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Medicinas invisibles que desnudan la lucha de clases contra el COVID-19

Por: Manuel Humberto Restrepo

En la formación científica del médico su aprendizaje sobre la ética y la verdad es fundamental. De ellas emana su reputación y prestigio, además reflejan la relación entre el pensamiento y saber del médico con la realidad y el contexto concreto de la sociedad a la que sirve. El médico se mueve al mismo tiempo en los dos procesos mas complejos biológica, social y culturalmente que son la vida y la muerte. A veces basta que el médico hable para que tristeza y abandono se conviertan en esperanza o ganas de luchar contra las embestidas del contagio, la desigualdad y la injusticia.

      La tradición de las culturas modernas (S. XVII) forjó la medicina basada en evidencias y diagnósticos, en tipos, patrones, conocimiento de fenómenos e interrelaciones complejas del método científico, organizadas y resumidas en una serie de normas y protocolos, que la distingue de los sistemas clásicos, aunque a veces corre el peligro de confundirse con una especie de moral. Es la que siguen los gobiernos y de la que se ocupan los medios, a la que entre precariedades acceden los pacientes de las capas medias de población, atendida también a medias igual que sus cuidadores, dado el déficit estructural de capacidades tecnológicas y de recursos económicos, ante la inexistencia de un sistema de salud pública, que existió pero fue transferido a inversionistas privados.

      El momento de pandemia exige agradecer a médicos, médicas y demás cuerpos de cuidado de la salud, por su defensa constante de la vida, sin siquiera herramientas adecuadas. Es la primera vez que todas las miradas se detienen en ellos, aunque siempre han estado ahí, defendiendo la vida del asedio de la muerte provocada por pestes, hombres y máquinas de guerra. Pero también la pandemia ha puesto al descubierto la existencia de múltiples medicinas iniciadas hace milenios, que llegan para juntarse, mezclarse, con el propósito de aliviar el sufrimiento. En la baja edad media, Hildegarda de Bingen, buscó en la música, la filosofía y la medicina basada en las plantas, la conexión entre el medio ambiente, el alma y el cuerpo y casi mil años después el Dr. Moscatti, el médico del amor y de los pobres llamaba a defender la verdad y evitar el sufrimiento de los débiles e invitaba a sus colegas a no sólo ocuparse del cuerpo, sino de las almas, con el consejo, y entrando en el espíritu, antes que con las frías prescripciones que hay que llevar al farmacéutico, de ellos hay huellas vigentes.

     Contra la pandemia batallan en silencio esas otras muchas medicinas, que se mezclan y se complementan, unas que buscan la ciencia moderna, otras que le permiten a la gente aferrarse a  la fe o la esperanza en lo popular, lo ancestral o lo divino tratando de evitar el mal u obtener la cura. Los pueblos de América son ricos en sincretismo a la hora de curar, sanar o reparar, fusionando religiones, mitos y tradiciones. Los relatos e historias son invaluables, como los de San Simón o Maximòn (Guatemala) el santo que bebe y fuma, junta lo maya y lo católico, recibe a curanderos y atrae por su calidad de curación o San Gregorio Hernández (Venezuela) el médico fantasma, al que se atribuye seguir salvando vidas. Chamanes, taitas, curanderos, replican el saber de las culturas precolombinas (Aztecas, Incas, Mayas, Muiscas) donde la medicina tenía carácter mágico y el médico era al mismo tiempo el Sacerdote o Jeque, que iniciaba su formación a los 10 años e incluía pasar de 4 a 6 años en un bohío con una comida al día, sin salir al sol, ni lavar su cuerpo (Zubiría R).

     La medicina para la clase social alta, de ricos y poderosos, no tiene mínimas carencias, la otra de la clase marginada y excluida, expuesta y empobrecida, carece de todo, las dos tienen en común que poco se conoce, no se sabe donde están ni cómo funcionan. Los pueblos indígenas en el mundo representan el 6% de la población y están en extrema pobreza (OIT) y decenas de millones están en el destierro y de 7300 millones de habitantes, la mitad está marginada. En Colombia son 102 pueblos y cerca de 2 millones de indígenas (presidencia.gov) acorraladas por el desprecio, sus lideres son perseguidos y asesinados en connivencias múltiples con el estado, olvidados y penetradas sus culturas. En la misma condición, una persona de cada cuatro que habita en las ciudades es pobre y entre la población rural es peor. Más ella de las cifras, la realidad expone a la peste a inmensas mayorías de población encerradas en cordones de miseria, tugurios, comunas, barriadas, nuevos Bronx, alcantarillas, barrios de invasión e incluso céntricas calles de informalidad convertidas en inquilinatos. Son mayorías invisibles, a las que no verán los medios ni alcanzará la medicina moderna, no cuentan en registros oficiales. ¿A quien acuden en la pandemia?, ¿al vecino, al viejo, a la receta o la formula extraída del saber popular de talismanes, cristales y colores que espantan lo malo o lo curan o al saber ancestral indígena, hechicero o sacerdotal o a aguas, rezos y yerbas?.

      La medicina moderna, desfinanciada, sin recursos para cuidar a los cuidadores, ni atender a los pacientes, esta atrapada socialmente, desahuciada económicamente y cuestionada culturalmente, como lo está también la sociedad toda a merced de la verdad que imponga el discursos hegemónico que se proclama equivalente de la misma realidad para descalificar lo demás como ceguera o mentira. No hay cabida para discutir razonamientos sobre nada inteligible, por reducción e imposibilidad de diálogo entre diferencias. La pandemia existe, parece aliada del autoritarismo, del clientelismo y de los sistemas de corrupción, le sirve de excusa a los fascistas, acallar, amordazar y cerrar las puertas a la agenda de la paz y su implementación, para que continúe la barbarie y se ahuyente a la débil democracia. A cambio ha desnudado las distorsiones de la sociedad injusta y desigual, basada en la explotación y dominación de clase que parecía ideal y exitosa. “Lo más difícil, lo más importante, lo más necesario, lo que de todos modos hay que intentar, es conservar la voluntad de luchar por una sociedad diferente sin caer en la interpretación paranoide de la lucha. Lo difícil, pero también lo esencial, es valorar positivamente el respeto y la diferencia, no como un mal menor y un hecho inevitable, sino como lo que enriquece la vida e impulsa la creación y el pensamiento” (E. Zuleta)

P.D. Bienvenidos los 46 nuevos médicos y medicas que graduó anticipadamente la UPTC y valga recordar que la primera mujer graduada de medica en la U.N en 1945, nació en Duitama Boyacá: Inés Ochoa Pérez.

