Mirta Lojo: «La educación sexual y afectiva en las escuelas se hace tarde y mal»

España, Barcelona/16 mayo 2016/Autor: Mauricio Bernal/Fuente: El Periódico Sociedad

Psicopedagoga y doctora en Ciencias de la Educación, Mirta Lojo (1953, Avellaneda, Argentina) coordina el programa Red de Escuelas e Institutos para la Igualdad y la No-Discriminación del Ayuntamiento de Barcelona, uno de cuyos ejes es la educación afectiva y sexual. Lojo es demoledora en su visión de la educación sexual que se imparte actualmente en las escuelas: “Se hace tarde y se hace mal”, dice.

Empecemos. Pornografía. ¿Cree que la facilidad de acceso está determinando la educación sexual de los adolescentes? Yo lo que creo es que si es solo hasta la adolescencia que empezamos a hablar de educación sexual y afectiva, es que hemos perdido mucho tiempo. ¿Sabe cuándo se empiezan a trabajar estos temas? Cuando aparece el riesgo de embarazos no deseados. Como si antes no hubiera pasado nada, como si antes no hubiera sexualidad.

¿A eso se refiere cuando dice que empieza tarde? Imagínese: de golpe, fuera de contexto, les enseñas a los alumnos cómo se ha de poner un preservativo. No: la sexualidad está presente durante toda la vida de una persona, y esto en educación no se puede obviar. Por ejemplo, no es raro que en párvulos las maestras se encuentren con niños que se masturban. Es habitual.

¿Es entonces cuando hay que empezar la educación sexual? ¿En párvulos? Educación afectiva y sexual. Hay que llamarla así porque lo afectivo es muy importante. Y sí, hay que empezar  a trabajar desde las primeras edades. El valor de las caricias, el placer que provocan las caricias deseadas, el contacto humano, la relación con el propio cuerpo, el reconocimiento de lo que te gusta y de lo que no: todo eso debería formar parte de la educación afectiva y sexual de los pequeños. Nada de eso está recogido en los currículos, pero sé de maestras que lo hacen.

Mucho antes de que los chicos vean su primera escena pornográfica. A eso me refiero. Es importante esta educación desde primera edad para que sepan, para que tengan unos principios, unos valores que hagan que el porno quede en el campo de lo anecdótico, que es donde debe estar. Por curiosidad se accede a muchas cosas, pero lo que no se debe permitir es que la educación sexual que reciben los jóvenes sean esas imágenes. No solo por las imágenes en sí, sino por lo que simbolizan.

¿A qué se refiere, exactamente? Me refiero a que el porno reproduce las relaciones de poder social: el hombre tiene el papel dominante y la mujer tiene el papel sumiso. Además, el porno representa unas relaciones sexuales totalmente genitalizadas que olvidan el valor del erotismo. En resumen: es una caricatura estereotipada de lo que puede ser una relación sexual con otra persona.

¿Cómo debería abordarse con los niños pequeños el tema afectivo, el tema sexual? Bueno, por ejemplo trabajando la relación con el cuerpo, con el propio cuerpo. Y hablando, pero no hablando de ‘sexualidad’: hablando del cuerpo, de las sensaciones que tienes con tu cuerpo, de tus sentimientos… La terminología se introduce a medida que se avanza en el conocimiento del tema y según la respuesta de las criaturas. Siempre, eso sí, teniendo muy claro que no debe haber tabús.

No deben existir muchos recursos escolares para eso. Hay pocos, pero los hay. Hay un libro, por ejemplo, ‘Pessigolles’, que habla de la masturbación infantil, y que lo hace de una manera nada truculenta, y permite abordar muy bien el tema. O un libro que se llama ‘Lilith’, que habla de la menstruación, un tema reprimido y menospreciado en educación. Hay que tener en cuenta que cuanto más pequeños son los alumnos, más fácil es hablar con ellos.

¿Qué es lo importante? ¿Qué se les debe transmitir? En términos generales, creo que con los niños hay que trabajar desde muy temprano la relación con uno mismo y con el otro.

¿Por qué? Porque si yo carezco de los mecanismos para protegerme yo mismo, y si no pienso en las necesidades del otro, todo eso inevitablemente va a pasar factura en mis relaciones afectivas y sexuales. La educación sexual y afectiva no es algo al margen de la educación de una persona, es parte integral.

Por lo tanto, empezar a hacerlo a los 15 años es empezar tarde. Claro. A los 15 años ya hay una representación del mundo bastante construida.

Una representación que podría incluir la pornografía como algo no anecdótico. Exacto. Necesitamos jóvenes que tengan las herramientas intelectuales y afectivas para poner en tela de juicio las cosas: el porno, por ejemplo, o por ejemplo la publicidad, que también perpetúa las relaciones de poder social. Si yo no sé nada de un tema, y como ocurre con el porno, tengo la posibilidad de acceder con mucha facilidad, la información que tendré sobre este tema serán solo estas imágenes que circulan por internet, porque no tengo con qué contrastarlas.

Fuente:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/entrevista-mirta-lojo-psicopedagoga-educacion-sexual-afectiva-pornografia-5135411

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