nuevo cuño”, así las llamó el  ex Ministro Ricardo Menéndez, han sufrido los embates de la institucionalidad administrativa que no comprende que hay que dejar crecer las semillas del bien, como diría Rousseau, porque lo que nazca de allí únicamente dará frutos nobles, que hay que respetar la espontaneidad de la creatividad popular porque en ella encontraremos respuestas racionales aparejadas a la realidad de cada espacio. No entiende que los “controles” prefabricados en abstracto, chocan con la idoneidad de los modelos concebidos en cada espacio, en el terruño de la gente que lo habita.

Es tiempo de escuchar a las personas de este país que decidieron optar por el conocimiento sin pedir permiso. Es tiempo de silencio para aprender de lo que tienen que decir los que se animaron a tomar la palabra.

Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a205623.html

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La construcción del autoconcepto académico en el marco de los Estudios Abiertos (Parte 2)

Myriam Anzola

El sistema de Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados de la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kleber Ramírez tiene los siguientes objetivos:

a)Dar cumplimiento al postulado establecido en el artículo 122 de la Ley de Universidades

b)Dar cumplimiento a la LOE en su artículo 6 parágrafo a que reza “como parte del Sistema Educativo, los órganos rectores en materia de educación básica y de educación universitaria garantizan: Condiciones Condiciones y oportunidades para el otorgamiento de acreditaciones y reconocimientos de aprendizajes, invenciones, experiencias y saberes ancestrales, artesanales, tradicionales y populares, de aquellas personas que no han realizado estudios académicos, de acuerdo con la respectiva reglamentación.

c)Dar cumplimiento a la LOE en su art 6. numeral h que garantiza la acreditación y certificación de conocimientos por experiencia con base en el diálogo de saberes.

d)Reconocer las experiencias y los saberes acumulados por estudiantes con experiencias laborales, técnicas y profesionales previas que optan a la profesionalización en carreras humanísticas.

e)Instrumentar los procedimientos especiales para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes beneficiarios del Programa Universitario de Estudios Abiertos.

Todos los planes de estudio y modalidades teóricas podrán ser considerados por el Sistema de Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados de acuerdo con las disposiciones del Consejo Académico de Estudios Abiertos. El proceso está a cargo de una comisión especial ad hoc integrada por tres miembros permanentes de la Universidad Politécnica: el coordinador de del Programa de Estudios Abiertos de la Universidad, un miembro del consejo académico del área afín a la de formación del participante, y un Asesor interno o externo a la universidad con título en el área de formación del participante interesado en la acreditación

La comisión tendrá las siguientes atribuciones:

a) Servir como instancia jerárquica del sistema, para resolver los planteamientos que realicen los aspirantes que soliciten la acreditación.

b) Supervisar e implementar todo lo relativo al sistema de Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados.

c) Las demás atribuciones que les delegue el consejo universitario.

Las acreditaciones que pueden hacerse deberán versar sobre las experiencias previas de los solicitantes y sometidas a un proceso de revisión teórica y técnica. Se realizarán durante el período académico establecido y se revisará lo concerniente a los siguientes aspectos: Autobiografía, Conocimientos que se van a avalar, Apreciación de valores y actitudes desarrolladas durante las experiencias evaluadas, El registro y avales de contextos sociolaborales de actuación, La validación de problemas investigados.

Las áreas de conocimiento desarrolladas y el uso de conceptos y teorías: Para aprobar la acreditación bajo el programa propuesto, el aspirante debe consignar todos los avales o recaudos correspondientes y desarrollar una reflexión teórica escrita sobre las experiencias a ser evaluadas durante un lapso de tiempo establecido.

Se establecen dos modalidades para la Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados:

a) La acreditación parcial de experiencias y avales como parte del plan de formación de los participantes a solicitud de los tutores de las comunidades de aprendizaje para reducir los tiempos de escolaridad en el plan de formación y que conduce a la aprobación de un número de temas o unidades de aprendizaje.

b) La acreditación de estudios formales universitarios inconclusos o concluídos en áreas afines al área de formación de participantes de comunidades de aprendizaje , la cual conduce a un grado académico. RECONOCIMIENTO DE SABERES ACUMULADOS

Para efectos de este trabajo vamos a considerar como “saber” al conocimiento profundo de una materia, saber” al conocimiento profundo de una materia, ciencia o arte.