Fuente: https://rebelion.org/medicinas-invisibles-que-desnudan-la-lucha-de-clases-contra-el-covid19/

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Colombia: ¿Los dueños del capital impondrán al presidente?

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez

La crisis del capital de 2008 sacó al neoliberalismo de las pocas dificultades que todavía le causaba la política y ratificó su hegemonía para organizar la vida. Los “dueños” del mundo eliminaron su condición de victimarios y responsables de la desigualdad, desastres humanitarios y catástrofes provocadas al planeta y se presentaron como victimas, que rápidamente subordinaron la capacidad de la política poniéndola a sus pies y controlar las decisiones de estado y reducir la potencia de derechos humanos como el trabajo, al que le arrebataron mas de 60 millones de empleos en menos de un año (2008-2009). En las dos décadas siguientes hambruna, discriminación, racismo, destierro, exclusión y esclavitud provocadas por su obsesiva manera de acumular fueron convertidas en datos sin responsables. 70 millones de desterrados, otros 70 de esclavizados o 1000 millones de hambrientos se volvieron una cosa natural por la que nadie se ruboriza ni responde, ni los dueños del capital ni los gobernantes a su servicio, que por incumplir las tareas de estado son violadores de derechos.

2018 inicio con 8 ricos que tienen mas riqueza que 3700 millones de personas, a las que podrían evitar el hambre, el destierro, la enfermedad o el analfabetismo y continuar siendo ricos. El 82 por ciento de la riqueza mundial generada en 2017 fue a sus bolsillos mientras la mitad de la población no recibió nada (Oxfam, Forbes y Crédit Suisse Global Wealth). B. Gates, Amancio Ortega, Buffett, Slim, Jeff Bezzos, Zuckerberg, Ellison y Bloomberg son los mas visibles “dueños” que junto con otros pocos le permiten vivir o morir a millones de seres humanos que padecen las humillaciones y viven sin derechos. Este ilimitado poder desborda las cuadriculas que separan la vida en ciencias, disciplinas, formas de existir, es un poder holístico que sencillamente entiende a la política como una herramienta para mantener ese poder y acrecentar su capital. Los “dueños” pueden eliminar competidores, destituir gobernantes, promover golpes de estado o poner de presidente a quien les plazca aunque nunca hablen de candidatos o elecciones. Han convertido al estado en otro medio de producción de su riqueza, es su empresa principal con capacidad coactiva y represiva para obtener y transferirles recursos mediante negocios de todo orden y vinculo en todos los ministerios y entidades.

Al mirar Colombia, es reconocible que solo cuatro ricos concentran demasiado capital y poder (Sarmiento Angulo, Santo Domingo, Ardila lulle, Gilinski) con capacidad para subordinar la política y decidir quien ha de gobernar. Controlan la subjetividad, el alimento, las movilidad, la manera de actuar. Son dueños de medios de información (T.V, prensa, radio), bancos, seguros, comunicaciones, gas, infraestructuras, finca raíz, vías, aviación, inmobiliarias, incursionan en la justicia, el deporte, el turismo, tienen holding, franquicias y consorcios. Por su mandato la propiedad privada es sagrada y la publica satanizada. Son autosuficientes para poner decisiones políticas a sus pies e intervenir la agenda del gobierno y la dinámica de las instituciones con reglas de mercado (también alimentado por mafias incrustadas en el estado). Los dueños han acelerado el paso de la política hacia el mercado, desvirtuando la esencia de la democracia basada en competidores que tratan de garantizar la realización de derechos y del bienestar colectivo, usurpada por otra forma (politiquería) tomada por competidores que tratan de obtener el poder para reforzar su poder y sustraer los bienes públicos para llevarlas a las cuentas privadas de los dueños y sus múltiples redes de beneficio privado.

El mercado estimula la creación de empresas electorales organizadas y dirigidas por clientelas triunfantes que hacen negocios (legales, ilegales o mixtos) comprando y vendiendo paquetes de electores (como si fueran acciones), no tienen programa político, no responden a principios éticos y su ideología es el capital. Hacer política (politiquería) es un objetivo de la empresa electoral, su negocio, nunca su virtud. De esta manera sin debate colectivo, sin coherencia ideológica y sin sentido de humanidad las empresas electorales (en lo local a la manera de franquicias y en lo global a la manera de Holding) producen a los candidatos que son elaborados como productos para ser vendidos y consumidos por mayorías que puestas en desigualdad, hambre y desesperanza, aceptan la recomendación de dejarse llevar por la corriente y tratar de sacar algún provecho propio. Muchos de estos productos ni siquiera cumplen los mínimos de calidad, la cuarta parte de aspirantes al congreso procedentes de derecha y ultraderecha, han sido puestos al descubierto en fraudes, corrupción o crímenes y simplemente sus empresarios los anuncian como productos imperfectos a los que se les trata de mejorar corrigiendo imagen, sonrisa, gesto en las manos y mirada.

Lo evidente es que a los ricos (y a las élites en general) no le interesan los pobres (salvo para sobreexplotarlos) les interesan sus votos y su plusvalía, no su dignidad ni sus ansias de vivir en paz. Esa ventaja les permite llevar la delantera en la coyuntura electoral y por veto o cooptación persisten en bloquear la construcción de poderes populares, promover la intolerancia y negar a sus adversarios. El consenso sobre el prelegido para sostener el poder y garantizar la movilidad del capital libre de barreras y alteraciones como las que puede traer una paz real con justicia social y para todos parece haberlo indicado Luis Carlos Sarmiento por ser uno de los 120 mas ricos del mundo (Forbes), el quinto banquero mas rico del planeta (elcolombiano.com), el presidente del Holding Aval (el mas sólido del país), poseedor de una fortuna cercana a 12 billones de dólares que triplica la de Trump (semana.com) y ser el gran ejecutor de inversiones con recursos de la nación, de múltiples maneras ha señalado que prefiere en palacio a quien de niño lo recorrió de la mano de su tío abuelo presidente y en los últimos siete años con apoyo irrestricto, firme y duradero del presidente Santos, su gobierno y su partido, recibió su preparación de gobernanza (nueva forma del poder globalizado) y visitó el país distribuyendo peso a peso un capital de 25 billones y cientos de miles de viviendas induciendo a creer que la política son hechos (capital) y no derechos y él, esta prelegido para gobernar.

