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26-S, por la defensa de la educación publica

Por:  Manuel Humberto Restrepo Domínguez

El 26 de septiembre se quedará en la memoria de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC, como el día de la mas grande movilización universitaria de la ultima década en defensa de la educación publica, y por garantías a los principios de autonomía, democracia y financiación con presupuesto del estado, por su carácter de universidad publica del orden nacional.

Treinta años atrás ocurrieron las revueltas por libertades en economía (1997), de la que quedó para la memoria la disputa entre base y deslinde. Hace veinticinco las movilizaciones fueron contra la represión del estado a la sombra del criminal estatuto de seguridad de Turbay, fiel a los mandatos de Santafé II, orientado a eliminar cualquier vestigio de foco comunista con tiras, infiltrados y esquiroles buscando y creando enemigos en residencias universitarias, aulas, cafeterías y calles, quienes ante la falta de “positivos” desaparecieron a un estudiante (Hernando Benítez) que llevó a la toma de la catedral de Tunja (el catedralazo). Y la otra gran movilización fueron las Malvinas, que sumo a familias, trabajadores y profesores con el lema “La universidad es del pueblo y el pueblo la defiende”, y emprendió la marcha hacia Bogotá, bendecida con una apoteósica despedida campal ofrecida por Monseñor Augusto Trujillo Arango. Se reclamaba del estado 411 millones para impedir el cierre de la universidad. Hace 20, 15 y 10 años se repitieron decenas de pequeñas revueltas y movilizaciones, por libertades, financiación y educación con contexto y calidad, que se concentraron en la confrontación al modelo neoliberal que impuso la autofinanciación, es decir la privatización económica, pero también ideológica y social, que paulatinamente legaliza a la universidad como agencia de negocios y empresa de servicios, a sus profesores como simples operarios productores de mercancías-conocimiento y a los estudiantes como clientes.

El 26 de septiembre, en una secuencia no lineal de su historia, los estudiantes contados por miles salieron a las calles de la colonial ciudad de Tunja a ratificar que la protesta es un derecho humano, pactado en 1789 y reconocido implícitamente en las normas de autodeterminación, lo que llama a observar que quien protesta está en su derecho e impedirla puede convertir a un funcionario o a cualquier agente del estado en violador de derechos, mas ahora que es tiempo para construir paz en colectivo, aprender a reconocer y respetar al otro y derrumbar los muros que restringen la democracia, no es tiempo de estigmatización ni de creer que quien se opone al poder es un enemigo a perseguir, intimidar o eliminar, como enseñaron el estatuto de seguridad y la seguridad democrática.

El 26 de septiembre se convirtió en un carnaval que le mostró a la ciudad, al país y al mundo que los estudiantes todavía no son clientes de una empresa dirigida por empresarios exitosos. El lunes 25 el recinto asambleario tuvo lleno total y con paciencia y argumentos repasaron la agenda por la defensa de derechos y garantías, que también recoge al profesorado que pone en evidencia el estado de avance en el desmonte de la carrera docente donde solo queda un profesor en planta por cada tres a contrato de reducidas garantías y, descubre una propuesta de reforma al estatuto docente que niega la figura del intelectual asociado al librepensamiento e impone la formula del funcionario docente que labora por horas y objetivos medibles todos, conforme al lenguaje y practicas mas neoliberales,

incluidas conductas homogéneas, controles y reglas insalvables de la economía del mercado.

La agenda común en curso, se sintetiza en la defensa del carácter publico de la universidad, traducido a democracia, autonomía y financiación, que salvaguardan el espíritu y naturaleza de origen de la universidad en su hacer político para tomar decisiones con participación de todos sus integrantes, y usar el control de aparato institucional para afirmar la autodeterminación sin injerencias externas sean estas políticas, jurídicas o económicas. Se parte de suponer que toda universidad publica (y por supuesto privada), actúa en el marco de la constitución y las leyes, pero con independencia de los poderes públicos, inclusive el judicial, y que sus planes no tienen que ser apéndices del programa político y electoral del poder político, ni vivir bajo la zozobra y el chantaje que le impone la competencia por indicadores para acceder a recursos. Para la UPTC la totalidad del presupuesto depende de los ingresos de la nación y de ello depende en mayor medida su condición de patrimonio cultural y científico de la nación, lo que le señala al pueblo su papel protagónico para defenderla como derecho y deber ciudadano, sea con foros o con la protesta como derecho humano, con el fin de derrotar una concepción que esta privatizando la vida misma, a la que trata de enajenar y corromper. La lucha global es contra la ideología del capital, e interna contra los mecanismos de privatización y captura de la democracia por redes y sistemas contrarios a su orden, pero también es un llamado a fijar responsabilidades sobre quienes con sus erradas actuaciones han provocado el desastre de la desfinanciacion y tomado el control de la institución ampliando el déficit democrático.

La movilización del 26 deja esperanzas que permiten renovar la idea de que es posible, viable y necesaria la lucha por la gratuidad, teniendo en cuenta que los recursos por matriculas de pregrado representan menos del 12% del presupuesto y los recaudos por venta de servicios, convenios y posgrados representan mas del 50%. No es totalmente cierto que la gratuidad provoque mas desfinanciacion, el debate esta abierto y su tratamiento depende de la concepción que se escoja para mirar la complejidad de esta situación que va mas allá de las sumas y restas sin contexto, asépticas y lejanas a un pueblo empobrecido, que olvidaron los consultores externos. La gratuidad existe, incluso en países con capitalismo desbordado, la tienen universidades publicas del continente en Ecuador, Argentina y Uruguay y en no menos de 10 países de la Unión Europea entre otros y es buen momento para que la universidad convierta la energía de sus luchas en una agenda común, que convoque por esta vez, a las directivas a ponerse del mismo lado en la defensa del bien publico llamado UPTC y que el momento de crisis e inicio de la implementación de acuerdos de paz, sirva para llamar al gobierno a privilegiar la inversión de recursos en educación universitaria, antes que alimentar los mismos sistemas de corrupción nacionales y locales o dilapidar impuestos en ejércitos para la muerte.

El 26 de septiembre de 2017 se quedará, en todo caso, en la memoria colectiva de las luchas universitarias y en la retina de la sociedad con la imagen de miles de estudiantes en las calles demostrando que la protesta colectiva es un derecho y una herramienta política fundamental para seguir defendiendo la universidad publica, que es del pueblo y que el pueblo defiende.

