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Mirar a Latinoamérica antes que a Finlandia a la hora de hablar de educación

Por: Marcela Isaías

Jueves y viernes docentes y estudiantes debatieron «en clave Cossettini» qué educación se quiere.

Tenemos que mirar menos a Finlandia y más a Latinoamérica». El llamado lo hizo la rectora del Instituto Olga Cossettini, María Fernanda Foresi, quien está al frente de uno de los establecimientos de formación docente más grandes de la provincia. Fue durante la inauguración de unas jornadas pedagógicas. La ministra de Educación Claudia Balagué resaltó el trabajo de los docentes santafesinos, y se solidarizó con los estudiantes y profesores que padecieron la irrupción de la Gendarmería en una clase pública.

El jueves por la mañana el salón de actos del Olga Cossettini, como mejor se lo conoce al Instituto de Educación Superior (IES) Nº 28 de Sarmiento y Rueda, estaba colmado de estudiantes y profesores. La mayoría muy jóvenes. Un dato que valoró la educadora Amanda Paccotti cuando dio las palabras de bienvenida. «Un regalo de la vida, la antorcha ya está pasada…», dijo quien fuera alumna de la Escuela Carrasco, en tiempos de Olga y Leticia Cossettini.

De hecho estas son las VI Jornadas Latinoamericanas Olga Cossettini que se realizan en Rosario, con presencia esta vez de educadoras de Paraguay, Uruguay y Chile, entre otras invitadas. «Experiencias educativas latinoamericanas en clave Cossettini. Proyecciones actuales», el nombre con el que los organizadores ——IES 28 y Red Cossettini— motivaron a poner el eje de los debates.

La convocatoria de Foresi a conocer más sobre las pedagogas y los pedagogos de la región, como Jesualdo Sosa, Vasconcelos o Gabriela Mistral, llegó como propuesta a escribir nuevas historias educativas en clave latinoamericana. En ese contexto es que invitó a «mirar menos a Finlandia y más a Latinoamérica». Por qué no también en alusión a las políticas educativas oficiales que todo el tiempo citan el proyecto educativo finlandés como modelo a seguir. La provincia de Santa Fe está en entre esos fieles admiradores.

Foresi aprovechó la presencia de la ministra para pedir mejoras para el IES 28. Le entregó una carpeta en mano solicitándole la construcción de dos aulas más para «que más estudiantes puedan seguir formándose». Citó como un buen antecedente el pedido hecho al gobernador Lifschitz el año pasado, también en el marco de las jornadas, y que tuvo respuesta inmediata en la ampliación actual del instituto.

Al cierre del panel inaugural, Balagué caracterizó de «creativas» a las experiencias de educación latinoamericana, además de manifestar que tenía plena «confianza en el trabajo de cada docente de Santa Fe». «Tenemos mucho que aprender de la formación latinoamericana», dijo la ministra y aseguró que «también Santa Fe tiene mucho para dar». De inmediato puso de ejemplo del Plan Vuelvo a Estudiar, infaltable caballito de batalla del Ministerio de Educación provincial.

Al inicio de las jornadas —se desarrollaron jueves y viernes— Amanda Paccotti citó a la pedagoga Cecilia Braslavsky para desafiar a revisar el pasado con ojos del presente y construir un futuro «de esperanza y compromiso». Y una vez más celebró que hubiese mucho público joven en la audiencia.

Solidaridad de la ministra

El jueves 7 pasado estudiantes y docentes del Olga Cossettini desarrollaban una clase pública en la puerta de la institución. Era en reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven víctima de desaparición forzada en manos de Gendarmería en la provincia de Chubut. En medio de esa actividad, un grupo de gendarmes irrumpió en clara manifestación amedrentadora con los estudiantes. Las expresiones de repudio se multiplicaron. Durante la jornada, la ministra Balagué, se solidarizó por «aquel grave suceso» —como lo describió— . Llamó a defender «la educación y pública y la libertad para enseñar y aprender, la libertad de cátedra». «Toda mi solidaridad, apoyo y compromiso para seguir trabajando en la educación pública y en libertad. Paras seguir enseñando en cátedras libres», expresó la funcionaria.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/educacion/mirar-latinoamerica-antes-que-finlandia-la-hora-hablar-educacion-n1470719.html

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Una distancia dolorosa

Marcela Isaías

Educación. Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias y también las decisiones de quienes gobiernan.