Nada es definitivo pero derecha y ultraderecha son hijas del capital y su doctrina es mas sencilla que la de la de las ideas políticas que promueven libertades, derechos y bienestar. El difícil reto popular para enfrentar a la doctrina del capital que remueve contradicciones y une a sus disidencias, es hacer unidad entre organizaciones sociales, defensores de derechos y de la paz firmada, victimas, inconformes y sectores políticos progresistas. Eliminar barreras para enfrentar en unidad las directrices del capital (que al final junta a derecha y ultraderecha en el holding) es muy complejo pero nunca imposible. Es difícil derrotar al preelegido, como lo ha sido derrotar la guerra y el miedo a pesar del sistemático genocidio de luchadores populares, pero se puede. Siempre es posible si se descifra el enigma como lo hizo Heracles para vencer a Anteo o David para derrotar a Goliat y mejor aún si la esperanza sigue firme para consolidar la paz real y se trabaja a fondo en individual y en colectivo para lograr un ascenso en la conciencia colectiva sin odios, pos-verdades, ni absolutos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237499&titular=%BFlos-due%F1os-del-capital-impondr%E1n-al-presidente?-

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Colombia: Los derechos para la paz estable en alto riesgo de extinción

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez

Con mucha facilidad el estado colombiano ha ratificado y convertido en derechos constitucionales los derechos humanos de carácter social (DESCA) que configuran el espectro del Derecho Internacional de los derechos humanos (DIDH), pero así mismo los ha desconocido colocándolos en alto riesgo de extinción y al borde de la destrucción que precede al horror. Estos derechos son los que están en la base de la paz estable y duradera y su negación sistemática por efecto de corrupción o desvió de los recursos que debían satisfacerlos, deja un rastro de silenciosa violación masiva de derechos humanos, que provoca muertos, lisiados, enfermos, excluidos y marginados. No hay una política evidente pero sí una manera de actuar del estado que apunta al exterminio de los mas pobres.

El estado tiene la obligación y compromiso de respetar, proteger, hacer respetar y ofrecer garantías de todo tipo (económicas, legales, conceptuales), para satisfacer estos derechos, pero contrariamente los viola. Los responsables (especialmente gobernantes y funcionarios de las altas direcciones) que toman y ejecutan decisiones han contado con una impunidad del 100%, dado que no hay casos relevantes de juicios y condenas por las equivocadas (y autoritarias) negaciones contrarias a derechos o por la distribución inequitativa de recursos, que no favorece el bienestar y la dignidad de las mayorías de población como debiera ocurrir. La inequidad es consecuencia de una intencionalidad política para favorecer el interés privado mediante la injusta distribución del presupuesto publico, gracias a que el componente democrático de la construcción colectiva (entre estado y sociedad) de las políticas publicas, ha sido eliminado. El gobierno en provecho propio aplica una formula de poder que combina capital y leyes que potencian su capacidad para imponer una real dictadura presupuestal que beneficia los negocios de una minoría privilegiada, que moldeo las reglas para aplicar la autoridad (sin pueblo, sin demos) y obtener ventajas comparativas, mientras que con el control de la formulación, aprobación y aplicación de la ley obtiene ventajas competitivas.

Usando estas dos ventajas las elites han convertido el ejercicio político en un asunto de oferta, demanda y precio y desplazado los recursos destinados a los derechos sociales de la orbita del estado a la del individuo, que es presionado para asumirlos como cosa privada adentro de un modelo de individualización tomado del sistema penal. Los derechos sociales sacados del contexto de naturaleza colectiva son tratados como libertades individuales, asociadas a oportunidades de mercado, de tal manera que la responsabilidad por las carencias recae en el individuo y no en el estado y de colofón a la persona que carezca de bienes básicos se le tratará con desprecio y se le acusará de incompetente para obtener conquistas personales. Los reality show de donde salió Mr. Trump, son un buen ejemplo de individualización y cosificación del sujeto, donde los astutos que logran lo suyo, sin solidaridad ni respeto por el otro son premiados y los débiles castigados, ofendidos, excluidos y humillados.

En lo individual el sujeto (subjetivado por el mercado y alejado de la lucha social) creerá que lo suyo (trabajo, estudio, sanidad, acceso al agua o al alimento) se debe únicamente a su libertad individual para competir y ganar e inclusive podrá percibir que ser explotado es una bendición entre tanta desigualdad. La población individualizada, extraída del colectivo, enfrenta en su propio cuerpo y espíritu amenazas que le generan angustias y temor (despido laboral, reforma pensional, impuestos o multas impagables), para lo cual las mismas elites (responsables del desastre) piden respaldo electoral para sostenerse en el poder a cambio de salvación. Es la inversión del sentido de los derechos sociales, presentados desnudos, sin historia ni memoria, para facilitarle al estado (las elites) evadir su responsabilidad por el riesgo de extinción y para colocar los recursos públicos donde les sean rentables como garantía de continuidad de su proyecto hegemónico de dominación y despojo.

Lo político convertido a mercancía, herramienta de la extinción

El ejercicio político fue convertido en una mercancía, en la que las ideas o la legitimidad, que son pilares de la realización de los derechos sociales, carecen de valor igual que los planes y programas de largo plazo. Para las elites las rutas de mercado guían las agendas electorales de alianzas y negocios, que definen el precio de lo político y orientan hacia el control de las necesidades para traducirlas a votos y adhesiones para tener el control total del poder. La política publica, que era la herramienta central de sostenimiento de lo publico y la base para trazar el camino político de realización de los derechos sociales es reducida a su mínima expresión, convertida en una técnica en manos de expertos neoliberales, que no atienden las demandas y necesidades por derechos, si las del interés del capital y las formalidades de indicadores. Los resultados previsibles de esta distorsión de lo político y de la política son de derechos sociales en déficit, frente a intereses del poder en superávit.

Los datos de la negación someten a una sistemática violencia contra las mayorías como efecto del riesgo de extinción de los derechos sociales anunciados en déficit, mientras las elites festejan su superávit. El derecho a la salud acumula un déficit superior a 12 billones (5.3 a servicios y mas de 7.2 en hospitales y clínicas: dinero.com/12/24/16) y cada 4 minutos un individuo en solitario radica una acción de tutela como síntoma de que el derecho en colectivo esta cerca a su derrota. En Educación Superior Publica el déficit supera 14.4 billones (1.4 en funcionamiento y 13 en inversión: SUE, caracol.com.co /17/10/2017). En vivienda el déficit es de 2.2 millones de hogares sin vivienda y mas de la mitad de población sin vivienda propia (caracol, portafolio, 06/08/2017). El 57% de la población padece el mal servicio de agua potable y saneamiento y mas de 300 municipios tienen problemas relevantes de sanidad por carencia de agua (minambiente elpais.com/22/03/2017). Los resultados para los inversionistas y principales beneficiarios de los recursos de los derechos, tienen superávit. Solo los bancos en 2016 ganaron mas de 12 billones (15% mas que en 2015) producto de la suma de las individualizadas perdidas de cada ciudadano y de las pequeñas empresas. El sector inmobiliario inundó de edificios al país y atrajo capitales extranjeros pero no redujo el déficit de vivienda. Educación y Salud privadas crecen pero no contribuyen a reducir brechas de desigualdad.