Fuente noticia: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232226

Fuente imagen:  https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/09/DKu_JofW4AEjjJ5-720×514.jpg

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Se acelera la privatización de las universidades públicas

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

Por ejercicio de comparación entre lo que pasa esta semana de septiembre en en las cuatro grandes universidades publicas de carácter nacional que le quedan al país: Nacional, UPTC, Pedagógica y UNAD (No se incluye la militar por sus especificidad) se podría mirar un recuadro del todo y señalar algunos apartes como que: Es septiembre, mes de amor, amistad, reconciliación, perdón y regreso a la vida desarmada de la insurgencia mas grande y sostenida, mes de firma de otro cese de fuegos estado-insurgencia, mes de la Asamblea General de Naciones Unidas donde Trump habla de muerte y Santos dice que esta bien, pero que no dijo eso. Entre paradojas e incertidumbres, las Universidades publicas están desfinanciadas en mas de 14 billones de pesos, la privatización continua y la aplicación de políticas neoliberales no da tregua, y se preparan las resistencias para defender como sea la Educación publica, Gratuita y de Calidad.

Esta semana la Universidad Nacional de Colombia, cuyo campus universitario es de 115 hectáreas en forma de búho, (parcialmente respetado por planificadores y diseñadores) es sin duda el mas importante del país. Forma en ciencias técnicas, sociales, artísticas y humanísticas, hay debate por ideas y concepciones y se puede encontrar el mayor numero de doctores y especialistas por metro cuadrado. Hasta ahora es la que mejor ha entendido y defendido la Autonomía, la democracia interna y la separación del gobierno, y mantenido al margen al clientelismo y la corrupción. La Nacional, la Nacho esta de cumpleaños: 150. Y ha recordado que en sus aulas dejaron huellas Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel García Márquez, Virginia Gutiérrez, Jaime Garzón, Marta Traba, Camilo Torres Restrepo, Jaime Pardo Leal, Gerardo Molina, Eduardo Umaña Luna y ratificado que el pensamiento critico nunca puede ser desterrado ni perseguido porque es creador de la conciencia de la nación y porque es en el dialogo de saberes que se construye un saber orientado a mantener viva la rebeldía basada en un proyecto de transformación justa de la sociedad. Ha recordado también que quienes ofrendaron sus vidas lograron que la Nacional siga siendo patrimonio de todos los colombianos y que debe seguir siendo un centro de referencia ética y académica para consolidar esfuerzos por la paz del país.

El Rector de la Nacional, ha manifestado que la libertad de cátedra y de expresión son parte esencial para que se produzca un encuentro de ideologías que conversan y engrandecen el pensamiento y ha reclamado con dureza al gobierno por su desatención con frases contundentes como que “de tanto ahorrar en educación nos hemos hecho ricos en ignorancia” (entrevista a rector: semana.com, sep. 2017). En su cumpleaños todos sus estamentos han juntado esfuerzos para que la música, el arte, la alegría y su legado de luchas superen los acostumbrados programas acartonados y especiales de aniversario que desvirtúan el sentido universitario y favorecen a clientelas y burócratas.

Otra universidad es la Pedagógica Nacional, que esta semana produjo desde el Consejo académico un comunicado publico a la comunidad universitaria y a la opinión publica del país para denunciar y convocar a la movilización por la deficitaria y alarmante situación presupuestal que se incrementa para las universidades estatales del país, por recientes decisiones del gobierno Nacional, que no corresponden en la realidad. Los anuncios mediáticos de una adición de 162.500 millones no compensan la perdida de recursos. El comunicado del cuerpo directivo de la academia, incluido su rector, coincide con el de la Nacional al denunciar que la privatización esta en marcha y que programas como ser pilo paga es una estrategia excluyente y de abandono a la universidad publica. Las directivas de la Pedagógica denuncian la presión del gobierno para el logro de acreditaciones que trasgreden la autonomía y expresan enérgicamente su rechazo a las prácticas del gobierno que desprecian a la universidad publica y la conducen a las crisis e incluso al cierre ineludible de algunas de ellas. Las directivas en síntesis convocan a manifestarse públicamente y con movilizaciones masivas (comunicado emitido en Septiembre 17 de 2017, firmado por rector y secretario).

En la UNAD, la inercia y separación entre directivos y los demás sigue igual. Los anuncios de nuevos señalamientos de plagio contra el rector y conclusiones como que que “Las políticas académicas y presupuestales de sus directivas, han atornillado el futuro de esta universidad” (las2orillas.com, marzo 2016) no pierden su vigencia. Los estudiantes pasaron de ser 75000 a 48000 y la explicación mas inmediata es que es resultado de “ los escándalos por contrataciones, elección del rector y su cuantioso patrimonio, así como malos manejos en cuanto al presupuesto en su sede de la Florida, Estados Unidos…. medidas de recorte presupuestal que han originado un impacto en la calidad de la educación… y disminución del personal administrativo, la eliminación de cargos a nivel local que servían para orientar a los estudiantes dentro de un modelo educativo diferente, a cambio de aumentar el número de cargos burocráticos en cabeza de nuevas vicerrectorías” (ibíd.). Se denuncia que las directivas son las únicas responsables del fracaso de que la universidad pensada inicialmente para incorporar a quienes habían superado su juventud o eran en la practica victimas de la exclusión del sistema se formaran en una profesión asociada a su vida cotidiana y lugar de vida.

En la UPTC, la situación del momento, trae el lastre y rastro tanto de la destitución por orden judicial del rector anterior por una reelección indebida, como la consolidación de un Consejo Superior basado en practicas ajenas a la academia misma. Se puede sintetizar que se mantiene la brecha de concepción y horizonte entre directivos por un lado y profesores y estudiantes por el otro. Los trabajadores apenas digieren una reforma administrativa nada trasparente cuyo proyecto fue contratado con una empresa de negocios familiares con origen en envigado. Las asambleas biestamentarias de estudiantes y profesores son la parte central de la agenda semanal, mientras la Nacional celebra, la Pedagógica convoca y la UNAD hace silencio.