Describamos entonces otro proceso que resulta afín al descrito en la Acreditación de Experiencias que es el llamado Reconocimiento de Saberes . En este caso no sólo nos remitimos a la praxis o la formación en algún área de competencia de los participantes, sino al patrimonio de vida de una persona que puede tener múltiples aristas de desarrollo humano que no han sido organizados en un corpus coherente de adquisiciones teóricas o prácticas. Es decir va más allá de acreditar experiencias concretas e identificables y se dedica además a desarrollar constructos mentales sobre adquisiciones cognitivas que no han sido bien identificadas ni completamente elaboradas por el propio sujeto que las porta intelectualmente.

En otras latitudes se asocia el Reconocimiento de Saberes Acumulados a proyectos como el Proyecto de Relaciones Trasatlántica para el Aprendizaje a lo Largo de la Vida (Trall). La Universidad de los Andes en el año 2014 invitó al especialista Ruud Duvekot, investigador de la Inholland University de Holanda a dictar un un taller con el cual se pretendió formar a profesionales de distintas áreas del conocimiento para que crearan escenarios para el “aprendizaje permanente”.

La conferencia dictada por el investigador y doctor Ruud nvestigador y doctor Ruud D u v e k o t u v e k o t sirvió de marco para dar a conocer en la Universidad de Los Andes arco para dar a conocer en la Universidad de Los Andes los alcances que brindan los aprendizajes previos, formales y no formales, como método adquirido a lo largo de la vida por los ciudadanos.

El “aprendizaje a lo largo de la vida” es un concepto que coloca al aprendizaje más allá de la escolaridad. Para apreciarlo han surgido una serie de modelos. Desde el reporte de Faure (1972), “aprender a ser”, se retomó la crítica de los años sesenta a la educación formal por autores de los años sesenta como Illich, Freire, Reimer que proponen una educación extramuros. Una educación universal y permanente. El Informe Delors (1996) consideró el aprendizaje durante toda la vida como el “latido” de una sociedad que se basa en cuatro pilares: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. El término utilizado por la UNESCO fue el de Educación a lo largo de la vida.

En lo que respecta a la UPTM el proceso de reconocimiento de saberes implica un proceso reflexivo por parte del participante para que “organice” sus adquisiciones tanto teóricas como prácticas, sus destrezas, sus emprendimientos, sus innovaciones, invenciones o bien su cúmulo de conjeturas respecto a los temas que ha podido conocer a lo largo de la vida y los transforme en unidades curriculares que puedan ser avaladas mediante un portafolio de saberes.

Consideramos el portafolio como un método de consolidación del aprendizaje y evaluación que consiste en la aportación de producciones de diferente índole por parte del estudiante a través de las cuáles se puedan juzgar sus capacidades en el marco de una disciplina o materia de estudio. Son producciones que informan del proceso e estudio personal seguido por el participante, permitiéndole a él y los demás ver sus esfuerzos y logros, en relación a los objetivos de aprendizaje y criterios de evaluación establecidos previamente. Implica toda una metodología de trabajo y de estrategias didácticas en la interacción entre la comunidad de aprendizaje y el sujeto a acreditar; y además es un método de evaluación que permite unir y coordinar un un conjunto de evidencias para emitir una valoración lo más ajustada posible a la realidad, que es difícil de adquirir con otros instrumentos de evaluación más tradicionales que aportan una visión fragmentada de los dominios mentales de una persona

Artículo publicado en la REVISTA DIGITAL DE DIVULGACIÓN ACADÉMICA Contracorriente

Fuente: http://saberesliberadores.cenditel.gob.ve/files/2016/02/ContraCorriente.pdf

 

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La construcción del autoconcepto académico en el marco de los Estudios Abiertos (Parte 1)

Myriam Anzola

La autodefinición de quiénes somos como profesionales es una tarea que regularmente creemos conocer a través de la elaboración de un currículum vitae (CV). La elaboración y presentación de ese CV normalmente la hacemos con un orden riguroso arbitrariamente preestablecido que contempla: los estudios realizados con su fecha de culminación, las instituciones otorgantes con los soportes de los títulos obtenidos, los roles laborales desempeñados con períodos de tiempo defi nidos con los avales institucionales que los respaldan, otros cursos y experiencias que puedan ser constatables, y por último los reconocimientos a los que haya sido merecedor o merecedora el postulante.