La orientación de los presupuestos responde a una autentica dictadura presupuestal para manejar intencionalmente los recursos públicos y satisfacer las demandas del interés privado, contrario al respeto y garantías para la realización de los derechos sociales que con retorica son enaltecidos y con políticas marginados. Cada parte del poder aporta lo suyo, los empresarios jalonan la privatización y se hacen dueños de lo publico, desde el concepto hasta el ultimo activo de la riqueza nacional. Las elites políticas se encargan de mantener la estabilidad política y las bolsas llenas para transferir los recursos a inversionistas (y a ellos mismos) y el poder judicial organiza la ley con principios mercantiles y pone las reglas de juego en favor del capital. Confianza inversionista es estado sin soberanía y seguridad jurídica es ley para favorecer inversionistas (re-conquistadores). Ya fueron transferidos los ferrocarriles, la flota mercante, telecom, aguas, gas, energía, bancos y entregados a libre explotación por concesión autopistas, parques nacionales, ríos, recursos minerales, biodiversidad, salud, educación, fiestas populares, comparendos por infracciones y hasta el cuidado de presos, y lo demás puesto en desventaja con TLC. Todas estas partes del patrimonio eran la base material para la realización de los derechos sociales y la paz y es claro que ningún inversionista, ni político, ni particular estará dispuesto a suplantar al estado para garantizar los derechos sociales.

Las elites que imponen la dictadura presupuestal tienen en riesgo de extinción a los derechos sociales y dejan cientos de miles de victimas entre la población, producen carencias y matan por hambre o falta de atención. Su objetivo es debilitar a la nación como depositaria de la soberanía (sin eliminar el concepto de soberanía) y excluirla de la toma de decisiones sobre los recursos y la riqueza nacional con la que se afianzan y materializan los derechos sociales, les queda un ultimo empujón y seguramente lo harán justificando que para realizar los derechos sociales es necesario aumentar los recursos procedentes de regalías y llamaran con vehemencia a dejar acelerar el despojo de las ultimas riquezas que todavía permiten vivir, con poco oro pero mucha agua. El responsable del alto riesgo y estado moribundo de los derechos sociales, no es un único individuo encarnado en el gobernante, es una concepción, una corporación, un club de elite que controla la economía, el poder político y las leyes y hacia allí hay que mirar para impedir que la extinción de los derechos sociales que no completó la guerra la completen en la paz. El trípode del poder tiene en la cima al capital y en la base al gobierno y a la ley. El espíritu lo pone el capital, el hijo es la ley y el padre el gobierno.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235629&titular=los-derechos-para-la-paz-estable-en-alto-riesgo-de-extinci%F3n-

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Universidad y paz (II). Entre las diferencias del plural y el singular

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

El derecho a la educación tiene una sustancia material fundamental que es la universalidad necesaria para todos sus procesos. En la enseñanza, el aprendizaje y las diferentes formas de circulación del saber. De la universalidad emana la interdisciplinariedad, el dialogo de saberes, el reconocimiento de los otros y la comprensión del mundo y su complejidad mas allá de cada particular forma de explicar o justificar la existencia propia, que a veces cae en planos de pretendidas purezas mas cercanas a la caverna, que a la academia. Pero valga aclarar que universalidad en la construcción de paz no significa que todo vale, sobre todo para evitar una falsa igualdad que les pida abrir sus puertas para hacer apología del nazismo, el fascismo, el negacionismo o la exaltación del crimen (distinto al delito político o la rebelión) y de criminales como Popeye (morboso youtuber vendiendo su historia mafiosa y criminal) o Mancuso que sembró de terror una Universidad pública llegando a controlar al Consejo Superior y a sus directivas o al benefactor Don Berna o a los consejos de los 12 apóstoles de Santiago.

La razón del diálogo en, por y para la construcción de paz, se asienta en la invocación al derecho humano a la educación del que se desprenden las normas constitucionales del servicio publico, la autonomía y las libertades (enseñanza, catedra, investigación, asociación, expresión, otras) que se completan con el principio de responsabilidad para formar y actuar con sentido critico y científico en la perspectiva de vivir en una democracia real, alejados del temor y las humillaciones. De ahí que ninguna universidad (ni entidad del sistema educativo) sea publica o privada, puede permitirse la promoción de verdades a medias que tiendan a engañar, polarizar o discriminar a nadie por pensamiento, etnia, sexo, conciencia, posición social o región de procedencia, aun declarándose por ejemplo religiosa, militar o agnóstica. Pero tampoco puede permitir que sobre la razón y la argumentación científica y ética prevalezca la llamada posverdad que con eficiente manejo de las pasiones, emociones y necesidades humanas de grupos colocados en desventaja son controlados por expertos en manipulación que falsean la verdad y aumentan el riesgo para promover violencias.

Los promotores de la censura hacen un uso amañado, consciente y perverso del plural donde debe estar el singular y viceversa. Las FARC, fueron una organización política militar insurgente alzada en armas contra el estado (no contra la sociedad) durante cinco décadas y su existencia política dependía en buena medida de su accionar y capacidad militar depositada en un ejercito del pueblo (EP) preparado para la guerra. La FARC, en cambio no tiene el plural de las armas, ya no son FARC-EP, si no solamente FARC, en singular, por tratarse de un movimiento político. Se mantiene su carácter colectivo pero el plural (S) que le daban las armas ya no existe, como tampoco las llamadas disidencias, que teóricamente no lo son (no se puede estar en desacuerdo con lo que ya no existe). Podrán ser grupos delincuenciales o si lo demuestran insurgentes de nuevo tipo, con otra doctrina, y perspectiva pero en ningún caso herederos del pasado insurgente. Hablar de disidencias es mantener vigente la doctrina de la seguridad nacional que ha producido daños incalculables sobre la vida y la dignidad, pero a la vez una muestra de la necesidad que tiene el estado de tener un enemigo interno para resolver su incapacidad para sacarse de adentro el espíritu mafioso y guerrerista. La diferencia entre el plural que ya es pasado y el singular naciente es esencial para evitar cruzar la línea entre lo real (Político) y lo imaginado (Político-Militar) para mantener odio, discriminación y censura. Mientras no sea entendida y atendida esta diferencia -que es de fondo- por funcionarios y directivos universitarios, tendera a posicionarse el negacionismo cuya estrategia no es buscar justicia como anuncia, si no venganza y clientelizacion de la paz para obtener favorabilidad de votos a su favor.