Nunca me voy a olvidar de esa tarde de noviembre del 2000 cuando concurrí a una escuela primaria de la zona oeste de Rosario invitada por un grupo de docentes que trabajaban noticias y libros en sus clases. Una escuela vulnerable que hacía tiempo acusaba un nivel de abandono significativo por parte del Estado. En ese contexto una de las maestras de cuarto grado había producido cuentos y una revista escolar con muy buena participación de los chicos. Lo que transmitía con mucho entusiasmo no era muy diferente a otras experiencias similares con nenes y nenas de 9 años. A la diferencia la advertí cuando ingresé al aula, a ese salón de cuarto grado.

Nunca me voy a olvidar de esos nenes y nenas de 9, 10, 11 y hasta 12 años, en cuerpitos de seis años. Nunca me voy a olvidar de sus caras lánguidas y mirada dispersa vaya a saber en cuántos abandonos y ausencias. En ese cuarto grado estaban resumidos años previos de neoliberalismo, eran hijos e hijas de los noventa. Una postal que con mayor o menor intensidad se repetía en otras escuelas de la provincia y de una Argentina dolorosa.

Por ese entonces se había hecho conocida la frase «Ya no hay escuelas con comedores sino comedores con escuela». Era una denuncia bien clara para decir que los chicos asistían más que nada por la copa de leche y el comedor escolar, más que para aprender. Para muchos pequeños esos momentos eran los más esperados, aún más que el recreo o una hora libre.

El panorama económico y laboral de la Argentina era igual de desolador. Por ese entonces un pedagogo comentaba que el dicho popular «Ya vas a ver cuando venga tu padre…», al que muchas madres apelaban, cariñosa y metafóricamente, para llamarles la atención a los hijos que no querían hacer la tarea o traían malas notas, no funcionaba más, sencillamente porque los padres ya no tenían trabajo del cual volver.

Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación en mayo de 2003 el primer acto de gobierno fue viajar a Entre Ríos y solucionar un largo conflicto docente que desde hacía tiempo mantenía sin clases a la vecina provincia. Una decisión y un guiño a la sociedad de que la educación era importante. De ahí en más la educación volvió a estar en un lugar prioritario en la agenda del Estado: la construcción de escuelas, los programas socioeducativos, la paritaria nacional docente, la entrega de libros y computadoras son algunas de esas políticas bien claras y comprobables.

Pero también hubo otras que acompañaron desde la economía, como convertir los planes sociales en trabajo real, el crecimiento de la industria nacional con trabajo genuino y el impacto positivo en el consumo interno, con el consecuente crecimiento del nivel de empleo, entre otras medidas de peso. Además del reconocimiento de derechos valiosos para la niñez y la adolescencia como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Un largo camino de conquistas que permitió a las escuelas ir recuperando poco a poco su lugar de enseñanza y que muchos chicos volvieran a comer a sus hogares, con sus familias. Entonces se volvió a hablar de escuelas para enseñar y aprender.

Ahora otra vez las maestras están avisando que la comida que ofrecen en las escuelas no alcanza. Y no porque las raciones sean insuficientes, sino porque empieza a ser para muchos pibes el único plato del día. «Es duro dar clases cuando un chico tiene hambre«, confesaba con dolor un grupo de docentes de Nuevo Alberdi para una nota periodística reciente. Entre ellas una profesora de plástica compartía la angustia que le genera hablar de arte con los chicos, mientras ellos le preguntan a cada rato cuándo llega la copa de leche o la hora del almuerzo.