Este baremo personalizado que pretende ser objetivo, nunca es tal por varias razones:

1º Desde el punto de vista de la valoración de credenciales académicas, conocemos sobradamente que no todas las instituciones ofrecen cursos (conducentes o no a grado) con comprobada idoneidad para garantizar el “dominio” por parte del estudiante de los temas cursados. Las posibles fallas son multifactoriales: formación del profesorado, selección y organización del currículum, pertinencia del material de apoyo e insumos, dominio de contenidos y carencias en el manejo de la lengua escrita y del discurso oral por parte del que estudia, entre otros factores.

2º El prestigio que ganan las instituciones con certificaciones y avales de la oficialidad sobre los cursos que ofrecen tampoco es garantía de sapiencia de sus egresados ya que tal como lo demuestran los avances sobre la administración curricular, una cosa son los programas que se presentan acompañados de las credenciales de los profesores que los dictan y otra muy diferente es la puesta en ejecución de dichos programas durante la administración curricular.

3º Quien elabora el documento del CV organiza sus recaudos de acuerdo a la estructura solicitada pero está consciente de que conoce muchas más cosas de las que puede demostrar o de que en el recuento demuestra otras que en realidad no son parte de su experticia real.

En resumen, la presentación de un CV en los términos que conocemos ofrece apenas una aproximación muy somera del perfil de quien lo presenta, que puede en algunos casos hacer menospreciar o en otros sobredimensionar las capacidades reales del postulante a un cargo. Siendo así, la presentación de credenciales académicas no da fe per se de la dimensión humana de la persona que las presenta. Es decir, no es la mejor ni la única manera de demostrar las capacidades, los dominios, las percepciones, convicciones y potencialidades de un ser humano.

A partir de estas y de otras convicciones, algunos teóricos del currículum se han propuesto revisar las posibilidades de ponderación de los aspirantes a cualificaciones, considerando la estructuración de los planes de estudio y particularmente de la administración de los mismos. De esa revisión parten nuevos esquemas de organización curricular y nuevas concepciones para las valoraciones reales de la trayectoria de los sujetos. Así aparecen nuevas categorías epistémicas como la acreditación de experiencias, el reconocimiento de saberes, y la certificación de conocimientos científicos. En este trabajo pretendemos hacer una diferenciación y definición de estas terminologías del imitando algunas diferencias que pueden resultar sutiles pero que conviene destacar a la luz de nuestra experiencia de más de un lustro administrando el Programa Universitario de Estudios Abiertos de la UPTM “Kléber Ramírez”.

LA ACREDITACIÓN DE EXPERIENCIAS Por experiencia entendemos el conocimiento de algo, o la habilidad, que se adquiere al haber realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces algún evento o proceso. La experiencia sin duda genera aprendizaje. Ahora bien, la Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (AAE) pretende sustentar con fines académicos ese tipo de aprendizaje.

La acreditación de experiencias se inició en Venezuela en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) bajo la denominación de Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (PAAPE) en el año 1981. Históricamente sufrió cambios importantes en el tiempo. En la década de los 80 cuando dicho programa se inició, se atendieron solicitudes de acreditación de participantes de centros regionales de la UNESR en Barquisimeto, Ciudad Bolívar, Maracay, Barcelona y Caracas que fueron atendidos de manera experimental. A partir de 1996, se da un crecimiento cuantitativo de participantes con título de técnicos superiores. Actualmente se aprecia una demanda estable de solicitudes de acreditación ubicada en un promedio de unas 9000 solicitudes por año con una ampliación de la cobertura del sistema hacia otras regiones del país, un predominio de acreditación de cursos formales, por la vía de acreditación y convenios.

El sustento teórico y metodológico de esta propuesta inicial parte de educadores venezolanos innovadores como Adam, Díaz, y Brandt con los postulados de la escuela progresista, la andragogía, y la educación permanente. En esa perspectiva se considera al individuo como una persona capaz de tomar sus decisiones en el aprendizaje, se valoran los procesos de formación extramuros de la educación formal. Es decir, se reconoce la esencia de la legitimación de los aprendizajes obtenidos por fuentes no formales diversas y múltiples, por las vivencias culturales y afectivas de cada persona. Brandt (1982).

De acuerdo con el documento de Salazar y Andrade (2004) el Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia, en el contexto del Centro de Educación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP), la Universidad Simón Rodríguez: …busca sincronizar, armonizar,coordinar la manera de acreditar estos aprendizajes de acuerdo con la especialidad seleccionada por quien aspira ingresar a una carrera y constituye el problema fundamental,ya que no existen patrones que permitan determinar hasta cuánto sabe una persona… (p.6). Félix Adam, un visionario de la educación de este país, decía ya por 1987: Desconocer el valor del aprendizaje por experiencia, fuera de un plan de estudios, cuya conceptualización es rígida desvirtúa el sentido humanístico de la acreditación y la convierte en una simple “equivalencia” u “homologación” de estudios . Por eso, la participación del aspirante en el proceso, permite negociar los términos de la acreditación y determinar los nuevos aprendizajes a realizar. (p.12).