Las universidades en este transito del fin de la guerra a la construcción de paz, igual que el sistema de justicia ordinaria (jurídico) que debe abrir paso a la Justicia especial (juridico-politica) tienen la obligación de sacar de todos sus procesos y actuaciones el espíritu de guerra todavía presente en las políticas, reglas y practicas académicas, administrativas y logísticas (por ejemplo el modelo de vigilancia del tipo celaduría fue cambiado por el de seguridad policial en las puertas de ingreso a los claustros) y entrar de manera colectiva en el modo de la paz. Preparase para trabajar en, por, para y sobre la paz, requiere capacitación y comprensión en todos sus estamentos y niveles para aclarararse a sí mismas que el principal beneficiario de la vida sin guerra y en paz es el país entero y no los excombatientes como tratan de señalar los promotores de la distorsión de los acuerdos.

Hay que resaltar en todo caso, que las Universidades e IES publicas (y también numerosas privadas), han abierto sus puertas al debate y permitido oír otras voces y a la vez han empezado a acompañar y proteger la esperanza de las mayorías que quieren, necesitan y exigen la paz como su derecho y valor humano. Es momento para que aparte de las universidades otras formas organizativas como las iglesias (que con su doctrina debilitan derechos) también abran sus puertas a otras voces y reconozcan que todos los seres humanos tienen derecho a realizar los mismos derechos en presente y sin obstáculos. Es hora también para que soldados y policías, empiecen a reconocerse en sus propios derechos y libertades, a entender los limites del poder que se excedieron en nombre de la guerra y a reclamar por su dignidad. Igualmente colegios e instituciones de educación, sin excepción, sean publicas o privadas, laicas o religiosas, militares o civiles, tienen que asumir la obligación constitucional de hacer pedagogía de paz, incorporar propuestas formativas, renovar acciones curriculares y trabajar para entender porque la guerra no puede volver a ocurrir.

Las instituciones y entidades inteligentes saben el valor de escuchar de primera fuente a sus victimas, excombatientes y ojala empresarios, políticos, financiadores de la guerra y por supuesto a los gestores de paz y los actores de la ciencia, la cultura y la academia, para que la construcción del relato colectivo y del país plural en paz y tolerancia sirva para explicar y entender la verdad de lo ocurrido. Un buen ejemplo de una verdad revelada en este corto tiempo sin guerra es, que no era cierto, que en las universidades publicas se formaran guerrilleros o le sirvieran al terrorismo.

La educación es parte de la realidad material, sobre la que se forja la justicia y se aprende y enseña a respetar y admirar al otro, en cambio de odiarlo y despreciarlo, pero ello exige pensar de manera critica y actuar con una perspectiva de praxis transformadora, comprometida con los derechos. El cumplimiento de los acuerdos compromete a las instituciones y a la sociedad y exige trabajar en su implementación en todos sus apartes, pero además recuperar la memoria histórica y construir la verdad como un derecho consignado en la ley de tierras y de victimas y contribuir con pedagogías de paz, sin perder de vista que impedirla, negarla u obstaculizarla, resulta contrario al espíritu del librepensamiento, del pluralismo y del derecho humano a vivir en paz, con miras a la creación de una sociedad de derechos con democracia participativa, incluyente, justa y soberana.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235176&titular=entre-las-diferencias-del-plural-y-el-singular-

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Universidad y paz (I). El difícil camino contra la intolerancia

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

¿Cómo entender que en universidades de elite como el Rosario, del top 5 en el ranking y con mas de 360 años de existencia (fundada en 1653) ocurran cosas propias de las cavernas, no de las academias? La Universidad del Rosario, esta ubicada en el centro del centro de un país políticamente centralista, con lo cual como bien conocen los opositores a la paz, lo que pase allí rápidamente estará en cámaras, medios, redes y despachos del poder. Sus tres ultimas generaciones de profesores y estudiantes aparte de convivir cerca a las mejores librerías, casas de teatro y centros de poder han sido testigos directos de hechos de la mas honda relevancia para el país en asuntos de guerra, paz, democracia y poder.

La primera generación hace 70 años a pocos metros de su claustro vio caer asesinado a Jorge Eliecer Gaitán y encender la chispa del horror a la que siguió la violencia sellada con miles de victimas y el desplazamiento forzado de campesinos finalmente amontonados en los cordones de miseria de ciudad y algunos debajo de sus propios aleros. Esa generación constató la impunidad total para las oligarquías responsables del horror. Su segunda generación hace 30 años vio arder el palacio de justicia con magistrados, civiles y guerrilleros adentro de la que dio testimonio en el informe de la comisión de la verdad (Pinilla, Gómez, Herrera, 2010) y pudo constatar la consolidación sin obstáculo de las mafias en el estado. Y la tercera generación, la de hoy, se debate entre una mayoría que se apresta a defender la conquista social del derecho a la paz y una minoría negacionista disciplinada y cruel que pretende mantener encendida la llama del odio y la venganza contra los sobrevivientes de la ultima guerra clausurada con un acuerdo de paz para disputar poder sin armas.

La universidad del Rosario, hace parte de la poderosa Alianza de Universidades por la Paz, junto a Andes, Externado y Javeriana (de régimen privado, ubicadas geográficamente en un pequeño espacio del centro con una distancia media de entre 200 y 2000 metros entre ellas) mas la Nacional (publica). La alianza esta posicionada en el lugar principal para formular estrategias, obtener recursos, acomodar proyectos y financiar actividades en el nombre de -por, con, para- la paz, lo que muestra una estratégica asociación de universidades del top 10. Razón de más para enfrentar la intolerancia de los ilustrados negacionistas y trabajar adentro por hondas transformaciones culturales. Lo que ocurrió el 27 de noviembre se resume en que algunos estudiantes montaron un alegato de descalificación contra una profesora que los acusaba de ignorancia por cuestionar y pretender impedir la entrada de excombatientes de las FARC a conversar de la implementación de los acuerdos de paz firmados y de las proyecciones de paz estable y duradera. Días atrás un incidente similar había ocurrido en el Externado, que promocionó un mes antes su respeto y tolerancia con la apertura de un baño mixto para sus estudiantes y que en el palacio de justicia perdió a sus mejores magistrados.