Maestras que por otra parte ante esa situación se turnan para colaborar en un merendero del barrio, reuniendo alimentos y ropa, además de ofrecer su tiempo para ir a servirles una copa de leche extra, por fuera del horario escolar, de manera voluntaria inclusive los sábados.

En lo que va del 2017 unas 160 mil personas se quedaron sin trabajo, según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa). Un número que asciende a 180 mil si se agregan las suspensiones («Los despidos se siguen multiplicando», Página/12 del 18/07/2017). También el mismo centro advierte sobre las bajas en el padrón de las AUH: entre enero y marzo de este año hay 231.542 menos de estas asignaciones («AUH; radiografía de un derecho al que también le llegó el ajuste»/Tiempo Argentino del 23/07/17). Las bajas se relacionan mayormente con la deserción escolar creciente, sobre todo en la escuela secundaria. Y no porque los jóvenes sean «vagos o no quieran estudiar», sino porque se ven obligados a buscar alguna changa para colaborar con los cada vez más magros ingresos en el hogar. Y también hay que admitirlo: no ven mucho futuro en el estudio, cuando lo que crece son los recortes a la ciencia, a la técnica y al presupuesto educativo. Un mensaje del mísero lugar que ocupan estas áreas para el gobierno de Cambiemos.

Sumado a lo anterior, un panorama económico donde lo único que crece día a día es la especulación financiera («El dólar pegó otro salto ayer y se acerca a los 18 pesos«/ La Capital, 25/07/17).

Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias, las alegrías y también las decisiones políticas de quienes gobiernan. Hoy sus docentes están avisando que para muchos chicos llegar al comedor del lunes de cada semana representa una espera enorme, y que entre una comida y otra hay una distancia demasiado dolorosa.

Fuente del articulo: http://www.lacapital.com.ar/opinion/una-distancia-dolorosa-n1439836.html

Fuente de la imagen: http://static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/021/079/0021079943.jpg

 

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Un plan perverso para hacer educación sin docentes

Marcela Isaías

   A la negativa a reconocer la paritaria nacional docente para discutir salario, condiciones laborales —que implica hablar de enseñanza y aprendizaje también— ahora se suma la intención clara del gobierno nacional de dejar afuera a los educadores de cualquier debate educativo y pedagógico. La advertencia la hizo la secretaria general de Ctera y Amsafé provincial, Sonia Alesso, en charla con La Capital, y al cierre de una formación que en su primer encuentro reunió a más de 750 docentes.

   A principio de este año, el ex ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, resolvió desconocer la paritaria nacional contemplada en la ley de financiamiento educativo (26.075), mostrando de manera explícita el avance del gobierno macrista sobre los derechos de los trabajadores docentes. Pero no es todo. La intención es también dejarlos afuera de cualquier debate pedagógico. «El Estado tiene que recuperar la capacidad de dictar las políticas públicas en educación, que se la apropiaron los gremios. Si el Estado decide cambiar la currícula no debe consultarlo con los gremios como se hace hoy», dijo el actual ministro del área, Alejandro Finocchiaro apenas asumió su cargo (Clarín, 27 de julio pasado).

   Para Sonia Alesso, aquí «hay dos llamados de atención muy claros: por un lado restringen nuestros derechos como trabajadores al no habilitar la paritaria salarial, y por otro restringen de una manera perversa y grosera que los maestros y profesores seamos protagonistas de los cambios en educación y de los debates educativos en cada etapa». De esta manera —continuó Alesso— «el proyecto educativo es de exclusiva participación del gobierno, y abierto ahora a algunas ONG’s que plantean claramente la mercantilización de la educación».