Orietta Caponi, quien fuera la primera rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela (2004) expresa: Como producto de la aplicación de esta práctica educativa en la UNESR se demostró la pertinencia del proceso de reconocimiento de los aprendizajes obtenidos durante la actividad laboral y de vida; de aprendizajes formales obtenidos en otras instituciones de educación universitaria y de aprendizajes obtenidos desde orígenes distintos. Pero para alcanzar esta aspiración se debe asumir el reto de traspasar las fronteras del currículo preestablecido en la universidad. Esto significa la superación a la subordinación rígida de la misma, a los planes de estudio y programas de la Universidad. Estos solamente constituyen un aspecto de la relación de la universidad, entendida como mundo académico con los otros escenarios que conforman el mundo de la vida, que sirven de caldo de cultivo a la generación de aprendizajes por experiencia. De modo que se requiere de una transformación profunda de la Universidad venezolana…el problema no es solamente incluir a las personas en el sistema educativo de educación superior actual, sino la conveniencia de incluirlos en instituciones enclaustradas, excluyentes, cuyos pensa de estudios son concebidos y ejecutados fuera de los contextos comunitarios y las necesidades más urgentes, con programas que proponen un conocimiento desagregado, fragmentado, unidireccional, escolástico y poco participativo (p.6). 13 «La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo» Es decir, que el proceso de Acreditación de Experiencias se enmarca en un currículo abierto, fexible, dinámico e innovador que provea la implementación de modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia y la no convencional. Tal como lo plantean los postulados de las nuevas universidades bolivarianas.

Siendo así, la acreditación del aprendizaje deberá entenderse como un proceso complejo que involucra un tejido heterogéneo para la transformación de las condiciones de vida de un colectivo, con énfasis en la búsqueda de la identidad, en respeto a la diversidad étnica y pluricultural. La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de la acción de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo, con base en su participación y compromiso con las comunidades. Se considera que todas las actividades culturales generan aprendizajes que guardan relación con algún tipo de conocimiento y por tanto pueden ser reconocidas académicamente por la universidad.

Cuando surge la Misión Cultura para reconocer a los cultores que nunca había recibido título universitario desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se pretende superar los tres elementos que fueron identifi cados como debilidades en la sistematización de la experiencia del CEPAP de la UNESR, a saber: la desvinculación entre los aprendizajes no formales valorados para la acreditación del aprendizaje por experiencia y su vínculo con la prosecución de estudios en la universidad; el marcado predominio de acreditación de aprendizajes formales; y la escasa participación del participante en la toma de decisiones para la acreditación de sus propios saberes. Esa propuesta que se presentó en teoría revalorizaba el carácter dialógico, horizontal, cooperativo, participativo, y cualitativo de la acreditación del aprendizaje por experiencia. Por eso planteaba combinar como estrategias de formación el aprendizaje por proyectos para dar respuesta a problemas comunitarios concretos, sostenidos en torno al trabajo colectivo.

Sin embargo, en la práctica la Misión Cultura no logró darle una forma que fuera coherente con los planteamientos a la acción emprendida. En este momento la UNESR se planea la Acreditación de Experiencias dirigida a bachilleres con experiencia laboral, bachilleres con estudios de nivel superior no concluidos, técnicos superiores que aspiran continuar estudios universitarios, graduados universitarios que aspiran estudiar alguna carrera que ofrece la Universidad y otros participantes regulares de la UNESR.

En el caso de nuestro programa de estudios Abiertos desde la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez la Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados constituye un programa especial para ciudadanos y ciudadanas venezolanas que poseen amplia trayectoria, destrezas y saberes acumulados en algún área del conocimiento a través de una forma de evaluación educativa alternativa dirigida a todos los ciudadanos y que pueden o no ser egresados o egresadas de otras carreras universitarias o medias y de estudiantes en ejercicio laboral.

Artículo publicado en la REVISTA DIGITAL DE DIVULGACIÓN ACADÉMICA Contracorriente

http://saberesliberadores.cenditel.gob.ve/files/2016/02/ContraCorriente.pdf

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