Los jóvenes de la censura no son espontáneos en acción, hacen política en defensa del odio y de la guerra, calculan los choques para reiterar el falso señalamiento de que la insurgencia fue la única responsable de la guerra y ponen mantos de duda sobre hechos ocurridos en los que las elites fueron las grandes responsables, además de haber constituido la variable mas estable en la historia de sangre del país. Con sus actos de censura muestran que no están dispuestos a permitir que la verdad refleje los vínculos de las elites con la barbarie padecida, de la que muchos de esos jóvenes pueden tener conocimiento. La censura del negacionismo tiene razones ideológicas que -orgánicamente o no- coinciden con los planteamientos de la ultraderecha en promover la invalidación de los alcances de los acuerdos de paz y negar a los excombatientes su condición de sujetos políticos y ciudadanos de plenos derechos. Tratan de responsabilizar de los horrores a un solo actor y negar la existencia de los otros dos (estado y terceros). Anteponen prejuicios a la realidad de las cosas y reducen la paz a la suma de hechos mediáticos fabricados para confundir e impedir entender la complejidad, lo que les resulta útil para imponer sus propios fantasmas y temores, que saben anunciar muy bien con repeticiones de supuestos peligros para la misma paz (su paz de privilegios).

El eje de actuaciones de esta generación ilustrada y bien educada, es la invalidación de la paz negociada y sus posibles consecuencias de mejora del bienestar colectivo. Su obstinación es impedir el habla, la presencia, las actuaciones, las conductas, los gestos y en concreto todo lo que venga de los excombatientes y sus presumibles aliados, incluidas las victimas, la JEP, la reparación integral, la devolución de tierras, los defensores de derechos. El objetivo central es negar a los otros, sus adversarios, a quienes se empeñan en señalar como enemigos. Su meta es buscar que quienes los siguen usen su rabia y ojala actúen contra quienes para ellos no deben vivir en paz.

Paradójicamente a solo 12 calles de allí, una semana antes (15 de noviembre) en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, también privada y hasta hace poco dirigida por un intelectual de estatura ética (José Fernando Izasa) y hoy por Cecilia Vélez, la exministra de educación de Álvaro Uribe (una muestra de que la realidad no es en blanco o negro) ocurrió lo contrario, igual había ocurrido días antes en la Javeriana. Los excombatientes fueron invitados, recibidos, atendidos y escuchados con respeto. Se hicieron los análisis y explicaciones sobre la implementación de los acuerdos de paz en el ámbito del proceso de pedagogía de paz, que también hacen los gestores de paz del ELN. Allí todo fue como se espera sea en las universidades, con dialogo franco, sin descalificación ni estigmatización, sin intimidación ni asedio por la temeridad de los que carecen de argumentos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235175&titular=el-dif%EDcil-camino-contra-la-intolerancia-

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Las Universidades Publicas son sobrevivientes de guerra

Colombia / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Manuel Humberto Restrepo Domínguez / Fuente: Rebelión

Las universidades publicas colombianas quedaron en pie a pesar de las mas duras adversidades que haya padecido universidad alguna en el mundo, durante los cincuenta años de guerra que termina, porque las FARC ya no existen como insurgencia armada y el ELN tiene silenciados sus fusiles. Lograron quedar vivas aunque débiles y en lucha consigo mismas y contra los coletazos de guerra, pero cumplieron de la mejor manera la tarea encomendada por la sociedad para formar los hombres y mujeres profesionales de un país retrasado en libertades y urgido de soluciones de fondo a sus mas urgentes necesidades de conocimiento, tecnología, convivencia pacifica y bienestar.

A manera de ejemplo, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (en la que soy profesor desde hace 30 años) graduó entre 1966 y 2016 a mas de 91.000 estudiantes, procedentes de sectores populares, extraídos del ámbito rural o que hacían transito a las nacientes ciudades. Resulta gratificante, que a pesar de la guerra y sus marañas, no hay evidencia de casos de egresados que se se hayan destacado por alguna trayectoria criminal o que hayan utilizado su saber para perseguir, intimidar o aprovechado su profesión como refugio de fechorías. Se conoce en cambio de la enorme capacidad de rebeldía y espíritu de lucha, que deja una cuota de estudiantes, profesores y trabajadores convertidos en silenciosas victimas. La Universidad Nacional por su hondo significado para la nación multiplica todas las cifras, pero además fue la que abrió los espacios para reconocer la diversidad y la diferencia en las aulas y el pensamiento libre. Las otras 30 universidades hicieron cada una lo suyo, pusieron a debate su experiencia y trazaron caminos para que otros alentaran sus recorridos.

La educación publica universitaria no fue ajena a los contenidos del manifiesto de Córdoba Argentina de 1918 (manifiesto liminar) y acogió como suyos los principios esenciales de lo publico como la autonomía política, docente y administrativa; la selección de docentes por concursos públicos; la asunción de responsabilidades políticas frente a la nación y la defensa de la democracia; la creación de cátedras libres y electivas a decisión de los estudiantes y; la democratización de la enseñanza, que sirvió para contrarrestar la educación que estaba convertida en privilegio de las elites y forjada con las reglas y conductas de la escolástica y desde ahí marcar la ruta del siglo XX. Seguramente en 2018 vendrá una gran movilización global de la educación publica, (autónoma, gratuita, democrática y popular) en conmemoración de los 100 años de Córdoba y los 50 de mayo del 68, que representan las luchas sociales universitarias mas significativas, que cimentaron las bases de la universidad publica actual, dejando atrás lo que era “el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático” (manifiesto de córdoba).

Después de la entrada al universo de las libertades vino la guerra y las universidades publicas colombianas tuvieron que enfrentar las arremetidas del estado y de sectores de poder obsesionados con derrotar el espíritu de lo publico como concepto, principio y practica social común. Usaron practicas de guerra sucia, queriendo derrotar la inteligencia a la que no dejan de considerar aliada de las insurgencias armadas. Extendieron la estigmatización llamando a la sociedad a mirarlas y tratarlas con recelo y también con desprecio y entre análisis sesgados escondieron las maravillas de lo que ocurría respecto a la ciencia y la cultura. Políticamente las elites metieron allí clientelas, promovieron su ineficiencia y fragmentación y bajo chantaje les entregaron presupuestos deficitarios, a cambio de controlarlas, las acostumbraron a sobrevivir y mientras los soldados de la guerra estaban cubiertos con altos presupuestos del estado, los estudiantes sobrevivían entre incertidumbres y carencias para cubrir los mínimos necesarios para educarse, teniendo que recurrir a la protesta para existir.