Programa de formación

Estos y otros desafíos que tiene el magisterio fueron planteados en el primero de los encuentros del «Programa provincial pedagógico/político/sindical para delegados gremiales» que arrancó el martes pasado en Rosario. La sala de Luz y Fuerza estaba colmada de docentes del sur provincial. El programa se extiende en los próximos días a las sedes de Reconquista y Santa Fe. Alesso remarcó que se propone una formación de los 5.600 nuevos delegados de escuelas, muchos nuevos delegados y delegadas. El acento de la capacitación está en conocer la historia de Amsafé, de la Ctera y de las leyes educativas.

   »La fortaleza de nuestro sindicato y de la Ctera es aprender del pasado, reconocer las luchas que dimos, que seguiremos dando, y no ceder ante los que pretenden limitar nuestros derechos, avanzar en nuestras jubilaciones, negar la paritaria nacional docente, o no aprobar la nueva ley de financiamiento educativo que eleva del 6 % del PBI al 10 % lo que se destina a la educación, un proyecto que se mantiene guardado en el Senado», puntualizó la secretaria general de la Ctera sobre temas clave tomados por esta formación.

Plan maestro

También puso en agenda de preocupaciones al Plan Maestro impulsado por el gobierno nacional, con una serie de metas para la enseñanza y los aprendizajes, que se proyecta para que tenga fuerza de ley. «Un plan que tiene una declaración de principios con los que se puede acordar o no, pero que rechazamos porque está destinado a realizar ajustes en temas educativos. Es un plan que niega la educación inicial, la técnica, la formación docente… Además de plantear un total desfinanciamiento de la educación, proponiendo —por ejemplo— eliminar el fondo compensador (a las provincias). Nosotros creemos que también viene por la ley de financiamiento educativo».

   De aprobarse este Plan Maestro, la vuelta a los 90 quedaría plasmada en un abrir y cerrar de ojos, con consecuencias graves para las provincias, profundizando las desigualdades regionales y de acceso a la educación. «Ya están repercutiendo —afirmó Alesso— porque empezó a enviarse menos dinero para el fondo compensador de desigualdades salariales que iba a las provincias NEA y del NOA para equiparar los bajos salarios. Lo que quieren es no enviar nada. Pero también va a afectar a provincias como Santa Fe a las que ya se les están recortando fondos para la construcción de escuelas, para los planes nacionales, para los refuerzos nutricionales de comedor escolar, para escuelas de alta vulnerabilidad social, para escuelas en contextos de encierro, para escuelas intercultural bilingüe y para los jardines de infantes».

   Sobre el tema del nivel inicial, Alesso recordó que a principio de año, el mismo día de marcha federal de la que participaron 400 mil docentes, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, y el entonces ministro de Educación Bullrich, anunciaron la creación de tres mil jardines de infantes. Una decisión que luego se votó y se incluyó en el presupuesto educativo nacional, y que al poco tiempo el nuevo titular del área educativa desconoció. «De una manera escandalosa, el ministro Finocchiaro dice que como es muy costoso, como significa mucho presupuesto, van a hacer algo menos ambicioso, y solo van a construir algunas aulas. Entonces la pregunta es: ¿A dónde van a ir todos esos fondos anunciados por el presidente de la Nación, que está en el presupuesto, además de los 20 mil millones de pesos que ya vienen siendo subejecutados?»

Tarifazos y salarios

El panorama que argumenta Alesso no es nada alentador ni para Santa Fe ni para el resto del país. «El tema salarial está presente en todo el país, porque siguen aumentando los precios y tarifas. Es un año difícil para todos los trabajadores y trabajadoras por eso impulsamos un plan de lucha que contenga primero a las otras centrales, para que cesen despidos y tarifazos; y contenga también a nuestro sector ante cualquier intento de recortes jubilatorios, del financiamiento o de querer implantar el Plan Maestro que es una reforma laboral para el sector docente, por eso vamos a estar marchando el 22 de agosto».

   Al cierre del encuentro del martes, se proyectó un video que la Amsafé preparó para un congreso pedagógico realizado para los 80 años de su fundación. En el documental que se puede ver por YouTube (80 años-Homenaje) aparecen figuras históricas del sindicalismo docente santafesino, dando su testimonio, recordando largas batallas en defensa de la escuela públicas. El gremio fue fundado en 1928.