Las asambleas generales de profesores y estudiantes, sindicato de ASPU y grupos estudiantiles de la uptc reclaman por la formalización de docentes, caracterizados por la ley 30 de 1993 como ocasionales, que representan cerca del 70% del total del profesorado, lo que constituye el problema fundamental y estructural que debe resolverse con mayor urgencia y al que se ha dejado avanzar sin respuesta ni preocupación. Los estudiantes por su parte encuentran poca trasparencia y claridad, en un proyecto de recobro de matriculas, que pone al descubierto una perdida de la autonomía y capacidad, al quedar a merced de una orden judicial, sin que lo propuesto responda a lo que se necesita. Los contratistas también externos han presentado fragmentos de modelos sin terminar, que apuestan a dividir a los estudiantes entre quienes pagarían mas y quienes pagarían menos, pero conservando intacto el espíritu excluyente y discriminador entre carreras y entre diferentes, es decir recomponer adentro el modelo sin afectar el equilibrio presupuestal o en su defecto hacer ganador al modelo, no a los estudiantes, ni al carácter publico.

Las directivas parecen al margen y planificando para otra realidad, la de indicadores que dista de la real. El Consejo Académico desde hace un año y ante su nefasta participación en la solución de la crisis por designación de nuevo rector, que entre otras tuvo el record de cerrar la universidad dos veces en un solo mes, ha sido declarado interlocutor no valido, ilegitimo para tratar los problemas y del Consejo Superior se cree que padece Autismo, vive ensimismado en afianzar clientelas y mantener inalterables sus cifras electorales decisorias de 5 a 4 en el que basa su autoritarismo y reeleccionisno.

Mientras en la Nacional celebran con música y abrazos en la plaza Che a convocatoria de directivas, profesores y estudiantes; en la Pedagógica las directivas, estudiantes y profesores convocan a la movilización para enfrentar la privatización; en la UNAD, profesores y estudiantes prepararan sus próximas batallas a escondidas de las directivas y; en la UPTC, la lucha conjunta por la defensa de la educación publica, la autonomía, la democracia y la formalización de docentes que desde ya impulsa la preparación un paro universitario para celebrar su cumpleaños es atravesada por una protesta llevada a las calles de Tunja, en la que el SMAD arremete contra estudiantes.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231857

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Es tiempo propicio para retar a la burguesía

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguiez

La sentencia del manifiesto de 1848 respecto de que “el gobierno del estado moderno, no es mas que una junta que administra los negocios comunes de toda la burguesía”, no deja lugar a equivoco. Efectivamente es así la cruda realidad que tiene sometido al país a la mas aguda degradación política. La guerra solo había dejado al descubierto las cifras de la tragedia, pero había ocultado los móviles, los modus operandi y los centros de decisión y responsables de las prácticas de poder tan descompuestas como criminales, que se concretaban en la venta de fallos judiciales, compra venta de resultados electorales, financiación de campañas electorales con recursos ilícitos, asesinato sistemático de opositores, desaparición forzada por odio político y racial, legalización del despojo de tierras y bienes ante jueces y notarios, entre muchas actuaciones que han puesto al descubierto que la iniciativa histórica de la burguesía no era la búsqueda del progreso y felicidad del colectivo humano llamado Colombia, si no su propia felicidad completada sin escrúpulos con saqueo e ingenio para detener los repetidos avances armados y desarmados por la emancipación.

De repente ante los vientos de cambio las partes en descomposición de la burguesía son de tal magnitud, que anuncian que es la totalidad del sistema político y del control del estado el que esta mal y que la concepción, métodos y medios que utiliza son incompatibles con el propósito de construcción de paz estable y duradera, a la que no quieren dar crédito y tienden a enredar en su propio entramado. El momento oportuno del pueblo bien puede ser ahora, de inmediato, sin alargues, ni demoras por tratar de completar un programa político único o rediseñar la ruta social mas adecuada.

Las elecciones de 2018 serán la ultima oportunidad política de encuentro entre la generación naciente de milenios y jóvenes que crecen en una sociedad de cansancio en la que se creen en libertad aunque aparezcan encadenados como prometo y de otra la generación que esta de salida, que trae las experiencias de sus luchas civiles y armadas, las batallas callejeras de los años 70, la capacidad de sobrevivencia ante el asedio paramilitar de los años 80 y 90 y las desesperanzas del fin del siglo. La organización política y social popular sabe bien que sus grandes activos son su capacidad de resistencia por la dignidad y su convicción ética y de respeto por la vida y tienen claro que habrá que ejercitar el poder de otra manera, que esta vez no podrá buscar su independencia con la misma brújula que le ofrecen los ladrones y que habrá que confluir y promover el ascenso al control del aparato de estado y sus instituciones, salir de la pura agitación y entrar al trasfondo de tomar el poder como objetivo de inmediato plazo, sin distraer la atención ni dispersar el foco entre incontables tareas.

La burguesía herida de muerte trata de encontrar un referente para completar el ideal democrático, pero sus modos de acción coherentes con un solido sistema de corrupción y clientelismo, le resultan incompatibles con el estado de derecho y la sociedad de derechos. La burguesía, encarnada en las elites en el poder, políticamente esta asociada a los dos partidos tradicionales: liberal y conservador, y una lógica de centro derecha orientada por no mas de 200 familias que actúan juntas o por partes para eternizar su existencia, mantener vigente su electorado regional y nacional, mantener el control de las fuentes de riqueza en bienes y poderes y, sostener vivos los contenidos patriarcales, la interdependencia con la iglesia y la fuerza militar. Su poder le permite decidir totalmente desde los mínimos detalles para la construcción de una vivienda hasta la destrucción planificada de un pueblo entero, con todas sus consecuencias de terror y sufrimientos porque “ha hecho de la dignidad un simple valor de cambio” y sigue a la letra los mandatos del capital trasnacional, recitando sin pudor el consenso de Washington, los mandatos de la OCDE, la OEA y la OTAN, y aplaudiendo los TLC y el éxito de los mafiosos que legalizan capitales porque “sustituyo las numerosas libertades conquistadas por la única y desalmada libertad de comercio”, sin importarle que donde la gente clamaba por comida quemó el arroz y contaminó las aguas y donde escaseaba la salud cerró hospitales para refinanciar bancos y donde había miseria instaló batallones que convirtieron a los hambrientos en bajas en combate. “En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación descarada, directa y brutal”

La burguesía define entre los suyos a los que habrán de gobernar, desde niños identifica quienes serán presidentes, cancilleres, ministros, candidatos, empresarios o destacados militares. Padres, hijos y parientes se turnaron los cargos de poder del ejecutivo, el legislativo y judicial, durante el medio siglo de guerra, se casaron entre sí, formaron empresas familiares, contrataron o se independizaron, para en todo caso, reproducir poder y capital, repartido entre sonoros apellidos como Pastrana, Gaviria, Galán, López, Lleras, Santos, Holguín, Uribe, Samper, Valencia, que hace tiempo dejaron claro que no tienen contradicción insalvable para asegurar en la paz lo que la guerra les dio.