A manera de síntesis se podría señalar que con el fin de la guerra las universidades quedan con la suficiente dignidad para sobreponerse y asumir los compromisos con la construcción de paz en los territorios. Su realidad revela que están desfinanciadas; tienen un altísimo déficit democrático; su sentido esta tomado por reglas de mercado y; se debilitan a medida que se extienden. Son los resultados de haberlas gestionado con lógica de guerra y de conducirlas según el trazado del capital que las empujó a desviarse de su misión, a descentrarse y fluir sin un horizonte común. Muchas aun no entienden que su vida institucional se ahoga entre replicas de lo que hacen otras, copian, plagian, siguen modelos y recetas genéricas aplicadas por funcionarios exentos de responsabilidad por los daños provocados. La guerra les cambio la baja por la alta velocidad de sus procesos y esta velocidad las paraliza, les impide tener en cuenta la fragilidad del ser humano que la compone y que esta convertido en instrumento de metas, que solo cuenta si esta cerca al poder y se somete a negarse a ser en sí mismo, y de suma se acostumbra a permanecer al margen de su existencia política.

Pero el panorama que queda puede ser fácilmente revertido, si se piensa que la paz es lo nuevo y se inventan otras maneras de decir y hacer las cosas que correspondan a este tiempo y se nutran con un espíritu democrático y de cambio. Sin guerra viene otro momento, que no podrá vivirse con las mismas reglas, sencillamente porque la paz es contraria a la guerra y nadie tiene recetas y quien pretenda enseñarlas, ofrecerlas o venderlas (que es aun peor, es un farsante), si se tiene en cuenta que durante la guerra las universidades no tuvieron paz, los jóvenes recibieron trato de combatientes, asistieron a cientos de funerales de sus mejores hijos arrebatados por la barbarie, hubo profesores y estudiantes asesinados frente a las aulas, mutilados, desaparecidos, presos acusados con falsedades, miles injustamente derrotados por la precariedad económica que les impidió sostenerse en las aulas y millones mas que no pudieron ingresar y obtener un carnet de estudiante, que es quizá el mejor de todos los carnet que existan en la historia de la humanización. Las imágenes de tanques, caballos y motorizados entrando victoriosos a los campus universitarios se encargarán de contar que fueron tratadas como campos de batalla y que se trató de acallar con balas y mentiras al pensamiento critico por creer que era parte del alzamiento armado y porque gracias a él la verdad sería posible, esas serán las señales de la memoria recordando lo que no puede volver a ocurrir.

Se acaba la guerra y las universidades publicas tendrán el encargo de protegerse del olvido y convertir a la memoria en la fortaleza que conduzca su futuro. No se trata de quedarse en el pasado si no de saber conectar y desconectar los tiempos, de reajustar el sentido y el significado de su saber y hacer y usar a la ética como la savia que conecta. La paz propone otros momentos, tiempos mejores para poner a prueba lo que aprendieron para no dejar escapar la dignidad entre las dificultades que las llevaron incluso a entrar en alianzas de todo tipo con empresarios, políticos y partes descompuestas de la dinámica social que a cambio de fortalecerlas las debilitan, las tienen atadas a una competencia desigual hecha a la medida del interés privado que las corrompe y del que deben desprenderse.

El momento es otro y aunque desigualdad, inequidad, exclusión e injusticia sirvan para explicar que hoy mas que nunca están dadas las condiciones y vigencia de la lucha armada para cambiar las cosas y derrotar a las elites, la sociedad y en particular la que compone la población potencial de las universidades publicas, igual que las victimas, ha renunciado a la guerra y su decisión es sin retorno. Las generaciones de profesores, estudiantes y trabajadores de hoy tendrán que actuar con convicción ética y compromiso político en la construcción de paz, usando su imaginación, creatividad, ciencia y solidaridad. Las armas no serán más el recurso legitimo para resolver diferencias y será la inteligencia la llamada a reencontrar el camino de grandeza de las universidades públicas. Esa es la mas importante conclusión para llamar a la universidad publica a reconstruirse, en colectivo y desde abajo, a aprender de los jóvenes que saben cambiar de dirección, adaptarse a las circunstancias variables, detectar de inmediato los movimientos que comienzan a producirse y a actualizar su propia trayectoria, porque de ella depende su supervivencia (Bauman, retos de la educación). La universidad por ser parte de las invenciones de la cultura tiene que reinventarse y rápido, repensarse de otra manera no solo en la escena meramente económica, como lo hace ahora, y crear poder para apuntar y aportar sus saberes y quehaceres con miras a construir una nueva ciudadanía de paz y una sociedad de derechos, situada por fuera de la trampa economicista.

P.D Con datos de la encuesta de cifras y conceptos 2017 (que no controlamos), estas columnas ocupan el segundo lugar de mas leídas en Boyacá, y con datos de periodicoeldiario.com, algunas superan 20.000 lectores. Así que Gracias por sus lecturas que representan afectos. Me corresponde seguir con disciplina esta tarea que alienta el alma y que por fortuna no cumple metas ni sube indicadores de nada.

Fuente del Artículo:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233704

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¿Cuáles son las 10 mejores universidades de Colombia?

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La nueva táctica del poder es crear una doble versión de los hechos

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez

Se ha convertido en común denominador invertir el sentido de las cosas para tratar de posicionar una verdad contraria a la que explica realmente una situación. La táctica política del poder (empresarios, directivas de instituciones, gerentes, financistas), es imponer “su” verdad (posverdad) creando una doble versión de los hechos, orientada a aislar la situación e impedir que la realidad de lo que ocurre sea entendida fácilmente. Crear una doble versión le sirve al poder para confundir y oscurecer, y aunque no es nueva, justo ahora, cuando el país oficialmente esta sin guerra, reaparece, para ocupar el espacio sin enemigos a los que antes se responsabilizaba de estar detrás de toda lucha para desvirtuarla. La doble versión es útil al poder para ocultar, negar y, desfigurar la verdad.

Como lo muestra la tendencia, la ausencia de guerra, empieza a ser cubierta con dobles versiones que dificulten establecer rápidamente la verdad de las cosas. En el régimen Uribe al amparo de la guerra la formula fue crear duplicidades de organizaciones (indígenas, sindicales, colectivos de abogados, asociaciones de victimas). En esta nueva etapa la formula es de dobles versiones para confundir, inclusive sobre asuntos venideros como el de candidatos presidenciales atados a partidos de sobrada ilegitimidad y cuestionamientos, que con una doble versión afirman no pertenecer a el pero contar con sus votos y maquinaria (Vargas Lleras, otros); así mismo los casos de magistrados, congresistas y jefes políticos acusados de paramilitarismo y corrupción que se declaran victimas y dilatan los procesos; exfuncionarios criminales que declaran persecución política (entorno del C.D).