   En el audiovisual también se repasan hitos del magisterio como la larga huelga del 57, la Marcha Blanca y la Carpa Blanca, entre otros registros. El acento del filme está en mostrar que las conquistas del magisterio siempre fueron producto de la lucha colectiva. Así lo recordó Alesso en el discurso que dio al final del recorrido de la Marcha Federal en marzo pasado: «Tenemos paciencia, la misma que tenemos cuando enseñamos a sumar, a restar, cuando trabajamos un poema y cuando hablamos de historia o de música, es la identidad del movimiento docente».

Historia y sindicalismo

En el primer módulo del Programa Provincial de Formación para delegados gremiales se desarrolló el eje «Histórico político». Estuvo a cargo de Juan Balduzzi, responsable del equipo de formación de Ctera, y Miguel Duhalde, secretario de Cultura de Amsafé. Abrieron el encuentro la secretaria general de Ctera y Amsafé, Sonia Alesso, y el responsable de Prensa de Amsafé, Javier Almirón. También fue invitado a hacer un recorrido histórico por el sindicalismo santafesino docente, el ex secretario general de Amsafé José María Tessa.

Balduzzi y Duhalde disertaron sobre la historia del movimiento obrero argentino y sindicalismo docentes, además de repasar las historias de la Ctera y Amsafe. No quedaron afuera de ess intervenciones los retos actuales que que tienen los trabajadores y trabajadoras de la educación, además de analizar las leyes vigentes y los planes nacionales para el sector público. La información sobre el programa de formación se puede consultar en www.delegadosamsafe.org.ar

Al cierre del encuentro realizado en Rosario, Alesso, reclamó también por la aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven víctima de desaparición forzada, en la provincia de Chubut, el 1º de agosto pasado.

Fuente del articulo: http://www.lacapital.com.ar/educacion/un-plan-perverso-hacer-educacion-docentes-n1454346.html

Fuente de la imagen: http://static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/021/288/0021288750.jpg

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La escuela, ese lugar de construcción de afectos

Por: Marcela Isaías

¿Qué se aprende en las aulas? Tres jóvenes que ya egresaron de la secundaria comparten sus testimonios.

Caren pensaba que su vida siempre sería igual a la de su mamá: quedar embarazada siendo una adolescente y que su esposo le pegue. Las clases de educación sexual integral le mostraron otro horizonte. Yamila conoció por primera vez el mar con sus compañeros de quinto año. Y dice que se sintió alguien cuando sus profesores la acompañaron en el velorio de dos sobrinos asesinados. Anabela habla del orgullo que sintió su mamá cuando se graduó: es la primera generación en su familia en terminar el secundario. En otro año escolar, tres testimonios que resaltan el valor de la escuela como espacio de pertenencia y construcción de afectos.

Caren Luna tiene 22 años, está casada y es la mamá de Paloma, una beba bellísima de seis meses. Prepara sándwiches triples, un poco «para hacer otra cosa», otro como un ingreso al hogar. Terminó la educación obligatoria en 2012. Yamila Carballo tiene 19 años, se graduó el año pasado y pronto comenzará a cursar el profesorado de educación primaria. Anabela Romero, de 20 años, vive en pareja, trabaja y proyecta para el próximo año comenzar la carrera de enfermería. Todas hicieron su secundario en la Escuela Secundaria Nº 551 Sonia Beatriz González, de barrio Tablada.

Ninguna ahorra palabras, definiciones, imágenes a la charla que transcurre en una mañana que trata de decidirse entre el sol y la lluvia. Los ejemplos que citan van dando forma a una escuela contenedora, que integra, que no hace distinciones y que «funciona como una familia, con la diferencia que aquí hay que estudiar» . Tal como lo describen con sus relatos, el trabajo docente es clave: orienta, acompaña, escucha, muestra que hay otras formas de convivir y pensar el futuro.