La burguesía también “ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al medico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados”. La ciencia ya es otra mercancía y los científicos simples adjetivos al servicio de la nueva colonización, alejados del ímpetu por una epistemología del sur y exaltados por su capacidad para abrir nuevos mercados. De las vacunas importa que sean rentables, de los agroquímicos aunque maten humanos, suelos o aguas que se vendan. De la riqueza minera que se extraiga lo que no pudo el genocidio de hace 500 años y que sus migajas en regalías financien mas investigación aunque esta produzca humillación. Del derecho no importa la justicia, importa el temor a la ley que revalorice el trafico de decisiones judiciales.

A la burguesía le interesa inmovilizar las resistencias, las indignaciones, las rabias contenidas y las emancipaciones que vienen desde abajo, pero también destituir intelectuales y posicionar académicos que no hurguen en las estructuras del poder, y reproduzcan el sistema aniquilando toda posibilidad de acción y degradando al ser humano a su condición de animales trabajadores. Es momento político para entender en colectivo que “ser libre no es otra cosa que realizarse mutuamente y que mientras se compite, cada uno en lo suyo, el capital crece, gana, disuelve la multitud” y elimina la posibilidad de distinguir entre los que tienen el poder gracias a la guerra y los que dejan la guerra para hacerse al poder y sobre todo tiempo para comprender y sumar fuerzas en unidad para que el país empobrecido no sega teniendo a sus hijos como única posesión ni que su existencia política se reduzca a seguir perpetuando con su indiferencia o interés propio el poder de quienes apenas históricamente se encargan de garantizar su reproducción biológica negando la posibilidad de vivir libres de carencias y humillaciones.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231027&titular=es-tiempo-propicio-para-retar-a-la-burgues%EDa-

 

 

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Invasiones y terrorismo, 5.000 soldados para las guerras ajenas

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

Las elites de la clase política global, estudian, diseñan, formulan y trazan la política a seguir en cada nueva intervención político-económica-militar. La elite, situada en el Pentágono, la Casa Blanca, la Torre Trump, el G-7, configura ideológicamente el plan a seguir. La base de esta planeación estratégica, con análisis de escenarios, alianzas, costos y beneficios, distribución de poder y proyecciones, se resume en definir al enemigo de la seguridad y la paz global al que hay que combatir. El paso dos del proceso de planeación se orienta a comprometer a otros, al lobby diplomático, las visitas in situ (como la reciente de vicepresidente Mike Pence el 13 de agosto para hablar entre otros de Venezuela, Irán, Rusia y pedir que se corten relaciones con Corea del Norte), a crear vínculos con gobiernos, formaciones políticas (especialmente de derechas), trasnacionales, organizaciones multilaterales o incluso ONU, OEA, medios de comunicación y grupos de opinión, sobre los que se descarga la idea de que en la siguiente etapa de destrucción se hará lo que la opinión pública quiere que se haga porque la democracia lo exige y la seguridad lo necesita.

La siguiente etapa que es de destrucción, inicia con la injerencia de la matriz mediática insistente, incisiva, redundante, imparable, y la ocupación del terreno en todos sus componentes (político, social, económico, cultural), nada distinto al proceso de invasiones a América con conquista, evangelización y colonización. La tarea queda a cargo de ejércitos, tropas y novedosos aparatos asesinos no tripulados, que componen la intervención militar, en la que a las elites les resulta útil comprometer a un buen numero de países, gobiernos y estados que cumplan tareas directas, se hagan visibles, atiendan ordenes de campaña y extiendan el marco de posibilidades para que las consecuencias ya previsibles de retaliación con acciones terroristas sean también redistribuidas.

La tercera etapa es de reconstrucción, en la que se juega a fondo el orden económico global estrechamente vinculado al capital financiero. El modelo de invasión se termina interpretando como de guerra asimétrica, en aplicación de la Ley Patriot de 2011 y de la guerra preventiva que derrumba las barreras y limites entre lo civil y lo militar, entre lo político y lo económico, entre la vida y la muerte, que a la vez destituyen el orden legal del DIH y de los derechos humanos y termina por imponer la premisa de que no hay derechos ni garantías de protección para los declarados enemigos sean pueblos o personas. El objetivo de las elites globales y en escala locales, de su metódica planeación, destrucción y reconstrucción, es obtener el control total de la población, el territorio y las riquezas, cambiar reglas y someter al orden hegemónico ideológico y cultural.

Los invasores, que impiden cualquier expresión de levantamiento p

opular de resistencia, esperan una contraparte que les permita legitimar y mantener sus acciones de guerra, y empujan para obtener respuestas de tipo terrorista, de cuya existencia son sus responsables. De esta manera los civiles dejan de existir y con ellos el sentido del sufrimiento de las victimas. El agresor puede ser cualquiera y la victima también, los mercenarios se llaman ahora contratistas y los contratistas no entienden de ética ni legitimidad. Las invasiones y las acciones de respuesta asimétrica de tipo terrorista, llevan implícito el regreso de la ley del talión, en tanto que si un país ataca a otro, queda expuesto a ser atacado con la misma ferocidad por quien quiera proclamares representante de una comunidad, pueblo, minoría o grupo y puede también o no tener conexiones globales.

El que ataca como parte de un ejercito de invasión, no recibe ordenes directas si no que cumple misiones y entenderá que la destrucción es un daño colateral necesario, sea de vidas humanas, bienes culturales o infraestructuras y el que ataca en acción terrorista entenderá que responde a una venganza. El que ataca como parte del ejercito invasor representa a su país de origen sobre el que recaerán las retaliaciones por donde menos lo espere. Un soldado en guerra ajena inscribe el nombre de su país como territorio próximo de la retaliación. Cuando la acción terrorista no se hace posible en el lugar geográfico del invasor, el ataque podrá producirse en cualquier parte con alguna representación global donde se junten nacionales de distintos países, como sitios de peregrinación, grandes superficies, parques públicos, sitios turísticos, centros culturales o deportivos, calles, avenidas, fiestas populares, iglesias, mezquitas, sinagogas. Basta que haya escarnio y el dolor genere mas rabia y menos tolerancia, que despierte pasiones y desate lo menos humano de los humanos, que active el imaginario de que en cualquier lugar hay un enemigo anunciando que el que ataque también será atacado, a su tiempo, en el momento preciso.