Los ejemplos de las dobles versiones de lo que ocurre, ponen en evidencia que aunque cambie la percepción del presente, el control del poder y sus practicas sigue vigente, sostenida con el espíritu de guerra al que habrá que derrotar mas pronto que tarde. La ultima situación de doble versión corresponde directamente a la intervención del estado en un presumible crimen de lesa humanidad, que comprometería al presidente de la republica en su condición de jefe de las fuerzas armadas y nobel de paz, con el agravante de que la masacre ocurre en democracia y en ausencia de guerra. Se trata según la versión de las victimas, de la masacre ejecutada en Tumaco, Nariño, Sur de Colombia, contra civiles campesinos productores de hoja de coca (no de cocaína). Los campesinos, según su propia versión, fueron atacados y asesinados en estado de total indefensión por uniformados pertenecientes a las fuerzas armadas (ejercito y policía). Indican que hay de 8 a 15 muertos y mas de 20 heridos por impacto de bala. Los campesinos están movilizados reclamando, en justa causa, contra la erradicación forzada de cultivos de coca, y contra la represión desmedida de militares en su territorio, lo que resulta en los dos casos, contrario a lo pactado en el acuerdo de Paz de la Habana, que establece, que solo de manera consensuada entre el gobierno y los cultivadores se realizaría una erradicación manual y la sustitución de cultivos de coca por otros cultivos con garantías de comercio justo, a la vez que se entendía al campesinado como victima de un sistema de explotación mafiosa que los convierte en el eslabón mas débil de la cadena de narcotráfico.

La otra versión, la anuncio el presidente Santos, asumiendo la defensa de las fuerzas armadas acusada de este abominable suceso de barbarie. El presidente rodeado de la cúpula militar entregó el incuestionable libreto y sin mayor explicación pero con interés en aislar, señaló que los responsables estaban identificados y que se trataba de los alias Guacho y David, de quienes dijo que eran exguerrilleros, explosivistas y disidentes, que lanzaron cilindros bomba contra la multitud. La fiscalía y la procuraduría apenas llegan al territorio pero aun no aventuran conclusiones. La personera del municipio, precisó que todos los muertos y heridos tenían impactos de bala y que ninguno tenia rastros de esquirlas ni explosivos, y que tampoco se oyeron explosiones, además insinuó que curiosamente ningún militar de los que reprimía la movilización de campesinos resulto afectado, ratificando la indefensión de las victimas. Siguiendo la alocución del presidente ¿porque alias Guacho y David acusados de obligar y empujar a los campesinos a impedir la erradicación, tendrían interés en asesinarlos si justamente estarían haciendo bien la tarea?… Dos días después de la masacre, medicina legal informó que los asesinatos y las heridos fueron provocadas con proyectiles de alta velocidad.

El penúltimo asunto de doble versión es la existencia material de una huelga de pilotos de la aerolínea Avianca, quienes reclaman seguridades de vuelo, es decir, garantías para la seguridad de todos los pasajeros y, piden equilibrio de salarios entre los pilotos colombianos y los de otras nacionalidades pagados por el mismo holding, violando el principio de reciprocidad laboral y de que a igual trabajo, igual salario. La versión de los pilotos en huelga, corresponde al interés de un grupo de trabajadores, que aunque vayan con vestido de paño, quepis y corbata son explotados como todos los trabajadores del mundo y expuestos a la indolencia y voracidad de los empresarios capitalistas que propenden por mejorar sus propias ganancias y hacer crecer sus acumulados personales de capital a costa de lo que sea. Para los pilotos no hay medios de comunicación abiertos, ruedas de prensa, ni comentarios de expertos en su favor. Del otro lado esta la versión del empresario Aframovich, que controla la aerolínea y otras empresas insistentemente señaladas de exitosas. Su poder le sirve de patente de intimidación para afirmar que los huelguistas actúan como criminales y promete hacerles pagar cara la osadía de levantarse contra el. Las otras aerolíneas, el gobierno y los gremios se ponen de su lado, tratando de aislar a los huelguistas y algunos expertos analistas de su staff recaban sobre lo dicho y reproducen datos de vuelos cancelados y pasajeros afectados. Los medios repiten de memoria el libreto en noticieros, avances informativos, periódicos, hashtag, twitter y propagandas del “yo no paro”, yo quiero a mi país. La consigna es una sola: aislarlos, repetir hasta el cansancio que la huelga es ilegal y que los pilotos son responsables de toda desgracia previsible, que por su culpa caen las ventas por turismo, aumenta el desempleo informal, se reducen las carreras de taxis y hasta se destruyen las unidades familiares de quienes no logran volar.

Las dos versiones, una de pilotos (trabajadores) y otra del empresario (inversionista) quedan claras: Trabajadores reclamando mínimas garantías al derecho al trabajo cada vez mas degradado Vs Empresarios negando esos mínimos, aunque ahora son mas ricos y poderosos. El gobierno ofrece mediar con neutralidad, imparcialidad y objetividad, pero su ineficiencia, incapacidad y dependencia le impide separase del interés del capital, vende la idea de que es un paro ilegal, lo dice la ministra, lo repite el viceministro, lo titulan los diarios y los pilotos son presionados. Inversionistas y Gobierno acuden al poder judicial para utilizarlo como el esquirol de la contienda, con la misión de romper la huelga, sembrar miedo a la judicialización y culminar el proceso de criminalización de la protesta, con mensaje para todos los que luchan. El plan previsto es declarar ilegal la huelga para despojarla del sentido político de esta, como de toda lucha de los trabajadores contra el capital. La declaratoria de ilegalidad se dio, basada en una tesis rebuscada, imprecisa y carente validez teórica, al señalar que el transporte aéreo es un servicio esencial, lo que no resulta cierto primero porque viajar en avión carece de universalidad (no es para todos, como lo es por ejemplo el agua potable o caminar por un parque publico) y, segundo porque tampoco es un bien necesario como los alimentos o la vivienda.

Las dos versiones están en tensión, existe una huelga que reivindica derechos enfrentada al interés del capital empeñado en sostener sus niveles de explotación laboral. Ojala los tribunales llamen al empresario a responder por las amenazas contra los pilotos y por los intentos de impedir y quebrantar el derecho de huelga, que es derecho humano ratificado constitucionalmente. Es buen momento también para que la empresa sea monitoreada en el compromiso efectuado de que a cambio de que le suspendieran una investigación por presunta tercerización laboral ilegal, vincularía con contrato indefinido a tres mil empleados directos a partir de febrero de 2017, y ratificaba su compromiso de no volver a incurrir en formas de tercerización laboral ilegal violando derechos de los trabajadores y a eliminar otras conductas prohibidas en la normatividad.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232526

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