La escuela es también un lugar de igualdad de oportunidades, más cuando tiene como proyecto que los aprendizajes no pasen por la rutina de un salón de clases. Las salidas, los paseos y los viajes definen otras formas de conocer y disfrutar. Una a una repasan los viajes a Santa Fe, a Buenos Aires, a Victoria, o por la misma ciudad de Rosario, siempre con un fin educativo. La excusa legítima para abrirse a otros espacios. «Los viajes te incentivan mucho. Yo viajé en avión con una profesora al Parlamento Juvenil que se hizo en Buenos Aires en 2012», rescata Caren cuando le tocó representar a su escuela y contar que se llama «Sonia Beatriz González» en homenaje a una militante desaparecida en la dictadura cívico militar. Un paseo que había financiado el Ministerio de Educación de la Nación.

Yamila pudo conocer por primera vez el mar a los 18 años, cuando viajó a Mar del Plata con sus compañeros de 5º año. No oculta la alegría que le provoca acordarse de ese momento: «Es hermoso, me lo imaginaba así como en las películas. El agua estaba fría pero nos metimos igual!» Reconoce que «el profesor Gabriel (San Sebastián) hizo de todo para que pudiéramos conocer el mar»: consiguió los pasajes gratis a través de un programa de radio, y el gremio de La Bancaria les brindó solidariamente el alojamiento.

Espacio de pertenencia

El valor de la escuela que rescatan estos testimonios no tiene que ver con los aprendizajes propios de lengua, matemática o ciencias o a la preparación para asegurar un lugar en el mundo del trabajo. «Se trata de la escuela como institucionalidad, como continente personal y afectivo. Un espacio de pertenencia, de constitución de subjetividad, de identidad y de construcción de afectos», opina el doctor en psicología Roberto Follari, al ser consultado por LaCapital.

Además de las historias colectivas, cada una tiene algo propio que las marcó en su paso por la escuela, y que de alguna manera les cambió la vida. Un patrimonio que quieren compartir.

Decidida, mientras acuna a Paloma en sus brazos, Caren pone el acento en la importancia de la educación sexual integral, en especial para derrumbar las violencias naturalizadas. «Al ver cómo fue mi familia y la vida dura que llevé, yo pensaba que a los 15 ó 16 años iba a quedar embarazada. Mi mamá me tuvo a los 14 años. Pensé que iba a repetir una historia con la droga, la delincuencia y la violencia, porque mi papá le pegaba mucho a mi mamá. Siempre salíamos corriendo con mis hermanos para la casa de mis tíos. Para mí eso era una vida natural. Siempre le recriminé a mi mamá por qué no lo dejaba a mi papá, mientras muchos decían que no debía dejarlo por qué no teníamos a dónde ir a parar con mis hermanos, que por lo menos «teníamos un techo». Mi papá le pegaba a mi mamá hasta cuando estaba embarazada, era drogadicto. Yo pensaba que mi vida iba a terminar así. Y sin embargo en la escuela me abrieron la mente, aprendí que no tenía por qué correr el mismo riesgo que mi mamá; nos enseñaron a usar la pastilla anticonceptiva, el preservativo a los varones, a valorarnos como mujer; que el dolor del golpe también pueden ser las palabras. Que un hombre te tiene que tratar con respeto y que podés decidir con quién formar tu familia. Todas esas cosas que en las familias no se hablan muchas veces por miedo a la violencia».

Caren es la mayor de cuatro hermanos varones. Es la primera en terminar la secundaria. Su papá falleció cuando estaba en tercer año, y sus hermanos en la primaria. Dice que la escuela fue un sostén en esos momentos tan duros. Cuando se graduó su mamá le pagó un curso, trabajó de moza hasta el año pasado que tuvo a su hijita. «Gracias a Dios mi esposo tiene un buen trabajo. A mí me gustaría que Paloma termine sí o sí también la secundaria y después que elija si quiere ir a la Universidad o no. En todo momento, siempre la voy a apoyar».