Son guerras inventadas, planeadas para mantener al mundo bajo estado de excepción, (estado de sitio del que Colombia es su precursor en democracia), para acelerar la velocidad de expansión del capital triplicado en papeles especulativos; desestabilizar independencias; sostener la desigualdad global y local que muestra a menos de millón de humanos dueño de mas de la mitad de todo lo que existe incluida la profundidad de los mares y la inmensidad del infinito ante varios miles de millones que sobreviven con hambre, sufrimientos y carencias. La desigualdad acoraza a la arrogancia del poder que queda libre para extender el capital especulativo, los nuevos instrumentos financieros, las tecnologías y el despojo de las riquezas materiales que sostienen la vida humana y del planeta.

Las de hoy son invasiones asimétricas, guerras inútiles alimentadas con odios, con mitos morales y discursos espurios de buenos y malos, con mentiras, con falsos temores que provocan miedo y hacen que las mismas victimas se encarguen de pedir mas control, mas seguridad, aunque esta traiga consigo socavar derechos y eliminar libertades. Los cambios en la morfología de la economía y la política globales, ponen al descubierto un modelo ideológico que promueve la guerra cotidiana, que desestabiliza la idea de que “para alguien pueda existir lo cotidiano fuera del espacio y el tiempo de la guerra” (Appadurai, 2007). Lo inalcanzable y despiadado de las fluctuaciones del capital resulta tan lejano y tan solido en su capacidad de controlarlo todo, que desborda los antagonismos que antes lo enfrentaban y eliminan los espacios para confrontarlo y ponerlo a debate. Es en la mitad de estos cierres e intolerancia que surge el terror celular, individual o colectivo con capacidad de globalizarse y reemplazar por violencia cualquier salida de paz como pilar de la vida cotidiana. El terrorista reclama representar la incapacidad de los pueblos para resistir tanta muerte y humillaciones.

La terrible noticia para Colombia, es que aparte de incumplir la palabra empeñada para responder al compromisos de la paz firmada, de soslayo abra las posibilidades para participar en otras guerras del lado de los invasores y se disponga a enviar 5000 soldados como carne de cañón y a costa del erario a perseguir enemigos señalados así las elites de la clase política global, que con xenofobias, discriminaciones y odios extienden una política de ultraderecha global basada en intervención, injerencia y violación de la soberanía y libre autodeterminación de otros pueblos. Quizá rememorando el envió de tropas en 1951 para empezar la guerra fría, Colombia envió a corea a casi 5000 soldados a impedir la expansión del comunismo, aunque no sabían donde quedaba, sin embargo entre el casi cercano medio millón de victimas murieron 196 y mas de 400 quedaron heridos y olvidados. Resulta poco comprensible que el presidente Santos que ha cosechado logros políticos y sociales en nombre de la paz y obtenido un premio nobel dedicado a las victimas y ofrendado a la vida, incentive, promueva y conduzca soldados campesinos a guerras ajenas de las que no todos regresarán, en las que hay destrucción, muerte, sufrimiento y también retaliación terrorista. ¿Cual democracia hay que defender en territorios ajenos, si aquí todavía no funciona?, ¿cuales derechos hay que devolverle a otros pueblos si aquí todavía no es clara la idea de ser humano que estamos construyendo y que no dejamos de violentar?, ¿Cual terrorismo hay que salir a combatir, si aquí la barbarie supera lo imaginable y borra sus huellas con nueva barbarie?.

Nada justifica las acciones orientadas a producir terror y todas son condenables, repudiables. Tampoco nada justifica las intervenciones abiertas y encubiertas que desestabilizan la vida, provocan la muerte y alientan que la intimidación, el temor y el miedo se apoderen de las vidas y las mentes de los inocentes. Es por lo menos incoherente con la paz en construcción llevar soldados de estas tierras a combatir en tierras ajenas, porque mañana vendrán los expulsados de allá y crecerá la xenofobia, la rabia, el odio y entonces basta con una acción terrorista. Ese es el plan, el circulo vicioso que crea el capital con soldados que matan y mueren, con terroristas que envilecen y también son asesinados, civiles expuestos de lado y lado y elites que distribuyen réditos políticos y riquezas, impidiendo entender que no puede seguir siendo cierto que los buenos sean buenos porque matan a los malos. La lucha hay que ganársela a toda intervención, a toda violencia, a toda agresión imperial y de venganza.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230496&titular=invasiones-y-terrorismo-5.000-soldados-para-las-guerras-ajenas-

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Poder y nuevas resistencias universitarias

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A la cotidianidad de las Universidades publicas colombianas, en lo corrido del siglo XXI, le fueron paulatinamente incorporados como asuntos sin respuesta, elementos estructurales de crisis evidentes en el déficit acumulado superior a 13 billones de pesos, el 60% de la planta profesoral y de trabajadores a contrato, la creciente brecha tecnológica, la deficitaria investigación que crece en cifras pero no en avances de frontera, la creciente cifra de jóvenes sin acceso a la universidad, el modo de gestión privada, la separación radical entre academia y administración, el marketing de titulaciones rentables y la imparable deserción que oscila entre el 30 y el 50%. Estos problemas que son estructurales fueron incorporados mediante la instalación de una manera especifica de gobernar, que obedece a un sistema cerrado de poder, que esta ahí para quedarse.

La sumatoria de problemas está asociada al modelo económico neoliberal, que convirtió al conocimiento y a todos sus componentes en mercancía, y a la gobernabilidad en un asunto de control político de oponentes, excluyendo la pluralidad y provocando el silenciamiento a las formas de resistencia de la comunidad académica de profesores y estudiantes y de funcionarios y trabajadores. Este sistema de poder aplica una novedosa fórmula de respuesta y ataque que combina, según la capacidad de su oponente, técnicas de presión, represión o seducción. Este poder empuja a la fragmentación por problemas de sectores, de grupos, de números pequeños fáciles de controlar. Su centro de interés principal es impedir la unidad del todo universitario. El modo de decidir y controlar responde a la estructurada de una máquina organizada de poder inescrutable, que tiende a minimizar cada problema y a darle por separado un tratamiento técnico paliativo valorado por costo beneficio.

A pesar de la instalación y solidez de esta forma de poder, los problemas están ahí, no son estáticos, se amplían y por efecto de acumulación tienden a reventar su envoltura de formalidad a la que son sometidos. La percepción de los problemas y la forma de tratarlos cambia y en buena medida inciden los vientos de paz, que a medida que se acerca el acuerdo definitivo del fin de la guerra conducen a creer que habrá una repotenciación de la lucha social universitaria, de la que se esperan modos de acción alternativos, capaces de provocar un rápido y generalizado ataque contra las técnicas del poder que toma de manera unilateral y a veces unipersonal las decisiones.

Un punto de confluencia del conflicto social universitario es el estado de ilegitimidad sobre el sentido, significado y estructura de los Consejos Superiores, a los que anuncia como corresponsables de propiciar, modular e imponer una manera de gobernar y tomar las decisiones académicas basados en fundamentos ideológicos de partido y alianzas de poder tradicional, que le restan valor y contenido a los fundamentos de la vida académica, científica y cultural como la ética, la política, la democracia y el resultado de sus mismos estudios científicos. Las decenas de recurrentes comunicados anuales de estudiantes, profesores y trabajadores coinciden en rechazar, convocar y llamar a la atención y solución a los mismos problemas, cada vez mas hondos, que el orden del día oficial evade. Estas actuaciones le sirven para: poner en retirada las voces adversarias y acelerar la privatización (la autofinanciación supera los limites del 50% de los ingresos); forzar la despolitización (reducción de sindicalizados, fragmentación de grupos y colectivos, control de representaciones, cooptación de adversarios); y la segmentariedad de la estructura del sistema, dividiéndolo en múltiples partes que debilitadas son presa fácil del control. Esta dinámica de poder resulta contraria a la academia y se extiende llevando inclusive a las universidades a hacer tareas de ONG, cumplir funciones de alcaldía, ofertar cursos y diplomas por mercadeo, vender de todo tipo de mercancías disponibles en su shopping y crecer para debilitarse aún más.

Parte del programa de la máquina inescrutable de poder ha sido aislar las resistencias políticas, de pensamiento crítico y de acción gremial y sindical, provocándoles fisuras, desconfianzas y desesperanzas o sometiéndolas al acoso y amenazas a la estabilidad laboral o enfrentándola a argucias legales de intimidación que minen su potencia. Al aislamiento (guiado por el esquema de individualización del derecho penal sobre el presunto sindicado) sigue el programa de premios a la adhesión y castigo a la independencia. En los cuerpos colegiados, en los que descansa el espíritu colectivo, los estamentos pierden su identidad y devuelven dicho concepto y prácticas a su origen medieval y los elegidos llegan prefabricados o son incorporados al centro del poder.

En el modo de acción del poder, que resulta tradicional e intolerante, se observan tres niveles: de centro, de mando o potencia, donde se reproduce el programa de poder superior de partidos o de alianzas y se define lo esencial, lo macro (Estado-Sociedad-Universidad), el largo plazo de la continuidad, allí actúan el Consejo Superior y el Rector; de Difusión, formado por centros intermedios, que distribuyen las orientaciones del centro de potencia, opera en lo micro (Universidad-Facultades) y actúa sobre las acciones de los miembros de la comunidad académica, allí se destacan altos directivos, decanos; de transacciones generales (escuelas y programas e instancias de control, propaganda y otros agentes internos y externos), que intervienen –aparentemente- por separado a través de instancias complementarias de beneficio, compensación, control, jurídicas, de bienestar.

Evidentemente hay un poder estructurado e inescrutable, y seguramente será la movilización social la que se encargue de activar la agenda de lucha social universitaria que impacte con otras y acentradas formas de poder, construidas en colectivo y desde abajo, y con perspectiva de rediseñar una universidad en y para la paz (sin el referente de la lucha armada). Reinventar modos de acción y y recuperación simbólica y real de lo público, lo ético, lo político, lo común y frenar la culminación del proyecto en curso orientado a hacer fracasar a las universidades públicas en su naturaleza pública y democrática y llevarlas a la quiebra como proyecto político académico de la sociedad.

El reinicio de la movilización social universitaria inevitablemente tendrá perspectiva de paz y derechos, y será en el movimiento mismo –no en la inmovilidad, ni con base en un programa previo- que se formule su agenda global y propia, integrando a sus contenidos la larga lista de reivindicaciones aplazadas, conquistas degradadas, derechos a medio camino, pero a la vez que enfrente de manera directa en el presente inmediato a los responsables del daño estructural provocado a las universidades y devele las maniobras de control del poder que subyace en las decisiones.

La brújula indica un norte de movilización a partir de iniciativas comunes y de nuevas formas de lucha como base de una era universitaria naciente, que conserve la memoria de luchas y conquistas como Córdoba, Argentina, de 1918, Mayo Francés y Mexicano de 1968, y la resistencia a la barbarie en Colombia, más las experiencias concretas de cada universidad.

Fuente: http://prensarural.org/spip/spip.php?article19338

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Pacto Universitario por la Paz y llamado a su recuperación intelectual

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

El 10 de septiembre de 2016, representantes de 18 universidades publicas con presencia en las regiones de Colombia y 4 institutos universitarios se reunieron a pensar y formular una ruta de trabajo común hacia la implementación de los acuerdos y consolidación de una paz estable y duradera. El Centro de Pensamiento para la Paz y el Ministerio de Educación Nacional, abrieron el espacio que culminó con una agenda regional. El primer acuerdo fue un documento llamado Manifiesto Publico Universitario de Girardot sobre Regiones y Paz, mediante el cual la Educación Superior Publica es ratificada como parte vital y necesaria para promover la humanización que exige la paz en sus localidades y regiones. Las universidades comprometieron sus esfuerzos para trabajar con el mas hondo sentido ético, político, científico y cultural, en aras de impedir que uno solo de recursos genere mas victimas o sea arrebatado por agentes de poder para sus fines particulares.