Entre la alegría y el dolor

Yamila cuenta orgullosa que ella le enseñó a leer y a escribir a su mamá. «Aprendió conmigo», subraya y se lamenta no haberla podido convencer todavía para que asista a una escuela para adultos. El dato familiar que comparte en la charla es ilustrativo de por qué para ella fue tan determinante concluir el secundario.

Ahora quiere ir por más: se anotó para cursar el profesorado de educación primaria: «Quiero ser maestra para que otros chicos no vivan lo que viví yo. Para que vayan a la escuela a conocer sus derechos y a aprender». Las emociones más intensas de alegría y de dolor conviven en la vida de Yamila, casi sin respiro. «A mitad de noviembre del año pasado perdí a dos sobrinos. Los mataron (en el mismo día, con pocas horas de diferencia). No sabía qué hacer, avisé a la escuela, y los profesores y la directora estuvieron ahí, en el velorio. La verdad es que no lo esperaba porque la escuela es un lugar donde voy a estudiar, a aprender. Y ellos se tomaron parte de su tiempo para ir al velorio de mis parientes que ni conocían. Me sentí acompañada, querida, que por fin a alguien le importaba algo de mí. Me sentí alguien. Todo pasó cuando volví de viaje de estudio. Estás feliz y a los días se te cae el mundo. Pero la escuela siempre estuvo conmigo». El relato de la joven es demoledor, llega sin pausas entre lágrimas de impotencia y una infinita tristeza.

Valores y derechos

En 2015, Anabela también fue la primera en su familia en lograr el título secundario. «Mi mamá lloró un montón, nunca la había visto así», trae a la charla la imagen del acto de graduación. El año pasado comenzó a estudiar el profesorado de educación primaria pero la falta de recursos económicos la dejó afuera de carrera: «No me alcanzó la plata para poder estudiar, tenía que tener todos los días plata para fotocopias, los libros, la tarjeta de colectivo. Encima no hay becas, nada y no pude seguir».

En el mientras tanto, hizo un curso de ayudante de pastelero, para poder afrontar el mundo laboral. Ahora se organiza para seguir la carrera de enfermería el año que viene.

Elige las palabras valores y derechos para hablar de la escuela. Unos y otros aprendidos juntos. En ese momento, Caren la interrumpe para recordar que cuando trabajaba de moza peleó para que le dieran los 15 minutos que les corresponden para comer algo y permanecer sentada, más en jornadas de trabajo que se extendían por doce horas.

Anabela también se refiere, entre otros, a esos derechos en el trabajo, y sobre todo se detiene en el derecho a una buena educación: «No se trata de que los profesores te digan «Ya aprobaste», que lo hagan porque sí. Ellos te tienen que enseñar, y no aprobar por aprobar».

Para la joven la contención, la participación, las oportunidades, el apoyo son dimensiones esenciales para transitar por el secundario. También ofrecer lo que otras instituciones no dan: «Siempre se dice que la educación primero viene de la casa, pero hay veces que en la casa no está esa educación que uno tendría que saber, entonces es la escuela la que te compensa y te motiva a seguir».

A esta altura de la charla, Paloma pasea de brazo en brazo, pero elige siempre los de su mamá para dormirse un ratito y espiar de qué se trata tanta conversación. El día se decidió por el sol y mucho calor. Casualmente en pocos horas más comenzará la Marcha y Paro Mundial de Mujeres que pelean por sus derechos. Las historias de Yamila, Anabela y Caren seguro están presentes.

Fuente:http://www.lacapital.com.ar/la-escuela-ese-lugar-construccion-afectos-n1354578.html

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Pedagogía de la cajita feliz

Por Marcela Isaias

Evaluación educativa. Los resultados del Operativo Aprender le urgen al gobierno de Cambiemos para mostrar más «dolores de la pesada herencia» y aplicar la política de ajuste para la educación que siempre tuvo en sus planes.

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