El 9 de febrero de 2017, siguiendo el trazado del Manifiesto de Girardot, los Rectores de esas mismas universidades y 5 mas, asumieron el compromiso público de apoyar Institucionalmente las tareas de construcción de paz, mediante la firma del Pacto Publico por una Educación Superior Para la Paz, que avance como una Red de Educación Superior por la Paz, en la implementación de los acuerdos de paz firmados con las FARC y en curso con el ELN. Con este pacto quedan vinculados el Ministerio de Educación Nacional y las Universidades Nacional (Bogotá, Arauca), Choco, Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), Cauca, Nariño, Amazonia (Leticia), Popular del Cesar, Cauca, Cundinamarca, Guajira, La Paz (Barranca), De Pamplona, Francisco de Paula Santander, Sur-Colombiana, Magdalena, De los Llanos, e Instituciones como Educación Rural (Pamplona), Tecnológica del Putumayo, Instituto del Deporte entre otros.

La iniciativa del Manifiesto quedó disuelta en el Pacto y se espera del Gobierno la ratificación efectiva de compromisos y búsqueda de conversión de los acuerdos a políticas publicas, que ofrezcan un comportamiento Institucional articulado y atiendan aspectos urgentes como la financiación de las universidades publicas, respeto por la autonomía, garantías laborales al profesorado y trabajadores, y sobre todo, el cese de hostilidades ejercidas a través de la política educativa actual que asfixia con presiones de ampliación de cobertura y formalidades de acreditación y otras gestiones inconexas que bloquean las ideas y responsabilidades sociales de las universidades en cada región.

Las Universidades a la vez aceptan el llamado a asumir responsablemente su participación en la construcción de paz con justicia social y reconocimiento de derechos. Estos compromisos crean un marco de condiciones para que las universidades demuestren ser los referentes éticos reales a las que las victimas puedan acoger sin recelo y las nuevas formaciones políticas sin desconfianza. Hacia adentro tienen el encargo de revisar sus concepciones de poder, eliminar prejuicios, estigmas y maneras autoritarias de comportamiento excluyentes. Es un buen momento para que sus órganos de gobierno promuevan la recuperación de la función intelectual de la universidad y del pensar y actuar en colectivo e impulsen la función del conocimiento como herramienta de transformación de las relaciones de desigualdad y discriminación que padecen las amplias mayorías de población.

Es momento también para que el intelectual universitario, el sujeto académico, se haga oír, suscite debate y controversia, se exponga en el debate publico con sus escritos, con su verbo, con sus logros científicos y culturales, recupere la dialéctica y el argumento y abandone el aislamiento provocado por la muerte que rastrillaba al país eliminado oposiciones. Los intelectuales constituyen la base que da solidez a las universidades, que entiendan que su grandeza no esta en sus métodos de medición, ni sus capacidades técnicas, ni sus edificios inteligentes y menos en los maquillados informes de pacificación y buen vivir fabricado por expertos. La grandeza esta en su capacidad para decir y hacer en la ciencia, la cultura, el humanismo y la técnica con la verdad y con convicción ética.

Los lugares de la función intelectual están atrapados por las estrictas técnicas de aula empeñadas en sacar adelante el saber por fragmentos y resultados llamados hoy productos académicos, que aunque no impacten la realidad, ni refuten o complementen teorías endurecen mitos mercantiles como la indexación, citación, acreditación y certificación, que por su reputación intimidan e invalidan la potencia de las universidades de menores recursos y capacidades, que son en esencia las que pueden prestar su mejor concurso en la construcción de paz real. Estas formas que impregnaron la cultura universitaria anteponen a la sustancia de las cosas y las acciones la formalidad útil al interés particular de autopromoción académica y no del cambio social, que alienta el intelectual cuyo rasgo principal es poder ejercer su libertad de escribir, hablar, actuar, ser soberano para intervenir en el debate publico sin condicionamientos, ni ataduras dogmaticas y cumplir una función social orientada a transformar la realidad representando a otros que no son necesariamente su comunidad política ni académica.

 La universidad y con ella sus intelectuales están sometidos a las exigencias de la sociedad, no las del gobierno, ni las de grupos de poder económico o político y para ser un actor principal de paz tiene el compromiso de mantener autoridad ética y resistir los embates del poder estatal o paraestatal, sin sucumbir a las trampas de premios, apoyo a proyectos, recursos adicionales o compensaciones por su tarea vital. La razón de ser intelectual colectiva de la universidad es contribuir con las herramientas adecuadas a mirar la realidad tal como es y describirla, evidenciarla y poner toda su potencia al servicio de la sociedad para transformarla, además de aprender a ponerse de pie cuando intuya o perciba un solo ataque o agresión contra la dignidad humana. La paz exige palabras, voces múltiples, explicaciones a lo que la gente lucha, hace y dice y el intelectual es ante todo un traductor no un guía, ni un consejero. La universidad y sus intelectuales tienen en sus manos este momento histórico de fin del conflicto armado, para recuperar su misión, mirar con detenimiento las partes de la realidad fragmentada y contribuir a armar el rompecabezas de la memoria colectiva y del proyecto de nación a construir, y aprender y enseñar a imaginar, soñar, construir otros mundos negados y a vivir sin autoritarismos, astucias, ni temor, y si con tranquilidad, fraternidad, con dignidad.

 

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Entre las pruebas PISA y el horror sistemático

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

Las lecturas de la escuela y las de la cotidianidad parecen condenadas a ir por lados contrarios, mejoró la escuela, pero el horror sigue igual. Las pruebas PISA, miden el conocimiento en ciencias, lectura y matemáticas de jóvenes de 15 años de 71 países. Colombia tuvo una leve mejoría que la deja en el puesto 61 en matemáticas, 57 en ciencias y 54 en lectura, pero en todo caso sigue mal. La mayoría de países de América Latina mejoró aunque la brecha con los países de primeros lugares se conserva. Singapur, Japón, Estonia, Taiwán, Finlandia, China, Canadá, Vietnam, Hong Kong y Shanghái, siempre van en punta. En Singapur uno de cada cuatro estudiantes logra una posición de alto nivel y en los países de la OCDE apenas uno de cada 10. Colombia no logra ningún puesto de alto nivel y otros como México tienen diferencias de hasta 70 puntos por debajo de España y Brasil cayó al vació.

Sin embargo es difícil pedirle mas a los jóvenes de Colombia, en especial a los de la escuela publica con educación desfinanciada, recursos escasos, profesores sin garantías laborales y amenazas a su estabilidad laboral, y en general sometida por el mercado de competencia salvaje. La ministra a la usanza militar, respecto a los informes de derechos humanos, no sale a promover explicaciones si no a justificar y agrandar cifras confusas en un país donde lo real y la ficción impiden comprender la verdad. Las lecturas de la realidad material y de la enseñanza formal parecen atadas a modos de vivir con alegría y horror. ¿Cómo leer la realidad por cuenta propia si sus interpretes que ideologizan los hechos definen lo que ocurre?. Cómo comprender por ejemplo la alegría de recibir un premio Nobel de Paz, si a pocas horas de diferencia un sádico de la elite Bogotana, rapta, viola y destruye con sevicia la vida de una niña pobre, indígena, desplazada, hija del país marginado; y días antes una lideresa Lgtbi haya sido asesinada en Barranquilla y sus vecinos con morbo le bajaran sus pantalones para mirar su órgano sexual; o que en Buga fuera violada, torturada y asesinada otra mujer.

Bastaría con presumir que las actividades sociales y mundanas del día a día están entrelazadas con una violencia genocida, que ha borrado los limites entre los frentes de batalla y el hogar. La guerra ha llevado los escenarios del crimen a lujosos edificios y fincas de recreo. Es promovida por los interpretes de lecturas intolerantes, que alimentan el odio y enseñan a un sector social a estar por encima de los otros, a sentirse superiores, inescrutables y a asesinar por placer, curiosidad u otros motivos. Esas lecturas salidas de centros de mando político formado por elites que gobiernan en medio de la corrupción y el menosprecio por la vida de los otros, incitan a esa violencia fratricida y patriarcal, aunque para expiar sus culpas, desde allí mismo pidan castración, cadena perpetua o pena de muerte en claro populismo punitivo orientado a desviar la razón del crimen y traducir a votos.

Como estos, ocurren cada semana decenas de crímenes sistemáticos, que al integrarlos evidencian si no una política por lo menos una cadena de exterminio de mujeres, lideres, jóvenes y niños, que tienen un mismo perfil de victimas: pobres, excluidos, opositores. Muchos caen asesinados por el hambre o por enfermedades prevenibles. Los medios siguen el libreto asignado: muestran selectivamente a alguno como caso individual, desconectado, que cumple la función de mantener la lectura fragmentada y hegemónica y encubrir con el morbo de un dolor ajeno la tragedia humanitaria. Contribuyen naturalizar la idea de que una vida humana vale menos que un iPad, ocultan la realidad de mafias y empresarios que asociados saquean los recursos del estado y pervierten la capacidad de sus instituciones y explotan laboral, sexual y delincuencialmente a mas de un millón de niños sobre quienes deciden su manera de vivir y su forma de morir y con total impunidad, desprecian la vida humana y en secuencia lógica llaman a continuar la guerra que harán a través de esos mismos niños.

Colombia es una buena síntesis de belleza y horror, un país que mejoró levemente la capacidad de lectura de los jóvenes según las pruebas pisa, que además produjo un solido acuerdo de paz, una impecable formula de justicia transicional y recibió la mas admirable generosidad de las victimas para ofrecer perdón a sus victimarios, -valga recordar de insurgencia, estado, paramilitares y los dos últimos en connivencia-. Los jóvenes mejoraron su lectura de colegio y los adultos en cambio a causa de una lectura manipulada que asaltó la inocencia no superaron la gran prueba del plebiscito por la paz, en que no se impuso la comprensión del respeto a la dignidad humana, si no venganza y resentimiento. La lectura manipulada impidió leer por cuenta propia. Fue hecha y difundida por interpretes de una ultraderecha delirante, que busca en las mayorías un antitodo que le garantice impunidad para los responsables de incontables sucesos de barbarie ocurridos durante el régimen de la seguridad democrática. El libro sagrado de la biblia, también fue interpretado para resaltar una moral y poner en retroceso conquistas alcanzadas. Los elegidos para transmitir la lectura sagrada movilizaron a sus fieles, -las ovejas de su rebaño-, sujetadas por las carencias y el olvido estatal. Las necesidades materiales de buena parte de la población son fácilmente convertidas por cínicos y sádicos en adhesión a programas políticos o de fe y orientar sus votos con la promesa de salvación y solidaridad que florecen en medio de la desesperanza calculada para provocar esos temores.

Mientras sus jóvenes mejoraban la lectura académica de las pruebas pisa, la lectura hecha por los interpretes del dogma y la pureza se asociaban para defender su interés oculto de seguir la guerra en nombre del progreso y por la salud de la nación. Unos interpretes dijeron que los hijos de la paz naciente serían homosexuales; otros dijeron que el país sería gobernado por comunistas, como en los comienzos de la aplicación de la higiene racial, homofóbica y totalitaria que terminó en holocausto, El fin de esta lectura de odio -que recuperó su plena vigencia- es obtener nuevamente el poder, elegir un presidente y proceder a eliminar malformaciones, defectos y rasgos con impurezas.

El proyecto de ultraderecha se dirige a la preservación de la guerra- y con ella del enemigo a derrotar- porque de ella emana su poder. La guerra es el valor supremo que revaloriza sus palabras y les permite afianzarse políticamente según sus ideales de belleza y crueldad y fijar comportamientos y conductas, que solo encuentran posibles eliminado las plagas de la humanidad, traducidas a marginados, guerrilleros, homosexuales, comunistas y opositores. Esta lectura se convierte en una orden de la que toman nota los fanáticos y sádicos que actúan aunque no se sientan criminales y aleguen estar educados correctamente o pertenecer a familias ejemplares que no matan pero saben borrar las huellas o negar y; los paramilitares que practican desde atracos callejeros, violaciones y hostigamientos, hasta descuartizamientos y decapitaciones publicas, para lograr el objetivo de perfeccionamiento social de su proyecto a base de exterminar a los estigmatizados contaminantes, empezando por los de sus propias filas cuando encuentran adentro a seguidores defectuosos.

A través de los jóvenes colombianos que presentaron las pruebas pisa se puede señalar que el país mejoró un par de puestos en la lectura y comprensión de la literatura universal, obtenida del conocimiento y la enseñanza académica, pero que en cambio varios millones de adultos empeoraron su capacidad de lectura critica y propia de la realidad y contra todo juicio sensato siguen dando muestras que prefieren la muerte a la vida. Los que leen en la paz la dignidad, leen mejor la realidad, y su deber es transformarla, saber defender la vida con convicciones éticas y saber poner al descubierto a quienes aun en medio del llanto, siempre dejan ver su cara al sol y sus camisas negras.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/entre-las-pruebas-pisa-y-el-horror-sistematico/

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